~•~ ╬ Honeydukes╬ ~•~ (MM B: 108509)

[Martin N Roses]

Black miró de reojos por la ventana del despacho, como intentando desviar su atención. Pero en realidad oía con claridad las palabras de la bruja, escuchándola con suma atención puesto que aquello era importante. El Ministerio era importante para el mago, pero la iniciativa propia lo era aún más en su opinión. Por ello deseaba regresar al Callejón Diagon como antes, administrando negocios y llenando su bóveda del metal dorado.

 

—Digo que… —Se dio vuelta para quedar de frente a Candela, y avanzó un par de pasos en su dirección—. Me gusta la idea. ¿Dónde debo firmar? —Sonrió a medias, pero fue fugaz, como acostumbraba a sonreír.

 

La mirada perla del mago de cabellos negros siguió a la semejante de la bruja. Le pareció verse reflejado en aquellos ojos tan parecido a los propios y a la vez tan desiguales.

 

Para él no pasó desapercibido la barra de chocolate que estaba comiendo la bruja así que exigió su parte del botín.

 

—Entiendo que desees ir presa a Azkaban por robar chocolate… pero podrías compartir un poco conmigo. Ya sabes, la pena entre los dos sería más llevadera y tal vez reduzcamos algún año. Podría decir que no estabas del todo en tus cabales —señaló sus pies descalzos, algo que aún no terminaba de asimilar.

 

Mordió un trozo de chocolate y una extraña sensación lo invadió en su interior. No había misterios, el chocolate tenía fuertes propiedades curativas y mejoraba con creces el estado de ánimo de las personas. Black no era indiferente a aquellos efectos tan positivos.

 

—Pero sí —continuó, retomando su tono de voz un poco más serio—. Me gustaría formar parte, sobre todo de Borgin… —En su mente se dibujaron un sinfín de objetos tenebrosos que había conocido en su viaje al norte de Europa. Había llegado el momento de intentar negociar con ellos, y aquel negocio le vendría estupendamente bien. Era la excusa perfecta.

[Mentita]

La Triviani sonrió cuando Martín mordió el anzuelo. Tendría que pensar después en los pretextos que justificaran la paga mínima que le daría. Pero bueno, él no estaba preguntando cuánto sería su comisión, es más, había aceptado el trato sin siquiera cuestionarle nada a la bruja. Lo que llevaba a pensar que, quizás, Black no estuviese tan cuerdo después de todo. ¿Quién haría cualquier trato con la gitana? A pesar de no tener consciencia de la expansión de su nombre, de algo estaba segura, y era de que su fama no era la mejor dentro de la comunidad mágica.

 

— ¡Qué bueno que preguntes eso! —le sostuvo la mirada y volvió a sentarse en el mesón, pero no pudo agregar nada más luego de ver que le estaban robando el chocolate.— Te di uno hace un rato, es imposible que ya te lo hayas comido. —le espetó con un tono poco amigable. Si había algo que detestaba, era que su parte de comida se viese reducida sin su permiso.

 

Candela se quitó algunos mechones castaños de la cara, mientras dirigía los ojos grises a sus propios pies, donde había señalado el mago. Los balanceó como si fuese divertido que alguien notara su condición y su apariencia. Bueno, sí, era un poco divertido. Le gustaba ver los gestos de consternación y las miradas de rechazo que le lanzaban cuando pasaba por un público bastante crítico. Al principio se había decepcionado con el Black, no parecía ser como el resto. Aunque todavía trataba de decidir qué le decepcionaba de ello.

 

— Harías bien en tener cuidado de alguien que no está en sus cabales. —señaló, casi con orgullo— Nunca sabes qué tan seria puede ser la charla. Pero no te preocupes, ni tú ni yo iremos a Azkabán. Eh... —pareció dudar un momento y sacudió la mano, como si espantara alguna mala idea— No, yo no iré a Azkabán.

 

Miró hacia la enorme ventana, los vidrios estaba opacados, tal vez por la antigüedad del edificio. Entonces dejó la barra de chocolate sobre la superficie de madera y bajó con un pequeño salto. Estiró los brazos para desperezarse y se acercó al galés.

 

— Espero que no le des muchos problemas a mis elfos, son muy territoriales. —estaba a punto de tenderle la mano pero la escondió rápidamente. En lugar de eso, redujo la distancia que los separaba con tal agilidad, que al Black apenas le había dado tiempo para pestañear. Volvía a sentirse pequeña, pero no le molestó como la primera vez, colocó ambas manos en las mejillas del chico y lo atrajo hacia sí. — Trato sellado. —murmuró antes de juntar sus labios a los de Martín.

 

La gitana lo soltó inmediatamente y se alejó hacia la puerta, con pequeños saltitos, como si hubiese realizado la travesura más divertida. Su cabello danzaba al ritmo de sus saltos y sus manos se movían al mismo paso, pero las sentía rígidas, así que las apretó formando un puño. Abrió la puerta de la habitación y salió del local, robándose más golosinas en el camino.

[Hessenordwood Crouch]

El muchacho se removió incómodo entre tanta gente, ¿Por qué los dulces eran tan populares? Y él, siendo un nada fanático de los caramelos, sabe que entre dulcerías Honeydukes es “La dulcería” entre dulcerías, Bel Evans se lo había dicho ya infinidad de veces cuando pasaban a algunas cuadras de distancia y hasta allá podría percibirse siempre el olor a caramelo tostado, la mantequilla de las rosetas de maíz y el algodón de azúcar. Grell podría decir que se empalagaba tan solo de ver el local desde su fachada principal, aunque no se queja, para una dulcería, es deverdad algo muy atractivo de ver.

 

Y justo ahora está ahí, tratando de pasar desapercibido entre niños y adultos que se amontonan por tener los primeros roles de canela y chocolates del día. ¿Y qué hace entonces alguien como Garry “el amargado de caramelo” Ollivander en un local como Honeydukes? Sencillo, hace unos días que se ha conseguido un mapa, según el extraño que se lo ha vendido (a un precio que Bernadette llamó “exorbitante”) llevará al mago a un escenario que presenció un momento importante en la historia de la magia. Si, justo el lugar donde el famoso Harry Potter aguardaba el momento correcto para salvar a Sirius Black de los dementores, ¿El camino? ¡Honeydukes!

 

O al menos eso es lo que había dicho aquel mago que solo cuando uno de los tantos niños que no llega ni a la mitad de su altura y que lo ha pisado y llamado “muévete viejo” es que se da cuenta que aquel mago extraño lo ha timado.

Aun con eso en la cabeza, se las ingenia para librarse de los empleados atareados, y justo ha cruzado victoriosamente la puerta con la leyenda de “solo personal autorizado” es cuando puede escuchar la voz de una joven mujer que, no importa para donde se haga, ella ya lo ha descubierto.

 

―Ay no, eso fue rápido…

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

La joven Ravenclaw rara mente se encontraba en el local de su padre ya que este solo manejaba su hermano mayor Brendon y poco se movió por allí pero ese día era el día de que saori se iba a llevar unos buenos dulces de la tienda de su padre para hacer enojar a su hermano mayor, la demonio admiro toda clase de dulces y la gente que se asombraba de su sabor al probar, su mirada no se retiraban de lo dulces era curioso ya que su olor no era normal tl vez su hermano estaba cambiando el trabajo de su padre no era seguro.Uno de los elfos del lugar la mira con una sonrosa traviesa pues ya sabia a que venia la hija del señor.

 

Sin sonido alguno, hace algunos movimientos con su boca y dice muda mente - Déjame ¡- algunos de esos dulces fueron tomados por ella y su voz suave y delicada re sonó por el lugar - Listoooooo - dijo mirando a toda la gente que se movía por el local dando paso a su vista a un joven cuyo porte no había visto en su vida o tal vez después de su retiro ya no sabia ni para que nació.

 

Se acerco lentamente al joven pues su aspecto y gestos físicos hacia el lugar no eran lo que uno esperaba ver mas en esta rica dulceria por que el padre de la joven siempre decía "El mayor placer es el de probar un dulce para ser feliz en la vida " saori analizo detalladamente mientras se acerba de una manera extraña hacia el joven - le hace falta dulce a su vida - pensó mientras con una sonrisa le dice - Holaa ¡- su energía era algo contagiosa-Quien eres tu cara de dulce amargo- hizo un mal chist, solo esperaba que no preguntara por sus rasgos asiáticos.

 

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[Hessenordwood Crouch]

“Tranquilo, Garry”

 

Pensó el muchacho y quizá en un tono burlesco para sí mismo, después de todo a Garry Ollivander se le conoce por no parecer tener un gesto en el rostro, inexpresivo y sin chiste. Exhaló largamente, pensando en que solo podría meterse en líos si es que realmente eso es lo que estaba buscando. Él no cree que, si es sincero con los dueños del local, sean duros con el muchacho por parecer husmear sus almacenes, después de todo aquella apariencia enfermiza del licántropo dejaba mucho que decir, tan solo camino a la dulcería un par de señoras adultas se habían ofrecido a llevar al joven al hospital de San Mungo.

 

Al girar se encontró con un rostro nada familiar, -“Pero que sorpresa”- admiró el Ollivander aquel rostro limpio e irreconocible de la muchacha, para su experiencia en Ottery estaba casi seguro que ya tenía demasiado tiempo viviendo en aquel pueblucho mágico para decir que al girar se encontraría con algún rostro familiar, aunque sea de vista. Sin embargo, este no es el caso, y el rostro que contempla ahora es de pronto algo tan bonito, que le resulta inhumano.

 

“Una demonio”- advierte Grell en su cabeza.

 

Garry la verdad es que no tiene conflicto con los demonios, es amigo de una muy coqueta, por lo que siempre le han parecido seres interesantes, dispuestos siempre de llevar todo al límite.

 

―Madame-, Garry apenas hace una venia de cortesía a la muchacha (aunque por la mirada de ella, sospecha que ella ha presenciado un numero alarmante de primaveras(?). Se esfuerza por sonreír, pero aquella media sonrisa solo logra remarcar en su rostro las cicatrices que lo delatan, ante los ojos incluso del menos observador, como un licántropo. ―No se preocupe por mí, solo soy… de servicio-, genial, la mala influencia de su hermana merodeando la mansión de Ollivander´s pareciera que se ha contagiado. ―Solo estaba acomodando un poco, haciendo inventario, para ver si serán necesario que…-, no importa cual convincente pudiera creer que se escucha, supone que la muchacha ya se ha dado cuenta.

 

― ¿Eres la dueña de este lugar? -, preguntó soltando el aire retenido en sus pulmones todo este tiempo, orillado ante aquella mirada que recibía de la muchacha, bien, al menos podría decir que en el intento de esta aventura habrían encontrado a una brillante observadora.

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori solo podía sonreír ya que sabia que de alguna menar lo había espantado tal vez su poder de hablar era poco como su poder de gustarle alguien ese quedo comprado en la fiesta de compromiso de su hermana, por un instante saori se fijo en los aspectos de muchacho tal vez su naturaleza era muy convencional pero eso a ella no le importaba pues sus creció entre hermanas amargadas y un hermano bromista y amargado a la vez, hasta creía que no era de esa familia pero pues su acta dice otra cosa. Aunque no siempre la vida de saori fue felicidad después de que su padre adoptivo falleció casi todo su mundo se derrumbo eso no le impedir ser feliz.

 

La joven Ravenclaw mira su forzosa sonrisa e interrumpe un poco bajando su sonrisa - No finjas, un poco mas y pareces a mi hermana kytta - dijo dejando un poco de chiste pues su hermana la persona mas seria de los Rambaldis mas con saori por ende podía reconocer esos gestos casuales en las personas amargadas. -Oh ya veo " inventario"- dejo claro el sarcasmo, mientras saboreaba un poco de sus golosinas una pregunta algo curiosa arribo. -Yo¡ no es mi hermana y mi padre aunque mi padre se la dejo al bobo que esta ala con las muchachas - dijo mientras que con la mirada indicaba la ubicación de su hermano.

 

- Jummm- hace un gesto tierno - Tal vez o nose se nota que esto no es uno de tus lugares favoritos por lo que veo -dijo comiendo suavemente un dulce. Por cierto mi padre siempre me enseño a que uno se presenta primero - con su cara de medio niña que tenia dijo -Me llamo Saori Ravenclaw Rambaldi y tu- dijo mientras pasaba de un lugar a otro como niña pequeña

 

-Que haces en este lugar enserio ? - dijo seria - vivo con dos hermanas una egocéntrica creída y orgullosa y amargada, otra que es amargada por completo - dijo mientras su olor le decía que era un licantropo - Así que tus excusa no son nada apara mi - dijo tomándolo como un punto a su favor .

 

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[Hessenordwood Crouch]

Garry asintió cuando la muchacha le explicaba el acomodo de los propietarios del local. No le era muy importante saberlo, pero igual agradecía el detalle de la joven.

 

Después de escucharla y verla hablar Garry al fin soltó una sonrisa un tanto mucho más genuina. Creyó entonces reconocer de boca de ella el nombre de quien decía que era su hermana, si no tiene mala memoria, él también conoce a alguna Kytta, aunque ¿Cuál era la probabilidad en Ottery de dos personas con el mismo nombre? Si algo podía reconocer del lugar es que a casa llegaba cada individuo cada uno con un nombre más complicado de pronunciar que el anterior.

 

Sin embargo, la muchacha no le da permiso a Ollivander de entretenerse en ese hilo de pensamiento, y su charla continua, lo hace darse cuenta de que ha comenzado con un bombardeo de preguntas.

 

―Oh, no me mal entienda…-, comenzó su explicación, dejando de lado toda la actuación y taciturno como siempre el muchacho continúo. ―Este es un buen lugar, Honeydukes, buenos dulces si, aunque cierto es que no vengo a comprarlos-, Garry pasó la mirada por su alrededor, tampoco es como que el licántropo odie el caramelo, pero rodeado entre tanto dulce y chocolate cree que se está comenzando a enmielar (que se cubre de miel) de estar ahí dentro.

 

Continuó entonces con las respectivas presentaciones, Garry conocía también aquel decir de que siempre hay que comenzar con las presentaciones, educado como todo un futuro heredero de los negocios de su padre (cosa que no pasó como se esperaba) los modales y el cochambre que era ser todo un diplomático, aristócrata fueron memorizados por el pequeño Garry. Pero el Garry mayor era muy diferente, después de todo Grelliam cree que, si se crece encerrado en un exilio, uno puede cobrárselas después.

 

Sin el lado negativo, en cambio, Garry piensa que es más divertido cuando conoces a alguien sin saber su nombre y quien sabe, descubrirlo después, -El nombre no te define como persona- él cree y quizá es por eso que ha dejado de usar su nombre de mago y se adueñado de aquel apodo que le impuso su hermana mayor.

 

―Garry Ollivander-, estira su brazo para estrechar la mano de la muchacha, un tanto dudoso de cómo alguien tan aparentemente inquieta, pudiera reaccionar de pronto. ―Un gusto, señorita Ravenclaw-, aunque su rostro no es muy significativo, esta vez está siendo sincero.

 

Cuando las cortesías han acabado, es que ella continúa con su cuestionario, él esta vez se lo pensará mejor antes de hablar, después de todo la chica parece bastante seria cuando le confiesa su entrenamiento previo del que se ha formado gracias a su fraternidad.

 

―Yo, pues…-, ¿Por qué es que se lo piensa tanto? Quizá es por todo aquello que Moody y Evans se han esforzado por meterle en la cabeza. Garry Ollivander no es un hombre considerado, y no ve, a partir de ahora, como no arrastrar a esta dulce chica a su aventura comenzada por un viejo pedazo de pergamino que pareciera dibujado por un niño de once años. ―Estoy buscando un camino secreto…- soltó aquello de lo más casual, mostrándole a la chica el mapa que guardaba en los bolsillos de su abrigo.

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori siguió comiendo dulces como si no hubiera un mañana, el joven a pesar de todo era simpático a los ojos de saori hace un rato que no hablaba con alguien ya que sus libros y demás cuestiones aparte de la pequeña sorpresa que le dejo su hermano loco, las expresiones de saori fueron tanto alegres como serias tal vez no quería arruinar una amistad.

 

-Jumm que bonita sonrisa -dijo riendo un poco por lo que dijo- Por fin vez que si se puede - dijo al muchacho haciendo gestos con la manos, saori no solía estar con sus hermanas mucho tiempo con las personas su padre le decía come libros, tal vez si su hermano la ve vendría a molestarla como era costumbre y a quitarle sus dulces asi que disimulada meten miro al mostrador sin que el joven se diera cuenta de las cosas.

 

Saori y sus curiosidades y sus arrebatos de preguntas y el con mucha amabilidad respondió cada una de ellas como su nombre. -Jumm Mi padre una vez me hablo de esa familia pero pues no soy buena para eso de historias de familia, bueno garry un placer no seas tan formal conmigo por que cada vez que salgo con mi padre me muestra cretinos con educación y no con diversión en sus ojos y eso me aburre.- dijo tratando de mostrarle a Garry que ella no era de las personas de etiqueta a pesar de que viene de un linaje pero a eso a ella no le importaba en lo mas mínimo.

 

-Lose esta dulcera es muy linda - dijo cambiando de tema, aunque saber de que aquel joven venia a una aventura fue emocionante para ella y de repente mira el mapa que el saco de la chaqueta y se le hizo algo raro toco su mentón con delicadeza observando el mapa, una sonrisa se reflejo y unos recuerdos se e vinieron a la cabeza- JAJAJ oye aventura una vez casi destruyo medio castillo Ravenclaw, tuve algunos problemas con los fantasmas de mi casa - dijo. ademas querían robar las reliquias de la familia - concluyo quitando le el mapa al joven como si le tuviera intima confianza.

 

Lo tomo de la mano y le dijo - ven - trato de llevarlo a la oficina de su padre ali podrían hablar mejor, lo arrastro por un pasillo y con su varita abrió la puerta mientras que la gente llenaba y despistaba la mirada de los elfos . -Bueno, aquí ahí libros que te pueden servir soy una come libros así que dime de que eso, por que si es algo donde puedo ayudar lo are ademas me gusta las aventuras y la tuya me parece entretenida . dijo mientras buscaba libros parecidos o que hablaran de mapas.

 

 

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[Hessenordwood Crouch]

No hace mucho caso cuando ella toca el tema de las familias, la muchacha dice que no puede recordar lo que se dice de la familia de Garry, y la verdad es que Ollivander no se quiere esforzar por ponerla al día, quien sabe, ya le resulta algo tedioso tener que explicar que Garry Ollivander no es un fabricador de varitas, título tan popular entre los artesanos hacedores de varitas para magos de todas partes del mundo. No, el muchacho licántropo, seguramente por herencia de su padre, encuentra entretenido muchas otras cosas más que solo hacer varitas.

 

Él cree que la muchacha habla tan deprisa, pues perdido en aquel hilo de pensamientos ella ha cambiado al menos dos veces más de tema y no está seguro si debe intentar contestar a algo que ha dicho o solo pensar que lo tiene. “Que buena muchacha”, piensa Grell mientras ella le da pretextos de por qué el castillo de los Ravenclaw casi desaparece, le resulta divertido pensarlo y quizá demasiado curioso por saber más de aquella historia.

 

Pareciera un buen día entonces para salir de aventura, sin casos en Baker, ni acostumbrado aún a pasar tanto tiempo en la casona de la heredad de su familia a Ollivander es difícil tenerlo quieto, quizá también era por aquello que se terminaba de convencer por aquel viejo sobre la veracidad del mapa. Para mejorar las cosas, la muchacha que creyó en un principio que no dudaría en sacarlo de ahí, resulta ser una verdadera personalidad. Así que sí, hoy se siente con algo mas que solo suerte para llegar a donde la equis marca el lugar.

 

Sin poner mucha resistencia se dejó jalonear por la muchacha, aunque está convencido que de haberse querido resistir la cosa no sería muy diferente, la fuerza con la que Ravenclaw ajustaba su agarre se lo aseguraba. Después de hábilmente sacarlos de ahí, la joven los ha metido en lo que Ollivander identifica como una oficina, quizá donde se ven todos esos líos administrativos que cualquiera pudiera pasar desapercibido entre caramelos macizos y dulces bombones.

 

No ha dicho ni una palabra más y quien se ha presentado como Saori ya se ha puesto en la búsqueda y le ha ofrecido apoyo. Por más que Garry cree sentirse complacido, es difícil saber si ella habla con la razón o solo es una treta para sacarle algo más de información al mago, porque pues en este Ottery tan pequeño no es usual que alguien se muestre tan interesado en cosas como estas, aunque no por eso quiere decir que no exista quienes lo hagan.

 

―Ah…si claro-, aun con aquellos pensamientos en la cabeza, el mago continúo. ―No creo que sea muy difícil de comprender realmente, vea usted-, se adelanta con largos pasos para cruzar el cuarto y llegar hasta el escritorio donde pone el mapa sobre los pergaminos enrollados que ya están ahí, de modo que la muchacha pueda también contemplarlo. ―Según esto, se trata de un mapa trazado sobre uno aún más viejo-, sobre el mapa se puede ver una parte del callejón Diagon, muy específicamente la parte de Honeydukes, donde tiene un detalle de su interior. ―Y si hacemos esto…-, el muchacho saco su varita y con una floritura una brillante luz fluorescente se encendía en la punta que apuntaba el mapa. ―Podemos ver los caminos ocultos―, sobre el mapa se mostraba con una tinta de color rojiza otro camino en el interior del local de dulces.

 

El licántropo retrocedió un par de pasos para que la muchacha pudiera ver mejor el pergamino, en él se podían ver una serie de pasadizos secretos que supuestamente se escondían entre los muros del local, lo curioso era, que existía una parte desfasada como un cuarto que actualmente no se encuentra ahí, Garry piensa que es posible que solo se trate de alguna remodelación sufrida en el local.

 

― ¿Lo ha visto antes? -, preguntó a la curiosa chica. ― ¿Reconoce alguno de esos caminos? -, después de haber escuchado su versión contra los fantasmas en la Ravenclaw, a Garry cree que no le sorprendería saber si la muchacha está más que consiente de la existencia de alguno que otro pasadizo y sus respectivos destinos.

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori no sabia muy bien lo que estaba haciendo en esos instantes tal ves fue un imoulso de idiotes llevarlo a la oficina de su padre seria interesante hacer esto ya que su ausencia la tuvo algo aburrida dejo que sus pensamientos la llevaran, por un insgtante sospecho un poco tal vez era mala idea que el estuviera en ese lugar pues su padre conservaba papeles importantes quie guarda mas que su alma misma.La joven demonio tomo otro de sus dulces y commio un poco para pasar las malas ideas que tenia respcto a ee joven lo mas curioso es que lo trata cmo si ya fuera uno de sus amigos.

 

Tal vez su padre la educo bien Lestat siempre le decia a saori que tenia que ser la mejor persona, saber comportarse con las personas siemrpe dar ayda cuando lo nbecesitan y su espiritu avebturareo proviene de su padre adoptivo Lestat ya que el se la levaba a muchas aventuras cuano apenas era un niña la vida de la asitica no fue la mejor despues de haber sufrido tant y haber estado tan lejos de su madre Amelie.

 

El silencio del joven dio a indicar no tenia que decirle a saori lo cual entendí pero no iba a cambiar su espíritu, el mago le explicaba a saori las cosas no muy detallada pero entendió el joven le mostró un mapa el cual tenia unas características extrañas era algo que no había visto muy bien pero le emocionaba saber mas.

 

-Ho valla - el mago con su varita hacer ver algunos lugares del diagon y el de su padre era uno de los principales lo cual la sorprendió un poco miro hacia otro pensando en su infancia o adolescencia mas bien ya que después de conocer su familia conocía todo esto que ahora llama hogar y herencia. El joven le pregunta a a Ravenclaw si conocía algunos de esos caminos que se mostró al toque de la varia y por un instante saori se quedo callada y boto su dulce tal vez no era de mucha importancia que lo supiera.

 

-Pues, jumm esto no mucho amm - dijo algo nerviosa pero antes quería asegurar de una cosa con mirada imponente dejando sus nervios a lado agacho un poco su cabeza y lo miro. -Si te digo, no vas a roba y ni tocar nada dejaras todo en su lugar o te mato con un hechizo prohibido y no me interesa si eres fenixiano . dijo con seriedad y un poco de maldad y un acento mortifago pues no podía descuidar su don. -Si es así tienes que jurarlo por que no dudare en sacarte de aquí- tal ves este era un de sus grandes secretos pues ella y su hermano conocían la mayor parte de esos túneles ya que su padre les informo que eran para alguna urgencia de ataque con un buque como los que tenían los humanos en lo muggle, saori se relaja y para no asustarlo lo mira y sonrie suave dando un ambiente de agrada. -Bueno garry perdón pero mi debes es cuidar todo lo que mi padre pose y lo que posee la familia - concluyo esperando la respuesta. Por cierto que como se que eres un fenixiano por que tu olor me llega hasta la sangre - dijo riendo un poco.

 

 

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