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Primeros Auxilios


Jessie Black Lestrange
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El tiempo había pasado y era momento de iniciar con un nuevo curso. Jessie se había encargado de enviar vía lechuza el lugar indicado para aquella clase ya que jamas le gustaba impartirlas en un aula. Por lo regular aquello solo hacía las cosas más complicadas pero Jessie tenía la ferviente idea de que no había nada mejor que la practica para entender ciertas cosas.

 

Ahora solo restaba esperar a su alumna mientras ella seguía preparando las pruebas para aquella asignatura, tal era el caso del examen final, donde demostraría todo aquello que había aprendido en aquella clase.

 

Un bosque apartado de Londres, ubicado en Polonia, llevando a su alumna al CROOKED FOREST, un bosque que según contaba la leyenda estaba encantado y eso para la asignatura de Jessie era lo idóneo.

 

Con sus pinos retorcidos en las bases que podían convertirse en la madriguera de cualquier criatura magica ya sea amistosa o que pusiera en peligro a la bruja en cuestión, Jessie solo esperaba no tener que llevar un montón de papeleo a la universidad.

 

El lugar parecía un pozo sin fondo ya que la forma tan peculiar de aquellos pinos provocaba sensación de vértigo y claustrofobia, algo contra lo que tendría que luchar mucha gente.

 

-Oh, bienvenida a la clase, me alegro que hayas podido llegar - sonrio Jessie con elegancia señalando el bosque que las rodeaba - formalidades ante todo, mi nombre es Jessie y sere tu profesora de primeros auxilios... aquí intentare enseñarte como desenvolverte en una situación de peligro, por algo el nombre de la clase.

 

Camino un par de pasos hasta tomar asiento en uno de los pinos observando a su alumna de forma divertida.

 

-Comencemos con lo básico antes de que nos sumerjamos de lleno en la clase - propuso con diversión dando una fuerte palmada - ¿que sabes sobre primeros auxilios? Cualquier cosa es buena, nunca esta de más el tener conocimiento primario de todo cuanto nos rodea o al menos lo básico.

 

Espero ansiosa a que su alumna contestara la pregunta mientras pensaba la mejor forma de seguir sin asustarla demasiado.

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Un hermoso bosque encantado era casi tortura para Gabrielle, por primera vez se encontraba usando unos jeans ajustados y una camisola de lana a cuadros roja siendo esa su única tortura, sus vestidos de satín y sus zapatillas no entrarían por ningún motivo a un lugar como ese. El fresco y el ambiente mágico, casi tétrico, del bosque hacía que la bruja diera pasos forzados entre la maleza buscando el lugar de encuentro.

 

- Sí Gabrielle ¡Très bien! excelentísima idea estudiar... la mula no quiso obedecer a Orión de entrar a su clase, no, tenía que darle la contra, ahorita estuviera molestandole, o siendo cuidada por él...- murmuraba entre dientes mientras buscaba sigilosa entre las ramas el lugar.- oui, oui, mon pauvre frêre...

 

Y sus palabras fueron calladas al ver a lo lejos el lugar. Aliviada, la Delacour apresuró el paso entre los árboles que le rodeaban, aquellos huecos que se notaban entre alguno de ellos le erizaban la piel deseando solo huir del lugar; caminó aún más apresurada, sigilosa, casi impaciente de poder llegar y ponerse "a salvo" de la vida silvestre que les rodeaba.

 

Al llegar, la profesora clavó su mirada en ella, podía presentir que hasta de manera divertida. Gabrielle acomodó apresuradamente sus cabellos rubios en un molote, algunas ramas que quedaron incrustadas en su cabellera se asomaban levemente a lo que apresuró a quitarlos de sus mechones ondulados. No sabía si presentarse y, en el momento de abrir la boca, la profesora continuó con la presentación lanzando una pregunta que le tomó por sorpresa.

 

- Bonjour soy Gabrielle Delacour...- dijo apresuradamente.- ¿Primeros auxilios? A nivel primitivo, tipo parar hemorragia con apósitos, mantener con vida a una persona en lo que llega la ayuda, quemaduras, todo a lo instinto... pasé mucho tiempo en el mundo muggle.- Gabrielle encogió los hombros y le miró en busca de aprobación, cuando se es madre, los conejillos de indias no están hechos para experimentar.

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-Francesa - pensó Jessie para sus adentros, recordando que no tenía muy buena relación con las personas de aquella región y por el apellido... más le valía guardar la calma.

 

-​No necesariamente así... pero técnicamente estas en lo correcto - sonrió Jessie divertida mientras intentaba de encontrar la mejor forma de explicar de que iría la clase - se suponía que otra chica más vendría pero en lo que esperamos... comencemos y que nos siga.

 

Se puso de pie y comenzó a caminar de un lado para otro aun pensando en como explicarle las cosas sin sonar tan prepotente, puesto que su simple apellido la molestaba de sobre manera. Suspiro y volteo su rostro a la chica, sonriendo con amabilidad.

 

-Primeros auxilios es una rama de la medicina muggle que se encarga de dar los cuidados mediatos a una persona en estado critico - explico de una forma un tanto muggle para que su alumna la entendiera - dicho de otra forma, los primeros auxilios son las atención que debes de brindarle a una persona lesionada, herida, con problemas de salud o en peligro de muerte siempre y cuando sepas y puedas hacerlo.

 

Ahora recordaba los problemas que había tenido al impartir la clase a Thomas, el chico se creía lo suficientemente poderoso como para salir airoso y de no ser por Jessie habría muerto en la clase, por suerte, la mayoría de sus clases eran simulaciones y este era una de ellas. Jamas destruirá un bosque tan hermoso por una simple clase.

 

-Ahora bien, que vendría a ser una atención mediata. Aquella que puedes brindar sin exponer tu vida y a la vez ayudar a la persona que esta en peligro. Por ejemplo, alguien con heridas sangrantes necesita vendajes y torniquetes como acción inicial, pero si esta en medio de un intercambio de daños lo mejor es dejarle. Suena cruel, pero mejor un herido, una baja que dos. Esa siempre es la ley principal. Es más valioso alguien que sabe de primeros auxilios que un civil común, porque alguien con esas practicas puede salvar más vidas.

 

Si, era un tanto cruel, pero lo había aprendido a la mala y ahora debía transmitir aquella enseñanza a sus alumnos. Antes de comenzar con la parte practica quería saber que dudas tendría su alumna y dar solo un poco más de tiempo a que llegara la otra alumna, tal vez un par de minutos.

 

-​Veamos... que harías en caso de toparte con alguien que se esta desangrando en medio del callejón Diagón... piensa antes de contestar... de esa respuesta, hipotéticamente, depende la vida de esa persona.

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El estar en medio del bosque ponía nerviosa a Gabrielle, aquel ambiente de incertidumbre le mantenía demasiado atenta a sus alrededores haciendo que cualquier pequeño ruido le mantuviera su mano derecha pegada a sus jeans, sintiendo parte de su varita a través de las ropas. Aún teniendo a la profesora que podría salvar su vida la piel se le erizaba.

 

-Ahora bien, que vendría a ser una atención mediata. Aquella que puedes brindar sin exponer tu vida y a la vez ayudar a la persona que esta en peligro. Por ejemplo, alguien con heridas sangrantes necesita vendajes y torniquetes como acción inicial, pero si esta en medio de un intercambio de daños lo mejor es dejarle. Suena cruel, pero mejor un herido, una baja que dos. Esa siempre es la ley principal. Es más valioso alguien que sabe de primeros auxilios que un civil común, porque alguien con esas practicas puede salvar más vidas.

 

Aquellas palabras le dejaron helada, aún más teniendo la posibilidad de terminar muerta en aquel solitario bosque. Eran frías palabras pero con mucha lógica para ella, pero a veces la adrenalina traiciona, y para alguien tan espontanea e impulsiva como ella, podría decirse que sería la posible segunda víctima de la que hablaba la profesora.

 

Jessie ahora había puesto una situación hipotética; la Delacour le observó fijamente, su mente había dado vuelo a aquella escena imaginaria y tenía que contestar, correcto o no, muerta o viva.

 

- Observo si corro peligro y me acerco a la víctima; buscaría alguien cercano que me ayudase con él, le observo buscando la herida y busco algún trapo o algo con qué presionarle para evitar que se desangre....- un ruido lejano le hizo girar rápidamente la mirada y tensar su cuerpo, regresó la mirada hacia ella y prosiguió.- Supongo que le comentaría a quien me ayude que de aviso a las autoridades acerca del herido en lo que yo me quedo presionando la herida.

 

Le observó ansiosa; la Francesa comenzaba a impacientarse al ser las únicas en aquel lugar, lejos de la civilización, en jeans y camisola holgada, si moriría no podía morir vestida de esa manera.

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Jessie sonreía divertida al percatarse que su alumna estaba un tanto nerviosa por como se estaba llevando a cabo la clase. Tal parecía que a su alumna le daba un poco de miedo el como hablaba la bruja pero jamas le había importado eso en el pasado y mucho menos ahora.

 

Al ponerle el ejercicio hipotético, Jessie no pudo evitar pensar que la chica solo tendría dos opciones, o acertaba o fracasaba. En esto no había punto medio, no como en otras ramas, la verdad es que por lo mismo Jessie amaba aquella asignatura, siempre era blanco o negro, nunca grises.

 

Escucho la respuesta de su alumna con atención, sonriendo de lado al darse cuenta que no estaba del todo mal su respuesta. Había tenido en cuanta lo que pensaba que podría brincarse y eso le gustaba, que ponía más atención de la que la propia Jessie esperaba.

 

-Muy bien, excelente para ser sincera... ahora veamos... descuida el ruido, es solo mi amigo Aldrich, mi hippogrifo. Esta un poco impaciente - sonrió de lado viendo a lo lejos buscando a su amigo entre los arboles - el nos ayudara con la siguiente fase de nuestro trabajo... descuida, no te hará daño... al menos no a ti.

 

Pero se había desviado del tema, nadie le había pedido que trajera a su mascota pero aquel animalejo era un tanto impaciente y Jessie no lo culpaba, había hecho tiempo para esperar a su otra alumna pero esta nomas no llegaba.

 

-Bien, pasemos a lo siguiente. Este bosque es muy antiguo, cuenta la leyenda, muggle obviamente, que es mágico. Nuestra tarea sera descubrir si es verdad... hasta donde pude observar en mi vuelo de reconocimiento tiene especímenes magicos que podrían terminar lastimándonos... mejor dicho, lastimarme.

 

Ahí venía el asuntó, esta vez ella sería el conejillo de Indias y la tarea de su alumna sería mantenerla sana y salva.

 

-Me lastimare, tenlo por seguro y tu tendrás que darme los primeros auxilios dependiendo el caso. Si algo llega a salir mal... pues desapruebas y listo - sonrió divertida mientras comenzaba a caminar llamando a Gabrielle -¿estas lista? Comencemos.

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¿Por qué la necesidad de salir de Inglaterra? No me gustaba viajar, y si ya era pesado trasladarse a Londres, hacerlo fuera del país era un completo dolor de culo.

 

Pero allí estaba sobre la mesa el mensaje en donde con letra clara podía leerse "Crooked Forest en Polonia". Y el mensaje se quedó allí mientras volvía a envolverme en el edredón, sin ganas de salir de la cama. Sí, perdería mi dinero una vez más ¿y acaso tenía mucho para permitirme una cosa así?

 

Aquella razón por sí sola me hizo recapacitar en la idea de asistir a la clase. La parte mala era que tanta indecisión me había traído bastante retraso. Sin perder más tiempo comencé a cambiar mi ropa, aventé a un lado el camisón y en su lugar me coloqué un jean y un sueter de lana cruda que hacía juego con las zapatillas blancas.

 

Coloqué mi varita al cinto y desaparecí rauda con un rápido movimiento. Cuando reaparecí, levemente mareada, me encontraba junto a un enorme conjunto de pinos que alzaban sus copas frondosas hasta lo más alto, ocultando el cielo despejado. Era de alguna forma inquietante, pero me sobrepuse a ello y seguí internándome con la esperanza de dar pronto con la profesora. Fue entonces que ahogué un grito al observar una hilera interminable de árboles de raíces curvas con un doblez de prácticamente noventa grados en sus bases. ¿Que clase de fuerza les había dotado de tan curiosa forma? Sentía mucha curiosidad así que me acerqué al árbol y comencé a observar el nudoso tronco.

 

Tan concentrada estaba que tardé en caer en cuenta del leve ruido encima mío y cuando alcé la vista ya era un poco tarde: media docena de criaturillas estaban sobre mí y sus dedos puntiagudos y largos no dejaban duda de que se trataban de bowtruckles que posiblemente creían que quería cortar "su" árbol.

 

- Hey, están cometiendo un error- intenté decir mientras hundía las manos en mi morral y buscaba el pote que contenía cochinilla- en serio solo estoy de paso por aquí, tengan, en son de paz.

 

Los arañazos en la cara se detuvieron. Realmente aquello era su debilidad. Vi como entre ellos comenzaban una extraña pelea por la cochinilla que les había entregado, aunque de cuando en cuando echaban una mirada con sus ojos castaños hacia mí. Pero yo ya tenía aprendida la lección así que seguí mi camino, agradecida de haber traído mis viales de poción en el morral.

 

Tras caminar unos veinte minutos más por fin escuché voces, así que apresuré el paso y alcancé a escuchar como Jessie, la profesora, comentaba acerca de las criaturas mágicas capaces de lastimarnos.

 

- Ni que lo digas, mi cara es la prueba de eso- dije en cuanto ella misteriosamente terminaba de hablar dejando en claro que se pondría en peligro- ¿entonces para aprobar tenemos que mantenerte con vida? Vaya que nos tienes mucha fe.

 

A menos que fuera desmemoriada tenía entera certeza de que sabía muy bien quien era yo, así que sobraba presentarme, al menos con ella. Con la otra mujer (Gabrielle) la cosa si era distinta así que esbozando una sonrisa le tendí la mano.

 

- Bel Evans, placer de conocerla. Espero podamos hacer un buen equipo. Mas que ella, no me apetece volver a regalarle mil galeones a la universidad.

 

@ @@Gabrielle Delacour

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-Bien, pasemos a lo siguiente. Este bosque es muy antiguo, cuenta la leyenda, muggle obviamente, que es mágico. Nuestra tarea sera descubrir si es verdad... hasta donde pude observar en mi vuelo de reconocimiento tiene especímenes magicos que podrían terminar lastimándonos... mejor dicho, lastimarme.

 

Sus palabras no habían dejado tranquila a la Delacour, el bosque y ahora esto, se encontraba demasiado nerviosa como para pensar; dejó escapar un suspiro tratando de calmarse, despejó su mente y asintió con duda.

 

Rápidamente salió una chica de los arbustos, Gabrielle de inmediato tomó su varita pensando que era un animal salvaje y al ver a la chica le guardó de inmediato, las cosas estaban un poco confusas para ella, más de ver a la chica ligeramente herida.

 

La nueva integrante del curso le saludó y Gabrielle devolvió el saludo con una sonrisa en sus labios, se sentía un poco más aliviada más después de saber que su profesora podía salir herida.

 

- Mucho gusto, Gabrielle Delacour.- Apresuró a contestar y su profesora continuó con sus palabras.

 

-Me lastimare, tenlo por seguro y tu tendrás que darme los primeros auxilios dependiendo el caso. Si algo llega a salir mal... pues desapruebas y listo - sonrió divertida mientras comenzaba a caminar llamando a Gabrielle -¿estas lista? Comencemos.

Los ojos miel de la Delacour se clavaron fijamente en Jessie, aquel animalejo le metía cierto miedo, las criaturas de un tamaño mayor a ella le daban mala espina pero el que fuera de su profesora le ayudaba a no salir corriendo de ese lugar en busca de refugio. Sintió su varita en sus pantalones y le miró fijamente, sabía que su profesora haría una locura y eso le ponía nerviosa, miró a su nueva compañera y sonrió tras sus palabras, al menos ahora serían dos. Asintió a las palabras de Jessie y se preparó para lo peor.

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Una nueva chica había llegado justo a tiempo, ellas estaban por partir así que si se hubiera tardado un poco más tal vez no las hubiera localizado. Observó su rostro con atención y le sorprendió ver que tenía un par de rasguños, se acercó a ella y le paso la varita mágica por el rostro curando las heridas de la joven bruja.

 

-​Bienvenida... llegas justo a tiempo- repuso Jessie sonriendo a Bel

 

Se le hacía conocida pero no sabía de donde, intentaba recordar pero tal vez más delante lo hiciera. Soltó una carcajada ante la pregunta de Bel mientras a lo lejos su hipogrifo chillaba en protesta, seguro la había escuchado y se había ofendido un poco por lo dicho por la bruja, el jamas lastimaría a Jessie.

 

-​No es que confié o no en ustedes... sino que es esencial para su clase que aprendan a manejar situaciones de riesgo y como no las pondré a ustedes en peligro...

 

Se dio media vuelta en lo que escuchaba las presentaciones de las chicas alejándose de ellas sin que se dieran cuenta. Sabía donde meterse y salir gravemente herida pero comenzaría de a poco, ya que dejaría lo mejor para el final. Comenzó a caminar mientras tomaba una hoja de esa y otra de aquella y las llevaba a su boca, teniendo en cuenta que consigo llevaba un bezoar en caso de que las brujas no se percataran de lo que le pasaba.

 

Espuma de color amarillo comenzó a salir de su boca mientras seguía caminando, sudaba y se preocupo un poco, estaba a nada de tomar el bezoar pero debía de confiar en ellas, ellas debían de aprender los signos y síntomas de un envenenamiento, actuar rápido y salvarla. Cayo al suelo de rodillas, sintiendo como su respiración se hacía cada vez más dificil y su vista comenzaba a nublarse poco a poco.

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Mientras más pasaba el tiempo más nerviosa se sentía Gabrielle, si venía cierto ya tenía una nueva compañera y no estaban tan solas en el bosque, pero eso no quitaba el hecho de que estaban demasiado lejos de la civilización.

 

Regresando la mirada a la profesora, le encontró de un aspecto nada agradable, de su boca ahora emanaba espuma y el color de Jessi de apoco se tornaba nada normal. La Delacour volteó rápidamente hacia su compañera y apresuró sus pasos hacia donde Jessi se encontraba.

 

- ¿Te encuentras bien?¿Qué cómiste?¿Qué hiciste?

 

La chica apresuró a ponerse en el nivel de su profesora para detenerle la espalda y que, en caso de desmayo, no sufriera lesión, esperaba ayuda de su compañera y las palabras de su profesora, alguna pista para saber qué hacer.

 

- Es envenenamiento, la espuma no es buena señal...- susurró recordando las veces que de niña se había intoxicado comiendo algunas cosas que su Orión dejaba regadas.- Bel ¿Sabes qué comió?

 

Sus ojos ahora se posaban sobre su compañera, trataba de mantenerse calmada pero su voz le traicionaba.

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Jessie no estaba dispuesta a perder el tiempo con nosotros así que antes que pudiera siquiera terminar las presentaciones con mi compañera de clase la vimos perderse un momento en aquel bosque encantado. No tardó en volver, pero su condición era diametralmente distinta a como estaba antes.

 

Gabrielle no tardó en tomarla para evitar que ella pudiera chocar con el suelo a causa de un desmayo. Yo me acerqué también pero sin tocarla, y apenas intentando captar de la forma más detallada posible su nueva condición. Sudaba bastante, y si bien la espuma de su boca indicaba un claro envenenamiento como escuchaba que decía Gabrielle, explorar otras características era lo decisivo para saber que clase de envenenamiento era.

 

No podía hacer las cosas a medias. Era sencillo en ese momento poder darle un bezoar, pero para mí constituía un reto personal ante todo poder diferenciar un envenenamiento de otro. Porque en otra oportunidad quizá no tendría un bezoar a la mano, como lo tenía ahora en el morral, y encontrar las alternativas podría salvar a esos futuros pacientes.

 

Así que tomé con delicadeza su brazo y sosteniendo su muñeca le pedí el pulso. Este era sumamente débil e irregular, y eso ya me daba una primera pista más no era suficiente. Observé entonces la condición de su cara, y noté como esta se encontraba con los músculos rígidos.

 

- Solo una última cosa- dije mientras me inclinaba en su pecho y escuchaba su respiración- dificultosa como lo sospechaba.

 

No había más tiempo que perder ,así que saqué un bezoar del morral y se lo hice tragar a Jessie con todas mis fuerzas.

 

- Envenenamiento por consumo de acónito- le dije para luego inclinar la cabeza hacia Gabrielle- fuiste bastante rápida detectando que era envenenamiento Gabrielle. El acónito por cierto fui ampliamente utilizado en China para condenados a muerte y suicidios. Tiene propiedades medicinales también pero el uso especialmente de su raiz de una forma no regulada trae terribles consecuencias. Por ciertoGabrielle ¿tienes chocolate? Creo que será lo mejor para que la profesora se estabilice.

Jessie realmente había querido impregnarle realismo a la clase.

 

- Ahora, si no contáramos con un bezoar ¿que otras formas tendríamos para contrarrestar ese veneno? ¿y otros más?. Sé que los mortífagos tienen un hechizo que seca tu garganta y te impide pronunciar palabra alguna. En esas circunstancias sería imposible para mí poder conjurar un bezoar ¿así que de que forma podría salvarme?

 

La ventaja de haberme declarado miembro de la orden del fénix es que podía hablar de las batallas en el mundo mágico con toda la tranquilidad del mundo. Quedaba esperar ahora por la reacción y respuesta de la profesora.

 

 

@@Gabrielle Delacour @

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