Stranger Things

[Luisitha Black M.]

Todo sucedía a gran velocidad pero a sus ojos se veía todo lento, su cuerpo era lento y pesado, deseaba tener más fuerza, necesitaba ser mas rápida.

 

No esperaba que la cueva colapsara, su hechizo casi había matado al muchacho que intentaba salvar de las fauces de la bestia...y ahora les encerraba con ella debido a la caída de las rocas dejando a los demás afuera. Si la ayuda llegaba, era claro que en el mundo de la magia muchas veces las técnicas escolares de aprender mediante la practica era recomendada, una practica salvaje y sanguinaria si se tiene en cuenta que no se tenían los conocimientos necesarios...

 

-lo siento, no se me ocurrió nada más, lo siento- Repetía a Beltis después de que esta hubiese expulsado a la criatura con una roca y esta cayera colapsando aun más la cueva. El espacio se había reducido y por ende la luz.

 

-Lumos- Iluminó con la varita el lugar esperando que el polvo se disipara-¿Está vivo? -Preguntó con temor de haber sido ella quien terminase de matar al chico. Su asentimiento le relajaba al menos un poco.

 

Cuando la visibilidad mejoró pudo ver que en el lugar donde la criatura había estado segundos atrás, había una cosa diferente a una roca... La Black se acercó con cautela mientras su compañera atendía al chico. Lo que encontró no fue menos horrible. Era el motivo del olor a putrefacción que habían sentido desde el principio.

 

-¡Por las barbas de Merlin!, es el profesor goderic!!!-Tal parece que la primera víctima no fue el chico de la bicicleta, inesperadamente, su primera vista habia sido quien se suponía debía impartir su clase. La repulsiva imagen le desestabilizaba, El cuerpo del maestro ya habia comenzado a descomponerse, un par de moscas revoloteaban en su rostro y su cuerpo o lo que quedaba de él, ultrajado por las garras del monstruo, se encontraba repartido por el suelo.

 

Como si no fuera suficiente la bestia no había muerto por la caída y ahora intentaba mover la gigantesca roca que se posaba sobre la entrada del agujero; Y ahora estaba el plus de que la mantícora estaba furiosa...

 

-Tenemos que salir como sea...-dijo la Black caminando hacia atrás, consciente de que el estudiante que se encontraba con vida estaba demasiado mal herido para aparecerse y la estructura de la cueva se habia convertido en una frágil trampa gracias a ella.

 

 

[Mael Blackfyre]

Todo había ocurrido muy rápido y no me había dado cuenta de cómo las dos chicas se habían alejado. ¿Cómo podía haberme sucedido eso? ¿Cómo siendo siempre tan precavido y cuidadoso había ocurrido que dos chicas se alejaran en medio de un bosque peligroso con las cosas que estaban ocurriendo? Todo era culpa de la magia. Y mucho más cuando se trataba de magia negra, una voz me había endulzado el oído, me había susurrado y automáticamente me había dado vuelta para ver qué demonios estaba sucediendo.

Parecía como si todo el mundo se hubiera callado de repente. Como si las estrellas hubieran dejado de brillar y la brisa de soplar. Era la voz de un chico. ¿Y si el chico había aparecido? Me sentía tocado por aquel tema, podía ser un hijo o nieto mío, por eso es que no había puesto demasiadas trabas a la hora que el Ministerio invadió la Universidad.

“Encuentran un hueco y se aprovechan para luego jactarse de que hacen algo”

Había sido director del departamento Auror por muchos años. Y sabía que a veces el trabajo se te salía de las manos, pero otras veces sabía que las personas preferían esquivar sus responsabilidades o no se querían hacer cargo. Que aprovechaban cualquier momento para poner su nombre delante de otros. Caminaba lentamente, observando cada rincón oscuro, esperando que dos pequeños ojos resurgieran entre medio

Pero no conseguía nada. Mi varita se encontraba aferrada entre mis dedos, esperando a que alguna criatura se tirara encima y la pudiera repeler. ¿O era solamente mi intuición? Algo parecía que me estaba observando. Escuché una explosión. Ahí fue cuando me di cuenta realmente que no estaba acompañado por las muchachas. Que todas las veces que las había tranquilizado y que les había dicho que iban bien, era como haberle hablado al mismo aire. Me di la vuelta. No se escuchó nada mas. ¿Las chicas habrían encontrado algo? Podía sentir como la magia me había puesto en aquel estado hipnótico, si hubiera reaccionado en otro estado, ya me habría lanzado a la oscuridad para ver cómo estaban las chicas.

Aunque me había quedado con las ganas. Pude sentir un fuerte golpe en mi nuca. Todo se desvanecía. Mi cuerpo golpeó fuerte el suelo y lo último que pude sentir, es como era arrastrado por la tierra.

[Beltis]

- Está vivo, pero está muy mal.

 

Tomó al chico entre sus brazos y le aplicó varios espiskey consecutivos mientras su compañera se dedicaba a investigar la cueva. Estaba muy mal herido y había perdido una gran cantidad de sangre. Estaba tentada a culpar a la criatura, pero algo le decía que había algo más ocurriendo en ese bosque. Aquella extraña sensación no era producto de una sola Mantícora hambrienta; allí había algo más y mucho más peligroso y oscuro que una criatura.

 

-Mobilicorpus-dijo apuntando al cuerpo casi inerte del muchacho.

 

-¡Por las barbas de Merlin!, es el profesor goderic!!!

 

- ¡¿Qué dices?! ¿Está vivo?

 

Beltis se giró para observar el descubrimiento que había hecho la Black, la posibilidad de que ambas desapariciones estuviesen ligadas era remota. Pero si un profesor había sido atacado de esa manera, entonces, podía confirmar su teoría: había algo más detrás de esos sucesos tan extraños. Se dirigió hacia donde estaba su compañera y se agachó para revisar el cuerpo que había encontrado (más bien los restos de un cuerpo). Tenían que encontrar una salida que no implicara hacer volar más piedras para sacar al estudiante y lo que quedaba de quien fuera ese mago. De pronto, un fuerte ruido proveniente de la cárcel temporal de la mantícora atrajo toda su atención y la puso en alerta.

 

- Lu...¡Cuidado!

 

La mantícora logró escapar de la roca que la apresaba y avanzó hacia ellas. Beltis señaló con el mentón un hueco en la roca, justo al lado de Luisitha. Antes de que la criatura se avalanzara sobre la Black, Beltis volvió su varita para controlarla de forma definitiva.

 

- ¡Ya basta! -estaba hasta las narices de la Mantícora-. Oppugno -murmuró al fin.

 

Sabía que sería suficiente para doblegar a la criatura y librarse de ella. Estaba cansada de no poder usar sus conocimientos por miedo a que alguno la escuchara. Si alguien usaba aquello en su contra aduciría la repentina calma de la Mantícora a la Magia Oscura que parecía inundar aquella cueva y no a su propia habilidad.

 

La criatura se detuvo en seco ante sus órdenes, frente a aquella calma, Beltis se apoyó en la rocosa pared para ponerse en pie, sin embargo algo cedió bajo sus dedos y la piedra fría y dura dio paso a una materia viscosa que comenzó a succionar su cuerpo. Lo último que vio fue a Luisitha desaparecer en las sombras.

 

Descendió con gran rapidez y sin poder moverse, entre lo que parecían ramas y una sustancia que tenía la consistencias de las babas de un perro de tres cabezas. Estaba completamente atrapada y sin su varita. Antes de darse cuenta, comenzó a caer en picada en cuanto las ramas aflojaron, envuelta en la oscuridad. De pronto, sintió un doloroso tirón en el tobillo y su caida se detuvo. A lo lejos escuchó lo que parecía el golpe de una rama contra el suelo y supuso que era su varita.

 

- ¿Luisitha? -llamó mientras oscilaba en el vacío, pediendo de un pie, cabeza abajo, sin poder ver nada.

[Luisitha Black M.]

Muy a su pesar habia descuidado al chico, a Beltis, la manticora y a los restos del maestro para buscar una salida posible. Necesitaban una alternativa pronto pues temía que con los segundos el daños causado en el muchacho fueren demasiados. Iba de camino hacia su compañera y el muchacho que flotaba cuando escuchó su exclamación.

 

Las cosas como siempre, pasaban más rápido ante sus ojos que lo que daba su cuerpo para reaccionar. La roca que aprisionaba a la bestia cedía ante su fuerza y con esta otras pequeñas rocas se desprendían despejando un pequeño hueco para dar paso a una diminuta salida. el cuerpo del chico que yacía en el suelo a un lado de Beltis se encontraba más inerte que nunca, asemejándose más al de un cadáver que al de un herido. Les quedaba poco tiempo pero ahora la criatura estaba suelta y habia puesto toda su atención en ella.

 

Para su suerte, teniendo en cuenta que no pudo si quiera pensar en algo para defenderse, La bruja de cabellos castaños ya le había salvado el pellejo controlando a la criatura. Por su lado la Black no perdió el tiempo y apunto al muchacho.

 

-Mobilicorpus -aprovechó para deslizar al desmadejado cuerpo del chico por la brecha entre la roca Sacándole de la cueva. Hizo señales a Beltis para salir pero lo que vio la dejó helada. La bruja desaparecía tragada por una pared de roca, tras esta también se sumergía la manticora.

 

"¡Esta mugrosa cueva está maldita!"

 

Salió para encontrar al chico tendido en el suelo. Arrojó su abrigo sobre este cubriéndolo lo más que pudo, y sobre esta un encantamiento desilucionador bastante imperfecto pero lo suficiente para que el cuerpo no llamase la atención.

 

Levantó la varita -¡Periculum!- Una llamarada roja subió hasta el cielo dejando tras esta una estela de humo espeso del mismo color. No le quedó otra que abandonar al ahora camuflado chico con la esperanza de que el rastro atrajera a los demás magos que se habian aventurado a la búsqueda. Ella debía, muy a su pesar, volver a entrar a aquella espantosa cueva para encontrar a su compañera.

 

Llamó un par de veces a la bruja de cabellos castaños sin recibir respuesta, la manticora tambien había desaparecido y en la cueva no podía oírse nada mas que sus pasos. Guardó su varita y tanteó la pared para sentir que se ocultaba tras esta incluso coló algo de su rostro pero solo se percibía una completa oscuridad.

 

Y bueno que ninguna de sus "buenas ideas" habían funcionado, esta vez iba a optar por la primera, única y más est****a que se le ocurrió. Respiró hondo y saltó hacia la pared...

 

Tras sumergirse en absoluta oscuridad, en lo profundo visualizó algunas ramas de arboles. Se preparó para el impacto rompiendo algunas en la caida, hasta atajase en una que pudo resistir su peso. "al demonio si me vuelven a pedir que haga algo así" pensó recobrando el aire después del golpe que se habia dado. Sacó su varita de nuevo, necesitaba luz.

 

-!Lumos!....¿Beltis?- preguntó casi sin aliento desde lo alto intentando descifrar lo que veía bajo la luz tenue, aquel espacio viscoso, parecido a un asqueroso nido gigante de larvas.

 

A unos cuantos metros, colgando, atado como oruga en un capullo pudo ver lo que se parecía a su maestro de quien hace poco se habían separado y a su compañera que colgaba también. No habia rastro de la manticora, de nada que no fuere esa especie de baba que se escurria por casi todos lados.

[Beltis]

- Somos alimento, somos alimento- murmuraba mientras intentaba llegar con las manos a su tobillo.

 

Una tarea imposible bajo las actuales condiciones. Estaba colgada boca abajo, sin varita, aleteando como un ridículo pájaro y con unos abdominales inútiles, incapaces de llevar su tronco y su brazos a la altura de sus pies.

 

- Si salgo de este sitio, prometo hacer ejercicio.

 

Continuó con su fútil intento de desatarse hasta que una luz y la voz de mujer irrumpieron en la cueva. De a poco, los pocos rayos de luz le fueron revelando los grotescos detalles de lo que parecía un húmedo túnel en las profundidades del bosque.

 

- Luisitha, qué bueno que estás bien. ¿Me bajas?

 

Necesitaba alcanzar su varita y salir de ahí. La luz solp había traído la visión de algo repugnante y preocupante: era como un nido. Y ellos no eran más que la comida de alguna criatura.

[Luisitha Black M.]

Se acercó a Beltis con sumo cuidado embadurnando las botas con aquella asquerosa babasa espesa.

 

- ¿Pero que lugar es este?... -Preguntó la Black consternada por lo que veia, apuntó al tobillo de beltis que parecía un pez recien atrapado y llegó a una única conclusión. no estaban solos -Liberacorpus- Bajó con su varita a la bruja lentamente hasta quedar en el suelo. Le miró a los ojos, ambas sabian que este tipo de magia oscura no estaba entre las que ambas practicaban, para nada. En esa especie de criadero habia algo más escondido...

 

Con el rescate de su maestro la cosa seria distinta, si le liberaba ahora sin que Beltis le ayudase podía entrar la posibilidad de que en la caída le quebrase el cuello...

 

-voy a necesitar su ayuda para bajarlo de ahí, ¿profesor, está bien?, ¡profesor!-no obtuvo respuesta, parecia inconsciente -Hay que bajarlo de aquí rápido - apuntó a su profesor con temor a que estuviera muerto como el otro -¡Enervate! -

 

Su estomago se desanudaba un poco al ver que reaccionaba, al menos estaba vivo.

 

- ¿Tienes alguna idea de que esta pasando? -preguntó a la bruja que aun buscaba algo en el suelo...-¿perdiste la varita?-