• Borgin & Burke • (MM B: 93568)

[Maida Black Yaxley]

Tanto Cissy como Eobard parecían haber enmudecido y a ella la jaqueca le iba in crescendo, así que de cierta forma, les agradecía poder tener un poco de cordura para escuchar las explicaciones de Candela acerca de los jarrones. ¿Realmente quería darle eso a su madre? No, en realidad, si estaban envenenadas o malditas, prefería lanzarlas a un Castillo que hacía tiempo estaba sacando boleto. Pero no, no era su naturaleza exacta.

 

— No, creo que prefiero no arriesgarme, aunque si quisiera separar al menos uno de esos para la Manor —sopesó y buscó unos papeles en la túnica, tenía los bolsillos llenos de tonterías. Afortunadamente para ella, lo primero que salió fue una botellita con poción herbovitalizante, bebió un poco y extendió lo que quedaba hacia Jeremy—, toma, por si queda algo de lo que sea que te hizo mal, en el cuerpo. Es herbovitalizante y la hice yo misma, no tienes de qué preocuparte.

 

Vio a Keaton y aunque le pareció extrañamente familiar, no dijo nada. Ya habían pasado demasiados meses como para actuar así, se apoyó en uno de los mostradores que tenía más cerca y sopesó la idea mala que se le había cruzado segundos anteriores. ¿Los arcanos dejando propiedades tiradas por Ottery? Por muy distraídos que fueran al pasear, no sonaba como ellos.

 

— Supongo que intentábamos estar de compras, pero la situación ha cambiado un poco —dijo entonces, medio en respuesta a Keaton, medio en no saber qué decir sobre el reciente inconveniente.

[Jeremy Triviani]

-Gracias - le dijo a Maida, tomando su botellita y bebiendo un gran trago.

 

Por suerte lo peor de su envenenamiento ya había pasado. Aunque sentía su cuerpo un poco raro, lo disimulo bien, no quería volver a tocar ese tema y que todos terminaran de borrarlo de la lista de aspirantes al lado oscuro por est****o. El herbovitalizante le hizo bien a su sistema corporal, cosa que agradeció en silencio.

 

-Buenas -Saludo Jeremy al hombre recién llegado. - No precisamente compras.

 

No sabía si presentarse al hombre, pero intuyo que no era buena idea. Puedo observar que eran de la misma raza, casi de la misma estatura, ahí terminaban las similitudes. Calculo que debía de estar entre el rango de 25 a 35 años, aunque en un vampiro eso no marcaba la edad real. No recordaba habérselo cruzado antes en ningún lado. Se pregunto si vendría por lo mismo que él, a aquella reunión en la tienda de su tía.

 

-Esto es tuyo -le dijo a Maida, devolviéndole la pequeña botella vacía.

 

@ @@Keaton Ravenclaw

[racks1804]

Ubicado en su dormitorio, Racks se localizaba encima de su cama, viendo al techo sin más que reflexionar en todo lo que ha pasado últimamente, ha visto caras que recordaba, más no a quienes pertenecían, eran altas horas de la noche, no se veía nada más que la luz que entraba por la ventana. Se levantó de la cama, convencido en salir al callejón Diagon, donde había planeado reunírse con Juliette, para conocerse mejor, ya que ella sería la consejera de Racks. Se vistió con un abrigo de color vinotinto oscuro, junto con unos jeans negros, zapatos y bufanda del mismo color, alistado para salir, procedió a hacer dicha acción.

 

Al caminar en dirección al callejón Diagon notó que todo estaba ligeramente más claro que su dormitorio, aunque de igual forma, seguía estando bastante oscuro, caminaba con pasos largos, pero cortos, mientras miraba únicamente el piso, ya que le gustaba la idea de no pisar las grietas que habían en el suelo.

 

Finalmente llegó a donde habían acordado verse, el local que por nombre lleva ''Borgin & Burke''. La joven dama ya se encontraba en el lugar, Racks la visualiza y le da una pequeña reverencia en señal de disculpas -Buenas noches, espero no haberle hecho esperar mucho- Hace una breve pausa entre frases -Como ya sabe, mi nombre es Racks, y seré su consejado- Dijo Racks en un tono un tanto bromista, esperando lo peor por haber hecho eso, esa acción podía ser, tanto buena como mala, todo dependería de qué tanta paciencia tuviera Juliette en él.

 

@@Juliette Macnair

[Juliette Macnair]

Los viajes a los Estados Unidos se estaban volviendo más recurrentes de lo que ella misma pensó en un principio, debía lidiar con las preguntas indiscretas del MACUSA, dar explicaciones coherentes a su amigo Frank y, mantener a salvo a Kalevi. Juliette estaba colapsando poco a poco y, eso sólo lo podías observar a través de su esmeraldina mirada cansada.

Pidió dos copas de vino, casi nunca solía ser demasiado preocupada con los tragos y menos en el lugar en el que se encontraban mas decidió darle un poco de elegancia al asunto. Racks se veía una buena persona, a veces, demasiado agradable como para poder abrirle camino a ese lado tan oscuro, ¿acaso Juliette se estaba cuestionando? ¿Sentía empatia por lo que se decía? Sacudió su cabeza confundida, no sabía que le sucedía últimamente y, estaba todo el tiempo maquinando posibilidades. Ahogándose en sus demonios.

En cuanto el joven limpiando las copas le indicó con la mirada de que alguien le buscaba, la castaña giró sobre la silla para cruzar las piernas y posar su felina mirada en ese aspirante. Al principio calló sus comentarios para detallar cada movimiento e incluso detenerse en la respiración acelerada del joven.⸺Toma asiento Racks, no debemos perder el tiempo.

Indicó con la mano derecha a que se acomodara a su lado y, en cuanto el joven le tomó la orden, fue sólo ahí que Juliette dejó visualizar esa característica sonrisita burlona.⸺Has tardado demasiado probablemente pero, al menos has llegado con un humor que pocas veces me deja sorprendida.⸺mintió, siempre lo hacía. Con sus dedos le ofreció la copa de vino, detallando con la mirada la acción que ejecutaría el joven frente a ella, ¿acaso Juliette planeaba algo de tras fondo? Probablemente lo hacía, no sería una Macnair si no estuviese jugando constantemente.

⸺Cuéntame ¿que haces para sobrevivir?

[racks1804]

No había durado mucho tiempo de pie cuando le indicaron a donde tenía que irse, fue a esa dirección sin rechistar, al fondo se veía Juliette sentada con una copa de vino entre los dedos, la decoración del local no le dejó nada qué desear, tenía buena imagen, cada paso que daba hacía que se sintiera un poco agitado, no era miedo ni desesperación, sino un querer hacer las cosas bien y no dar una mala imagen de la que quería dar, Racks era una persona muy perfeccionista, hasta que conoció mejor al demonio que tenía dentro, desde entonces pocas veces sentía que tenía que perfeccionar sus acciones, y esa ocasión lo ameritaba.

 

Finalmente llegó a la mesa en la que se localizaba Juliette, dicha persona le dijo que tomara asiento, cosa que no dudó en hacer, analizó el cómo andaba Juliette, o todo lo que la mesa le dejase ver, cayó en conclusiones que lo que estaba haciéndole era una prueba, ya que analizaba el comportamiento de él.

 

Si no fuera porque no te conozco diría que me estás mintiendo, pero no soy nadie para decirlo, así que prosigamos, ¿Para qué fui llamado?- Decía mientras dejaba salir una pequeña sonrisa mientras apoyaba su cabeza contra la palma de su mano, mientras su codo estaba apoyado en la mesa. Agarró el vino y dio un gran sorbo, sus mejillas habían empezado a notarse un poco sonrojadas, no solía beber, pero no le iba a dar el lujo a Juliette de que lo supiera.

 

Pues... No mucho, leo libros cuando estoy aburrido, no hablo con casi nadie y cuando salgo a la calle suelo ponerme una bufanda que me tape hasta la nariz, y...- Se detiene y voltea a ver a Juliette, que cargaba una sonrisa burlona de que no se esperaba encontrar con un aspirante que fuera así -Perdón, me colgué por las lianas y conté más de lo que debía, ¿A qué se debe esa pregunta?- Parece que los efectos del alcohol en Racks empezaban a notarse un poco, pero seguía resignado de dejar que la peli castaña se enterase de tal cosa.

[Juliette Macnair]

La mirada esmeraldina de la joven se transformó por una fracción de segundos en un verdoso tan oscuro que probablemente se podría confundir con el negro, más aquello duró poco, pues la sonrisa de satisfacción luego de que el muchacho había bebido con tanta confianza de la copa que una extraña le ofrecía la causó algo más que gracia. Tenía aproximadamente una media hora antes de que él se desvaneciera frente a sus ojos y no, no planeaba matarlo, sólo quería jugar un poco y ver que tan fuerte era Racks.

⸺Es peculiar que la primera presentación de un aspirante esté lleno de palabras al azar.⸺murmuró con honestidad, aunque la ojiverde no tenía nada de experiencia dentro de la Marca Tenebrosa, si la tenía en los Estados Unidos. Pocas personas sabían los verdaderos ideales de la Macnair, ella no seguía a ese tal Lord Voldemort, su mirada se enfocaba plenamente en las palabras de Grindelwald pero, eso obviamente no era tema de conversación.⸺Como diría una profesional de la salud mental...⸺prosiguió, siempre jugando.⸺podría decir que tus actitudes son algo asociales y, podrías ser hasta un psicópata ¿no?

 

Con delicadeza se alzó de su asiento y con un simple gesto por parte de su mano derecha, le indicó a que la imitara. Se paró frente a él y, aún cuando parecía pasarla varios centímetros, la bruja estiró lo más que pudo su columna para verse imponente.⸺Mi padre siempre me hacía la misma pregunta y, te la diré por supuesto...⸺rodó sus ojos⸺¿porqué quieres ser un mortífago, Racks? ¿Que te lleva a elegir este camino?

Susurró al tiempo que posaba ambas manos tras su espalda y caminaba lentamente alrededor del muchacho, con ese andar tan característico cada que seducía a alguien, cual felina acechando a su presa.⸺¿Cómo se supone que debería ser alguien que pertenece a la marca?⸺murmuró despacio, posando el borde de sus labios en la oreja izquierda de su aspirante⸺ dime características que me convenzan y, quizá te daré un pista de lo que puse en tu vino.

 

Confesó al fin.

 

 

 

@racks1804

[Matthew Black Triviani]

Se encontraba encaminado hasta el local de su madre, el manto de la escarchada y fría noche cubría toda la arcaica parka del Triviani... Una pequeña broma se cruzo por su cabeza para ella, pero tenia esa mínima sensación de que hasta ella misma la apalearía si de la misma muerte se tratase, sus cucharas eran poderosas, pobre del osado que se atreviera a molestarla aun que esta noche se pondría a prueba su cordura.

--Tendrías que abrigarte mejor la próxima ves Matthew.-- Su alter ego comenzó a molestarle

--¡BASTA! te he dicho que dejéis de molestarme cuando pienso, no ves que no puedo morir de frió, ¡est****a!-- Bufo.

Desde pequeño le habían diagnosticado un trastorno de personalidad múltiple en uno de los hospitales muggles de Rumanía. << Quien demonios eran ellos para decir lo que yo tenia en mi cabeza; ¿quien se creen que son expertos? oh, espera, si, son expertos >> Revoleo sus ojos y ya estaba frente a la entrada de Worjin... Relogeo el papel todo amarillento y arrugado que tenia con la dirección y el nombre; --Rayos, era Borgin...Madre no tiene que saber que poseo un poco de dislexia con algunas palabras.-- Matthew se rió al mirar el letrero.

--¡Tu madre esta loca! ¿donde has visto que una madre quiera matar a su hijo?--

--¡Que te calles! le diré a mi mama que le estas diciendo loca, te suicidara.-- Gruño.

No se había percatado que un elfo lo estaba mirando, sus ojos grandes y feos desestabilizaron al joven --¿Y tu que estas mirando, quieres que te suicide también? te odio.-- Demostró su odio hacia su especie una ves mas, los detestaba, pero no quería romper nada, por ahora. (??) estaba todo en tan perfecto orden que quedaba encantado con todo a su alrededor, pero si algo aprendió es a no tocar. Conociendo a Candela, alguna trampa para bobos ha de haber escondida...

@@Candela Triviani

[Mentita]

― Vamos a tener que aprender el concepto de "suicidio"... ―dejó su frase abierta como si, de casualidad, se hubiese topado con aquella escena.

 

Lo había estado observando desde su entrada. Le hizo gracia el que estuviese hablando solo, es más, le recordó a un primo muy cercano que había tenido hacía ya muchos años. De otra vida, quizás. Pero decidió darle su tiempo para que pudiese re acomodar sus ideas. No era fácil tener una vocecita diciéndote las de cosas todo el tiempo. Ella lo padecía de vez en cuando, aunque siempre se resistí y la ignoraba.

 

Fue acercándose poco a poco, arrastrando los pies hasta llegar a una distancia prudente de Matthew. Le parecía bastante extraño estar contemplando el producto de su propia magia mal practicada. Cada vez que se encontraba con alguno de ellos, se sorprendía a sí misma furiosa, más de lo normal. Aunque, con algunos matices llamativos que rayaban en la ira y la nostalgia.

 

― Puedes marcharte. ―ordenó a Chuck, luego de que éste le dedicara una mirada de tortura― Y procura no interrumpir esta reunión familiar. ―le dirigió una mirada significativa al elfo y ató su propia maraña de pelos. No quería tener mechones de cabello sirviéndole como distracción.

 

El elfo, ni corto ni perezoso, desapareció tras un Crack.

 

― ¿Estás teniendo crisis existenciales, pequeño Matthew? ―estiró ambos brazos y colocó las manos en la nuca, con gesto relajado.

 

Ante la duda, y porque desconocía qué tanto había cambiado su hijo, ya tenía preparada una poción en su mano derecha. La había tomado de uno de los tantos estantes que habían en la tienda.

 

@@Matthew B. Triviani

[Matthew Black Triviani]

Una mujer de greñas semejantes a un león apareció a una distancia prudente del joven brujo, si, su madre. De haber escuchado las palabras que Matthew le dedico al elfo esta le ordeno que el mismo se marchase, un gesto de su boca y una pisada fuerte bastaron para ayudar a que se espantara y saliera de inmediato del lugar. No habría nadie que limpiara luego el desastre con aquella sangre insulsa derramada por doquier.

 

Chisto; --Nose si son crisis existenciales, pero Matilda me esta volviendo loco...-- Cerro los ojos y movió su cabeza con un suspiro.

 

Habia aceptado por fin que su otro el se llamaba nada menos que Matilda, algún antónimo de su nombre creado por el subconsciente, la anormal era ella, no el. No importaba mucho hasta que aparecía de nuevo y deseaba solo darle unos cuantos púñetasos para que no osara molestarle mas. El local se encontraba totalmente obscuro, la única luz que provenía era la vela que el elfo traía con ella, pero al desaparecer ambos quedaron cubiertos por la obscuridad.

 

--¿No piensas poner luz aquí? en que siglo piensas que vivimos, aguarda... ¡NO PAGASTE LA LOZ! (?)-- Manifestó el Triviani.

 

Tomo una lampara de queroseno de un estante que se encontraba a la izquierda de el, con la punta de su varita encendió el artilugio de los siglos 19 (XIX), ahora se parecía mucho a Argus Flich paseando por las mazmorras de Hogwarts, << Ay si Ay si Ay si >> dio unos cuantos saltos y miro a Candela serio, nada mas que aquí se encontraba curioseando las cosas y de que maneras ilícitas fueron obtenidas. Si bien para su madre todo tenia un precio, hasta la vida misma... Pero sus proveedores parecían de otro mundo, o quizás lo eran (?) La nigromancia se le daba espectacular.

 

--Uhmm... ¿Sabes que? estos jarrones son muy similares a los que se perdieron en Egipto.-- La pequeña tanita era peligrosa.

 

@@Candela Triviani

[Mentita]

No pudo evitar enarcar una ceja cuando escuchó el nombre de Matilda. Casi tenía ganas de compararlo con un antiguo primo, lo único es que esperaba que no fuese a desaparecer como él. O, por lo menos, que desapareciese a manos de ella misma. Entonces allí podría estar más tranquila. Tendría una piedra menos con la que lidiar y se concentraría en eliminar a dos borregos más.

 

— No necesito pagar la luz. —le espetó poniendo los ojos en blanco— Me gusta estar a la luz de las velas, le da ese no sé qué al lugar que a mí me gusta. —frunció los labios cuando vio que agarraba una costosa lámpara que, aunque parecía muggle, era mucho más que simple objeto que brindaba luz— Si llegas a romper eso, asegúrate de querer perder un brazo también.

 

No sonaba a amenaza. En realidad, sonaba más a una advertencia mal formulada. Quizás podría haberlo dicho de otra forma, pero entonces Matthew no se quedaría con la duda de si, Candela, hablaba en serio o sólo se trataba de un chiste. Así que decidió no aclarar más ese punto y dirigió las pupilas grises a donde señalaba su hijo.

 

— Estás confundiendo las cosas, querido. Quizás Matilda te está repartiendo mal la información. Esos jarrones sí son los de Egipto, mas no se perdieron. —se quedó mirando dichos objetos con cierta fascinación— Me los robé, no es lo mismo. ¿Ves?

 

La Triviani caminaba detrás de él, como si estuviese vigilándolo.

 

— ¿Y bien? ¿A qué debo el no placer de tu visita? —inquirió sin darle muchas vueltas al asunto.

 

@@Matthew B. Triviani