Elecciones

[Thoth]

Aghata Smith

 

Entre llamaradas sorteaba suerte en no morir, al parecer el Luxure no me había advertido de este mal, pero munuda yo en confiar en el mago que se entregaría a propia voluntad por un bien mayor, en verdad no se como me deje engatusar por mi hermano, que de seguro moriría en las locas defensa de la ojo loco. Inclusive había escuchado que sus elfos dominaba artes que ni por la mente se me hubiera ocurrido.

 

-Espero que los chiquillos si ande en este lugar. - Y arriesgando me colocó en otra posición y ocasionó una explosión, la cual distrae un poco al dragón. En ello veo llegar un az oscuro y resulta ser mi hermano Igort Will Smith, quien había abandonado supuesto en el ataque de la casa de Sagitas.

 

-Es hora de irnos.- Setencía y se marcha en un haz de luz oscuro. En ello le acompañó y antes de irnos creamos un poco de caos.

 

En ese momento notamos como el dragón de a com aquella propiedad seguía lanzando llamaradas en nuestra contra, por suerte sorteamos la llamarada y nuestro paso destruimos uno que otro local, pero al final nos marchamos a rumbos desconocidos.

 

-.-.-.-

 

Cronos

 

Allí caminaba en el atrio, era un elfo y nadie me notaria o se percatara de mi presencia, pues vestía como otro británico, solo que mi belleza era única. En ese momento note como los ciudadanos a penas si hablaba de lo que ocurría, por ello tras un chasquido y en volantes reporto el ataque al hogar de los candidatos y con la interrogante en negrilla Si su hogar es atacado ¿Que le espera el futuro de Gran Bretaña? y de igual forma se comunica a la comunidad sobre los ataques causado por el Dragón del Circo y con el siguiente enunciado. La Traidora de la Sangre. Sagitas E. Potter Blue usa a su dragón y causa caos

[Sophie Elizabeth Granger]

Dias antes de el discurso de Aaron y de cualquier otra cosa

 

Habia sacado la bola de cristal y estaba concentrandose, buscando entre las nieblas del futuro la imagen precisa que buscaba, aquella que le dijese como iban a estar las cosas y de ser posible quien seria el nuevo ministro. Su prima junto a ella y Eileen la miraban esperando su respuesta. La rubia fruncio el seño y suspiro cansada.

 

- El ganador de la contienda no va a traernos paz ni mucho menos, pero la gente votara por el por su discurso que promete grandeza de nuevo al Reino Unido, veo mas muerte y oscuridad, mucha oscuridad - dijo soltando la bola y mirando hacia el Ministerio

 

- Debemos prepararnos para dias muy oscuros, sera mejor y a casa Valeskya y prepararla para posibles ataques, igual con los negocios - dijo con semblante serio, las cosas se iban a poner color de hormiga

 

Dia del discurso de Aaron y otras cosas

 

La vampiro estaba poniendo las ultimas protecciones al Ottery Fitness para asegurarse que ninguno hechizo malintencionado atravesara sus puertas o ventanas cuando escucho a un par de brujos cuchicear al pasar junto a ellas. Al parecer se preguntaban si los dueños del lugar serian 100% ingleses o si eran rumanos, pues estaban seguros que el lugar era de unos vampiros

 

- si claro, todos los vampiros somos rumanos - penso con cansancio, esa mañana habia recibido una advertencia de lo que pasaria al negocio si descubrian que eran extranjeros y de alguno de los paises que estaban contra Inglaterra. Un insecto se paro en su hombro y la rubia lo lanzo al suelo con asco mientras caminaba hacia la entrada y se metia a su negocio

 

- ahora hasta los insectos me van a atacar, que fastidio - gruño azotando la puerta y buscando algo en que ocuparse para no pensar en los problemas que se venian, segun uno de sus clientes, ese dia mas temprano, Aaron, uno de los candidatos mas fuertes, habia lanzado un discurso cargado de odio y algo xenofobico. Ahora tendria que traer su ID para todos lados para evitar que la estacaran.

[Sagitas E. Potter Blue]

En el negocio con (¡Liderossa!) Anne: [declaración de mi pertenencia a la Orden del Fénix]

 

Aún no desconfiaba de mi amiga, sólo había una pregunta en el aire al no poder abrir la puerta. Por mi cabeza no se cruzó (aún) en ningún momento que ella pudiera tener un motivo diferente al que me explicaba sobre aquella puerta cerrada. Menos cuando un hechizo fácil (al menos para mí) podía abrirla. Así, me di la vuelta, dejándola a mi espalda y fruncí el ceño, intentando entender las explicaciones de Anne, aún sin saber que tenía delante de mí a alguien tan importante dentro del bando que yo tanto odiaba.

 

-- A mí no me da miedo si el otro candidato, ese tal Aaron de Inquisidores, es un mortífago. No le acuso sin pruebas pero parece que sí, que tiene ciertas características muy propias de ese bando. ¿Te crees que me dan miedo? ¡Me dan asco porque se comportan con una prepotencia indigna! -- ¿Qué había detrás de ese odio manifiesto? Tal vez, sin confesarlo, había más de mortífaga en esa declaración de lo que pretendía; tal vez el pasado estaba mucho más vivo de lo que me esperaba. Escuché que hablaba de su sobrina embarazada e intenté recordar ese hecho pero no me vino nada a la memoria. Debió ser mucho antes que yo entrara al bando. -- No sé qué decirte, desconozco el caso de tu sobrina y, si era inocente, estuvo mal. No me gustan los ataques gratuitos pero... Estoy segura que si la Orden entró en esa mansión, no fue a atacarla a ella, habría un motivo justificado. No les excuso, en esta guerra todos podemos ganar o morir. Es uno de los riesgos de usar hechizos pero... Los ideales son lo importante, la defensa del necesitado, de los muggles, de los que ellos llaman sangre sucia, de... ¡Resistir a sus amenazas insanas!

 

Me apoyé en la puerta, algo cansada de tanta charla y de esconderle que yo era una de las que impedían a esos mortífagos el gobernar el país. Y si mi voto a Ministressa impedía ese avance, lo intentaría con todas mis fuerzas. Y esperaba su apoyo, por supuesto.

 

-- Yo no soy una mujer de cautela, Anne, me conoces, yo soy de tirarme a los lobos con la varita en la mano. Y necesito salir ahí fuera. El aviso de Mackenzie implica mucho más de lo que pone esta nota. Implica que...

 

No seguí hablando. Lo que implicaba, su preocupación, aquel regalo inesperado... Era una declaración de algo que sólo interpretaba, intuía y quería comprobar si tenía razón. Cualquier conversación con Anne quedaba ahora en un segundo plano. Además, la interrupción de un patronus plateado en aquel lugar dejó todo más claro para ambas.

 

El Patronus en forma de Mariquita, con sus alas abiertas, era espectacular. Nunca me cansaba de ver aquella magia tan poderosa fluyendo entre las ondas del aire y moviéndose con un ritmo hipnotizador, lanzando un mensaje de... ¿Ataque de la Ojo Loco? ¿Llamada a los miembros de la Orden del Fénix en su defensa? Miré con ojos algo pasmados el mensaje que mandaba mi sobrina; no había tomado la precaución de hacer que se plasmara sólo si los miembros estuviéramos solos, con lo que ahora mi amiga, por fin, descubría mi secreto tan largamente guardado.

 

-- Bueno... Pues... Con eso queda dicho todo, Anne... Lo siento. Atacan mi mansión y... Debo acudir a la llamada de mi bando. -- Me encogí levemente los hombros en un gesto que iba entre pedir perdón y sentir orgullo del bando al que pertenecía.

 

Le di la espalda para zarandear la puerta. ¡Maldita sea, mi varita en el bolso que había dejado en el perchero, lejos de mi alcance! ¿Por qué siempre dejaba la varita en cualquier parte? Menos mal que siempre llevo encima la quincallería de los libros. Así con la mano derecha (la de la varita, ahora que no la tenía) el amuleto contra defensas carcelarias, en forma de anillo doradito, mientras que con la izquierda movía el pomo de la puerta. Al instante sentí un cansancio extremo. Siempre se me olvidaba que los libros Uzza producían ese gasto energético en todos sus hechizos y adornos mágivos. Boqueé, intentando recuperarme cuanto antes.

 

¿Habría funcionado?

[Thoth]

Rumbos desconocidos

Igort Will Smith

 

Me encontraba acompañado de mi hermana, igresamos en aquel lugar donde se estaba llevando la reunión. A nuestra llegada, observamos magos y brujas de diferentes países preocupados por que @ fuera el nuevo Ministro de Magia y Hechicería británico. En ese momento se presumía rumores del regreso de la Orden del fénix y la Marca Tenebrosa y la confirmación del que el Luxure fuera capturado.

 

-El ataque a la Ojo Loco y al hogar de ese inquisidor logró su objetivo.- Al escuchar esas palabras del búlgaro me quede intrigado. -Los peones caerán y ni aurores e inquisidores dieron tregua, es una lastima que la magia de Mackenzie Malfoy intervino, ese sobre aviso me refiere que tenemos ratas.- Bajo la mirada. -Smith me informan que se fueron como cobardes y eso no lo puedo permitir.- Allí me mando la maldición y mi hermana se sacrificó. -Loable, por ella te dejare con vida y no deseo verte.- Me marchaba con el cadáver de mi hermana, allí al salir del hogar de quien me había llamado me marchó al cementerio.

 

Al llegar, notó como la Riddle se encontraba, esa figura demencial se me acerca y apenas murmura una palabras.

 

.-.-.-.-

 

Lucía Riddle

 

 

Ya había cumplido con el Luxure, era curioso como los hermanos Smith le habían creído y lograron su cometido, solo me bastó con quemar sus cuerpos y marcharme al Atrio, debía realizar otra misión para mi bebé. No obstante, aun era la figura ministerial que representaba a la dirección del Departamento de Transporte y Juegos Mágicos, a no ser que nombraron alguien más y no me hubiera enterado, admito que el Tonks ocupó el cargo interino después del Luxure y luego mi persona, pero ante ese vacío de poder, era mi interés dar parte a quien se ocupará de mi cargo.

 

Allí aparecía con un traje de una sola pieza y negro, con un velo del mismo color, era verdad que parecía una novia y mi caminar con los tacones era algo incómodo. Pero algunos me reconocieron y todos murmuraban sobre los ataques producido en las casas de los candidatos, todos están a la espera de los resultados.

[Hayame Snape Potter Black]

Casita Snape. Ottery

-Pues dicen por ahí que alguien invocó la Marca o al menos, hizo un duplicado en el cielo...

Las elecciones finalmente habían terminado y la pelirroja extendía un diario local de personas que no estaban unidas al Ministerio. Adoraba la información que las personas de a pie conseguían por su cuenta, no historias del estilo de los Lovegood sino aquellos que no se creían nada de lo oficial que salía para los demás; ese era el tipo de noticias que la Snape solía buscar o por la cuál mandaba a su elfo a las pequeñas estanterías de periodicos para llevarle a su ama cada mañana

Un sonido de fastidio provino de su cuadro de Lord Voldemort que mantenía una mueca, mucho de lo cuál indicaba que estaba furioso pero no tenía otra manera de expresarlo

Él, alguna vez el gran Señor Oscuro condenado no solo al limbo sino a ver a los magos y brujas de aquel sitio a través de los cuadros que había colocado la Snape y los pegostes en el mundo mágico, eternamente...

Hayame casi le pudo ver mover los labios en una mueca de total aborrecimiento al apellido Potter e internamente, recordó a aquellas series muggles donde los villanos hacían justamente eso; pero no podía culparlo, lo había tenido todo y al mismo tiempo, lo había perdido en las manos de su enemigo

Y eso era lo peor

-Lo sé, lo sé -dijo conciliadora a su retrato mientras que el de Severus Snape permanecía en blanco -pero no se tiene porqué preocupar, hoy en día todo lo que parezca medianamente tenebroso es llamado mortífago por todos los magos, nadie va a estar pensando en usted -dijo con un suspiro y cerró su diario y sus ojos -ya se lo dije, le han desligado de los mortífagos al completo así que no es su nombre el que está siendo mancillado, mi Señor...

Un nuevo gruñido y la Snape asintió

-Iré a ver si puedo ver a mi hermana. Le enviaré una lechuza primeramente, solo para saber que se ha divertido durante esos ataques que me contaron que hicieron en su propiedad (otra vez) y ver si puedo ayudarla a levantar algo o me los traigo a todos a este sitio

Un pffffff se escuchó a la distancia y la Snape alzó los ojos fastidiada

-Y ahí va otro idi*** que se intenta colar en mi propiedad, se pilla con el ácido y termina hecho puré para el césped -gruñó con ascos y por primera vez, su retrato rió con satisfacción

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[Thoth]

Lucia Riddle

 

Con esfuerzo caminaba con los tacones, allí observe los panfletos y note a Cronos, era curioso como ese elfito siempre cumplía la orden de su amo. Y ahora que lo pienso, él sería el único descabellado de invocar la marca, no para anunciar el regreso de los Mortifagos sino para comprobar que siguen existiendo. Entre suspiro voy y tomó uno de esos escritos y al terminar de leerlo suelto una risa burlona, el hogar de los candidatos en ruinas o en conflicto y esa Sagitas, la mágizologa rompiendo nuevamente la ley con sus bestias es algo imperdonable.

 

-Insolencia, aparte de traidora ahora ataca con sus fieras nuestro poblado.- Hice pausa. -La ley debe hacerle pagar y más que el otro candidato es culpado de ser un ruin usurpador con la Delacour, Denis. Esto no me sorprende y veo mal el futuro de nuestro país. - Terminaba de hablar y salía de aquel lugar, ese leve tic y tac que salía de la fuente me preocupo.

 

Y a paso prisa era acompañada por elfo del Luxure y entre las chimeneas me iba, aunque antes de irme cerré las mismas, así como ruta de escape.

[Tamarindo]

En el armario de la Ojo Loco

 

Seguía en el armario, muerta de miedo... pero por otro lado estaba sintiendo un agujero negro en el estómago. Estaba volviendo a revivir un flash back de la boda de no sé quien (?) (soy mala para recordar a donde voy y los nombres de los protagonistas, perdonemen por favor jajaja, creo que podia ser la boda de heliké y matt???? ahi dejo la duda) La cosa es que en esa boda, mientras estaban todos en una batalla campal impresionante, yo me habia dedicado a comer... despues de salvar a Harapos, claro, pero comer era lo mio en estas circusntancias.

 

Y mi conejo zapatilla, Flamingo Flamengo estaba de acuerdo cuando mis tripas rugieron cual quimera... Las suyas vibraron con el crujido que le hicieron. ¡Los dos estábamos famélicos!

 

--Esto lo arreglo yo ahora, conejilo. Tu vuelve a ser zapatilla y bajamos a la cocina sin que nos vea nadie. Seguro que allí no hay guerra o esos gritos que oigo por ahi abajo y podemos comer algo... Y no te preocupes, llevo la varita preparada por siacaso... (auqnue no sea buena usando hechizos)

 

Bajé sigilosa por las escaleras y no sé muy bien a que zona de la casa acabé, pero desde los barrotes de la escalera vi como mis amigos de la ojo loco estaban ganandole a los desconocidos que estaban en la casa atacandola. Por Merlín. Una guerra en el pais y unos desgraciados sin compasión atacando una casa. ¿La estaban desvalijando? Menos mal que estaban varios en la Ojo Loco defiendiendola muy bien, y ganando

 

--¡Animo chicos, que vais ganandole a los desgraciados esos!

 

Y asi como grité, me escabullí a la cocina rapidamente a buscar comida.

[Anne Gaunt M.]

— Dije mi hija, no mi sobrina. Y entraron a por ella. Y cuando la defendí, me acusaron de mortífaga a mí también. ¿Seguirás justificándolos incluso cuando se te acaben los argumentos? —le respondió, con los ojos ligeramente entornados. Aquella conversación iba subiendo de intensidad conforme avanzaba—. Afirmas que no te da miedo Aaron, ¿o lo que afirmas es que no te dan miedo los mortífagos? Creo que deberías tenerles respeto, al menos. ¿O te sientes segura porque alguien te va a defender si los llamas? —añadió, buscando que cayera en la trampa.

 

Pero Sagitas era cuidadosa en ese aspecto, aunque ella afirmase que no. Le ocultaba algo desde hacía mucho tiempo, y aún no había conseguido sonsacárselo. Lo que ella no sabía es que esa confirmación le llegaría de forma gratuita y sin que tuviera que realizar ningún esfuerzo. Un patronus con forma de mariquita apareció ante ellas y las dejó en completo silencio, mientras una voz femenina llamaba a la Orden del Fénix para defender la mansión Ojo Loco.

 

La Gaunt se quedó petrificada incluso cuando el patronus desapareció de su vista. La voz seguía resonando en su cabeza, como si fuera un eco molesto y dañino. A lo mejor le había llegado el aviso porque ella era matriarca de la familia, ¿no? No tenía que ser necesariamente porque... Su pensamiento se vio interrumpido por el recuerdo de la voz del patronus, que hablaba "a todos los miembros de la Orden del Fénix". Un escalofrío le recorrió la espalda y volvió a pensar que quizás era simplemente un error.

 

Pero las palabras de la Potter Blue la sacaron de la duda.

 

— Tu bando... —masculló, como si así fuera más fácil asimilarlo. Le dio la espalda para tirar de la puerta, que seguía cerrada. Pero echó mano de uno de sus amuletos de poder, y comprendió que dificilmente podía combatir aquella magia uzza. Así que, mientras la veía utilizar sus energías para activar el amuleto contra las defensas carcelarias, ella alzó su varita sintiendo un fuerte nudo en el pecho—. No te muevas, Sagitas. No te dejaré salir por las buenas.

 

Se había ido desplazando lentamente hasta quedar entre la Potter Blue y el perchero donde había dejado sus pertenencias. Al verla echar mano del amuleto había intuído que no llevaba la varita encima.

 

— No des un solo paso, Sagitas, te lo advierto. Date la vuelta y mírame a la cara, y dime que de verdad perteneces a ese grupo de... de... —no alcanzó a decirlo, le dolía pensar que aquella mujer, su mejor amiga, pudiera quedar frente a ella en aquellos enfrentamientos entre los bandos que se disputaban constantemente el control del país. Jamás hubiera podido imaginarlo y, aún así, llevaba tanto tiempo sospechándolo que ahora cada recuerdo resultaba una evidencia de lo que no había querido ver hasta aquel día, cuando le había estallado el globo en la cara—. ¿Desde cuándo, Sagitas? ¿Me has estado investigando? ¿Por eso somos amigas? ¿Qué has descubierto sobre mí? Dímelo, o te juro que te haré pedazos aquí mismo.

 

Intentó sonar dura, decidida. Pero le temblaba ligeramente la barbilla, aunque confiaba en que no se notara. No recordaba cuándo había sido la última vez que había tenido tantas ganas de llorar y, al mismo tiempo, se sentía preparada para matarla allí mismo si hacía algo en su contra o en perjuicio de alguno de los de su bando. Dio un paso en su dirección, intentando dejar en un segundo plano el cariño que sentía por ella. Su varita seguía apuntando directamente hacia el pecho de Sagitas y, de repente, los ojos habitualmente grises de Anne ahora eran negros, tan oscuros como la magia que estaba dispuesta a utilizar contra ella. Si había llegado la hora de las confesiones, ella también tenía un par de sorpresas para su amiga.

[Tamarindo]

En la cocina de la Ojo Loco

 

Después de ver la paliza que estaban dando a los atacantes de la Ojo Loco, decidi, por mi bien y el bien de mi conejo, que no necesitaban mi ayuda, que podía ir tranquila a saciar mis ganas de comer, que era lo que me preocupaba en ese momento...

 

--Ya se arreglan ellos de sobra con esa mala gente que ataca... seguro que ganan de sobra por paliza. Si eso les vuelvo a animar despues de comer un poco...

 

Pensé para mi un poco en voz alta, porque si, porque puedo decirlo en voz alta, aunque nadie me escuche... seguro que algun elfo me oye. Espero que Harapos me oiga y me haga comiditas ricas... La verdad es que no sé qué tal cocina otras cosas. Solo sé que hace muy bien mis galletas favoritas de canela y chocolate. Están de vicio. Pero que nadie se las coma. Son mias!!

 

Entré en la cocina y dejé a Flamingo Flamengo encima de la encimera de la isla (?) (me invento aqui como es la cocina por que ni pajolera de como es jaja) y decidí que lo primero era darle de comer al conejo... estaba hambriento y no sé cuanto aguantaria sin nada de comer. Abri la nevera y en los cajones de verduras (siempre hay cajones de verduras jaja) cogí unas cuantas zanahorias. las lavé y las metí dentro del zapato.

 

--Ya tienes tu comida, Flamin.

 

Y con mi magia rota de la primera vez que lo convertí, la zapatilla se convirtió en un conejo blanco con lunares verdes y se empecó a comer, con esos dos dientecitos de delante, la zanahoria.

 

Ahora el plan era buscar algo para mi...

[Jeremy Triviani]

-Todo me dice que está por aquí -Respondió a la referencia de su padre, mientras tomaba el vasito de café con coñac -Gracias.

 

No había dado más de un sorbo cuando su madre se apareció detrás suyo dándole órdenes y desapareciendo la bebida. Si, tenían situaciones que resolver ahí mismo. El vampiro siguió al grupo hasta que se encontró no muy cerca, pero bien a la vista de su padre. Era la primera vez que lo veía con esos ojos. Recordaba hacía tiempo cruzárselo en una reunión de la marca y más tarde compartiendo un torneo de duelo. Era algo que no esperaba tan pronto. Toda la historia de su pasado había dado un vuelco de ciento ochenta grados.

 

Mantuvo la mirada fija en Aaron, mientras defendía a una mujer de la mano de un ¿delincuente? No entendía mucho como venía la mano, así que solo fue un espectador como los demás ciudadanos. Su madre sin más, no tardo en utilizar hechizos contra el candidato a Ministro, susurrando palabras desde lejos. El Black Lestrange, apenas pareció notarlo antes de seguir con el discurso de salvación. El show tenía buena pinta. Todos los ojos estaban puestos en la escena.

 

Candela volvió la atención a sus hijos y los instó a pasar a otro sector del Ministerio. Un lugar donde pudieran hablar con tranquilidad, lejos de la euforia de los candidatos presentes. Jeremy estaba por decirle que quería que le devuelva el alcohol, cuando su madre les desvió la atención a una sombra encapuchada.

 

-Por dios -Murmuró el vampiro con sorpresa. ¿Era la tía que la devoraron los dragones, según la leyenda? Se giró a su madre para preguntar - ¿Conseguiste algo? ¿Ella es parte del plan?

 

 

 

@@Candela Triviani @ @@Alyssa Black Triviani

Editado 19 de Agosto del 2019 por Jeremy Askar Triviani