Voodoo Dolls (MM B: 113092)

[Albus Renaldi Macnair]

Era placentero escuchar cómo el laúd soltaba unas notas tan dulces y armoniosas mientras la bruja no perdía el hilo de la conversación, era una habilidad formidable que me hacía valorar un poco más a los músicos que a los demás artistas. -Curioso instrumento el laúd... En mi juventud intenté aprender pero me resultó un poco complicado por las uñas.- Comencé a observar las finas manos de la señorita Gryffindor y la manera en que las deslizaba por el diapasón del instrumento con tanta armonía y gracia.

 

Tomé la botella que me ofrecía y aunque el whisky no era mi licor preferido sería de mala educación que una dama bebiera sola, más siendo yo su invitado. Escuché su explicación de su profesión y no pude evitar levantar una ceja para así expresar mi admiración.

 

-Nunca se me presentó la magia anteriormente... Supongo que al vivir una vida tan tranquila y pacífica no existió la necesidad de su presencia. Mi padre llevaba mucho tiempo alejado del mundo mágico cuándo cayó el estatuto de secreto, eso fue en gran parte lo que le obligó a decirme la verdad.- Al finalizar de hablar tomé un largo trago de whisky, que sin bien estaba lejos de ser bueno cómo el vodka, era una bebida más que buena.

 

-Por la sangre, señorita Gryffindor.- Tomé otro trago de la botella, un poco más duradero que el anterior. -Y, si no es indiscreción, cuáles son sus otras aficiones? Además de el cine, la bebida y la literatura.- Le regresé la botella y me incliné un poco hacía adelante en la silla, ya más tranquilo y un poco más relajado. Sabía que no me venía bien relajarme pero quería pensar que de éste lado del mundo la gente era un poco diferente.

 

@

[Dana Gryffindor]

Escuchaba con tranquilidad las palabras del mago, conservando aún la intriga por saber más de aquella misteriosa persona que apareció en la tienda, le causó algo de gracia pensar que su hija podría aparecer en cualquier momento, y allí encontrar después de tantos años a su madre emborrachándose con un extraño. Conociendo a Tauro seguro agarraría también la botella.

 

-La historia se contaba en versos

en el poema de la vida...

quién diría que uno de esos,

a ti, yo te dedicaría-.

 

Recitó mientras el mago bebía de la botella, acariciando nuevamente las cuerdas de su laúd.

 

-¿Aficiones?- regresó la mirada al laúd y le dio una suave palmada -supongo que además de esto-.

 

Largó una leve carcajada mientras sujetaba la botella y daba un largo y satisfactorio trago. Se mantuvo pensativa, a lo largo de su vida su mayor afición había sido solo una: asesinar, tomar la vida de almas desesperadas, era aquella desesperación la que tanto placer generaba a la bruja, aunque esa vida de locura había terminado, o quizás no del todo pero en menor intensidad. Su trabajo le había dado un prestigio en el mundo mágico y no quería que todo lo que logró se tire al tacho por una de sus masacres.

 

-Supongo que soy adicta- dijo finalmente con una pícara sonrisa en los labios -no me resisto a probar una sangre cuando su perfume me atrae.

 

Suponía que era una afición, además de matar, era coleccionista de aromas en su mente y de sabores en sus labios, cuando una sangre la atraía no se resistía a probarla.

 

-De hecho tu aroma me parece...- le acercó la botella inclinándose hacia el mago -atractivo.

 

@

Editado 5 de Octubre del 2020 por Shelle Dumbledore B.L

[Albus Renaldi Macnair]

Era muy interesante aquella bruja que se encontraba conmigo, aunque había cierto aire de misterio del que te lleva a hacer cosas muy malas flotando en el aire... Pero ya estaba ahí, ha decir verdad fascinado por su habilidad para tocar el laúd, su fina voz trovando verso a verso y aquél whisky tan suave, supuse que tenía que seguir en aquél lugar.

 

 

-Algo malo va a pasar, lo sabes ¿verdad?- Tal vez ahora en el mundo mágico podrían sacarme a Rita de la cabeza y podría tener más espacio para mis malas decisiones y para poder arruinar mi vida en distintas formas sin que ella me hiciera sentir culpable.

 

Sonreí ampliamente cuándo la bruja del cabello de fuego mencionó el aroma que tenía... me parecía curioso, ya que el de ella me parecía también algo... llamativo e incitante. Bajé la mirada, aún sonriendo y mis largos cabellos plateados se fueron hacía adelante. Cuándo levanté la vista aprecié a la bruja inclinándose un poco conmigo y ofreciendo la botella para que bebiera nuevamente.

 

Estiré un poco el brazo, tomé la botella y le dí un pequeño trago del liquido ambarino tan dulce que contenía, aún con una sonrisa ampliando las comisuras de mis labios. -Es usted libre de probarla, si gusta... y claro, si puedo hacer yo lo mismo con usted.- Mis grandes ojos púrpura habían cambiado un poco, podía sentirlo. Tomar sangre para vivir es algo rutinario, aunque no nos guste la que bebemos no importa, es para vivir... pero probar una sangre que te llama... Ahí tomó sentido la frase de mi padre... "La sangre siempre llama".

 

@

[Dana Gryffindor]

La mirada del mago seguía pareciendo un misterio ¿A dónde nos llevaría aquello? La imagen de una bruja a la distancia cruzó los recuerdo de la pelirroja, Zo... los recuerdos chillaron en su memoria y pudo verla en los ojos del mago, de alguna forma, quizás por su cabello platinado o el temple de sus ojos ¿Quién era esa persona?

 

Quizás la bebida ya se le estaba subiendo a la cabeza, quizás era tiempo de ponerse de pie y marcharse cuanto antes de aquella habitación, tenía mucho trabajo que hacer... debía preparar su viaje a Suiza cuanto antes al encuentro de La Confederación Mágica. Pero allí estaba, bebiendo a la luz del día y con la presencia de un completo extraño que la tenía atrapada.

 

Pudo sentir cómo sus ojos se encendían como un par de esferas de fuego al escuchar las palabras del mago, poseída por el perfume que brotaba de sus venas, los purpúreos ojos del vampiro también habían cobrado intensidad.

 

"Rayos, Shelle, aquí es cuando tu pierdes la cordura y te dejas poseer por la bestia que llevas dentro" gruñó su propia conciencia. Se inclinó nuevamente al mago para quitarle la botella de sus manos dejándola en el suelo, y se acercó seductoramente hacia él poniendo sus finas manos al rededor de su rostro y acomodándose lentamente sobre sus piernas.

 

-Mientras me deje probarlo...- susurró acercando sus labios al oído del mago, su aroma provocó que el corazón petrificado de la vampiresa empezara a latir con fuerza aunque aquello solo fuera una sensación, un frágil recuerdo de su vieja humanidad -puede hacer usted lo que quiera.

 

Fue cuando arrastró los labios surcando su cuello y clavó allí sus afilados colmillos mientras tomaba al mago en sus brazos. El espeso líquido empezó a correr por su garganta, se detuvo un segundo para saborear el dulce sabor que proveía, relamiéndose los labios mientras fijaba sus azuladas orbes en las purpúreas esferas del mago y le regalaba una pícara sonrisa para luego penetrar nuevamente con sus colmillos en el gélido cuello del vampiro ¿Podría detenerse? No estaba del todo segura.

 

 

@

Editado 5 de Octubre del 2020 por Shelle Dumbledore B.L

[Albus Renaldi Macnair]

Me estaba dejando dominar por mis instintos y no sabía en que terminaría todo. Simplemente sentía que caía en un espiral de perdición y probablemente de arrepentimiento del que sería difícil salir... pero ¿qué más daba? Tenía que hacer de mi nueva vida algo emocionante y sin duda excitante, cómo la voz de mi acompañante que se había situado en mis piernas y había susurrado en mi oído. Juraría que me había hechizado, porque al instante perdí la conexión con el mundo real y me dejé hacer.

 

Con la cabeza para atrás sentí 2 agudos pinchazos que sin duda alguna eran sus colmillos perforando mi piel para degustar lo que buscaba. La sangre de un vampiro siempre era más dulce y más apetitosa que la sangre de un humano. Cuándo vi a la bruja despegarse de mi cuello para dedicarme una sonrisa cargada de lascivia decidí que me dejaría llevar, ya no quedaba rastro de cordura en mi ser.

 

El segundo ataque a mi cuello fue igual de impetuoso, con sus colmillos entrando en la piel para permitir que surgiera mi preciada sangre. Sentía cómo los labios de la dama danzaban por mi cuello y no pude evitar lanzar un suspiro... Decidí que era momento de que tomara el control, así que tomé su cabello con una mano y lo fui jalando levemente para obligarla a despegarse de mi y mostrar su blanco cuello, y así poder ver todas sus venas debajo de su piel tan blanca.

 

Fui acercando mi cara lentamente hasta tu cuello, sin quitar la mirada de sus ojos tan azules y tan profundos, hasta que llegué a escasos centímetros de su piel, en ese momento mostré un poco más mis afilados colmillos y los clavé en su piel para así poder degustar de su dulce sangre. Desde el momento en que tocó mis labios sentí una llamarada en mi interior, algo se había despertado en mi y pedía más...

 

Me separé un poco de su cuello, ladeé su cabeza hacía el otro lado y clavé nuevamente mis colmillos en ese pedazo de piel. ¿Que pensaría alguien si entrara y nos viera en ese momento? Llenos de nuestra sangre, con ella sentada en mis piernas y comiéndole el cuello... Una escena interesante sin duda.

Me separé nuevamente de la bruja y con una mirada increíblemente seductora le dije -Dicen que se sabe mucho de alguien cuándo se prueba su sangre... ¿Sabe usted algo de mi, ahora que me ha probado?- Sonreí, cómo no queriendo y de manera inconsciente pasé mis uñas por toda su espalda, jugando con su cabello.

 

@

[Dana Gryffindor]

Un torbellino de sensaciones atravesó la cabeza de la bruja, aquella sangre, espesa, dulce, había impactado de lleno en el motor que impulsaba el deseo y le impedía detenerse. No quería parar, deseaba arrebatarle hasta la última gota de sus venas. Sin embargo su fuerza venció al deseo y el mago logró desprender los colmillos de su cuello.

 

Sin alternativa, la bruja debió ceder a la fuerza del vampiro que penetró con sus colmillos en su gélida piel ¿Qué estaba haciendo? Pocas veces la vampiresa había cedido su sangre a voluntad, era adicta a ella pero no le agradaba ser presa de absolutamente nade.

 

Mientras sentía que se apoderaba de ella, la bruja acarició con sus uñas el largo cabello del mago hasta que sintió la necesidad de apartarlo por lo que tiró con fuerza para que se separara de ella, sin embargo él simplemente volvió a apoderarse del otro lado de su cuello con mayor intensidad. Cansada de tanta invasión en su cuerpo y deseosa de volver a sentir el néctar de la sangre del vampiro en sus labios, logró separarlo de su cuello y clavó los ojos en aquellas orbes púrpuras que la tenían cautivada.

 

Tras escuchar sus palabras, la pelirroja sintió sus uñas surcando por la hendidura de su espalda para luego terminar en sus bucles ¿Acaso quería seguir jugando? Se inclinó levemente para tomar la botella que había quedado en el suelo, pero en el movimiento se acercó aún más al rostro del mago pegándole en el rostro con su respiración, casi podía tocar sus labios cuando logró agarrar la botella con la punta de sus dedos y lentamente volvió a apartarse llevando la bebida a su boca y dando un pequeño trago.

 

-Me dice que eres bastante reservado, aunque poco discreto- dijo entre risas -Y muy arriesgado. Podría asesinarte en este momento si así me lo propusiera, podría quitar lo que te queda de sangre y hacerme de ella un festín.

 

Levantó sus hombros y acomodó su larga melena dejándola caer por el costado de su hombros, luego cruzó sus brazos al rededor del cuello del mago.

 

-¿Y tú que crees saber de mi?

 

 

@

[Albus Renaldi Macnair]

Reservado... la palabra definitivamente me definía. Arriesgado era algo que no estaba dispuesto a ser pero de vez en vez uno tenía que arriesgar un poco para poder ganarlo todo. Reí ante su observación acerca de mi atrevimiento y sobre su advertencia de que podría asesinarme.

-Si lo que quiere usted es tomar mi vida puede hacerlo. Siempre pensé que lo mejor sería morir a manos de una hermosa dama.- Mis palabras eran sinceras... Después de todo estaba ahí todavía, con mi cuello escurriendo mi preciada sangre, y con mis labios llenos de la suya.

 

Deslicé mis manos suavemente hasta su cintura para evitar que ella fuera a caer al intentar tomar la botella del suelo y decidí entrelazar mis manos detrás de su espalda para acercarla un poco más a mi. ¿Que estaba haciendo? No tenía ni la menor idea, pero mis ojos y los de ella estaban librando una batalla muy pasional... una batalla que no estaba dispuesto a perder sin dar una pelea digna.

 

Me incliné un poco adelante y mis labios manchados de su sangre quedaron a escasos milímetros de los suyos. Sentía su respiración, su pulso, sus pestañas subiendo y bajando cada vez más lento...

-Es usted un gran misterios pero... Una mujer extremadamente segura, peligrosa, poderosa y sin límites marcados, le gusta obtener lo que quiere y no permite que nada se le resista, aunque a veces tiene que comportarse por su imagen publica, ¿es eso correcto?- Recorrí el poco camino que faltaba y deposité un pequeño beso en sus labios, apretándola contra mi cuerpo pero sin mucha fuerza, aún con miedo de que pudiera dejarme clavado a la pared o despedazarme si lo deseaba.

 

Decidí alejarme un poco y ver que era lo que ella quería hacer a continuación, a fin de cuentas yo era su invitado y era ella quién debía decirme que hacer.

-Siempre te gustaron mayores.- Y cómo siempre, las afirmaciones de Rita resultaban ser ciertas. Desconocía la edad de la bruja, pero era mayor que yo, se notaba en sus palabras, en su piel, pero sobre todo, se notaba en su perfecta mirada.

 

@

[Dana Gryffindor]

Off... te haré sufrir sólo por lo de "mayores" xD

 

 

Un escalofrío recorrió el cuerpo de la Gryffindor cuando sintió las manos del mago entrelazar su cintura y sujetarla mientras buscaba la botella ¿Qué estás haciendo, Shelle? Se pregunto, escuchó sus palabras e arqueó una de sus cejas mientras analizaba la descripción que el mago hacía sobre su persona.

 

Levantó su mentón ante la cercanía del rostro del mago, podía sentir el aliento golpear contra su rostro ruborizando cada parte de su maldito cuerpo, pero no iba a dar el brazo a torcer en aquella batalla que se libraba en su interior. Usual mente solo se dedicaba a torturar a sus víctimas, a seducirlas hasta que entregaran hasta la última gota de su sangre, pero nadie le causaba tal sensación. Malditos vampiros pensó al verse enredada en sus propios juegos, no caería tan fácil en la trampa.

 

Sin embargo no pudo evitar, ni retener, el encuentro de sus labios. No pudo más que dejarse atrapar por un beso escurridizo, por labios que tenían el sabor de sus sangres lo que hizo que la sensación despertara en ella placeres que ya había silenciado. Sin embargo un golpe a la realidad le recordó el maldito juego en el que estaba, aquél en el que no daría un brazo a torcer, jamás caería en su propia trampa, aquella en la que cautivaba a sus víctimas para arrancarle hasta el último suspiro.

 

Se separó de sus labios y sujetó con fuerza las muñecas del mago provocando que se cayera de la silla con ella arriba. Lo fulminó con asesina mirada, una ceja arqueada y pegándole en la cara con su agitada respiración.

 

-Tu descripción, solo tuvo un error- dijo acercando los labios a su oreja -claro que tengo límites- pegó los labios a su piel y surcó su cuello -solo que yo misma los marco.

 

Nuevamente clavó sus colmillos en su cuello, lo tenía atrapado con las piernas encerrando su cuerpo y la fuerza de sus manos sosteniendo aún sus muñecas. No quería parar.

 

@

[Albus Renaldi Macnair]

Todo había pasado tan de pronto y sin más miramientos aquella bruja tan intimidante me tenía en el suelo, con su cuerpo oprimiendo el mío y sujetando mis manos. Pude escuchar sus palabras incisivas, doloras y que sonaban a amenaza. Supuse que ella esperaba algún tipo de resistencia porque me sujetaba con fuerza... O tal vez sería que ella necesitaba tener el control.

 

Decidí dejarme hacer, gozar de lo que ella me hacía, y si entre todo el alboroto la bruja decidía quitarme la vida era algo que estaba dispuesto a perder. Con la poca movilidad que tenía logré acariciar con torpeza sus manos, enroscadas en mis muñecas. Trataba de hacerlo suave, aunque lo hacía más bien torpe.

 

Sentía cómo gota a gota y de una manera voraz aquella bruja succionaba cada latido, cada palpitar de mi ser por mi ya atacado cuello, pero a mi no me importaba, quería que ella quedara satisfecha, aunque pusiera mi vida en riesgo, o aunque tuviera que prescindir de la misma. Si alguien me lo hubiera preguntado hubiera dudado que una vampira de su edad chupara con tanto vigor y tanta energía, pero ahí estaba ella, dejándome seco, sacando hasta mi última gota de sangre.

 

-Shelle...- Mi voz se empezaba a entrecortar pero no hice ningún esfuerzo por quitarla de encima de mi... Al contrario, sería para mi un placer morir con aquella bruja encima de mi. Con un poco menos de fuerza traté de mover mi brazo derecho y para mi sorpresa pude hacerlo sin ningún impedimento. Supuse que estaba demasiado concentrada en su tarea y lejos de alejarla de mi o de intentar alguna maniobra solamente atiné a recorrer su larga cabellera de fuego con mis largas uñas.

 

A cada trago que arrancaba de mi cuello sentía cada vez menos fuerza y sentía también cómo mi vida se apartaba de mi ser... Más de 200 años de historia terminador por un rato de lujuria.

-AHHHHHHHHHHHHH! ALÉJALA, QUÍTALA.- La voz de Rita era cómo una explosión en mi cabeza... ella sabía que si yo moría ella desaparecía, así que definitivamente era algo que ella no quería.

 

Decidí cerrar mis ojos para que mi última visión no fuera aquel techo de la tienda dónde me encontraba y esbozando una sonrisa dejé de acariciar los largos cabellos de la bruja y posé mi mano en su espalda baja, esperando que decidiera acabar con mi vida...

 

@

[Dana Gryffindor]

Por un instante estuvo poseída, aquel sabor recorrió su cuerpo y encendió su espíritu como pocas veces lo había hecho. Podría arrancarle su alma, consumirlo por completo, pero algo hizo que la bruja se detuviera, una pizca de piedad ante un hombre que se entregaba ciegamente a la muerte.

 

Con total dificultad, separó sus colmillos del gélido cuello del mago y se mantuvo allí, observándolo a los ojos con extrañeza, buscando alguna razón ¿Acaso deseaba morir? Entre cerró los ojos y finalmente apoyó su frente contra la del mago, sintiendo sus cabellos en la frente aplastarse y una pizca de calor al contacto de ambas frías pieles.

 

-¿Por qué no me detienes?- dijo apretando los ojos y tratando de controlarse. Demasiado impulsiva, demasiado. Estaba saliéndose de sus reglas ¿No podía matarlo y ya? Arrojaría el cuerpo al Támesis y dejaría que la corriente se lo lleve, como tantas veces había hecho con los cuerpos de sus víctimas, víctimas que lucharon hasta el último segundo por su vida, pero él...

 

-Dime porqué- repitió con un hilo de voz, y sin saber porqué algunas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos mojando los afilados pómulos del mago.

 

@

Editado 13 de Octubre del 2020 por Shelle Dumbledore B.L