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Aventura Mortífaga II -- El Área 9


Cissy Macnair
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Tejía coronas con las flores del jardín, mientras mis hermanos preparaban gozosos la pista para la carrera entre ellos, el premio es simple pero cada uno de ellos lo anhela como si se tratasen de coronas de oro con piedras preciosas, que inocencia en sus apacibles juegos, Aydin se suma animoso al juego, su rostro sonriente me hace soportar encontrarme alejada de mi amado esposo…

 

 

Termino de tejer la última corona y la colocó sobre las demás que tengo dentro de la canasta de mimbre, la tomo en mis manos y muy ufana la llevo a mi hermanita Regina que será la juez de la carrera, le informo que iré a ayudar a nuestra hermana Leila para preparar los alimentos de está noche, es el día en que pasamos la noche frente a la fogata y siendo una larga noche, habrá mucho que preparar.

 

 

Tomo camino a nuestra cabaña, el día tan apacible me ayuda a que mi mente viaje a su recuerdo, mis pies saben llevarme al camino empedrado, ahí veo aparecer una familiar bola de fuego…con creciente jubilo en mi ser, me acerco a ella para tomarla en mis manos, escucho su amada voz y mi regocijo se eleva por encima de las mismas montañas, freno mi deseo de interrumpir su mensaje pero escucho su solicitud y accedo de inmediato a lo que me pide, cierro mis palmas sobre la bola de fuego y presurosa voy a mi habitación, en una cómoda tengo guardadas varias pociones, Samantha las elaboro al ser ella la más hábil en pociones del equipo de inefables, estas pensamos que nos serían útiles aún sin seguir laborando en el Departamento.

 

 

Tomo un pergamino, he de dejar una nota a mis hermanos para cuando descubran que no me encuentro en el refugio, se que se pondrán nerviosos por mi paradero pero a pesar del riesgo, quiero apoyar a Anthony, me guardo mi varita en el liguero de mi pierna derecha y tomo una capa oscura colocando la capucha sobre mi cabello suelto, el frasco lo guardo en la bolsita de piel de moke que tengo alistada para las emergencias como esta y salgo apresuradamente para encaminarme a la cueva donde está la salida del bucle…

 

 

Con sumo cuidado salgo al mundo exterior y ahí me vuelvo de fuego, es mi manera de llegar hasta donde el corazón me avisa que encontraré a mi amado. Cuando aparezco frente a él, corro a sus brazos, él también está ansioso, nuestra piel se siente arder, pero debido a la pasión que compartimos. Me abraza y sus labios calman a los míos que claman por aquellas caricias, muerdo suavemente sus labios cuando correspondo a su beso tan anhelado, es un sufrir suspender esa muestra de amor, pero entiendo que no hay tiempo que perder.

 

 

Es la primera vez que tomaré su lugar y mi ser se siente temblar por aquel atrevimiento pero no puedo negarle nada…no si a él le importa tanto, yo no sé de bandos, ni de luchas por poder, creo que es algo erroneo de parte de Ryvak, pero se que él cree que debe hacerlo y sé también lo mucho que le importa preservar la magia.

 

 

--Yo te seré fiel en la vida y en la muerte, si necesitas que lo haga, dalo por hecho, por ti lo que necesites haré, sabes que no me detiene el miedo, si me trata de envolver, me lo tragaré para culminar lo que deba llevar a cabo. – Le respondo con la mirada altiva, creo que a está altura de nuestra relación, él lo sabe mejor que nunca, pero me satisface decírselo de viva voz.

 

Lo veo que obtiene uno de sus cabellos y destapo el frasco de la poción que saque apenas llegue ante él. Al incorporarse aquel cabello suyo a la poción, está toma un color turquesa brillante y sonrió al ver que hay un cambio que me agrada en él, supongo que es esa resolución que veo en sus ojos, bebo la poción multijugos y mi piel parece burbujear por debajo, la sensación es extraña, un tanto dolorosa al tomar más altura y mi complexión ser más robusta, hasta que cesa y me doy por entendida que la transformación ha terminado.

 

 

Trato de negar el tomar su máscara y aquella cabellera azul que seguramente usa emulando a su madre, su insistencia me hace aceptar usarlas, pensándolo bien, con la máscara puesta podré ocultar mis gestos y sensaciones, ok, ya está. Me la coloco sobre el rostro y sé que no podrán quitarla de mi faz, lo vuelvo abrazar ejerciendo fuerza como si me quisiese hacer parte de su cuerpo, después atravieso aquel portal mágico.

 

 

Reconozco el Atrio del Ministerio Mágico….¡tanto tiempo de que deje Londres y mi empleo! Cierta añoranza hay en mí, pero avanzo tras aquellos magos que también usan máscaras. --¡Mortífagos!—Se escucho gritar a alguien, uno de aquellos magos actúo de inmediato neutralizando a esos guardias y le pidió a Ryvak que guiara al resto hacia Misterios, sin emitir palabra obedecí al mago.

 

 

Siendo inefable igual que Anthony, no me costo ejecutar aquella solicitud, aunque aún no comprendo cual es la empresa que tienen en mente, pero creo que no necesito que me lo digan, solo debo estar con el grupo.

 

 

Me sorprendió el alto dominio sobre el fuego que demostró un mago de máscara blanca con dibujos negros, alce mi pulgar hacia arriba en un gesto de euforia por demostrarle mi admiración, espero que no halla sido algo que despierte sospechas por Ryvak…olvide que estoy como él en está infiltración al Departamento de Misterios.

 

 

Una nueva integrante apareció y se dirigió a uno de los magos quitándole la máscara, no reconocí al hombre, pero sus ojos grises me dicen que es alguien implacable, me quedo helada al escuchar que la mujer se dirige a Ryvak y enmudezco como si me convirtiera de piedra…

 

--Tal parece que nuestros amigos, los sucios muggles, no han sido los únicos en hacer experimentos, eso es algo obvio. Pero me gustaría saber, Anthony... ―fijó la mirada mercurio en el peliverde― ¿Qué demonios hacían en el Departamento de Misterios?¿Quiénes estaban involucrados en esa zona cuando fuiste Director?. Al menos uno, por experiencia, debería haber sabido lo que estaban cuajando allí.

 

¿Tendré la voz de Anthony? ¡vaya contrariedad! Y si hablo y delato que no soy él?...quisiera decirles que hubo peticiones de crear pociones muy especiales…pero mantengo la boca cerrada.

 

El mago de ojos grises sale a favor de Ryvak y puedo respirar con alivio. Asiento afirmativamente a su aclaración y continuo con el grupo usando el ascensor. En aquel momento se estaban “cocinando” varias cosas importantes a la vez, hay otros hombres con intenciones de incursionar en Misterios ¿Es que no saben que las puertas solo obedecen a la indicación mental de un inefable?

 

 

¡Es inaudito! Pero….esperen un momento…hubo impostores en diferentes Departamentos y Anthony sospechaba que también lo hubo en Misterios…reaccionó al ver como el mago líder hace estallar una a una las puertas…también veo a esos hombres con pergaminos en sus manos…

 

 

Un caos digno de dioses se desató en el lugar, la castaña escucho al mago de la máscara blanca con dibujos negros y se cimbró al imaginar el lío en que se metería si se adentraban a su mente…

 

 

-No se confíen son más hábiles y fuertes en las artes oscuras de lo que creen –dijo el Ragnarok a quienes estaban junto con él en aquella misión- si piensan hacer algo háganlo de una vez y cuiden sus mentes.

Quise hablar, pero sería una rotunda tontería de mi parte, sin saber nada de nada, solo que estábamos en serio peligro. Materialice mi varita en mi mano, algo debía de hacer, mostrar el apoyo de Ryvak al grupo… ¿Pero qué? mi mente se debatía en opciones pero ninguna me parecía la ideal.

 

Me quede atrás con el propósito de intercambiar lugar con Dracony, era imperioso que él fuera el que estuviera ahí y no yo, que solo soy una elemental de fuego que recién voy afianzando mis habilidades y Dracony ya se vínculo a varios libros de hechizos…

 

 

Me envolvió un fuego que se entrelazo a mi fuego interno, así desaparecí y volví a tomar mi forma en otro sitio campestre, me quede quieta escuchando mi alrededor pero fijando mentalmente el sitio donde debía encontrarse Dracony…un lugar lejano y poco transitado, no me desaparecí hasta estar segura de aparecerme frente a él y relatar le a grandes rasgos lo que aconteció en Misterios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-No se confíen son más hábiles y fuertes en las artes oscuras de lo que creen –dijo el Ragnarok a quienes estaban junto con él en aquella misión- si piensan hacer algo háganlo de una vez y cuiden sus mentes

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El área nueve

 

El mago oscuro contempló la situación y le provocó placer. Sin embargo, debía resguardar su identidad, ya que esto permitiría ir más allá en el saber de ese clan, pero dudo por un momento si debería demostrar su habilidad por completo o no, ya que fue el único cenecal que poseía objetos con vida, éste no entendió el motivo porque los otros corsarios del mar no habían creado seres con o vida, o doblegan voluntades.

 

"Creo que será mejor ayudarles.

 

Pensó y una sonrisa se terminó dibujar en su rostro, antes esa emoción no había provocado, pero ese arte de matar comenzó. Y así, fue como sus payasos se comenzaron a salir en diferentes direcciones, ellos le darían una visión más amplia de lo que se encontraban luchando, cada uno de sus soldados tenían diferentes funciones, pero le permitía al egipcio ver y escuchar, mientras se resguarda en un sitio distante de sus adversarios, estos podían hacer que su amo se escuchara distante.

 

En ello, al tener más conocimiento comenzó a usar la técnica del titiritero y la combina con el ataque psíquico lo cual le permitió primero doblegar la voluntades, y en segundo lugar tomar control de esa masa de aprendises de ese arte, como otros de un poco similar alguien como @ , que si bien poseía mayor conocimiento del clan, pero su saber y poder mágico era inferior en cierto grado con Luxure. Aunque, la habilidad en combate y liderazgo es algo que a Black le ganaba.

 

En ello logra controlar a unos tres magos, los cuales se encontraban en su disposición. La mirada de Demian era perversa, pues movía su mano libre como un maestro de titires, era como si al mover sus dedos esas marionetas se movían, y fue a ese grado que los uso defensa contra alguien que le atacó con una sangre, quizás alguien del clan de las sombras. La muerte de esos hombres no le importo, y usos payasos para atacar a quien lo atacó.

 

De igual forma, repitió la acción de titire y control mental, para tomar posesión de otros tres soldados, quienes se dispusieron a cubrirle. La bruja que había alentado a seguir, la reconoció pues era la voz de la esposa de Anthony, o eso le pareció. Este no estaba seguro, ya que tenía tiempo sin verle. Solo se limitó actuar para denfederse.

 

Por otro lado, sus payasos habían matado a ese ser, a quienes tomaron por sorpresa. Y al equiparles su titiritero con pequeños cuchillos, pudieron desangrar a ese enemigo.

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Lo último que vi, fue consumirse las almas de aquellos alcanzados por el poder de Ragnarok, mientras otros simplemente parecían salvaguardarse con sus propias habilidades para sortear cada ápice de astucia, sea de los conocimientos de Asra, Cassian o Lucan. De hecho, tras cruzar yo mismo el fulgura nox, medio cuerpo de un tipo a medio transformar se cortó tras el cierre del portal; era un corte limpio en lo que parecía la panza de un chimpancé.

 

-Vamos, no hay tiempo...espera... ¿dónde nos trajiste?- pregunté a Hades; creyendo que ya habíamos logrado llegar al área nueve cuando cruzamos el portal, luego de destrozar las doce puertas, en el departamento de misterios del viejo ministerio.

 

 

***

 

Una edificación en ruinas con una columna de humo que parecía salir de algún conducto se imponía frente a nosotros, en una noche fría y despejada. Parecíamos alguna especie de pandilla entrando a beber cerveza de matequilla a la famosa casa de los gritos, con la gran diferencia que las ruinas que se reflejaban en nuestras miradas, eran las del temido clan Mackenzie. ¡¿Quién era ese maldito Santo?!, ¿qué significaban aquellas cámaras de desarrollo embrionario?... ¿cómo es que habían obtenido el poder de los clanes mágicos?

 

Preguntas y más preguntas surgían en mi mente, sin tomar atención a nadie hasta que de pronto y tras habernos encontrado con las primeras instalaciones y un guardia del que no debí preocuparme, ¡saltaron las alarmas!. Luces rojas destellaban en un intervalo circular, pero lo extraño era que no había sonido alguno, o al menos eso creíamos. ¡El lugar comenzó a llenarse de humo! y al cabo de unos cuántos segundos, se oyeron unos gritos desgarradores, ansiosos de atacar, gritos voraces y desesperados en lo más profundo del lugar. No tenía sentidos agudos como algunos de los seres o de quienes habían decidido seguir a Lucan, pero el eco de las instalaciones era un hecho.

 

¡De pronto una explosión hizo retumbar el lugar!

 

El humo pareció disiparse rápidamente, abducido por un forado en el techo, a gran altura, lugar donde se apreciaba el titilar de algunas estrellas. En lo alto, la silueta de un hombre se encontraba asomada.

 

-¿Esperábamos a alguien más?- pregunté al resto.

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De un momento para otro aquel desolado paisaje de las tierras bajas se había llenado de gente. No lograba distinguirlos correctamente a aquella distancia, pero la suave brisa nocturna que le sacudía los cabellos transportaba sus olores, mezclados entre otros muchos pero de alguna forma fáciles de discernir, el olor humano era agudo y chirriante, su instinto lo consideraba antinatural y por lo tanto destacaban inevitablemente en aquel torbellino de fragancias en el que se había convertido el mundo desde su transformación. Reconoció algunos de la Fortaleza Oscura, por lo que estuvo seguro de que unos cuantos mortífagos habían averiguado la ubicación por su cuenta.

 

Al cabo de un rato se encendieron luces en las ruinas y se sumaron nuevos olores, desconocidos. ¿Había funcionado su treta? Tanta gente entrando en la base iba a desatar una tormenta de un momento a otro, lo cual sería una distracción óptima, pero que no le serviría de nada si no encontraba un camino alternativo. Observó impaciente el grisáceo paisaje nocturno, tenso como una flecha a punto de dispararse, contando el tiempo a partir de los latidos que impulsaban su sangre con cada vez mayor violencia. Finalmente un par de familiares "plops" rasgaron la noche, prácticamente un estruendo en medio de aquel silencio sepulcral, y Crazy esbozó una mueca macabra.

 

- ¡Qué asco, la madre que me parió!

 

Dos hombres habían surgido de la nada frente a la ventilación obstruida, vestían unas túnicas grises deshilachadas repletas de manchas, y de su pecho colgaban un par de placas identificativas que reflejaban con viveza la luz de la luna. Uno era viejo y arrugado, pasada ya la edad de jubilación, el otro era muy joven, regordete y se estaba tapando la nariz con aspavientos dramáticos. En el suelo habían depositado un maletín de aspecto más desgastado aún que sus ropas, y ambos olían a polvo, grasa y metal. Crazy no pudo evitar sonreír, incluso una base secreta necesitaba hombres de mantenimiento.

 

- Cállate, Archie, solo es una vaca muerta

 

- Es asqueroso, Stan, deshazte de ella

 

El hombre mayor suspiró resignado.

 

- Ahora mismo, pero antes les avisaré de que es una falsa alarma para que retiren las patrullas

 

Garabateó algo en un trozo de pergamino y lo lanzó al viento, le surgieron unas pequeñas alas y se perdió en la noche tan pronto como hubo aparecido. Un memorándum. Crazy los acechaba a poca distancia agazapado en la hierba, su bestia interior liberándose poco a poco de las cadenas y tomando el control. Sentía como si alguien hubiera encendido una hoguera en su estómago y, cuando el calor comenzaba a ser doloroso, sintió que crecía. Sus huesos se alargaban, sus músculos se expandían, una gruesa capa de pelo comenzó a recubrir partes de su piel y los sentidos se le agudizaron, más si cabe. Un instinto feral se apoderó de él y su cuerpo actuó antes incluso de que la mente se lo ordenara, surcó la pradera a una velocidad vertiginosa dejando una difusa estela blanca a su paso y el joven gordinflón se desplomó como una muñeca de trapo, prácticamente decapitado.

 

Crazy se detuvo frente al otro hombre con la misma facilidad con la que había saltado, en perfecto equilibrio. Su cuerpo superaba ahora con creces los dos metros y medio, se había transformado en un híbrido antropomorfo, un hombre bestia en el que las facciones humanas se entremezclaban con las de un irbis. Su túnica se había rasgado en varias partes, dejando al descubierto un pelaje blanco como la nieve salpicado de motas negras, salvo la mano derecha que brillaba con el tono carmesí de la sangre que todavía goteaba. El viejo lo observaba con una expresión de absoluto terror y el Malfoy dejó escapar un suave rugido, ronco y peligroso.

 

- Hola Stan - su voz sonó diferente, gutural -

 

El hombre abandonó su estupor, levantando las manos en señal de rendición como si las hubiera impulsado un resorte.

 

- Ni siquiera me caía bien - dijo lanzando una mirada de soslayo al cuerpo sin cabeza - Esta gente está loca, me iré, no me mates

 

El Walpurgis le sostuvo la mirada durante unos instantes, saboreando su pánico. Su cuerpo ansiaba moverse de nuevo, atacar.

 

- ¿Cómo habéis salido?

 

Apresuradamente le señaló el maletín, que seguía en el mismo lugar donde lo habían dejado.

 

- Es un traslador - explicó -

 

Crazy asintió. Por supuesto, trasladores. Meditó en silencio durante unos segundos, indeciso. La alarma saltaría de un momento a otro gracias al pequeño ejército invasor mortífago, y de todas formas enviarían a alguien a buscarlos al ver que no regresaban y la ventilación permanecía obstruida. Justo entonces resonó una fuerte explosión en el castillo, indicándole que la batalla había comenzado. La señal que estaba esperando.

 

- Deshazte de los cuerpos y vete - dijo al fin -

 

Se giró, adoptando de nuevo su forma humana y agarrando el maletín. Lo último que escuchó antes de desaparecerse fue la voz del viejo empleado de mantenimiento:

 

- Esto sí que es asqueroso Archie

Sapere Aude - Mansión Malfoy - Sic Parvis Magna

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El Jorobado

 

 

-Dicen que un bufón soy... cantando estoy... sentado sobre la piedra junto al mar...-

 

La voz del jorobado fue absorvida por el viento mientras las notas de su instrumento, definitivamente, se las tragaba el mar.

 

Sentado sobre una roca plana, a la sombra del Faro que iluminaba las costas y la Fortaleza, el hombro con el sombrero inclinado a un lado y el puro en la boca, parecía más una estatua que una persona. ¿Acaso eso era? ¿Era... real? Nadie lo sabía.

 

Su pierna izquierda, doblada sobre la derecha, movió el zapato descolorido y rahído siguiendo las mismas notas que tocaba en su laúd, hipnotizando a todo el que las escuchaba. Era como la canción de una sirena, decían, hermosa y cruel, fina y fuerte al mismo tiempo, intimidando y envolviendo a todo el que se acercaba a deleitarse con sus mil historias.

 

Por supuesto, esa no era la única forma de llamar la atención que tenía. Si sus ropas rotas y pobremente remendadas no eran suficientes, si su sombrero de copa hecho a un lado y el puro en sus labios no ocasionaban la duda necesaria, al jorobado le gustaba meterse dentro de la taberna El Basilisco Ahorcado e inmiscuirse en conversaciones que le eran ajenas. Pero siempre tenía algo para decir, siempre sabía algo, como si él mismo estuviera hecho de historias y datos. ¿Eran todos ciertos? No se sabía, en absoluto... pero quienes se atrevían a seguir sus consejos consecuentemente encontraban algo de verdad en su palabrerío.

 

-...la sierna se llevó... el alma del pescador... y a las profundidades le arrastró-

 

Las tres cuerdas del laúd sonaron delicadamente, como un lamento quizá y luego la melodía se detuvo justo cuando un lobo aulló en el bosque a sus espaldas.

 

-... el lobo aulló cuando la luna salió... el condenado cantó...-

 

Sonrió de repente, de forma sombría. Luego comenzó a tararear de nuevo mientras su imagen se esfumaba poco a poco en la bruma marina que había comenzado a copar la parte baja del faro, deslizándose como una catarata por el risco, directo hacia el bravío mar debajo.

 

****

Bueno mis niños y niñas, estamos llegando al final de esta aventura y no podía irme sin dejarles un vistazo un poco enigmático de un personaje que no hemos tocado en esta ocasión pero que quería que apareciese. Mañana estaré cerrando esta aventura y en unos pocos días abriremos la siguiente. Disculpen la tardanza, pero hay muuuuchas cosas cocinándose en el foro XD

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El hombre de rostro avinagrado consultó por enésima vez el reloj de bolsillo que llevaba atado a la chaqueta con una pequeña cadena plateada, lo estudió en silencio y lo guardó de nuevo en el mismo bolsillo del que volvería a sacarlo no menos de treinta segundos después. No es que estuviera nervioso, pero era metódico, y aquel artilugio mágico le señalaba el estado de los cuatro grupos que había enviado a lidiar con la... "incidencia". Con su mano izquierda golpeaba rítmicamente la superficie del escritorio de roble, elevando una letanía de ruidos sordos que despejaba el silencio abigarrado en que se había sumido su despacho. No es que se sintiera agitado, pero el sonido le ayudaba a concentrarse en sus cuidadosamente elaborados planes. Todo estaba controlado, incluso aquella incidencia era una desviación lógica y esperable de...

 

- Esto es un absoluto desastre - dijo una voz rasposa a su espalda -

 

Letterman saltó de la butaca como si alguien hubiera activado un resorte en su trasero, y a punto estuvo de desparramarse de bruces sobre el suelo enmoquetado de su propio despacho, en su prisa por arrodillarse frente a la chimenea. Allí lo observaba, entre las llamas, el fantasmagórico busto de un hombre calvo y mirada febril. Conocía bien aquellos ojos verdes, que durante los dos últimos años se habían ido tiñendo de locura y lo observaban ahora ligeramente desenfocados.

 

- Su Santidad, la incidencia está completamente...

 

- Incidencia - repitió el hombre calvo con voz átona -

 

- Entraba dentro de nuestros planes que en su momento descubrieran el Área...

 

- Nuestros planes

 

Letterman se interrumpió y tragó saliva, preguntándose si había sentido un timbre peligroso en la voz del Santo. Aquel hombre era una bomba silenciosa que estallaba sin aviso alguno. Poco quedaba en él de aquel mago idealista que dedicara su vida a la defensa de los derechos de los muggles, su fanatismo había degenerado en locura. Quizás sí se sintiera un poco nervioso después de todo.

 

- Quiero que mates hasta el último de esos fanáticos supremacistas

 

Letterman no pudo evitar pestañear. El Santo le devolvió la mirada con la expresividad de un bloque de granito, los labios apretados formando una fina línea y las comisuras manchadas de saliva.

 

- Los mortífagos son una enfermedad que ha aquejado durante demasiado tiempo a la sociedad mágica. La única forma de curar la rabia es sacrificando al perro.

 

Letterman asintió, sintiendo un repentino nudo en su garganta. En estos últimos dos años había visto a varios apóstoles ejecutados, no era un cargo con demasiada esperanza de vida.

 

- Como ordene su Santidad

 

- Dédalus - agregó el Santo mientras su torso comenzaba a desvanecerse - Corre

 

Entonces la chimenea estalló en un surtidor de llamas, extendiéndose en una espiral humeante por toda la habitación con la furia de un torbellino. Y Letterman corrió.

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Septiembre/Octubre

Aprobados

Conocimiento 1

Discípulos de Nosferatu

--

Caballeros de Walpurgis

@@Crazy Malfoy

Senescales de Caronte

@

Conocimiento 2

Discípulos de Nosferatu

@@Kraven Von Alexandros

Caballeros de Walpurgis

--

Senescales de Caronte

@

Conocimiento 3

Discípulos de Nosferatu

--

Caballeros de Walpurgis

--

Senescales de Caronte

@@Hades Ragnarok

Desaprobados

Conocimiento 1

Discípulos de Nosferatu

Jeranne Triviani

Caballeros de Walpurgis

@@Eterno Black Triviani

Senescales de Caronte

@

@@Candela Triviani

Conocimiento 2

Discípulos de Nosferatu

Zoella Triviani

Caballeros de Walpurgis

@@Arya Macnair

Senescales de Caronte

--

Y con esto, damos cierre a la clase de este mes. Vamos a dejar abierto el tópic unos días por si quieren concluir tramas. En poco estaremos dando comienzo a la Aventura 3!!

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