Competición Anual de Jardinería Mágica Internacional

[Thoth]

No en todos los lugares el lazo del diablo había esparcido su dominio. Estos aprendices de herbolarios deberían aprender el fascinante mundo del reino vegetal y fungi. Entre las plantas existían tres de modificación muggle las cuales producían bioluminencia, y entre los hongos existían variedades capaces de logar ello, el motivo de que esto ocurría aún era cuestión debates entre biólogos y Herbologista mágicos. Por esa razón, no toda la estación radial se encontraba envuelta en ello. Y por esa algunas parte de la misma se encontraba iluminada, pero no por la luz artificial o alguna magia, era la misma naturaleza que producía esto.

 

Toots, Brotes y Raíces

Toots, Tilden

 

El herbologista había salido a salvo, y llegando a la cabina de control, muy cercano a donde se encontraba los estudiantes. Alli, se encontraba algunas personas de la producción. No obstante, Toots no había hecho nada para ayudar a sus estudiantes, éste deseaba comprobar si pudiera ser aptos para los peligros que enfrenta alguien experto en Herbología.

 

Si bien, las criaturas pueden ser clasificada como mortales según su especie, era conocido que ente las plantas existía algún tipo de clasificación. Y entre las más letales, no se encontraba ese tipo de enredadera, ya que había muchos más peligros. Y éste se cuestionaba si esos magos apegados a las varitas serían capaces de buscar una solución. Éste medito un poco y dio la instrucción que activará la luces de emergencia. Y una bruja, que era quien controlaba la entrada y el retorno de sonido en esas grabaciones usa su varita. Y en las paredes, una leve luz aparece en las paredes. Esta no era potente, pero si hizo retroceder un poco la planta.

 

-¿Acaso Licaón creyó más en sus estudiantes que ellos mismos?- Indagó el locutor.

 

-Aún, resta tiempo. - Comentó Hooch. - Si ellos desean comprender la complejidad del mundo mágico de plantas y hongos. -

 

-No estoy seguro, algunos de ellos parecen haber leído ¿aunque eso será suficiente?- Suspiro el hombres que era conocido por sus tres dedos verdes. Éste pronto haría en caso necesario un encantamiento que regrese la luz. Aunque, por el momento no era necesario. Este mago desde la cabina noto como algunas hormigas se encontraba impregnada por las esporas de los hongos.

Editado 9 de Febrero del 2021 por Azrael Licaón

[Maida Black Yaxley]

— Señorita, señorita Yaxley —corrigió sorprendiéndose a sí misma por aquello.

 

Pero no pudo decir mucho más porque en los siguiente momentos pasaron cosas de lo más extrañas, primero se quedó con la palabra en el aire porque había llegado alguien más, ¿Darla? Bueno, una clase con Darla y Adrian eran mucho más de lo que podía esperar, la saludo con una silente sonrisa. ¿Estar todos juntos? ¡Perfecto! Así podían ayudarse para lo que sea que estaban ahí, seguía sin estar segura. Encima de todo, un lazo del diablo comenzaba a atacarlos y Darla comenzaba a recitar lo que debía hacerse en una situación con esa. Lo bueno era que Maida podía ser impasible, imperturbable. Cerró los ojos y tentó un Lumus, pero su varita no le respondía. Los tentáculos ya andaban rodeándole las piernas y no había mucho más tiempo para reaccionar. Respiró profundo y metió la mano libre al bolsillo, presionando su broche de oro con forma de ciervo, un artilugio que tenía con su primo. Resopló un poco sintiéndose tonta, llamarlo por una situación así, apretó el broche que comenzó a quemarle un tanto la piel y pronto en medio de la antesala a la cabina dónde estaba, el ex-ministro de Magia hacia gala de su aparición.

 

Su rostro imperturbable como siempre, miró hacia ambos lados y finalmente, reconoció la cabellera de Maida perdiéndose entre lo tentáculos de la planta, Se cruzó de brazos y por poco se echa a reír en su cara.

 

— ¿Desde cuándo las plantas te dan problemas, primita? —masculló aún sin hacer nada. Miró hacia los lados de la cabina dónde algunas plantas luminiscentes — Dime que no pensabas hacer algo con esas hierbas fluorescentes, ¡Maida Yaxley! ¡Qué vergüenza! ¿Qué dirían tus profesores de Durmstang?

 

Y claro, parecía que el hecho de ya no verle el rostro a su prima le importaba tres pepinos. No era cierto. Segundos después, enarboló la varita y conjuró el Lumus Solem que hacía falta. Vamos a decir que le salió un gesto de caballerosidad y se acercó a la bruja para que, libre de los tentáculos no se cayera por la falta de equilibrio. Maida lo fulminó con la mirada, sin embargo, estaba avergonzada de haber pedido ayuda. Se fijó en Darla y Adrian, para ver con tranquilidad que estaban todos bien. Lo que la indignó un poco, fue ver que el tal Toots andaba de lo más fresco y le importaba poco o nada, si los estudiantes se salvaban o no. Se soltó del agarre de su primo y se sacudió la túnica, los tentáculos aún retrocedían, al lo mejo las luces de emergencia funcionaban incluso mejor que los hongos esos.

 

— Gracias, si deseas te puedes ir te veo en la casa —dijo casi en un susurro.

 

— Bueno pues, me voy, ¿segura que no terminarás muerta? —preguntó lleno de sarcasmo— No soy un nigromante, no puedo ayudarte.

 

Maida iba a pegarle un zape, pero él fue más rápido y le chasqueó los dedos en la frente, como cuando eran adolescentes.

 

— ¡Te cuidas, primita! —y desapareció.

 

— Me parece una irresponsabilidad que usted esté tan campante y no se haya dignado siquiera a intentar liberarnos, señor Toots, que yo sepa, somos sus invitados, ¿o no?

 

Era muy posible, repito, muy posible, que Maida estuviera más enojada por haber tenido que solicitar la ayuda de su primo que por tener que enfrentarse a un Lazo del Diablo. Pero si estaba un tanto harta de pagar por una cosa y terminar con otra entre las manos. ¡Ella había desembolsado mil galeones para estudiar Herbología en Castelobruxo con Azrael Licaón! No para que la entrevistaran o interrogaran en una estación de radio, menos para estar expuesta a peligros, sin que al señor Toots le importara nada.

 

— ¿Alguien sabe dónde está el Sr. Licaón?

[Thoth]

Al fin los estudiantes hicieron retroceder al lazo del diablo, este hecho fue curioso de cómo tres seres mágicos actuaron diferente forma ante un mismo peligro. Dos demostraron cierto conocimiento y uno, sólo se preocupo su vida, ésto sería algo muy interesante al momento que Licaón se entere.

 

Toots, Brotes y Raíces

Toots, Tilden

 

La luz regresaba a la estación de radio y la mortal planta desaparece. Toots permaneció en silencio, comprendió que eso se debía al estrés de haber pasado por una de las plantas más comunes que un Herbologista debe pasar o enfrentar, incluso saber diferenciarla de aquella que es tan parecida. En eso fijando la mirada a la estudiante Yaxley, que había de alguna forma pasado de donde estaba hasta la cabina de producción, lugares cercanos pero no el mismo.

 

-En efecto son mis invitados, pero también se encuentran enfrentando los retos de Licaón, Castiel. Y éste profesor de Ilvermony, me solicitó probar sus conocimiento. - Y calló bruscamente. - Ahora bien es libre si desea dar su entrevista con la información que se le ha solicitado con anticipación o dirigirse a la escuela, donde ocurre el evento de los Herbologista. Éste predicamento siempre fue desde el inicio su libertad ¿Acaso me equivoco?- Indaga.

 

En ello llega Hooch. - Sr. Toots debe continuar con su programa ¿Acaso lo hará con esos estudiantes o sólo? - Pregunta.

 

En eso el Herbologista y locutor responde. - Voy en camino, ellos decidirán si desean dar esa entrevista.- Y se marcha bruscamente a seguir grabando, dejando sola a la bruja. Éste ya se encontraba listo para iniciar nuevamente con un programa radial. Y lentamente entre los altavoces se escucha al mago explicando la diferencia ente el lazo del diablo y la planta que le había asignado a la Potter Black.

[Darla G Dumbledore]

No es que no estuviera preparada ni fuese una bruja de reacciones rápidas, pero precisamente las reacciones rápidas producían la reacción de la planta. La Potter Blak escuchó la voz de Adrián, quejándose que no podía invocar un lumos y una idea loca pasó por su cabeza. ¿Acaso podría utilizar la metamorfomagia para convertir sus dedos en filamentos de algas luminiscentes? No era la gran cosa, había leído que había plantas autoluminiscentes pero la verdad nunca había intentado ese tipo de transformación desde que había cursado con Aymara.

 

La voz del mago llegó hasta ella una vez más con un ahogado y curioso “ayuda”, genial, eso no la ayudaba a concentrarse, apenas había tomado una forma apagada pero brillar ya era una cosa que necesitaba algo más de concentración. El comentario de Toots no le agradó, cerró sus ojos y respiró profundo, para poder abrirlos ¿qué había dicho? ¿Plantas y hongos? ¿Habría algún hongo que fuera luminiscente? Creía que sí, pero si no lo lograba con las algas.

 

Lo que ocurrió a continuación fue como algo irreal, al instante reconoció la voz del mago que había aparecido en el lugar y se dirigía a Maida. Aquello le provocó sorpresa pero en el fondo agradeció que el mago invocara el lumus solem que estaban necesitando. No esperaba ayuda externa y menos de Aaron, solo esperaba que no lo considerase como una compensación porque no lo era. La planta a su alrededor comenzó a ceder y Darla volvió sus manos a la normalidad cuando apenas había logrado hacer brillar la punta de sus dedos y apareció entre ellos su varita.

 

—Lumos Solem —repitió pero apuntando hacia arriba, no pretendía hacer daño al lazo del diablo, solo liberarse de él hasta que las luces volvieran a la normalidad, mientras Maida casi explotaba reclamando a Toots y preguntando por Licaón.

 

Cuando Toots respondió la Potter Black no pudo evitar reaccionar.

 

—Nox… ¿El Señor Castiel nos quiere probar? Pensé que su estudio armado en este lugar era para acompañar la Competición Anual de Jardinería no para tenernos como ratoncillos en una caja de cristal para pruebas de laboratorio —intentó mantener su voz en calma, de hecho lo había logrado, había sido sometida a pruebas antes, pero no así de sorpresivas.

 

—Señor Toots, creo que los tres hemos dicho que lo queremos dar juntos, Adrián incluso se manifestó antes de que su mascota vegetal estresada nos quisiera conocer —pero el hombre ya estaba transmitiendo y ella miró a la Señorita Hooch.

 

—¿Qué le pasa? No tomó su cereal en la mañana? —miró hacia Maida y luego hacia Adrián, como preguntando a sus compañeros qué es lo que esperaban hacer, le venía a su mente las palabras de Báleyr que, aunque en circunstancias totalmente distintas, igual le parecían útil: “juntos, recuerden que dos cabezas piensas mejor que una” y ni que hablar de tres. Frunció el ceño al darse cuenta que el hombre hablaba de la plantita que le hubiera tocado hablar a ella.

[Adrian Wild]

Aquel aventurado tentáculo había rodeado completamente mi cuello haciéndome levantar ligeramente la barbilla. Por suerte, no sentí que apretara como para cortarme la respiración —de momento—, pero siguió subiendo por mi cabeza, cubriendo una de mis orejas. Pude ver, gracias a que unas débiles luces fluorescentes aparecieron por todos lados, la silueta de Darla, igualmente atrapada, y noté algo raro allí donde debería ver la forma de su mano. «Sea lo que sea que estés haciendo, rápido, por favor», pensaba, sintiendo como el tentáculo atravesaba mi coronilla y volvía a descender por el otro lado, llegando a mi otra oreja. ¿Se estaba transformando? ¿Qué pretendía, convertirse en planta también?

 

No pudimos desvelar su truco, pues de pronto una alta y recta figura hizo acto de presencia, lanzando un Lumus Solem que hizo retroceder abruptamente a la planta que ya sí había comenzado a apretar todo mi cráneo y cuello. Sólo necesité dos segundos desde que aquel hombre apareció para reconocerle entre el espacio libre que la planta había dejado para mis ojos, como si esta supiera lo que iba a suceder y deseara que lo presenciara. Y no era de extrañar, pues que el ex-ministro de magia se presentase en Castelobruxo para salvarnos de aquel apuro ante algún tipo de llamado que Maida había efectuado era algo que no hubiera creído de no haberlo visto.

 

Mi mente fue por detrás de mis ojos y tardó en procesarlo. Aaron Black Yaxley acababa de estar allí, bromeando con su... ¿Prima? Y nos había salvado. Me había salvado. A pesar de que la planta ya no me apresaba por ninguna de mis extremidades, me quedé quieto en la misma postura, hierático. Darla conjuró otro Lumus Solem para agilizar el retroceso del lazo del diablo y Maida comenzó a pedir explicaciones. Yo no pude ni quitar el sello que había cerrado mi boca a cal y canto. Tenía la garganta reseca y paralizada, y no por haber tenido a la planta apretándola segundos antes. Se me estaban acumulando toda clase de sentimientos y emociones ahí. Me sentí est****o, inútil, incompetente. Sentía rabia, impotencia, odio, frustración.

 

Y mi orgullo se había hecho añicos.

 

Todas las palabras que se dijeron en voz alta entre aquellas dos salas pasaron por mis oídos. Sentía que llegaban a mi cerebro, pero por unos instantes, no podía siquiera reaccionar a ellas. Fueron las últimas palabras de Darla hacia la directora del programa las que me sacaron del trance. Con el rostro tremendamente largo y una seriedad que trataba de ocultar toda aquella vergüenza que me invadía, y sin poder mirar a mis compañeras, dije:

 

— Venga, vamos.

 

Me senté en una de las sillas que había alrededor de la mesa redonda donde Toots ya se había acomodado para continuar con su programa. Pude interceptar la ironía de que este estuviera hablando sobre las diferencias entre el lazo del diablo y la tentácula venenosa, pero ni siquiera aquello abrió la hendidura de mi molestia.

 

Maida era prima de Aaron. Aaron en persona había estado allí para ayudarnos. ¡Ayudarnos! Un mago y dos brujas completamente inútiles a los que un déspota enormemente odiado y que tantos males había causado en el último año había tenido que salvar. Y yo no había hecho nada. Ni contra la planta, ni contra él. Seguía apretando los dientes y ni me di cuenta. Miré con gesto impertérrito a Darla; de alguna forma mi cabeza pensaba que era su ocasión de hablar. Y después, hice lo mismo con Maida.

 

Maida. Maida tenía una forma secreta de llamar al ex-ministro y este acudía sin reparo, fuera a lo que fuese.

 

Hice mi primer gesto desde que el Yaxley hubiera aparecido en las instalaciones. Me mordí el labio inferior y miré a Tilden Toots. Su programa de pronto me pareció la cosa más insignificante de la Tierra. Qué más me daba a mí la procedencia del Sauce Boxeador. Ahora tenía una información demasiado buena, demasiado importante, relevante se mirase por donde se mirase.

[Maida Black Yaxley]

— Se equivoca en mas de una cosa, señor Toots, pero a diferencia de su amigo, no estoy aquí en calidad de profesora y no pretendo enseñarle los modales que claramente su familia se equivocó en inculcarle —seguía conmocionada, enojada y francamente hasta con ganas de lanzarle alguna maldición asesina.

 

Tragó saliva antes de dirigirse al interior de la cabina dónde el innombrable ya estaba colocado, cómo si no hubieran estado en peligro de muerte tan sólo cinco minutos antes. Darla también había puesto las cosas en claro, y al menos eso la hizo sentir un tanto acompañada en el sentimiento. Sobre Adrian no podía decir mucho puesto que él mismo no lo hacía, pero sintió sus ojos sobre su rostro apenas el silencio se impuso entre los presentes. ¿Un programa de radio y un evento al que quizá no llegarían jamás? ¡Vaya! Si hasta iba a resultar que los muggles tenían mejores técnicas de estudio que los magos. Se cruzó de brazos y escuchó que Darla había tenido que investigar previo al encuentro en la estación de radio.

 

Sacó un pergamino y una pluma a vuelapluma, misma que en un segundo rasgó el material. Se lo pasó de lado a su compañero, intentando ser discreta con el ruido, pero sin ocultarlo a los ojos de nadie.

 

"Tengan la varita lista o terminaremos saliendo de esta radio con los pies por delante"

 

Las mejillas de la bruja estaban llenas de color, tener que solicitar el rescate de su primo no había sido sencillo, y no en lo físico, sino en lo emocional. Llevaba los últimos meses intentando demostrarle que no era la misma bruja indefensa de siempre, y bueno, ahí estaba, llamándolo "a grito en cuello", a la primera de cambio. Ya se podía imaginar las burlas apenas llegara a casa en la noche. Además, el silencio del Wild no le estaba gustando del todo, es que si tenía algo que decirle, podía soltarlo y ya. No era buena siendo protagonista de pensamientos o elucubraciones en silencio, que era lo que podía deducir del Wild. Darla en cambio parecía estar en sintonía con ella, lo que le hizo colocar la varita entre sus dedos, sobre la superficie de la mesa, atenta ante cualquier eventualidad y esperando que el reloj avanzara un poco más rápido. La mano libre la introdujo nuevamente en la túnica y acarició su broche de oro, transmitiendo una temperatura tibia a su gemelo en cualquier otra parte, si, finalmente estaba agradeciéndole con sinceridad a su primo.

[Thoth]

La radio y televisión no esperan a nadie, y mucho menos a los estudiantes, ese ambiente poseía un cierto ritmo, donde todo debería encajar a la precisión y no podía existir algún error, aunque, eso era extraño que alguien decía venir de los medios de comunicación, la cultura no estuviera acostumbrado a ello, esto se pudiera comprender de alguien ajeno a esos medios, como lo era la Potter Black ¿Acaso Wild y Black Yaxley no entendían esos principios?

Sin embargo, Toots pudiera comprender alguna molestia, enojo u otro sentimiento negativo, pero no tenía tiempo para perder ese engranaje debería seguir girando a un ritmo perfecto. Y pasaba lentamente el tiempo para que cada estudiante de herbología tomara su decisión si deseaban quedarse o marcharse en compañía de su profesor, el cual se encontraba enfrentado severos problemas ante el evento que se le estaba presentado, ya que se encontraba lidiando con un mal que se le escapaba de la mano, y como tenía bajo de la manga a ciertos aprendices, pudira emplearlo para que cumpliera algunos objetivos, según la disposición de cada uno. Aunque, esta realidad era ajeno a ellos.

Toots, Brotes y Raíces

Engrieta Hooch

Asistente de dirección

-Disculpen.- Comenta la bruja a los estudiantes. –se le agradece guardar la compostura, estamos en una estación radial, si lo ocurrido es algo lamentable.- Hace pausa y se acomoda los lentes. –supongo que son los peligros de aventurarse a lo desconocido, Toots nunca deja sola a sus plantas, y por eso alguna de ellas ronda por la estación.- Piensa un poco. –Pero debo admitir, que pudo haber intervenido.- Suspira.

Y la bruja, le comienza llegar comunicación de la dirección general de la radio y del director del programa. En eso esta le pregunta a los tres. –¿Acaso van a pasar a grabar o no?.- Y mira la mirada a la Potter Black. –Y señorita Potter Black, me comentaron que se le fue asignado de hablar sobre las plantas que son capaces de brindar la capacidad de respirar en el agua. – Piensa un poco. -¿Acaso sabe de que hablo?- Hace pausa. –que tonta soy, seguro estudiantes de herbología conocen de todas las plantas y hongos.-

Castelobruxo, Colegio de Magia y Hechicería

El egipcio se encontraba preocupado por la demora de sus estudiantes, pero tenía otros asuntos que resolver, allí estaba a punto de comenzar la competencia anual de Jardinearía Mágica. Este se encontraba en uno de tantos invernaderos, debatiéndose la mejor forma de afrontar aquel mal que se encontraba acogiendo algunas plantas, ya que algunas criaturas mágicas se encontraba dañando el terreno.

[Darla G Dumbledore]

La voz de Adrián sonó tan seria que la Potter Black se giró por primera vez a observarlo con detenimiento, sabía que habían logrado salir con bien de aquello pero de pronto se daba cuenta que al sentirse ofendida no había prestado la suficiente atención para saber si sus compañeros, o mejor dicho él, estaba bien. De Maida ya lo había notado, aparte de que había sido la primeramente rescatada, y burlada de hecho, por su primo.

 

Y por lo visto aquello la había afectado, o más bien el lazo del diablo porque seguía ofendida con el conductor, pese a lo cual, se dirigió con ellos a la cabina de transmisión. Darla se sentó a la derecha del mago en silencio, podía sentir su tensión, notaba, de reojo, su gesto y cuando él la miró tendió a abrir la boca pero por unos segundos se quedó muda al sentir el pergamino en su mano, lo leyó y se lo pasó a Wild, aun algo nerviosa. Aunque no podía negar que siempre tenía a mano a Edelweiss, aunque en ese momento no hubiera resultado.

 

La auxiliar se dirigió a ellos en ese momento y la Potter Black clavó la mirada ¿los estaba tratando como a adolescentes? ¿Era en serio? Abrió los labios para reclamar cuando la bruja, nunca mejor dicho, se dirigió hacia ella.

 

—Sí, hablaré, no, me habían pedido que hable sobre la flor voladora, pero no se haga problemas, conozco muy bien el tema de las branquialgas. Y no, no sé si es tonta ¿lo es Señorita Hooch –el rostro de la vampiresa eran una mezcla de la más tierna inocencia en su mirada pero su sonrisa tenía la maldad reflejada en ella por unos breves segundos, antes de dirigirse hacia el micrófono, Toots, Hooch y la bendita audiencia con un gesto totalmente inexpresivo y despreocupado.

—Las branquialgas permiten tener la capacidad de respirar bajo el agua, la demostración más famosa la dio Harry Potter en el Torneo de los Tres Magos en 1994, gracias a esta planta del Mediterraneo tras consumirla obtuvo temporalmente branquias en el cuello y manos y pies palmeados que permiten no solo respirar bajo el agua sino también nadar rápdamente —hizo una pausa fingiendo tomar aire para continuar.

—Dicen que al comerse tiene un sabor como a goma pero permite procesar el oxígeno por las branquias que adquieren los magos o brujas, la duración es de una hora, pero hay debates entre herbólogos si es igual en agua salada que dulce, dicen que en el agua salada duran tres horas sus efectos —su castaña mirada se clavó en Toots —¿Sabía que parecen una bolsa de olas de rata de un verde grisáceo y viscosas señor Toots? Pero al consumirla en jugo dan sensación refrescante y nutritiva por lo que eso ha convertido para algunos a la Branquialgas en una bebida popular. ¿Quiere la receta de agua alegre?

—Igual creo que entre la forma y el sabor sin procesar tenemos que tener ganas de elegir esa forma de respirar bajo el agua y no la elección del Señor Krum en la misma prueba, utilizando metamorfomagia quizás para convertirse casi en un tiburón —se encogió de hombros .

—Pero volvamos a las branquialgas, es una hierba tipo arbusto bastante rara nativa del mar Mediterráneo, y crece a una altura de cinco centímetros a siete centímetros en el suelo con un rango de pH moderadamente alcalino, consume una gran cantidad de agua, pero requiere poca luz solar para poder prosperar. Pero tenga cuidado, muchas malas hierbas de la familia giliac son similares en sus necesidades —se sentía como una Hermione hablando y sabía que Adrián y Maida la querrían matar mientras ella hablaba jugando con su varita en la mano bajo la mesa pero continuó.

—¿No cree que fue un gran descubrimiento del Señor Marjoribanks? Mmm… dicen que fue antes de mil ochocientos cuarenta y cinco, pero sus propiedades recién fueron descubiertas por la Señorita Ketteridge, accidentalmente sí, pero su hambre y su astucia de no ahogarse metiendo la cabeza en un balde con agua nos trajo algo bueno ¿o no que muchos descubrimientos son por accidente? Uff como el amor… pero no me voy del tema, que casi lo olvido, ¡no necesitamos parpadear bajo el agua al comerlas! ¿no es genial?

La pelirroja se detuvo y miró la expresión de sus compañeros con un gesto de disculpas, pero en verdad deseaba acogotar al conducto y a su asistente, preguntándose además por qué su profesor, el tal Castiel Licaón, los había citado allí y no en Castelobruxo. Aunque si habían hecho el estudio cerca del lugar de la Competencia Anual, parecían haberse reservado de alguna manera un lugar lo suficientemente lejano… ahhh… Darla descubrió entonces que seguro sabían del bendito lazo de diablo y por eso mantenían a Toots tres dedos verdes bien lejos de ellos. Ya hablaría con el tal Castiel cuando se dignara a indicarles dónde estaba él y les dijera cómo les había ido, según él, en esa prueba especial que les había pedido.

—¿Qué más? ¿Hay agua? —preguntó con un dejo de persona que necesitara refrescar su garganta tras hablar tanto.

Editado 16 de Febrero del 2021 por Darla Potter Black

[Thoth]

Uno de los tres estudiantes había optado y producto de esto, un extraño papel aprecio en la mano de la Potter Black, el mismo se encontraba tejido entre hilos de seda y no poseía un escrito. Éste solo activará su efecto mágico, cuando la bruja le mirará, y sólo serviría en la Potter Black. El cual la llevaría al lugar exacto donde se encontraba Castiel Licaón. Por otro lado, esta suerte ocurriría lo mismo con Wild y Black Yaxley al momento que ellos tomarán una desicion respecto a lo que estaba ocurriendo en la radio. Sin embargo, cada acción genera una reacción y esto no escapaba del mundo mágico.

 

La Herbología y en combinación con el Cuidado de Criaturas Mágicas eran dos conocimientos que observan la vida de diferente forma, esas ciencias Mágicas se pudiera comprar a los que los muggles llaman un biólogo, en ese sentido era la vida misma que tiene sus leyes universales. Aunque, la distinción mágica no niega las propiedades de la materia, sino que añade algunas excepción extraordinarias en poder escuchar el pensar del reino vegetal y fungi, pues en los criptoherbologos (criptoherbologia del griego κρυπτος cryptos, 'oculto', y λογος logos, 'estudio'; ademas de la palabra del latín: "herba" que traduce "hiervas" y literalmente: 'el estudio de los hiervas ocultas', aunque en la herbolaria contempla a los hongos y su uso medicinal) se reconoce a los Ents, seres que son clasificados como criaturas y plantas. Sin embargo, su existencia aún no se ha comprobado.

 

 

Toots, Brotes y Raíces

 

 

Toots, Tilden

 

Una pausa comercial se produjo, luego de que la Potter Black terminará de hablar. Y allí Hooch trae un vaso de agua, pero cercano a Toots se encontraba levitando, sin derramarse nada una tetera que le servía una tasa de té de flores relajantes. Las cuales tenían extraordinarias propiedades curativos, por eso éste Herbologista prefería el remedio natural. Y dando un sorbo a su bebida, mientra que seguía la públicidad que hablaba como las flores tenían un significado según su color y cultura.

 

-Debo admitir que me sorprendió Sra. Potter Black- Y Toots observó a los otros dos estudiantes, aunque el no estaba seguro si se encontraba en la cabina de producción o se encontraba en compañía de su compañera. Y fue por eso que en comunicación con el director de producción le pide a Hooch, que pregunte a ese dúo que no había hablado aún.

 

-¿Acaso van a dar su entrevista referente a la planta que le han asignado?- Indaga Hooch, quien para ese instante se encontraba con Wild y Black Yaxley

Editado 16 de Febrero del 2021 por Azrael Licaón

[Darla G Dumbledore]

Las palabras de Toots le arrancaron una media sonrisa pero no dejó que ello le nublara la mente. El hombre se dirigió hacia sus compañeros, definitivamente no podía con su genio. Un suave roce en su mano la hizo pensar que Maida había enviado un nuevo pergamino, si le preocupaba salir con los pies hacia adelante que se quedara tranquila, que ella también estaba lista con su varita. La observó y notó que o disimulaba muy bien o había sido Adrián, miró hacia el otro lado y el mago continuaba con su expresión ceñuda.

 

Maldición, pensó rogando porque no fuera nuevamente el lazo del diablo, inclinó delicadamente la cabeza y su mirada se posó en la delicada tela de hilos de seda que estaba sobre su mano, giró su mano para tomarla pero en ese momento fue como si un destello hubiera surgido de la seda. Demonios, volvió a pensar Darla mientras aferraba con fuerza su varita y la seda en su otra mano sintiendo que era jalada como por un gancho desde el ombligo, intentó respirar, lanzando un jadeo en el momento en que aterrizaba en algún lugar.

 

La Potter Black dio unos toscos pasos en el aire para finalmente lograr mantener el equilibrio pero sin poder evitar tocar rodilla izquierda en tierra y su diestra en algo mientras su mano izquierda quedaba apoyada en su rodilla. De un salto se puso de pie, observando a su alrededor. ¿Cómo había llegado el traslador a su mano? Acaso alguno de sus compañeros ¿o cómo? Lo observó con atención y lo guardó en su bolsillo.

 

Un invernadero había sido su destino, giró sobre sus talones, analizando el lugar. Caminó unos pasos entre las hileras de plantas que había en el lugar, era muy singular el lugar no lo podía negar. Se detuvo observando cada una de las plantas, algunas parecían afectadas por algo, sin embargo el ambiente parecía adecuado. Sus ojos se elevaron hacia el techo transparente del lugar, le recordaba un invernadero que le había descrito alguna vez una de las ex neófitas del clan Akane, era demasiado similar para no creer que estuviera en un área cercana a aquel, lo cual le recordó a la Potter Black que debía tener cuidado y averiguar en dónde estaba.

 

—Hola —dijo avanzando por uno de los pasillos de plantas —¿hay alguien? —podía no ser prudente pero no podía salir a atacar con su varita en la mano de la nada, por eso la llevaba delicadamente hacia abajo, para no parecer agresiva.

 

El anillo de la Potter Black comenzó a emitir calor y vibrar en su dedo, lo cual hizo que la bruja se preocupara pero solo se mantuvo alerta, no quería extender su mente hacia nada, solo la cerró con oclumancia y se detuvo, respirando profundo, dejando que su olfato se llenara de la esencia de las criaturas y plantas que la rodeaban. ¿Qué debería hacer ahora? ¿Por qué Castiel Licaón le sometía a aquella prueba?