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Astronomía & Primeros Auxilios


Kahlan Blackthorn
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La discusión parecía ser mucho más importante que las clases que habían decidido tomar dentro de Castelobruxo. Era más sensato para los tres magos centrarse en lo que realmente ocupaba su tiempo o en el mejor de los casos, marcharse a otro sitio para no entorpecer el aprendizaje de la Señorita Gryffindor. Sus ojos pasaban de uno a otro, analizando cada una de las palabras que salían de sus labios, le resultaba curioso todo el jaleo que se había armado porque un dragón estuviera dentro de los terrenos de Hogwarts.


— Si el quisiera comerse a alguien, no duden que ya lo habría hecho. Está más ocupado en sus asuntos—sonrió con frialdad— Que en prestar atención a verborreas sin sentido o razón de ser. Parece que la clase es sobre dragones y lo que comen, no de Primeros Auxilios y Astronomía. Les aconsejo que dejen en paz a mi dragón, dudo mucho que les apetezca molestarlo como lo han hecho conmigo—sentenció prestando atención a lo dicho por Mica— Espero que hayan traído su telescopio, además de las cartas astrales, el compás y otros elementos que van a necesitar—agregaba apareciendo un libro sobre la mesa.


— Es bueno saber que conoces algo sobre el tema, pero ahondaremos un poco más, si te parece—señalaba una constelación que podía verse plasmada en la pagina del libro— Un detalle que olvide mencionar es que la Astronomía ha formado parte de la historia de la humanidad desde la antigüedad—haciendo una ligera pausa daba vuelta a la pagina, apareciendo varios dibujos que representaban a un grupo de civilizaciones— Civilizaciones como la Azteca, la Maya y la inca, así como la Egipcia , la China y la Griega, alcanzaron un grado tal de conocimiento que son considerados fundamentales para la evolución de dicha disciplina—invitándolos a mirar el cielo, esperaba que encontraran alguna estrella interesante o al famoso cinturón de Orión.


— Es considerada la ciencia más antigua y resulta esencial en el desarrollo de otras ciencias como son las matemáticas y la física. Deben emplearse métodos de medición para determinar el punto exacto donde radican las estrellas más famosas, empleando las coordenadas y la composición de cada uno de los astros que habitan en el Universo o su movimiento. Ese es trabajo de la física y otras ciencias, como la química—relataba con parsimonia— Les aconsejo mirar con detenimiento todo lo que hay en el firmamento, no pierdan detalle de nada—volcando su atención en Ernest esperaba que trajera con el todo lo necesario para curar heridas y cerrar las mismas. Además de aprender como detectar, si un mago estaba enfermo por alguna clase de virus o solo hechizado.


— Señor Macnair, usted va a centrarse en saber como reparar un hueso roto. Además de como cerrar una herida expuesta o determinar, si un mago sufre cierta enfermedad y si la misma ha sido provocada por un hechizo mal realizado o la adquirió por otra clase de medio—comentó señalándole el cuerpo que estaba sobre la camilla— Puede usar los amuletos del libro de la Fortaleza, creo que conoces cada uno de ellos o ¿no?—ya era momento de que se pusieran las pilas con la clase. El recreo había llegado a su fin y la discusión sobre las acciones de su dragón era un tema zanjado.



Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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Su mente aún procesaba las palabras de Oliver, el mago, aún molesto, le había referido de los peligros mortales de un dragón, de su dieta favorita y de su respeto hacia dichas criaturas y su profesión de prospecto de Draconología. No le había pasado desapercibido de que había dicho que les daba cuidado, aquello le hizo pensar en sus dragones y una idea empezó a tomar forma, solo que debía esperar que Ernest se calmara, y seguramente que acabara la clase.

 

Y hablando de la calma de Ernest y el joven Oliver, éste parecía haberse asombrado y molestado por la actitud del Macnair, porque al igual que ella, o más bien más bravamente que ella, le apuntaba con la varita, recordándole que estaban reunidos para aprender. Oliver le invitaba a dejar los problemas para el final de la clase. Lo que sí, fue la reacción de Juve la más clara, poniendo orden.

 

La rubia recriminó a Oliver y Darla hablar de su dragón y no de las estrellas, de las que no habían podido ocuparse desde su llegada tarde por culpa del arribo de Ernest, al que solo se le explicó qué debía realizar, sin siquiera prestar atención a su claro intento de ataque. Darla se mantuvo en silencio y se acercó al Gaunt, esperando que el Macnair los dejara en paz y se ocupara de sus asuntos de la clase, para poder ellos hacer lo que Juv les pedía: tener un telescopio, mapas astrales, un compás y los otros elementos que ella le pedía, entre ellos el astrolabio que había adquirido hacía poco tiempo.

 

La invitación a mirar el cielo era más que interesante, solo esperaba que pudiera llevarla a cabo con Ernest allí. Ya que de momento no dignaba el mago a responder a la profesora. Lo cual le recordó que debía algo al mago a su lado.

 

—Gracias Oliver —susurró hacia el mago que se había puesto a su lado contra el ataque de Ernest —espero no arruinarte la clase y que podamos disfrutar de aprender sobre estas estrellas sobre nuestras cabezas —agregó con expresión compungida por haber sido causante de que le retaran por su culpa y que tuviera que defenderla por el ataque de Ernest.

 

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Oliver se quedo impactado y con desagrado, por los dichos de la profesora. ¿Cuanta arrogancia se necesitaba para echar los errores propios a las personas que se lo hacían notar? Su trabajo, desde que eligió la profesión, habían sido los dragones y la falta de respeto a sus conocimientos, no iba a tolerarla.


-Usted no sabe de lo que habla, o si lo sabe, creo que esta confundida, profesora -Respondió - Me esta regañando porque le estoy advirtiendo sobre una bestia del cual no tiene control y encima, me acusa de socavar la educación de mi compañera, cuando es usted la que ni fue capaz de dirigirse a mi -Señalo a Darla - O a mi compañera, para involucrarnos en el tema de la astronomía, y se da el lujo de enojarse.


El enojo que le provoco la actitud de la profesora, fue tal, que el mago tuvo el pensamiento de regresar sobre sus pasos y abandonar la clase. Se contuvo lo mejor que pudo, volviendo al lado de Darla y escuchando sin interés como la enseñanza sobre astrología, seguía su rumbo. Era desconcertante haber pagado una clase, y haberse tomado el tiempo de trasladarse hasta el castillo, tan solo para ver como simplemente recitaban cosas salidas de los libros. La aventura o la enseñanza a través de la practica, parecía ser mucho pedir para ese lugar. No había magia.


-Oh, no se preocupe -Respondió a su compañera - La clase esta perdida para mi, no le encuentro el sentido a recitar lo escrito en los libros nomaj -El mago abrió un mapa de los tantos que había sobre la mesa para señalarle a su compañera un punto- Hace muchos años, la tribu Hopi que habita mi país en la zona de Arizona-Empezó a relatar - hablaba de una estrella azul que provocaría un cataclismo en el planeta, la leyenda cuenta que seres de otras galaxias salvaron a los Hopi cambiándolos de planeta y llevándolos en sus discos voladores... ellos eran cosmologos, sin tener mucho material sobre astronomía, mirando las estrellas y estudiando sus comportamientos podían ser capaces de predecir situaciones futuras


Oliver señalo otra vez un pequeño punto en el mapa que señalaba un asteroide volando solo en el espacio cerca de saturno. El mapa con movimiento mostraba un gran punto en movimiento que rondaba la órbita del enorme planeta, atraído por su campo gravitacional.


- Mi teoría dice que los Hopi fueron salvados por magos sobre alfombras voladoras y trasladados a través del tiempo y el espacio a una era pasada. También mi teoría, dice que no era un asteroide del espacio la estrella azul, sino el primero de los dragones elementales que habitaron el planeta escapando de otra constelación -Con una sonrisa en el rostro, enrollo el mapa -Lo siento, Darla, le estoy desviando de prestar atención al recitado.

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Darla entornó la mirada al escuchar las palabras de Oliver y mientras se mantenía aún cerca de la mesa donde los mapas estelares estaban sintió como su mano apretaba con más fuerza a Edelweiss la cual no había soltado, dado que desconfiaba de la reacción de Ernest. Pero lo que la obligaba ahora a sostenerla firme no era algo que tuviera aún muy claro. Su mirada seguía posada en Juv mientras él hablaba y la señalaba, por lo cual tuvo que obligarse a no sonreír por ello, ya que podía ser mal interpretado.

 

Él amagó retirarse pero se mantuvo a su lado y le respondió a su disculpa. Lo cual le hizo sentir pena, que sintiera perdida la clase, iba a alegar pero el joven mago había abierto un mapa y le señalaba un punto sobre él, por lo cual Darla se inclinó a mirarlo, escuchando con interés la historia que Oliver le narraba.

 

—Los Hopi —murmuró repitiendo alguna de las palabras de la historia que él le contaba, debería haberse dado cuenta por la ligera tonada en su voz de que no era de Gran Bretaña, y él algo había dicho, pero igual algo de asombro sintió sobre Arizona —¿una estrella azul?—le recordaba algunas leyendas sobre estrellas y hadas con inteligencia superior a la normal.

 

El nuevo punto que el joven señalaba le llamó la atención, por tan solitario y errante sobre el campo gravitacional del planeta. Cuando él enrrolló el mapa y se disculpó ella se permitió una suave y baja risa.

 

—No, no, para nada, tu historia ha sido muy interesante, sobre todo lo del dragón elemental confundido con una estrella azul, a mí también me han llegado historias sobre dragones pero de corazón noble, que se convertían en estrellas y conformaban una constelación —comentó recordando lo que había venido a su mente apenas llegar al lugar.

 

Acercando otro de los mapas estelares la pelirroja le señaló en él dos pequeñas constelaciones, la Cruz del Sur y las Tres Marías.

 

—No solo en tu pueblo hay historias así, los Tehuelches llamaban a las estrellas Setkre, creían que eran muertos que veían desde el cielo a sus familiares y a la Cruz del Sur la llamaban Choiols y era un ñandú que huyó de un cazador a los cielos por un arcoíris y que las Tres Marías o Cheljelén eran las boleadoras que ese cazador les arrojó y ambas constelaciones aparecieron tras aquella noche de cacería —Darla levantó la vista y sonrió con gesto tímido —me temo que aunque eran observadores y adoradores de las estrellas mis historias no son tan astronómicas como las suyas Oliver —su voz se había vuelto nostálgica, ya que muchas de las historias que conocía las había aprendido de su prometido, por lo cual desvió unos segundos su mirada hacia otro lado, pensativa y preguntándose qué tanta razón tenían los tehuelches y si levantaba la vista hacia las estrellas le encontraría.

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Ernest se presentó, estando la clase ya iniciada. Preguntó por la clase de Primeros Auxilios, era evidente que sería el único en cursarla dentro del grupo. Antes de esperar respuesta de su profesora, se dirigió a Darla, aparentemente reclamando algo que ella había tomado. ¿Era aquel sitio para reclamarle? Tal vez sería el único en que coincidieran. No prestó demasiada atención, un poco avergonzada de estar escuchando conversaciones ajenas en medio de una clase. Mientras, Darla parecía intentar calmarlo, lo cual de seguro sería lo más apropiado dentro del contexto en el que se encontraban. Oliver también quiso intervenir, tratando de calmar a Ernest.


Las opiniones que la Gryffindor tenía de aquel sujeto, el cual interrumpía la clase de forma tardía y con malas intenciones, no eran nada buenas. Aún mantenía en su memoria la desagradable escena de la Gala, en que, frente a los ojos de su prima, su pareja en la ocasión, él había escogido besar a alguien más. De todos modos, eran cuestiones que no arrastraría a esa situación, estaban en medio de una clase y no correspondía. Por si era necesario, afirmó su mano en su cintura, donde llevaba la varita, a modo de estar lista para intervenir si era necesario.


Se fijó entonces de nuevo en la profesora, quien parecía bastante molesta. Respondió con cierto enojo las preguntas sobre el dragón, antes de preguntarle por los materiales que debía traer. Por un segundo sintió miedo de no haber llevado todo, pero recordó que estaba todo en su morral. Asintió sin decir nada y tomó cada uno de los objetos sugeridos: mapas astrales, telescopio, compás… creía que no le faltaba nada, o eso esperaba. Escuchaba atentamente toda la información brindada por Juve, si bien era algo ya conocido, siempre estaba bien reforzar ideas.


Luego de ello, les indicó mirar el cielo, así que así lo hizo. Tomó el telescopio y empezó a inspeccionar de a poco, mirando por momentos los mapas astrales para intentar identificar el modo en que se utilizan.


Fue entonces cuando escuchó las duras palabras de Oliver y tuvo que voltear hacia él. Le resultaba algo sorpresivo que se dirigiese así a la profesora. Notó que él luego se dirigía tan solo a su compañera, Darla, y empezaban a conversar entre ellos. Se encogió de hombros y volvió a su labor de mirar el cielo, aunque escuchando la información que entre ellos intercambiaban, la cual le resultaba muy interesante.

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El mago oyo las palabras de Darla y luego oyo las palabras de Oliver y noto que los tres tenian varitas preparadas por si habia que utilizarlas.

 

Sin embargo el pleito paso a segundo termino puesto que la profesora empezo a hablar y eso hizo que el joven hechicero se sobresaltara y suspiro.

 

No pudo disimular la sonrisa al oir el regaño que la maestra les decia a sus alumnos, sin embargo el joven despues ya supo que era lo que tenia que hacer.

 

Si bien era cierto que no era ni el lugar ni el momento para hacer un movimiento en contra de Darla, pero tambien el sabia que para que ellos volvieran a coincidir era bastante dificil

 

Las ultimas palabras de Darla le quedaron en la mente muy pegadas, sin embargo nego y quitando la mirada de Darla guardo la varita mientras se dirigia al cuerpo que se encontraba en la camilla.

 

Bajo la mochila que se encontraba en su espalda y saco las cosas que habia traido para la clase, habia llevado varias vendas, agujas y jeringas, ademas de un aparato llamado estetoscopio por si lo llegaba a necesitar, ademas de varios libros de Medicina Muggle por si estos eran necesarios.

 

Haciendo un pequeño montoncito a un lado empezo a sacar los amuletos del libro de la fortaleza, un bezoar que llevaba, pocion crece-huesos y esencia de Dictamo ademas de tambien una barra de chocolate que en muchos casos podria decirse que este podria ser medicinal.

 

Por los argumentos de la profesora el joven tendria que saber reparar un hueso y tambien determinar si habia alguna infeccion o enfermedad y el joven movio la cabeza, mientras veia el cuerpo en la camilla atentamente.

 

Sin embargo una duda le atormento la cabeza, no hasta hace mucho habia intentado el hechizo maldicion del libro de la sangre y por no tener la formacion apropiada esta de alguna forma le habia rebotado y por ende el resultado era que al joven lo persiguiera la mala suerte.

 

De pronto miro de nuevo al dragon y suspiro, antes de empezar a trabajar y preguntar dudas, examino el cuerpo. No hacia mas de un año que habia surgido la noticia de un virus que habia afectado a los estudiantes. Aunque en ese tiempo Ernest se encontraba en Mexico y el estatuto del secreto aun no habia sido levantado, el mago supo de este incidente gracias al profeta.

 

Sin embargo la cosa en Mexico no habia quedado ahi, tanto en Reino Unido como en Estados Unidos habian logrado controlar esto, sin embargo aunque en Mexico se habia dicho que este virus habia sido erradicado, la verdad era que en esos paises el virus habia mutado.

 

No despegando la vista del cuerpo, mas exclusivamente de la mano del cuerpo, levanto el su propia mano ya preparada con un guante blanco.

 

-Profesora, Tengo dos preguntas ¿La primera que tengo es...este cuerpo es real? Y si es asi....¿podria decirme de donde lo saco?- pregunto examinando mas de cerca la mano del cuerpo con el cuidado de no tocarlo.

 

El mago estaba nervioso puesto que si era lo que pensaba, todos en ese momento estaban en peligro, movio la mirada hacia la puerta y hacia el dragon, luego de nuevo al cuerpo y por primera vez en la vida se alegro de no haber cedido a sus impulsos....Esperaba la respuesta de la profesora con la esperanza de que lo que estaba en su mente no fuera verdad.....

 

 

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El Gaunt estaba encantado con la receptividad de su compañera, para él aquellas historias eran lo que hacia interesante un conocimiento, explorar situaciones o compartir relatos que ayudaban abrir la mente. De reojo pudo notar que Mica continuaba con la tarea que Juv le había dado, y Ernest, mas tranquilo, comenzaba con la exploración del cuerpo. Oliver había estado, y aun lo estaba un poco, tan contradictorio con la presencia del dragón, que no se había dado cuenta del cadáver que tenia la torre de astronomía. Curiosamente, su cerebro le hizo empezar a sentir el olor que despedía aquel espécimen.


-También la escuche -Respondió a Darla, regresando la vista a ella - tiene mucho sentido que sean reptiles de otro planeta, la magia que poseen algunas especies son comparadas a situaciones del cosmos.


El mago guardo silencio cuando la bruja empezó a contarle una historia similar sobre otra tribu, en otro sector del planeta, Oliver inmediatamente sintió el interés suficiente para sacar la pequeña libreta de anotaciones, que siempre llevaba consigo, y anotar el nombre de la tribu y las formas en que habían bautizado a las estrellas. Mas tarde podría investigar sobre ellos, y reunir información para su trabajo. No creía que fuera casual que todos las civilizaciones antiguas adoraran las estrellas y tuvieran una relación muy cercana con la astronomía.


-Tienes historias interesantes, Darla -Guardó la libreta recorriendo con la mirada el mapa de estrellas en el cielo raso, que la profesora había puesto y esperaba que ¿Copiaran? ¿Analizaran? No tenia idea - ¿Le gustaría ir en algún momento a tomar un café conmigo? Posee las clases de relatos que despiertan mi curiosidad.


Oliver se dio cuenta, tarde, de que estaba siendo un poco atrevido. Pero su forma de relacionarse con las personas era, generalmente, compartir tiempos con ellas para conocerlas mejor. Desde su llegada al país, había empezado a tejer una red de amigos que solían pasar por sus tierras para hospedarse un tiempo, trayendo consigo historias que nutrían los conocimientos y situaciones de todos los que se alojaban en el momento.

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La pelirroja sonrió ante el comentario del mago sobre sus historias y asintió, le había resultado curiosamente interesante la forma en que él había tomado nota de lo que ella le contaba. Hasta se había olvidado de Ernest, aunque había sido consciente del cuerpo que había tenido que ocuparse el joven Macnair, esperaba que todo estuviera en paz, por el resto de la jornada.

 

Estaba a punto de utilizar un hechizo para armar correctamente el telescopio cuando la pregunta de Oliver hizo que desviara su mirada hacia él con cierta sorpresa, aunque no tanta como la que le causó su propia reacción.

 

—Claro, será un placer, su relato también me impactó y me encantaría escuchar más sobre su patria y su trabajo, tengo algunos dragones y creo que a ellos les vendría bien conocer a alguien que los entienda mejor que yo o mis elfos —¿había lanzado toda esa perorata de una y sin pensar? Pues sí, abrió los labios y los volvió a cerrar sonriendo y con un calor extraño en las mejillas, cosa que le sorprendió aunque sabía que era imposible que sus mejillas tomaran calor ni color acorde a la extraña y lejana sensación.

 

La pregunta de Ernest sin embargo llegó hasta ella a pesar de su distracción y apoyó su mano sobre el telescopio a medio armar. ¿Por qué le importaba de dónde había venido el cuerpo? Miró a Oliver y le sonrió nerviosa una vez más por el Macnair, era una caja de sorpresas y problemas. Sin embargo sacudió la cabeza borrando de su mente esas ideas y se concentró en el telescopio.

 

—Si lo armamos creo que podremos ver el cielo de Escocia, se sabe que desde la torre se tiene la mejor vista que existe en el lugar —comentó —aunque no conozco tantas leyendas de este lugar como de Suramérica —explicó con cierta timidez, aunque había cursado allí, estudiar las estrellas había sido en aquel momento menos interesantes para ella de lo que le resultaba ahora.

 

Mica estaba mientras tanto muy concentrada con su telescopio y Juve aún no había hecho acotaciones por su charla, aunque no creía que hablar sobre las estrellas estuviera mal. El hombre desde siempre las había observado, en todas las edades y todas las culturas. Quizás eran los hombres modernos, con tantas luces, tantos edificios y tantos aparatos voladores los que se perdían de poder disfrutarlas como se hacía en la antigüedad, salvo ante un corte de energía, cosa que no era tan habitual.

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Ernest no consiguio una respuesta de la profesora si no de los alumnos indirectamente, se podia notar que estos recibian el olor del cuerpo y en esos momentos el tambien captaba el olor.

 

Devolvio la mirada de la profesora al cuerpo, no era el momento de poner nerviosos a los alumnos e intentaria evitar que el peligro en el aula se extinguiera.

 

Gracias al olor del cadaver con los guantes saco una mascarilla de la mochila que rapidamente se puso, era raro el tener que usar mascarilla pero gracias a lo que podia predecir era algo que tenia que hacer.

 

Antes de checar si lo que sospechaba en el cuerpo tenia que seguir las indicaciones en orden de la maestra.

 

El hechicero examino rapidamente al cuerpo y por unos minutos se imagino en un escenario de las series muggles de asesinato como el medico forense, describiendo el cuerpo y las heridas que estos tenian para determinar si habia sido asesinato o suicidio.

 

-"era joven el chico, no le calculo mas de 15 años, aunque con esta altura uno lo podria haber confundido con un joven de 18"- despues de examinar con cuidado el cuerpo logro notar que un brazo estaba doblado de una forma que un brazo con los huesos normales jamas podria adoptar.

 

-El brazo derecho tiene el brazo roto- dijo con la idea de que la profesora lo oyera incluso si algunos alumnos lo oyeran- Al parecer este se rompio debido a una caida, de milagro este hueso no salio del codo, sin embargo quedo bastante dañado....- dijo- En el caso de que esta persona siguiera viva, este hueso tendria que rehacerse con la pocion crece huesos- dijo el mago- Pero en este caso gracias a que la persona ha muerto este solo se puede arreglar con magia. - dijo el chico y con la varita apunto al brazo del hechicero y dijo- Episkey- esto rapidamente hizo que el hueso volviera a crecer a su tamaño normal

 

Gracias a esto ahora si el mago no podia seguir ocultando lo que estaba pasando con el cuerpo o lo que creia que iba a pasar.

 

Dandole una ultima examinada al cuerpo luego miro a los alumnos y a la profesora y carraspeo al estilo inquisidora para que lo llegaran a ver.

 

-Perdon por la intromision a su clase de Astronomia, pero tengo que saber unas cosas, en el tiempo que estuve fuera del Mundo Magico, supe del caso de un virus que afecto a los alumnos de Hogwarts, en ese tiempo viviva y trabajaba en Mexico y solo tenia contacto al Mundo Magico gracias al profeta. ¿Alguno de ustedes estuvo cerca de estos sintomas? Alguno de ustedes oyo en esos momentos de algun caso extraño o algo por el estilo? ¿Algo fuera de lo comun?...- dijo esperando respuestas. Se habia separado un poco del cuerpo por precaucion.

 

@@Darla Potter Black @@Oliver Gaunt @@Mica Gryffindor @@Juv Macnair Hasani

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Ernest hablaba y detallaba la condición del mago al que le habían asignado como tarea, o más bien el cuerpo. Darla aunque quería evitarlo, no podía dejar de escucharlo, se sorprendió por lo joven que era y en verdad lo lamento, preguntándose dónde había conseguido Juve ese cuerpo. Sus ojos intentaban enfocarse en el telescopio y las cartas astronómicas, su puño se cerraba sobre la manecilla que enfocaba mejor el instrumento y su rostro se había inclinado hacia las cartas, intentando dominarse.

 

—La Vía Láctea se ve más espectacular desde ésta torre que desde el Parque Galloway, digan lo que digan —susurró mientras intentaba hacer oídos sordos a la mención de la poción crece huesos para recuperarse de una quebradura. ¿Sería una caída o un hechizo lo que le había provocado?

 

Su mirada pasó de las cartas estelares a los azules ojos de Oliver, intentando no distraerse de su clase de astronomía. Bueno, elegir sus ojos como concentración no resultó la mejor opción, aunque parecieran dos luceros, lo cual se relacionaba con la astronomía, le provocaron un revoltijo tal de emociones y recuerdos no relacionados con él, que el pobre chico no debía entender por qué de golpe lo miraba con expresión de carnero degollado.

 

Lamentablemente o tal vez por fortuna para ella, aquella aclaración debería esperar porque la pregunta de Ernest la terminó de hacer romper todo protocolo y se giró a mirarlo con los ojos desorbitados.

 

—No puede ser una víctima de ese virus, no pueden haberlo matado por ello —dijo con voz ahogada. Había acompañado a Kim a buscar a su sobrina, el virus había atacado de manera extraña, el joven se veía normal, no podía ser posible que lo hubieran “cazado” confundiéndolo con una criatura.

 

—El virus los animalizaba, los primeros síntomas eran aún humanos con características de criaturas mágicas, casi ninguno llegó a convertirse por completo, la cura… —la cura… exactamente, la cura habían dicho que estaban en manos de una de sus compañeras de la Orden ¿Había sido Valkyria? ¿Ellie? No lo recordaba había sido hacía tanto tiempo y el grupo se había movido por su cuenta, habían rescatado a Cat y terminado sana y salva pero, nunca supo bien si había sido una primera intentona de los ataques Búlgaros, una prueba de los laboratorios Ingen o en realidad obra de los propios magos aliados.

 

—Se supone que nadie murió por ello —murmuró sin darse cuenta que clavaba sus uñas en la palma de su puño cerrado, mientras sus ojos no se apartaban del cuerpo sobre la camilla frente a Ernest. A la merde su clase de astronomía con aquello, ya odiaba al muchacho por hacer aquello, ella solo quería conocer de las estrellas y ahora tomar un café con Oliver, ¿por qué revolvía todo así?

 

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