The Arabic Place (MM B: 94021)

[Dorothy Anne]

La ojisverdes escuchó con gran atención las palabras de su compañera Roxie. No tenía ningún tipo de apetito, lo único que quería era comenzar de trabajar. Estaba ansiosa, nunca en su vida había ejercido una labor como esa, la cual veía como un reto. Miró a la castaña, y no pudo evitar notar aquel peculiar traje que tenía puesto, que seguramente también le tocaría usar a ella. La idea de usar el uniforme se le hacía divertido, y soltó una risita tras imaginarse con este encima.

 

- No, Roxie. Creo que es mejor que me des todas las indicaciones. Comenzando por mi inufirme-dijo mientras señalaba el cuerpo de su amiga.

 

Clavó sus ojos en la mirada de la rubia que en dos ocasiones le había impartido clases. Aquel aura tan dulce y amable era lo que más le gustaba de su profesora, quien tenía una personalidad completamente opuesta a Adisson o Juve. Se le hizo curioso aquel contraste que siempre caracterizaba las clases. Por lo general uno de ellos solía ser amigable y abierto, y el otro severo y frío. Se encogió de hombros, no le pensaba dar mucha importancia al asunto.

 

- Oh, Sol... Espero que no te moleste que me marche- inquirió bajando la mirada-. Ha sido muy grato verte esta tarde, debo confesar que extraño tus clases... A pesar de que la última vez nos diste un buen susto cuando te perdiste- admitió mientras reía.

 

Nuevamente observó a Roxie y asintió con su cabeza. Estaba lista para seguirla y recibir todo tipo de consejos. Quería comenzar cuanto antes, jamas pensó que un empleo le brindaría tanto entusiasmo. Al menos sabía que sus primeros días serían excelentes, y en cuanto al resto, aun no se podía anticipar a los acontecimientos.

Editado 17 de Abril del 2012 por Dorothy

[Roxanne Rambaldi]

Dorothy se veía muy interesa en empezar a trabajar y colaborar en el bar restaurant de mi prima, sonreí mostrandole todo mi apoyo y disposición en lo que necesitara. Me despedí de Sol con la mano y lleve a la nueva empleada hacia la cocina, allí ya se encontraban los elfos que me habían ayudado momentos antes.

 

-Hola chicos!, les presento a Dorothy la nueva empleada...humm ella se encargara del bar, ¿de acuerdo?-ellos asintieron y siguieron con sus labores como normalmente lo hacían.

 

Segui mi camino junto a mi amiga hasta una puerta de madera que daba a una salita exclusiva para empleados, en la que se encontraba un sofa, una mesita de centro, una cafetera, un refrigerador y un mueble donde se guardaban los uniformes , también había una puerta que daba hacia el baño, cogí uno de los uniformes, es decir un traje de egipcia y algunas joyas del mismo estilo y se las entregue a la chica.

 

-Ok...te pones esto y cuando estés lista me avisas que te explicare todo.-la empuje, no de forma violenta sino mas bien amistosa y graciosa, hacia el baño para que se cambiara, para luego volver a uno de los sillones a sentarme a leer una revista.

[Little G.]

De las veces que había estado en el callejón, la Rowle solo había ingresado al extravagante local árabe una vez. Había asistido a una fiesta allí, por el cumpleaños de su cuñado y el gemelo del mismo, Farkas y Akiles. Sin embargo, había decidido darse una vuelta por allí para visitar a Dorothy, quien comenzaba a trabajar para Bodrik. Deseaba darle algo de apoyo, pues sabía lo difícil que era abrirse paso económicamente en Ottery.

 

Abrió la puerta de Arabic e ingresó con sigilo, admirando el recinto. Le gustaban las cosas exóticas, por lo que la decoración logró maravillarla casi al instante. Sin embargo, sus ojos color miel se posaron con duda sobre las narguiles, la comida y demás. ¿Era aceptable que ella, en su condición de embarazada, estuviera en un lugar como aquel? Hizo nota mental, recordando que se lo preguntaría a la sanadora en cuanto la viera.

 

Vio pasar a unas cuantas personas, comentando y riendo alegremente. Suspiró y se encaminó hasta la barra. Sabía que Akiles también trabajaba allí, pero no le veía por ningún lado. Al igual que tampoco conseguía a su prima. Se sentó en uno de los taburetes de forma discreta, cruzando sus piernas y teniendo sumo cuidado con su abultado vientre. Aguardaría hasta que alguien la atendiera y pudiera decirle donde conseguir a la Currington.

 

-Disculpa, ¿De casualidad tienes algo… sin alcohol? -. Si había algo que odiaba de su embarazo, era no poder beber licor. Echaba de menos el sabor del hidromiel y el vino.

[Dorothy Anne]

La Currington se dedicó a seguir el trayecto que marcaba su nueva compañera de trabajo. Observaba entretenida todo el local, jamás hubiese pensado que sería tan grande y acogedor. Ambas chicas entraron a la cocina del negocio, donde un par de elfos se encontraban. Roxie se mostraba muy amable y atenta con ella, de hecho, tuvo la cordialidad de presentarla ante las pequeñas y serviciales criaturas.

 

-Hola. Es un placer conocerlos. Estoy segura de que seremos muy buenos compañeros de trabajo- saludó con dulzura.

 

La Lockhart no esperó que Dorothy terminara de hablar, ya que nuevamente emprendía camino, esta vez hacía una muerta de madera que en seguida fue abierta. Al entrar, los verdes ojos de la joven se encontraron con una pequeña sala, donde yacían un par de sillones y una mesita. Parecía ser la estancia de los empleados. Roxie le entregó un traje idéntico al que cargaba puesto, su nuevo uniforme. La castaña entró a un pequeño cubículo y se cambió rápidamente, y al verse en el espejo no pudo evitar reírse. No estaba muy acostumbrada a la cultura árabe, y mucho menos a los extravagantes ropajes de esta.

 

Algo apenada, salió para dejarse ver por Roxie, pero no le prestó mucha atención, ya que unos nuevos pasados se escuchaban cerca. Alguien había llegado. Al estar en el bar su rostro se llenó de sorpresa, no podía creer lo que veía. Su amiga Little estaba ahí, hablándole a un pequeño elfo, dudosa por no saber que tomar. Dorothy sonrió alegremente y con sutil gesto le indicó a la pequeña criatura que se marchara, quien no tardó en obedecerla.

 

-Little, es muy grato para mí verte acá, visitándome- soltó con un brillo en sus ojos. Se le hacía muy tierno el gesto de su matriarca-, tomando en cuenta tu estado. De verdad, gracias- hizo una pausa, pensando en que la Rowle debía estar sedienta. - ¿Te apetece un juego de naranja?

 

No sabía qué ofrecerle, así que esperó atenta su respuesta. Era su primera clienta, y estaba dispuesta a darle el mejor de los tratos.

[Little G.]

No pasó mucho tiempo cuando una voz se materializó detrás de la castaña. Little se giró para toparse con la figura menuda de Dorothy, enfundada en un curioso y hermoso traje árabe. Esbozó una sonrisa divertida ante el atuendo, sabiendo que, en el fondo, la chica se moría de vergüenza. Podía poner su mano al fuego y apostar a que jamás se había puesto algo tan revelador.

 

-Bonito traje -. Comentó apoyando el codo de la barra y el mentón en la mano. Sus orbes miel recorrieron el local en busca de Bodrik. Su ayuda, en aquellos momentos, iba muy bien -. Honestamente, solo tomo jugo de naranja en el desayuno. No puedo beber eso sin sentirme enferma. -. Con nostalgia miró las botellas de cerveza de mantequilla, vino, y demás. -. ¿Qué tal si me das una limonada?

 

Suspiró con algo de resignación mientras la joven ojisverdes se encargaba de hacer el pedido. La Rowle paseó distraídamente la mano por la tela de su blusón violeta, que iba acompañado por un par de jeans claros y unas sandalias negras. Su cabello café se encontraba suelto. Volvió a posar su atención en la Currington.

 

-¿Qué tal el primer día? ¿Tienes muchos admiradores? -. Inquirió con una mirada pícara, riendo al ver la cara que su prima le ponía. Adoraba molestarla y hacerla sonrojar.

[Dorothy Anne]

La ojisverdes se sonrojó un poco al notar cómo los ojos de la Rowle se posaban en su figura. Ya se imaginaba lo que estaba pasando por la cabeza de esta. Ella, que siempre había sido catalogada por vestir de manera recatada y clásica, no estaba acostumbrada a que su ombligo estuviese a vista de todos, y ni hablar de su escote.

 

-¡Lit!- exclamó entre divertida y tímida por el comentario de su prima. Puso ojos en blanco al escuchar su disgusto ante tomar jugo de naranja a esas horas. A veces la bruja podía ser muy maniática-. Está bien, te traeré una limonada.

 

Dudó si en verdad podría complacer a su compañera con el pedido, pero tras divagar un rato en un refrigerador que se encontraba cercano, encontró una jarra llena de un refrescante jugo de limón. Tomó dos vasos para servir la bebida, ya que también estaba sedienta. Tras entregarle uno de estos, se dispuso a oír las palabras de Little, a la vez que con sus brazos, trataba de ocultar un poco de su piel. Aunque con esto sólo lograba otorgarle más diversión a la sanadora.

 

-¿Admiradores? ¡Qué va!- respondió seria-. Al parecer es a mí a quien tienes que catalogar con esa palabra… Hay un chico en la Academia, pero dudo mucho que pueda despertar algún tipo de interés en él-. Se sinceró con cierto desgano.

 

Era la primera vez que Dorothy tomaba ese tema de conversación con alguien. Ni siquiera se lo había confesado a Dasha, Roxie o Soa. Se sentía desconcertaba con el tenga, y es que era una completa novata si de chicos se trataba. Inútil, así se podía describir fácilmente en ese ámbito de coqueteo.

 

Lanzó un pequeño suspiro al recordar al susodicho. Aun no asimilaba aquella situación de sentirse rechazada.

[Little G.]

El sonrojo de la menor la hizo reír abiertamente. Habían pasado unas semanas desde su encuentro en el Edificio y con cada día que pasaba Little parecía acostumbrarse a la idea de tener otra prima. Comenzaba a agarrarle un cariño especial. Sonrió levemente mientras Dorothy servía las limonadas y se situaba al frente. Los orbes mieles de Little recorrieron su atuendo por un instante, con cierta melancolía.

 

-Si yo pudiera ponerme algo así, no andaría intentando cubrirme -. Comentó al aire, dejando ver su ligera frustración. Extrañaba muchísimas cosas, entre ellas su esbelta figura -. Merlín sabe cuánto amo a mi bebé, me considero muy afortunada, pero… Piénsatelo dos veces antes de traer un niño al mundo. O al menos planifícalo -. Lo último no fue más que un susurro.

 

Distraídamente cogió el vaso on el líquido amarillento y le dio un sorbo. Estab dulce y fresca y logró sacarle un estremecimiento. Decidida a apartar pensamientos infelices de su cabeza y, considerando que se comportaba como una niña malcriada, optó por prestarle mayor atención a la ojisverdes. Una sonrisa radiante se esbozó en su rostro.

 

-Con que hay un chico… -. Su tono era malicioso y divertido. No había nada más tierno que los primeros romances, en especial aquellos que surgían en la época de la Academia. -. Vamos, Dorothy, no me dirás que no se fija en ti. ¡Eres preciosa! -. Detalló a la aprendiz unos instantes. Estaba deslumbrante, mas había algo que no cuadraba con su imagen... -. Aunque claro, si estás tratando de esconderte todo el tiempo, como ahora, es normal que no te note -. Agregó en un reproche, sin querer sonar demasiado ruda.

[Dorothy Anne]

Jamas había visto la verdadera fugura de Little Georgina, pero estaba segura de que era estupenda. Si con el embarazo lograba reflejar un porte de suma elegancia, tenía la certeza de que sin éste lucía mejor aun. En el rostro de la Rowle yacía una pequeña pizca de desgano, al parecer los meses en cinta ya le estaban afectando. Dorothy pensó en cómo sería aquella experiencia, y si alguna vez tendría la oportunidad de vivirla, aunque lo dudaba.

 

- Tranquila, Lit, dentro de poco te podrás poner un traje como estos, es más, hasta podrías trabajar aquí conmigo. Te verías genial- respondió algo emocionada- Por cierto, aun no me haz dicho que nombre piensas ponerle, ¿será niño o niña?

 

Memorizó lo otro que la matriarca le había dicho, volvió a centrar sus pensamientos en el chico. Era un patán, estaba muy clara en eso ¿por qué se mostraba con todas tan complacientes y con ella no? Un tono rosáceo inundó sus mejillas. Le exasperaba ver como era rechazada. Tras unos segundos se calmó, ya que se sintió elogiada al escuchar lo que Lit pensaba de su aspecto físico. No todos los días le decían que bonita.

 

- Bueno, gracias por el halago- inquirió sonriente, para después mostar un semblante lleno de curiosidad- ¿Esconderme?, ¿dices que debo mostrar más?

Abrió los ojos como platos y llevó ambas manos a su pecho. Esperaba haber confundido lo que la bruja expresó ¿Para conquistar a un joven hacía falta... enseñar? Lo último que se podía encontrar en su armario eran prendas atractivas, y mucho menos delatadoras. No, no estaba dispuesta a llegar a esos niveles, al menos que la sanadora se refiriera a otra cosa. De cualquier modo, jamas llegaría a aquello, o eso creía.

[Little G.]

Le sonrió mientras le daba otro sorbo a la limonada y sus pensamientos se desviaban ligeramente hacia la sugerencia que la castaña le había hecho sobre los trajes. Tan ensimismada estaba en los colores centellantes y brillantes del atuendo árabe, que la pregunta sobre el bebé la tomó desprevenida. Dorothy era la segunda persona que se mostraba tan interesada por saber qué sexo tendría su futuro hijo.

 

-Kasssandra dice que será niño, por lo fuerte que patea -. Contó con diversión, memorando la primera vez que había sentido al bebé moverse. Su sobrina se había mostrado extasiada -. Pero en sí, sigo sin conocer el sexo. Quiero que sea una sorpresa. -. Agregó con aire soñador -. Sin embargo, tengo pensado Naunet o Elliot.

 

Los nombres le parecían perfectos. No eran comunes y nadie de su familia poseía aquellos nombres. La conversación continuó, volviendo nuevamente hacia el misterioso enamorado de la Currington. Sin poder evitarlo, la Rowle rompió a reír abiertamente. Habría dado todo su oro en Gringotts por fotografiar el rostro horrorizado de la muchacha.

 

- De nada sirve vestirse como una monja, porque no estás en un convento. Y, por supuesto, jamás te aconsejaría vestirte como una cualquiera. Eso es de mal gusto -. Contestó con solemnidad, como si le estuviera dando una lección. Una sonrisa amplia y centellante se dibujó en sus labios -. Lo que necesitas en un balance. -. Añadió terminándose la bebida. Seguidamente, clavó sus orbes mieles de forma evaluadora en la castaña -. El aspecto no lo es todo, pero sin duda es un rasgo importante.

[Bodrik]

Esta cita resultaba particularmente agradable y entretenida, consiguiendo toda la atención de la joven bruja que no podía evitar tener tanta curiosidad por el vampiro. Seguramente Joaquín había visto transformarse el mundo en que creció, por este tan diferente ahora, y Bodrik sentía muchos deseos de saber de épocas pasadas y de sus costumbres.

 

-Por favor háblame de tiempo en que naciste, ¿cómo era?-quiso saber. Ese chico encerraba en su interior todo un arsenal de información, lo cual apasionaba a la joven bruja, siempre leía libros de historia, y pasaba horas en la biblioteca del castillo Lockhart intentado conocer con detalle tanto lo ocurrido en el mundo mágico, como en el Muggle también.

 

Bebió un poco mas de su cerveza de mantequilla al mismo tiempo que tomaba otro trozo del delicioso emparedado que había ordenado-Para mí también ha resultado la mejor compañía -