The Arabic Place (MM B: 94021)

[Salazar Darcy]

Divertido por las explicaciones que me daba, recargué mi espalda completamente en el respaldo de mi silla, manteniendo uno de mis brazos sobre la mesa y el otro por encima de mi cabeza mientras me pasaba una mano por entre mi oscuro cabello. Era curioso como parecía que Bel, de alguna forma, adivinaba mis pensamientos... ni siquiera había mencionado algo en voz alta sobre mi dudas referentes a su alimentación pero, pensé, quizás se debía a que acostumbraba a dar tales explicaciones.

 

Por alguna razón sentí que Bel me evadía con la mirada; lo tomé como una mala señal. Más aún cuando, encontrando mi mano, sus dedos siguieron el trazo de las cicatrices en ella causando que me turbara un poco... sus palabras terminaron por borrar la sonrisa de mi rostro e inmediatamente, una vez que las suyas se apartaron, retiré ambas manos de sobre la mesa colocándoles bajo esta, sobre de mis piernas, convertidas en puños.

 

En ese momento le di gracias a la carta del menú por darle algo en que fijar su mirada en vez de la severa expresión en mi rostro que me costó relajar. Por debajo de la mesa, mis dedos rosaban la irregular textura de las marcas en mis manos, sin poder dejar de pensar en lo que la Ryddleturn acababa de expresar y en lo que enseguida respondió...

 

<< ¿Destino? >>

 

- Supongo que lo mismo - respondí, recuperándome de la ligera turbación y haciendo caso omiso a las preguntas que ansiaba hacer a la vampiresa y saber a qué era lo que se refería exactamente. Varias teorías se me venían a la mente y no sabía como reaccionar -, realmente cuando entré acá no sabía a donde me estaba metiendo - sonreí, encogiéndome de hombros - tal vez era mi estómago quien solo me guiaba, pero me alegra que así haya sucedido...

 

Sus ojos seguían inmersos en el menú y solté un suspiro casi imperceptible; un tanto derrotado fijé la vista en el mío, tratando de leer los platillos que allí se servían...

Editado 2 de Abril del 2012 por Salazar Darcy

[Isabelle.]

Un silencio incomodo invadió su conversación, y a pesar de que había durado tan solo un par de segundos, fue tiempo suficiente para que la Ryddleturn ordenara un poco mas sus emociones, aunque mas que ordenar, ella lo que deseaba era controlar. Ansiosa seguía las letras del menú sin prestarle gran atención, pues toda la tenía Salazar.

 

Escuchó sus palabras, y con solo percibir el cambio de su tonalidad descontrolo aun mas a la bruja, estaba mas que segura que había hecho las cosas mal, de hecho lo que esperaba (que era que no la escuchara) era en su totalidad imposible, y ahora era como si lo perdiera, pues a pesar de tenerlo junto a ella, sintió como si el mismo se retirara del lugar.

 

Angustiada, al terminar de escuchar sus palabras, y de nuevo sin pensarlo, Bel guió una de sus níveas manos hacia las suyas, tomando entre la misma una de ellas y sujetándola dejo que ambas descansaran por encima de la mesa - disculpa - Susurró acariciando el dorso de su mano.

 

- y dile gracias a tu estomago y yo le daré las gracias a ese niño - Comentó y sonrojó de inmediato

 

Sus palabras tan solo tenia sentido para ella, pues el Darcy no había visto que el inesperado encuentro se lo debía al pequeño niño que había confundido a Bel con su madre. Una impecable sonrisa se dibujó en su rostro tratando de mantener la calma entre ambos, mientras que sus manos aun permanecían unidas por la suya

[Salazar Darcy]

Aún con mucho esfuerzo no lograba concentrarme en la carta de platillos; por una parte, la presencia de Bel me descontrolaba un tanto y, siendo que las cosas no estaban saliendo como hubiese deseado, me afectaba el hecho de no poder contener los recuerdos que habían revivido por causa de las palabras de la ojiazul y que se hallaban tangibles en el dorso de mis manos.

 

Lo único que me pudo distraer durante una milésima de segundo, y me pareció sumamente curioso, fue reparar en que la mayoría de los platillos mencionados en el menú contenían pollo; inmediatamente pensé en Regina, mi jefa y hermana de Bel, a quien jamás podría invitar a dicho restaurant por tales razones. En otras circunstancias pensar en ella me habría sacado una sonrisa, pero...

 

El contacto de la mano de Bel con la mía me sacó de mis pensamientos en un instante, girando la vista hacia ambas en su trayecto hacia la superficie de la mesa. Mis ojos se alzaron hacia los de la vampiresa, justo a tiempo para escucharla disculparse... fruncí el cejo.

 

- ¿Por qué te disculpas? - pregunté, entrecerrando los ojos y con la frustración evidente en mi voz; sin embargo ella hizo caso omiso y expresó algo que no pude acabar de entender << ¿Cual niño? >>

 

Sacudí ligeramente la cabeza, echando fuera todo aquéllo que me estaba confundiendo. Los cambios de humor de la Ryddleturn me frustraban un poco y, sin embargo, ponían mi mundo de cabeza deseando a cada instante hacerle ver que conmigo no había nada que temer.

 

Sentía el frío tacto de su mano hacer cosquillear la mía; su sonrisa hacía que mi corazón se agitara dentro de mi pecho con violencia lanzando demasiada sangre por mis venas e inquietándome. Mi otra mano se alzó en el justo instante en que Bel comenzaba a bajar la mirada de nuevo, sujetando su mentón. Suspiré, dejando que la profunda mirada de mis ojos descansara sobre los de ella y supieran expresarle lo que por dentro me estaba carcomiendo...

 

- Creo que lo sabes, ¿no es así? - esperé a que sus ojos me respondieran; ellos no podrían mentirme aunque ella lo intentara - lo que siento por tí...?

[Isabelle.]

Dispuesta a esconderse, Bel planeaba dirigir su níveo y apenado rostro, de nuevo, hacia abajo; creyendo y de hecho asegurando, que si fijara sus ojos en los de él, llegaría a cometer una locura, aquella locura que hacia ya bastante tiempo venia pensando y evitando por el "bien" de ambos.

 

Sin embargo y en un muy corto tramo de tiempo, se vio en una situación que no esperaba; de inmediato su mano sujeto, sin querer, con un poco de mas fuerza la del mago, asustándose de la repentina cercanía que había entre ambos. Sintió de lleno el suspiro que el Darcy había dejado escapar al instante en que ambos veían más que su propio reflejo en la mirada del otro.

 

Hipnotizada, fue una tarea difícil para la Ryddleturn mantenerse en su silla, al menos mantenerse equilibrada, pues de un momento a otro sintió que tan solo las manos de Salazar eran las que la sujetaban mientras escuchaba sus palabras y no podía creer que se las dijera.

 

Buscando una respuesta Bel no lo pensó y como ya se le estaba volviendo una costumbre, actuó sin detenerse a analizarlo. Su rostro, siendo acariciado por su cálida mano, y con su penetrante mirada sobre la suya, era como una invitación a lo incorrecto y correcto en cierto modo, pues pese a todo lo esperaba.

 

De un momento a otro los labios de la bruja se hallaban a un par de milímetros de distancia de los del Black, sin embargo un instante antes de besarle Bel susurró - de saberlo... deseo no estar equivocada -

 

La mano libre de la bruja se dirigió al cuello del mago, acariciándolo el instante en el que la bruja daba inicio aquel dulce encuentro entre sus labios que ya mas de una vez había visto entre sus sueños, y que desde San Valentin deseaba ocurriera una vez mas.

Editado 2 de Abril del 2012 por Bel Ryddleturn

[Salazar Darcy]

Sabía que Bel no se lo esperaba, pero por alguna razón pensé que esa iba a ser la única manera de traspasar aquélla barrera que parecía atraparla entre un lado u otro. Podía ver en sus ojos el mismo deseo que me invadía por estar cerca de ella, y podía ver la confusión que el mismo deseo envolvía sus movimientos... pero ni su mano, ni su mirada, ni sus labios podían negar lo que entre los dos estaba creciendo, y con satisfacción pude ver como cedía ante ello, tal y como la última vez.

 

Mis labios se curvaron ligeramente en una sonrisa al escuchar sus palabras, a tan poca distancia de los suyos que podía saborear el dulce aroma de su aliento. Dejé que sus labios se deslizaran por los míos antes de corresponder a ellos y sus movimientos en un dulce beso que no hizo mas que hacerme olvidar de todo lo demás. Podía darme cuenta que Bel resultaba un excelente tipo de analgésico para cualquier tipo de dolor, en lo que a mí respectaba.

 

Con mi mano rodeé su cintura, atrayendo más su cuerpo hacia mi sin intención alguna de que sus labios se separaran de los míos, a no ser que fuera solo para recuperar el aire...

[Joaquín Granger]

Mi bienvenida, fue tal cual como la esperaba, y hasta se la veía alegre, buen indicio, eso significaba que no la había hecho esperar mucho, y que había empezado la noche con el pie derecho ¡bien! Los halagos rechazados, como supuse que pasaría al saber que ella era alguien tímida, y de ahí en más ya no sabía que más podía pasar, y francamente me gustaba más así, donde podría sorprenderme con Bodrik, y no andar pensando en lo que debía pasar.

 

-No exagero Boo -le dije con una sonrisa -te ves hermosa esta noche.

 

Lo cierto era que yo había salido en muy pocas citas en toda mi vida, si bien siempre me divertía y lo pasaba muy bien, no debía olvidar que cada persona era diferente. Y esta vez había sido algo bastante diferente, ella solo tenía 16 años, y me interesaba saber sobre ella, y ver sus reacciones aunque cada situación. Dudaba que hubiera salido antes con alguien que era mucho más mayor que ella, e incluso, con la edad que aparentaba, era mayor que ella.

 

Ella preguntó si prefería estar en una mesa o quedarnos en la barra. Estaba cómodo allí pero era mejor para charlar estando en una mesa así podía verla de frente, sin necesidad de girarme. Acepté entonces ir a la mesa, que ella me ofrecía, además de ser mejor para las charlas no me acostumbraba a estar sentado en un Taburete en la barra. Se debía supuse a lo clásico que había sido toda mi vida, y por el echo de haber salido siempre a restaurantes.

 

Una joven a la que reconocí enseguida se acercó a tomarnos los pedidos. Roxi, la hija de Sele. No tenía idea que trabajaba en ese lugar, aunque parecía desempeñarse en su papel muy bien, y a juzgar por las palabras a Bodrik era una reciente adquisición a l plantel de empleados. Luego de que mi acompañante eligiera si comida, fue mi turno. No sabía mucho de comida del Medio Oriente, pero seguramente aunque supiera de todas formas elegiría lo mismo: El falafel.

 

-¡Roxie! -Exclamé a modo de saludo, sonriendo -No tenía idea de que trabajabas aquí -Comenté y pasé a mi pedido -Yo voy a querer una porción de Falafel, y una cerveza de mantequilla.

 

Volví mis azules ojos a la joven, que me preguntaba que me parecía el negocio, su negocio. De verdad que era un local perfecto, era amplio, cómodo, donde uno no tenía problemas para pasar entre medio de las mesas. Estaba impecable, no verías maña, restos o polvo en ningún lado del lugar, y la ambientación te hacía sentir como si de verdad estuvieras en un ambiente del Medio Oriente, solo pequeños toques occidentales te demostraban que aún estabas en Londres.

 

-De verdad que se lucieron con el lugar, los toques Orientales te hacen sentir como si de verdad estuvieras comiendo en aquella región -Le di mi opinión al respecto -además de combinar comodidad y pulcritud -añadí. -¿Dime les ha costado mucho trabajo hacer algo así? -Le pregunté curioso.

[Roxanne Rambaldi]

Mire extrañada los nombres de los pedidos, pero enseguida los anote en mi block de notas, dos cervezas de mantequilla, un falafel y un shawarma, negué con la cabeza pensando en lo que seria esa cosa de singular nombre, ojala no fueran legumbres o algo así.

 

-Se los traigo enseguida, esperen unos minutos-les respondió cordialmente dando la vuelta en dirección a la cocina.

 

¿Por que los nombres debían ser tan largos y extraños?, por que no le ponían simplemente...pan con esto, arroz con esto otro, por que esos nombres que parecían trabalenguas. Empuje la puerta de la cocina y pude ver a ambos elfos cocinando y calentando salsas, que seguramente tendrían listas para los pedidos que vendrían a continuación.

 

-Ok mis niños, tenemos dos cervezas de mantequilla y un falafel y un...sha...shawata...shawarma!, eso...-dije dirigiéndome a los elfos, empezaba a tomarles cariño.

 

Inmediatamente me trajeron lo antes pedido, al parecer ya tenían todo preparado y listo, solo faltaba calentarlo. La comida al menos para mi, no tenia el mejor aspecto aunque quizás sabia bien, quien sabe la comida étnica era tan rara. La pareja seguía allí por lo que no me fue difícil ubicarlos, les deje a cada uno los platos que habían pedido anteriormente y unas cervezas de mantequilla frente a estos.

 

-Disfruten la comida-les sonreí y fui hacia otra pareja que se encontraba separada de los demás.

 

Me dio mucha pena interrumpirlos, pero el negocio era el negocio, tome aire y me acerque a ellos algo avergonzada.

 

-Perdonen, no quise interrumpir...pero, ¿ya saben que pedirán?-sonreí tratando de no molestarles- tenemos una amplia variedad de comida étnica y bebidas

[Bodrik]

Al parecer la joven SemiVampiro no dejaría de sonrojarse durante aquella cita, pues el Granger no dejaba de halagarla, no solo con sus comentarios, sino también con su forma de comportarse: gentil, amable y caballeroso .algo difícil de encontrar hoy en día, aunque los magos parecían conservar mejor las costumbres antiguas.

 

Afortunadamente Joaquín acepto su propuesta y ambos se dirigieron a ocupar una mesa en una zona menos abarrotada del negocio. Allí estarían más cómodos para tener una conversación más fluida y agradable. Teniendo la oportunidad de verse a la cara, para conocerse mejor, que era finalmente el objetivo de aquella improvisada cita.

 

Después del saludo por parte del encantador mago, Roxie no tardo en dirigirse hacia la cocina para que pudiesen preparar los platos y las bebidas que ambos había solicitado-Gitax y yo tuvimos que realizar algunos viajes para conseguir los utensilios típicos, a demás de recetas y la decoración del lugar- contestó deteniéndose a mirar un poco a su alrededor-Que bueno saber que te agrada este lugar- Afirmó.

 

Ahora que se sabía asolas con el muchacho decidió por fin mirarlo un poco. El verde de sus ojos se detenía en el azul de los suyos, como queriendo descubrir el gran misterio que encerraba. A pesar de que Joaquín se veía de unos 23 o 24 años de edad, sus ojos denotaban una experiencia mas allá de esa edad y al juzgar por esos blancos colmillos, el debía tener muchos más, aunque ella no lo pudiera adivinar.

 

-Cuéntame. ¿Cuantos años tienes? – fue directa, porque en realidad le causaba curiosidad ese tipo de cosas.

 

Resultaba gracioso encontrarse frente a uno de sus alumnos, quizá por eso intentaba ser un poco reservada, intentando que no pareciera un atrevimiento de su parte. Pero este chico le llamaba la atención; era divertido, amable, caballeroso y si su intuición no le fallaba, el chico era de otra época.

[Ethiane Slytherin B. L.]

solo el eco de los pasos de la Slytherin se escuchaba en las calles de Ottery, se sentía un poco cansada y deicidio entrar a tomar algo, lo primero que observo fue un cálido local con un diseño particularmente interesante, le recordaba a una fiesta, su primera fiesta en ottery, la cual fue un fiasco por supuesto ya que al parecer siempre la plantaban...aun los que juraban amarla y dar la vida por ella, terminaban plantándola...seria su aliento??... olio, ..no era perfecto a menta fresca...no entendía el porque el actuar de los chicos si después salían corriendo.

[Isabelle.]

Inmersa en sus labios, la joven Ryddleturn se perdió, envuelta en el dulce beso que deseaba desde el instante en que había reconocido la figura de Salazar; por un instante creyó que cometía una locura, sin embargo, el ser correspondida por el mago fue un empujón más para no separarse de él.

 

Sintiendo como la rodeaba por la cintura, la bruja se aligero para acercarse lo suficiente al Black, el cual parecía había tomado la misma decisión que ella: no detener el beso, si no era necesario. Sin embargo, los pasos que Bel escucho se acercaban a la pareja, fue suficiente razón para detener el hermoso momento.

 

A corta distancia del mago y aun con los ojos cerrados, saboreo sus rosados labios, tratando de mantener vivo el recuerdo de aquel beso; de inmediato sonrió sonrojada, dejando caer por fin la mano que hace un instante acariciaba la nuca del mago, que al igual que ella parecía un poco distraído por lo ocurrido, no sabia que decir, aunque no fue necesario.

 

La bruja que sintió venir se acercó a ambos, obligando a la Ryddleturn a apartar su rostro de la del Darcy, regalándole una sonrisa avergonzada a la joven que planeaba atenderlos. Al escucharla, Bel se puso aun mas nerviosa, notando que pese a que había pasado un buen rato ya leyendo el menú, no tenia una sola idea de que podría servirse allí.

 

- ehmm... este, creo que aun no - Comentó tímidamente - y tu? - Preguntó con calidez al mago.

 

En ese momento, y sin intención de moverse, su mano permanecía entrelazada a la de Salazar, descansando en su regazo.