The Arabic Place (MM B: 94021)

[Roxanne Rambaldi]

La llegada del dueño había animado el local, con luces música y bebidas gratis. Me ordeno traer bocadillos por lo que me dirigí a la cocina y tome algunos de los refrigerios que allí se encontraban. Estuve tentada de comerme alguno de ellos pero sabia perfectamente que no debía hacerlo. Puse todo esto sobre una bandeja y después prepare una salsa para que pudieran untar algunos de los bocadillos.

 

Puse las bandejas en equilibrio en ambas manos y cerré la puerta del refrigerador con un "golpe sexy de la cadera", como decían mis amigas. Reí mientras avanzaba hasta la puerta. Quede parada frente a esta, ¿como abriría la puerta si tenia las manos ocupadas?... Recordé que mi prima había mencionado la existencia de dos elfos domésticos.

 

-Herpink! Shenk!, ayúdenme por favor!-susurre ante el problema que se me presentaba, de inmediato dos cracks sonaron a mis espaldas y unos amables elfos corrieron a ayudarme.

 

-Deje señorita! deje ayudarle!-chillo uno de los elfos, mientras el otro iba por mas bandejas.

 

-Gracias...Herpink no?, creo que necesitaremos mas comida, que tal si preparan algo por favor?-le sonreí amablemente y este me sonrió a punto de llorar, recordé que a ellos rara vez se les trataba con un por favor.

 

Entre al salón nuevamente y note que las luces del local que daban un ambiente mas fiestero, deje dos bandejas pequeñas en la barra, donde se encontraba una pareja conversando, no me fije inmediatamente quienes eran pues estaba algo atareada con las bandejas a punto de caerse de mis brazos.

 

-Hola, espérenme un momento ya los atiendo-dije apresuradamente y volví a dejar las otras bandejas mas grandes a la mesa donde se encontraban la mayoría de los clientes.

 

-Bien, he traído esto, creo que sera suficiente por mientras, si falta algo solo dígame y lo traeré-sonreí a Gitax informándole de lo que pasaba.-Los elfos están en la cocina y les he mandado que ordenen, esta bien?-vi otra vez a la pareja que me esperaba y volví la vista a mi jefe- perdone pero debo atenderlos...

 

Volví a los clientes que había dejado esperando y me di cuenta que era mi prima bodrik y Joacco, el socio de mi madre por parte Dumbledore en Ollivanders. Ordene mi vestido de egipcia y avance hacia ellos mirándoles sonriente mientras les entregaba la carta.

 

-Hola Joacco!-le sonreí y luego mire a mi prima bodrik- Hola, gracias por el trabajo, vas a querer algo? estábamos preparando mas comida en la cocina así que podría pedir que preparen algo especial, si quieres...

Editado 1 de Abril del 2012 por Roxie

[Salazar Darcy]

La idea de pasear 'por allí' sin un rumbo fijo aparente estaba resultando más agobiante que relajador; el bullicio de la gente, mientras me adentraba en el callejón Diagón, pronto hizo que me arrepintiera de haber salido de casa, donde el sol no me escocía la nuca con sus refulgentes rayos y el calor se acumulaba en cada rincón. Ese día, en vez de primavera, pareciera que Londres se cocinaba bajo un día común a mediados del verano. Al menos la mansión se mantenía fresca, y podría haberme quedado a hacer cualquier cosa... cualquier cosa que no fuera simplemente caminar y hacer nada.

 

Desesperado, doblé ligeramente a la derecha y me introduje por una puerta hacia el interior de uno de los negocios que se enfilaban en el callejón; ni siquiera leí el letrero de la entrada, pero me vi recompensado al momento, cuando el bullicioso ruido del exterior se convirtió apenas en un sonido hueco y lejano.

 

Me relajé, exhalando la bocanada de aire que había estado conteniendo en mi aparente estado de estrés, y recorrí el desconocido lugar con la mirada. En ese preciso momento llegó hasta mis oídos una queda melodía suave y placentera que me hizo reconocer la temática del peculiar restaurante. Mi estómago gruñó al reconocer el delicioso olor que emanaba de alguna parte del recinto y, sin pensármelo dos veces, tomé asiento en uno de los sillones que se encontraban sobre el suelo alfombrado y sobre el cual, dispuesto en la pared, se encontraban un par de sables cruzados con la hoja de acero en dirección al techo.

 

Me puse cómodo, quitándome además la liviana chaqueta con la que me había ataviado al salir de casa, y tomé entre mis manos el menú dispuesto sobre la mesilla. Hasta ese momento, no me había percatado de la presencia de alguien más dentro de aquél lugar, sin embargo, mientras buscaba algún mesero o elfo que pudiese atenderme, reparé en algunos comensales que se hallaban inmersos en charlas y en sus alimentos...

[Isabelle.]

Los calmados pasos de la vampiresa fueron apresurándose conforme pasaba los locales del callejón Diagon, al parecer el día había sido elegido por muchos para salir a pasear, aumentando de sobremanera la cantidad de magos y brujas que paseaban por el lugar. Algo irritada por la situación, Bel intento no llamar demasiado la atención allí, caminando a uno de los costados mientras apresurada se dirigía al local de su madre, pues habían sido largos días en los que no había tenido ni un solo contacto con la matriarca Ryddleturn.

 

Entonces algo la detuvo, una pequeña mano de un mago la había sujetado por la falda del vestido que llevaba puesto, llamando su atención volteo para encontrarse por completo con la pequeña figura, que sonrojaba de inmediato, al encontrarse con el rostro de Bel.

 

- que paso pequeñito? - Preguntó, dirigiendo su azulada mirada al del nino.

 

Entonces noto que más que necesitar algo, todo aquello se había tratado de una confusión de parte de él, creyendo que la bruja era su madre, quien casi de inmediato se acercó a la Directora de El Profeta, llamando la atención a su hijo. Bel sonrió, al menos aquello la había distraído del barullo y del descontrol que sentía existía en el lugar.

 

Finalmente, retomo su camino, pero no sin antes ver su silueta en el reflejo del vitral de uno de los tantos locales, sorprendida, reconoció de inmediato la espalda de un mago que deseaba ver desde hace mucho tiempo ya. No sabía que hacer, acercarse podría ser arriesgado, pues aunque lo vio solo, quizá él estaba allí esperando a alguien más. Sin embargo, las ansias de Isabel eran más grandes, por lo que decidida retoco su ondeado cabello y se deshizo de las imperceptibles arrugas de su azul vestido.

 

Entonces leyó el letrero del local, era un restaurant. Su mirada buscó un reloj, no era exactamente la hora de comida, pero ya después elegiría la escusa perfecta para verse dentro. Sonriendó se apresuró a entrar al lugar, donde un cálido y reconfortante ambiente la recibió.

 

Un largo suspiro se escapo de los delineados labios de Bel, mientras que pasando un instante su lengua por los mismos, busco la figura de Salazar, encontrándola justo en el momento indicado, pues él tomaba asiento en una mesa, solo.

 

- interrumpo? - Se animó a decir de pronto

 

Bel había tomado la iniciativa de acercarse a él, deteniéndose justo a un par de centímetros de la espalda del mago, quien seguramente no esperaba encontrarla allí; para cuando el volteara Bel le mostraría una encantadora sonrisa, pues la sola presencia del Black la obligaba a hacerlo.

[Salazar Darcy]

Ningún rostro conocido aparecía a la vista, haciéndome suspirar con alivio e inquietud al mismo tiempo. No tenía ni la menor idea de las razones que me hacían apartarme de toda compañía en las últimas semanas; lo hubiese podido comprender en tiempos anteriores a mi llegada a Ottery, pero en dichas circunstancias, donde no me hacía falta nada (relativamente) mi ermitaño comportamiento se estaba convirtiendo en una preocupación más en la lista.

 

Examiné mis manos mientras mis pensamientos giraban en torno a todo ello, sin prestarle gran atención realmente a las magulladuras y cicatrices que llenaban el dorso de ellas, víctimas de duros trabajos e, incluso, viejos escarmientos infringidos por magos que hacían que se me revolviera el estómago tan solo con su recuerdo. No alcancé a distinguir por ende la voz femenina que de pronto, y de la nada, se había dirigido hacia mi por la espalda haciéndome girar reacio la cabeza un tanto confundido y sorprendido...

 

Me puse de pie al instante, dejando atrás el segundo en que me había quedado tan solo boquiabierto al descubrir que no era cualquier persona. Había pestañeado en cuanto su sonrisa había dejado de encandilarme y había correspondido a ella con una galante curvatura de mis labios.

 

- Por supuesto que no - respondí, agradeciendo que mi voz sonara normal: grave y aterciopelada; sentía que la cabeza me daba vueltas, aún sin recuperarme del todo por la sorpresa de encontrarme con ella sin haberlo planeado - que sorpresa verte por aquí, ¿Cómo has estado?... ¿Gustas sentarte?

 

Me acerqué rápidamente a una silla contigua a la mía y la hice hacia atrás para ofrecérsela; ni siquiera sabía si estaba de paso o de salida...

Editado 2 de Abril del 2012 por Salazar Darcy

[Isabelle.]

Bel no dejo de sonreír, satisfecha con la sorpresa que le mostraba Salazar por su presencia. Su voz y sus labios regalándole una sonrisa, como siempre, provocaba muchas emociones que, a pesar de todo, Bel aun no entendía por completo, haciéndole difícil disimular todo aquello, mientras dirigía sus pasos hacia el lugar que le ofrecía, siguiendo los movimientos del mago.

 

- si no es molestia, encantada -

 

Respondió Bel arreglándose el vestido antes de tomar asiento y seguir al mago con la mirada, encantada. Era la primera vez que se encontraba con el Darzy después de la gala de San Valentín y aun no sabia como reaccionar ante el, esperaba que todo siguiera bien entre ellos, de hecho, ansiaba el encuentro.

 

- también me sorprende verte por aquí.... me da gusto de hecho - Se atrevió a confesar sonriendo y mirando hacia otro lugar. -...y como estoy? - Preguntó. Resoplando, esquivando la reacción del mago - bastante cansada -

 

Pese a que su voz delataba el agotamiento, el rostro de la vampiresa tan solo mostraba el mismo por las marcadas ojeras malva que remarcaban aun mas su azul mirada desde su transformación, algo ya natural en ella.

 

- tu como estas? - Preguntó entonces, interesada.

[Salazar Darcy]

Le acerqué a la mesa, dando un ligero empujón a la silla, cuando la Ryddleturn tomó asiento en ella. Pasando un poco la sorpresa pude reparar con más detalle en su apariencia, encontrándola, como siempre, encantadoramente vestida. El azul le sentaba muy bien y resaltaba de una forma hipnotizante sus azules ojos, los cuales pude ver que no dejaban de clavarse en mi mientras tomaba asiento en mi silla.

 

La miré y sonreí, escuchándole responder a mis preguntas y recargando mi peso sobre los codos ambos puestos en la mesa. Me pareció que escuchar a un vampiro hablar de agotamiento físico estaba de chiste; Bel no dejaba de lucir atractiva estuviese como fuera, algo que sin duda le ayudaba para que yo no pudiese apartar los ojos de ella.

 

- Pues yo estoy... - comencé, deteniéndome al no tener una respuesta concreta para ello. De hecho, era la primera vez que me lo preguntaban desde hacía semanas, y eso hizo que me lo pensara antes de responder - No lo sé - fui sincero; sin embargo mis labios se curvaron en una nueva sonrisa mientras mis ojos se clavaban en los suyos -, aunque mi día está mejorando...

 

Esperaba que entendiese mi indirecta; si bien había ansiado tal encuentro desde la última vez, aunque una parte de mí, la que me inquietaba desde hacía tiempo, había estado buscando evitándolo. Me avergonzaba; no era hábito mío huir de mis sentimientos, y aunque no los entendía del todo, me bastaba con sentir cómo hacían mi corazón latir cuando Bel estaba cerca para darme cuenta de lo que deseaba...

 

- Te he extrañado - confesé.

[Isabelle.]

Su respuesta provoco un peculiar cosquilleo en el interior de la vampiresa, alegrándole el día, como él se había expresado. Para ella, de un modo u otro, era fantástico sentirse así, mas aun al haber creído que jamás podría vivirlo de nuevo. Ansiosa y asustada, mientras lo escuchaba, Bel mordió su labio inferior, intentando controlarse.

 

Sin embargo, las inesperadas palabras del Black sorprendieron a la bruja, obligándole a erguirse en su asiento, dirigiendo su intensa mirada a la del mago, la cual parecía intentar ocultar alguna emoción, que lastimosamente no logro encontrar, entrecerró los ojos y negó tan delicadamente con la cabeza, que lo mas probable es que Salazar no lo notara.

 

- yo a ti - Respondió tras bajar la mirada.

 

Su rostro parecía encenderse con sus palabras, algo que naturalmente era imposible, sin embargo la joven Ryddleturn supuso que el tenue rosa resaltaba en sus níveas mejillas en el momento en que termino su oración; fue entonces que con la cabeza agachada se percato de un par de marcas en el dorso de las manos del Darcy, quiso preguntar de inmediato, pero en ese momento se encontraba lo suficientemente avergonzada como para decir o pronunciar palabras

[Salazar Darcy]

No deseaba importunar demasiado a Bel con mis torpes palabras con las que denotaba mi casi nula experiencia en situaciones como la había comenzado a rodearnos desde hacía tiempo. Mas aún, no era del todo ignorante de su situación y, aunque no sabía hasta que punto yo podría gustarle, sabía que aún así podría resultar incómodo para ella si consideraba la poca información que tenía acerca de su historia con...

 

- ¿Deseas ordenar algo? - pregunté, sintiéndome absurdo al formular tal cuestión a un ser que no necesitaba alimentos humanos en su organismo. No obstante, deseaba animarla a subir la mirada de nuevo después de haberme hecho sentir cosquillas estomacales al haber correspondido de aquélla manera a mis palabras. Una seña más de que ella lidiaba con algo que iba mas allá de mi comprensión; era claro que yo deseaba tener algo con ella, pero algo me decía que no lo lograría sin paciencia -, yo invito...

 

Le extendí una carta con el menú, rosando su mano con la mía ligeramente al hacerlo. Allí donde se tocaron sentí un ligero y agradable cosquilleo.

 

- ¿Y puedo saber que es lo que te ha traído por aquí?...

[Isabelle.]

Un largo suspiro se escapo de mis labios, tras voltear mi rostro al lado contrario del Darcy, no era la pregunta que la joven Ryddleturn esperaba que hiciera, sin embargo, la misma había logrado que su rostro y mejillas volvieran a la normalidad. Sin embargo y esta vez con menos intensidad el suave roce de su mano perturbo a la bruja

 

- este... no creas que no como - Comentó de pronto.

 

Había pasado ya tantas veces por lo mismo hace tanto tiempo ya, que le pareció gracioso tener que aclararlo de nuevo, aunque claro, era entendible, pues no hacia mucho tiempo que se conocían.

 

- me encanta la comida... - Agregó sonriendo, aun sin mirarle a los ojos, dirigiendo los mismos al menú - aunque ahora no tengo mucha hambre -

 

Finalizo y una vez mas, aventurándose, dos de sus delgados y largos dedos rosaron las marcas en la mano de Salazar, contorneando las mismas por un instante, mientras que por fin levantaba su rostro el cual enseñaba una intensa frustración, en su interior un mar de emociones la confundían.

 

- las heridas pueden curarse, pero las cicatrices perduran - Susurró con dolor sin pensarlo.

 

De inmediato le soltó y esquivo su mirada, prestándole mas atención al menú, todo su plan había caído, pues que demonios hacia en un restaurant si no tenia hambre? Maldijo en su interior y divertida por su torpeza se cubrió el rostro con el menú.

 

- no lo se... destino, supongo... y tu? - Dijó por fin aun cubriéndose divertida.

[Bodrik]

Más pronto de lo esperado, el joven mago apareció junto a ella dando le un abrazo y una bella flor y no pudo evitar un suspiro-Hola Joaquín-le saludo con una sonrisa,respondiendo el abrazo-Estas exagerando, la flor sin duda es más hermosa- continuó. Verdaderamente no podía negarse que el joven Granger tenía muy buenos modales y era todo un caballero.

 

-Te gustaría que nos sentemos en una mesa, ¿o estamos bien aquí?-quiso saber la muchacha.

 

En ese preciso momento, la figura de su prima Roxie apareció frente a ellos ofreciéndole algo de comer y beber. Por lo que había presenciado hacia tan solo un rato, su amigo Gitax estaba festejando quien sabe qué cosa y pretendía invitar a todo el mundo, lo cual terminaba siendo una ventaja, pues así atraerían clientes.

 

-Tomare una cerveza de mantequilla, por favor-Pidió a la chica-Para comer, me traes un Shawarma -

–

 

Después no pudo evitar voltear a mirar a su acompañante que lucía muy guapo con ese traje, seguro había sido buena elección vestirse así, para darle un poco de formalidad a la ocasión-¿Qué te parece el negocio? –pregunto intentando sacar algún tema de conversación.