El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Matt Blackner]

Había terminado las reparaciones. Hacía mucho tiempo que el Hipogrifo había sido víctima de un ataque, y por culpa de aquello, fue seriamente dañado. La mejro decisión había sido mantenerlo cerrado, al menos, hasta que lo reparásemos y comprobáramos qeu podría volver a ser seguro para los niños.

 

Me crucé de brazos, observando a mi alrededor. No quedaba ni rastro del ataque, fueran sangre, quemaduras, destrozos o restos que indicaran que aquel había sido el lugar de una pelea. Tal vez podríamos abrir esta misma semana. Solo faltaba que Sagitas acudiera y le diera el visto bueno para anunciar el regreso. Esperaba que...bueno, que aun quedaran niños que vinieran. Seguro qeu los habría, verdad?

 

- Donde se ha metido Sagitas? - murmuré, más para mi que para alguien en concreto. Vale, era fin de semana, pero había reparado todo el local solo, en mis ratos libres...supongo que aquello había sido de lo poco que aun me hizo sentir un accidentoso, porque prácticamente no habíamos tenido trabajo en el departamento. Pero era temprano, si no tardaba demasiado en venir, a lo mejor podríamos volver temprano a casa.

 

Primero me pareció escuchar un ruido. Pensé que era Sagitas, pero eran arañazos. Eso me hizo fruncir el ceño. Teníamos un problema de plagas? ahora? no, por dios....

[Sagitas E. Potter Blue]

Bajé del aethonan en el que había llegado a la zona de la guardería y bajé de prisa del animal. Mal hecho, las cosas se han de hacer despacio cuando tienes prisa. La cuestión es que uno de los tacones se quebró al tocar el suelo y por poco me caigo.

-- ¿Está bien? -- me preguntó el elfo que me había traído. 

Le gruñí un "perfectamente" mientras me sacaba el zapato y lo miraba, procurando que no se me cayeran la multitud de carpetas que llevaba en el brazo. Después le di las gracias por traerme y le mandé que llevara al caballo volador a los establos de la mansión, que le diera buen heno y que le dijera al porlock que le cepillara.

Entré en la guardería haciendo equilibrios, con las carpetas sujetas por un brazo y sujetando el zapato roto por la punta de los dedos y con un pergamino en la otra mano libre, blandiéndolo al aire como si fuera un papelucho bailador.

-- ¡Lo conseguí, Matt! He hecho valer todo mi peso para que en el Ministerio nos dejen abrir esta nueva temporada escolar. Eso sí, vendrá un inspector dentro de unos días para comprobar que estamos contemplando todas las normas en la apertura. ¡Wiiiii!

Mi grito de alegría no fue seguido por nadie. En el mostrador de entrada había una mujer que, de espaldas, no reconocí, aunque al niño sí, lo conocí a la primera. No era menos, después de haberlo cuidado durante años mientras mi hermana Hayame había estado de ausencia.

-- ¿Akira? -- Me acerqué tambaleándome, algo que provocó en él mucha risa. -- ¿Qué hacéis aquí, tan de noche y en fin de semana? ¿Ha pasado algo?

Mi voz sonó preocupada, no era normal que Lissetter se presentara allá en horas intempestivas. Sentí un ruido lejano. Pensé que era Matt.

-- Matt y yo hemos terminado de arreglar la guardería, mientras Xell está ocupada. 

¡Mentira! No porque Xell no estuviera ocupada, que lo estaba. Era porque todo lo había hecho Matt. Digamos que yo sólo me había ocupado del tema burocrático, también muy cansada, claro. Le había dejado lo divertido a Matt.

El ruido volvió a sonar, pero esta vez, tras la pared. Fruncí el ceño.

-- ¿Matt? ¿Eres tú, Matt?

[Matt Blackner]

- Si, soy yo. Pensaba que vendrías a traer las carpetas mañana - contesté, asomando por el pasillo. Sagitas venía tan cargada que incluso había roto un zapato. Me acerqué para ayudarla, tomando el montón de carpetas, mirándola por encima de todos ellos.

- Un inspector? Déjame adivinar, Mael o alguno de sus nuevos subordinados? - pregunté con un gruñido. No me caía bien el director de educación, y no me hacía gracia qeu tuviera empleados. 

 

Caminé por delante de ella, siguiendo las luces que había dejado encendidas hasta el despacho de dirección. Suponía que lo ocuparía Sagitas, en ausencia de Xell y Reena. Igual que ella se había hecho cargo en otros tiempos de las clases de los pequeñajos, mientras que yo los vigilaba desde lejos, con la smanos en los bolsillos. Cuando dejé las carpetas, me apoyé en el escritorio, mirándola con media sonrisa.

- Al menos, me alegro de que podamos reabrir este curso. Hace mucho tiempo que esto ha estado cerrado. - dije - espero qeu al menos se inscriban los críos suficientes como para que el curso funcione.

 

No veía demasiados niños por Ottery. Pero después de tantos años, seguía siendo igual de sociable que cuando llegué. Apenas conocía a unas pocas personas, y menos aun conocía a niños.

[Sagitas E. Potter Blue]

Se cierra el negocio a petición de la dueña.

Atentamente:
Sagitas - Ericen 
Moderadora Global de HarryLatino.org