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Kiosko: Una mordida rapidita (MM B: 95066)


Akiza Ravenclaw H.
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Escuche la explicación que me intentaba dar Darla, pero creo que no estábamos pensando en lo mismo con mi broma, y como no estábamos solos creo que solo lo dejaría pasar, -Tranquila no me pucherees, solo bromeo- respondí.


-No, no te preocupes, no quiero involucrar a nadie mas, ya le deje claro a Akiza que se harán las remodelaciones que se puedan, me decía usará mi dinero pero le dije que ese tenía ya otro propósito- deje un poco del segundo trozo de pizza que me había empezado a comer, creo que ya no tenía apetito.


-No soy de pedir dinero a los demás, prefiero que las cosas se hagan con lo que hay, se que es una inversión pero a veces son peligrosas, y con lo raro que anda el mercado en estos momentos no es lo mejor- pase mis dedos por el agua que corría por el lado afuera del vaso.


-¿Quieres comer helado o algo?, sino tal vez deberíamos regresar a casa, los chicos deben estarse preguntando donde estamos, le dije a Dash que solo sería un rato- espere a la respuesta de Darla, mientras recogía un poco mi plato y la bandeja de la pizza, le dejaba algunas aceitunas mas a Darla en su plato, caminé a la cocina deje todo y regresé donde estaba la Potter Black.

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Asintió ante sus palabras de que bromeaba, suspiró mientras terminaba su porción de pizza, escuchando lo que Seba decía sobre la remodelación, se preocupó, parecía que algo había cambiado y se notaba en el hecho de que tan hambriento que estaba al inicio ahora había dejado su pizza sin terminar. Darla se mordió el labio por dentro, sintiéndose totalmente inútil al no poder ayudarle ni saber cómo hacer para que se sintiera mejor por lo que le afectaba.

 

--Entiendo, lo siento por haberme metido, tranquilo, entiendo manejen de esa manera su local --respondió mientras comía la aceituna que él le había cedido antes de levantar todas sus cosas y retirarse hacia la cocina.

 

--Si tú deseas tomamos un helado, o podemos ir a casa y encargárselo a los elfos, ellos seguro pueden ir a comprar a la heladería y así se quedan tranquilos por nuestra ausencia --respondió mientras terminaba de repasar su lugar, luego de vaciar el jugo que Seba le preparase, lamentaba que Christine pensara que su pizza no estuviera rica, conocía a los elfos y solían pensar eso, por eso sacó su varita y detuvo a Seba --espera, acció servilletas, accio porción de pizza, bauleo --era algo raro utilizar ese hechizo pero por experiencia sabía que podía empaquetar cosas con ello, las porciones de Seba y ella que habían quedado estaban empaquetados y con un movimimiento de varita los hizo desaparecer rumbo a la heladera en su hogar.

 

--Christine podría pensar que no nos agradó su pizza y no me gustaría se jale las orejas o algo peor --explicó a su novio antes de que éste pensara que se había vuelto más loca.

 

Luego que Seba llevó todo a la cocina, incluyendo su plato que había tomado luego de su empaque de pizza, volvió hacia donde ella estaba.

 

--Vamos a casa si quieres --le susurró la Potter Black, aún preocupada por su repentino cambio de actitud.

 

@@Seba Granger

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Observe a Darla levantando un poco la ceja con lo que había dicho cuando iba a la cocina, tome su barbilla con delicadeza para que me viera a los ojos, -No me pidas lo siento por eso, tu eres parte de mi vida, por lo tanto si quiero tu opinión, perdón su fui un poco huraño- baje esta vez la cabeza y deje que hiciera aquel movimiento con la varita para hacer que la pizza llegara a casa.


-Si quieres de camino pasamos por el helado, ademas luego lo mas seguro es que tendremos que mandarlos por suministros, creo que la nevera no estaba muy surtida esta mañana- aunque en cierta forma extrañaba esas cosas que uno podía hacerlos en la vida muggle, todo se lo terminábamos encargando a los elfos.


-No te preocupes, antes de irnos le agradecemos de nuevo por la comida a Christine, aunque no se donde se metió, en la cocina ya no estaba, a veces creo que le sigue los pasos a su ama con las escapadas que se da-


Acaricie su mejilla con timidez, sabia que algo había cambiado, y que en parte era por mi humor, llevaba unos días un poco irritado por cosas que había visto.

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Suspiró al sentir la mano de Seba en su barbilla y asintió --está bien --susurro antes de hacer el paquete y enviar las pizzas a la mansión, obviamente, lejos del alcance y a vista de Nana. O salvarían a una pero se meterían en otra, y quizás ésta fuera peor.

 

--Si, me gusta la idea de ir a comprar nosotros el helado, aunque también podríamos pasar por la tienda y comprar algo, para luego ir a comprar al mercado, o a encargar las cosas, no sé si sean muchas y podamos cargarlas, o podemos ir con los elfos y entre todos traerlas de regreso, no sé --se puso a pensar de pronto que sí había pasado alguna vez por la heladería, pero sinceramente no recordaba si había algún supermercado o tienda de abarrotes en el callejón. Darla lanzó una carcajada al escuchar lo de Christine.

 

--Bueno, pues se pierde unas nuevas gracias y un muy rica la pizza mi amor, aunque no tanto como tu juguito, que me encantó, deberías hacerlo más seguido --comentó la pelirroja.

 

Suspiró con la caricia que su novio le regalaba a su mejilla.

 

--Te amo, y mucho, te adoro --ronroneó la bruja viendo con amor a su novio y apoyando su mano sobre la de él la acarició con ternura.

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Observé a Darla mientras me comentaba de ir al mercado la verdad es que eso me gustaba, extrañaba muchas cosas muggles pero no sería capaz de pedir me acompañara por un tiempo por allá, -Creo que si podemos si los llevamos a ellos, igual se supone que hay carritos, o unos bolsos que son con ruedas- la sensación de hacer cosas simples era lo que quería compartir con ella.


El preguntarle si le gustaba ese cereal o otro, si quería aquella fruta o la otra, el de no depender de tanto es lo que quería, sabia que eran nuestros elfos y jamás me desharía de ellos, pero aun así necesitaba las cosas simples, nos íbamos a convertir en matrimonio pero pese a eso pocas veces por ejemplo le había podido preparar el desayuno, ni hablar de la cena.


-Cuando quieras te preparo otro amor, anda vamos, sino lo mas seguro que aparezca hasta Nana por acá- llame a Christine un par de veces.


-Te amo mas señora Granger, mucho mas- llevé su mano a mis labios y la besé cuando en esos instantes aparecía la elfa de mi hermana.


-Ya nos vamos, muchas gracias por la pizza, si llega aparecer Akiza, dile que aun la espero para cenar en casa, y que no se pierda mas por favor- tendí mi mano hacía Darla luego de ponerme en pie de nuevo.

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Darla se quedó pensando en lo que Seba decía, sabía que ahora estaba toda la onda ecológica, no daban bolsas, la idea de llevar a los elfos no le parecía mal, estaba segura que querrían salir pero estarían todo el tiempo queriendo cargar con todo. Pensó que quizás, cuando terminaran la clase de conocimientos muggles podrían intentar ir a comprar en algún almacén muggle, no solo en los de Ottery o el Callejón.

 

--Sí mi amor, me parece bien, podemos intentarlo, incluso aprovechar para compras chicas lo que sobre de los pasajes de la clase --comentó la pelirroja.

 

--¿Nana? ufff, no sé, ¿sale de la cocina y la casa? creo que enviaría a Dash o a Lualú a buscarnos, no manda a Leto o Tommy porque sabe que están encargados del local, y a Eros porque está con el jardín solamente. --la risa de la bruja se escuchó unos segundos después, aunque ahora sonreía por como Seba la llamaba Señora Granger, ronroneando con su beso, aunque se comportó en el momento en que apareció la elfina de su cuñada.

 

--Gracias por todo Christine, estaba muy sabrosa la pizza --agregó tras las palabras de su prometido y tomó la mano de Seba, poniéndose de pie y respondiendo con una sonrisa e inclinación de cabeza a la inclinación de la elfina.

 

--¿Crees que Akiza aparezca por casa? si es así le diré Eros que prepare todo por si se viene tormenta --bromeó Darla por las eternas desapariciones de su cuñada, aunque no podía negar que estaba preocupada, por lo que contaba Seba se había desaparecido al igual que lo había hecho cuando estaban en la Taberna hacía un par de meses atrás. Definitivamente que tendría que hablar seriamente con su cuñada... cuando lograra localizarla.

 

Se tomó del brazo de Seba luego que éste le abrió la puerta y le cedió el paso, esperó a que cerrara la puerta y comenzaron a caminar, rumbo a su local.

 

--¿Quieres que paseemos un rato? --dijo con ternura la bruja a su novio, para aprovechar el compartir ese rato en pareja.

 

@@Seba Granger

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  • 2 semanas más tarde...
-Aunque no creas Nana si sale, o al menos lo hacía cuando solo eramos los 4, aunque si se aprovecha de los otros dos cuando quiere algo, por que eso si, ella es de las pocas que logra que Eros deje las plantas por sus mandados, esa elfina es cosa sería aunque no lo creas- sabía que Darla ya conocía el genio de la criatura, pero igual debía bajar un poco los decibeles cuando yo le hablaba mas fuerte.


Tomé la mano de Darla caminando hacía la salida del Kiosko, -La verdad es que no creo que vaya, pero no me cansaré de molestarla hasta que vaya, al menos cuando la logre ver, supongo que a estas alturas ya perdió el empleo en el ministerio- señale con un dejo de enojo y tristeza por lo dejada que era ella a veces.


-Si, me encantaría pasear contigo un rato, hasta si quieres nos podemos comprar un helado mas pequeño para comerlo mientras paseamos- le indique a mi novia cuando veía no muy lejos un hombre con un carrito de helados de conos y varios niños a su alrededor.

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  • 2 semanas más tarde...

La pelirroja se mostró asombrada con las palabras de su prometido, no se imaginaba a Nana saliendo a hacer los mandados, o simplemente yendo a pasear. Sí sabía que lograba que los otros dos elfos le dieran el gusto o más bien le hicieran caso cuando necesitaba adquirir algún elemento, sabía que Tommy había acompañado alguna vez a Eros a hacer compras y Lualú a Dash. Solo les faltaba emparejar a Leto con Nana y ahí sí se reiría mucho. Le sorprendió en un principio lo que Seba decía de que Eros dejaba su jardín por Nana, aunque ahora que lo recordaba en una fotografía que había arreglado para Navidad, ambos elfos posaban juntos.

 

La Potter Black tomó con ternura la mano que su amado le tendía y entrelazó con él sus dedos, le regaló una suave caricia para intentar calmarlo, cuando notó el dejo de tristeza y enfado que había en su voz mientras hablaba del empleo de su hermana y su más que segura pérdida. Suspiró, tratando de disimular, ella había hecho el soporte a su cuñada y algunos otros miembros de su antiguo bando cuando necesitaban tener trabajo, no sabía si la nueva Directora era tan condescendiente como ella lo había sido en la antigüedad, aunque más de uno había sido más que desagradecido por eso apoyo que ella les brindara. Sacudió la cabeza para olvidar esos malos tragos y que Seba no lo notara, disimuló acomodando un rizo con su mano libre.

 

--Me encantaría amor, uno de dulce de leche o frutilla ¿te parece? --aceptó el helado que Seba la ofrecía y caminó tomada de su brazo, al encuentro del vendedor que estaba siendo acosado por varios pequeños en ese momento.

 

@@Seba Granger

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  • 1 mes más tarde...
Observé lo que Darla hacía con su rizo, reí con ese gesto y la ayude acomodarlo, creo que ese había sido uno de los primeros gestos de cercanía que había tenido con la Potter Black en nuestro encuentro en el jardín, o mas bien había sido reencuentro hace ya muchos años atrás.
-Sigue siendo rebelde como la dueña- dije riendo mientras miraba a Darla y casi estábamos al lado del vendedor de helados, esperé a que este atendiera a todos los mas pequeños para pedir los nuestros.
-Uno de dulce de leche con una bolita de frutilla sobre el para mi novia, y para mi...- dude por algunos segundos mientras el brujo con mucha habilidad y un poco de magia hacía unas perfectas esferas de helado que fue montando una tras otra en un cono de tamaño mediano.
-Para mi que sea de chocolate con platano- señale al heladero que me hacía entrega del helado para Darla, tome un par de servilletas mas y le tendía a mi novia.
Busque en mis bolsillos las monedas para pagar cuando ya estaba terminando de armar mi helado, -Muchas gracias, que este bien- tomé el helado en la mano derecha y tendía la izquierda a mi amada.
-¿Quieres que caminemos? o nos sentamos en alguna parte- pronuncie a la bella bruja que me acompañaba, mientras ella me respondía comía un poco de mi helado.

 

@@Darla Potter Black

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La pelirroja no había podido evitar ronronear cuando su novio, riendo, le acomodaba un rizo rebelde y bromeaba con la propia rebeldía de la Potter Black. La verdad es que le encantaba esos gestos tan íntimos entre ellos, beso al vuelo los dedos de su novio y río con él. Tenía toda la razón, había cosas que le sacaban el lado más bravo, pero trataba de no hacerlo notar, aunque claro, no siempre lo lograba, pero la verdad es que no le importaba, ellos dos sabían como era realmente ella, los demás podían irse a volar y pensar lo que quisieran.

 

Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando Seba pidió el helado para ella y un instante después tomaba de sus manos el cucurucho con las dos bochas, una de un color marrón clarito y otra rosada con trocitos de frutilla entre su crema. Envolió el cucurucho con una de las servilletas y mantuvo las otras entre sus dedos mientras el heladero le daba su cucurucho a Seba y éste le pagaba el costo de ambos.

 

--Gracias --había repetido, primero a su novio al darle el helado y luego al heladero por el servicio, tomó con su mano libre la que le tendía su prometido y comenzaron a caminar.

 

--Podríamos caminar un poco buscando una plazoleta o una banqueta libre en alguna acera --comentó la bruja, acariciando los dedos de su novio y dándole un bocado a la parte que tenía frutílla de su helado, mordió la fruta que encontró en él y dejando la mitad afuera entre sus dientes hizo un sonido gracioso mientras le ofrecía a Seba la mitad de la frutilla que acababa de encontrar en su helado.

 

@@Seba Granger

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