✿.｡.:*El refugio Mágico*.:｡✿* (MM B: 102601)

[Atria Black]

La noche caía sobre el lugar llenándolo de un aspecto mágico que la tenía maravillada aunque después de la pelea con la Banshee ella bien sabía que el mundo mágico no era del todo seguro a esas horas.Tras unos breves minutos de espera un pequeño elfo apareció frente a ella invitándola a pasar al tiempo que se hacia cargo de su equipaje.

 

Le devolvió una sonrisa cortes al elfo que le atendía en aquel hermoso lugar , el llevaba sus maletas de manera amable y parecía sinceramente feliz de trabajar en el lugar y de recibir gente , eso era algo que hacia sentir cómoda a la joven Black que evitaba ser una carga aun cuando recibirla fuese el trabajo de la criatura.

 

- Hola Xénix buen dia , veras yo soy Atria y me quedare por algunos días necesito que por favor me des una habitación para una persona algo simple y si es posible con vista a los hermosos exteriores que tienen - pidió mientras inhalaba con un poco mas de profundidad sintiendo el agradable olor del resinto.

[Helene Eloise Bellerose]

Xenix, elfo encargado de la recepción

 

Xenix asintió con entusiasmo ante las palabras de la doncella. Corrió hacia su pequeño escritorio labrado, y abrió el pesado libro de registros. Tras una rápida inspección, una sonrisa se pintó en su rostro.

 

—Sí, sí. Xenix encontró que la habitación 25 está libre. Tiene vista al lago y al bosque circundante... —Comentó, mirando a la bruja. —¿Le parece a usted bien? —Inquirió, a la espera de una aprobación. Todas las habitaciones del refugio contaban con un cómodo espacio, totalmente amoblado. Unas quizás más sencillas que otras, pero todas conservaban ese calor hogareño que los caracterizaba. Al ser una habitación con vista al lago, la dama tendría la oportunidad de observar con un poco de suerte a las náyades, que solían juguetear a veces en las orillas de aquel lago encantado. En realidad, la paz que se percibía en el refugio era poco comparable con ninguna otra, y eso era precisamente, en lo que consistía su atractivo.

[Atria Black]

Vio como el elfo asentía y se dirigía hasta el escritorio a mirar un libro en el que ella supuso estarían contenidos los datos referentes al refugio.

Cuando el elfo le informo que tenía una habitación disponible la sonrisa de la chica se hizo mas amplia , ahora que ya sabia que podía pasar ahí unos días de relajo antes de enfrentarse a Hydra y explicarle lo que habia podido encontrar acerca del tipo de lazo que unía a su familia con la de Zyodor aquello seria un duro golpe para la chica pero era mejor decírselo antes de que llegase a encontrar alguien que la enamorase y sufriera como ella sufría ahora por no poder concretar ese amor.

 

- Me parece perfecto Xenix serias tan amable de guiarme hasta ahí y contarme un poco mas acerca de este hermoso lugar -pidió la chica mientras le sonreía y se inclinaba para tomar sus valijas y emprender el camino hasta el lugar que el elfo le habia señalado, con un poco de suerte los parajes del reciento lograrían inducirla a la calma y podría dormir después de muchas horas de desvelo.

[Helene Eloise Bellerose]

Xenix, elfo encargado de la recepción

 

El elfo miró extasiado a la bruja cuando ella aceptó la habitación. Lucía preocupada, aunque muchos de los clientes lucían preocupados. El refugio era un sitio conocido precisamente por ser un sitio de paz, donde los problemas se disolvían hasta quedar en nada más que relajación. La dama se apresuró a tomar las valijas, y Xenix la miró con aire ofendido.

 

—Oh por favor, ese es el trabajo de Xenix —Se apresuró a cargar con el peso de las maletas, y la miró sonriente. Eso era precisamente lo que le hacía sentirse feliz, el sentirse útil. Encabezó la pequeña comitiva hacia la habitación de buen ánimo. —Por aquí por favor, Xenix la guiará hasta su habitación.. —Cuando la dama pidió al elfo que le contara la historia del lugar, el pequeño asintió con energía. Adoraba contar historias.

 

—Todo comenzó hace mucho tiempo. Las amitas Laïne Marie, Madelaine Rambaldi y Kassandra Weasley decidieron establecer un lugar como este, a todas les pareció una buena idea ya que no habían sitios así en el callejón Diagon. Tuvieron una buena acogida, y el negocio marchó bien por un tiempo, pero luego la sociedad se disolvió. La amita Laïne abandonó Inglaterra, y la amita Madelaine tuvo que retirarse por cuestiones personales. Actualmente las propietarias son la amita Kassandra y su melliza, la amita Laimi Evans... —Recitó, casi como si se supiera el discurso de memoria. Apreciaba a todas aquellas mujeres, todas fenixianas y todas con la misma ideología. Era una pena que solo permanecieran dos al cargo, aunque había que admitirse que el sitio se había mantenido bastante bien los últimos años bajo la administración de las dos hermanas.

 

—La amita Kassandra suele quedarse hasta tarde a veces, organizando la contabilidad y esas cosas. Si tiene suerte y si lo desea, Xenix puede guiarlo hasta su oficina, pero primero la ayudará a instalarse para que se ponga cómoda —Recitó feliz, llegando por fin a la habitación designada. Haciendo piruetas logró abrir la puerta sin soltar ninguna de las valijas, y se hizo a un lado para que la bruja pasara. Como lo había prometido, la vista era estupenda, e incluso había una puerta corrediza que daba directamente hacia el lago.

Editado 7 de Septiembre del 2013 por Kassandra S. Weasley B.L.

[Atria Black]

Sonrió ante el gesto del elfo a veces debía recordarse a si misma lo mucho que le desagradaba a aquella criaturas que otros hicieran su trabajo por lo que se las ofreció a el que no tardo en tomarlas sonriente , era increíble lo serviciales que podían ser y lo atento y educados que eran muchos habia ocasiones en que la joven bruja prefería la compañía de ellos por sobre la de algunos nefastos humanos.

 

Comenzó a seguirlo escuchando con atención la historia que el contaba no solo por que fuese entretenida sino por que el ponía especial cuidado en el relato y parecía feliz de narrar para ella el surgimiento del hermosos lugar en que se encontraban y en su voz se dejaba ver el respeto y afecto que sentía por las dueñas del mismo.

 

Cuando entraron en el lugar sus ojos se abrieron por la sorpresa aquello era simplemente maravilloso perfecto para relajarse y descansar le parecía increíble que el sitio no estuviese completamente lleno pero era un milagro que agradecía pues le permitiría a ella disfrutar.

 

-Muchas gracias Xenix por la historia y por ayudarme a traer todo hasta aquí eres realmente muy amable me encantaría conocer a tu jefa si puedes decirle que me gustaría tomar la merienda o quizás cenar con ella te lo agradeceria aun no conozco a muchas personas y ciertamente no me gusta comer sola , si ella no puede quizás tu podrías hacerme el honor de comer conmigo - añadió con una sonrisa mientras abría de par en par el ventanal para disfrutar en vivo y en directo de las maravillas de la naturaleza.

[Ellie Moody]

Abbie Boyle.

—Vaya —suspiró, al ver el montón de nombres en el pergamino que Madeleine le había dado. De vez en cuando Abbie se ofrecía a atender sus negocios, llevar a su elfina a casa y, como esa tarde, repartir invitaciones de los eventos que patrocinaba la sociedad a la que Madeleine pertenecía... pero eso no significaba que la joven se aprovechara de su amabilidad—. Sólo, espero que esta vez me pague bien —se acomodó las gafas cuadradas y guardó el pergamino en el bolsillo trasero de falda artesanal de colores. Sabía que esos estampados no favorecían en nada su figura, regordeta e infantil, pero ¿siempre tenía que usar negro para verse más delgada? ¡Bah! Podía verse gorda y todo, pero le gustaba la ropa alegre.

 

El primer negocio que encontró en su recorrido fue el Refugio Mágico. Junto con un par de colegas, Madeleine había abierto el local, una cómoda y familiar posada. Sin embargo, hacía unos meses que la joven había renunciado a él, sin llevarse un solo galeón. Y ése había sido sólo el principio; poco tiempo después, cerró Battrek Fly y el Central Perk... a veces, le parecía muy rara. Era demasiado apasionada y amargada para su edad; su impulsividad, por otro lado, era propia de una adolescente. Pero también tenía otra cosa; una tristeza que no parecía tener motivos de existir.

 

—Ya, olvídalo —se dijo Abbie, sacudiendo la cabeza. Ya estaba frente a la Posada del Peregrino—. No puedo perder tiempo entrando...

 

Sacó una de las invitaciones de su mochila junto con un rollo de cinta adhesiva. Pegó con cuidado la tarjeta, con el mismo efecto mágico de las fotografías de El Profeta, en la puerta delantera de la casona. Luego la golpeó, para que alguien al salir la viera, y comenzó a alejarse por el jardín, hasta alcanzar las calles del Diagón.

 

http://i.imgur.com/YIPFu5U.gif

[Lestat Rambaldi]

El castaño recorió desde aquel café con laimi tomado de su mano, los dos juguetearon y con algunas copas de mas en sus cabezas,se sentía como nunca y como siempre aquella chica lo hacia sentir especial, un pequeño murmullo se hacia resonar en sus cienes, pero no sabia que seria, así que se dedicó a verla algo risueño y le dijo:

 

—Amor vamos este lugar se ve bonito, podemos pasar el resto de la noche aqui—

 

Lestat miró el lugar, era un sitio rustico y muy agradable, con piso de madera y pisos rústicos como los de una cabaña, al parecer era un lugar para el descanso y era lo que el castaño necesitaba, pasar con la chica que de hacia mucho tiempo no veía y pasar la noche en aquel sitio tan romántico era lo que necesitaban.

 

Pasaron el jardín lleno de flores silvestres y aquellos arboles verdosos que se encontraban sobre unos estanques de agua cristalina, el silencio y la quietud cargaban el lugar, los magos caminaron hasta la entrada y tocaron a la puerta.

 

Juntos entraron a la recepción y lestat dijo:— Buenas noches,Porfavor una habitación matrimonial.—

[Laimi Evans]

Segui a mi amado acompañante a la salida al cafe y comenzamos a caminar por el callejon; aquella noche era totalmente perfecta las estrellas brillaban y ni una sola nube arruinaba el cielo ademas una suave briza acompañaba nuestro caminar.

 

Le sonrei a Lestat al ver su sonrisa tan risueña que solo lo que ocasionaba era que me llenara de ganas de comermelo a besos, extraña la compañia de ese chico por lo que cuando me propuso pasar el resto de la noche en aquella rústica cabaña acepte al instante ya que se que seria una velada maravillosa.

 

Juguetie con sus dedos mientras caminábamos rumbo a la puerta, acomode mi cabeza en su brazo mientras observaba al recepcionista con cara algo boba al parecer el alcohol se me habia ido con algo de rapidez a la cabeza pero por suerte aun no perdia la lucidez.

 

- Amor...tengo un poco de hambre- le susurre cerca de su oido.

[Lestat Rambaldi]

Lestat escuchó las palabras en su oído e inclinó un poco la cabeza para la mismo tiempo hacerle ciertas caricias con su cabeza en la de ella..—Ok amor, yo siempre cumpliré lo que tú quieras— y la miró a los ojos y voltio a ver a la recepcionista con algo de vergüenza pues parecía un borracho empedernido.

 

Lestat miró a la recepcionista y le dijo: —Me gustaría que nos prepararan una cena para dos por favor y no los lleven a la habitación—

 

La recepcionista asintió y luego de recibir los galeones del mago le entregó la llave de una de las habitaciones del espacioso lugar.

 

Tomó las llaves y fue hasta la habitación que les habían dado, al entrar, el arroma de eucaliptus inundó su olfato, el olor amaderado con un poco de pino y una gran cama acolchada y de refinada decoración, con cortinas en las ventanas de telas persas y sabanas que parecían hechas de seda.

 

Elk Myrddin tomó la mano de la chica y justo antes de entrar, le dio otro beso pero esta vez un poco tierno bajo la luz de las bombillas eléctricas que daban color y luz a toda la habitación.

[Laimi Evans]

Sonreí ampliamente con aquellas caricias entregadas en mi cabeza era algo extremadamente tierno lo cual me hacía sentir totalmente embobada , no sé si era efecto del alcohol o simplemente necesitábamos un espacio a solas para demostrar nuestros verdaderos sentimientos los cuales llevaban meses enterrados.

 

Seguí apoyada en su brazo mientras miraba a la recepcionista y todos sus movimientos hasta que le entrego la llave a Lestat y subíamos juntos en busca de la habitación asignada; era una de las mas espaciosas y más linda a mi gusto eso me agradaba bastante ya que era bastante cómoda en todos los aspectos además que amaba la decoración.

 

Me quede observando el lugar como si fuese la primera vez que lo viera pero en ese instante sentí la suave y cálida caricia de su mano en la mía y cuando volví la mirada hacia sus ojos me acerco lentamente a él para besarme con ternura; entrelace los dedos de mi mano con la suya mientras continuaba su beso con la misma ternura llevando mi mano libre con cautela a su cabello y acariciándolo con suavidad.

 

Seguía sintiendo entre nosotros aquella mágica conexión que hacía que cada gesto fuese perfecto que cuando nuestros ojos se unían al igual que nuestros labios el tiempo se detenía a nuestro alrededor y eso verdaderamente me encantaba, me aleje solo unos centímetros de el para mirar sus verdosos ojos quedando prendida de ellos mientras le daba pequeños y dulces besos.

 

-Amo estar contigo - susurre sin apartarme de él y sin quitar mis ojos de los suyos, me incline ligeramente hacia delante para volver a besar sus labios con lentitud pero cuando estaba a puntos de tocarlos alguien llamo a la puerta...-Debe ser cena…deberías abrir- le comente mientras desviaba la mirada.