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Nate Weasley

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Todo lo publicado por Nate Weasley

  1. Lo único que me faltaba, mi primera clase aquí y ya haciendo el bobo cayéndome dentro de un poso y sin poder hablar porque esta... ESTA MALDITA PLANTA no me deja salir. >> pensó para sí, tratando de librarse de la planta. Tal y como su alumna le había aconsejado, sabía que calmarse era su mejor opción si quería que la planta lo soltase. Pero eso era muy fácil de decirlo y muy difícil de hacer, dado que sentía un tentáculo deslizarse por su cuello, amenazando con ahogarlo si no tomaba una decisión rápido. Quizá su mejor opción era calmarse y utilizar uno de sus amuletos del Libro del Aprendiz de Brujo para salir de allí, estaba seguro de que había uno que le permitía planear cortas distancias, quizá le sería útil para poder salir de allí. Sí, debía calmarse. Bueno, aquí vamos. No estás aquí, nonononono. Estás en el medio de una playa, ¿escuchas el mar? Sí, sisisi, ahí esta. Okay, calmémonos todos, inhala, exhala, inhala, exhala. ¡ESTO NO SIRVE! >> su mal humor se acrecentaba con cada segundo, si tan solo tuviera su varita podría conjurar un simple hechizo que lo liberaría, y tampoco podía sugerirle a sus alumnas que hechizo usar puesto que su boca estaba cubierta.. debían valerse por ellas solas pero... ¿quién se las valdría por él? Para empeorar las cosas, y como por arte de magia, el hoyo que había en la tierra comenzó a cerrarse como si la tierra que había caído junto a el comenzara a flotar para reintegrarse. Lo último que vio antes de quedar sumido en la oscuridad fue a sus dos alumnas mirando incrédulas en dirección al hoyo, esperaba que lo rescatasen pronto. El olor a humedad y tierra lo asaltó, y sintió como un tentáculo lo golpeaba en la cabeza y su cuerpo entero se relajaba al desmayarse. Segundos después, cuando su respiración se calmó y sus músculos se relajaron, los tentáculos del lazo del diablo se relajaron y el Weasley quedó sumido en un plácido sueño.
  2. No pudo evitar contener un gruñido y un sonido gutural en respuesta al dolor que le producía la quemadura por la nieve, más tampoco pudo detenerse a pensar mucho en ello dado que en cuestión de segundos todo comenzó a desordenarse violentamente. Un par de pisadas que resonaban fuertemente contra el hielo le advirtió que sería mejor enarbolar su varita ante cualquier potencial peligro que pudiese aparecer, más no dudo en imitar a sus compañeros y colocarse el anillo de amistad de las bestias que traía consigo en su mochila, para poder entender las intenciones de los Bowtruckles. Sus compañeros efectuaron defensas efectivas contra aquellos demonios, desde insectos hasta un oso gigante que comenzó a barrerlos del camino, más poco tiempo de tranquilidad tuvieron cuando el suelo comenzó a temblar. La propia estructura de la caverna comenzó a sucumbir ante tal movimiento de las placas tectónicas, y de repente todos comenzaron a correr en cualquier dirección, buscando salvarse de las grandes formaciones de roca y hielo que comenzaban a caer alrededor de ellos. - ¿Peró que car...? - soltó, mostrando su clara frustración al respecto, no supo que hacer más siguió los gritos de Madeleine que lo guiaron hacia lo que esperaba fuesen tierras seguras. - ¡PERO QUE DEMONIOS ES ESTO! ¡DAYNE! ¡La próxima vez que me invites a un lugar solo para que tu puedas darme clases te recordaré lo de mi beso con...! - pero a quien iba dirigido el beso, nadie se enteró puesto que en ese momento una gran roca se desprendió del techo y comenzó a caer justo hacia el punto donde Nathan se encontraba - ¡Confringo! ¡Confringo! ¡Confringo! ¡Rómpete maldita hija de Dios! - los tres rayos fueron suficiente para disminuir el tamaño de la roca hasta uno que no resultaba peligroso. Finalmente, llegaron a una especie de pasadizo donde la calma parecía reinar. El silencio lo dejo atónito, pero podía escuchar un leve pitido en su oído derecho y se preguntó si los grandes estruendos de la roca contra el suelo no habían afectado su sentido del oído. Más sus compañeros no tenían intención alguna de quedarse quietos, y el Weasley no podía culparlos, había que encontrar a Sally. Lo que más quería en este momento era estar en su casa con una taza de café y no jugando a atrapar proyecciones luminosas en una botella solo por que un par de viejitos locos se les ocurrió. - ¡Salvaguarda Mágica! - se animó a comentar a continuación, y la intangibilidad de su cuerpo que resultó de tal hechizo mágico le permitió atravesar el derrumbe de piedras que había allí y seguir a Madeleine y Ed hacia el claro nuevamente. Quizá al fin tendrían un poco de paz. Sin embargo la paz no llegó, y no habían hecho más de dos o tres pasos cuando un sonido constante, como el rugido de un motor, comenzó a oírse y retumbar en la totalidad del claro, haciéndose cada vez más fuerte. El Weasley aprovechó su intangibilidad y sin pedir permiso alguno o decir nada comenzó a aventurarse por uno de los pasadizos que llegaban al claro, seguro de que esa era el lugar de donde provenía el sonido. No había caminado más de unos veinte metros dentro del pasadizo cuando este se escuchó un fuerte rugido y la estructura completa se movió... no había que ser demasiado inteligente para saber de que se trataba. ¿Pero como podía caber dentro del túnel? - Ayayayayayayayayyyyyyyyy ¡Corran, corran, corraaaaaaaaaaaan! - comenzó a gritar, volviendo sobre sus pasos - ¡Defodio! ¡Defodio! ¡Defodio! ¡Bombarda! ¡Confringo! -agregó, apuntando con su varita a las paredes del túnel, que comenzaron a derrumbarse, obstruyendo el camino de la criatura que se aproximaba por él. - ¡JANK! Juro que me las pagarás.
  3. Brenson Smith - Pufffff, ¿dónde es que están estos nuevos empleados? - se quejó abiertamente el hombre. Quizás no debía hacer aquellos comentarios tan alto, aquello le ganaría el desgano de sus nuevos compañeros, más la verdad es que le molestaba que ellos se hubiesen marchado a almorzar y le hubieran dejado todo el trabajo a ellos... como en los viejos tiempos, pensó. Una muchacha tenía intereses en adquirir una nueva criatura, por lo cual Smith tomó su formulario y comenzó a revisarlo diligentemente. Estando ya experimentado en esta parte del trabajo, no le tomó más de unos segundos y con unos momentos ya bastó para que lo sellara y lo firmara en señal de aprobación... tal parece que al renovar los inventarios todo el mundo había acudido para comprar las criaturas. - Todo en orden, Gatiux. - le dijo el empleado, preguntándole luego si quería las criaturas enviadas a su dirección. A continuación le siguió otro de los muchachos que ya había comprado con anterioridad y que parecía querer llevarse unas criaturas más a su casa, Brenson tomó su formulario y lo revisó tan rápidamente como al de Gatiux, deteniendo la mirada en algunos detalles minoritarios y asegurándose que las criaturas se encontrasen en stock suficiente. En vistas a que todo estaba en orden, le colocó la firma y el sello de aprobado. - Compra aprobada, señor Ryddleturn. A continuación le siguió otro de los chicos que ya había comprado momentos atrás y que queria adquirir más ciraturas...¡vaya que compraba la gente! , Brenson tomó su formulario y comenzó a revisarlo con rapidez... todo parecía estar en orden, sin embargo un pequeño problema con el stock le llamó la atención. Parecía haber una verdadera discrepancia entre el registro oficial y las últimas ventas. - Compra aprobada, señor Tonks. Sin embargo, estamos fuera de stock hace apenas unos segundos en los Cangrejos de Fuego... le tomaré el Escarbato sin problema. - le dijo, esperando que la noticia sentase bien con la persona. * - * - * Compras de Enrick y Gatiux aprobadas. Dejo una para mí aquí: ID: 106737 Nick: Nathan Weasley - http://www.harrylatino.org/topic/84160-ficha-de-nathan-weasley/ Nivel Mágico: XVI Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/107596-boveda-trastero-de-nathan-weasley/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/84203-boveda-de-nathan-weasley/ Fecha: 2016-02-16 Nombre del producto: Crup Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Catalogación: XXX Puntos por unidad: 40 puntos Precio: 2000 G Nombre del producto: Bundimun Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Catalogación: XXX Puntos por unidad: 40 puntos Precio: 2000 G Precio total: 4000 G Total de Puntos: 80 puntos En caso de comprar una criatura, colocar el Rango Social del Comprador: Dragones de Oro EDITO: no vi el post de Ishaya, compra aprobada. IMPORTANTE: Ishaya, como mencioné en mi rol, a pesar de que en la web del MM todavía queden 2 Cangrejos de Fuego, con las recientes ventas se agotaron. Por tanto, te tomo solo el escarbato... ¡saludos!
  4. Se pasó la mano por detrás de la cabeza, a la altura de la prominencia occipital externa, sobándose el moretón que empezaba a dismiularse allí... agradeció que al menos aquella herida no sangraba, si no quizás terminaba como la recién llegada y... bueno, digamos que no tenía demasiadas ganas de verse así. La llegada de aquella mujer pareció causar un escueto revuelo entre sus compañeros, quienes en medio del ajetreo ignoraron completamente al Weasley, lo cual sobrevoló un poco su mal humor. Volvió a tomar asiento, y se cruzó de brazos. - ¿Entonces aprenderemos algo hoy o no? Pensé que ibamos a hablar Sirenio o Duendigonza, no sentarnos aquí a debatir sobre una piedra. Soltó aquella línea quizás un poco más fuerte de lo que debería haber hecho, más ya le era imposible ocultar la consternación que sentía al respecto. Ya había pasado más de una hora y media desde el comienzo de la clase, y si esto seguía de la misma manera, dudaba que pudiese llevar demasiados conocimientos a casa... es más, lo único que se llevaría sería un trozo de papel firmado por los directores y nada más. El solo pensamiento de ello le causaba mal humor. Se dedicó entonces a contemplar la totalidad de la escena, las relaciones entre las personas que había allí le indicaban que todos ellos eran familiares. No obstante, no había casi parecido físico entre ellos, más el trato que se dedicaban era sumamente delatador.
  5. Justo cuando pensaba que la situación no podía volverse mas irónica, uno de sus profesores, Jank, se acercó a las plantas ignorando sus advertencias y comenzó a examinarlas una por una. La soltura con la que se movía por ellas era digna de una persona que carecía de conocimientos sobre los peligros que estas suponían, y el hecho de que se encontrasen en una cueva, enviados por guerreros mágicos cuyos poderes estaban fuera del alcance de los de ellos no lo hacía sentir demasiado mejor. Contuvo la respiración mientras este se paseaba entre las mandrágoras y díctamos, hasta que finalmente ocurrió. Típico. >> soltó, al ver como los tentáculos del lazo del diablo comenzaban a amarrar a Jank por todo su cuerpo. Contempló estupefacto el cómo dos de sus compañeros trataban de liberar al profesor: si tuviesen un poco de conocimiento sobre herbología sabrían que los tentáculos del lazo del diablo no podían cortarse, y mucho menos ser afectados por fuego... ¿Acaso fueron a Hogwarts? >> pensó sin más, sabiendo que lo único que afectaba a aquella criatura era la radiación ultravioleta emitida por la luz solar. - ¡Lumos Solem! - soltó, con su varita apuntada hacia la planta. De su varita salió expedida una fuente de luz tan intensa que el Weasley tuvo que cubrirse el rostro, mientras que la planta, al recibir el impacto de sus rayos, retrocedió agresivamente y liberó a su profesor. Nathan le tendió una mano a Jank, ayudándolo junto a los otros dos magos a levantarse. Escuchó las propuestas de sus compañeros, lo más sensato era ciertamente avanzar, dado que el estar parados en el medio del claro ciertamente no contribuiría demasiado al encontrar la aurora boreal y encapsularla. Avanzó unos pasos, adelantándose a sus compañeros, cuando ocurrieron dos cosas a la vez: uno de los magos preguntó donde se encontraba Sally, una compañera de bando, y su pie comenzó a arder bajo el contacto con la nieve. Más no era el ardor típico del contraste de temperaturas, si no que era un ardor que flagraba más allá de cualquier dolor que el Weasley hubiese conocido. Retiró rápidamente su bota de la nieve y observó como esta estaba chamuscada. - La nieve es fuego... - soltó, para sí, más todos lo escucharon.
  6. Estaba a punto de internarse en los confines del bosque prohibido cuando escuchó las preguntas de sus alumnas y no pudo evitar soltar una leve carcajada que esperaba no tomasen a mal. Suspiró levemente mientras ejecutaba una decisión que cambiaba un poco de orden los contenidos de la clase, más era necesario si quería que ambas alumnas se sintiesen cómodas y seguras con la próxima parte de la clase... después de todo, había algo de razón en sus palabras, el Bosque Prohibido nunca había sido un lugar del todo seguro, y se rumoreaba que después de la segunda guerra mágica, sus peligros se habían incrementado cuando gran parte de las criaturas que habían apoyado a Lord Voldemort se habían mudado al bosque. - Tengan estos pergaminos, es una lista de hechizos defensivos que les serán útiles. - dijo Nathan, tendiéndole un pergamino a cada una. - Y no se preocupen, yo mismo recorrí este sendero esta mañana y no habrá problema alguno, quiero mostrarles algunas especies herbológicas avanzadas que no pueden estar en los invernaderos por cualquier incidente que les ocurra a los alumnos. El pergamino rezaba: - Vamos... luego las invito a un café. - soltó, y sin esperar respuesta de sus alumnas se internó en el bosque. Después de todo, no podía dejar de enseñarles aquellas especies si quería que su conocimiento fuese sólido. - Por si las dudas, varitas fuera. El sendero que Nathan había escogido rápidamente se tornaba un poco más hostil, con una vegetación más frondosa y las raíces de los árboles irrumpiendo en el sendero, causando que los transeúntes tuviesen que tener mayor precaución para circular. Llevaba su varita alzada en su mano derecha, bien alto por si se hiciese necesario tomar alguna medida extraordinaria; ciertamente no dejaría que nada le pase a sus alumnas, pero esperaba que ellas tuviesen la precaución de estar atentas. La primer planta que Nathan quería que viesen estaba a apenas unos metros, en un pequeño claro que se había formado puesto que esta planta había secretado su pus que era extremadamente ácido y había acabado con la vida de las otras plantas. Tenía una apariencia bastante extraña: se le denotaban unas raíces marrones bastante gruesas, más su tallo semejaba una babosa enorme que tenía una gran movilidad, lo cual ameritaba tener cuidado con la planta. - Es bueno que te hayas dejado los guantes, Cissy, puesto que los necesitarás aquí. Esto es un bubotubérculo, que recibe su nombre por su apariencia de babosa. - explicó Nathan, acercándose a la planta y quedando a dos metros de ella - ¿Ven esas protuberancias que tiene? Están llenas de pus... que es muy útil para tratar afecciones cutáneas como el acné o la rosácea, pero ojo, tiene que estar diluido. Si lo aplican directamente, quema la piel. Razón por la cual trabajaremos con guantes. Cissy, ya que estamos, ¿por qué no practicas Diffindo en una de esas protuberancias, a ver si logras seccionarla? Dejó que la muchacha practicara el hechizo, e instó a Bodrik con un gesto a que la imitara. Muchas veces, en sus distintas experiencias como profesor, había descubierto que muchas veces se aprendía mas viendo a sus alumnos experimentar que diciéndoles paso a paso como hacer las cosas. Sonrió al ver que las jóvenes obtenían resultados satisfactorios, y les hizo un gesto para que lo siguieran... todavía había mucho para ver. - Ahora veremos una especie que seguro todos conocen, las plantas carnívoras... espero que no les teng¡¡¡¡AY!!!! - estaba caminando por el sendero cuando de repente pisó en un gran hueco que había en la tierra y su equilibrio se comprometió, trato de asirse a algo para no caer dentro de él más producto de la gravedad todo su cuerpo se precipitó por aquel túnel que se abría a las profundidades. Cayó un par de metros, y sintió como su cuerpo golpeaba contra algo sólido más reconfortante a la vez. Lo identificó en seguida, lazo del diablo.... podría llegar a librarse con un simple hechizo, más su varita había quedado junto a los pies de Bodrik. Una tentácula le cubrió la boca y no le permitió hablar, más esperaba que con los conocimientos que tenían sus alumnas pudiesen rescatarlo.
  7. La tarde transcurría quizá más lentamente de lo que el Weasley podía preferir, y la migraña que sentía desde hacía horas no ayudaba en el asunto. Había probado todo para intentar hacerla ceder: lavarse la cara, hacerse masajes en los músculos occipitales, tomar una taza de té, incluso llego a ingerir unas pastillas que un muggle le había recomendado para la jaqueca, más todavía no se podía librar de ella. Le irritaba especialmente la corriente de sonido constante que había en la Magic Mall, más no podía hacer nada al respecto... era su ambiente de trabajo y debía respetarlo. - Buenos días. - le saludó al mago que se acercó al mostrador, quien según su ficha respondía al nombre de Ishaya. De inmediato comenzó a revisar su formulario, y gastó un poco más de tiempo de lo normal revisando el libro de stock, dado que parecía estar desactualizado... sin embargo, tras revisar el libro y compararlo con los registros que estaban al acceso de los empleados, corroboró que todavía había ejemplares en existencia. Notó un pequeño error, que enmendó el mismo y luego aprobó al compra con un sello y firma. - Todo en orden, señor Ishaya. - le dijo unos momentos después, tendiéndole por el mostrador una bolsa con ambas pociones - Cometió un pequeño error con la suma total de galeones y puntos, pero esta vez se lo corrijo yo. Tenga más cuidado la próxima vez... ¿quiere comprar algo más? * -* -* Compra de Ishaya aprobada. Ishaya, me sumaste mal los galeones y puntos xD, esta vez te lo corrijo yo, pero más cuidado la próxima vez ^^
  8. Escuchó atentamente a sus compañeros, quienes uno a uno fueron imitando su ejemplo y se fueron presentando al resto. Creía conocer a Ashley de algún lado, más no podía evocar precisamente de donde y a decir verdad sus rasgos faciales tampoco le recordaban a nadie, rechazó la idea, alegando que probablemente se estaba imaginando cosas. Por otra parte, sí conocía a Niko, a quien le dedicó una sonrisa cuando se presentó... el era uno de sus compañeros de bando y en su momento había sido un buen amigo del Weasley, quizás eso se podía recuperar. - Pues me alegro de que tengan una versión para hombres. - comentó en seguida, justo antes de que Liam se presentase. - Pero vamos... ¡que no están tan mal! - agregó, observando las túnicas azuladas y haciendo una imagen mental de como le quedarían a él. Nathan se concentró en dar un par de bocados a su comida, dado que no había desayunado ese día y tampoco quería que su almuerzo se enfriara. Si bien no participó en el debate, los escuchó conversar sobre criaturas mágicas que habían escapado y la posibilidad de atender todas las plantas. Prefirió no decir nada, Nathan era consciente de que aquello que Lyra decía era posible, y estaba de acuerdo con sus exigencias. Dando un trago a su bebida, sonrió con anticipación ante la oferta de realizar un tour por el resto de las inmediaciones de la Mall Mágica, estaba seguro de que habían abierto nuevos sectores durante su ausencia. - Estoy de acuerdo, me apunto al tour... incluso quizás podemos pasar por lo de Wanda y buscar nuestros uniformes. - sugirió, dejando su bebida a un lado.
  9. Meditó la escena por varios segundos: su Lumos no parecía surtir ningún efecto, dado que la oscuridad de la cueva era impenetrable, y ciertamente la idea de prender unas antorchas no resultaba muy atractiva, teniendo que toda la estructura podía colapsar sobre ellos. Miró a Hank, quien no parecía querer participar en el asunto dado que se mantenía callado, impasible y sin ejecutar acción alguna, el Weasley le dedicó una mirada furibunda antes de dirigir la mirada hacia uno de sus compañeros, que de repente había sacado de su capa una botella de lo que parecía agua y terminó siendo vodka. ¿Cómo es que planean que aprendamos a utilizar estos amuletos y anillos, si no nos dan ninguna situación para aplicarlos? >> se preguntó, un tanto molesto. Si bien era cierto que recientemente habían utilizado uno de los amuletos, ahora la situación parecía estar estancada y la bolsa con el libro y los trastos pesaba más que nunca. Trató de que la intolerancia no se plasmara en su rostro, e incluso lo logró al ver que su otro profesor, cuyo nombre no había escuchado, conjuraba una formación de fuego que iluminó la cueva y comenzó a guiar su camino hacia el interior. Ansioso de vivir una ventura, Nathan se apresuró y se colocó junto a Madeleine, Ishaya y otro chico más, a quien no reconocía pero le resultaba vagamente familiar... seguramente lo había visto en la Orden del Fénix o había sido un cliente en el Concilio de Mercaderes. ¡Qué malo soy con los rostros! >> pensó, algo avergonzado de su mala memoria, más sus pensamientos se vieron rápidamente borrados a un lado dado que la cueva se había abierto en una encrucijada de dos caminos que colisionaban en un ángulo agudo. Estaba por perder la paciencia, pensando que pasarían minutos allí debatiendo sobre cual camino tomar cuando su profesor se aventuró directamente por uno de los caminos, la bola de fuego iluminando el lugar. Por un segundo, cuando observó que la bola se acercaba peligrosamente a las estalactitas, pensó que el calor del fuego las derretiría y la estructura comenzaría a debilitarse progresivamente. Sin embargo, la magia de aquella invocación era tal que no parecía despedir calor alguno, sino tan solo radiación lumínica que cumplía con el sólido y único propósito de encaminar la marcha para aquella conglomeración de magos que se aventuraba por la cueva. Finalmente, ambos profesores detuvieron la marcha y Nathan se escabulló entre unos alumnos para poder llegar a la hilera del frente. Se encontraban dentro de una especie de claro o expansión de la cueva, extrañamente cubierta por una densa almohada de nieve virgen que no parecía tener origen alguno. Como si ello fuera poco, la capa de nieve estaba moteada por una densa vegetación que se extendía por todo el lugar. Siendo un experto en Herbología, se acercó levemente a las hojas y comenzó a examinarlas con la mirada: el solo verlas le permitió hacer una evaluación sistemática de su constitución y de los peligros que representaban... momentáneamente su ansiedad desapareció; esto no sería fácil. - Son plantas venenosas, si las tocan, lanzan vainas con un veneno letal. - dijo para sus compañeros, dirigiendo luego su mirada a la nieve... sobre ella, no podía hacer asesoramiento alguno, más dudaba que fuese tan inofensiva como parecía.
  10. Quentin Merabet El profesor contempló incrédulo a su alumna, cuando esta cuestionó lo barbárico de sus métodos, más le agradeció internamente cuando el gallo desapareció. ¿En verdad era tan difícil para el mago tipo entender cuanto sufrimiento o dolor se le podía infligir a una criatura por medio de una simple acción? Quentin suspiró, pensando que necesitaría un semestre más que un simple día para transmitir todo su conocimiento y que sus discípulos estuviesen lo suficientemente amaestrados como para considerarlos satisfactorios. - No está en la naturaleza de un basilisco el ser compasivo, y mucho menos reaccionar tranquilamente ante una amenaza. Cuando ellos escuchan el canto de un gallo, la sensación de peligro es tal que comenzarán a destruir todo a su paso... me refiero... ¿si han visto el tamaño de su cola, no? Una simple barrida y no llegamos a casa esta noche. - contestó Merabet a sus alumnas - No obstante, a lo largo de toda la historia, el canto del gallo ha provisto la suficiente distracción como para que los magos desaparezcan antes de que el basilisco pueda matarlos, y es por eso que se considera una distracción eficaz. Su propio dragón sobrevolaba el área y, Quentin, quien tenía una fuerte conexión mental y empática con la criatura, detectó que este estaba pensando en defender a su amo del peligro inminente que aquella criatura representaba. No, Frawk. Todavía no. >> le ordenó, y el dragón, obediente, comenzó a ganar altura. - Es un Ridgeback Francés, señorita Potter Blue. - le dijo, al ver la admiración en el rostro de la mujer - Ahora, hagamos esto como corresponde. - agregó, dirigiéndose tanto a Sagitas como a Valkyria. - Los basiliscos son criaturas mágicas de inmenso poder, pero carecen del poder de la razón, por lo cual no reconocerán a un mago como alguien inferior e indefenso sino como una amenaza inmediata. Por tanto, la mejor forma de escapar de un basilisco es crear una distracción tal que nos de el tiempo para escapar. En ese momento, Quentin le ordenó a su dragón que los esperara en un pequeño claro que había a unos cincuenta metros a la derecha de ellos. - Los basiliscos se jactan mucho de su mirada, la cual, como todos sabemos, es letal. No obstante, son seres que encuentran mucho aprecio en los espectros luminosos, y es por eso que en este momento la mejor forma de escaparnos es un simple encantamiento. Ahora, señoritas, cuando les de la orden, nos marchamos como si hubiera pasteles hacia allá, ¿de acuerdo? - dijo, apuntando con su varita al claro. - ¡Expecto Patronum! Dijo, y de su varita salió una formación blanquecino-azulada que adquirió la forma de un gran lobo marino que empezó a saltar en su lugar y se colocó cerca del basilisco, tratando de llamar su atención más evitando su mirada. - Los patronus no son inmunes a la mirada del basilisco, si este los ve a los ojos, el patronus desaparece en el acto. - Quentin miró por encima del árbol y vio que el basilisco seguía a la criatura con la mirada fijamente - ¿Están listas? ¡AHORA! En el momento en que les dio la orden, los tres salieron pitando en dirección al claro en donde su dragón esperaba. Nada más confiaba en que las señoritas no le tuviesen miedo a un viajecito en dragón. @ @
  11. Aquella era una experiencia que quería repetir mil veces más, pero que probablemente nunca olvidaría por ser su primera vez. Sentía el fresco viento golpearle en la cara y alborotarle los cabellos, colarse por entre los espacios de su ropa y enfriar cada centímetro de su cuerpo, más ahora su organismo estaba dominado por la adrenalina, que hacía que cada fibra y cada nervio de su cuerpo estuviese extasiado por lo que estaba viviendo. Asía fuertemente el amuleto, y a pesar de que estaba inseguro de si este amortiguaría en verdad su caída, estaba ya en un punto donde no había vuelta atrás. Cuando estaba cerca del suelo, sintió como su amuleto vibraba y expedía un calor reconfortante, que hizo que la fuerza peso que atraía su cuerpo hacia el centro de la tierra se viese sobreseída por una que lo empujaba en dirección opuesta. Después de eso, la tercera ley de Newton hizo su magia y el cuerpo de Nathan aterrizó en el suelo suavemente, ileso. Varios de sus compañeros aterrizaron luego de él, más a Nathan le llamó la atención una de ellas, que se dirigió hacia la cueva de hielo que les antecedía. Guardó el amuleto en la bolsa que cargaba en la espalda y extrajo su varita del bolsillo, asiéndola con seguridad. Pasó por delante de sus instructores y siguió curiosamente a su compañera dentro de la cueva, que estaba sumergida en una densa oscuridad, rota únicamente por el encantamiento que la mujer, a quien reconoció como Madeleine, había convocado. La edificación estaba moteada de tanto en tanto por estalactitas y estalagmitas, más sus paredes estaban hechas de un hielo tan denso que dudaba que un encantamiento explosivo pudiese destruirla. - Stark. - dijo Nathan, refiriéndose a su compañera, a quien había tomado por costumbre referir por su apellido desde su última expedición en el bosque - ¡Lumos! - agregó, imitandola, más su encantamiento no hizo mucho más que el de su compañera. Escuchó la pregunta que su compañera profirió, y fue ahí que le asaltó la curiosidad sobre la tarea que buscarían cumplir aquel día: capturar la aurora boreal en un recipiente. Nathan, ducho en las ciencias tanto muggles como mágicas, sabía que eso era físicamente imposible, más una parte de sí era consciente de que la magia muchas veces desafiaba las leyes de la física y la química.
  12. El día acontecía bastante rápido, allí dentro de la primera planta del Magic Mall; la climatización era ideal, y con su taza de café al lado, el Weasley apenas notaba el correr de las horas detrás de su escritorio. El café de la máquina expendedora no era tan bueno como el que su elfo doméstico le preparaba, pero cumplía el cometido de mantenerlo alerta incluso después de haber pasado la noche prácticamente en vela tratando de sortear determinados asuntos. En cuanto su próximo cliente apareció por detrás del mostrador, por poco no lo ve dado que se trataba de un elfo doméstico, más pronto este se subió a un taburete allí dispuesto para personas o criaturas de baja estatura y le entregó un formulario. Nathan trató de no emitir juicio alguno por el hecho de que algún mago tuviese la poca consideración de mandar a su elfo doméstico a hacer las compras por él, pero al no conocer las circunstancias que ameritaron tal situación, prefirió no decir nada. - Todo está en orden, pequeño. - le dijo Nathan, tras haber comprobado los datos del formulario. - ¿Quieres que te llevemos los objetos a la casa de tu amo? ¿O prefieres llevarlos tú? - agregó. Acto seguido, selló el formulario y le agregó su firma debajo. * - * -* -* Compra aprobada, Aaron. La próxima vez ten más cuidado con el ID, que pusiste el erróneo. Esta vez te lo dejo pasar, pero para la próxima revisa ^.^ Saludos!
  13. De todas las plantas dentro del Magic Mall, la que mas le gustaba al Weasley era la de pociones por la dinámica que se manejaba allí dentro: todas las pociones estaban envasadas en frascos que eran del tamaño lo suficientemente pequeño como para portarlas en una bolsa y empaquetarlas fácilmente, lo cual hacía que el flujo de clientes fuese mucho más rápido de lo que solía ser en el resto de las plantas. Nathan, detrás de la ventanilla, portó una sonrisa y le dió a la próxima cliente la orden de avanzar, de forma que él pudiese atender su compra. Revisó el formulario que la bruja le tendió dos veces, comprobando que todos los datos estuviesen en orden y que en efecto los productos que buscaba llevarse se encontrasen en stock. Una vez que se cercioró de que todo estaba en orden, le colocó el sello de aprobado y firmó el formulario, el cual archivó en la carpeta correspondiente para que luego fuese procesada y legalizada. Tomó ambas pociones y las empaquetó en una caja, luego en una bolsa que le tendió a la bruja, deseándole buenos días y preguntándole si deseaba algo más. Aprovechó para tomar uno de los formularios y llenarlo el mismo, había una poción que se moría por conseguir. Con el reciente reabastecimiento que había en la Mall Mágica, le era irresistible no llevarse un ejemplar para si. ID: 106737 Nick: Nathan Weasley Nivel Mágico: XV Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero de Nathan Weasley Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Nathan Weasley Fecha: 2016- 02- 12 Nombre del producto: Poción Matalobos Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Nombre del producto: Poción Herbovitalizante Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AA Puntos por unidad: 20 P Precio: 1000 G Precio total: 3000 G Total de Puntos: 60 P * -* -* - Compra aprobada, Anne, saludos.
  14. Hacía ya rato que las oficinas del Magic Mall se habían vaciado: la mayoría de los empleados se había ido a su casa y allí dentro quedaban solo los rezagados que debían montañas de papeleo. Para este entonces, el Weasley ya se había despojado de sus zapatos y tenía las piernas entrecruzadas sobre la silla detrás del escritorio, donde nadie lo veía. Estaba sumamente concentrado en reportar unos últimos detalles del stock, más el sueño le estaba jugando una mala pasada y su cabeza tambaleaba cada tantos segundos, mientras que sus párpados parecían de plomo, luchando por juntarse con su homólogo... - Amo Nathan! Señor.... señor... - sintió una voz aguda llamar su nombre a la distancia, más rápidamente se sumió en la profundidad de su sueño - ¡SEÑOR! - sintió un fuerte golpe a la altura de las piernas y se despertó bruscamente. - Qdasrg nashham mss... - dijo vagamente, mientras recuperaba la compostura - ¿Qué pasa? - El libro señor... - le respondió la voz aguda nuevamente, Nathan se acurrucó sobre sus brazos e intentó volver a dormir. - El libro de la fortaleza. - Tranquilo, Croient. Eso es mañana, ahora déjame dormir. - respondió Nathan al elfo. - ¡No, amo! Hoy es viernes, ¡su clase es hoy! Se reincorporó bruscamente, cualquier trazo de sueño desapareciendo inmediatamente. La luz del sol se filtraba por las ventanas, efectivamente marcando que el día había comenzado hacía ya varias horas. Sus papeles yacían dispersos sobre el escritorio, claramente sin terminar, más su elfo doméstico se había aparecido con un gran y pesado abrigo, y una bolsa que contenía su libro de la fortaleza y los amuletos y anillos que habían venido con él. - ¡Demonios! - soltó, comenzando a calzarse y tomando la taza de café que su elfo le tendió... Croient había pensado en todo. - A ver... ¿tienes la nota que me mandaron por aquí? El elfo le tendió la nota, la cual apenas se había molestado en leer dada la enorme cantidad de trabajo que había tenido en los últimos días. La leyó rápidamente, sonriendo maliciosamente una vez más al ver el nombre de Jank al final de la nota... el Dayne no había perdido tiempo alguno en insistirle a Nathan que se inscribiese a la clase, y desde el momento en que había recibido la lechuza le había quedado muy claro el por qué. - Este Jank.... siempre quiere estar mas alto que yo. - comentó a nadie en particular, mientras se colocaba el abrigo que su elfo le tendía. - Muchas gracias Croient, te debo una. Su elfo se excusó, y ambos desaparecieron del lugar con rumbos distintos. * * * Su cuerpo se materializó en los confines de la Universidad, y se dirigió diligentemente hacia la zona del Ateneo. Mientras caminaba por los terrenos apreció gratamente la fresca brisa que impactaba contra su rostro, dado que le sirvió para espabilarse. Trató de no pensar en la montaña de papeles que le aguardaba revisar una vez finalizara la clase mientras entraba en el salón que la nota había indicado, y se alegraba de comprobar que no era el último en llegar. Todos los presentes estaban reunidos en torno a una garra que flotaba en el medio de la habitación, la cual, según varios instruyeron, era un traslador que todos ellos debían tomar para llegar al lugar donde la clase tomaría lugar. El Weasley se acercó inmediatamente y tras tomar una de las uñas de la garra, sintió como su cuerpo era absorbido por el objeto y era trasladado en el espacio y tiempo rumbo a otro lugar... frío, mucho frío, gracias a Dios que Croient había recordado lo del abrigo. Su libro, junto a sus anillos y amuletos golpeaban con su cuerpo víctima de la fuerza del movimiento, más finalmente el viaje terminó y Nathan aterrizó cómodamente sobre un suelo nevado. - Genial, no les alcanzaba con estar en Londres en pleno invierno que querían aún más frío... hay que ser.... - y soltó una serie de palabras que nadie más que él oyó. Sus comentarios se vieron rápidamente acallados por el paisaje que tenía delante: si bien el cielo estaba cubierto de nubes, aún había la suficiente radiación solar como para contemplarlo perfectamente... las montañas nevadas. Lo que más le llamó la atención fue que a todos lados de ellos había un abismo de varios metros que se propagaba hacia tierra firme, varios metros más abajo, más cerca del nivel del mar. Trató de no pensar demasiado sobre ello, y en cambio prestó atención a lo que sus profesores decían. - Tanto poder se le subió a la cabeza, evidentemente. - dijo el Weasley, al ver la figura de Jank lanzarse contra el vacío. Y luego a su profesor imitarlo. El Weasley se tragó todo su miedo y recibió aquella aventura como un viejo amigo, rebuscó en su bolsa el amuleto correspondiente y lo sostuvo fuertemente en su mano... asiéndolo tan firmemente como uno se aferra a la vida en los últimos segundos antes de morir. Dio unos pasos decididos en dirección al borde del acantilado, y se colocó las correas de su mochila entre sus brazos y el torso, asegurándola. Finalmente, y cerrando los ojos por lo que esperaba no fuese la última vez, extendió los brazos y se arrojó a la inmensidad.
  15. Habiendo ya atendido la compra de Sally, Nathan se excusó con una sonrisa y dejó a Edna a cargo, quien tomó su lugar detrás del mostrador para poder relevarla en la tarea de atender las nuevas compras. Notó que por las escaleras se adentró Ashley, y dado que Niko y su otro compañero, quien a decir verdad parecía un tanto no amigable, ya estaban junto a Lyra, Nathan tuvo que apresurar la marcha exageradamente para poder acercarse a ellos y seguir a Lyra hasta los pisos más superiores. Llegaron hasta lo que era el comedor del lugar, donde Lyra los invitó a una comida. El Weasley se contentó con elegir unas simples alas de pollo y una botella de agua, para luego seguir a Lyra y los demás hasta una de las mesas, donde se sentaron para tener un almuerzo amigable. Lyra les mostró el uniforme que debían usar, y Nathan esperaba sinceramente que hubiese una versión masculina cuyo corte al cuello no fuera tan escotado. - Todavía no nos han dado de esos, pero... ¿es el único modelo que hay? - se animó a preguntar, más rápidamente ignoró su propia pregunta para escuchar la introducción que Lyra hacía. Apreció cuan cierto era lo que decía; en todos los días que llevaba allí había sido mera suerte si había intercambiado más que un ademán o dos o tres palabras con sus compañeros de trabajo. Le sonrió a Lyra, impresionado por su táctica para lograr un ambiente de trabajo más amigable y compañero. Como nadie tomó la palabra, el Weasley carraspeó y se dispuso a presentarse: - Yo soy Nathan Weasley... tengo un par de negocios aquí en el Diagon, como todos, claro. - comenzó, mirándolos a todos - Trabajé en el Concilio hará cosa de unos cuatro años aproximadamente, siendo parte de sus miembros originales y participando en la apertura de la Mall... viejos tiempos, pero muy buenos al fin y al cabo, se siente raro volver. - les confesó, y escuchó a sus demás compañeros mientras se presentaban.
  16. Habiendo ya atendido y cumplido algunas horas en el resto de las plantas, el Weasley finalmente apareció por las escaleras en la primera planta del Magic Mall. Con suma agilidad se colocó detrás del mostrador, relevó a uno de los empleados que allí se encontraba, y le indicó a la muchacha que aguardaba en la fila que se acercase para poder asesorar su compra. Esta deslizó el formulario, y el Weasley lo tomó rápidamente y comenzó a revisar los datos uno por uno, teniendo especial precaución dado que cada dato era imprescindible que estuviese correcto. Revisó el libro de stock, la categoría, el puntaje y el precio del producto, y sólo tras unos minutos se decidió. Tomó el sello del Concilio de Mercaderes y tras colocarlo en la hoja, agregó su firma debajo, sellando la compra como aprobada. Archivó el formulario en uno de los cajones y tras unos segundos notó como Edna, una de las empleadas de la Mall Mágica, venía con una Nimbus 3000 en la mano la cual rápidamente envolvió en papel cartón negro que con una simple floritura de varita se curvó y empaquetó alrededor de la escoba. Hizo una nota mental de avisar a sus superiores que el stock de aquella escoba acababa de finalizar. - Todo parece estar en orden, señorita Ricci. ¿Desea que le guardemos la escoba mientras sigue comprando por el Magic Mall? Puede retirarla después. * - * - *- * Compra de Valentina aprobada, Saludos ^.^
  17. Su atención se vio desviada hacia el ruido de la puerta del invernadero cerrarse detrás de alguien, al parecer su tercera alumna había decidido abandonar el salón de clases sin intención de aprender algo aquel día. Se preguntó si era por culpa suya... quizás su clase no era muy divertida, o quizás había hecho mal en aburrirlos con las especies básicas al principio. Rápidamente sacó esos pensamientos de su cabeza, y en reemplazo comenzó a tratar de aguantar la ansiedad que le generaba la siguiente actividad que harían. - Excelente trabajo, Bodrik. - dijo, al ver a la sanadora utilizar sus habilidades para manipular el díctamo de manera satisfactoria. Había utilizado casi la misma técnica que el Weasley, más le había agregado unas sutiles variaciones que eran propias de cada aprendiz. Aquello no le molestaba en absoluto, la herbología era una ciencia demasiado imprecisa como para querer confinar todo el comportamiento a una sola manera, incluso estaba seguro de que debía haber métodos mejor que los suyos. Se giró hacia Cissy, quien había optado por manipular a las mandrágoras primero. El Weasley la observó muy de cerca por detrás, sin que ella se diese cuenta. Se sorprendió gratamente por el delicado trabajo manual de la joven al cortar las raíces, quien había sabido replicar su técnica a la perfección. Sonrió por lo bajo y se alejó, notando que ahora ambas jóvenes habían terminado de trabajar. - Excelente trabajo Cissy, yo mismo no lo hubiera hecho mejor. - le concedió con una sonrisa, y rápidamente cambió el foco hacia las dos - Ahora, quiero que embotellen las esencias y las guarden en una de esas botellas de allí. - agregó señalando a un armario - Es su premio por tal magnífica labor, dado que se llevaran esos frascos a casa. Luego, síganme por favor. Minutos después, los tres marchaban por los jardines de Hogwarts en dirección al bosque prohibido. La luz del sol ya golpeaba los castillos, brindando un calor agradable que contrastaba con el frío que hacía en el ambiente. Gran parte de la nieve ya había desaparecido de los terrenos, más todavía podía verse alguno que otro montón. El lago ya se había descongelado y su superficie ya no estaba escarchada... la primavera estaba cada vez más cerca, y eso le agradaba al Weasley. - Muy bien, ahora nos adentraremos en el bosque prohibido. Aquí no solo habitan criaturas peligrosas sino también algunas especies herbológicas que quiero que conozcan. ¿Se animan? - les preguntó, con un pie ya dentro de las inmediaciones del bosque.
  18. El no consumir café estaba causando estragos dentro de su memoria a corto plazo y su efectividad, dado que le tomó unos segundos notar que tenía a Lyra al lado de él e incluso sus palabras le sonaron aún más extrañas. Al parecer una junta tomaría lugar dentro del Magic Mall, por lo cual se vería obligado a abandonar momentáneamente su lugar de trabajo. No obstante, notó que había una mujer esperando a ser atendida en la trastienda. - Buenos días, Lyra. Sí, disculpa, no sé que me pasa hoy. - agregó rápidamente como disculpa - Estaré allí en unos segundos, atiendo esta compra y voy para allá. Se colocó detrás del mostrador, y no fue hasta que se hubo sentado en la silla que antecedía a la ventanilla que se dio cuenta de quien tenía adelante era Sally. Hacía ya mucho tiempo que no veía a la Dumbledore, dado que sus encuentros habían estado fundamentalmente basados en sus encuentros por su... "trabajo". Le sonrió gratamente mientras tomaba su formulario en manos y revisaba la veracidad de los datos. - Buenas tardes, Sally. Está todo en orden. - comentó, sellando el papel y agregándole su firma debajo - ¿Te gustaría que llevemos estas criaturas a tu mansión también? Dice aquí que ya tienes un par de criaturas con fecha para ser llevadas hacia allí. Miró por encima del mostrador y vio que la reunión aún no había comenzado, al parecer había una empleada más que todavía no había llegado. Se prometió que apenas viera a Ashley cruzar la puerta abandonaría su puerta, Edna podría tomar su lugar. * - * - * Compra de Sally aprobada. ¡Que las disfrutes!
  19. Quentin Merabet Si bien tenía sus ojos cerrados, tenía la completa certeza de qué era lo que estaba pasando. Su escucha era casi tan buena como su vista, había aprendido a entrenar sus oídos para detectar los sonidos más minuciosos e incluso para discernir unos de otros cuando viniesen desde la distancia. Escuchó su sisear aterrador que para él no tenía significado alguno, pudo sentir, aunque quizás era producto de su imaginación, el vibrar del suelo cuando su cuerpo se deslizaba sobre el mismo. No podía creer lo que estaba pasando, siempre pensó que se mantendrían por el sendero o bien que ella se mantendría lejos de aquellos lares. - Comment est-ce qu'on peut être tellement... - soltó el francés en un tono brusco, y le dio una palmada a su dragón que inmediatamente se irguió y comenzó a batir sus alas para elevarse en el aire. La criatura comenzó a sobrevolar los terrenos en dirección a los senderos, logró ver a Elvis, quien no estaba muy lejos de llegar al claro... esperaba que tuviese la prudencia de esperar su regreso. Solo le tomó un par de segundos encontrar lo que estaba buscando, incluso a varios metros de altura podía contemplar como la situación se desarrollaba: Sagitas estaba a punto de ser atacada por un basilisco y otra de sus alumnas, cuyo nombre no podía recordar en aquel momento, había conjurado un gallo a partir de un tronco seco en vistas de salvarla. - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOON!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! - dejó salir esta vez, a la vez que sin pensarlo saltaba de su dragón para rápidamente descender en picada en dirección a los árboles. Un simple hechizo frenó su caida, ralentizando la velocidad con la que su cuerpo descendía y permitiéndole aterrizar en una simple maniobra. Su grito había atraído la atención del basilisco, por lo cual Quentin instintivamente cerró los ojos y se escondió detrás de un arbusto. Procuró que su voz no reflejase el miedo que estaba sintiendo: - Señorita Karkarov - dijo, logrando recordar al menos su apellido - Le pido por favor que deshaga aquel encantamiento, no debemos incurrir en tal barbarie para poder salir de esta situación ilesos. Hágalo - agregó en voz de comando - Y le enseñaré algo que nunca olvidará.
  20. Entre sus tantos momentos de trabajo, logró hacerse con uno de los formularios para adquirir las pociones que allí había, dado que estaba sumamente interesado en adquirir algunas de las que habían llegado con los nuevos reabastecimientos. No obstante, sabía que para adquirir dichos productos debía comportarse como cualquier otro cliente de la Mall Mágica, por lo tanto salió con dicho formulario ya completo en mano e hizo la fila detrás del mostrador que estaba siendo atendida por uno de sus compañeros de trabajo. Dado que la introducción que habían tenido en su primer día allí había sido excesivamente corta, no tuvo tiempo casi de hablar con ellos ni presentarse, más confiaba que el propio trabajo les diese esas oportunidades a su debido tiempo. Cuando llegó su turno, deslizó el formulario completo por la ventanilla y esperó una respuesta de parte del personal; si bien ya tenía bastante idea de cuales eran los principales errores que se podían cometer al llenar esos formularios (los cuales, lógicamente, había tratado de evitar) era consiente de que siempre podía haber margen de error. Aguardó pacientemente. ID: 106737 Nick: Nathan Weasley Nivel Mágico: XV Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero de Nathan Weasley Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Nathan Weasley Fecha: 2016- 02- 11 Nombre del producto: Poción para Olvidar Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 P PreciO: 2000 G Nombre del producto: Sueño Angelical de Amor Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Precio total: 4000 G Total de Puntos: 80 P Miró su reloj mientras esperaba.. aún le quedaba mucho tiempo de trabajo dentro de la Mall.
  21. En aquel momento, acudía a la trastienda de la mall mágica con el objetivo no de cumplir sus horas laborales, de las cuales todavía debía alcanzar el mínimo, más de adquirir algunas criaturas mágicas que estaba ansioso por obtener luego de la última actualización de los stocks dentro de la Mall Mágica por parte del Concilio. Ya familiarizado con todas las criaturas que allí había, le tomó apenas un par de minutos recorrer el lugar para cerciorarse de que la compra que estaba por hacer era la correcta, hasta que finalmente se acercó al mostrador de ventas y tomó un formulario, el cual empezó a rellenar rápidamente. Una vez hubo comprobado que los datos estuviesen correctos, se acercó a la cola y cuando fue su turno se colocó detrás del mostrador, que estaba siendo atendido por uno de sus compañeros de trabajo. Hacía nada mas días que había sido aceptado como Empleado de la Mall Mágica, lo cual significaba su tan ansiado regreso al Concilio de Mercaderes, y en aquellos días ya había tenido la suerte de conocer, aunque fuese de vista y con un vago saludo, al resto de sus colaboradores. - Buenas tardes. - dijo, y le tendió el formulario. ID: 106737 Nick: Nathan Weasley Nivel Mágico: XV Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero de Nathan Weasley Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Nathan Weasley Fecha: 2016- 02- 11 Nombre del producto: Hipogrifo Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Mágica Catalogación: XXX Puntos por unidad: 40 Puntos Precio: 2000 Galeones Nombre del producto: Escarbato Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Mágica Catalogación: XXX Puntos por unidad: 40 Puntos Precio: 2000 Galeones Precio total: 4000 Galeones Total de Puntos: 80 Puntos En caso de comprar una criatura, colocar el Rango Social del Comprador: Dragones de Oro
  22. El día en la tercera planta estaba siendo mucho más calmo de lo que había anticipado: con el descubrimiento de los libros de hechizos y su final lanzamiento a manos del público todo el mundo parecía estar hablando de ellos, y el Weasley no había dudado ni un segundo en que aquellos libros se venderían como pan caliente. No obstante, la planta estaba prácticamente vacía y solo había uno que otro ocasional cliente que se aparecía por allí. Finalmente una bruja se acercó al mostrador detrás del cual Nathan se encontraba y le tendió su formulario. Los formularios que tenían que ver con los libros de hechizos eran de una complejidad algo mayor dado que había una mayor cantidad de factores a tener en cuenta. No obstante, tras unos segundos Nathan fue capaz de determinar que todo estaba en orden. Cuando releyó el formulario a modo de asegurarse, se sorprendió al ver el nombre. - Es un placer tenerte por aquí, madre. - dijo, saludando a su madre adoptiva a quien no veía hacía ya tiempo - Está todo en orden, puedes llevarte el libro. - agregó, deslizando el libro rojizo por encima del mostrador. Nathan tomó el formulario que había llenado la mujer y rápidamente siguió los pasos para darlo como aprobado: colocó el sello del concilio de mercaderes y su propia firma debajo, para luego archivarlo dentro del cajón correspondiente para que luego fuese transferido a las oficinas superiores, donde se tramitaría su legalización. - . - . - . - . Compra aprobada, Agatha... ¡corre a inscribirte!
  23. Nathan escuchó atentamente la pregunta que Ishaya le hacía, sopesando levemente la pregunta... si bien recordaba, algo le habían dicho durante su entrenamiento de tales métodos para que la comunidad estuviese al tanto de los productos. ¡Si tan solo no se hubiera entredormido en ese momento! ¡Eso te pasa por no beber café y optar por té! pensó, y sonrió por lo bajo. Hasta que de pronto... ¡sí! ¡El Profeta! - No tenemos un catálogo que se entregue por separado, pero si mira cuidadosamente El Profeta verá que a veces tenemos una sección de Anuncios del Concilio de Mercaderes donde encontrará toda la información actualizada que largamos al público. Tomó el formulario que Ishaya le tendió y una vez más reviso todos los datos uno por uno. Si bien algunos podrían catalogar aquel trabajo como tedioso, el Weasley le encontraba algo de divertido al asunto y rápidamente comparaba los datos y comprobaba las situaciones de stock como si fuera un juego. - Muy buena elección, yo mismo he recibido esta poción crece-huesos y puedo atestiguar que es de máxima calidad. - comentó al mago, mientras aprobaba la compra con un rápido sello y una firma debajo del mismo. - ¿Vas a seguir paseando por el Magic Mall? Por que puedo guardarte todas estas bolsas aquí y una vez que estés listo para irte las pasas a retirar... nada más digo para que puedas comprar más cómodo. Oh, lo olvidé, está todo en orden y la compra está aprobada. - dijo torpemente - No obstante, recuerda para la próxima vez controlar las sumas de puntos y galeones totales. Segundos después había empaquetado ambas pociones en sus correspondientes cajas y bolsas, le había entregado dicha bolsa a Ishaya para que tuviese la libertad de decidir sobre qué hacer con ellas y había archivado el formulario en el cajón correspondiente. - . - . - . - . Compra aprobada, Ishaya ^.^ Una cosita, si vas a reciclar formularios de la última compra ten cuidado con la sumatoria de puntos y de galeones de cada producto, que esta vez me dejaste los del formulario anterior. Esta vez te lo dejo pasar, pero más cuidado para la próxima
  24. Ishaya tomó la recomendación de buena manera y rápidamente comenzó a hacer uso del libro para cerciorarse del stock de los productos existentes hasta el momento. Segundos después, se apareció frente a él con el formulario rellenado nuevamente y lo deslizó por debajo de la ventanilla; el Weasley volvió a controlar los datos una vez más para asegurarse de que estuviesen bien, y tras cerciorarse de que los productos se encontraban en el stock suficiente, agitó su varita y ambas pociones que el mago había pedido vinieron volando hacia él. - Todo en orden, Ishaya. - le dijo, sellando y firmando el formulario en seña de aprobación - ¿Quieres algo más? Colocó ambas pociones dentro de unas cajas que tenían el tamaño óptimo para los recipientes y luego ambas cajas dentro de una bolsa, la cual le tendió al mago. Acto seguido, tomó el formulario y lo deslizó dentro de la carpeta donde yacían el resto de los formularios aprobados del día, los cuales luego tendría que llevar a la oficina de los miembros de la logia para que el trámite burocrático siguiera su curso. - Oh, y no te olvides de estar al tanto de nuestros anuncios en el callejón diagon, nuestros stocks se reabastecen constantemente. - - - - Compra aprobada, Ishaya.
  25. Interrumpió su zapateo de inmediato. Hasta entonces había logrado evitar prestar atención en aquel armario en el fondo del salón al cual habían hecho referencia antes, que temblaba y se sacudía con violencia más parecía estar cerrado cuan herméticamente posible. No obstante, sus esfuerzos se vieron diezmados cuando finalmente la puerta de este se abrió de par en par, con el ruido de las bisagras rechinar agudamente erizando los vellos de su nuca. Por unos segundos se preguntó si de ese armario no saldría algún ser que buscara enseñarles su lenguaje... ¿un duende quizás? ¡No, no tolerarían el encierro y su odio a los magos aumentaría aun más! Pero... ¿Quién sabía que clase de mago era su profesor? Todo era posible. Sopesó la posibilidad de que fuese un elfo también, aquello cuadraría mejor que los duendes dado que eran más dóciles y proclives a encerrarse en un armario si esa era la voluntad de su dueño, no obstante un elfo no podía haber hecho tanto ruido. ¡Ya sé!, pensó subitamente, y por unos segundos esperó ver una sirena salir de allí, furibunda ante la obligación de estar encerrada en un lugar tan lejano a su hábitat natural. Se inclinó levemente en el asiento y comenzó a hamacarse en el mismo, haciendo que la silla se balanceara sobre sus cuartos traseros. Su corazón comenzó a latir más rápidamente ante la expectativa de qué era lo que estaba por salir de allí. > pensó. En cuanto vio al ocupante del armario presentarse en el salón, fue tal su sorpresa que ejerció la fuerza indebida sobre sus pies y terminó tumbando la silla para atrás. Golpeó su cabeza contra el suelo con tal fuerza que pensó que se había quebrado algún hueso del cráneo; más rápidamente profirió una serie de insultos a nadie en particular. Estaba a punto de levantarse, más no podía dejar de contemplar a la recién llegada. > opinó al ver la apariencia física de la mujer, quien rápidamente comenzó a hablar en un dialecto desconocido para el Weasley, y a juzgar por el rostro de los demás, para ellos también > tal mal humor y prejuicio era raro de Nathan, quien se tragó sus palabras al ver el desconcierto en el rostro de... ¿Mackenzie había dicho? O era esa una palabra en aquel idioma que tan mal sonaba. - Oiga! - dijo, más fuerte de lo que debería más la caída había afectado su audición, estaba gritando - ¿Qué no habla inglés? - agregó sobremodulando las palabras - Est-ce que vous parlez le français? - agregó desconcertado, al ver que no había reacción alguna de parte de ella. Estaba a punto de preguntarle si hablaba italiano cuando se dió cuenta de algo - ¡EY! ¿Qué no es nuestra viceministra? - sus palabras fueron finalmente dirigidas al resto de la clase. Se levantó y acomodó la silla a su posición original, tratando de pasar por alto el hecho de que se había ridiculizado frente a todos.

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