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Nate Weasley

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Todo lo publicado por Nate Weasley

  1. Todo pasó demasiado rápido, incluso para él que solía jactarse de tener buenos reflejos y una buena reactividad ante aquel tipo de situaciones. Pero un segundo estaba haciendo preguntas en un salón de clases y luego se encontró a sí mismo en una caverna cúbica, con el Director dándonos instrucciones a todos y sólo quince minutos para demostrar que teníamos la valía necesaria para hacernos con el aprobado y ser certificados por los Guerreros Uzza. Nathan arqueó las cejas y se mordió el labio inferior mientras vio como el Director se arrebató la bandera y se marchó corriendo. Hubiese preferido ser él el primero en reaccionar, pero rápidamente Niko y Elizabeth le ganaron la mano y uno al otro fueron quitándose la bandera. Nathan corrió detrás de Elizabeth con la varita en la mano, decidido a hacerse con la bandera y a dar batalla por la posesión de la misma. En su camino se encontró con unas flechas de fuego impactadas contra la puerta, y llegó a una segunda recámara homóloga a la primera, donde le aguardaba un enorme felino, justo cuando escuchó a Elizabeth pronunciar un encantamiento. Se las vio con el gato, más rápidamente le vino una idea que lo sacaría rápidamente de apuros. Orbis Bestiarum pensó, y notó como un aura dorada envolvía ahora al animal, al cual le ordenó dirigirse hacia Elizabeth para atacarla e impedirle que se hiciese con la bandera. Nathan pudo deducir cual era la razón por la cual Elizabeth se había conjurado un casco burbuja, por lo cual la imitó tras pronunciar un claro - ¡Casco Burbuja! - y tras gozar de la protección de aquella barrera mágica, se adentró en la tercera habitación. Elevó su varita mientras corría y con un simple - ¡Accio Bandera! - notó como la varita se escapaba de las manos de Niko para llegar a las suyas. Siguió corriendo, atravesando la puerta a su derecha y entrando en una habitación donde todas las puertas llevaban el número 4. Se apresuró para voltearse y enfrentar a su oponente, para finalmente y en cuanto este llegó, conjurar: - ¡Flechas de Fuego! - una serie de filamentos en llamas partieron de su varita con una leve vibración, dispuestos a atacar a su oponente. Mientras tanto, asió fuertemente la bandera con la esperanza de que eso impidiese que se la quiten.
  2. Nate Weasley

    Herbología XII

    http://i.imgur.com/TNtqa4p.png Leah A. Ivashkov Niko Uzumaki Había disfrutado tanto su última clase que encaró la nueva con aún más entusiasmo de lo normal; ser docente era una de las experiencias más gratificantes de su vida, pero no había sido hasta el pasado mes que había vuelto a encontrarle la magia y ahora se notó a sí mismo con las energías renovadas. Afortunadamente para él, no tuvo que malgastar demasiado tiempo ideando una clase entretenida, dado que una nueva misión le había sido encomendada recientemente y una vez más había decidido tornarla en una experiencia educativa para sus alumnos. Las lechuzas anunciando el horario y lugar de la clase habían partido días atrás, citando con suficiente antelación a sus alumnos a las siete y treinta de la mañana del primero de agosto, en el salón de la cátedra de herbología. El Weasley había asumido que ambos alumnos asistirían al no recibir una respuesta que indicase lo contrario, por lo cual ya tenía todo preparado para que él y sus dos pupilos partiesen de aventuras una vez que hubiera hecho una propia introducción a la misma. También había aprovechado para pedirles que trajeran guantes y orejeras protectoras en sus mochilas, a pesar de que fuese por simple precaución. La primera mañana de Agosto llegó rápidamente, pero no encontró al joven docente desprevenido quien, por el contrario, ya se encontraba en su salón treinta minutos antes de que sus alumnos llegasen. Sobre su escritorio descansaba su mochila llena de elementos útiles para la excursión que iban a emprender, junto con tres piedras preciosas que emitían una luminiscencia azulada y que tenían magma derretida dentro de ellas, la cual chocaba constantemente contra el cristal que la encapsulaba, dándole a la piedra un patrón externo móvil. - Bienvenidos a ambos - les dijo a sus alumnos una vez se hubieron sentado - Hoy les tengo preparada una clase bastante especial. Como les comenté en la lechuza, nos iremos en una misión de reconocimiento y con un poco de suerte ganarán un poco de experiencia práctica. No es necesario que se introduzcan ni que me cuenten porqué tomaron la clase, ya los conozco bastante bien a ambos y sus motivos tendrán que bastarles a ustedes, pero sí quiero que me respondan una simple pregunta. Dicho esto, agitó su varita y en el pizarrón detrás de el apareció escrito con caligrafía cursiva: ¿Qué apareció primero, la magia o la herbología? >> Era una pregunta que siempre le hacía a sus alumnos, pero que nunca se cansaba de hacerla porque las respuestas que le daban eran tan variadas que terminaba siendo enriquecedor hacerlo. No cumplía un propósito específico alguno, ni siquiera didáctico, pero era una pequeña tradición del Weasley, quien amaba ese tipo de preguntas.
  3. El estado de paz mental en el cual se encontraba sumido era tal que por poco se pierde demasiado en los jardines de la Mansión Weasley, era un lugar tan embriagador que hasta dentro de la realidad confinada de su mente sabía atraparlo hasta robar gran parte de las extensiones de su consciencia. Por unos segundos, contempló dentro de su mente la sombra que se proyectaba sobre el césped cuando los rayos solares incidían sobre los altos árboles de los cuales pendía su hamaca favorita, más de pronto su concentración se encontró opaca al escuchar la voz de la Arcana, respondiendo a sus preguntas. Con que Oclumancia... >> pensó, y era tal el estado de inseguridad en el que vivía últimamente que no dudó en considerarlo como otro posible método de protección. Durante las semanas que siguieron a su revelación como miembro de la Orden del Fénix en el Atrio del Ministerio de Magia e incluso hasta ese día, lo único que lo atormentaba era la idea de mantenerse a salvo y fuera del fuerte criticismo que la sociedad le impartía erróneamente, pero sobre todo de aquellos magos oscuros que buscasen matarlo, secuestrarlo o manipularlo de alguna manera. La Oclumancia le ayudaría contra ello, pero decidió dejar ese pensamiento para más tarde. Retomó plena concentración en cuanto se dispuso a seguir las instrucciones de la docente, siendo él quien tomó la iniciativa de acercarse a Anne y sentarse frente a ella, dispuesto a continuar con la clase y ansioso por tener su primera experiencia con la Legilimancia, que por meses había sido una ciencia mágica de gran interés para él. Fue así que, una vez sentado, volvió a concentrarse en los jardines de la Mansión Weasley y se regodeó en cuestión de segundos de la paz y tranquilidad mental que aquel lugar le proveía... era simplemente una sensación de plenitud. Por un momento, le surgió la duda de como haría precisamente para entrar en la mente de su compañera, y qué haría una vez allí dentro... ¿cómo sería explorar los recuerdos de alguien? La respuesta le llegó algo más rápido de lo que se hubiese esperado, y fue algo sin embargo algo tan instintivo que le resultó completamente natural hacerlo, tanto que se sorprendió de no haberse dado cuenta antes. Tan solo se concentró en Anne y focalizó su imagen física, impregnando los jardines de la Mansión Weasley de la esencia de la desconocida hasta que fue capaz de reconstruirla y de hacerla parte de la imagen. De a poco, la imagen de los jardines fue desapareciendo para ser reemplazadas por otras, algo más borrosas y menos nítidas, que definitivamente no eran imágenes suyas. Eran imágenes de paredes rasgadas y de un lugar descuidado, de varios nenes riéndose de una persona a la que él encarnaba, de un sacerdote con un colgante de una cruz católica pendiéndole del cuello. Por unos segundos fue como si la conexión se debilitase, porque los recuerdos desaparecieron y Nathan volvió a encontrarse a sí mismo dentro del jardín, más hizo su mayor esfuerzo para volver a la mente de la muchacha y pudo ver algo más: una vieja mujer con la frente arrugada, ojos saltones y una expresión de soberbia que hasta a él le causó amargura. De alguna manera, y sin poder explicar como, a su propia mente le vino un nombre que nunca había escuchado en su vida y que claramente debía pertenecer a la mente de Anne: señora Doherty.
  4. El fuego continuaba crepitando, y el silencio era tan absoluto que hasta hubiera podido jurar que se encontraba durmiendo y soñando. Pero no, no lo estaba, era plenamente consciente de sus alrededores y pudo distinguir el ruido de la puerta abrirse y los pasos de la gente acercarse. No se molestó en darse vuelta, sino que simplemente permaneció con los ojos cerrados y aguardó a que su tía comenzase la clase. Después de todo, para eso había venido. No obstante, su estado de relajación fue interrumpido por una voz muy conocida, que no demoró demasiado en dirigirse hacia él mismo. Súbitamente abrió los ojos y volteó el rostro para comprobar que se trataba de Elizabeth, su hermana adoptiva por parte de la Familia Gryffindor, un vínculo que se había roto desde el momento en que su madre adoptiva había desaparecido por meses para tan solo regresar hacía tan solo unos días... Aún debía figurar que hacer al respecto. - Lo que tengas que decirle a ella me lo puedes decir a mi también, Elizabeth. Pero si no me traicionan la memoria, la única criminal aquí eres tú. ¿O tengo que recordarte de las aventuras en las cuales tuviste que enfrentarme? - le contestó a la mujer, poniéndose de pie justo cuando alguien más entraba en el salón - Ahora... ¿vas a dejar de hacer acusaciones sin fundamentos o prueba alguna o vas a permitirnos comenzar con la clase? Le dedicó una última mirada sumida en el más profundo desprecio por su conducta irreverente, y desvió la vista hasta Lisa, quien también supo contestarle a la recién llegada. Nathan saludó con un asentimiento a Niko, que había entrado al salón minutos atrás, para luego tomar asiento nuevamente y escuchar las explicaciones, bastante parecidas pero no por eso menos interesantes a las que había recibido en su previa experiencia con este mismo Libro. - ¿Permite congelar personas? ¿Aquella arena? - dijo, apuntando al frasco que contenía la plateada arenilla.
  5. Creo que ya tengo para un conocimiento más *-* Así que bueno, vengo a dejar esto por aquí: Nick: Nathan A. Weasley ID: 106737 Conocimiento: Meteorología Nivel de Magia: Nivel XXIII Link a la Bóveda: Bóveda Link a la Ficha: Ficha Saludos o/
  6. Su alumna encontró la cicatriz con bastante rapidez, incluso mayor de la que había pensado, por lo cual en cuanto la mujer le señaló el punto donde el árbol había sido encantado con magia negra, no dudo en alzar su varita y comenzar poco a poco a acercarse hasta la planta, repartiendo uno o dos diffindos en el proceso que desmembraron a la planta, cuyos tentáculos ahora inertes cayeron al suelo y comenzaron a retorcerse lentamente. - Lamentablemente no, Bel. Sabes tan bien como yo que las repercusiones de la magia negra son generalmente irreversibles. Eso aplica para las plantas también. Es una verdadera lástima. Cúbrete el rostro, por favor. - le dijo a su alumna, y en cuanto estuvo a dos metros del núcleo de la planta, apuntó a la cicatriz y bramó - ¡Incendio! ¡Reducto! - ambos hechizos salieron de su varita el uno seguido del otro, con tanta rapidez que fácilmente pudieran haber sido confundidos por uno. Se cubrió el rostro y agachó levemente, dado que en ese momento el núcleo de la planta explotó en unos cuantos pedazos que sobrevolaron por encima de sus cabezas y por todas partes. Un olor fétido se asentó en el lugar cuando el veneno de la planta ardió, y tras comprobar que su alumna estaba bien, se llevó su dedo a sus labios y luego se tapó la nariz para indicarle a su alumna que contuviese la respiración. La tomó de la mano y rápidamente la escurrió por detrás de la planta mientras seguían bordeando la mansión, hasta que finalmente volvieron a la puerta principal, donde el ministro esperaba. - Regla número uno para cuando trates con plantas venenosas: el fuego hace que su veneno cambie de fase líquida a gaseosa, por tanto no puedes respirar hasta estar bien lejos del lugar o el veneno aún así ingresará a tu cuerpo. - le comentó, mientras se sacudía la ropa y se acercaban poco a poco al ministro, quien estaba a apenas unos metros - Has estado fantástica, Bel. Puedes llevarte esa piedra a casa, y espero hayas disfrutado de la clase y hayas aprendido algo.. Si algún día tienes una duda, no dudes en consultar. Finalmente llegaron con el Ministro, quien los miró inquisitivamente buscando un parte de la situación. - Me complace decirle, señor Ministro, que la señorita y yo hemos acabado con las plagas que apestaban a su jardín. No obstante, debo pedirle que por favor llame a su Departamento de Plagas para que le reoxigenen en toda la zona detrás de su mansión, dado que hay veneno gaseoso rondando el lugar. Debo advertirle, Ministro, por ninguna circunstancia se acerque a ese lugar. - dijo el Weasley, para luego pasar a comentarle sobre su teoría del atentado. Minutos después el Ministro los dejó ir y ambos magos se desaparecieron con un rápido movimiento, volviendo a aparecerse en el Aula de Herbología de la Universidad. @
  7. La noche se había deslizado muy lentamente para el gusto del joven mago, quien disfrutaba mucho del dormir y las horas de descanso por más de que últimamente sus patrones de sueño eran sumamente irregulares. Sin embargo, los nervios no le habían permitido consumar aquel estado de tranquilidad necesario para poder dormirse, por lo que simplemente pasó la mayor parte de la velada en su cama dando vueltas y mirando el techo, cada tanto cerrando los ojos para, aunque sea, descansar su mente. En pocas horas emprendería una vez más una gran aventura, y para ello necesitaba invocar cuanta concentración fuese posible. Trató de que los recuerdos de su primer intento con el Libro del Equilibrio no lo atormentasen demasiado y prefirió enfocarse en el presente. La carta que lo citaba a la clase había llegado hacía unas pocas horas, tras lo cual había preparado todo lo que necesitaría. Por eso, cuando llegó la hora de prepararse, no le tomó más que unos cuantos minutos y finalmente salió de la Mansión Weasley en dirección a los terrenos de la Universidad, más precisamente al Ateneo donde eran impartidas algunas de las clases de los libros, donde apareció. Afortunadamente, no era muy difícil ubicarse dentro de los pasillos de la Universidad, dado que todos estaban numerados y, dentro de cada pasillo, todas las puertas tenían un letrero que indicaban el número y letra del aula. Por tanto, llegó a la sala 123 B unos minutos antes de las diez de la mañana, para encontrarse con que uno de sus compañeros ya había llegado y su profesora no era nadie más y nadie menos que su tía, Lisa, a quien había visto por última vez unas semanas atrás. La saludó con un asentimiento y una sonrisa, siendo que ni su tía ni él eran personas de muchas palabras, para finalmente tomar asiento en uno de los pupitres, colgar su mochila con el libro y sus amuletos en el respaldo de la silla y contemplar el fuego que crepitaba en la chimenea mientras esperaba la llegada de sus pacientes. La figura era tan cautivadora que rápidamente perdió su vista entre las llamas, y el ruido de la madera rompiéndose ante la fuerza del fuego lo embriagó de forma tal que le fue irresistible cerrar los ojos por unos segundos. No llegó a dormirse, pero al menos pudo descansar un rato la vista.
  8. La respuesta de la Arcana lo tomó tan por sorpresa que sintió como sus rodillas se aflojaban un poco y tuvo que hacer un gran esfuerzo para contraponerse a aquellas fuerzas que tendían a tirarlo hacia el suelo. No había dudado por un segundo que la mujer sería capaz de conocer su historia y sus motivaciones, pero ciertamente no esperaba que le fuera tan fácil leer su mente. Su enfermedad, si bien sabía manifestarse de manera muy frecuente, era algo que mantenía como un secreto. Ni hablar de la cicatriz que descansaría eternamente en su pecho, la cual sólo Arya, su madre y ahora Rosália habían visto. Nathan arqueó una ceja estupefacto, más tuvo el tiempo de recobrar un poco la compostura mientras la mujer se daba media vuelta y se tendía al cuidado de una de las plantas ubicadas cerca de ella. Se quedó anonadado cuando con tan solo el tacto de la arcana bastó para que esta floreciera aún más esplendorosamente de lo que ya había hecho, y Nathan anheló por unos segundos que fuese capaz de hacer lo mismo con él: ojalá alguien pudiese curar sus demonios con tan solo tocarlo. Se sintió un poco vulnerable, dado que sentía que cualquier línea de pensamiento que tuviese para responder las preguntas que le hacía caería bajo el serio escrutinio de las habilidades de la mujer. No obstante, trató de atender a la primera pregunta y enseguida notó que se encontraba en una situación de desventaja respecto de la habilidad que había aprendido previamente: antes de tomar la clase de Animagia, ya había utilizado su forma animaga un millar de veces, en cambio la Legilimancia era para él una experiencia totalmente nueva. - Debo confesar que no, nunca la he usado. - confesó Nathan, mirando a la mujer - Y hasta donde yo sé, nadie la ha usado contra mí más que usted, aunque debo suponer que es probable que alguien más lo haya hecho sin que me haya dado cuenta... ¿es eso posible? - se tomó unos segundos más para pensar la última pregunta que la mujer le había hecho, aunque esta era para él la más fácil de responder - Me interesa la Legilimancia porque quiero entender a las personas pero más que nada quiero saber qué los lleva a hacer las cosas que hacen. - trató inútilmente que su voz no se quebrase al decir esto último, la imagen de su madre ahora desaparecida fresca en su mente. Obedeció las sugerencias de la Arcana y meditó por unos segundos donde tomar asiento, decidiéndose finalmente por el balcón que supervisaba las grandes masas de agua que rodeaban la vivienda. Se sentó con las piernas cruzadas, enderezó la espalda y tras cerrar sus ojos, comenzó a concentrarse en la tarea que se le había encomendado mientras trataba de visualizar su lugar preferido en el mundo, el cual había venido a su mente apenas Rosália le había pedido que pensara en él. Se concentró exacerbadamente en su patrón respiratorio, algo que siempre había ayudado a calmarlo cuando los ataques de su enfermedad lo acechaban mientras... > se ordenó. Comenzó a inspirar y espirar cada vez más lenta y profundamente, tratando de sentir como los músculos de su parrilla costal y abdomen se contraían y relajaban en respuesta a la masa de aire que entraba y salía de sus pulmones. Dejó que sus sentidos se deleitaran por lo que el ambiente en el que estaba sumido le ofrecía: el ruido del agua de la fuente, la fresca y suave brisa golpear contra su rostro, el olor de la naturaleza, el aire puro: todo ello se acompasaba armónicamente con su respiración mientras Nathan se relajaba. Finalmente, cuando su respiración se volvió algo tan natural que pasó nuevamente a ser un reflejo, se permitió pensar en su lugar favorito. Hizo su mayor esfuerzo para esquivar todo otro pensamiento que se acercase a su mente, asegurándose que se ocuparía de él una vez terminada la clase: ahora no era importante. Poco a poco la imagen se fue formando en su mente sin demasiada reticencia, y es que era un lugar que visitaba tan frecuentemente que se permitió reconstruir cada detalle en su mente. El césped recién podado, el viento primaveral soplando incesantemente y originando que las ramas de los árboles se moviesen suavemente, el ruido de los pájaros cantando; todo ello le resultaba tan exquisito que, sumada su tranquila respiración, se sentía como si estaba flotando en una inmensidad de la nada misma. El jardín de la mansión Weasley, más precisamente aquella hamaca ubicada entre los dos manzanos, a la sombra de los mismos... ese era su lugar preferido en el mundo. Era el lugar donde había besado a Arya por primera vez y era el lugar donde su madre y él siempre charlaban... claro, antes de que lo abandonase.
  9. Los reflejos de su alumna lo tomaron completamente por sorpresa, pero sí que se los agradeció cuando notó que fueron ellos los que les salvaron la vida. Únicamente sintió a Bel darle un empujón, su cuerpo impactar secamente contra el suelo y ver, por el rabillo del ojo, un enorme tentáculo deslizarse por encima de sus cabezas, buscando alcanzarlos. Nathan suspiró del alivio y permaneció unos segundos inmóvil en el suelo, examinando la planta. - Gracias por ello, Bel. Me has salvado. - dijo unos segundos después, para luego alejarse unos cuantos metros a rastras del suelo, fuera del alcance de la planta - Precisamente, el no atacar a humanos es sumamente relativo... es por eso que hay grandes debates ahora mismo entre los más grandes herbólogos, pero déjame que luego te cuente sobre ello. Ahora tenemos que encargarnos de esta planta... o lo que sea, por que estoy de acuerdo contigo en que no es normal. En efecto la planta tenía la apariencia física de una tentácula venenosa, pero su descomunal tamaño y sus múltiples brazos con dientes afilados y una tonalidad violácea le indicaron algo que le erizó los vellos de la nuca. Pasó unos segundos en silencio, deliberando dentro de su mente y buscando otra explicación a la idea que se estaba formando dentro de su mente, pero su hipótesis parecía ser verdaderamente certera. - Esto fue intencional. - soltó, y luego notó que su alumna lo miraba inquisitivamente - Estas plagas no llegaron aquí por mera naturaleza, fueron asentadas aquí... alguien quiere dañar al primer ministro, y esa es la razón por la cual apenas salgamos de aquí, iremos a decírselo. Debía sonar como un loco, así que procedió a explicárselo. - Verás, una planta de este tamaño ciertamente puede deberse a una variación natural normal, pero sus tentáculos de color violeta y esos dientes afilados te indican claramente que hay magia negra de por medio. Eso es malo, porque como nos inyecte ese veneno estaremos en grandes problemas, pero a la vez es bueno porque significa que podemos librarnos de esta planta fácilmente. - Las plantas son bastante parecidas a los seres humanos, y cuando son embestidas por un hechizo como este, generalmente dejan una cicatriz en su corteza. Eso quiere decir que si encontramos esta cicatriz, encontraremos su punto débil, y un simple encantamiento será capaz de ayudarnos a que la planta muera definitivamente... Así que... manos a la obra, ¿ves algo en su corteza que pueda parecerse a una cicatriz? @
  10. Nate Weasley

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    @ Dire, disculpa que te moleste por estos lares pero es que estoy buscando la clase de Julio del Libro del Equilibrio y pues no la encuentro x.x No sé si es que no habrá en este mes y pasa directamente a Agosto o si es que estoy ciego pero solo está abierta la #4 que si no me equivoco fue la del mes pasado. Jelp, ya me siento bobo x.x. *se sienta a esperar esperando que no haya preguntado una burrada*
  11. El Weasley se quedó unos momentos en silencio, de brazos cruzados, con su varita asida fuertemente a través de sus guantes de piel de dragón, listo para intervenir de ser necesario. Sin embargo, tras unos segundos, rápidamente comprobó que eso no sería así al ver a su alumna manejarse alrededor de aquella plaga con suma destreza y puntería. De alguna manera y a pesar de los sendos encantamientos que envió contra aquella enredadera de bubotubérculo, su puntería fue perfecta y ninguno de los gnomos resultó lastimado. Ni siquiera fue necesario hacerse cargo de aquellas criaturas dado que salieron corriendo del lugar en cuento estuvieron libres... eso sería problema de Sherlyn. Ups. Nathan asintió ante la pregunta de su alumna y apuntó con su varita a la planta. Su alumna contó hasta tres, momento en el cual ambos realizaron el mismo encantamiento que prendió fuego las raíces y núcleos de aquellas plantas, acabando definitivamente con la plaga. El fuego se extinguió unos segundos después, habiendo cumplido su cometido, y una vez su alumna hubo recolectado un par de raíces para su stock de ingredientes de pociones, el Weasley le hizo una seña para que la siguiese. Si el Ministro Mágico Irlandés estaba en lo cierto, tenían un espécimen de lo más particular por conocer. - A continuación veremos una planta que probablemente no hayas visto en ningún libro y ciertamente no en Hogwarts. En su momento, el profesor Neville Longbottom me confesó que tenían una de estas guardadas en el Invernadero Ocho, pero ningún alumno ha visitado ese invernadero jamás... simplemente funciona como reserva. - le dijo el Weasley mientras atravesaban los terrenos externos de la mansión, bordeándola. - Probablemente y como miembro del Departamento de Criaturas... ¿de qué es que trabajas allí?... en fin, como miembro del Departamento conocerás que las Criaturas Mágicas están clasificadas acorde a su peligrosidad en una escala de una equis a cinco equis ¿no?. Nathan hizo una pequeña pausa mientras, tras girar alrededor de un enorme sauce, quedaron viendo el paisaje de una colina frente a un enorme lago cuyas aguas negras reflejaban espectacularmente el cielo despejado. - En fin, en Herbología eso nunca se ha hecho, principalmente porque nunca se ha constituido un criterio que las clasifique y también porque la mayor parte de las plantas carece de la posibilidad de moverse y mucho menos de atacar a un ser humano, así que simplemente se han distinguido las plantas peligrosas de las no peligrosas. No obstante, Bel, si por mi fuese... esta planta se llevaría todas las X. Fue lo último que le dijo antes de levantar su varita y apuntar a la planta que de repente había aparecido en frente.
  12. La mujer pareció estupefacta ante la presencia del Weasley, dado que a pesar de que transcurrieron algunos segundos, ella no le contestó. Nathan, mientras tanto, se dedicó a pasear la vista y contemplar la magnificencia del hogar de la Arcana, que estaba decorado de forma tal que parecía fundirse con la naturaleza en una única pieza. Sólo en ese momento fue consciente de lo limpio que se sentía el aire a través de sus pulmones y del cantar de varias aves que llegaba desde alguna parte del bosque aledaño a la casa. Aquella mujer era verdaderamente amante de la naturaleza. De repente, y arrebatando toda su concentración, el ruido de un chasquido a unos metros de él le arrebató la concentración. Antes de que pudiera hacer o decir algo, escuchó una voz femenina y acto seguido un centenar de hojas se materializaron de la nada y detrás de ellas, dispuestas temporalmente a modo de cortina, apareció una mujer quien Nathan no tuvo más remedio que asumir era la Arcana. El fenixiano trató de ocultar su sorpresa dado el contraste de aquella mujer con quien había sido su última arcana, Suluk Akku, cuya apariencia frágil resaltaba desde lejos, pero estaba seguro de que su semblante había delatado su sorpresa. Rosália tenía la pinta de una mujer mucho más joven: con una contextura esbelta, un cabello y unos rasgos faciales que condecían con tal afirmación. El Weasley no pudo más que contemplar sus orbes ámbares antes de ponerse a pensar en lo que la mujer les había dicho previa semejante aparición. - ¿Quiénes son? ¿Qué hacen aquí? ¿Qué quieren? Nathan estaba a punto de contestar por mero reflejo, explicando a la mujer su propia presencia en aquellos lares y dando pie a la mujer que lo acompañaba para que hiciese lo mismo, hasta que se le ocurrió una idea en el fondo de su mente. - Si usted es quien yo creo, será capaz de obtener esos datos sin que yo me de cuenta. Está todo aquí. - dijo el Weasley, tocándose con su dedo índice su cabeza a la altura de la frente, apuntando a su cerebro.
  13. Algo en el tono de voz de Bel lo hacía sentir más a gusto que con el común de sus alumnos, quizá fuese su enorme entusiasmo por aprender y ser útil a la causa o quizá era simplemente aquel carácter tan efusivo que parecía caracterizarla. De a poco, algunos recuerdos de los momentos que compartieron como jefe de casa y alumna comenzaron a aflorar en su mente, le sorprendió cuan distinta estaba su alumna desde entonces: más madura y más centrada sobre sus aspiraciones. Recordó incluso el momento en que la vio volverse miembro de la Orden del Fénix... - Sabes... hay un par de libros muy buenos sobre esa teoría de magia experimental en herbología, si estás interesada puedo prestártelos una vez que volvamos a la Universidad. - le dijo a su alumna mientras seguían al ministro, acercándose cada vez más a la mansión. Nathan aprovechó para colocarse sus guantes de piel de dragón y sacar su varita mágica, ambos constituirían elementos básicos para poder cumplir con la tarea que tenían a cargo, razón por la cual le instruyó a su alumna que lo imitase mientras escuchaba su inquisición. Aquello le recordó sobre su compañera, Sherlyn, a quien había invitado para que lo asistiese en la misión pero que parecía no haber llegado aún. - ¿Con que el Departamento de Criaturas, eh? Solía trabajar allí hace mucho tiempo, buenas épocas. - contestó Nathan a su alumna, justo en el momento que llegaban al jardín de la mansión - Te digo qué, soy fanático de las criaturas, así que si la ocasión se presenta y sabes como actuar, pues adelante. Quizá yo también tenga algo que aprender hoy. Tras un rápido intercambio de palabras donde el ministro les explicó a ambos magos donde estaban localizados las principales plagas, el hombre se marchó diligentemente hacia dentro de la mansión, dejando a ambos listos para cumplir con su tarea. Nathan emprendió la marcha rodeando la mansión hasta que finalmente llegó al primer punto que el ministro había señalado, donde el problema era tan evidente y a la vez tan complicado que le tomó unos segundos hablar. Una parte de la pared de la mansión y el piso ubicado adyacente a esta estaba cubierta por una gran cantidad de raíces de bubotubérculo: se trataba de ramas verduzcas, sumamente gruesas y de aparente consistencia firme, las cuales se retorcían por encima de las raíces de otros bubotubérculos y por encima de lo que parecían ser gnomos, estrangulándolos pero ejerciendo el grado suficiente de fuerza para que respirasen y no muriesen. Por encima de estas raíces estaban los verdaderos bubotubérculos, que eran grandes plantas con forma de babosa que se retorcían violentamente y expedían un pus amarillento que volcaban sobre los gnomos. - Bueno... manos a la obra, salvemos a los gnomos de esta tortura. Dejaré que tomes las riendas sobre el asunto, puedes cortar las raíces con algún encantamiento seccionador, mi recomendación es Diffindo, y luego, una vez que hayamos rescatado los gnomos, ambos conjuraremos un Incendio para terminar efectivamente con la planta. Recuerdo que dijiste que te interesaban las pociones, así que puedes llevarte algunas raíces para ti si quieres.
  14. Su experiencia con la clase de Animagia había sido en verdad positiva para el Weasley, y quizá fue ese el motivo y no su innata curiosidad lo que lo empujó a tomar una segunda clase de habilidades dentro de la universidad. Se admitió a sí mismo, no obstante, que lo había deliberado mucho y durante largas horas: no era ningún secreto que aquellas clases eran extremadamente demandantes y que debería invertir gran parte de su tiempo y energía en ellas, pero finalmente había ganado la partida la incesante e inamovible creencia de que el aprendizaje lo ayudaría en formas que ni el mismo conocía, más podría haberle dado la razón a Arya si ella hubiese insinuado que aquella habilidad le causaba especial curiosidad. - Esto simplemente nunca se vuelve viejo. - comentó el segundo después de haberse aparecido en los terrenos de la Universidad, en sus esplendorosos jardines que se desplegaban frente a sus sentidos para sosegar los nervios que sentía: tenía tantas expectativas e incertidumbres sobre aquella clase que simplemente no podía evitar que su cabeza disparase a mil por hora. Inconscientemente se llevo su mano izquierda hacia su anillo de la animagia, el cual frotó con ahínco en buscas de aligerar aquel nudo que le oprimía el pecho. Pasaron unos cuantos segundos hasta que finalmente caminó en dirección al jardín que, según había escuchado, era de propiedad exclusiva de la arcana. Nada más llegar a él se quedó anonadado por la gran variedad de especies herbológicas y florales que se expandían a su derredor y que, para un herbólogo con experiencia como el Weasley, constituía un paraíso de observación. Incluso tuvo que invocar casi toda su voluntad para no largarse corriendo en dirección a lo que parecía ser un invernadero: ¡a saber las especies que debía haber allí! Si todo marchaba bien, le pediría a la arcana que le diese un tour por el mismo. Finalmente llegó hasta la vivienda de la arcana, donde encontró una mujer quien inmediatamente descartó como la docente dada su joven edad: aquellas eran personas de gran experiencia y, por lo general, larga edad. Apenas llegó a escuchar sus palabras, pero al parecer se trataba de otra alumna que buscaba iniciarse en la habilidad, al igual qué el. Sus nervios cedieron un poco del terreno en aquella batalla contra su consciencia al pensar que al menos no haría la habilidad solo. - Hola - saludó el Weasley a la mujer - ¿Estás aquí por la clase de Legilimancia?
  15. Nate Weasley

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    Hola, ¿qué tal? pues no quiero ser chismoso ni nada pero es que vi que le convalidaron la inscripción a Amya y nada más quería recordarles que no se olviden de la mía, que quedó en la página anterior antes de todas estas consultas moderativas. También esta la de Edmund Browsler (un favorcito hacia Ed xD), así que bueno, espero disculpen mi intromisión y muchísimas gracias de antemano.
  16. El saludo de su alumna lo tomó por sorpresa: no hacía muchos años desde que había ocupado por algunos meses el cargo de Jefe de Casa de los Dragones de Lancashire en la ahora inexistente Academia de Magia y Hechicería, pero nadie se había referido a él como tal desde entonces. No obstante, sonrió y escuchó atentamente todas sus respuestas; trató de mantener una expresión neutra ante la contestación de Bel, más no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa en cuanto la escuchó hablar de su padre: se denotaba un amplio orgullo hacia él de parte de la joven. - No eres la primer alumna que viene aquí con una historia con las pociones, pero sí eres la primera que me da una respuesta como tal. Qué bueno me parece que sigas los pasos de tu padre, espero que conmigo aprendas mucho. - contestó el Weasley, mientras se colocaba una vez más delante del pupitre, cruzando los brazos. Las piedras expedían un resplandor cada vez más intenso, lo cual indicaba que el momento estaba acercándose. Tenía que apresurarse dado que eran casi las y media y aún restaba explicarle a su alumna lo que harían aquella tarde. - Ciertamente quería conocer tu opinión al respecto, Bel. Me resulta muy interesante esto que propones, y déjame decirte que es un tema aún en discusión entre aquellos que nos dedicamos al estudio de la herbología. Han habido múltiples posturas sobre el tema, pero hoy en día predominan dos: una sostiene que la magia existió antes que la herbología y que ésta no es más que un derivado de la primera, pero otros sostienen (yo entre ellos) que la herbología existió primero. Tomo aire y prosiguió. - Resulta lógico pensar que las plantas como tal existieron antes que los seres humanos, y es por eso que creo que cuando los seres humanos aparecieron y comenzaron a practicar la magia como la conocemos nosotros, de sus experimentos surgieron todas las especies herbológicas que hoy conocemos. La herbología, a mi parecer, es el resultado de la coalición entre naturaleza y magia, no es más que un híbrido entre la botánica y los encantamientos, que se tomaron la mano hace mucho tiempo. Se incorporó y tomó una de las piedras, la cual emitía una luz cada ves más fuerte. Miró su reloj, faltaban tres minutos para las y media. - Verás, Bel. Hoy tengo algo muy especial preparado para nosotros, he decidido darle un enfoque más bien práctico a esta clase, dado que creo será lo que más te beneficiará en tu aprendizaje. - dijo Nathan, tendiéndole la piedra a Bel - Hace varios días el primer ministro mágico Irlandés me envió una lechuza solicitando de mis servicios, parece que una gran cantidad de plagas tanto herbológicas como de criaturas han infestado su mansión nueva, y necesita de mi y una compañera para que erradiquemos dichas plagas. Si aceptas acompañarme, la piedra te servirá de traslador, y se activará en unos segundos. Nathan tomó otra de las piedras, dejando la tercera sobre la mesa. Aquella correspondía para un alumno que se había bajado de la clase a último momento, luego de que Nathan pidiese al primer ministro los trasladores para él y sus alumnos. Viendo su reloj por última vez, cerró los ojos y asió firmemente la piedra hasta que, segundos después, sintió una fuerte sacudida y luego aterrizó en tierra firme. Antes de que abriese los ojos, el olor a naturaleza e intemperie refrescó sus sentidos, energizándolo por completo. - Bienvenido, señor Weasley... y bienvenida, señorita... - dijo el primer ministro mágico Irlandés, quien había venido a recibirlos - Me alegra que hayan venido, déjenme escoltarlos hasta donde están las pestes. Nathan emprendió la marcha, invitando a su alumna a seguirlo. - ¿Trajiste los guantes de protección que te pedí? Saca tu varita... oh, y dime, ¿qué plantas mágicas conoces?
  17. Nate Weasley

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    Luego de haber tenido una fantástica experiencia con Animagia (aunque algo larga (??)), vengo a anotarme a la próxima habilidad: Nick: Nathan A. Weasley ID: 106737 Habilidad: Legilimancia Rango Social: Órden de la Cruz Dorada Nivel de Magia: XXI Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Agosto 2010 aproximadamente. Nº de conocimientos que se poseen: 9 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/84203-boveda-de-nathan-a-weasley/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/84160-ficha-de-nathan-weasley/ Saludos o/
  18. Finalmente, y como un baño de agua fría, la voz de la arcana resonó en su mente luego de un largo rato de silencio. El escuchar sus palabras lo hizo suspirar de forma tal que sintió como un gran peso se escapaba de encima de sus hombros, lo cual le permitió respirar mejor. Cerró sus ojos, meditando por unos segundos la idea de que había finalmente superado la prueba y que ahora no sólo se iría a su casa a través del portal con un certificado que acreditaba sus competencias como animago, sino que también se llevaba un sentimiento de cierre que no podía llegar a dimensionar. A pesar de que sus párpados estaban cerrados, pudo percibir a través de ellos un intenso resplandor que lo obligó a abrir sus ojos. Efectivamente, y tal y como la animaga había dicho, el portal se había abierto como una gran zanja de luz en medio del aire. Nathan no aguantó ni un segundo más y, sin mirar atrás (como hubiera hecho antes de tomar aquella prueba), avanzó a través del portal y volvió a encontrarse en la sala de las siete puertas; estaba nuevamente en los terrenos de la universidad, junto a la arcana... quizá eso significase que estaba libre. El aire estaba templado, como si hacía unos momentos había hecho mucho frío y la temperatura había ascendido por alguna razón. El Weasley sintió sus músculos tiritar por unos segundos para compensar el descenso de calor, más finalmente se sintió a gusto y miró a la arcana a los ojos, enseñándole la mano donde se encontraba el anillo que ella antes le había entregado, el cual emitió un resplandor muy similar al del portal para transformarse en un anillo más complejo. Su material era el mismo, pero ahora parecía portar una serie de contornos que asemejaban letras griegas y la forma un hocico. Quizá esa era la representación sobre su poder animago. - Gracias Sulukk, simplemente gracias.
  19. http://i.imgur.com/5svRymg.png Bel Evans McGonagall El silencio que se asentaba reinante en la habitación comenzaba a impacientarlo: hacían aproximadamente dos horas desde que había terminado con todos los preparativos para su nueva clase de herbología, y ahora lo único restante era esperar la llegada de su alumna quien estaba citada para llegar en veinte minutos. Esta vez había decidido sorprenderla con una tarea que se le había encomendado al joven Weasley, quien en cambio decidió tornarla en una experiencia educativa para que su nueva generación de alumnos tuviera una formación más bien práctica. Todavía no estaba seguro de como le explicaría a su alumna lo que harían aquella tarde, y a pesar de que había intentado monólogos uno tras otro, ninguno sonaba lo más remotamente interesante... lo único que esperaba era que ella no pensase que su clase era un fiasco. Si le tenía un poco de paciencia, probablemente la terminaría sorprendiendo, total que no era muy común que la familia del primer ministro mágico irlandés le encargase una tarea a un inglés, mucho menos desde los recientes acontecimientos que involucraban la salida de Reino Unido de la Unión Europea, de lo cual los irlandeses culpaban a los ingleses. Faltando cinco minutos para que llegase, se levantó del pequeño sofá que estaba escondido detrás de una pared y en el cual se había recostado para descansar por unos minutos, para comenzar a pasearse por el aula y asegurarse por enésima vez que todo estaba en su lugar: había un pupitre para su alumna tendido en la parte delantera del salón frente a su propio escritorio de roble en cuyo seno descansaban tres piedras de mármol rojizas que expedían una luminiscencia brillante. De seguro aquellos objetos la tomarían por sorpresa, o al menos eso esperaba. Se colocó delante de su pupitre, apoyándose contra él y cubriendo con su cuerpo la vista de las piedras. - Bienvenida, Bel, por favor toma asiento - dijo Nathan una vez que la mujer hubiese llegado. Se alegraba de verla, era una muy buena compañera del Weasley - Me alegra que hayas llegado a tiempo, y sobretodo que hayas decidido tomar esta clase, dado que tengo algo muy especial preparado para tí. - En ese momento se hizo a un lado y dejó a plena vista las tres piedras - Ya te explicaré que son estas preciosidades, e incluso si eres lo suficientemente ducha en las artes herbológicas, te dejaré llevarte una a casa. Primero quiero qué me cuentes que te motivó a tomar esta clase y que me respondas la siguiente pregunta. Agitó su varita en un suave movimiento que hizo que en el pizarrón se escribiese la pregunta en cuestión: "¿Qué existió primero, la magia o la herbología? ¿Por qué?"
  20. Su madre se tomó varios segundos para responder, durante los cuales ni siquiera osó a mirarlo a los ojos, sino que mantuvo la mirada fija sobre el fuego que ardía con un color rojizo en la chimenea. Era tanta la ansiedad que tenía por finalmente recibir la respuesta a su pregunta que aquellos segundos parecieron minutos, y para cuando su madre habló finalmente, Nathan sentía que su corazón estaba a punto de escapar de su caja torácica. - ¿En verdad quieres que te responda esa pregunta? ¿Qué ganarás con ello? - su madre lo miró a los ojos cuando respondió, más Nathan rápidamente corrió la vista para secarse las lágrimas con las mangas de su remera. - Sí, por favor. - contestó tras carraspear para aclararse la garganta, cerrando por un momento los ojos - Necesito... necesito darle un cierre a esto, necesito un poco de paz. No obstante, cuando abrió los ojos, la imagen una vez más había cambiado. Había estado tan cerca de conseguir la respuesta que sintió una corriente de ira tal que tuvo que hacer todas sus fuerzas para contenerse de no vociferar un grito de rabia en forma de queja. ¿Qué le pasaba a aquel portal? ¿No se suponía que debía enfrentar sus miedos? Miró en dirección al cielo, como si eso fuese a darle un trasluz de la respuesta que su madre estaba por darle, sólo para ver su propia imagen reflejada. Antes de que Nathan pudiese preguntar qué demonios estaba pasando, la voz de su madre resonó en el lugar a modo de respuesta, a pesar de que él no pudo identificar de dónde provenía. - Uno más... uno más Nathan. Y en ese momento, un grito desgarrador resonó tan fuerte que pensó que alguien le estaba gritando al oído. Una corriente de frío recorrió su columna vertebral hasta la base del cerebro cuando notó que aquel grito le resultaba sumamente conocido, y no hubo vello de su cuerpo que no se le erizara cuandooyó aquel llanto infantil que tantas veces había escuchado antes. Las dos personas más importantes de su vida, Arya y Ámbar... eran ellas, eran sus gritos; eran gritos de dolor, de sufrimiento, de tortura. Creyó, por un segundo, que estaba en una pesadilla. Nathan comenzó a dar vueltas sobre sí, buscando frenéticamente la procedencia de aquellos gritos, pero viéndose únicamente a sí mismo en aquellos espejos que conformaban las paredes de la habitación. Los gritos proseguían, se hacían mas fuertes, más difíciles de escuchar mientras las lágrimas comenzaban a resbalar por su rostro, más en ese momento recordó firmemente algo que la Arcana le había dicho en uno de sus primeros encuentros: su forma animaga y su forma humana eran muchas veces un complemento, por lo que quizá tendría que pensar como un coyote para vencer el obstáculo. Los coyotes eran animales muy peculiares, no sólo por sus hábitos alimenticios y de socialización, si no porque eran mayoritariamente muy cautos a la hora de actuar. Cuando cazaban, se acercaban sigilosamente a su presa hasta obtener una posición claramente ventajosa, y sólo atacaban cuando estaban seguros de que ganarían, a pesar de que ese no siempre fuera el caso. Cuando eran cazados, por su parte, se caracterizaban por mantener la calma, eran por demás templados y fríos bajo presión. Eso tenía que hacer. Esa era su respuesta. La calma. Trató de invocar cuanta concentración fuese posible en ese momento, a pesar de aquellos incesantes gritos que le daban ganas de salir corriendo, y cerró los ojos. Se sentó en el suelo cruzando sus rodillas y colocando ambas manos sobre sus muslos, asegurándose de que su espalda estaba recta y tratando de sincronizar su respiración a un ritmo tranquilo, prestando especial atención al movimiento de sus costillas, sus hombros y su abdomen al tiempo de sus inspiraciones y espiraciones; hizo su mejor esfuerzo por bloquear los gritos que resonaban sin cesar en su mente, mantenía los ojos cerrados a pesar de que estos luchaban por abrirse. Hasta que de un momento a otro... Silencio. Silencio. Más silencio. - Ya puedes abrir los ojos, Nathan. - dijo la voz de su madre luego de unos segundos. Nathan abrió los ojos, y una vez más se encontraban en el living de la Mansión Weasley. - ¿Aún quieres conocer la respuesta a esa pregunta? - inquirió la bruja, cuyos orbes negros lo miraban fijamente. Nathan, incapaz de hablar, aún atónito por lo que había pasado, asintió. - La verdad Nathan, es que me gusta pensar que no te abandoné. Verás, unas semanas antes de marcharme de la Mansión Weasley, tuve una discusión muy fuerte con Mynerva respecto de algunas ideas mías y sobre cosas que me estaban pasando en ese momento de mi vida. Mynerva no aceptó mis ideas, y temo decir que no tuve más opción que irme. Pensé en invitarte a venir conmigo, créeme que fue una de las primeras cosas que pasaron por mi mente, pero no estaba segura de si hacerlo sería lo mejor para tí. Entonces me fui, me marché por mi misma; no aguantaba ni un segundo más allí. - ¿Entonces no fue culpa mía que te hayas ido? - ¿Culpa tuya? ¡Claro que no! - contestó su madre, sorprendida ante la insinuación del muchacho - Nathan... hubo quizá más de cien razones por las cuales abandoné todo lo que conocíamos juntos: algunas muy buenas, otras quizá no tanto, pero tu nunca fuiste una de ellas. Ojalá pudiese volver atrás y cambiar las cosas, haría todo tan diferente, pero temo decir que es imposible. - su madre suspiró enérgicamente, poniéndose súbitamente de pié - Y ahora... ahora debo irme, Nathan, pero tengo que pedirte que seas fuerte para lo que resta.. si es que resta algo. - ¿Ya te vas, tan pronto? - preguntó Nathan, poniéndose también de pie. - Créeme, así es mejor. Su madre caminó frente a el y se dirigió hacia la puerta que daba al recibidor de la Mansión Weasley. Nathan la observó posar la mano en el picaporte, cuando de repente se le ocurrió algo. - Ma, ¿todo esto no es real, o sí? Me refiero a que... está pasando dentro del portal, ¿no? - Por supuesto que está pasando dentro del portal Nathan, pero ¿por qué debería eso significar que no es real?. Y con eso, desapareció tras la puerta, y Nathan, a pesar de todo, se sintió satisfecho por primera vez en un largo tiempo.
  21. A pesar de que enfocaba su mirada sobre lo que estaba por debajo de él, no lograba encontrar tierra firme, agua o superficie alguna sobre la cual pudiese caer una vez que su caída terminase. Parecía que estaba precipitándose en un abismo sin fin, en una vorágine de aire que lo sacudía violentamente pero que no producía ruido alguno. Si no fuese porque su cuerpo se precipitaba en favor de la gravedad, hubiese sospechado que se encontraba en el vacío físico mismo. Y entonces lo entendió. Tanto aquel precipicio, como la escena de la cabaña, eran distintos segmentos de una misma prueba que buscaba testearlo en las formas más irracionales de su inconsciencia; buscaba llevarlo hasta el punto de inflexión sobre sus más grandes temores: la escena de la cabaña había revivido su trauma del pasado, la caída significaba su miedo por el descontrol y la vulnerabilidad... Entendió que la prueba solo cambiaría si actuaba, para bien o para mal, debía actuar si quería que el escenario cambiase. Casi al mismo tiempo, tuvo otra realización, había fallado el primer segmento de la prueba al escapar de uno de sus más grandes miedos. En su mente se encendió una idea que lo tomó por sorpresa pero que no tardó en ejecutar. Rebuscó por debajo de sus ropas el amuleto que había obtenido en su primera clase de los Libros de Hechizos de la Universidad, el cual llevaba colgado al cuello desde entonces, y tras aferrarse al amuleto y sostenerlo firmemente en la mano, sintió como su cuerpo se quedó estático en el aire y comenzó a planear, retomando el control sobre la situación e impidiendo que los principios físicos gobernasen su caída. - Basta - se dijo a sí mismo, y cerró los ojos, conto hasta tres y en cuanto los abrió nuevamente, se sorprendió al encontrarse una vez más frente a la puerta de la cabaña y al escuchar el mismo grito que la primera vez. Era la misma mujer, la misma situación, el mismo obstáculo; la prueba no lo dejaría avanzar hasta que fuese capaz de vencer su miedo más fundacional. Tras dar un largo suspiro y contar hasta tres, giró el picaporte y abrió la puerta para adentrarse en la cabaña. Nuevamente se quedó paralizado por unos segundos y una vez más escuchó las palabras de su madre, instándolo a tomar acción, pero esta vez no dio ningún paso hacia atrás y en cambio avanzó rápidamente hacia el corpulento hombre, quien se acercaba hacia la mujer con tanta agresividad y determinación que no se dio cuenta de la presencia de Nathan. Nathan se colocó en medio del trayecto entre ambos y en vez de esperar a recibir el golpe por parte del hombre, se apresuró a encorvarse de manera tal que colocó ambos brazos en torno al torso del agresor y lo empujó varios metros hasta que finalmente ambos cayeron al suelo. Con suma rapidez, Nathan sacó su varita del bolsillo trasero de su pantalón y con un simple hechizo, el hombre perdió completamente la conciencia y quedó totalmente inmóvil. La escena cambió una vez más antes de que Nathan pudiese atender a la salud de la mujer, y en cuestión de segundos tomó la morfología del living de la Mansión Weasley, uno de los lugares a los cuales Nathan le tenía más cariño gracias a la cantidad de memorias que había vivido allí dentro. Se encontró a sí mismo sentado en un sillón frente a la chimenea junto a una mujer quien reconoció como su madre sentada en el sillón contiguo. - Lo has logrado. Sabía que podías. - le dijo ella, mirándolo fijamente a los ojos. - No creí que podía hacerlo, tuve mucho miedo la primera vez. - Valiente no es aquel que no tiene miedo, Nathan, sino aquel que actúa a pesar de sus miedos. Siempre recuérdalo. Nathan miró fijamente el fuego, que crepitaba dentro de la chimenea y expedía un calor embriagante y reconfortante. Se tomó unos segundos antes de decir las palabras que tanto se resistían a salir de sus labios... aquello requería otra clase de valentía. - Perdona madre, por nunca haber intercedido cuando él... cuando él te golpeaba. - Oh, Nathan. Eras demasiado pequeño como para poder haber hecho algo, y en cualquier caso no duró más que unos meses.... las cosas fueron distintas después de eso. Aún tenía una última pregunta para hacerle a su madre, pero el hacerlo requería arriesgarse a recibir una respuesta que no quería escuchar. Hacía ya varios meses desde que Felicity lo había abandonado a su suerte y nunca más había dado señales de vida, algunos rumoreaban que se había asociado a las filas oscuras, pero a pesar de todo Nathan tenía la pálida ilusión de que detrás de la partida de la mujer se encontrase una verdaderamente buena razón. Preguntarle el por qué de su partida requeriría vencer el miedo al abandono, a no ser querido... esos miedos calaban más hondo que los otros porque eran los que constituían las verdaderas bases de su personalidad. La respuesta de su madre podría ser una bola de demolición. - Madre... ¿por qué me abandonaste? ¿por qué te fuiste? - dijo, con voz rasposa, luego de unos segundos.
  22. Si bien había tenido todas las intenciones de cumplir la promesa que le había hecho a su elfo doméstico, las circunstancias habían dado un giro de trescientos sesenta grados en cuanto se enteró de las novedades respecto del stock de ciertos productos, las cuales resonaron en todo el Callejón Diagon hasta que finalmente llegaron a oídos del Weasley, quien salió pitando desde su propio local hasta la planta baja del Magic Mall, en donde se encontraban las Criaturas Mágicas en la trastienda. Una vez más, se salteó su usual paseo de reconocimiento entre las criaturas mágicas y se dirigió directamente hasta el mostrador principal. Sabía que aquellas eran criaturas sumamente preciadas y que no podía perder un segundo alguno, dado que cualquier comprador que se le adelantase podía significar que no podría adquirirla, así que rellenó el formulario con cuanta prudencia y diligencia pudo, rogando porque todo estuviese en orden mientras hacía cola detrás de una joven. Finalmente llegó su turno y el Weasley dio unos pasos hacia adelante, colocándose a la altura de la ventanilla donde el empleado del MM esperaba atenderlo. Nathan deslizó el formulario ya relleno por debajo de la ventanilla y esperó que esta fuera su oportunidad. - Buenos días, quisiera adquriri estos productos, por favor dígame que aún quedan ejemplares... los he estado esperando hace siglos. * * * ID: 106737 Nick: Nathan A. Weasley Nivel Mágico: XXI Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2016-06-24 Nombre del producto: Fénix Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Mágica Catalogación: XXXX Puntos por unidad: 80 P Precio: 4000 G Nombre del producto: Kelpie Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Mágica Catalogación: XXX Puntos por unidad: 80 P Precio: 4000 G Precio total: 8000 G Total de Puntos: 160 P En caso de comprar una criatura, colocar el Rango Social del Comprador: Orden de la Cruz Dorada
  23. La voz de la arcana resonó fuertemente en la mente del Weasley, quien por poco la pasa por alto debido al fuerte afluente de recuerdos que comenzaban a traspasar la barrera hasta su consciencia. Algunos de ellos ya los había visto, muchos de ellos lo atormentaban en aquellas noches donde se cuestionaba si su intervención hubiese hecho que las cosas fuesen distintas. Sin embargo sabía que en ese momento de su vista hubiese sido incapaz de hacer algo... era demasiado pequeño como para interceder, o para entender lo que sucedía a su alrededor. Eran recuerdos de una mujer llorando a escondidas en el baño, de un hombre cuya racionalidad y coordinación motora habían sido opacados bajo el efecto del alcohol, de mentiras y encubrimientos, de tristeza y angustia. Eran recuerdos de una parte de su historia que no le gustaba recordar sino, por el contrario, tratar de olvidar. Después de todo, el pasado era el pasado y ya nada podía hacer respecto de él más que desear que hubiese sido distinto, quizá así hubiese tenido un padre, quizá así le hubiese ahorrado el sufrimiento a su madre. - Sólo recuerda una cosa, no puedes transformarte dentro de la prueba. - le advirtió Sulukk, cuya voz entró y salió de su mente con suma rapidez. Nathan retomó la concentración en lo que le estaba pasando y tras emitir un último suspiro, giró el picaporte y abrió la puerta de la cabaña y lo que vio lo tomó completamente por sorpresa: si bien había esperado encontrarse con su madre y su padre en alguna situación de violencia familiar, lo sorprendió ver que si bien las circunstancias eran las que se había esperado, aquella mujer no era su madre y aquel hombre no era su padre... ¿quienes eran aquellas personas? - Hazlo - le dijo la voz de su madre desde un rincón de la habitación, y al girar su cabeza hasta ese punto se sorprendió de verla allí, vestida tal cual estaba la última vez que la había visto, antes de que lo abandonase. Dio unos pasos hacia atrás, repentinamente sorprendido por la aparición de su madre, y se trastabilló con sus propios tobillos hasta que finalmente cayó al suelo sobre sus antebrazos. El desconocido hombre se acercó torpemente hacia él, sus manos cerradas en puños y su coordinación motora a un nivel que indicaba que estaba claramente ebrio. - ¡Hazlo! ¡Vamos, reacciona de una vez! ¡Esta es tu oportunidad de enmendar tu error! - le decía la voz de su madre, instándolo a enfrentar el mayor remordimiento de su vida. Pero no pudo. En cambio, se puso de pie como pudo y comenzó a correr tan rápido como sus piernas lo permitían a través del bosque, lejos de la cabaña y el río. Excepto que ya no había bosque, y que ahora nadie lo perseguía. Excepto que, según podía ver, no había tierra firme debajo de sus pies. Una sensación de pánico comenzó a crecer en su pecho mientras se precipitaba hasta el fondo de un abismo que no parecía tener fin... ¿qué estaba pasando? ¿qué le iba a suceder?
  24. Buenas tardes/noches a quien corresponda, escribo esto porque al principio pensé que simplemente había sido error mío, pero ya me va pasando como cinco veces e incluso controlo antes de enviar los posteos y me sigue sucediendo, lo cual me trae algunos problemas con todo el tema de no poder editar sin que se invaliden los posteos. Sucede que cuando estoy rellenando un formulario para una inscripción o compra en el Magic Mall, por ejemplo, y apreto el botón enviar luego de haberlo hecho, aparecen formularios extra. Por ejemplo, en este post que salió formulario doble y uno no lo llené, y creánme que antes de enviar ese formulario extra no estaba ahí. Pero incluso es raro, porque recién en la segunda compra apreté el botón de previsualizar y se me apareció un formulario extra, pero este era de mi inscripción al libro del equilibrio en la universidad y eso fue como lo más raro (lo borré antes de enviarlo, obviamente) o.ó. Por si las dudas, tengo el explorador Chrome, y me sucede algo que quizá es por eso. Es como que mientras estoy haciendo el formulario, la página 'se resetea' y queda con el color de fondo del tema del foro, en mi caso el Deviant, es como que toda la página se queda de color azul oscuro y luego aparece devuelta lo más normal. No es un reseteo como si yo apretase f5, sino que me parece que es más bien algo más interno. Ojalá me puedan ayudar! Saludos y gracias de antemano.
  25. Iba a decir que no en el segundo en que la mujer le preguntó si deseaba a comprar algo más, después de todo había acudido a aquel lugar para comprar una única cosa de su interés, sin embargo la tentación fue más grande y recordó de la existencia de otras criaturas que siempre había querido añadir a su colección privada, pero que por uno u otro motivo nunca había podido hacerlo. Aprovechó que su elfo se había distraído en una de las vidrieras, y jurándose a sí mismo que esta sería la última compra y que ojos que no veían era un corazón que no sentía, tomó otro formulario y lo rellenó rápidamente para que aquellos detrás de sí no se quejasen de que se estaba tomando demasiado tiempo. - Ahora que lo ofrece, sí, me gustaría llevarme estas también. - dijo el Weasley, deslizando el segundo formulario por debajo de la ventanilla, en la espera de que estuviese correctamente relleno al igual que el primero - Disculpe las molestias, es que este lugar está lleno de tentaciones y uno no se puede contener. Observó por el rabillo del ojo y vio que su elfo doméstico se le acercaba, afortunadamente ya había entregado el segundo formulario y no tendría que sospechar nada, solo lo haría cuando una vez en su casa, llegasen cuatro criaturas en vez de dos, pero quizá para ese entonces fuese un poco más piadoso con los gastos de su amo, que después de todo, tenía demasiado dinero y ya no sabía en que gastarlo. * * ID: 106737 Nick: Nathan A. Weasley Nivel Mágico: XXI Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2016-06-22 Nombre del producto: Billywig Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Mágica Catalogación: XXX Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Nombre del producto: Doxy Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Mágica Catalogación: XXX Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Precio total: 4000 G Total de Puntos: 80 P En caso de comprar una criatura, colocar el Rango Social del Comprador: Orden de la Cruz Dorada

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