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Axel Rexdemort

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Todo lo publicado por Axel Rexdemort

  1. Axel Rexdemort

    Libro del Caos

    -ZAZ- Axel sintió en sus manos como algo explotaba como si fuera una pequeña esfera de agua que no mojaba. – Diablos.- Suspiró resignado, cerrando los ojos una vez más para volver a empezar.Intento visualizar su magia como si se tratara de energía, los malos pensamientos eran un detonante por lo que pudo notar con el guerrero y la chica rubia- Aunque un par de palabras del tutor lo hicieron olvidar su tarea. -Mmm.- Se quedó un momento en silencio viendo a Bakari, haciendo un gesto con la boca. – Mi mayor deseo… una hamburguesa.- Juntando sus manos una vez más para volver a concentrarse, dándose cuenta que su compañera lo había logrado una vez más. – Una genio.- Dijo Axel en voz baja, pues él no era capaz de concentrar su magia tan rápido. Axel no tenía algún deseo realmente, estaba feliz y satisfecho con lo que tenía, la curiosidad era el principal motivo por el cual se encontraba aquel día con Bakari y Zahil; comprender un poco más sobre los Uzzas. No tenía deseos altruistas de usas sus poderes o esperar la aceptación de otros. -Sobre el temor. - Una pequeña esfera estaba apareciendo, aunque parecía débil sobre las manos del tatuado mago. Axel eligió cuidadosamente sus palabras a la hora de responder al guerrero. - Supongo que necesito un dementor.- Sonrió el mago con esos amarillentos y sucios dientes. – La muerte puede ser una opción para varios, pero estoy acostumbrado a ella y no la veo como algo que me aterre.- Axel era un mago nigromante, comprendía los lazos entre la vida y la muerte, sabía que una no puede existir sin la otra, por eso no le temía; y mucho menos miedo a morir, si el muriera en ese momento nadie se sentiría triste. La esfera de magia se destruyó una vez más, quizá por no prestarle la atención necesaria. El joven Rexdemort observo sus manos y volvió a intentarlo. – Temor a equivocarse, lo veo como una opción para avanzar… temor a la soledad, toda mi familia está muerta y mi ex esposa la única persona a la que eh amado, debe estar en este momento revolcándose con su amante en la mansión de los Blacks. – La esfera se volvió a formar ya no parecía tan irregular como su anterior intento. – Tengo un hijo que no conozco y que no me interesa conocer, así que tampoco existe miedo por ese lado. – El cumulo de magia empezaba a parecer más estable. – Y no estoy aquí para darle lastima.- Bromeó un poco, intentando romper el hielo con la joven que lo acompañaba. - Ya entendí.- Susurró con ese marcado acento del norte de Europa.Cerró las manos desapareciendo su logro y respiro profundo. – Entonces supongo que diré algo como, temor a las cucarachas.- Axel había empezado de nuevo conglomerado sus pensamientos, recordando algunos pasajes tristes de su vida, como cuando la familia Rexdemort desapareció del mundo mágico y a nadie le importo; fue lo que impulso a imitar con mayor exactitud lo que Bakari había logrado con su magia. Por fin había logrado reunir su magia en sus manos, sonriendo con la mirada esta vez.
  2. -Acércate, te estoy esperando.- El susurró era totalmente claro, Axel trago saliva, veía el viejo árbol, rodeado por aquel aroma de cementerio. Sus manos estaban completamente manchadas con esa inmundicia negra que el árbol segregaba del agujero, fue cuando al luna le jugó una mala pasada, por un periodo minúsculo de tiempo ilumino la zona donde Axel estaba y lo vio, un ojo estaba incrustado en el árbol. Intentó retroceder, pero sus pies no lo dejaron. El ojo se movía rápido y veía directamente a Axel que estaba boquiabierto con su descubrimiento. -Acércate, te estoy esperando.- Repitió nuevamente y Axel descubrió que el sonido venia del ojo. -Aquí estoy, ¿Qué quieres? –Preguntó el tatuado, el movimiento del ojo era grotesco, era un ojo de humano pero con un gigantesco tamaño. -¿Porque deseas introducirte en el mundo de las serpientes? No eres digno. – Axel se quedó frio con aquellas palabras, como se atrevía a decirle eso. – Lárgate.- El aroma se intensifico y la oscuridad volvió a envolver todo bajo su manto. -Soy digno.- Fue lo único que Axel respondió. – Lárgate. No eres digno.- -Lo soy.- El tatuado no se retiraría tan rápido. – Demuéstralo, demuéstrame que puedes abandonar tu humanidad y ser una serpiente. – No entendía nada de lo que pasaba en ese momento, Axel estaba demasiado confundido. -No te quiero aquí, lárgate.- el repulsivo ser bajo aquel asqueroso árbol, había vuelto a hablar, Axel entendió era una serpiente la que vivía en ese árbol. -Abandonar humanidad.- Repitió Axel. – Ser una serpiente.- Miró su mano izquierda y pudo ver un extraño anillo en su dedo anular. – Soy digno.- Exclamo Axel, su rostro cubierto por la oscuridad de la noche tenía una extraña mueca. El árbol comenzó a desmoronarse soltando el pútrido aroma mucho más fuerte, una enorme serpiente negra estaba cara a cara con el mago, una serpiente que no aparecía en los libros, o conocida por el ser humano, una serpiente que había nacido de los miedos más profundos de Axel. –Soy digno de este poder. - Cerró los ojos y respiro tranquilo. – No quiero este poder para presumir o ser un ser superior, solo quiero entender el mundo que nos rodea. - La viscosa masa negra reacciono a las palabras cálidas del mago, el asqueroso aroma se hizo más fuerte cuando la pavorosa serpiente negra con un solo ojo abrió la boca y mostro unos colmillos con un filo envidiable. –Si te consideras digno, regálame tu mano derecha– Axel escogió sus palabras cuidadosamente a la hora de contestar, ya no tenían ningún problema usando la lengua de las serpientes, la cual era tan fluida como una lengua materna. -Yo no tengo ningún problema con ofrecerte mi mano.- Axel no podía ver bien a la criatura que tenía enfrente, pero podía deducir que tenía varios metros de largo, por el gran tamaño de esos colmillos. – Pero… para que deseas algo de carne, mi mano no vale mucho, tengo dos. – Levantando ambas manos, la serpiente parecía decidida a quedarse con la mano del chico. Axel había logrado convencer a la serpiente de que el era digno, pero ahora ella pedía la mano del joven, ahora tendría que persuadirla si deseaba conservar su mano. -Una mano es un precio bajo, si lo deseas puedes tomarla. – Las palabras del joven eran sólidas, en ese momento no equivocaba ninguna palabra del parsel. En un momento sobre su mano izquierda apareció una daga, la famosa daga del sacrificio. -Entonces, si te doy mi mano, seré capaz de controlar este poder, y a ti misma verdad.- La oscuridad no dejaba ver bien la expresión en el rostro del mago danés. -A mí no me puedes controlar.- Respondió la serpiente, acercándose más al mago. – No tienes un motivo por el cual deshacerte de tu mano, en verdad ansias tanto esa estupidez de comprender la vida.- La serpiente no parecía agradable en sus últimas palabras. - Soy capaz de mucho, por lo que deseo, el dolor físico no es nada, sospechaba que sería algo fácil, al notar el olor a muerte que te rodea, deduje que no tienes mucha originalidad.- Las palabras de Axel eran lentas. -Entonces quédate con tu mano, prefiero tu vida.- La enorme y tenebrosa serpiente había cambiado de idea.- Mi vida…- Axel no parecía preocupado, más bien tenía un temple sereno. -Mi vida no te la puedo dar, no quiero ser uno de esos apestosos cadáveres que coleccionas.- La daga en su mano continuaba allí. – Pero puedo darte algo mejor, la oportunidad de conocer otra parte de mi.- Apretó con fuerza la daga, y de un movimiento rápido degolló al oscuro ente, llenándose de sangre negra por todo el rostro. -El miedo se puede convencer de desaparecer, pero lo mejor siempre es matarlo de golpe.- Axel había comprendido que aquella serpiente solo era un reflejo de su terror interior, al ver ese horrible ojo, entendió que era su propio ojo. Axel cerró los ojos y sonrió, al limpiarse la sangre.
  3. Axel Rexdemort

    Libro del Caos

    Axel levantó una ceja con incredulidad y llevó su mano sobre su sucio cabello, para intentar acomodarlo, Bakari empezaría inmediatamente con su “clase”. – Me llamo Axel.- Dijo con presura, pero sospecho que quizá el guerrero no lo escucho o simplemente lo ignoro. Camino lentamente para ponerse a su lado y ver de que se trataba la lección después de su improvisado arribó. Se sorprendió al ver la hazaña del guerrero Uzza, concentrar los malos pensamientos en su mano, era algo que Axel ni siquiera sabía que se pudiera hacer. Observó sus manos y suspiró, sabía algo sobre el control de magia, pero no sabía si sería capaz hacer algo así. -Malos pensamientos.- Repitió para sí mismo, que tipo de pensamientos eran los malos. Axel rasco su sien con el tentáculo tatuado intentando entender el concepto del cual el guerrero hablaba.Recordó un momento en el que robo cadáveres de un cementerio, pero eso no era un pecado, los necesitaba si quería perfeccionar el ser un nigromante. Axel estaba confundido. - Valla.- Exclamó observando como la chica con la que Bakari estaba había logrado una esfera de energía.-Sera juntar magia, como si fuera energía o algo así.- Pensó el muchacho Rexdemort.Cerró sus ojos, recordó algunas cosas malas en su vida, pero no podía acordarse de nada oportuno que le permitiera formar una esfera, Axel en general era un mago muy tranquilo.Junto sus manos, aun con los ojos cerrados e intento concentrarse en sus manos.Observó sus manos, empezaba a formar una pequeña masa con una coloración azul, aunque bastante pequeña. –Solo necesito alimentarla.- Susurró Axel.Algunos recuerdos atravesaban su memoria, algunos buenos, otros malos, pero se dio cuenta que la masa empezaba a crecer poco a poco. –Pensamientos malos.- Se repetía una y otra vez.Una coloración rojiza empezó a aparecer en la masa de magia que Axel tenía en las manos, abriéndolas paulatinamente para poder observar directamente.Poco a poco tomaba una forma redonda, aunque estaba batallando para que creciera. Espero que el arcano revisara a la mujer, para intentarlo una vez más.
  4. Abrió los ojos de golpe, y lo primero que observo fue la mirada penetrante de Teki y un par de ojos cansados propiedad del Arcano, el tatuado mago se levantó de golpe apenado, disculpándose del momento. Había sido una dura prueba, pero al menos ya se encontraba en aquel lugar. No era la primera vez que estaba rodeado por las puertas de las habilidades, bajo aquel enorme ouroboros, pero en esa ocasión era diferente. Axel se movió paulatinamente, aún seguía algo mareado a causa del veneno de aquella serpiente. Fue cuando se dio cuenta, había superado la isla, era el momento de la última prueba. -Estoy listo.- Tomó aire intentando relajarse una vez más, no sabía que tipo de reto encontraría detrás de aquella puerta oscura. -No tardare.- Susurró en parsel con la serpiente a la cual le había tomado bastante afecto. Observando sus largos y huesudos dedos, allí yacía el anillo de la habilidad, aunque aún no estuviera completo, Axel sabía que sería merecedor del poder y del anillo. No sintió ningún temor, tal como había sentido unos meses atrás cuando estuvo en la misma situación, observo por un segundo al Arcano Lawan, después a la serpente y finalmente su anillo nuevamente. -Estoy más que listo.- Su grave voz y ese acento nórdico inundaron la quietud de aquella sala, apretó los puños, tomó aire una última vez y dio un gran paso a la penumbra dentro de aquel umbral. Observo con curiosidad el lugar, el sol bajaba lentamente por el cielo y las sombras crecían y comenzaban a cubrir cada vez más aquel oscuro bosque. Axel caminó con precaución entre los viejos árboles, podía sentir las hojas crujir bajo sus pies desnudos y un ligero silbido que llamo su atención. La temperatura bajaba con cada segundo que pasaba, el bosque pronto estaría cubierto entre las tinieblas de la oscuridad, el muchacho Rexdemort empezó a seguir el sonido, aguzando sus sentidos podía escuchar como aquel indetectable susurro venia de dentro del bosque de árboles viejos y podridos. Con cada paso que daba se adentraba mas al bosque, donde la oscuridad crecía paralelamente con aquel extraño susurro, una especie de quejido que atraía y seducía al mago. Deambulando por el bosque. -Acércate, te estoy esperando.- Axel frunció el entrecejo, el extraño susurró por fin era más claro a sus oídos. A su alrededor el lugar no era muy favorable y parecía más una escena construida por los efectos del opio. – ¿Dónde estás? – Preguntó el danés, mientras el ruido era cada vez más repetitivo. Axel preguntaba una y otra vez, aquel silbido eran palabras en parsel, misma forma en la que Axel preguntaba, sin obtener una respuesta diferente a “Acércate, te estoy esperando” Algo lo hacía seguir buscando, pero solo estaba dando vueltas entre el bosque, un laberinto que se había construido entre oscuridad, hojas secas y arboles casi muertos. La noche finalmente aterrizo y la penumbra reino donde una luna casi invisible era prisionera de aquel cielo oscuro y aterrador. -¿Dónde estás? – Preguntó nuevamente en parsel, el sudor caía bajo su cabello, mientras el cansancio también empezaba a ganarle terreno a Axel. Varias preguntas sin respuesta, era lo único que Axel tenía. Apoyándose sobre un árbol, el mismo que había visto varias veces, no cabía duda el Rexdemort caminaba en círculos. -Estoy aquí.- Axel empezó a respirar diferente.-¿Dónde? .- Una masa viscosa escurría de aquel viejo árbol, el hombre no se había dado cuenta, el bosque entero estaba envuelto en esa extraña masa, asquerosa y putrefacta. ¿Por qué no había notado aquel extraño aroma a cadáver? Miro sus manos, estaban llenas de aquella sustancia al igual que sus pies y pudo notar entre la eminente oscuridad de aquel bosque, el mismo árbol. Lo había visto muchas veces, pero que era ese extraño agujero por el cual la masa escurría, acerco su nariz. De allí emanaba ese aroma propio del Nigromante trabajando. -Aquí estoy.- Siseo sin dudarlo, Axel sabía que fuera lo que fuese la criatura que habitaba dentro de aquel árbol, hablaba en parsel.
  5. Axel Rexdemort

    Libro del Caos

    Miraba todo el lugar con curiosidad, Axel era originario de Copenhague por lo tanto ese clima y ese lugar era completamente opuesto a lo que el muchacho Rexdemort conocía. La parte norte era donde se encontraba la casa de Bakari, así que no era tan complicado encontrar al guerrero Uzza. Axel conocía lo básico de las costumbres Uzzas, pero algo siempre llamaba su atención, al parecer todos eran malhumorados, algo que realmente no le importaba. Pero al ver las siluetas a lo lejos, podría experimentar la tan famosa hospitalidad de aquellos salvajes. Observó a su alrededor, dos mujeres y el encapuchado, así que asumió que el seria el guerrero que impartía los poderes del caos, pues una mujer parecía muy ocupada con una pequeña criatura. Caminó lentamente, identificando el lugar hasta que por fin pudo ver a las personas allí reunidas. Con esa sonrisa amarillenta y ese aroma a cigarro, Axel se acercó a los presentes. – Saludos.- Fue lo primero que el mago dijo con esa grave voz que poseía. Observando a Bakari, de cerca lucia más imponente. Miró a las mujeres con las que estaba el guerrero, e hizo un gesto con la cabeza en señal de saludo hacia ellas y Axel aprovecho para acomodar el cuello de su camisa blanca. -Seré otro de sus estudiantes. – Dijo el tatuado hombre, sentía algo de emoción por ese curso, había escuchado entre los Warlocks que Bakari era responsable de uno de los libros más difíciles y extraños de usar, asi que asumió que sería bastante divertido.
  6. Miró de reojo su dedo meñique la sangre había dejado de escurría por su mano derecha. Axel levantó la ceja algo confundido observando cuidadosamente su mano y la herida de la mordedura de aquella pequeña serpiente. La sangre se estaba empezando a coagular, pero de una extraña forma. Axel se detuvo en la entrada del laberinto, levantando la parte baja de suéter para intentar limpiar la herida, pues las manos de Axel se encontraban llenas de tierra. El hombre era un experto en sangre, tenía más de 40 tatuajes diferentes en su cuerpo así que el sujeto conocía perfectamente el dolor de una aguja muy similar a la de un colmillo, así como la sangre. Limpio la herida una vez más, dejando un pequeño rastro rojizo casi marrón en su ropa. Una textura extraña. Permaneció en silencio mirando la mancha y después su mano. – Maldita sea, necesitare un antídoto.- Suspiró el joven, la sangre estaba coagulando demasiado rápido y el tono rojizo ocre era muestra de alguna toxina en su cuerpo, Axel recordó por un instante aquellos cadáveres desmembrados en el cementerio de Báleyr, sin duda la sangre coagulaba lentamente porque estaba en proceso de descomposición, necesitaba apurarse si no quería terminar con sangre podrida dentro de su cuerpo. Miro el cielo y pudo ver a lo lejos la pirámide, Axel suspiro de nuevo mientras le quitaba las agujetas a su zapato derecho y buscaba un par de hojas de alguna planta. Envolvió su mano lastimada con las hojas y usando los cordeles ató con fuerza su mano, lo menos que podía hacer era infectarse en aquel laberinto, y por lo menos imagino que detendría un poco la dispersión del veneno sobre su sangre, afortunadamente la serpiente no había mordido una vena, aunque quizá no era cuestión de suerte, quizá el mismo Lawan no quería matarlo solo hacerle más difícil el camino a la pirámide. No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado pero ahora sus pies estaban siendo atormentados por parte del sendero. Axel observaba con cuidado el camino prestando suma atención a los sonidos, no sabía si existían más serpientes en el laberinto, Lawan seria ese tipo de mago maniaco que lo mandaba a un laberinto infestado de serpientes venenosas, Axel rogaba para que no fuera así. Los minutos pasaban y la fatiga empezaba a pasarle factura, cada vez era más difícil caminar, mucho más pesado y el sudor molesto caía por su cuello y mojaba su cabello negro, el cual se encontraba lleno de tierra. Se detuvo por un minuto para tomar aire y revisar la herida, sentía la molesta sensación del sudor por su cabeza, cuello y espalda. Ese est****o suéter le estaba dando mucho calor. – Estoy perdido.- Susurró el hombre con un malestar en sus palabras en completo danés. – Jeg hader dumme varme- Volvió a exclamar, cerrando los ojos para tomar aire. – Maldito calor.- Axel se quitó el suéter mostrando su dorso desnudo, pero el calor aún continuaba. Miro sus brazos, después su pecho, el sudor escurría lentamente por todo su cuerpo. Axel trago saliva, y rápidamente quitó el de su mano su vendaje hecho con hojas y agujetas. Su mano estaba muy caliente, fue cuando entendió que no era calor lo que tenía, estaba aumentando la temperatura de su cuerpo, su sangre empezaba a coagularse de todo su cuerpo. Dejo escapar un gemido nervioso dándose cuenta que su dedo meñique y el anular habían perdido la movilidad y una extraña mancha casi violeta había aparecido donde estaba la mordida. – Demonios.- Respirando fuertemente para intentar encontrar energía en su cuerpo, necesitaba salir de ese maldito laberinto. Deambulaba por el laberinto sin idea de donde continuar, sentía un calor exagerado en su cuerpo y para eso el sudor que emanaba era una prueba contundente, el veneno cada vez tomaba más fuerza. ¿Qué haría una serpiente en ese momento? Levantando la vista buscando alguna pista que lo guiara para salir. El tiempo había dejado de correr, o por lo menos eso sentía Axel. Tenía mucha sed. Fue por lo que no noto un susurró la primera vez. Seguía caminando por el laberinto, más por inercia que por voluntad propia. –Deberías dejarte morir.- Fue lo que su mente le dijo en ese momento, y sintió que las piernas ya no le respondían como antes. – Que patético. – Suspiró Axel aun sin darse cuenta, que no era su mente la que jugaba con él. Tiro el suéter en el piso y él se recostó. Sentía su cuerpo muy pesado. - ¿Ya moriste? – Ese pequeño y casi indetectable siseo apareció nuevamente. -¿Me falta mucho para salir? – Siseó desde donde se encontraba, levantando una ceja en su cara. El silencio fue evidente, y los segundos eternos hasta que un eco pobre y débil le respondió. – Menos de lo que crees.- Su respiración empezaba a dificultarse, Axel sonrió y cerró los ojos, intentando buscar energía en sí mismo. Abrió los ojos de golpe, se levantó tambaleante y tomo su suéter desde el piso. Una serpiente no se dejaría morir en su lugar así. Ignoro el hecho de que su mano derecha ya no le respondía, y continuo, solo había un camino y confió en el eco de su cabeza. Minutos después noto algo levitar en el camino, un punto brillante color azul. Sin dudarlo se lanzó hacia el objeto, dándose cuenta que era una pequeña botella no mayor que un pulgar. –No te equivoques.- Abrió con dificultad el pequeño frasco y trago el interior. Sus ojos vislumbraron un camino de piedra, una escalinata que subía. Con la boca abierta, guardo el frasco en su bolsillo y tomó las escaleras, el laberinto había terminado. No sabía si era una ilusión, o producto de su imaginación, pero vio a lo lejos la silueta de un hombre, corriendo con todas las energías que le quedaban, notó que Teki esperaba, Lawan al lado y una pequeña serpiente marrón los acompañaba, la misma que lo había mordido. Axel sonrió. – Hola.- Dijo el muchacho, antes de caer de rodillas enfrente de la sala de pruebas y caer dormido, estaba realmente fatigado y el antídoto aun no comenzaba a trabajar.
  7. Axel inclinó un poco la cabeza hacia atrás, justo como Teki le había dicho; un pequeño gesto que simbolizaba respeto a sus compañeras serpientes, tal como ella le dijo, no debería mostrar miedo ni cobardía, pero si respeto. La naturaleza de las serpientes era algo tan interesante como misterioso. -Mis respetos a ustedes.- Fue lo primero que el chico Rexdemort siseó, quería ser lo más claro posible. – Estoy aquí para protegerlas.- Mostrando las manos desnudas en señal de admiración hacía ellas. -No necesitamos protección de uno de tu especie.- Fue lo que el mago entendió, y varios siseo más que expresaban rechazo a la oferta que Axel acababa de prometer. Los movimientos lentos de las serpientes que lo rodeaban era prueba de que ellas podían defenderse solas. – No las estoy subestimando.- Sin moverse ni un milímetro, confiaba en que podía mantener a las serpientes a raya con solo sus palabras. –Lo hago por admiración, conozco de lo que son capaces.- Los minutos pasaban lentamente mientras el barco seguía avanzando paulatinamente sobre esas oscuras aguas y el sol empezaba a cernir el cielo. Axel usaba las palabras sabiamente, las serpientes no lo atacaban pero aun no podía ganarse su respeto. Levantó la mirada sobre la playa de la isla, estaba realmente cerca. – Pueden confiar en mi.- Cerrando los ojos y relajando la respiración una vez que sintió los primeros rayos del sol sobre su espalda. – Si no les parece podrán comer toda mi carne. – Abriendo los ojos para ver que los reptiles seguían en la misma posición, Axel sonrió. Las serpientes no dijeron nada y solo retrocedieron para darle espacio al hombre. -Volveré por ustedes.- Fueron las palabras que Axel siseó una vez que el pequeño barco volvió a tocar tierra, las había convencido de no matarlo, por ahora. Bajo del barco hacia la isla, bastante complacido no sabía si había hecho bien, pero por ahora ya estaba en la isla. Amarró un zapato con otro y se dispuso a salir de la playa hacia la vegetación. Mantenía los ojos bien abiertos una vez adentro, y en completo silencio, intentaba no perder detalle del ecosistema que lo rodeaba. Después de un par de minutos, o quizás horas Axel había llegado a un lugar dentro del corazón de la selva que dividía el camino en dos. Sin pensarlo dos veces el hombre giro hacia la derecha, algo le decía que era el sendero correcto, tal como había aprendido de Teki en su pequeña misión de alimentarla, si dudaba estaba perdido, una serpiente era precisa y calculadora, nunca era obstinada, así que sabía que era el camino correcto. La maleza bajo sus pies descalzos y ese extraño y perturbador silencio que envolvía el camino, no podía estar equivocado, fue cuando algo moviéndose enfrente de sus ojos llamó su atención. -Ven aquí.- Escuchó con toda claridad. La hojarasca le hablaba, una pequeña serpiente color marrón se revolcaba cerca. – Entra al laberinto y sal de él.- Pronunció la serpiente una vez que Axel se puso en cuclillas, y la miro confundido. La criatura se arrastró dándole una mordida en la mano, el Rexdemort sintió los colmillos enterrarse en su piel, y después desprenderlos cuando la serpiente se camuflajó y desapareció de la vista del hombre. – Una de las serpientes de Lawan.- Mirando su mano y las escasas gotas de sangre escurriendo. Limpió su mano con su ropa, y por fin Axel se dio cuenta al ver la entraba al laberinto, el pequeño dolor de la mordida no seria suficiente, ya casi llegaba a la pirámide.
  8. @ Yo no cumplo los requisitos para el libro al que quiero inscribirme? Vuelvo a dejar la inscripción Nick: Axel Rexdemort ID: 11499 Libro de Hechizos: Libro del Caos Justificante de Compra del Libro: http://www.harrylati...exdemort/page-5 Rango Social: Orden de la crúz Dorada Nivel de Magia: XXI Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): --- Nº de conocimientos que se poseen: 9 Link a la Bóveda: http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...axel-rexdemort/
  9. Había sido una larga noche. Axel se miró en aquel viejo espejo que colgaba en su sucia habitación. La tenue luz solo mostraba su reflejo, donde el rostro de un hombre cansado lucia terrorífico remarcado por aquel extraño tatuaje de tentáculo que cubría parte de su cuello, un siseo rompió el silencio del lugar, una enorme serpiente colgaba por encima del espejo. -Claro que estoy listo.- Respondió el Rexdemort terminando de afeitarse. Habían pasado un par de días desde que Axel había conocido al Arcano Lawan y Teki la serpiente que se arrastraba lentamente era prueba de eso. Se vistió con un suéter negro. -Vámonos.- Susurró el mago en la lengua de la serpiente, tal como le había dicho el anciano no era necesario estudiar la lengua, solo era importante comprenderla y con ayuda de Teki resultó mucho más sencillo. Allí estaba el anciano Lawan esperando cerca de un bote, Axel miró a lo lejos el panorama. El sol estaba saliendo y se veía la isla donde sería la prueba final, por un momento recordó cuando hizo el mismo recorrido pero con Baleyr. Axel suspiró. Saludo inclinando la cabeza al arcano como gesto de respeto. La serpiente que acompañaba a Axel descendió hacia el piso para ponerse al lado de Lawan, la prueba empezaría pronto. Dejo su varita, su anillo de Nigromante y una cajetilla de cigarros en las manos del arcano. Sonrió puerilmente. Y el anciano le respondió con un anillo provisional. -Espero no defraudarlos.- Susurró el parsel a Teki y a Lawan, cuando desaparecieron y dejaron solo al mago. Remango las mangas de su suéter, se quitó las botas y se acercó al barco de madera el cual arrastro hasta el agua. Arrojó sus zapatos al pequeño bote una vez que este se encontraba ya en el agua, para subirse en él. La primera tarea sería llegar a la isla, así que encontró el remo, quería acabar eso pronto. Pero sus pies descalzos sintieron algo más que la madera mojada, algo había tocado sus pies. Axel miró lentamente hacia abajo y abrió los ojos impresionado. Un nido de serpientes estaba en el piso del bote. Trago saliva en silencio dando un paso hacia atrás para darse cuenta que estaba rodeado de reptiles. Los siseos de todas ellas se amontonaban, Axel estaba atrapado entre ellas y el agua. Varias levantaron la cabeza, estaban listas para atacar. El mago solo trago saliva nuevamente, tendría que hacer gala de sus mejores dotes de convencimiento si quería salir ileso de ese pequeño bote. La prueba había empezado.
  10. Nick: Axel Rexdemort ID: 11499 Libro de Hechizos: Libro del Caos Justificante de Compra del Libro: http://www.harrylatino.org/topic/107245-boveda-trastero-axel-rexdemort/page-5 Rango Social: Orden de la crúz Dorada Nivel de Magia: XXI Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): --- Nº de conocimientos que se poseen: 9 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/78301-boveda-de-axel-rexdemort/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/78155-ficha-de-axel-rexdemort/
  11. ID: 11499 Nick: Axel Rexdemort Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/107245-boveda-trastero-axel-rexdemort/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/78301-boveda-de-axel-rexdemort/page-13 Nivel Mágico: 21 Fecha: 2017- 08- 24 Nombre del producto: Libro del Caos Consumible o Libro de Hechizo: Libro del Caos Nivel (del libro): 20 Precio: 20000 Precio total: 20000
  12. Axel miró sus manos, estaban sucias y totalmente lastimadas por escalar el árbol donde paso en vela toda aquella noche. Sonrió bajo aquella ligera barba el dolor físico era transitorio, en ese momento solo era un pequeño guiño a su trabajo bien hecho. Mostró sus amarillentos dientes una vez que vio el alba a lo lejos, la noche por fin había terminado. Ya no le intereso su camisa que alguna vez fue blanca, destrozada en el suelo, repleta de sangre y viseras de rata, después de la cuarta vez Axel aprendió como acorralar una criatura, al menos Teki había comido algo, Axel había perdido el apetito desde la primera vez que aplasto una rata con sus manos solo usando una camisa de vestir. -Una noche memorable.- Suspiró tras aquellas palabras, escuchando un par de silbidos que provenían de la serpiente de ojos negros. Axel le sonrió por fin podía entender lo que los ofidios hablaban. Cerró los ojos, un dolor en el cuello bajaba por toda su espina dorsal, se sentía complacido. Sus manos se fueron sobre su cabello, estaba realmente cansado por aquella pequeña aventura en el jardín del arcano Nguyen. Suspiró de nuevo e intento limpiar sus manos con su pantalón pero ese estaba aún más sucio. Aun con los ojos cerrados intento calmar su respiración, pero un palpitar se aproximaba lo que evitaba que el joven Rexdemort durmiera. Cuando se percató de la respiración tranquila y aquella voz. Axel por fin pudo sentirse aliviado. Inclinó la cabeza tal como lo había hecho el día anterior de conocer al anciano, el Arcano Lawan había regresado. Saludo al sabio hombre con un gesto de agradecimiento en sus palabras, para acercarse hacia él. Escuchó en silencio al arcano, Axel asentó con la cabeza, aunque sentir al arcano retirarle sus habilidades fue un momento muy incómodo. Nunca en su vida habia sentido tal fatiga, sentía su cuerpo pesado y sus brazos de sobreforma. Abrió la boca en símbolo de malestar físico, pero las siguientes palabras del vietnamita hicieron que olvidara por un segundo su dolor corporal. – Claro que deseo hacer la prueba.- Levantó la cara buscando la aprobación de Teki y después la de Lawan. -Prometo regresar mañana mismo. – Con su grave voz y ese delgado cuerpo lleno de tatuajes, Axel se veía más demacrado que de costumbre, necesitaba ganar algo de peso, la pequeña “pijama” con Teki lo había dejado muy cansado. Estrechando la mano del anciano, no sin antes hacer una queja de dolor. -Muy agradecido con ambos.- Levantó su ropa ensangrentada, su varita y su paquete de cigarrillos del suelo, y se volvió para despedirse de ambos. Escuchando las palabras del Arcano. – ¿Teki? – Preguntó el hombre, observando como la serpiente con esos finos movimientos se trepo sobre el adolorido brazo de Axel, como era posible que una criatura que hacia unas horas estaba dispuesta a atacarlo ahora se sintiera cómoda con Axel. El danés sonrió complacido. -Mañana vendré a buscarlo.- Despidiéndose del Arcano, para dar media vuelta. Con su varita ardió la camisa en la mano derecha y camino hacia la salida siguiendo las indicaciones del Teki. Axel deseaba llegar a su casa, darse una ducha, vestirse y dormir. Aunque estaba realmente emocionado porque el día se pasara rápido, que locura prepararía el Arcano Lawan para la prueba.
  13. La enorme serpiente subió lentamente por el brazo del Rexdemort, esa feroz mirada que se disponía a atacarlo unas horas atrás había desaparecido. Axel sonrió disimuladamente bajo su tenue barba negra. -Espero no defraudarte.- Intentó susurrar en parsel a la serpiente, cuando escucho la voz de su anciano maestro, levantándose para caminar detrás de él. Observó con detalle cuando salieron de la vivienda del arcano. Por un segundo se distrajo con los colores del cielo. – Diablos.- Pensó al ver las tonalidades rojizas, cuanto tiempo llevaba en aquel lugar. Pero las palabras de Lawan lo sacaron de sus pensamientos rápidamente. Inclinó la cabeza algo confundido y mordió un poco su labio inferior en señal de duda. Inmediatamente observo el árbol. Escucho con ojos atónitos tremebunda tarea encomendada, una vez que por fin entendía la demanda del arcano. Axel suspiró mirando a la serpiente en su brazo y después a su mentor. Cerró los ojos inmediatamente cuando la enorme varita del vietnamita lo toco, pero no había pasado nada. Una vez más sus pensamientos fueron asustados de su cabeza por la chillona voz de Lawan. -¿Cuídala? – Repitió y observó al animal que lo acompañaba. Sonrio por compromiso y nuevamente mordió su labio inferior, cuando el anciano dio la media vuelta y desapareció en la maleza. Con su mano libre Axel rascó su cabeza y después masajeó sus sienes, escuchando el siseo de Teki, el cual le aconsejaba que empezara. Buscó en la bolsa trasera de sus pantalones su varita e hizo una ligera floritura, después de unas palabras. -Ah lo siento.- Respondió el hombre al sentir como la serpiente apretó su brazo, la indicación de Lawan era no utilizar magia. – Sólo quería predecir el clima, soy bastante bueno con la meteorolo...- Dejo sin terminar aquella frase al sentir de nuevo la fuerza del animal sobre su brazo. -Lo siento.- Se disculpó el hombre entendiendo el mensaje de Lawan y de Teki, la cual bajo de su cuerpo y siseo unas palabras. Axel pudo comprender con algo de facilidad a Teki, ya solo faltaba poder aprender a expresarse con la serpiente. Aun se escuchaban raro aquellos siseos algo forzados de Axel, pero comprendió a Teki, deberían subir al árbol. – Ser una serpiente.- Dijo para si mismo el mago, buscando un pequeño claro en el piso donde poner su varita y un paquete de cigarrillos para mirar el árbol una vez más. Se subió las mangas de su camisa, desabotono los primeros botones y un enorme tentáculo tatuado apareció en el pecho del hombre, produciendo un extraño sonido. – mmm ¿Qué? – Escuchando como la serpiente se arrastraba por la corteza del árbol para treparlo. Axel sonrió el anciano había mejorado sus sentidos, entonces se percató, pasaría toda la noche en un árbol. Axel no era un hombre muy fuerte, por lo que subir junto con Teki a la rama más cercana fue un desafío físico memorable para él. El tiempo pasaba lentamente pues el cielo se alejaba de ese color carmesí por uno más oscuro. – Entonces… esperamos por una presa.- Preguntó el joven Rexdemort, sonriendo al escuchar un siseo del animal y entendiendo una respuesta afirmativa. Los minutos pasaban uno a uno, mientras Axel con los ojos cerrados intentaba captar alguna perturbación, sin dejar de prestar atención a los siseos de Teki cada vez le parecían más claros, estaba seguro que con unos días de entrenamiento sería capaz de pulir aquella habilidad. La oscuridad se cernió en el cielo en un instante. -Gracias por aceptarme.- Axel siseó lentamente, necesitaba aprender a darse a entender con las serpientes. Un crujido de hojarasca fue su respuesta.- Pon atención.- Su oído se estaba cada vez más acostumbrando a los siseos de las serpientes. En la oscuridad pudo notar desde arriba del árbol una bola de pelos caminar cuidadosamente cerca del lugar. Desabotono cuidadosamente los demás botones de su camisa la cual ya tenía una coloración marrón a causa del sudor y la tierra, mostrando su tatuado cuerpo. Se quitó la camisa y la extendió con facilidad como su fuera una especie de trampa, cuando sus oídos captaron que acompañado del ruido de las hojas siendo pisadas se escuchaba un ruido constante, algo que Axel solo pudo identificar como un BOM BOM BOM. -Se acerca, escucho su corazón, está nerviosa… esta acelerada. - Fue lo que Axel tradujo de los siseos cada vez más bajos de Teki. El ritmo cardiaco de aquella rata era tan fuerte que no quedaba duda, estaba debajo del árbol, y un ligero aroma a tabaco empezó a inundar el lugar. -Tus cigarrillos la atrajeron- Era el momento de actuar, con las manos extendidas y aquella camisa destruida, Axel se lanzó sobre la rata como si fuera una bestia. No sería la última vez que Axel haría algo así, ya que pasaría toda la noche intentando atrapar una rata para su compañero.
  14. Miró sus tatuadas manos sobre la pequeña mesa de madera, el joven Rexdemort intentaba entender el secreto del Parsel, sabía que no era como aprender una lengua nueva era algo distinto, Axel conocía el idioma aunque fuese en la parte más profunda de su ser. Cerró sus ojos, apretó los labios y calmó su respiración. La habitación estaba llena de ruidos que rozaban lo familiar, algunas palabras en la atmosfera que parecían viajar entre su mente y la morada del Arcano Lawan. Saludos, preguntas y palabras al azar inundaban la concentración de aquel muchacho, así que no noto cuando su mentor desapareció de la mesa. -Me llamo Axel.- Fueron las palabras que emitió el hombre, cuando creyó escuchar una respuesta. Abrió los ojos, Axel estaba seguro había escuchado una respuesta, alguien había dicho que dejara de repetir su nombre. Movió su cabeza lentamente, dándose cuenta que estaba rodeado de serpientes, seguía escuchando palabras entre aquel ruido, pero estaba seguro que alguna de aquellas criaturas le había respondido. Suspiró cansado, llevando su mano derecha sobre su cara para intentar relajar las sienes. Levantando la mirada cuando el Arcano apareció de nuevo con una taza. Agradeció en silencio y volvió a bajar la mirada, el asiático anciano empezó a balbucear extraños sonidos, con los ojos aun cerrados sintió la caliente infusión bajar por su garganta y tragó, había sentido la misma sensación extraña antes junto antes de que las serpientes se quedaran en silencio. Elucubraba lo que el anciano decía, algunas palabras le parecían muy familiares. Escuchaba siseos que su mente relacionaba rápidamente con ideas, ese largo letargo de susurros lo sentía más claro con los minutos corriendo, pues por fin entendió toda una oración. Sonrió bajo su tenue barba, dándole un último sorbo al té el mismo que ya se encontraba a temperatura ambiente. – Creo que ya lo entiendo.- Dejando la taza sobre la mesa, levantando la mirada al anciano. –No es como aprender un lenguaje humano, el parsel es una lengua que duerme dentro de nosotros, solo se necesita aprender a despertarla…- Llevando sus manos ahora sobre su cabello y despeinarlo un poco.- ¿Verdad?- -¿Identificado?- Repitió sorprendido, flexionando un poco la cabeza. Axel nunca había tenido una serpiente, siempre se había mantenido a raya de ellas, así que sentirse identificado era una tarea difícil. Se quedó en silencio unos segundos hasta que recupero el habla. – Maestro Lawan, sería posible poder emparejarme con Teki? - Buscando una respuesta positiva en la cansada mirada del vietnamita. Fue cuando noto el siseo del animal, pudo identificar entre todas las demás a aquella serpiente a la que lo atacó. Axel sonrió. -¿Teki… podrías ser mi compañero? – Preguntó Axel sonriendo al mismo tiempo que suspiró y sus ojos negros se enfocaban en la serpiente, la cual se arrastró lentamente hacia los dos hombres. -Imagino que en algún momento han desconfiado de ti.- Axel no sabía si estaba hablando correctamente, solo intentaba relajarse y pensar en Parsel. – Por tu especie, o por tu tamaño, algunas personas habrán desconfiado de ti.- Se quedó un momento en silencio. – Yo soy como tu, las personas no confían en mí. Las personas me aíslan por no conocerme, incluso me temen – Algunos recuerdos atravesaron la mente del joven Rexdemort lo que causo que el hombre suspirara de nueva cuenta. -Solo soy un hombre con muchas limitaciones, defectos y quizá no sea lo que esperas de un compañero, pero deseo serlo. – Mordió un segundo sus labios. – Así como dije cuando te conocí, deseo ver el mundo en tus ojos, como sobrellevar la carga de ser muchas veces un ser repudiado por los demás, algunas personas me temen, otras les doy repulsión. – Axel termino en silencio mirando a la serpiente, para levantarse lentamente y acercarse a ella. Se puso en cuclillas enfrente de ella, en esa posición si la serpiente deseaba derribarlo y morderle la cara no tendría ningún problema en hacerlo. -Me gustaría ser tu compañero.- Finalizo Axel, ignorando los errores que hubiese cometido, pero estaba seguro de sus habilidades.
  15. Cerró los ojos instintivamente al sentir su cuello libre de la presión, para después observar como la serpiente que lo asfixiaba unos segundos atrás se arrastraba en dirección a un anciano. Abstraído en su aturdimiento, Axel pudo ver al hombre de pies a cabeza, por fin se presentaba el Arcano Lawan. Llevó sus manos sobre su cuello intentando relajar la zona, el animal no lo había atacado realmente pero aun podía sentir el peso de la criatura, así como la impotencia de no poder defenderse. Una terrible sensación de fragilidad, la cual hizo que Axel sonriera divertido, existía la posibilidad de morir en aquel lugar, las clases del Arcano resultarían aún mejor. Prestó atención al anciano Lawan. - ¿Teki? – Susurró rozando el mutismo, comprendiendo que ese era el nombre de su atacante; eso solo emociono a Axel, ya no quedaban restos de aquel nerviosismo a lo desconocido, comprendió el peligro que era aprender el Parsel y eso lo entusiasmaba de sobremanera. Ya que en lugar de terror el asalto con Teki le había otorgado una enorme bendición de conocimiento y aventura intelectual que pocos mortales compartían. -Mucho gusto. – Inclinando la cabeza un poco en señal al Maestro y a las serpientes, pensando rápidamente como responder a la pregunta impuesta. No era una familiaridad ordinaria ni favorable, a pesar de la sapiencia y confianza que transmitía el Arcano, Axel se había dado cuenta que fue capaz de entender algo de aquellos siseos, aunque ni siquiera estaba seguro si realmente eso quería decir con aquellos susurros, encogiéndose de hombros, levantando la mirada hacia el maestro. -Eh…- Fue todo lo que alcanzo a decir, no quería interrumpir al viejo al cual comenzó a seguir entre la maleza, hasta llegar a la morada. - No sé si pueda realmente decir alguna palabra.- Suspiró el tatuado envuelto en aquel aroma a tabaco quemado. – Puedo entender un poco el idioma, y por un poco me refiero a algunas palabras.- Frunció el entrecejo y suspiró. – Me llamo Axel - Intento decir en Parsel Miró a Lawan para darse cuenta que le ofrecía asiento. Algunos curiosos ojos se postraron en aquel hombre de 1.80m el cual se sento lentamente intentando no llamar mucho la atención de los habitantes de aquella casa. -Me llamo Axel.- Concentrándose solo en poder decir eso, como seria capaz de empezar a hablar Parsel, si solo era capaz de entenderlo. -Me llamo Axel.- Repitió nuevamente mirando a Lawan, esperando entender el secreto de como hablar en la lengua de las serpientes.
  16. ¿Te gusta el sistema actual de duelos? No, nunca me ha gustado el sistema de turnos e intercalaciones ¿Se te hace complicado? ¿Por qué? No es nada complicado, es realmente muy simple, solo que existen reglas invisibles como venenos, ataques fisicos, animales, existen muchas situaciones bajo algunos hechizos que aveces hacen que surjan problemas con entender el hechizo, ¿Qué le mejorarías? me gustan los hechizos simples, deberia existir una lista de reglas en cada hechizo, la explicacion actual es realmente vaga y pues ya tiene muchos años igual, deberia actualizarse la lista, potenciar algunos hechizos (sobretodo los neutrales) y nerfear algunos otros (bandos) que pueden ser injustos y por lo mismo sobreusados deje de tener duelos, por que practicamente nadie usa el ingenio, existe tanto miedo en querer inovar y al final termina siendo invalido por las reglas, los duelos se convierten en sectusempras, morphos venenosos, y algun otro expeliarmus, me gustaria que se mejoran hechizos ¿Se te hacen complicados los asaltos/redadas? Nos gustaría que nos explicaras qué parte exactamente. No me gustan mucho, prefiero un duelo 1-1 pero no son complicados, solo se necesita estar atento ¿Consideras que las normas de asaltos/redadas están bien explicadas? ¿Le cambiarías algo? ¿Piensas que es necesario agregar algo? No se xD personalmente no me gustan mucho esas cosas, se me hace confuso los tiempos entre 3 duelistas ¿Te gustaría que agregáramos más hechizos a cada uno de los rangos o a alguno determinado? Ya dije anteriormente, me gustaria un balance entre hechizos, pienso que existen muchisimos hechizos inutiles en pelea, y otros sobrexplotados, me gustaria una nivelacion, entre bandos, considero que muchos hechizos pueden ser muy poderosos contra algunos muy estrictos,y poco funcionales, lo que hace que un duelo entre bandos sea a mi punto de vista personal, algo disparejo ¿Tienes alguna sugerencia para el juego de bandos en general? matar el bullying y los insultos, eh visto gente de ambos bandos atacando fuera del rol a las personas, que exista una regla de comportamiento, eh visto personas que se juntan a lanzar indirectas en los status, a reportar mensajer, etc me gustaria que el juego fuera mas amable entre bandos, la rivalidad entre bandos no tiene que salir al off rol, quiza en sus tutorias dar un curso de off rol, y saber comportarse Otras sugerencias: Esto es personal mio, pero me encantaria que las habilidades de los arcanos tuvieran peso en los duelos que existiera algunos hechizos propios de las habilidades, por ejemplo, que un animago pueda transformace en su criatura y atacar, un turno que un nigromante reviva un muerto en media pelea, que un legeremente invada una mente, imaginen un hechizo/invocacion propia para cada habilidad, le daria mucho enfasis a los duelos
  17. Caminaba lento y pausado entre el follaje, pero un fuerte golpe lo atizó sin previo aviso. El Rexdemort cerró los ojos al sentir el impacto, al abrirlos inmediatamente casi perdió el equilibrio entendiendo la situación. – helvede.- Alcanzó al balbucear. Sintió el peso de la criatura sobre su pecho y abdomen, así mismo como el alargado cuerpo del reptil rodeaba su espalda y su cuello, dejando sus brazos abajo. Sus ojos por fin vieron la cara de la serpiente la cual estaba a solo centímetros del hombre, incluso podía sentir el aliento del animal sobre sí mismo. -Asi que eran de verdad las amenazas.- Pensó el mago al entender la situación en la que se encontraba, sonriendo un poco, comprendiendo el ominoso carácter de lo que parecía la bienvenida con el Arcano Lawan, tenía un sentido del humor de lo más curioso. El joven se sentía más tranquilo que hace unos minutos, prefería lidiar con la serpiente que con las personas. Escuchando los siseos del animal enfrente de su cara. Axel quedo en silencio. Ahora como se desharía de aquel obstáculo. Sorpresa tras sorpresa, la misma voz que había escuchado, había aparecido una vez más. Miró al anciano a lo lejos y después a la serpiente. Mordió su labio inferior por nueva cuenta al notar los siseos entre los dos. -Eh… - Tragó saliva, sintió el cuerpo del animal más pesado. Escuchando el pequeño consejo del anciano. – Eh…- Suspiró intentando darse a entender. - Mi nombre es Axel.- Dijo bajo aquel tono grave de voz de una forma clara, intentando omitir el acento nórdico. Quedándose unos segundos en silencio, Axel no hablaba parsel. El solo podía entender muy poco de aquella lengua, como demonios convencería a aquel ofidio. No le dejaba ninguna alternativa, volviendo a ver aquellos colmillos. – Mi naturaleza inverosímil me dice que debo estar aquí.- Elevando un poco la voz, moviendo el cuello un poco hacia atrás intentando ver el rostro de aquel animal. -Quiero ser capaz de conocer su mundo.- Enfocando sus ojos en el animal. – Quiero comprender un poco su mundo… sé que soy capaz de dominar la lengua, deseo conocer un poco su mundo. – Tomando aire, empezaba a ser incomodo sostener el cuerpo del animal el cual parecía no estar muy convencido de las palabras del tatuado. – Quizá me desestima por considerarme así, pero mi deseo es aprender de su mundo.- El sudor escurría lentamente por las cienes del hombre.
  18. Mientras caminaba cuidadosamente sobre la hierba alta, sentía como el sudor corría bajo su cabello negro, Axel no soportaba las temperaturas que él consideraba altas. Su mente se encontraba ocupada pensando nimiedades sobre la temperatura que al momento de escuchar un ruido extraño, este llamo su atención. El hombre Rexdemort se detuvo lentamente y sus ojos empezaron a buscar la fuente del suceso. -¿Bastian Karkarov? – Exclamó moviendo su mirada sin poder encontrar de donde venía la voz. Hizo un gesto con los labios, mordiendo el inferior un poco. Tomo aire y dijo sin basilar más tiempo. Dando un paso hacia adelante. – Vine aquí para aprender a comprender y entender a las serpientes.- Su grave voz no parecía nerviosa bajo aquel acento nórdico típico de Europa. – Si tengo que enfrentarme con una serpiente lo haré, y si ella no duda en atacarme, yo no dudare en proseguir. – Dio un segundo paso hacia adelante. – Si no las enfrento, no podré ser digno ni de ver a los ojos al Arcano.- Fue lo que pensó el hombre, mordiendo nuevamente su labio inferior, en ese momento no le parecía tan incómodo el sudor bajando por su tatuado cuello. Convencer a una serpiente, sería una tarea titánica. Axel respiro hondo y siguió caminando hacia la vivienda del anciano Lawan, ahora con mucho cuidado por donde caminaba, si una serpiente lo atacaba en ese momento estaba listo mentalmente para hacerle frente, ojala que todo saliera bien. Era lo único en lo que pensaba el danés, ignorando completamente lo que seguiría a continuación.
  19. Axel cerró los ojos, apretó sus puños y suspiró pausadamente. Intentaba relajarse. No sabía si realmente aprendería a comunicarse con las serpientes, pero se había aventurado a ese lugar con el motivo de intentar aprender el lenguaje. Sus pisadas producían un eco susurrante mientras recorría el Ateneo y en su mente descifraba aquel caos de recuerdos y vivencias pasadas. Respeto o quizás miedo a su naturaleza misteriosa, eran los factores que inundaban la cabeza del joven danés. Desconocía el motivo de su ansiedad, pero de algo estaba completamente seguro, el arcano Lawan podría ayudarlo a comprender. ¿Cuál era la razón por la que ese día Axel había decidido ir con el arcano? Esa respuesta ni él mismo la conocía. Tenía mucho respeto por aquellos seres, pero desde que conoció el mundo de los muertos, algo sentía con aquellas criaturas. Algo que era incapaz de entender. Se quitó su chaqueta, limpió el sudor que escurría lentamente sobre su nuca, e intento refrescarse sin mucho éxito. Había llegado donde el arcano. Abrió el primer botón de su camisa blanca, mientras su chaqueta desaparecía en su mano izquierda. El búngalo del arcano se encontraba cerca. Repitió por última vez su rutina para intentar relajarse. Estaba seguro que no tardaría en encontrar algún ejemplar con aquella vegetación que lo rodeaba, sus sentidos estaban alerta por cualquier cosa ocurriera.
  20. Después del intento fallido de Legilimancia, y viendo que el foro ya esta algo más estable, me anoto por segunda ocación Nick: Axel Rexdemort ID: 11499 Habilidad: Parsel Rango Social: Orden de la Cruz Dorada Nivel de Magia: XX (20) Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Nunca hice Nº de conocimientos que se poseen: 9 Link a la Bóveda: Bóveda http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...axel-rexdemort/
  21. Saludos directores, venia por una consulta con la clase en la que participo actualmente, realmente no me siento cómodo en la misma, ya había hablado antes que no me gustaba la sobrepoblacion de la clase, a mi me gusta el ateneo por el rol, no por que tenga que completar una lista, o este deseoso de subir de nivel. es por eso que quiero renunciar a la clase en cuestión que es legilimancia, la consulta es, se puede renunciar a la clase, no me importa perder los galeones, ni que considere como intento fallido, solamente quiero deslindarme de la clase. y si es posible unos dias despues inscribirme a un curso nuevo, sobretodo uno que me interese y no este llenisimo de gente. gracias directores
  22. Axel miro el cielo gris, le gustaba ese entorno. Dio la última bocanada de su cigarro y salió de aquel lugar cuando noto que llegaba una persona más a la casa de la Arcana, regresaría en otro momento. De forma extraña y a la vez más perturbadora, le interesaba conocer a la Arcana, pero esperaría a que estuviera un poco desocupada. Desapareciendo de aquel lugar por ahora. La noche siguiente. Moreno, delgado y siniestro, fue como se presentó el Rexdemort por segunda ocasión en la casa de la Arcana, agradecía el cambio de horario, ver a tantas personas aglomeradas sería algo fastidioso para aprender el conocimiento. Apareció enfrente de la puerta de la mujer, notando que otra mujer llegaba justo detrás con unos segundos de diferencia. Axel esbozó un gesto encuadrado por su tenue barba negra cuando la Arcana abrió la puerta, espero a que la otra mujer entrara y Axel cerró la puerta a sus espaldas. Escucho en silencio las palabras de la supuesta anciana, mientras seguía a las dos mujeres. Al parecer no habría motivo para presentarse, era obvio que la Arcana ya sabía todo lo que pasaba en su casa, que habilidad tan extraña. El tatuado se sentó al lado izquierdo de la mujer llamada Tauro, sonriendo un poco y afirmando su nombre con sus negros ojos. Fue cuando su atención regreso a Rosalía, esta vez a sus palabras y no sobre su trasero, que tipo de magia utilizaría aquella mujer, si los rumores eran verdaderos, ella sería más grande incluso que Báleyr, preguntarle la edad a una dama no era una idea brillante, el rostro de su amiga Iris Apfel apareció rápidamente en sus pensamientos y sonrió amablemente. Poniendo atención a la Arcana y a la bebida que tenía enfrente de sus ojos. Tomo el pequeño vaso y sintió el aroma de la bebida, para dar un trago ligero. Giro confundido su rostro y miro Tauro mientras ella hablaba. – Entonces es un ataque.- Dio el último trago a su bebida y jadeo un poco, la ronca voz del tatuado prosiguió. – Si la primera forma es más pasiva, esta última debe ser totalmente activa.- Axel llevó su mano sobre su sien e hizo un gesto por un par de segundos mostrando sus sucios dientes. – tak men ikke- Negándose a la pasta para continuar. Imagino que entrar en un ataque directo debe poder uno “vivir” aquellos recuerdos.- Exclamó el hombre, intentando entender lo que significaban las palabras de la Arcana.
  23. Axel sonrió placido, al notar que no estaba perdido como el imaginaba. Pues parecía que había llegado al punto de encuentro de Legilmancia, más y más personas llegaban al mismo lugar que él. Levantó la mano rápidamente para saludar a la recién llegada, era muy extraño no verla junto con su esposo, pues Axel jamás los había visto separados, inclusive llego a pensar que compartían el baño y coordinaban sus funciones corporales para hacerlas juntos Así se dio cuenta que no pudo notar que el tiempo había transcurrido, pues Axel estaba seguro que había llegado en la tarde y había escuchado a Ishaya decir que sus compañeras estaban con Rosalia, pero al parecer había llegado en la mañana, el Rexdemort solo sonrió y despeinó su cabello negro, intentando no pensar en el tiempo, quizá esas plantas y esa humedad excesiva lo hacían ver visiones. -Así que es ella.- Levantó la ceja al ver a la arcana, una mujer joven y con un ánimo envidiable, mientras continuaba en silencio y esbozo una sonrisa amable a la Arcana. Miró al cielo por un segundo y regreso su mirada a la profesora, esa humedad era causada por la tormenta que se avecinaba. –Interesante.- Siguiendo a la mujer a su casa, era una sensación extraña pues aun podía recordar sus clases con el otro anciano, lleno de sangre, viseras y un aroma de putrefacción, situación completamente diferente, un cambio de 180 grados. Metió las manos a sus bolsillos y siguió primero a la Arcana, cuando sus ojos le hicieron una mala jugada clavándose directamente en el derrière de la Legilimante. De izquierda a derecha se tambaleaba, cuando hablaba sobre algo que Axel obviamente ignoro, pues en su cabeza solo se formulaba una pregunta. – ¿En serio era una anciana aquella mujer?- Automáticamente solo respondió con un movimiento de cabeza sentándose enfrente de la mesa, valla que era hermosa aquella mujer. Sonrió sin pronunciar palabra de nuevo, que demonios estaba hablando la Arcana, solo escucho algo de que los separaría. Miro a sus compañeros rápidamente y asentó con la cabeza, para salir de aquella cocina. Miro rapidamente a Ishaya y se despidió por el momento del mago y la Warlock. El joven Rexdemort solo suspiro respirando el aire, ojala empezara a llover, añoraba una tarde fría y lluviosa. Dándose cuenta que Rósalia continuaría con sus alumnos y los nuevos esperaríamos un poco más. Camino un par de pasos alejándose del ajetreo e incendio sus dedos con un chasquido un pequeño truco aprendido en Praga, Axel necesitaba un cigarrillo.
  24. Una voz familiar llamo la atención del hombre, haciendo que este volteara rápidamente hacia la derecha según su oído. – Ishaya....- Sonrió bajo aquella oscura barba, escondiendo sus amarillentos y sucios dientes con la mueca de su boca. Por un momento Axel olvido que estaba rodeado de plantas, para estrechar la mano del mago. – Hej, si vine a buscar a la Arcana.- Con su marcado acento extranjero y su grave voz, Axel correspondió al saludo del mago, mirándolo con curiosidad. - ¿Valkyria y Adryane? – Repitió frunciendo el entrecejo, al escuchar a su amigo. Escuchó en silencio a Ishaya, y junto con aquel terreno, esos dos elementos solo alimentaron la excitación mental del mago Rexdemort, al cuestionarse como funcionaba la forma de enseñanza de Rósalia Pereira. – Una grata sorpresa.- Para darle una fraternal palmada en el hombro al Tonks, actuando de forma prudente aunque realmente estaba muy emocionado por encontrarse con aquella mujer. Enseguida una voz femenina atravesó lo que parecía ser un jardín, por una fracción de segundo Axel pensó que Rósalia llegaría, pero no fue asi. En realidad era una mujer que le sorprendió bastante -Woo.- Silbó el hombre, para saludar de forma formal a la recién llegada. -Mucho tiempo sin cruzarnos.- Al mismo tiempo que abría otro botón de su camisa, Axel era el único de todos ellos que sentía un calor infernal desde que entró a ese lugar.
  25. Los ojos negros del Rexdemort miraban fijamente su reflejo, suspiró por un segundo antes de enfrentarse a aquella ventana que se encontraba delante de él. Los años empezaban a pesarle al hombre, ya no era aquel jovencito; cuando sacudió su cabello y pudo notar algunos cabellos blancos. Báleyr se lo había advertido, pero Axel tenía sed de conocimiento y era ese el motivo por el cual se encontraba ese día, allí parado en medio de la universidad, mirando fijamente su reflejo. Su rostro inexpresivo, había cambiado sus ideales soñadores y visionarios, por una mirada pragmática del mundo, era por eso que tenía una cita con Rósalia Pereira. Los hombres de intelecto más amplio saben que no hay una clara distinción entre lo real y lo irreal; que todas las cosas aparecen como lo hacen solo en virtud de los delicados soportes físicos y mentales individuales a través de los cuales nos hacemos consientes a ellas, pero el materialismo prosaico de la mayoría lo condena como locura, los destellos de Legilimencia que penetraban en el velo común del empirismo obvio. Más allá del misticismo que rodeaba a aquella mujer, Axel se sentía emocionado. Sacudió una vez más la cabeza como un perro, cerró los ojos y trago saliva. A veces su mente era un caos total, quizá otra razón por la cual quería incursionar en los aposentos de la arcana. Recuperando la conciencia, Axel se apresuró. Metió sus tatuadas manos sobre los bolsillos de sus jeans rotos, y continúo el camino hacia el lugar indicado. Al llegar quedo en silencio, era la primera vez que veía aquel extraño lugar. Con una actitud bizarra se adentró paulatinamente al lugar, con su peculiar aroma a cigarrillo caminaba asombrado destacando por su ropa negra en ese lugar tan verde, la vegetación era sorprendente, había demasiadas plantas. Ahora solo restaba encontrarse con la arcana, estaba seguro que ella debería saber perfectamente que Axel había llegado. Por lo que se tomó su tiempo admirando la flora del lugar.

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