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Axel Rexdemort

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Todo lo publicado por Axel Rexdemort

  1. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    El cuerpo desnudo de aquella mujer resaltaba entre las tumbas, la atmosfera era pesada. Axel no conocía bien la belleza, el terror y el misterio de aquel reino oscuro en el que solo algunos soñadores se atrevían a imaginar y el cual era la prueba para los Nigromantes, un lugar tan extraordinario donde habitaban las almas después de la muerte. El tatuado enmudeció instantáneamente ante las palabras de aquella morena mujer, pero por mucho que el anciano Báleyr le hubiese advertido, la tentación era grande acaso Axel osaría ignorar las recomendaciones del tuerto. Los penetrantes ojos negros de aquella mujer miraban directamente al mago, un fantasma, un espectro, Axel no podía responderse aquella pregunta. – No puedo. – Su voz temblo un poco, y Axel volvió a tragar saliva. – Mi maestro me dijo…- - ¡Dejalo en paz! - Sus palabras callaron bruscamente, la mujer había desaparecido. -¿Almas en pena? – Susurro para si mismo llevando sus manos sobre su rostro, se sentía cansado, la noche en vela ya le estaba cobrando factura y el silencio espectral de aquel lugar lo estaba poniendo nervioso. ¿Quién había ahuyentado a aquella mujer de color? -¿Buscas a Andreas? – Una nueva voz llamo su atención, Axel levanto la mirada, pero no había nadie, que tipo de lugar era aquel dentro del portal. – Andreas observo todo, no le interesa saber nada de ti.- La voz cada vez sonaba más familiar, Axel continuaba buscando la fuente de aquel sonido. – Profanaste su tumba, trasgrediste su cuerpo y ahora quieres quebrantar su alma, Axel Rexdemort eres un ser despreciable. – - ¿Gabrielle? – Dijo con voz trepidante. ¿Aquella era la voz de su esposa que habia fallecido varios años atrás? – Las almas pueden llegar a permanecer al lado de sus cuerpos por algún tiempo, con la esperanza de cruzar el limbo entre la vida y la muerte. -¿Eres tu Gabrielle? – Axel volvió a preguntar. – Andreas está aquí, pero no podrás convencerlo, Los que han ido más allá, rara vez han regresado. – La voz empezó a consumirse mientras el Rexdemort camino sobre las tumbas, hasta encontrar una tumba de piedra rosada en la cual el nombre del propietario se encontraba tachado. -No soy despreciable. – Susurró el danés, arrodillándose en la tumba, se encontraba muy cansado y el aliento empezaba a faltarle. Aquel mórbido museo de lapidas, calaveras y detalles de piedra lo estaba volviendo loco, cuando noto un rostro familiar el que lo observaba detrás de aquella tumba rosada. -¿Te conozco? – Pregunto Axel, mirando a la figura etérea. La afilada nariz, la mandíbula pronunciada, el cabello negro. Axel conocía a ese hombre. -Axel Rexdemort, eres un ser despreciable. – Grito aquel ente, su voz irradiaba molestia. El mago miro sus propias manos, clavando sus ojos primero en su mano derecha donde leyó LIFE y después a la izquierda para leer DEATH. Levanto la mirada hacia aquel ser, claro que lo conocía; El Rexdemort había pasado dos días conviviendo con él, Andreas estaba parado enfrente de Axel y ya no estaba con los ojos cerrados y el abdomen abierto. - ¿Te encontré? – Suspiró el danés.
  2. Axel sonrió y no pudo evitar reír un poco, Cillan no solo era un rompe corazones muggles, también había salido un excelente ladrón, cuando vio el teléfono celular del mesero. – Ese es un nuevo termino de “me das tu teléfono” – Axel rio divertido, esperando poder tomar la primera foto, cuando la voz de Sagitas se volvió a hacer presente. El danés le sonrió a unas mujeres que lo veían y empezaron a reír, acaso Axel estaba coqueteando allí enfrente, no se quería quedar atrás de Cillan, pero cuando su compañero lo llamo a abordar, se dio cuenta que no estaba allí para socializar. Axel abordo el autobús detrás de Cillan, y sonrió al chofer, al ver la cara conocida de la bruja, ella conduciría aquella máquina. Por un momento supuso que no debería ser tan peligroso, total era la maestra de estudios muggles, pero eso la acreditaba para ser chofer? Axel se bajó de hombros y entrego los billetes. El autobús muggle se parecía mucho a los trenes que el usaba, pero este era más pequeño y no tenía compartimentos, así que supuso que eran inferiores. - Yo quiero la ventana. – Riendo un poco más, para sentarse al lado de la misma y dejar a Cillan sentándose al lado del pasillo. Axel se estaba divirtiendo de lo lindo. Fue cuando Sagitas empezó a mover el autobús, por un momento el danés se sintió nervioso al verla maniobrar con el gran volante ¿La bruja estaba completamente segura de lo que hacía? ¿Porque movía tanto aquella palanca con esa V? Cuando el vehículo se estabilizo, el tatuado pudo respirar más tranquilo dando un nuevo sorbo a su bebida. – Cillan…- Bajando un poco la voz, para que la mujer no los oyera. – ¿Me prestas el teléfono? – Sonriendo ampliamente, Cillan parecía confundido pero acepto sacándolo de su bolsillo. - Takk. – Axel lo tomo, y suspiro. – Que bonito. – tocando la superficie de cristal del aparato, cuando apretó sin querer un botón el que lo ilumino. – Genial, ya está prendido. – Le susurro a su cómplice el cual veía con curiosidad el aparato en las manos del danés. Entonces esta cosa se controla deslizando los dedos, sobre este cristal, - Esos muggles son increíblemente inteligentes. – Susurró el joven, al ver que había muchas opciones dentro de aquel cuadrito. - Facebook, esta dice Twitter, Instagram, Grindr, calculadora. – Leyó en voz alta para que Cillan pudiera escucharlo. – ¿Cómo saco las fotos? – Pregunto algo frustrado, cuando Cillan tomo el teléfono con sus manos y apunto un símbolo que decía “Camara” Axel solo sonrió, esperando que su compañero no se equivocara, y que Sagitas no se enterara que acababan de hurtar un teléfono muggle.
  3. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    El danés saco un poco la lengua, miro el cadáver, después al Arcano finalmente al portal, y repitió esto último un par de veces, estaba impaciente sí, pero aún tenía dudas, como distinguir el alma de una persona, como saber cual era un alma en pena. Báleyr ya lo había mencionado antes. Axel dudo por un segundo. Trago algo de saliva y miro el cadáver, el joven hombre descansaba desnudo en aquella mesa de piedra. ¿Qué edad tenia? Axel analizo su cuerpo sabía que su páncreas había sido el causante de su muerte, por eso fue el primero en descomponerse. Había sido una infección lo que había causado que aquel joven hombre, apuesto con buen cuerpo, terminara en las manos del Rexdemort como si se tratase de una muñeca vieja la cual el tatuado solo reparo. Pero era Axel realmente capaz de regresarlo al mundo de los vivos. No dudaba que su futuro fuera brillante. Axel suspiro y miro finalmente el ojo del Arcano, lo que lo impulso a dar un paso hacia adelante. Te traeré un regalo pal. – Sonrió Axel dirigiéndose al inmóvil cadáver, para hacer un gesto con la mano derecha, en señal de despedida al Arcano, cuando camino decidido al portal. Abrió los ojos lentamente. - ¿El cementerio de Ottery? – Exclamo Axel sorprendido. – Sigo aquí. – Mirando el lugar, las antiguas tumbas de piedra seguían allí, el hombre volteo inmediatamente. - Arcano…. – Dijo terminando en silencio, el anciano no estaba, ni el cuerpo, ni siquiera su chaqueta, estaba completamente solo dentro del cementerio, el cual comenzaba a oscurecerse. - ¿Qué quieres aquí? Largo. – Axel volvió a mirar a su alrededor, de donde venían aquella voz. – Demonios. – Dijo en el momento en el que detubo su mano en seco, Axel tenía la manía de despeinar su cabello cuando no sabía que hacer, pero en ese momento se congelo, había pasado horas con las manos dentro de un cadáver no se ensuciaría el pelo. Y observo sus manos. quedando en completo silencio. Miro la derecha, miro la izquierda, se llevó la mano a la nuca y a la sien. Ni una gota de sangre, ni una gota de sudor. – Lárgate intruso. – Aquella voz lo hizo volver a concentrarse en el lugar, ya no se encontraba en el cementerio, aunque lucia como tal. Busco un hombre. – Axel grito pero el lugar seguía solo. – ¡Busco a un hombre!- Volvió a gritar, empezando a caminar entre las tumbas y continúo gritando cada vez más fuerte. – ¡Busco a un hombre! ¿HEJ?... ¿HOLA?.....¡Der søger en mand! – No sabía cuanto tiempo había transcurrido, pero el cementerio seguía solo y los gritos de Axel hacían eco sobre el cementerio. El hombre llevo sus manos sobre sus ojos y bajo el rostro, Báleyr no dijo nada sobre ese lugar. – Diablos, ¿Dónde estás? – - Largo. – La voz parecía más clara, era acaso una mujer, Axel levanto la mirada y los ojos negros de una mujer lo miraban directamente enfrente de él. Treinta, quizás treinta y cinco, la mujer era joven, su piel morena y sus gruesos labios, una mujer muy bella - No perteneces aquí, lárgate. – La mujer dijo con serenidad. – Estoy buscando a un hombre y no me iré de aquí. – Axel respondió sintiendo la garganta algo seca. - Entonces, Llévame a mí. – La mujer hablo y su voz sonó fuerte dentro de la cabeza del tatuado.
  4. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    El danés asentó con la cabeza, estaba agradecido con el Arcano de que le permitiera continuar al lado de aquel joven, algo tenían aquellos ojos que lo motivaban a continuar. Fue así como Axel Rexdemort sin dudarlo salto dentro de la grieta, sabía que la clase de aquel día requeriría más que la pasada. En un instante abrió los ojos, cuando la luz solar golpeo su cara algo que lo desconcertó. Miro de arriba abajo, de izquierda a derecha, conocía aquel lugar el cementerio de Ottery a las afueras de la ciudad, Axel trago saliva al momento que escucho la primera orden del anciano hombre, lo difícil aun no comenzaba. La piel blanca, el cabello negro y la gran herida en el pecho de aquel hombre. Axel intento guardar la serenidad al ver al joven cadáver sobre la mesa, habían pasado algunas horas y lucia peor, notándolo al acercarse. El tatuado se quitó su chaqueta de cuero y la coloco encima de una tumba, miro una vez más al arcano Báleyr y suspiro ignorando el potente aroma que desprendía aquel muchacho sobre la cama de piedra. Saco de su chaqueta su varita y la coloco sobre su mano derecha como si de una pluma se tratase, Axel tenía una vaga idea de como continuar aquel “trabajo” sin llegar a ser una carnicería. Colocando una pequeña libreta al lado del cadáver. El trabajo comenzó, Axel empezó a tratar aquella herida en el páncreas, los gusanos ya no se encontraban sobre el cadáver, pero aun así reviso detalladamente cada parte de la herida, no quería dejar nada mal. Una vez que estuvo seguro con la punta de su varita como si se tratara de una máquina de coser, marcaba la pauta con sus dedos sobre la piel y después con su varita intentando cerrar la herida que el mismo había provocado la clase pasada. Las horas pasaban, Axel no sabía exactamente cuanto tiempo había transcurrido pero pudo notar que la sombra del sol se había movido, cuando finalmente termino de recorrer todo el corte con sus dedos y su varita, sus reiterados encantamientos parecían funcionar, la herida del torso parecía cesar pero no terminaba de cerrar por completo. Con un pequeño paño empezó a limpiar el rostro del joven, usaba demasiada delicadeza y empeño, lo que menos quería lastimarlo más, la tarea podía parecer asquerosa pero Axel había tomado las precauciones necesarias, cuando termino de limpiar el rostro y después empezó a pasar sus dedos sobre el pecho del joven. Sus manos ya conocían el cuerpo de aquel hombre, apretando con firmeza pero sin marcar mucha fuerza Axel recorrió su pecho, bajo por su vientre y termino cerca de sus los muslos, palpando con sus yemas. El Rexdemort levanto la mirada, el arcano seguía sumido en sus pensamientos cuando el joven saco de su chaqueta un par de bálsamos y algo de alcohol. – Ojala que sirva. – Susurro en danés cuando termino de limpiar el cadáver, la herida aun no cerraba por completo y era grande, había intentado por todos los medios curar aquel páncreas y había hecho todo lo que tenía a su alcancé. Cuando Axel se levantó de aquella mesa que tenía horas torturándolo con una sonrisa algo torcida, no sabía si estaba listo pero lo asumió cuando noto al Arcano. Miro con sorpresa el cementerio, en un radio de un par de metros no entendía bien, pero al sentir aquel aroma un ápice de emoción se hizo presente. -Almas en pena… - Repitió seguro de sus palabras y espero con calma el siguiente movimiento del maestro.
  5. El danés seguía sorprendido, no era la primera vez que se encontraba rodeado de muggles, Axel amaba los muggles, no por nada había decidido abrir un negocio de antigüedades, su colección se componía de vestidos, armas y objetos variados, pero todos esos artículos modernos lo entusiasmaban, y ver a tantas personas con sus teléfonos celulares le parecía excitante. Pero si deseaba aprender más de su tecnología debería encontrar a la profesora y tal como Cillan había comentado, mientras lo seguía de cerca, no quería perderlo también a él. Fue cuando escucho la voz y levanto la cabeza intentando descubrir donde se encontraban. - Dinero muggle? – Miro la cara de su compañero. – No traigo ni un galeón, mucho menos dinero muggle….. en Gringotts no hay alguna casa de Cambio que cambie Galeones por Euros. – Suspiro al empezar a caminar lentamente detrás de Cillan. - Starbucks- Su sonrisa se hizo presente al ver a la sirena del cartel verde de aquel negocio. – Esa es la clave. – No podía esconder su alegría, Axel conocía los Starbucks. – Esos cafés, son los que te decía, las jovencitas muggles adoran tomarse fotos con ellos. – Susurró el joven acercándose a Cillan, para que solo él lo escuchara. Al notar que Cillan estaba más preocupado por el dinero. Axel volvió a suspirar, el dinero no se interpondría entre su café y el. Levanto la mirada y busco al mesero. Pudo localizar a un apuesto joven con un delantal verde y una gorra negra, era el único. - Cillan distraelo, preguntale su teléfono, donde está el baño, algo…. Yo me encargo, nos vemos en la puerta del autobús. – Estaba seguro su compañero había entendido el plan, pues solo se adelantó un poco y se encamino hacía al joven hombre. Axel por su parte, miro a todos lados y despeino un poco su cabello, esperaba que algún grupo de personas aparecieran pronto. Cuando su oportunidad llego de improviso. Camino rápidamente entre las personas, cuando por fin llego a la mesa, la cual se encontraba vacía, y tal como lo dijo la voz los dos vasos sostenían unos boletos. – Perfecto. – Susurró el hombre, y volvió a revisar si el único mesero seguía embobado con su compañero. - Alex…. Es Axel, no Alex. – Balbuceó en danés al tomar el café y leer sobre él, para tomar el otro y leer Cillan sobre el otro. Axel guardo los boletos dentro del bolsillo de su pantalón, tomo cada café con sus manos, y camino rápidamente hacia una turba de chicas, las cuales reían y se tomaban fotos con sus teléfonos a sus cafés, Axel solo suspiro. - Misión completa. – Miro triunfante el café y dándole un sorbo sonrió, estaba bastante rico para haber sido robado. – Supongo que lo pagaremos después. – Bajándose de hombros, mientras buscaba a Cillan entre las personas, dudaba que alguien sospechara que era parte del crimen del robo de dos cafés, aunque se estaba demorando. Axel miro su reflejo con ambos cafés en la mano sobre la puerta de cristal del camión indicado. – Quiero una foto con este café. – Dando un nuevo sorbo, levantando la cara en busca de su compañero, ojala no estuviera flirteando con aquel mesero.
  6. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    Axel solo bajo los hombres y suspiro resignado, que había pasado debajo de esa mazmorra. El mago observo el cuerpo mutilado y en su cara apareció una media sonrisa, para dar media vuelta y abandonar el lugar arrastrando los pies, había sido una jornada dura y necesitaba tomar un buen baño. Esa noche el danés no pudo dormir, en su mente no dejaba de vagar el rostro aquel joven hombre que yacía muerto sobre la mesa dentro de los aposentos del arcano Báleyr. Axel solo miraba la oscuridad de su habitación y miraba de vez en cuando el reloj al lado de su cama, las horas transcurrían lentamente, la noche aun no llegaba a su clímax y Axel no podía calmarse, las preguntas inundaban su cabeza, mientras el minutero de su reloj caminaba paulatinamente, faltaban unos minutos para que dieran las cuatro de la mañana. Los ojos cerrados de aquel joven hombre y su cuerpo inerte, inundablemente habían abierto una sima en la mente de Axel Rexdemort, lo que obligaron al semidesnudo hombre a abandonar su cama e ir a su pequeño estudio, estaba seguro que tenía algún libro sobre anatomía en su colección de objetos muggles, que lo ayudaría a espabilar aquellos pensamientos tortuosos. El hombre observo su reflejo en aquel sucio espejo, y miro el enorme tatuaje que atravesaba su pecho además de que llegaba hasta la cabeza. Había pasado la noche en vela leyendo ese libro francés de La Poule Noire sobre la vida de los vampiros. Se lavó la cara, los dientes, se vistió con lo primero que encontró, no se sentía cansado solo frustrado. Salió del callejón Diagón con dirección a Londres, sabía que podría algo de información en alguna biblioteca muggle sobre anatomía, al final de cuentas Axel era un tipo sorprendentemente testarudo, a veces enigmático y oscuramente horrible cuando algo se le clavaba como objetivo. Sabía que Báleyr tendría algún libro de saberes arcanos o rituales mágicos, pero prefería ir un poco más instruido en el cuerpo humano, no quería repetir los sucesos de ayer. No tenía ningún grimorio que hablara sobre Necromancia, en serio era una rama de la magia muy oscura que los únicos libros que Axel tenía a su alcance omitían ese contenido tachándolo de prohibido. Había llegado de nuevo a las mazmorras, donde el tuerto se encontraba y sintió un déjà vu, al volver a titubear delante de la puerta. Axel lucía un poco demacrado, pero se sentía en plena forma y estaba decidido. Coloco su tatuada mano derecha sobre el picaporte y movió con fuerza, para entrar lentamente a la oscura habitación. El aroma ya no lo sorprendió y localizo al Arcano entre las sombras, el cual parecía muerto; Axel camino directo hacia el hombre e hizo una pequeña reverencia. – Maestro Báleyr. – hizo una pausa al ver como el anciano levantaba la cara y su único ojo se clavaba en él. – Quiero pedirle, que hoy me deje continuar con el cuerpo con el cual ayer trabaje, estoy seguro que puedo curarlo y con sus consejos podre encaminar a esa alma perdida de vuelta. – Sus palabras eran claras y su acento escandinavo fue muy notorio, el tatuado quería cerrar ese capítulo y estaba completamente seguro que podría ayudar a aquel joven muerto que había conocido el día de ayer en aquella húmeda habitación.
  7. Axel bajo un poco la mirada encorvándose cerca de los faros del autobús, “Benuza” resultaba ser un vehículo totalmente diferente a los que el danés conocía, había tenido la suerte de montar un par por las calles de Riga, pero el autobús era todo un reto, por el tamaño podía imaginarse que debería ser mucho más poderoso que esos pequeños automóviles. Axel metió sus manos a los bolsillos de sus jeans y dio unos pasos hacia atrás, para mirar en todo su esplendor a tan curiosa máquina. -Ojala Sagitas nos deje conducir esta cosa. – Sonriendo emocionado, no sabía bien que esperar de la bruja, pero quizá un pequeño paseo fuera parte del itinerario. Fue cuando una mano lo toco y el escandinavo dio media vuelta. – ¿Cillan? – Pregunto sorprendido, acercándose para estrechar su mano, habían pasado algo de tiempo desde que lo había visto, por lo mismo el tatuado se sentía bastante sorprendido, esperaba encontrarse cualquier cosa menos a aquel mago. Después de un fraternal abrazo, Rexdemort escucho con atención a su amigo. – Seremos compañeros. – Sonrió una vez más. Despidiéndose de Benuza con la mano para caminar al lado de Cillan en aquel lugar. -Acabo de llegar, imagino que Sagitas debe de andar cerca, ¿Qué tan difícil puede ser encontrarla? – Riendo un poco, para continuar caminando detrás de un par de personas. – Hace unos días, me puse a estudiar los teléfonos celulares, son similares a las lechuzas, pero más fáciles de usar, Ojala Sagitas nos de uno. – Bromeo el mago, aunque una parte de él, realmente quería un teléfono muggle, supuso que dentro de aquella clase sería fácil adquirir uno. – Quiero tomar selfies. – Riendo un poco más, para continuar buscando entre las personas. -Mi carta no decía nada, solo que viniera al aula, así que supongo que no debe estar lejos, ni siquiera se dónde nos encontramos, solo es una ciudad muggle. –Comentó el muchacho a su compañero, intentando ponerse erecto para buscar entre la gente, ¿Dónde se habría metido la bruja?
  8. -Sin varitas Laganja. – Dijo el mago el cual se miraba sobre el reflejo de un viejo espejo mientras se afeitaba. – Ves Laganja, me veo guapo. – Bromeo el mago al pequeño jobberknoll que observaba al mago desde arriba del armario de su habitación. El silencio de la pequeña avecilla era evidente, así que era la mejor compañera de conversación del danés. El mago abotono su camisa blanca y modelo enfrente del espejo. – Ya se lo que piensas Alaska. – Arremangando un poco las mangas sin dejar de enfocarse en el reflejo. – Recuerdas lo que te dije, eso de los ministros, tengo que volver a tomar esta clase para la certificación oficial. – Axel sonrió y fue en busca de sus jeans que se encontraban en la cama, donde otro jobberknoll se posaba. -Sabes que los ministros están locos, y esas reglas de la universidad aplican a todos los ciudadanos.- Poniéndose los pantalones para acomodarse la camisa - Lo hablamos en el consejo de Warlocks, es obligatorio para todos, gracias a mis contactos conseguí entrar a la clase. - - Bueno Laganja, al menos sé que Sagitas es la encargada de la clase. – Mirando el enorme tentáculo tatuado que atravesaba su cuello, para intentar ocultarlo un poco con el cuello de su camisa. – Ustedes saben que yo solo se lo básico de muggles. – Acomodando el cuello nuevamente. – Es decir viví con magos en ciudades muggles, pero vivía con magos, siempre es bueno aprender un poco más sobre ellos. – Volviendo a girar ahora hacia la derecha su cuello. – Saben lo extraño que resulta que tenga un local de objetos muggles, y el ministerio haya revocado mis estudios muggles como transitorios? … Es terrible. – Dándose por vencido con el cuello de la camisa, y desabotonándose un par de botones, Axel supuso que en vez de esconder aquel tatuaje sobre su garganta, sería menos notorio mostrar una parte de él. Total el mago no era de los que pasaba desapercibidos y el hecho que tuviera mas tinta encima que los últimos documentos urgentes de la vice ministra, estaba acostumbrado a las miradas curiosas. - Se los dije, me veo muy bien. – Sonrió el mago girando hacia las dos avecillas mudas, las cuales no parecían prestarle mucha atención al danés. – Bueno chicas, no se a que hora regrese, así que les pido cuiden el negocio. – Colocando su varita cerca del espejo, para salir de su habitación y desaparecer. - Sagitas…. Sagitas…. Sagitas… - Repaso el mago, recordando que la última vez que cruzo palabra con ella, él había causado un pequeño incendio. Ojala lo hubiera olvidado, el danés no pensaba quemar nada en la clase, a menos que ella lo pidiese. Fue cuando el mago llego al aula. Toco un par de veces, y espero en silencio, para repetir por al menos 2 veces más. Axel miro a los lados y giro la perilla, para entrar a la habitación. Axel cerró los ojos. – Hay mucha luz en este cuarto. – Abriendo la boca sorprendido al mirar que se encontraba en el exterior, dando media vuelta para darse cuenta que la puerta donde había entrado ya no se encontraba. – Que bonito. – Sonrió el mago, mirando hacia todos lados. Para empezar a caminar entre las personas, nunca había estado en una estación de autobuses, acercándose hacia un gran autobús. – Nunca había visto un automóvil muggle tan grande. – Pensó el mago leyendo la palabra “Benuza” encima del autobús. - Este tipo de autobuses se llaman así eh. –Sonriendo, ampliamente. Los viajes de Axel a Copenhague o a Riga el siempre intentaba llegar a comunidades mágicas, pero esta era la primera vez que estaba en una ciudad muggle sin ninguna pista. Donde se encontraría Sagitas, entre tanta gente no podía identificar a la mujer.
  9. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    Axel trago saliva, el solo observar a los insectos le había revuelto más el estómago intentaba no mirar directamente el cadáver, pero era imposible. El danés levanto la mirada sobre la mujer, porque estaba tan molesta de un momento a otro, era acaso que se había molestado porque prácticamente él había apuñalado al cadáver. Axel suspiro. - Podemos “arreglar” – Haciendo una seña de comillas con las manos. – El cadáver antes de curarlo, de nada nos servirá un cadáver en buen estado cuando el interior está podrido. – Susurró el tatuado, pero al parecer la matriarca Selwyn no lo escucho, pues solo le dio la espalda después de dar media vuelta. – ¿Eh? – El hombre bacilo por un segundo. No entendía nada de lo que ocurría en ese lugar en aquel instante, Lyra lucia bastante molesta. El mago no sabía exactamente que hacer, miro a los lados buscando ayuda, pero los comentarios del Arcano le cayeron como balde de agua fría, al escuchar la respuesta de Lyra, se estaba enfrentando al tuerto. Axel continuaba en silencio, observaba a su madrina discutir con el anciano, sin hacer nada para intervenir, fue cuando la mujer se desato en contra de él. Axel estaba confundido al escuchar las palabras de la mujer. – Yo no estoy criticando. – Alcanzo a decir en aquella avalancha de comentarios que cada vez eran más mordaces. El muchacho solo intentaba buscar alguna palabra para tranquilizar a su madrina, pero no sabía por donde empezar, no le molestaba que ella intentara curar el cuerpo, pero no sería más importante encontrar la causa de la muerte y sacar aquel nido de gusanos que lo carcomían por dentro, Axel no sabía como continuar en aquel momento que se puso cada vez más incómodo. -Siempre podemos curarlo al final, una abertura como esta puede ser fácilmente cerrada con algún hechizo o poción, tal como ocurrió en el brazo. – Alego en su defensa, pero Lyra parecía demasiado molesta como para escucharlo, era acaso que realmente estaba criticándola, la ambición de conocimiento de Axel había lo había cegado. -Pero…- El mago volvió a quedarse en silencio, cuando ella empezó a terminar el trabajo sucio, metiendo las manos dentro de las vísceras del cadáver para colocar los insectos en un plato donde Axel pudo ver su reflejo por un segundo. El danés miro para todos lados, la mujer se quitó los guantes y salió en silencio de la mazmorra, dejando el plato con aquel asqueroso nido sobre la mesa y a él con una mueca de desconcierto en la cara. -Arcano. – Pregunto el joven hombre, al darse cuenta que ella había salido y los había dejado solos. Observando el cadáver aun abierto, suponía que ahora debería ponerse a curarlo, justo lo que Lyra había empezado, pero aun no sabía que más hacer, ir tras ella, o esperar a que regresara. - For fanden!- Balbuceo en danés el escandinavo.
  10. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    - ¿Qué demonios? – Suspiró el mago al escuchar a Lyra, la bruja podía bromear en un momento así, la idea de ella era realmente útil, pero aún faltaba descubrir que había ocurrido con aquel hombre. Axel miro los ojos de su víctima y frunció el entrecejo con algo de frustración, que tipo de destino le habría ocurrido un hombre tan joven para estar ese día en la mesa de una mazmorra con dos magos trasgrediendo su cuerpo. Axel intento no pensar más en el pasado de aquel hombre y puso atención a los comentarios de su madrina, ella tenía razón lo mejor sería restaurar el cuerpo por completo, sin embargo sus ojos se posaron en el brazo del veinteañero, cuando Lyra no pudo cerrarla bien la herida que ambos tenían a causa de la daga. – Madrina, no podemos curarlo si no acabamos con el problema primero. – Susurró el mago intentando no ser oído por el arcano, al ver que la poción de díctamo curaba las zonas del cuerpo, pero no terminaban de cerrar. La atención del danés se enfocó ahora en su mismo brazo, el corte había sido detenido y la sangre desaparecido, pero la del cadáver era totalmente diferente. – Madrina.- Apuntando con la mirada al brazo para que ella lo viera primero, cuando hablo de sacar la ponzoña. - Pienso que todavía el usar hechizos curativos y las pociones de curación es muy anticipado. – Una pequeña gota de sangre negra caí lentamente de la nariz del cadáver. – Este cuerpo tiene ya un par de días muerto, si la sangre es negra porque se está pudriendo dentro de el mismo ¿No? ¿Necesitaríamos detener la putrefacción? – Preguntó el tatuado levantando un poco los hombros. Buscando los ojos de la bruja, parecía que el hombre tenía otra fantástica idea, pero necesitaba contar con el apoyo de su madrina por si algo no salía como lo esperaba. Lyra se quedó en silencio, parecía pensar en las palabras del Rexdemort, y no hizo nada cuando el mago volvió a invocar su daga del sacrificio. Axel le sonrió un poco nervioso, esperaba no cometer otro garrafal error, al final de cuentas solo deseaba aprender más de la muerte y el primer paso era ganarle a la naturaleza. Axel giro la daga entre sus dedos y bajo un poco la cara para centrarse en el abdomen del cadáver. Pudo observar que Lyra no lo detendría de su pequeño experimento, así que sin pensarlo clavo lentamente el filo de su daga. - Lurt. – Maldijo por segunda ocasión, el corte fue profundo de derecha a izquierda sobre el abdomen del hombre, la sangre negra volvió a escurrir desde la herida y el hedor era más prominente, pero ni eso detuvo al Warlock para terminar el corte presionando mas fuerte su daga contra su víctima, como si se tratase de una fruta. La matriarca Selwyn miro la escena con asco y Axel casi juro que la escucho tragando saliva, cuando por fin había terminado la inserción mostrando a todos los presentes las viseras del hombre. Axel no sabía nada del cuerpo humano, pero pensó que quizá esa masa amorfa y asquerosa de color negruzco debió haber sido el estómago. Intentando no vomitar al identificar los intestinos del muerto. Envidiaba un poco el temple de su madrina y del arcano Báyler, ellos parecían estar más acostumbrados a ese tipo de cosas, cuando ella apunto con la varita a algo que se movia debajo de aquella masa. - ¿Qué demonios? – Axel observo sus dedos, se encontraban llenos de sangre después de haber efectuado el corte, pero su sorpresa no termino allí. Lyra había encontrado dentro del estómago un nido de larvas las cuales sobrevivían alimentándose a costa del hombre muerto. Axel no resistiría más al ver a los gusanos blanquecinos. Pero solo intento mantener la calma, no podía darse el lujo de vomitar su desayuno sobre un cadáver abierto en dos, de seguro Báyler le prohibiría incluso el acceso a la Universidad si hiciera eso. - Saquemos esas cosas, y busquemos la causa de la muerte. – Cerrando un poco los ojos y dirigiéndose hacia Lyra, la cual parecía conocer el siguiente paso en esa autopsia. Si ambos podían detener la descomposición sería mucho más fácil sanarlo usando la magia o las pociones de Lyra. Axel solo pensaba en las palabras del Arcano en ese momento, a ninguna alma le gustaría regresar a un cuerpo infestado de gusanos y podrido por dentro.
  11. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    Axel sonrió, al ver a Lyra reaccionar buscando una enciclopedia, no era la primera vez que veía que ella cargaba un sinfín de artículos diversos en su monedero, pero jamás se le ocurrió que tuviera un libro así de grueso. Continuo palpando incluso un poco más fuerte, Axel supuso que no le molestaría mucho al joven hombre, de todas formas se encontraba muerto; era una escena un poco desagradable, pero el danés estaba preparado y miro por un momento al arcano, el tuerto solo miraba a sus dos pupilos, y continuaba en silencio. El Rex suspiro, al parecer se estaba acostumbrando al aroma del cuerpo. Levanto un poco la cabeza, sin dejar de tocar al hombre, intentando descifrar aquel dibujo del cuerpo humano, era extraño jamás en su vida se había puesto a pensar en como funcionaban los órganos internos. - Delgado. – Susurró el hombre, cuando Lyra menciono eso y parecía buscar nuevamente algo en su gran libro. Axel miro detenidamente el pecho del hombre Pectorales bien definidos, abdomen trabajado, el joven en vida debió haber sido muy popular entre las mujeres, tenía un cuerpo bien desarrollado para su corta edad. – Lo siento amigo, no soy un pervertido, pero te tengo que tocar un poco más.- Le susurró al cadáver, Axel no perdía el sentido del humor aunque intentaba esconderlo un poco, la figura de Báleyr lo intimidaba un poco. Axel presionó el punto donde él y Lyra descubrieron el páncreas, después el tatuado llevo su mano izquierda sobre el brazo del joven hombre, apretando un poco más fuerte. Axel se quedó en silencio y miro a Lyra, para después bajar la mano un poco, exactamente en sus piernas. Ese hombre se estaba convirtiendo en un enigma. - Mira.- Apretando un poco más la pierna, intentando no lastimar más al cadáver. – Es delgado, pero no es delgado excesivo, en todo caso tiene… tenia buen cuerpo, aun se puede sentir musculo sobre sus brazos y sus piernas. – Axel, cerró la boca e hizo un gesto extraño. – Un episkey no puede curar un cuerpo muerto… ¿o sí? – Pregunto el mago a la mujer, para después apuntar sus ojos hacia el arcano, el cual seguía en completo silencio, el cuerpo estaba un poco hinchado. . Sin esperar una respuesta del arcano, Axel suspiro y le sonrió con algo de pena a la animaga. – Tengo una idea. – Le susurro a la mujer, levantando la mano izquierda, aquella donde la palabra DEATH se encontraba tatuada, misma en la cual se materializo rápidamente una daga. El color brillante de aquella arma, Lyra también conocía esa arma, la daga del sacrificio. El joven cerró los ojos por casi un segundo, y acto seguido hizo un corte poco profundo sobre su brazo. Lyra solo miraba confundida. En un instante la habitación se inundó en un terrible hedor, el olor era asqueroso el corte había aparecido en el brazo derecho del cadáver igual que el del mago, donde borbotaba una sustancia negra y viscosa. Sangre putrefacta. Axel intento no vomitar cuando su dago calló al suelo y desaparecio segundos después, el cuerpo se encontraba ya empezando el estado de putrefacción, la respuesta de la pregunta que había hecho, el solo ya la había respondido, era imposible que un solo episkey pudiera con eso. – Lo siento.- Se disculpó rápidamente el hombre, con su madrina y después con el arcano; cuando miro el rostro del cadáver, un líquido escurría lentamente desde la nariz, los oídos y la boca. Acaso Axel había pinchado sobre aquella burbuja de restos humanos. - Lort. – Maldijo en danés, el cuerpo llevaba días muerto y ahora Axel lo había comprobado de primera mano, su cara mostraba preocupación y continuaba con asco. El rostro del hombre ahora lucia peor con aquellos líquidos oscuros chorreando.
  12. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    Axel sonrió, claro que era egoísmo, la misma nigromancia era una expresión de egoísmo, o por que otro motivo una persona estaría intentando aprender a revivir a los muertos, era egoísmo puro. Pero en ese momento se puso a pensar seriamente, ¿Perder algo? Axel no era capaz de usar la nigromancia, sabia un poco de artes oscuras, pero nunca indago en grimorios o libros que hablaran detalladamente de la nigromancia, fue cuando uno de sus temores se hizo presente. El danés no sabía nada previo de la materia, pero eso no lo despojaba de lo atractivo del conocimiento. Que preguntas tenia. Acaso un “todo” sería una pregunta adecuada, el hombre mantuvo la boca cerrada, cuando Lyra se atrevió a preguntar, el solo bajo la mirada. ¿De qué demonios hablaban la mujer y el arcano, que se perdía? ¿Magia? ¿Conocimiento? Axel estaba algo confundido, aunque el siguiente acto del arcano fue por lo que había elegido aquella habilidad y prefirió preguntar algo más concreto después. Rexdemort miro de arriba abajo el rostro del joven que descansaba en aquella mesa acercándose pausadamente para mirar con detenimiento su cara, sin dejar de escuchar al anciano mago. Casi inmediatamente que destaparon el cuerpo Axel llevo su mano derecha sobre su rostro, que hedor tan característico, el aroma de la putrefacción era espantoso, pero pudo notar suavemente, mirando por un segundo la otra mesa, el cuerpo del joven no apestaba nada en comparación al que seguía cubierto el cual desprendía un olor más fuerte. El tatuado mago continúo escuchando las instrucciones del arcano, y ahora sus ojos pasaron de su rostro hacia su cuello, su pecho, su abdomen y después al resto. – Sorry bror. – Suspiro en danés, al entender la tarea, y mirar a Lyra a los ojos. Ella debería tener más experiencia en eso. Axel subió un poco más su pantalón a su cadera y se dirigió al arcano. - ¿Podemos?… - Levantando ambas manos y señalando al cadáver. Axel coloco su mano derecha sobre el pecho del joven, la piel tenía una frialdad morbosa y la estructura celular de los tejidos era exageradamente tosca y poco coherente. La putrefacción era evidente, habían pasado días incluso podrían ser semanas desde la fecha de fallecimiento. La mano del Rexdemort palpo lentamente el pecho y bajo poco a poco hacia el abdomen, no era una sensación tan repugnante como había imaginado. Lyra miraba en silencio, hasta que Axel hablo. – Madrina. – Levantando la cara, mientras tocaba su abdomen en el lado izquierdo. – Aquí se siente diferente al resto del cuerpo. – Sería posible que hubiera algo malo, quizá la causa de la muerte se debiera a algo en esa zona del cuerpo. – ¿Aquí está el páncreas? – Pregunto a la mujer, él no era precisamente el mejor conocedor del cuerpo humano.
  13. El delicioso aroma de las pociones por la mañana, Axel caminaba lentamente, le agradaba las escencias del lugar, le parecian relajantes esa combinacion de hierbas, calderos o sustancias desconocidas, esa mañana se encontraba de buen humor, algo raro, quiza necesitaba mas amortentia o algo menos tóxico, o en todo caso algo mucho más tóxico. Sus pasos lentos lo habiían llevado hacia la segunda planta del magic mall, fue cuando empezo su busqueda, necesitaba alguna poción nueva, hacía tanto que no experimentaba con alguna que era un buen momento para hacerlo, entre todos los frascos alli expuestos uno rosado llamo su atención. - Que tenemos aqui? .- Se pregunto mirando de cerca la pocion. - Un nombre bastante ridiculo.- Penso al leer el nombre de sueño angelical de amor. - Axel miro hacia los lados, nadie lo veia, tomo un formulario y lo relleno rapidamente. - Tambien necesitare esta otra, creo que deberian venderlas juntas.- Finalizo al escribir buscando al empleado de la planta del segundo piso, para que revisara su compra. ID: 11499 Nick: Axel Rexdemort http://www.harrylati...showtopic=78155 Nivel Mágico: 15 Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Fecha: 2016-05-23 Nombre del producto: Sueño Angelical de Amor Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40P Precio: 2000 G Nombre del producto: Poción de odio Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AA Puntos por unidad: 20 P Precio: 1000 G
  14. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    - ¿Cerrar la puerta? – Escucho y pensó, sin quitar la mano de su nariz, -¿Quiere que nos ahoguemos en este lugar? – El hombre solo siguió las instrucciones, de la precaria pero grave voz que venía desde la oscuridad, cuando por fin pudo ver al Arcano, un viejo anciano leía un libro que parece incluso más viejo que el mismo. – Cliché. – Fue el primer adjetivo que atravesó su mente y adentrándose hacia la habitación para colocarse al lado de Lyra. Axel miro con precaución, pero fugazmente el lugar, estaba seguro que dentro de esa habitación contenía algún un cadáver fresco, viseras o algo similar. No era precisamente algo que lo entusiasmara pero estaba preparado, al final de cuentas si deseaba entender la muerte y la vida, tendría que soportar el infrecuente entorno que los rodeaba. Escuchó con atención a Lyra, sobretodo sus razones; Axel desconocía un poco el trabajo de los sanadores, pero entendía que ella buscaba conocimiento aunque entre sus palabras destaco para el cuándo hablo de revivir seres queridos, el solo se cruzó de brazos y bajo un poco la mirada. El arcano estaba en silencio y ningún sonido en aquella mazmorra, quizá podía ser algo incómodo, pero era mejor que escuchar algún ruido, algún sollozo o algo más tétrico, considerando que la materia en si trataba de regresar a la vida a los muertos, así que supuso que era su turno. - Yo soy Axel. – Levantando la mirada, buscando el ojo del profesor. – Mis razones son simples, quiero entender la muerte, quiero saber como funciona. – Apretó sus brazos contra su pecho y miro su tatuaje: el Kraken. Aquel de cuyos tentáculos representaban a personas importantes en su vida, ahora muertas. El pulpo simbolizaba los lazos de todos ellos con Axel, y la esperanza de siempre permanecer juntos aunque fuera en sus memorias. Sus amigos, su familia, su esposa, todas las personas que amo y que ya no se encontraban en ese mundo, eran representados con ese Kraken, los tentáculos tatuados recorrían su cuerpo, sus manos, su brazo, incluso llegaban sobre su garganta y su pecho. Axel era un mago danés, el cual nació en Copenhague, y viviendo parte de su vida en Estonia y Letonia, creía en los poderes de la magia oscura,los espíritus, las criaturas espectrales y sobretodo en las leyendas Vikingas. Quizá por la influencia muggle, quizá solo era ignorancia, pero el Rexdemort conocía la magia de los druidas y shamanes, pero esta era la primera vez que conocía a un mago que dominaba el arte de la Necromancia y no un charlatán. Axel era un simple muchacho que disfrutaba de ver el cielo y coleccionar objetos muggles, posiblemente tenía un temperamento desequilibrado, en extremo susceptible y anormalmente entusiasta y burlesco con sus repuestas a los fenómenos que le rodeaban, tal vez solo se negaba a admitir que aquella alteración y adicción a los tatuajes y al dolor que producían señalaba el verdadero paso de la cordura a la demencia del Rexdemort, pero Axel tenia fijo su objetivo, aprender Necromancia. - Quiero ser capaz de entender la muerte y la vida. – Mirando por un segundo sus manos, la palabra LIFE – Pero sobretodo quiero aprender a decir adiós, no quiero volver a quedarme con la sensación de vacío y soledad. – Las palabras de Axel eran lentas y lo más claras posibles pese a su acento escandinavo, las intenciones de hombre eran algo diferentes, lo hacía por sí mismo, deseaba ese conocimiento, ese poder ese consuelo.
  15. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    Axel giro inmediatamente cuando escucho una voz familiar y sonrió un poco al ver a su madrina detrás de él. – Hej, también buscando al arcano. – El Rexdemort se sintió un poco más confiado, Lyra era una mujer hábil y conocida en toda la sociedad de Ottery por lo que no le extraño que se encontrara en la Universidad aunque si un poco que también intentara conocer los secretos de la necromancia, una rama de la magia que honestamente no relacionaba con ella, sin embargo no quiso meterse en sus asuntos, la bruja era poderosa y una excelente persona, pero sus razones debería tener, quizá curiosidad, quizá algo más profundo, fuera lo que fuera, Axel se sentía mucho mejor con una cara cerca. - ¿Apfel? ¿Iris Apfel? ¿Madrina conoces a esa mujer? – Abriendo la boca un poco sorprendido, la anciana le había enviado una lechuza al hombre hacía tiempo, pero según su madrina, la había dejado esperando. – ¿Ya está en Ottery? Diablos… - Por un momento su mente solo pudo imaginar a la señora Apfel molesta con él, total era su jefa y su mentora. – Tendré que llevarle un buen regalo. – Susurro levantando los hombros en símbolo de resignación, cuando un aroma que salía de la puerta se hizo presente paulatinamente en el ambiente. El danés llevo su mano rápidamente sobre su nariz, un nauseabundo olor emanaba de la oscuridad de aquella habitación. Axel miro a su madrina e hizo un ademan, él había tocado la puerta anteriormente y esta había respondido abriendo, era obvio que alguien los invito a pasar y esperaba allí dentro. – Primero las damas. – Intentando aguantar un poco la respiración, el aroma era repugnante. Cuando Lyra y el entraron, fue testigo del desarrollo de una aberración allí dentro que no era el principio de una simple excentricidad, era una manía peligrosa que implicaba la posible existencia de tendencias homicidas o un trastorno peculiar en la mente del dueño del lugar. La habitación apestaba a muerte. Axel camino detrás de Lyra mientras los dos se sumergían en ese lugar, oscuro y tenebroso, era acaso la bienvenido a los aposentos del Arcano Báyler. Procuro ocultarlo pero seguía adelante por el frenético deseo de empaparse del conocimiento de la Nigromancia, el arcano debería estar allí dentro, si no quien había abierto las puertas, el olor seguía molestándole demasiado y la quietud del lugar lo hacía dudar un poco, pero estaba decidido en conocer al Arcano y ser su aprendiz.
  16. Axel Rexdemort

    Nigromancia

    Axel bebió rápidamente el contenido de su botella, el agua escurría por sus labios y mojo un poco su barba, realmente se encontraba nervioso y solo resoplo intentando calmarse, después de limpiarse la cara con el puño de la mano. - En las mazmorras. – Suspiró caminando lentamente por los pasillos de la universidad, era la primera vez que el joven mago entraba directamente al ateneo de las habilidades, no entendía el porque, pero se sentía nervioso quizá por conocer al arcano. Había indagado un poco con ayuda de su trabajo como Warlock y había descubierto que el maestro Báleyr era un mago muy diferente, no era tan amable como la Arcana Suluk o Amara, ni siquiera era como Lawan y su soledad, Báleyr era diferente, era una persona que incluso los directores de la academia llegaron a tachar de problemático y allí estaba Axel, caminando entre los más oscuros rincones del ateneo en busca de su vivienda. El mago no tenía ningún conocimiento previo, quizá eso era lo que más le preocupaba, no sabía nada de primeros auxilios, o de magia de esa índole, rituales o conocimientos similares, nada. El joven era un mago fascinado con el clima y el cielo, la adivinación y la meteorología, eso lo hizo dudar por un momento, porque no estaba buscando al Arcano de videncia en vez de caminar en ese recóndito pasillo oscuro. Axel miro su brazo izquierdo, y observo con detenimiento la cara del Kraken tatuado sobre su piel, el enorme pulpo recorría de arriba abajo el brazo del hombre y lo estrujaba entre sus tentáculos. Axel respiro e inhaló todo el aire que pudo, esto ayudaba al danés a calmarse, lo había aprendido en Riga, justamente cuando empezó a tatuarse ese mismo Kraken que ahora habitaba desde su mano hasta su cuello. Apretó los labios y miro la puerta de arriba abajo, por fin había encontrado el lugar indicado. Axel llevo su mano hacia su barba y cerró los ojos un segundo, para tomar todo el valor que tenía y tocar la puerta. Bajo la mirada sobre sus manos con algo de melancolía. Su mano derecha era atravesada por un tentáculo y en los 5 dedos una letra tatuada, DEATH. Después llevo sus ojos sobre su otra mano, allí se encontraba la palabra LIFE en tinta bajo los nudillos. Quizá Axel no tenía los conocimientos necesarios, pero tenía la ambición de conocer los secretos de la vida y la muerte; cada una de sus manos representaba esa ambición. Cerro los puños y acerco las manos, la muerte y la vida eran dos caminos diferentes y el deseaba aprender a entrelazarlos. – Lo voy a lograr, y superare esta prueba, lo hare por ustedes. – Sonriéndole con nostalgía al tatuaje del Kraken y llevando la mano sobre su cuello, donde se encontraba el tatuaje más doloroso que se había hecho en toda su vida, aquel que representaba a su familia, la dinastía Rexdemort ahora estaba muerta, y el tatuaje atravesaba su cuello y parte de garganta. El dolor de ese tatuaje nunca se compararía al dolor de haber perdido a toda su familia y la soledad posterior, pero al menos representaba el trago amargo que Axel sintió al saber que nunca volvería a tener a su familia con él. El danés volvió a inhalar y después exhalar. El mismo ritual que hacia cada vez que llegaba a Riga. Ahora lo hacía enfrente de la puerta de la mazmorra. Sus pensamientos fueron ahuyentados casi inmediatamente, la puerta abría lentamente y la oscuridad inundaba su interior. Axel destruyo la botella de agua vacía, y entro a la vivienda del arcano Báleyr.
  17. - Una temporada en su castillo? Madre de dios, eso debe ser muy agradable. – Dando un sorbo al whisky mientras cruzaba la pierna, y sacaba un cigarrillo de su bolso.- Este es un basurero, siendo honesta. – Mirando por encima la cubierta del barco, ya no se encontraba tan mal como cuando llego gracias a la ayuda de los elfos, pero suponía que la mansión de una mujer con seis elfos, era mucho mejor que un barco sucio. Colocando el cigarrillo en la boca, para después aparecer su varita y con un movimiento de la misma prendió el cigarro. - Me voy a quedar un tiempo en Inglaterra, así que estaría encantada de conocer a su dueña. – Una bocanada de humo salió de los arrugados pero bien maquillados labios de la viuda Apfel. – Estoy planeando una nueva colección para otoño invierno de capas para brujas, por lo que no estaría mal conocer un poco más de Ottery. – Fumando de nueva cuenta, - Sirve que quizá pueda encontrar a ese mal educado de Axel, le encanta plantar a la gente, que se cree el desgraciado. – Dando ahora un sorbo de su bebida, la viuda parecía sentirse cómoda entre los elfos, quizá porque ellos no la conocían realmente o quizá un achaque de la edad, la centenaria bruja era una mujer confusa. - ¿Podrías arreglarme una presentación con tu ama, querida?
  18. WAAAAAAAAAAHAHSHA necesito recuperar dos conocimientos, ya, ahora, es necesario, me los van a quitar de la ficha! se me olvido, deeeeeoz que horror!!! *shora* Una pregunta? a los nuevos y flamantes (o es flameables?) directores, necesito recuperar aritmancia, pero no se si haya profesor aun D: que ´puedo hacer T.T Como sea dejo la ficha, por si acaso Nick: Axel Rexdemort ID: 11499 Habilidad: Aritmancia (Estudios muggles si Aritmancia sigue sin profesor) Nivel de Magia: 15 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/78301-boveda-de-axel-rexdemort/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/78155-ficha-de-axel-rexdemort/ Gracias a los directores
  19. Haciendo cuentas, creo ya tengo lo necesario dejo mi ficha de inscripcion!! gracias Nick: Axel Rexdemort ID: 11499 Habilidad: Nigromancia Rango Social: Dragones de Oro Nivel de Magia: 15 Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Nunca la curse Nº de conocimientos que se poseen: 5 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/78301-boveda-de-axel-rexdemort/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/78155-ficha-de-axel-rexdemort/
  20. Iris Apfel llevó su mano a su pecho y lanzo un chillido de sorpresa. – Mis viejos ojos no me engallan, es una elfa y por lo que veo muy educada. – La sonrisa de la anciana mujer, decorada por sus blancos dientes y su lápiz labial color terracota, era evidente la señora Apfel estaba complacida, algo extraño ya que la mayoría de las veces, Iris era lo que muchas personas consideraban una vieja arpía. - Mi vida, adorada, eres tan linda.- Haciendo un gesto con la cara, arrugando un poco más su afilada nariz. – Es obvio que ese delincuente no podría tener elfos tan bien educados - Llevando su mano sobre su rostro. - ¿Lyra? La madrina de Axel? Creo que la recuerdo, me ha platicado de ella.- Dijo haciendo un gesto para verse más inteligente, un gesto imitado de Axel. – Eres tan adorable, dios mío, gracias pequeña. – Dijo aceptando con la mano la silla, Iris era una anciana al final de cuentas y prefería descansar un poco que estar de pie en aquel barco. – Entonces ese delincuente no se encuentra… ¿Cómo se le ocurre dejarme plantada? – Colocando la mano sobre sus enormes lentes de pasta para mirar a la elfa la cual se veia algo confundida. – El delincuente ese, trabaja para mí, en Praga soy su jefa, viene hasta acá para ver su colección de vestidos, tengo un evento en Praga, la anciana de Dami Letchtein hará una subasta de joyas, y yo seré la encargada de vestir a las modelos, es por eso que venía por los vestidos, necesito algo clásico y ese delincuente tiene algunos increíbles. – Dijo la anciana mujer. – Podrías ser tan amable de traerme también un whisky extra seco, ojala no tarde demasiado. – Inflando un poco las mejillas como si se tratase de una niña de 5 años. – ¿Podrías hablarme más de tu dueña? ¿Lyra que? Sería interesante conocer a tu dueña dulzura. -
  21. Iris Apfel La anciana Apfel movía sus dedos cerca de su cara, hacía muecas de desagrado y repulsión con cada paso que daba sobre la madera del vergantin, era la primera vez que Iris decidía ir al barco; cuando Axel le comentó en su última carta que había decidido poner un negocio de artículos muggles y poner a la venta algunos objetos que había recolectado en sus viajes y en subastas, la anciana Apfel se espanto, muchos esos objetos pertenecían a Iris, ella había pagado numerosas ocaciones los gastos de su amigo, aún no comprendía por que soportaba a Axel. - Ese ároma es asqueroso. - Replicó la mujer, moviendo de derecha a izquierda su enorme gabardiana azul marino con aquellas flores bordadas en hilos celestes, Iris siempre destacaba por su precencia y elegancia. - Dios mio, por Merlín, que es este lugar una carniceria, apesta a cádaver. - Caminando lentamente intentando no pisar mucho el suelo, sus zapatos de Channel de la coleccion muggle de 1989, como se le ocurrío ir a un barco con ese par de zapatos. - La mujer no dejaba de hacer muecas de asco, bajo sus enormes gafas negras y su alborotado pero estrategicamente arreglado cabello blanco, era obvio que la mujer estaba fuera de su ambiente. - Oh dios mio, eso es lo que veo? ELFOS!.- Bufó la dama, acercándose hacía ellos. - Adorados, estoy feliz de no estar sola en este basurero, saben donde esta el dueño?.- La petulante mujer, parecía agradecida de haberlos encontrado y viendolos que hacía el áseo, ojala pudieran mejorar el estado del lugar, parecía en ruinas
  22. - Soy tan torpe. - Suspiró resignado Axel, esa mañana no tenía muco trabajo en su negocio, por lo que decidio jugar un poco a la adivinacion, había hecho un par de cursos por correspondencia, pero el solo hecho de intentar a donde llegaria la lechuza con la siguiente clase, no era presisamente la mejor opción, y mas para un adivino nuevo y sobreto con poca experiencia. Aquella mañana el hombre, intento buscar la ubicacion de la lechuza con la clase 4, la clase 5 ya había sido enviada y el todavia no lograba encontrar a la 4, coloco su bola de cristal en su mesa de noche, y mas de 4 horas estubo intentando adivinar el paradero del tal ave, el problema fue que cuando se aburrió se enojo y lanzo la bola de cristal, su unica bola de cristal, - Ojala que aun tengan.- Caminando por la primera planta, sin una bola de cristal como seguiria con su curso intensivo, no tenia suficiente dinero para pagar el curso en la universidad. Los diversos objetos hacian que el hombre tuviera la boca abierta. - Solo necesito la bola, la bola, la bola. - fue hasta que vio un par de puertas, y al ver la existencia no lo dudo. - Supongo que tendre que trabajar mas. - Sollozo, buscando al encargado y tomando un formulario. ID: 11499 - http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Nick: Axel Rexdemort http://www.harrylati...showtopic=78155 Nivel Mágico: 12 Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylati...axel-rexdemort/ Fecha: 08/05/2016 Nombre del producto: Bola de Cristal Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: A Puntos por unidad: 10 Precio: 500 G Nombre del producto: Puertas Mágicas Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 Precio: 2000 G Precio Total: 2500 G Total de puntos: 50p Axel entrego el papel, buscnado algun encargado, al menos no habia gastado demasiado, la ultima vez salio con un saldo de 50galeones en su bóveda personal.
  23. La irritación en los ojos, le parecía demasiado molesta el danés se estaba cansado de no poder ver nada, intentaba mantener el oído afinado, no sabía bien la posición de Stephanus y le resultaba muy molesto continuar el duelo así. - Cinaede. – Fue lo único que escucho decir al mago, Axel conocía ese hechizo, aunque segundos después lo conocería un poco más, un aroma agradable inundo el rostro del mago, los famosos pétalos del pensamiento, Axel tenía que actuar rápido si no quería morir ahogado. El mago desconocía que había ocurrido con sus flechas de fuego, pero por ahora tenía otras cosas en mente. – Anapeo. – Pensó el hombre apuntándose con la varita al rostro, no quería esperar a ver las demás propiedades de aquel aroma. El danés tomo una bocanada de aire, e intento aspirar nuevamente. – Supongo que es todo. – Se dijo a sí mismo, invocando la daga del sacrificio, total no podía verlo, pero al menos con la daga lo encontraría. - Immolo oppugnare – Pensando en su rival, Axel arremetió rápidamente contra su propio brazo izquierdo, mientras apuñalo fuertemente con la mano derecha sobre el mismo con la daga. – Diablos.- Susurró el hombre, al sentir la sangre escurrir por el brazo, el efecto no tardaría en hacer los mimos tajos a Stephanus.
  24. - Oh really. – Llevándose la mano derecha sobre su rostro, tantos hechizos disponibles y ambos habían usado el mismo, por lo tanto ahora los dos hombres se encontraban con arena en sus ojos. Axel intentó limpiar su rostro pero le resultó imposible, que tipo de hechizo era ese. Intento recordar la posición de Stephanus, aunque no estaba completamente seguro como podría actuar, considerando que no veía nada. - Fuu… - Aguzando un poco el oído, no quería perder por completo a su compañero, temía que terminara moviéndose un poco, con ambos ciegos por culpa del mismo hechizo, no sería extraño que terminaran teniendo cada uno un duelo contra el aire. - Lo mejor será atacar. – Pensó el danés poniendo sutil atención al sonido, aunque era un pésimo ciego, no escuchaba nada. - Taranta…taranta…tarnanta...tanganta…tanga… negra- un rayo salió disparado al suelo de la punta de la varita del mago, aunque no pudo observar que había pasado. - ¿Qué rayos? – Axel no pudo pronunciar su hechizo correctamente y era probable que su Tarantallega, ni siquiera hubiese estado cerca de golpear a su rival. – Genial. – Levanto un poco la cabeza, se encontraba algo perdido, cuanto tiempo duraría con los ojos cerrados, era realmente molesto. Axel levantó nuevamente su varita, y la movió un poco hacia los lados lentamente, Flechas de Fuego fue el hechizo que pensó el mago. Haciendo aquel movimiento Axel aseguraba que si Stephanus se encontrase en algún ángulo cercano al mago, algún filamento del hechizo lo golpeara, le estaba costando jugar sin ojos.
  25. Axel se dejó de preocupar de Thomas, una vez que los demás empezaron a llegar al lugar, Sally, Ishaya e incluso Stephanus todos curaron al mago, eso significaba que la primera parte estaba lista. – Entonces duelos. – Suspiró resignado, alejándose un par de pasos de Stephanus. – Creo que 5 metros está bien. – Calculo el hombre mirando la distancia que separaba a ambos en el campo, y sonreírle al warlock, al parecer la misión siempre era la misma, enfrentarse a él. - Hej, buena suerte. – Alcanzo a decir el danés, antes de anteponer su varita enfrente de su rostro e invocar un escudo para tapar el inicio del duelo. – Por poco y perdía mi varita. – Pensó el mago viendo el arma en su mano, alcanzo a susurrar un Protego, el escudo había absorbido el hechizo, así que era el inicio del duelo. - Buena esa.- Levantando la mano derecha para saludar al mago mientras sostenía la varita en la izquierda; Stephanus era rápido así que tenía que pensar rápido como empezar el duelo. Axel uso su mano libre, para llevarla cerca de su hombro pensando en un hechizo, esperando que sirviera un poco. Haciendo un rápido movimiento con la misma. El hombre había lanzado un puñado de arena la cual tenía como objetivo cegar a su compañero. – Veamos si esta Arena del hechicero sirve así? – Pensó el hombre despues de invocar la arena en su mano y esperando la reacción de Stephanus.

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