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Isabella Hawthorne R.

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Todo lo publicado por Isabella Hawthorne R.

  1. Suspiré mientras me encaminaba hacia el castillo con paso firme, había sido un día bastante duro en el Hotel puesto que había permanecido en él todo el día, mi cabeza trabajaba a mil por hora y aún podía escuchar los murmullos de los est****os huéspedes quejándose por cosas insignificantes eso sin mencionar el tonto lloriqueo de la tonta de Katrina. Crucé las rejas y avancé a paso firme, me detuve varios segundos y agudicé el oído -¡Qué agradable sorpresa! ¡Tenemos visitas!- dije en tono sarcástico esperando que me escucharan, la mayoría del tiempo el castillo estaba vacío y eso me encantaba, odiaba las <<reuniones familiares>> me ponía de mal humor y no estaba de ánimos como para conocer a familiares desaparecido y fingir buena cara ante ellos. Solté un bufido y abrí la puerta, la estrada estaba repleta, se escuchaban murmullos por todos lados sentía que mi cabeza iba a explotar en cualquier momento. Cerré la puerta lo más suave que pude y me perdí entre la multitud rogando que nadie me reconociera, la verdad no tenía ganas de ser amigable con los presentes. Me escondí en una esquina oscura y miré la oleada de cabezas, los cabellos de todos colores pasábamos por el azul, verde y rubio ¿Quién se pintaría el cabello azul? Se veía patético así o acaso ¿no lo notaba? Negué y fruncí el entrecejo y me escabullí hasta las escaleras pero sentí que alguien jaló de mi brazo haciéndome bajar unos cuantos escalones, el chico que parecí que tenía un migropuff azul en el pelo me jaló hasta el centro de la ronda, en su cara se reflejaba una amplia sonrisa. -¿A dónde crees que vas? Querida, ¡no creo que quieras perderte la diversión!-. Cuando acabó me estrujó entre sus brazos pero me aparté con brusquedad. -¿¡QUÉ CRREES QUE ESTÁS HACIENDO?!- le grité alejándome tres pasos de él. -Pues… abrazándote ¿No es obvio tontita?- soltó una risita chillona al mismo tiempo que se acervaba y golpeaba levemente mi nariz con su dedo índice. - No se te ocurra a volver a hacerlo-. Me quejé y lo apunté con el dedo acusador.- Si te vuelves a acercar no respondo-. Dije traspasándolo con una mirada asesina.
  2. @ Hola, Antoni n.n con gusto seré tu madrina *lo mimoseo* así que, padroso , agrégalo /o/ hablando de eso, veo si ahora puedo pasarme a hacer drama +.+ gracias por los G +.+ me haces tan felíz (?) *revisa el registro* O.O la familia va creciendo cómo los amo *los amoreo* *dejo chocolates para atraer más gente y huyo *
  3. Hola familia /o/ tanto tiempo sin vernos, bueno me paso a dejarle puente a mi papi *lo mimosea* rolea conmigo maldeto (??? okno no ando con muchas ganas de rol últimamente por eso no me paso por el castillo, pero en Semana Santa me pasaré (no les prometo nada) pero lo intentaré, los muggles me consumen TT___TT eso sin mencionar los problemas que he tenido en los últimos dos meses U_Ú y no me deja tiempo para lo mágico, a penas que hago la tarea de la academia xD mmm ¿alguien de la familia que haga firmas? quiero firma nueva *O* En fin como rellené las lineas me voy O/ saludos los amo
  4. Hola, vengo a pedir un cambio en la ficha de personaje, porque estoy cursando la academia y me pidieron corregir la historia, pero como vi varios errores o cosas que no me gustaban en mi ficha vengo a cambiarla casi por completo, espero que la actualización sea lo antes posible porque tengo que entregar esto como tarea y tengo hasta el 7 de abril. http://i.imgur.com/nwj178J.png?2 Nombre del Personaje: Isabella Essined Slytherin Ravenclaw Sexo: Femenino Edad: Joven, 18 años Nacionalidad: Británica Familia(s): *Ryddleturn * Ravenclaw Padre(s) Sanguíneo: *Stefan Black * Cillian R. de Macnair. Padre(s) Adoptivos: * Kurt Ayrton Ravenclaw Trabajo: Poderes Mágicos: Rango Social: Aprendiz Bando: Neutral Rango dentro del Bando: Nivel de Poder Mágico: Puntos de poder en objetos: 20 Marca Hechizos adicionales: Puntos de poder en criaturas: Marca Habilidades Mágicas: Conocimientos Especiales: Perfil del Personaje: Raza: Demonio Aspecto Físico: Estatura baja, rubia con ojos grises y cabello lacio y largo. Acostumbra a vestir siempre a la moda le encantan los accesorios y la bisutería, no es una chica que pasa de ser percibida, es muy atractiva a la vista de cualquiera. Posee varios tatuajes en su cuerpo, un par de alas con la frase “some angles are destined to fallen” en la parte trasera de su cuello y el contorno de un corazón en el dedo meñique Cualidades Psicológicas: Es una chica cariñosa, amigable y simpática con un gran corazón, pero solo con sus seres queridos. No es amigable con desconocidos, es una persona reservada y desconfiada, fría y calculadora que le gusta que todo salga como a ella le gusta. A veces se torna caprichosa además de siempre andar irritada y con mal humor. Historia: Isabella nació un 7 de Diciembre para invadir con su luz aquel helado invierno que cubría a Inglaterra. Junto a su hermano gemelo Franko con quien siempre ha sido muy unida. A demás de ser su hermano gemelo es su mejor amigo y confidente en todas las travesuras. Su padre Cillian siempre la ha cuidado y defendido; por otro lado su padre Keaton siempre estuvo ausente hasta sus dieciocho años, que se hiso conocer la misma noche que ella y su gemelo murieron. Su abuelo Kurt siempre veló por su bienestar, haciéndose pasar por su propio padre por tantos años. Pese a la falta de una figura materna su abuela Lyra la malcrió como nunca; pero nada como el cariño de una madre, con apenas quince años Isabella se enferma gravemente de anorexia, lo que obliga a su abuelo Kurt a mandarla por un tiempo a Francia en donde conoce el verdadero amor. Scott era un chico dulce que entregó su alma por ella en un terrible accidente en el castillo Slytherin. El príncipe demoniaco Erick que poseyó a Isabella en el castillo se llevó a cambio el alma del chico dejando a la joven muerta en vida. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Válido sólo para Orden de Merlín. Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto 2: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden Inicialmente, sólo puedes tener una varita, que tiene categoría AA y otorga 20 puntos. Este objeto es gratuito. Todos los demás serán aquellos que adquieras en la tienda. Mascotas y Criaturas: Criatura 1: Clasificación: Puntos de poder: Inicialmente, no puedes tener criaturas. Aquí se pondrán aquellas que adquieras en la tienda. Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden En este apartado se especificarán las criaturas propiedad del personaje que no sean controlables por el mismo, por no tener el rango social correspondiente. Inicialmente, no puedes tener criaturas en este apartado. Todas las criaturas se adquieren en la tienda. Elfos: * Elfo 1: Hugo: elfo doméstico, con ojos color verdes y grandes, muere por cumplir todos los deseos y caprichos de su ama. o.* Elfo 2: Describir Si no se tiene, poner -- Licencias, Tasas, Registros: Licencia de Aparición: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio Licencia de Vuelo de Escoba: Se obtiene haciendo el examen en el Ministerio Registro de maternidad: -Hijo: Becan B. L Slytherin (Registrado) Registro de XXX: Se obtienen en los departamentos ministeriales (por ejemplo, registro de criaturas, registro de animagia, etc.) Otros Datos: En su caso, otras cuestiones que se quieran detallar, no contempladas en apartados anteriores. Cronología de cargos: Caso de que quieran detallarse cargos rolísticos del personaje. Premios y reconocimientos: Caso de que quieran detallarse premios y reconocimientos al personaje. Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 96242 Link a Bóveda Trastera: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 77616 Familia Ryddleturn Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 101487 Familia Ravenclaw desde ya muchas gracias
  5. Franko me dejó sola en la habitación sin siquiera dirigirme la palabra, ni siquiera una mirada, cerró la puerta con fuerza detrás de él, lamentaba todo lo que nos estaba pasando en ese momento, sentía un profundo enojo hacia mí. Todo había acabado en ese momento, así sin más… yo sabía perfectamente que no volveríamos a hablarnos en un par de meses. Sollocé y me incorporé dirigiéndome con pasos temblorosos hasta mi ropero, me arrodillé; una lágrima se deslizó por mi mejilla no sabía que estaba llorando hasta que esa lagrima caliente recorrió mi mejilla. Me la sequé con el dorso de la mano, pero eso fue en vano ya que mis ojos se empañaron aún más. Abrí el ultimo cajón del ropero y tomé una caja llena de chocolates y comencé a comerlos compulsivamente, ni siquiera me daba cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor estaba sumergida en el gran océano de recuerdos, preguntas sin respuesta y decisiones tomadas. Me sentía completamente quebrada, había pasado casi quince minutos, miré la caja de chocolates completamente vacía, mi mirada recorrió la alfombra llena de pequeños envoltorios dorados arrugados y hechos bolita. Para ese entonces había dejado de llorar y mis preguntas habían encontrada una respuesta y yo había tomado una decisión que, por lo pronto, era la mejor. Me paré, me coloqué uno de mis leggins azul marino y me coloqué un jersey sobre los hombros, me sentía una egoísta, sabía que solo estaba pensando en mi misma, sabía que Becan me necesitaba pero lo único que yo necesitaba era estar tranquila. Tomé mis tennis y me los puse. Caminé por la habitación, del vestidor hasta la puerta, coloqué mi mano en el picaporte y en ese momento sentí una presión en mi estómago, tragué el nudo de la garganta y respiré profundamente, el estómago se me revolvió, pero no iba a permitir que me dieran nauseas. Giré el picaporte y la abrí con cautela, no quería que nadie me viera, miré a ambos lados asomando solo mi cabeza por la rendija de la puerta el pasillo estaba iluminado, pero a la vez estaba desolado, no había absolutamente nadie en el. Las manos me sudaban, lo que impedía que me aferrara al picaporte, abrí la puerta de roble color marrón oscuro u pasé a través de ella. Caminé por el pasillo lo más rápido que pude, doble en la esquina, no me podía controlar, mis piernas temblaban y sentí una gota de sudor a través de mi ropa, tomé una bocanada de aire y subí las escaleras de dos en dos, pisando con sumo cuidado para que no rechinaran. Llegué a la azotea, el viento frio chocaba en mi piel y se mezclaba con el sudor y me hacía temblar. Abracé mis codos y me asomé hasta las barandas, desde pequeña de temía a las alturas, me aterraba caer pero no le temía al impacto contra el suelo, si no a la sensación escalofriante de mi cuerpo cayendo hacia la nada, le temía a la gravedad que me impulsaba a caer. Una helada gota de sudor me recorrió la columna vertebral, el vértigo y el pánico se apoderó de mí, las lágrimas me ardían en los ojos. Sin tiempo de pensarlo dos veces, retrocedí tres zancadas, negué y me paré sobre las barandas, el viento chocó en mi rostro e hizo que mis cabellos volaran hacia atrás respiré profundo y me dejé caer.
  6. LALALALALA(8) hola familia linda como les va? o.ó tiempo sin pasarme a saludarlos por acá *se pone al día leyendo*........ ESPEREN!!!!!! QUE NADIE SE MUEVA!!!.....*se siente amoroseada*.... *llora desconsolada* :cry: no te vayas amorshi miaa!! TwT *se siente botada* LLÉVAME CONTIGO!!!!! *entra en depresión* te iré a hacer drama por abandonadora ;--------; no she vale me quedo sola espero me vengas a visitar mas te vale cabeza de fósforo c: *zape a todos* ññ *huye dejando helado de naranja* PD: padroso tienes que agregar al árbol genealógico a Becan (mi hijito) pfff no es que lo haya olvidado, no para nada xD soe mala madre xDDDDD
  7. Mis ojos se llenaron de lágrimas al escuchar su voz, me dolía profundamente intenté no llorar pero fue un intento fallido. Se sentó a mi lado y levantó mi mirada llorosa le sostuve la mirada pero por alguna razón él se vio obligado a desviarla, un silencio incómodo nos invadió, tomé su mano y la quité de mi rostro aún mirándolo con firmeza. -<<-Te quería pedir perdón Isy.->> Murmuró. -No quiero tus disculpas, no quiero hablar contigo- me acurruqué nuevamente en el sillón arropándome con la manta, él mantenía la vista fija en el suelo, cerré los ojos con fuerza, en ese momento lo odiaba, lo odiaba tanto por haberme besado por haberme hecho sentir el calor de sus labios, lo odiaba porque necesitaba su calor en ese momento, pero sabía que eso no era lo correcto. Sentía profundas ganas de abrazarlo y besarlo profundamente hasta quedarme dormida en su pecho, pero eso era imposible, tenía que olvidarlo, de una forma o otra sacarlo de mi mente, estaba olvidando el echo de que era mi hermano y por sobre todo estaba casado, no debía verlo como un hombre...pero por mas que lo intentaba el echo de amarlo como lo amaba me hacía olvidar todo aquello. Los minutos pasaban y podía sentirlo a mi lado, permanecía quieto como una roca, no quería que esté así quería que me abrazara sin que se lo pidiera, lo quería, sí lo quería mas de lo que tenia que quererlo, pero sentía la necesidad de acabar con esto una vez por todas, de irme lejos, de olvidarme de él por unos meses o quizás unos años. Tenía ganas de enfermarme nuevamente y con esa excusa alejarme de él.
  8. Luego de una larga espera una elfina se asomó por la puerta de entrada al fin alguien se dignó a atenderme, mirándome de pies a cabeza, la miré mientras me cruzaba de brazos y esta comenzó a hablar en un tono tan bajo que a penas se le entendía <<-¿Desea algo, señorita? ¿Busca a algún familiar en concreto? -comentó con su voz chillona y algo desagradable-. por cierto, me presento, soy Wina, elfina de Mery Anne Haughton ->> dicho esto me sonrió mostrándome sus amarillos dientes. Abrí la boca para contestarle sus preguntas pero un segundo elfo apareció, un tanto molesto, a la escena << -Señorita ¿está esperando a mi amo Adry Weasley, verdad?>> murmurada enfadado mientras se acercaba maldiciendo por lo bajo con la vista fija en el suelo. Le dediqué una mirada para nada amorosa. -Claro que lo busco a él.- le contesté secamente. <<-Mi amo te espera en su habitación>> me decía mientras me invitaba a subir las escaleras con él, luego de subir unas interminables escaleras el elfo susurró << hemos llegado>> me indicó la puerta de entrada y me adelanté, me abrió la puerta y pude ver un figura masculina de espalda; se giró y me contemplo por un instante y mientras se acercaba a saludarme me decía << -Wauu... que bella te veo->>. Lo miré de pies a cabeza, tenía las mismas características que solía tener cuando eramos buenos amigos, le sonreí y acomodé mi falda - vaya, como has crecido, pero sigues siempre igual- le sonreí, mi voz era firme y fria. -A mi tráeme un poco de sangre de dragón, y que esté fía.
  9. El cielo estaba de un suave celeste, algunas nueves blancas se reflejaban en el, eran como capullos de algodón colgados en un cielo de verano el sol iluminaba todo con sus cálidos rayos. Me encontraba sentada bajo la sombra de un gran y frondoso árbol en los jardines delanteros del castillo Ravenclaw con un libro en mis piernas, llevaba horas leyendo nunca imaginé que ese libro fuese tan interesante, debía admitir que lo juzgué por su portada. La brisa acarició mi rostro y hizo que los delicados mechones rubios se volaran. Levanté la vista al escuchar crujir un par de hojas secas que se encontraban cerca, una pequeña lechuza me miraba con curiosidad, arqueé una ceja mirándola confusa -<< ¿Quien me mandaría una lechuza?>>- me dije a mi misma y quité el trozo de pergamino que llevaba en su pata. Abrí el pergamino y leí con atención aquello, estaba sorprendida, no esperaba una lechuza y menos de un viejo amigo. Tomé el libro y me levanté, no podía rechazar su amistosa oferta, era un buen amigo aunque lamentablemente nos habíamos distanciado un poco, pero era un muy bonito día para tomar un poco de té y , como solíamos hacer en los viejos tiempos, contarnos que tal nos trataba la vida. Había pasado mas o menos dos años desde la última vez que lo vi, yo había crecido bastante, mi forma de ser y mi aspecto físico habían cambiado y supongo que él también había crecido. Con calma subí a mi habitación, me metí al vestidor y lo observé mientras me paraba en jarra, algo dudosa tomé las prendas, tomé un corsé negro y una falda blanca, formaba un vestido de dos piezas, me los probé y quede conforme, solté mi cabellera rubia dejándola caer por mi espalda en forma de cascada. Caminé en puntillas y me coloqué los zapatos de tacón alto. Retoqué un poco mi maquillaje en el tocador, sonreí estaba hermosa y lo sabía. Caminé unas cuantas calles hasta llegar a los límites del gran castillo, lo contemplé a lo lejos, no estaba tan mal como lo imaginé, ladeé la cabeza y caminé un poco mas hasta llegar a la puerta de entrada, di un suave golpe a la puerta y me alejé dos pasos, esperé y esperé... fueros los dos minutos mas largos de toda mi vida ¿ A caso no tienen elfos los cuales atienden rápido la puerta? Suspiré irritada.
  10. Todo se calmó cuando Anna mencionó que había matado a dos personas, y no temía hacerlo de nuevo. La miré disimulando saberlo, pero la verdad me había sorprendido mucho que mi hermana haya matado a dos personas con a penas 19 años. Los muchachos se quedaron en silencio hasta que el autobús hizo su primera parada en las oscuras, húmedas y frías calles de Hawthorne. A paso ligero ambas atravesamos varias calles en silencio, con cada paso que daba por las calles adoquinadas el sonido de mis tacos resonaban más y mas. A lo lejos se podía distinguir las luces de la feria acompañada de una suave melodía navideña. Miré hacia atras comprovando que no El Chico Arma o el sueño de Golpes y Sangre siguiendonos al ver que no era así tomé a Anna de la mano y comencé a caminar rápidamente adentrandonos a la gran feria.Ambos miramos a nuestro alrededor, hasta que la gran y luminosa noria captó nuestra atención. ******* Al llegar a casa ambas teníamos en una mano un caja con algodón de azucar rosa y el la otra una mateada starbucks en la otra. Esas tres horas habían sido las mejores sin duda alguna, no me deviertía asi en años, me la había mejor de lo que eperaba, sin duda alguna me había equibocado conforme a Anna. Reímos acordandonos de algunas cosas que habían pasado en la feria, luego de terminar el algodón de azucar y la mateada ambas nos despedimos, Anna se veía sumamente casanda, el día había sido agotador y ambas necesitabamos descansar. Luego de ver a Anna dirigirse a su habitación me fui hacia la cocina, necesitaba tomar mis píldoras antes de dormir. Saqué dos pastillas y tomé un vaso lleno de agua, me apoyé contra el mármol de la mesada y mi vista se sentó en los frondosos y oscuros pinos del bosque, suspiré para mis adentro recordando que le debía una conversación a mi hermano. No me encontraba con ánimos de hablar con él, no por ahora, no después de todo lo que había pasado ese día. <<Mañana será otro día, seguro se olvidará de que pasó>> me dije a mi misma, tomé mis pastillas de hierro y subí a mi habitación, no tenía sueño, me fui al vestidor y me coloqué mi pijama, una blusa larga hasta los muslos y ropa interior en forma de short, para ser mas exacta. Me sentía mal, la verdad el solo pensar que había una posibilidad de que me pasen cosas con Franko me ponía mal, se me había formado un nudo el la garganta de solo pensarlo, si eso llegaba a pasar debería tener muy en claro que lo nuestro no podría ser jamás, eramos hermanos y nada mas que eso debería estar pasando, la angustia me llenó el alma y comencé a llorar. Caminé y tomando una manta de mi cama, apagué las luces, encendí el televisor y me acomodé en el sillón tapandome con la manta. Fijé la vista en la tv, pasaban una pelicula llamada Breve encuentro. Lancé un sollozo, la había visto desde pequeña y ya me sabía el guión de memoria. -<<¿Cúantas veces tomaste la resolución de no volver a verme?-gimoteé, imitando a Alec-<<Varias veces al día>>- añadí, cambiando de voz para interpretar a Laura-<<Yo también>>. <<¡Oh, Alec!>>- Dramaticé ene exceso, me llevé una mano al corazón.-<<Te quiero. Me encantan tus ojos sorprendidos, la forma en que sonríes, tu timidez, el modo en que ríes de mis bromas...>> Una pausa incómoda y después Laura mirando suplicante al caballeroso Alec. Enjuagué mis lágrimas antes de seguir. - «¡Por favor, no, Alec!» —exclamé, y luego me metí en la piel del admirable chico.- «¡Te quiero!, ¡te quiero! Y tú me quieres, es inútil pretender que no ha pasado nada, porque sí ha pasado.» -Sí, la verdad es que es inútil pretender que no ha pasado nada, él tiene razón.-Escuché la suave voz de Franko quien se encontraba poyado sobre el marco de la puerta de mi habitación y señalaba al televisor. Agaché mi cabeza, avergonzada
  11. Entorné mis ojos, ¿me estaba llamando cobarde? lo miré con odio, el Chico Arma se me acercó lo suficiente, tratando de intimidarme, podía sentir su respiración caliente en mi rostro, lo miré mal mientras oía la advertencia que le hacía mi hermana. Sabía que mientras estaba con ella nada podría pasarnos. Por otra parte, el dueño de Golpes y Sangre, trató de tocar un mechón de su cabello, ella reaccionó tomándolo de la muñeca y dejandole las uñas clavadas, ella no estaba jugando. Un olor a mariguana contaminó el aire, me sentía un poco mareada. El Chico Arme no trató de ser un poco mas amigable que su compañero y reía a carcajadas. -Si pero nuestro concepto de diversión es ir a la feria de Hawthorne, no matar personas y comerse su cadáver- les dije, sentí un leve codazo de parte de Anna, les había brindado información muy valiosa a nuestros asesinos, me sentía tan torpe que no podía decir nada inteligente en ese momento, el olor me había atontado completamente, me sentía drogada. -<<Ohh, que suerte tienes, princesita- me susurró el chico Arma- yo podría hacerte componía en la feria, para que no estés tan sólita>>.- A penas podía entender lo que decía, mi mente a penas procesaba sus palabras. -Está bien- contesté, no sabía que estaba bien pero creo que me había dicho que tenía suerte de ser bonita.
  12. No me había percatado que ambos muchachos habían entrado al compartimento, me aferré a Anna como pude, creo que le enterré las uñas en el puño de la chaqueta que llevaba puesta. Se sentaron justo en frente de nosotros, para desgracia de mi hermana el chico rudo sin diente la saludo, su voz era profunda y un poco amenazadora. -<<Hola bonita>>- esté la alagó, lo miré con desconfianza detenidamente en sus nudillos llevaba tatuado "Golpes" en la mano derecha y "Sangre" en la mano izquierda. Ahogué un grito y espantada miré a mi alrededor, la puerta del compartimento seguía cerrada, aunque se daba una zancada larga podía acercarme a ella y abrirla, si corría a toda prisas podía llegar a menos de 2 segundos hasta la puerta del autobús; viajábamos a aproximadamente 80km por hora, si me tiraba puede que salga con vida rodando por el césped, si corría tan rápido como podía llegaría a casa en mas o menos 15 minutos. Un suave <<Hola>> me distrajo de mis pensamientos, levanté la vista y "el chico Arma" me miraba sonriente, abrí los ojos un poco asustada. ¡¡Era peor de lo que imaginaba!! se notaba a leguas que era un matón psicópata que trataba de seducir a sus víctimas antes de matarlas ya que feo no estaba.Tragué saliva lentamente antes de contestarle con frialdad, no pensaba fingir, era un desconocido no tenia ganas de hacer amistades peligrosas dentro de un autobús.
  13. Ambas nos levantamos, dejamos las botellas sobre la nevera y caminamos hacia la puerta, antes de salir miré a ambos lados, esperando que no esté mi gemelo, si se enterara que todo este rato estuve ocultándome de él se enfadaría y mucho. Luego de comprobar que el pasillo estaba despejado, caminé a paso ligero bajando las escaleras de roble tratando de no provocar ruido alguno, Anna también se movía con sigilo, llegamos hasta la puerta de entrada y tomando el picaporte con una de mis manos la abrí. Salimos a las frías y húmedas calles de Oterry y caminando sin ninguna prisa nos dirigimos a la primer parada de autobús más cercana. Debíamos hacer un recorrido de aproximadamente media hora hasta llegar a la otra ciudad, era mucho mas lujosa y peligrosa que Ottery, por lo que debíamos tener mucho cuidado. Nos quedamos en silencio frente a la parada, mis piernas temblaban y agradecí que las mangas de mi abrigo eran largas, podía ocultar mis pequeñas manos allí. Anna a pesar de estar un poco mojada pese a la lluvia, que por suerte había parado, parecía estar pensándolo mejor que yo, ni siquiera tiritaba. El gran autobús paró en frente de nosotras, dejé que Anna se adelantara y tomara dos asientos libres en el fondo del autobús, saqué un par de galleones y se los tendí al chófer, mirando a todos al mi alrededor caminé hasta donde se encontraba mi hermana. -Espero lleguemos con vida- le susurré por lo bajo mirando de reojo a un par de muchachos, el primero era un tipo serio, vestido completamente de negro, con un par de tatuajes y un collar con una calavera. Su acompañante era un chico enorme de casi dos metros, con una espalda que por la cual había podido escalar de habérmelo propuesto, me sonreía ampliamente. Le faltaba un diente: la paleta derecha. Me estremecí en mi asiento deseando que el viaje se hiciera corto, la verdad pocas veces había tomado el autobús, no me gustaba para nada, miré por la ventanilla, la cual estaba un poco empañada y pude ver todas las luces navideñas de las tiendas.-Lo que tenemos que hacer por diversión y algodón de azúcar.- Dije en voz alta.
  14. Suspiré un poco mas tranquila, le dirigí una mirada cálida, la verdad estar cerca de Anna no era tan malo como me lo imaginaba, miré la habitación, le había quedado muy bonita aunque aún le faltaba desempacar algunas cosas, vi varios cuadros colgado de las paredes, la verdad no estaban tan feos, era bonitos y originales. -Dese hace meses que no pego una- susurré con melancolía hice una mueca y bebí otro sorbo, desde la muerte de Scott todo había cambiado completamente, los kilos que había aumentado los había perdido tan rápido que ni cuenta me había dado, estaba cada vez mas delgada y temía recaer una vez mas. -¿Pintar? me parece bonito, pero amo dibujar, ya casi no lo hago... pero me gustaba mucho, era algo que me relajaba y me hacía que me tranquilice cuando andaba de mal humor.-Respiré profundamente, desde aquel "accidente" había dejado de hacer cosas que en verdad me gustaban, pero a estas instancias para mi la vida no tenía sentido alguno. -Pensaba ir por algodón de azúcar a la feria en la ciudad Hawthorne, queda un poco lejos pero podríamos ir a dar un paseo y divertirnos un rato, ¿te parece? - la miré y le sonreí,<<¿Más dulces?>> susurró mi conciencia, me había pasado todo el día comiendo chocolate compulsivamente, sabía que no debía comer tantos dulces, pero tenía una loca ansiedad que me recorría punta a punta. No quería regresar a Francia, pero si seguía así era lo único que lograría.
  15. Mis latidos se aceleraron al escuchar la voz de Franko cada vez mas cerca de la puerta, me quedé inmóvil, noté su sombra pasar por en frente de la puerta, en ese momento sentí un puñal en el estómago. Respiré profundo cuando se alejó cada vez mas de la puerta negra. Me quedé parada quise salir de la habitación pero no pude, mis piernas se negaban a responder... -<<¿estas bien?>> Escuché que alguien me hablaba detrás de mi, su voz me sonó muy familiar, pero con un tono mucho mas amable, me volteé, no podía creer lo que estaba pasando, tenía que ver para creer. Era nada más ni nada menos que Anna, la joven con la que había discutido hace menos de una hora en el pasillo de mi cuarto. Dicho eso, se escabulló para el baño de su habitación y a los pocos segundos regresó. Me recorrió con la mirada, yo estaba atónita, abrí la boca para decirle algo pero ella se me adelantó <<Oh vamos, no te quedes ahí, pasa y siéntate>> algo en su voz me decía que debía confiar, la verdad no se lo que era. Di un par de pasos hasta donde esta se encontraba. Agradecí profundamente que mis ojos fueran tan fríos y vacíos, en ellos no se reflejaba absolutamente nada, la verdad era que tenía tremendas ganas de llorar, no sabía el porqué. Tomé la cerveza muggle que me ofrecía y le sonreí levemente. -Gracias, Anna. Nos arrimamos a una distancia considerada de la chimenea, me sentía a gusto con ella era raro pero algo en nosotras nos unía quizás el lazo irrompible de la hermandad. Me senté a su lado dándole un sorbo a la cerveza. <<¿De quien te escondes?>> me preguntó, la verdad no esperaba eso... no estaba lista para contestar, me tomé unos minutos. No era buena mintiendo siempre fui sincera y si querría mentirle no podía. -A veces, cuando vives en un castillo con tantas personas, necesitas momentos a solas- susurré leve mirándola. En esos momentos extrañaba mi vida en Francia, lejos de todos, con miles de ratos a solas en los cuales podía pensar y aclarar mi mente con solo meterme a mi habitación. -Lamento todo lo que paso hace un rato ahí afuera, la verdad es que no debí haberte insultado- susurré y miré el fuego y no pude evitar que una lagrima se deslizara por mi mejilla, para mi desgracia no pude limpiarla antes de que Anna la vea.
  16. Sabía que no debía, ¿por que me lo recordaba? si había algo que me frustraba mas era que me remarcaran mis errores, apreté los ojos con fuerza tratando de borrar sus palabras de mi mente << yo solo quería ayudarte a que no te sintieras mal, quería ver esa sonrisa tan hermosa que tenes en tu rostro otra vez>> continuó mientras se apartaba de mi mientras contemplaba mis fríos ojos grises. Me mantuve en silencio por un rato con la mirada perdida en el piso de mi habitación, no pensaba sonreír no estaba de ánimos, él suspiró profundamente y se acercó a mis labios y beso la comisura de estos, sentí en leve rose de sus labios en los míos. ¿A caso creía que podía besarme siempre que se le diera la gana? lo miré de reojo malhumorada como de costumbre. Apreté mis dientes con fuerza, eso me molestaba, él sabía que me molestaba pero algo dentro de él le gustaba molestarme entonces se acercó mas y sin previo aviso presionó sus labios contra los míos abalanzándose contra mi y empujándome sobre la cama. Traté de salirme, pero fue en vano la verdad era mas fuerte y pesado que yo y no podía siquiera moverlo pero tenia que sacarlo de ahí, eso que estábamos haciendo estaba mal muy mal. Mordí fuerte su labio inferior, él se apartó rápidamente sentándose sobre mis caderas sin ejercer mucho peso. -Me mordiste...- susurró atónito y pasando la punta de la lengua sobre la zona mordida. Apoyé mis codos sobre la cama y lo fulminé con la mirada, él se deslizó por mis caderas y se recostó en la cama. Estaba confundida, ¿porqué nos besábamos si era mi hermano?. Me levanté de la cama y me dirigí hasta el vestidor. -Iré a la feria dela otra ciudad, se me antoja un algodón de azúcar- expliqué ante su mirada penetrante, me intimidaba necesitaba tenerlo lejos por un par de horas al menos. Entré al vestidor y me cambié lo más rápido que pude, como hacía frió me puse un conjunto abrigado, me acomodé el cabello y salí del vestidor, Franko se me acercó y me abrazo con fuerza dejando varios besos en mi rostro, suspiré y lo miré. -Tu y yo tenendremos una larga conversación cuando vuelva- lo apunté con el dedo acusador, tomé mi bolso y antes de que me dijera algo salí a la velocidad de la luz. Caminé, necesitaba buscar algo de la habitación desocupada, o mejor dicho, esconderme de Franko antes que decidiera acompañarme a la feria. Entré rápidamente a la habitación y cerré la puerta de roble, me pegué a ella tratando de oír pasos.
  17. El jóven se quedó parado por un par de minutos, como analizando la situación y sacudía la cabeza varias veces como tratando de callar a su voz interior. Miré con el ceño fruncido a Kusty, la verdad él se empezó a comportar de una marera extraña, esto era muy sospechoso, ella me devolvió la mirada, ¿habíamos hecho algo mal? Negó la cabeza una vez mas, hasta que se resignó a avanzar hacia nosotras a paso lento y cauteloso, era muy alto a decir verdad, bueno para mi que a penas llegaba al metro sesenta, mis ojos grises lo miraron de pies a cabeza, la verdad empezaba a desconfiar de él, quizás si fue un error haberlo invitado con nosotras. Llegó hasta nosotras al decir alunas palabras sus mejillas se sonrojaron, se notaba a leguas el nerviosismo que traía enzima, había apartado la mirada de nosotras y la poso en el centro de la mesa, con cada cosa que decía se contradecía, arqueé una ceja y lo contemplé tratando de entender lo que decía. -Claro que te invitamos, soy Isabella-le pasé mi fría y fina mano con delicadeza y para deshacer la tensión le sonreí.
  18. Sonreí al escuchar las palabras de Kusty, me gustaba su forma de ser, a decir verdad era muy buena persona y yo debía comportarme como ella, no con indiferencia como era mi costumbre de tratar a las demás personas que eran amables conmigo, después de todo debía cambiar completamente mi forma de ser. Una joven llamada Vianne se acercó a nosotras y nos ofreció a una camarera que nos atendería especialmente a nosotras, le dediqué una leve sonrisa a los pocos segundos un muchacho se dirigió directamente a Vianne, dándole una disculpa y ofresiendonos su atención. -Hummm- repiquetee mis uñas sobre la mesa y me mantuve pensativa- yo quiero leches espumosa y unas donas rellenas con crema de vainilla- miré a Kusty- ¿qué pedirás tu? Pasando unos minutos, luego de que Kusty ordenó un muchacho apareció y contempló la sala por un por de minutos, lo observé parecía dudoso y hambriento, la verdad no me pareció tan mala la idea de que se siente con nosotras, me incliné sobre la mesa y miré a Kusty y susurré por lo bajo. -¿Te molestaría que nos acompañe?- Ella negó suavemente y me voltée a mirarlo de nuevo, el notó mi mirada que estaba un poco fría como de costumbre por el color de mis ojos grises- si quieres puedes sentarte con nosotras- le dije en voz con voz firme.
  19. Estaba completamente cabreada y frustrada odiaba a todo ser viviente que me rodeaba, le dirigí una mirada punzante a franco llena de odio, odiaba que me haga preguntas tan obvias, odiaba que se contestara solo las preguntas; en ese momento odiaba hasta el solo echo de que respirara. Me dieron tremendas ganas de estrangularlo al ver que había metido a la est****a de Anna en todo esto, apreté la mandíbula con tanta fuerza que sentía como mis mejillas se enrojecían a causa del enojo que se mantenía oculto dentro de mi. Lo único que me faltaba era que mi gemelo se quedara solo para hablar de la idi*** esa, a él no le quedaba claro que lo que menos me importaba en la vida era Anna. -¡SABES PERFECTAMENTE PORQUE ESTOY DESTROZADA INFELIZ, Y LO ÚNICO QUE HACES ES PENSAR EN LA PATÉTICA DE ANNA, TENGO PROBLEMAS MUCHOS MAS GRANDES QUE LIDIAR CON LA idi*** ESA!- le grité eufórica, mi mandíbula tembló, no, no iba a empezar a chillar otra vez, tenía que ser fuerte y aguantar la situación. Jamás le había gritado a Franko, pero en ese momento estaba fuera de mis cabales, él muy muy en el fondo sabía todo lo que me estaba sucediendo, pero estaba completamente encaprichado en que yo misma se los contara, era obvio que no pensaba hacerlo. Lo miré fijamente, se me conmovió el corazón al verlo triste por mis gritos, quizás fui un poco dura con él, siempre tenía esa maldita costumbre de liarme con los que estaban mas cerca de mi y no esa no era la mejor solución, me sentía apenada, nunca debí gritarle, él solo quería ayudar. -Lo siento.. no debí hablarte así, sabes que te quiero...- dije finalmente abrazándolo luego de un profundo silencio.
  20. Observé a la chica con una gran sonrisa, luego de permanecer en silencio contesté con un toque de nostalgia en mi voz -Sí, solía venir con mi novio ¿tambíen solías venir? a mi me encanta la atención es genial y el café y las galletas tienen un sabor único- aclaré mi garganta, con solo recordarlo sentía ganas de llorar, pero eso ya era pasado, debía hacer borrón y cuenta nueva cueste lo que cueste. Estos no eran buenos momentos para comenzar a achicopalarme, esos valiosos recuerdos que habitaban mi mente no debían salir de ahí, en este momento no quería ni siquiera pensar en ellos, si lo hacía sabía que iba a llorar y no quería eso. -Me alegra que me ayas invitado, la verdad me encantaría poder ser tu amiga, claro si estás de acuerdo con eso- no sabía que mas decir, no era buena entablando conversaciones con gente nueva, tenía miedo que un comentario mio no le gustara.
  21. Lo miré mientras sus mejillas se sonrojaban, suspiré y me volteé, no tenia ganas de hablar con nadie, solo quería dormir por largas horas y si era posible jamás despertar, quería olvidarme del presente, de los problemas y de todas las preocupaciones y angustias que me rodeaba, últimamente me sentía muy decaída, sola y deprimida, mi corazón estaba roto en mil pedazos pero a pesar de todo seguía latiendo. Me acurruqué y cerré los ojos suavemente, la cabeza estaba a punto de estallarme y los ojos me ardían cada vez mas, la angustia me estaba ahogando y yo no sabía que hacer, solo quería estar un rato en paz sin nadie que pueda fastidiarme, pero por lo visto con la llegada de Anna eso se tornaba imposible. Respiré profundamente, sentía una gran presión en el pecho que no me dejaba ni respirar, la culpa me comía viva, poco a poco y cada vez mas, me sentía muerta en vida, mis buenos sentimientos y recuerdos bellos habían quedado en el pasado y en estos momentos la soledad era mi mejor aliada. Abrí los ojos y miré el techo, inmediatamente mis ojos se aguaron y las primeras lagrimas comenzaron a caer de ellos, no podía evitar llorar, no en momentos como estos. Llevé las manos a mi rostro las lagrimas se resbalaban por mis mejillas, y sentí como mi hermano me rodeaba con sus brazos dándome un poco de tranquilidad. Moví los labios para tratar de hablar pero mi voz se reprimió en mi garganta y no podía dejarla salir. -¿Estas molesta?- me preguntó apartándose un poco y mirándome desde arriba mientras me calmaba un poco. -¡Estoy destrozada!- grité.
  22. Miré a Franko quien permanecía en completo silencio observando la situación y haciendo expresiones típicas de disgustos, conocía perfectamente las muecas y sabía que no estaba para nada feliz con la <<pequeña>> discusión que estábamos haciendo. Yo tampoco estaba muy feliz de que él apoyara a la intrusa. Arquee una ceja ante aquella acotación irónica que había dicho, aunque estaba en lo cierto, yo conocía a Anna desde mucho antes, ella y sin lugar a dudas era la patética novia de uno de sus mejores amigos quien, días después de su cumpleaños había muerto por sobredosis. Odiaba profundamente a Anna por eso, en su funeral no se veía para nada dolida es mas parecía aliviada de haberse quitado <<un peso de encima>>. Estaba molesta con todos esta fastidiada no quería saber mas nada con nadie, el solo pensar en la muerte de Marcus me recordaba a Scott, en ese momento solo se me antojaba llorar. Cuando Franco terminó con sus irónicas acotaciones se retiró, inhalé profundamente tratando de deshacer los nudos de mi garganta aunque era demasiado tarde, ya que mis ojos grises comenzaron a cristalizarse mas y mas. Me volteé y di grandes zancadas hasta llegar a mi habitación, cerré la puerta con fuerza y las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, me recosté por la puerta y me deslicé suavemente hasta quedar sentada, abracé mis rodillas y continué llorando en silencio. Cerré los ojos con fuerza pero solo pensaba en él en sus ojos tan azules, que se iluminaban como dos faroles en media noche, y su sonrisa tan cálida que con solo verla te alegraba el alma, ¿Por que tenia que morir él y no yo? Era el único que me apoyaba en momentos así, lo necesitaba cada día mas. **** Abrí los ojos, al parecer me había quedado dormida durante un par de horas, estaba un poco mareada y confundida, pestañeé varias veces para tratar de aclarar mi vista borrosa, estaba en mi cama con una manta encima, no sabía como había aparecido ahí, miré a mi lado y pude ver la gran sonrisa de Franko quien me miraba. -¿Qué haces en mi habitación?- lo miré estaba enfurecida, lo único que quería era estar sola y sin que nadie me molestara, pero sabia perfectamente que el rubio no pensaba dejarme ni un minuto sola, se acomodó a mi lado mientras seguía mirándome.
  23. Era una hermosa tarde de invierno, era un perfecto día para conocer mas a una chica que podría llegar a ser una de mis mejores amigas, todas mis amigas se habían ido del país por distintos motivos, eran pocas las verdaderas amigas que mantenía conmigo, y este mes había sido uno de los peores en toda mi vida. Sabia que Kusty era una chica buena y además de eso teníamos varias cosas en común, no acostumbraba a hacer nuevas amistades, pero sentía que esta era una oportunidad que no debía desperdiciar, después de todo ¿ que podría perder?. Me coloqué un conjunto y me encaminé hacia las afuras del castillo Slytherin, nos encontraríamos en una fina cafetería a la cual yo amaba, era un lugar fino, con clase y sobre todo acogedor. Caminé un par de calles más y antes de que me diera cuenta había llegado a la "Ladurée". Entre, estaba un poco nerviosa, mi al mi alrededor y todo estaba tal cual como lo recordaba. Mi mirada se posó en cada unos de los presentes, en la primera mesa se encontraba la muchacha, me acerqué a ella y la saludé con cordialidad. -Hola, Kusty- le sonreí con amabilidad y me senté en frente de ella.
  24. La voz de la rubia que acababa de llegar resonaba por los pasillos y se escuchaban claramente las firmes palabras que le aplicaba a la sonsa de Anna, al parecer a demás de ser drogadicta, rata de dos patas, también era z****. Sonreí ampliamente y en puntillas me acerqué a la puerta para poder escuchar con mas claridad aquellas afirmaciones, la recién llegada era mi tipo, no se porque pero que se comporte así con Ratiana me empezaba a gustar... es más podría llegar a ser mi aliada. Salí de la habitación y vi como Fiamma empujaba levemente el codo de Anna mientras se paraba enfrente de ella para que sepa que estaba hablando en serio. La tonta cabeza de fósforo solo la quedaba mirando, sin saber que decir, estaba boquiabierta ante todas las afirmaciones planteadas por Etoile. -Lo veo y no lo creo....-dije en un tono divertido- al parecer, no soy la única en la familia con la que tienes pleitos- me acerqué y me paré justo al lado de Etto quien no le quitaba los ojos de encima a Anna. Miré y le dediqué una leve sonrisa ladeada a Etoile, ella me la devolvió y ambas volvimos a mirar con desprecio a Anna, me paré en jarra y continué -¿ Asi que tienes fama de foxy querida?- Etoile y yo estábamos un paso mas adelante que ellas, ambas sonreímos con superioridad al ver que esta no hacía ni un mínimo esfuerzo por defenderse.
  25. Cuando la est****a pelirroja se rió, la verdad no me afectó para nada su infantil comentario, era patética a decir verdad, yo era mucho mas linda que ella, estaba conciente de eso. Anna sonó sus dedos haciéndose la "ruda" lo que menos me daba era miedo, sabía perfectamente que tenía tremendas ganas de golpearme, pero que no lo iba a hacer. Podía ver como la vena de su cuello se iba hinchando mas y mas y sus ojos se saltaban como dos pelotas de tennis, no me pude aguantar las ganas de reir, se veía tan patética enojada. - Cuando dices que harás todas estas cosas me doy cuenta que estas mas perdida en un mundo que no existe porque no tienes las agallas de enfrentar el real- me crucé de brazos mirándola, esta absurda pelea me estaba aburriendo- yo por lo menos lucho por estar aquí y a vos ya no te vale ni un ca***o. No necesito que me digas que hacer con mi vida porque al parecer ni puedes con la tuya. Ademas me das ASCO ¿como puede ser que te soportes a ti misma? en serio me das tanta pena por creer que solo fingiendo lograrías que nadie se diera cuenta. Ella llena de ira, abrió la boca para seguir con la discusión pero no la deje hablar- Mira Mérida, esta peleita est****a que estas haciendo me aburrió, tengo cosas mas importantes que hacer que malgastar mi tiempo hablando contigo. Apenas terminé la oración otra chica rubia se acerco enfurecida por los gritos, yo sola la miraba, se me gastaron las ganas de buscarle pelito, cuando la rubia acabó la colorada estalló en ira y comenzó a replicarle. Ambas empezaron una tremenda discusión, de la cual yo no tenía ganas de participar, me giré sobre mis pies y entré en mi habitación; para ese entonces la luz ya había regresado.

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