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Dovakhin Haughton

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Todo lo publicado por Dovakhin Haughton

  1. No llegaba nadie y Dovakhin comenzaba a impacientarse, entonces se puso a cantar. —Si eres pollo y tienes un local, hay que defenderlo si lo van a atacar♪♫ — golpeaba sus palmas al compás — y todas las patas de pollo arriba♪♫— parecía estar entretenido con eso. —Si tu viejo es un odefooooo, sarpale las plumas, se se— Con la varita en su diestras apuntó a un conjunto de mesas y sillas apiladas en un costado. —Incendio— exclamó y de inmediato el fuego comenzaría a tomar lugar en la escena. Dovakhin dudaba seriamente, no podía creer como siempre era lo mismo con ese tipo de cosas. Soñaba con que algún día finalmente alguien defendiera algún negocio o mansión. Atrás había quedado aquella época cuando la orden del fenix tenía valor para enfrentar a la marca. —Incendio—Repitió en otro rincón donde encontraría más mesas y sillas. El fuego ardía y los pollos no estaban, todo era un círculo perfecto. —Me avisan cuando dejen de ser tan nenas— Exclamó esperando una respuesta odefa que nunca llegaría (?).
  2. Finalmente el Tempestad llegó a la cafetería junto con Arya, una vez allí todos comenzaron a prepararse para aquella noche aunque Dovakhin tenía el presentimiento de que nadie defendería aquél lugar, después de todo la orden del fénix no era más que una organización de miedosos y asustadizos pollos que para poco servía. Miró a su alrededor y ubicó una mesa cuya madera cuadrada medía dos metros de ancho por dos de largo y la base era un redondel de metal, una circunferencia de dos metros más, unidos ambos extremos por un grueso fierro que daba un metro de altura al objeto. —Vitae— Exclamó y de inmediato la mesa cobraría vida ganando dos gruesas piernas con las cuales caminaría, de la madera surgieron dos brazos musculosos con garras muy afiladas y de la parte frontal (donde se apoyarían las cosas, platos tazas etc..) Se formó una gigantesca boca con filosos colmillos listos para lastimar a quien sea. El objetivo del Vitae en un principio era de cubrir a Dovakhin de cualquier posible ataque. —Morphos— Mencionó ahora mientras apuntaba a la barra de la cafetería, ésta se convertiría en un poderoso y gran León adulto cuyo objetivo también sería defender a Dovakhin. Ambas creaciones cuidarían al tempestad.
  3. La noche había llegado y la claridad de la misma era característicamente inusual. Al parecer la iluminación natural de las estrellas y la Luna dejaban una Luz tenue sobre la superficie permitiéndole al Haughton poder ver con claridad lo que sucedía a metros de donde estaba. Pensaba constantemente en su planes a futuro y no dejaba de proyectar posibles situaciones desarrollándose desencadenándose una tras otra. Ascender de rango en la Marca Tenebrosa lo había motivado nuevamente. Parecía ser una de esas noches tranquilas y aburridas hasta que el tatuaje en su brazo comenzó a arder respondiendo al llamado de una de sus superiores, supo entonces que tendría trabajo que hacer, al instante notó que su trabajo sería doble, que al amanecer lo llamarían nuevamente al mismo lugar pero esa vez para limpiar los desastres de la noche anterior. No pudo evitar reír. Fue entonces cuando Arya llegó dispuesta a llevarlo al lugar donde se llevaría acabo la masacre. No dudó en ponerse su máscara y disponerse a hacer lo que ella dijera para encaminarse hacia el destino. Su sobretodo negro, camisa, pantalones y zapatos del mismo color estaban a juego con la noche y lo único blanco que sobresalía en su ser era aquella hermosa y preciada máscara que cubría su rostro de ser descubierto. —Estoy listo— Mencionó con tranquilidad. Luego ambos desaparecieron para reaparecer de inmediato en lo que parecía ser una entrada con forma de dragón. Una vez allí, Dovakhin avanzó junto a su compañera en dirección al resto de sus colegas mortífagos que se encontraban en la cafetería, para comenzar con lo que sería el ataque. Trató de recordar el nombre del negocio para cuando tuviera que volver a limpiar el desastre. "Circ dels Joglars" Supo que lo recordaría cuando notó lo difícil que le resultaba pronunciarlo en su mente.
  4. Su rostro se mostraba serio, el aburrimiento había invadido al Haughton quien había pasado cinco horas seguidas sentado en el banco de una plaza viendo pasar a las personas sin nada para hacer. Aquél día libre era una condena, extrañaba los enfrentamientos de magia desde que el torneo había terminado para él. Posiblemente era el día más tedioso de todos pues nada tenía para hacer. Vestido con un sobretodo negro, remera lisa, pantalón y zapatos del mismo color se dispuso a pararse y comenzó a caminar por la plaza sin rumbo fijo hasta llegar al centro de la misma donde había seis caminos diferentes, un centro de concreto de veinte metros cuadrados adornado con cuatro bancos dispersos a cinco metros de distancia cada uno entre sí. Éstos bancos tenían una altura de cincuenta centímetros hasta la base, y otros cincuenta centímetros hasta la punta del respaldar haciendo así un metro de altura. Su ancho era de dos metros, es decir el doble de lo que medían de alto. En el centro de la escena había una estatua de diez metros de altura y cinco de ancho. Era un homenaje a Merlín, por lo que tenía su forma. Dovakhin estaba parado a cinco metros de la estatua y su espalda tenía la misma distancia con el banco más cercano a él. Luego el segundo estaba a seis metros a su izquierda, diez el tercero y nuevamente seis el cuarto. Reconoció a una persona que se acercó hacia donde estaba y sin mediar palabras la atacó dando a entender que debía defenderse y enfrentarse a él. Era puro aburrimiento por lo que la mejor manera de combatir con eso era teniendo un duelo. —Sectusempra— Exclamó y de inmediato un rayo verdoso salió de la punta de la varita del mago que apuntaba al pecho de su ahora oponente, quien debería defenderse del ataque o de lo contrario necesitaría curarse inmediatamente o las heridas sangrantes que le causaría el rayo podrían terminar con su vida. —Buenas tardes— sentenció el inicio del combate.
  5. Una taza de café recién hecho en su escritorio desprendía el vapor que llegaba hasta el velador, la vuelapluma escribía un par de párrafos en un viejo libro de tapa dura y las manecillas del reloj de pared sonaban a cada segundo en un eterno "tic, tac" mientras el Haughton, que se había parado segundos atrás para recibir el mensaje que una lechuza le había llevado hasta la ventana, leía la carta en la cual se expresaba la nueva tarea que le habían encomendado. —Interesante unión— Exclamó al finalizar la lectura que le había informado sobre el casamiento de un Macnair y una Triviani, pero no cualquier Macnair ni cualquier Triviani. Eran dos personas que conocía y respetaba, dos compañeros de bando. Dejó la habitación del castillo tal como estaba y sin haber tomado siquiera un sorbo del café se dispuso a salir para realizar la petición encomendada. Sería mejor que se pusiera manos a la obra si quería entregar la invitación a tiempo, pero antes debía pasar por el castillo Gaunt para buscar a Anne y finalmente ir con ella hacia la mansión de la familia Malfoy para hacer entrega del papel que invitaba cordialmente a dicha familia a la boda y la fiesta de la misma. Vestido con su gran túnica negra, pantalones y zapatos del mismo color, se abrió paso en Ottery hasta llegar al primer destino. Ingresó en busca de Anne y una vez dio con ella, dando por sentado que también le había llegado el mandamiento, no perdió tiempo y se expresó. —Buenas, Anne... ¿estás lista? deberíamos llegar pronto, no quiero demorarme demasiado y ser culpable de una entrega tardía— Comentó mientras que con su diestra extendía la invitación a la dama para que ésta la tomase con sus manos. Esperó a que la mujer aceptara el papel y cuando finalmente estuvo lista para partir, ambos se dirigieron en conjunto hasta la Mansión Malfoy. Al llegar ingresaron por la puerta principal, podía apreciar en la entrada la imponente fachada del hogar de una de las familias más importantes del mundo mágico, no solía frecuentarla desde que era pequeño y su madre lo había llevado a vivir allí durante el tiempo en el que el castillo Haughton se encontraba en reconstrucción. Sin dudas muchos recuerdos invadieron su mente en ese momento, pero no había tiempo para nostalgias. Además Dovakhin jamás fue de los personajes más emotivos, por lo que no le costó mucho trabajo dejar eso para después. Miró nuevamente a Anne y asintió con la cabeza en señal de que estaba listo, aunque no fuese un trabajo demasiado complejo ni tuviese que hacer demasiado esfuerzo de nada, sin embargo siempre le había costado socializar con la gente, quizás por eso estaba un poco nervioso.
  6. @@Alegna Black Estás más que aceptada en la familia, espero que tu madre acepte así sos una Haughton de pura sangre como tu padre (?), realmente me alegra mucho que te nos unas!! y ni bien esté todo legal preparamos algunos roles padre-hija para ir desarrollando a nuestros personajes y familiarizandolos *-* Sos mi primera hijosa, así que todos los juguetes son para vos *le da su mesada*
  7. Para sorpresa de Dovakhin, su madre comprendía la necesidad que tuvo el mago de alejarse, sin embargo también era dura con sus palabras y aquella ambivalencia lo confundía. Notaba las expresiones en el rostro de Mónica y sabía que no estaba bien, de más está decir que aquella imagen de su única figura materna no le gustaba para nada. —Estoy seguro que enferma y todo no podría hacerte frente en un duelo— Contestó a su broma. Toda la habilidad y el don que tenía para los enfrentamientos mágicos lo había adquirido de ella, una mortífaga realmente legendaria y respetada entre sus pares, para él, la mejor que conoció jamás. Y aquél pensamiento no se iría con nada de su cabeza, pues admiraba a su madre y estaba agradecido con ella por todo lo que le brindó siempre. Las palabras fluían de la boca de Mónica y Dovakhin prestaba atención a cada una de ellas, sin embargo las últimas sentenciaron el silencio que se generó hasta que la mujer retomó la conversación y cuestionó el regreso de su hijo a su propia casa. El demonio respetaba a su madre, incluso sin decirlo la amaba y haría lo que fuese por ella pero lo que ésta estaba haciendo y diciendo sólo lo molestaban y lo enojaban en cierto punto. No creía llegar al extremo de la exageración, el hecho de desaparecer estuvo mal, en efecto, pero de ahí a dar un hijo por muerto era algo que el joven Base no toleraba en absoluto. —¿Crees que yo puedo morir?— Cuestionó ofendido. —Madre, eres mas experimentada y habilidosa que yo, pero no soy un niño ya. Soy un hombre, y como tal puedo valerme por mi mismo como bien dijiste— Dijo mientras se ponía de pie. —¿Sabes? Si era lástima lo que sentí, porque no puedo creer cómo en tres años, la imponente mujer que eras ahora está postrada en una cama, toda dejada y desarreglada, descuidando a la familia. ¿Dónde están mis hermanos?— Las palabras del mago brotaban sin filtro de su lengua, si su madre le había enseñado a ser quien era no podía quejarse de una pequeña demostración. Se cruzó de brazos y la expresión de su rostro se tornó seria. —Regresé para poner un orden al mundo— Exclamó. —Creí que al llegar mi casa volvería a ver a mi madre, a mi verdadera madre. No a éstos restos de lo que fue la mejor bruja que he conocido en toda mi vida. Esperaba un katanazo, un regaño duro pero de la mujer que fuiste, no de lo que te has dejado ser— Sentenció con crueldad. Era cierto todo lo que decía, ella no podía negarlo y tampoco debía enojarse por la reacción de su primer hijo al escuchar esas palabras. —Entré a la marca nuevamente y planeo seguir perfeccionando mis habilidades, no tengo tiempo para estar llorando por una madre que me considera muerto. Si quieres que esa sea nuestra relación, perfecto. Pero si no, deberías dejar el ego de lado un rato como yo hago contigo, que nada me cuesta ser cruel como aprendí de ti.— Seguía expresando su enojo pero parecía infinito, no se aliviaba en lo más mínimo diciendo todo eso. Realmente aquello era una de las pocas cosas que realmente lo herían, estar constantemente intentando enorgullecer a su progenitora y que ésta sólo tuviese palabras frías y duras para él, quien se reservaba el cariño y el respeto sólo para ella. Luego de unos instantes en los que se tranquilizó, volvió en sí y continuó tratándola bien. Demostrando que ya no era un adolescente haciendo berrinches, que podía enojarse y expresarlo pero que eso no cambiaba sus intenciones principales ni le hacía olvidar quién mandaba entre madre e hijo. —Si quieres revivirme en tu mente y tu negro corazón, estoy aquí para ayudarte en lo que quieras, sea lo que sea. Pero no quiero verte dejada ni enferma, si tantos años enfrentándote a la muerte no pudieron contigo, ésto no tiene que poder tampoco.— Finalizó para luego extender su diestra para darle un apretón de manos, pues sabía que la Malfoy Haughton era reacia a los abrazos y los besos, al igual que él. Digno hijo de su madre.
  8. Se sorprendió al ver a su madre en tan mal estado, sabía que sus regalos y su llegada no iban a ser recibidos como si nada hubiese pasado, pero Dovakhin jamás hubiese imaginado que su progenitora estaría tan enferma y dejada ¿acaso sus demás hijos la habían dejado a su suerte? ¿Qué pasaba con sus hermanos que habían permitido que Mónica terminase en ese estado tan deplorable?. Su rostro se tornó serio y pasó por alto el regaño acortando las distancias entre ambos con unos pasos rápidos y cortos. —¡Por los siete infiernos! ¿cómo te dejaste estar madre?— Preguntó ahora regañándola él a ella, no porque estuviese enojado ni porque fuera un derecho el retar a quien le dio la vida, sino porque sabía que si la Malfoy Haughton notaba un dejo de lástima en Dovakhin, se enojaría mucho con él. A pesar de todo era su madre y no podía verla mal, era la única persona capaz de sacar el lado bueno escondido en él -o al menos opacar su crueldad- pero eso era mucho para el mortífago, se sentía culpable por haber estado tres años afuera sin contacto con ella. —Eres una mujer fuerte, imponente y con una calidad de vida buena— Mencionó. Si realmente estaba mal la cuidaría, sin embargo se le cruzó por la cabeza que hacía todo eso sólo para hacerlo sentir culpable por haberse ido, pero como ésto último sólo fue una ocurrencia se limitó a creer en lo que estaba viendo de frente. Dejó el huevo en la mesa de luz y se sentó al lado de la mujer respetando obviamente su espacio personal y dejándole suficiente lugar para no hacerla sentir invadida. Su mamá le había enseñado correctamente todo tipo de cosas desde que tenía uso de razón por lo que se irrespetuoso o demasiado confianzudo no era algo que saliera del Haughton generalmente. —Lamento haber desaparecido, necesitaba irme un tiempo— Intentó excusarse pero sabía que su madre no tendría compasión y tampoco entendería su necesidad de irse por lo que esperaba que al menos no le negara el hecho de volver a su hogar ni tampoco su parentesco.
  9. Hola!!! Llevo AÑOS sin editar mi ficha, literalmente. Sin embargo los cambios que haré no son demasiado grandes, con la salvedad de que edité toda mi historia porque la familia Haughton pasará a ser Sanguínea y la familia Gaunt adoptiva. (Recién posteé mi ficha en la Gaunt así que seguramente tardaré un poco en ser aceptado, pero de todas maneras lo posteo porque ya hablé sobre mi adopción y me dieron el visto bueno off rol, así que acá vamos) PD: Me gustaría que las primeras dos imágenes se vean centradas, ya que soy medio tonto y no las pedo poner de esa forma XD Gracias y espero no haya problemas. PD: Hace días compré pociones en MM y aún no me actualizaron ni los Galeones que gasté, ni las pociones en la ficha (Sólo me pusieron la vuelapluma y el ajedrez mágico) Agradecería si también me actualizan eso. MUCHAS GRACIAS y disculpen las molestias :3
  10. Hola querida familia Gaunt: A través de la presente pido mi ingreso a la familia en calidad adoptiva para ser el ahijado de mi primo WTF (?) jajaja pero sí, eso. Emmet acéptame ;_; ya está hablado con Anne y contigo, además debo admitir que la que me pidió que entrara fue Mery así que digamos que ya son tres personas que me avalan (?) jaja en fin, sin más dilación dejo mi fichita: Nombre: Dovakhin Haughton Ficha de personaje: Touch This Bóveda personal: Se aceptan donaciones ¿Qué parentesco quieres tener y con quién? (en caso de existir preferencias): Ahijado de @@Emmet Haughton Gaunt ¿La Gaunt será tu familia sanguínea o adoptiva?: Adoptiva Bando de preferencia: Mortífago Link a una imagen de tu habitación para el castillo: https://castillobuenamor.files.wordpress.com/2014/07/03.jpg ¿Dónde estará tu habitación? (Hay siete plantas, sótano-subsuelo y tres torres: sur, oeste y este): Torre Sur Mascotas y/o elfos (si se tienen. Por favor, detallar para poder poner en lista):- Cumpleaños: El de Dova 31 de Diciembre, el mío 27/05 Contacto (skype, facebook, yahoo...)*: Skype dovakhin.haughton Y bueno creo que eso es todo :3 graciassssssss espero se aceptado n.n
  11. Bueno ya que alguien me sacó del árbol ññññññ vengo a EXIGIR que me vuelvan a poner PERO con unos sencillos cambios a como era antes: Nick : Dovakhin Haughton Bando de preferencia. : Mortífago por supuesto, eso no se pregunta. Parentesco: Hijo Primogénito de Mónica. Lazo sanguíneo o Adoptivo: Sanguíneo Link a la ficha de personaje: Clickéame Link a la bóveda personal:Se aceptan donaciones Imagen de tu personaje: http://i.imgur.com/Uk1wKRs.png Descripción de tú habitación: Ubicada en el Quinto piso, es una habitación muy grande que generalmente está a oscuras, llena de libros y objetos preciados para Dovakhin. Cama de dos plazas, un armario propio con mucha ropa, un hidromasaje, bañera, ducha y un pequeño balcón que da vista a la puerta de la mansión. Piso en el que se encuentra la habitación: 5to piso. Como ven pasé de ser "Adoptivo" a "Sanguíneo" porque habrá cambios en mi ficha e historia, en sí siempre fue mi familia principal por lo que a mi vista, siempre fue mi Familia. Lamento haber estado ausente tanto tiempo, pero estoy de regreso y quiero que vuelva la actividad a la familia. Nada más que agregar. Los quiero <3
  12. Sangre de mi sangre. Tres largos años habían pasado desde que desapareció sin avisar, tiempo en el cual había perdido el contacto con todos sus conocidos y suficiente cantidad de años para encontrar todo cambiado en su regreso. Ya nada era igual, y eso le gustaba. Desde que volvió se dispuso a reintegrarse a la marca tenebrosa antes de presentarse ante su madre, se identificaban demasiado y no quería ser un simple mago de poca monta luego de haberse marchado como el mejor. Era un Haughton y debía honrar su apellido, más aún siendo el primogénito de Mónica, no podía simplemente volver después de tanto y sentirse aislado del mundo se suponía que su viaje lo emprendió para madurar y aprender nuevas cosas. En la puerta de la mansión recordó todas sus vivencias, sabía que era único y siempre lo había sido. No por sus habilidades y su facilidad para la magia, sino porque se trataba del primer hijo y aún así sus hermanos eran medios hermanos otorgándole el título de único en su especie. Sin embargo, diferente o no, sabía que Mónica lo regañaría por haberse ido sin avisarle por lo que se preparaba mentalmente para un katanazo de aquellos que le daba cuando se portaba mal, o cuando tenía algún error en sus duelos. Tanta nostalgia le daba asco, pero si él no quería a su propia madre y no la recordaba entonces nada de respeto propio podía tener, y eso era lo que más poseía. Se dejó de dilaciones y pastelerías e ingresó a su hogar observando como la mansión seguía luciendo hermosa e imponente como siempre, eso sí que no había cambiado. Lo primero que hizo fue dejar todas sus cosas en su habitación del quinto piso, allí buscó un huevo que había encontrado en sus viajes que no sabía de qué era pero estaba seguro de que sería un gran regalo para su querida progenitora. Luego de eso se dirigió al cuarto de Mónica, golpeó tres veces como estaba acostumbrado. Esa era su señal desde pequeño, el golpeo de la puerta tres veces seguidas la mortífaga lo reconocería al instante. Con la mano en el bolsillo para empuñar su varita por si encontraba algún hombre allí giró el picaporte y entró. Si veía a alguien con su madre lo mataría. Él jamás conoció a su padre pero siempre cuidó con recelo a quien le había dado la vida y los oportunistas abundaban. Al entrar vio a su mamá y sonrió. —He vuelto— Exclamó con obsequio en la mano —Te traje ésto— replicó mientras cerraba los ojos y agachaba un poco en la cabeza esperando un palazo o un golpe fuerte, asumiendo que se había portado mal. Lo gracioso en Dovakhin era que la única persona con quien era sumiso era ella, con todos los demás emanaba odio y altanería siendo cruel y asolando hasta las personalidades mas hostiles.
  13. Había llegado al Magic Mall, donde iba a conseguir algunos productos que necesitaba y de paso también vería cosas que no tenía en mente pero que quizás le interesaría comprar. Estaba decidido a conquistar sus objetivos y para ello necesitaría equiparse con todo lo que le fuera posible -y que su dinero le permitiera comprar- para poder acercarse cada vez más a su meta. Lo que más deseaba era un libro de hechizos que había visto a la venta y sabía que sería el primer escalón en una gran escalera hacia el éxito, libro que le daría alguna ventaja sobre quien no lo tuviera y que así mismo, acortaría la desventaja con quienes tuviesen más ejemplares, sin embargo aún no podría adquirirlo. En segundo plano compraría una poción o dos sólo por el mero gusto de reírse un poco de alguien, sin embargo aquello no era tan importante para su desarrollo como mago. Subió al primer piso donde encontró otros artículos de interés y se dispuso a comprarlos antes de ir a los demás, era una vuelapluma y un Ajedrez Mágico, se dirigió directamente hacia alguno de los vendedores de turno para hacerse con ellos, sabía que nunca estaba de más tener un par de artículos para pasar el rato. —Vengo por una pluma y un Ajedrez mágico— Mencionó seleccionando así los artículos deseados y llenando toda la burocracia legal que le permitiría adquirir sus nuevos bienes materiales. ID: 115358 Nick: Dovakhin Haughton Nivel Mágico: I Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 98337 Fecha: 2016-09-05 Nombre del producto: Vuelapluma Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: A Puntos por unidad: 10 Precio: 500 G Nombre del producto: Ajedrez mágico Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) A Puntos por unidad: 10P Precio: 500 G Precio total: 1000 G Total de Puntos: 20 P
  14. Finalmente llegó a la tercera planta donde compraría su libro de Aprendiz de Brujo. Aquél libro le serviría demasiado para perfeccionar sus habilidades de duelo y para asistir a asaltos y demás. Hacía bastante tiempo que lo quería por lo que aquél día aprovecharía para comprarlo ya que estaba allí, pues generalmente no pasaba por esos lugares y por lo tanto, aún no había podido hacerse con el ejemplar que deseaba. Se acercó hacia la persona que se encargaba de las ventas y dejó la planilla correspondiente para solicitar aquél pedazo de conocimiento en forma de literatura. Sólo esperaba no hacer nada erróneo, quería realmente terminar el trámite rápido. Subió a la segunda planta en busca de dos pociones que servirían en alguna ocasión, siempre era bueno estar preparado antes situaciones diversas, e incluso también para darse un gusto y reírse de alguien un rato también servían aquellos productos. Se acercó a la persona que lo atendería. —Buenas, vengo por unas pociones— Mencionó mientras seleccionaba los productos que deseaba. Era un tanto vergonzoso el hecho de haberse confundido de planta para comprar, nunca lo había hecho y había quedado en ridículo, pero no le importaba. Tenía los galeones necesarios para realizar sus compras y eso era lo que realmente importaba a fin de cuentas. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 115358 Nick: Dovakhin Haughton Nivel Mágico: I Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 98337 Fecha: 2016-9-05 Nombre del producto: Libro del aprendiz de brujo Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 0 Precio: 1000 G Precio total: 1000 G Total de Puntos: 0 P
  15. Subió a la segunda planta en busca de dos pociones que servirían en alguna ocasión, siempre era bueno estar preparado antes situaciones diversas, e incluso también para darse un gusto y reírse de alguien un rato también servían aquellos productos. Se acercó a la persona que lo atendería. —Buenas, vengo por unas pociones— Mencionó mientras seleccionaba los productos que deseaba. Era un tanto vergonzoso el hecho de haberse confundido de planta para comprar, nunca lo había hecho y había quedado en ridículo, pero no le importaba. Tenía los galeones necesarios para realizar sus compras y eso era lo que realmente importaba a fin de cuentas. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 115358 Nick: Dovakhin Haughton Nivel Mágico: I Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 98337 Fecha: 2016-9-05 Nombre del producto: Esencia de Díctamo Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 Precio: 2000 G Nombre del producto: Poción Animalis Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AA Puntos por unidad: 20P Precio: 1000 G Precio total: 3000 G Total de Puntos: 60 P
  16. Estaba decidido a conquistar sus objetivos y para ello necesitaría equiparse con todo lo que le fuera posible -y que su dinero le permitiera comprar- para poder acercarse cada vez más a su meta. Lo que más deseaba era un libro de hechizos que había visto a la venta y sabía que sería el primer escalón en una gran escalera hacia el éxito, libro que le daría alguna ventaja sobre quien no lo tuviera y que así mismo, acortaría la desventaja con quienes tuviesen más ejemplares. En segundo plano compraría una poción sólo por el mero gusto de reírse un poco de alguien, sin embargo aquello no era tan importante. Subió al primer piso donde encontró otros artículos de interés y se dispuso a comprarlos antes de ir a los demás y se dirigió directamente hacia alguno de los vendedores de turno. —Vengo por una pluma y un Ajedrez mágico— Mencionó seleccionando así los artículos deseados y llenando toda la burocracia legal que le permitiría adquirir sus nuevos bienes materiales. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 115358 Nick: Dovakhin Haughton Nivel Mágico: I Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 98337 Fecha: 2016-9-05 Nombre del producto: Vuelapluma Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: A Puntos por unidad: 10 Precio: 100 G Nombre del producto: Ajedrez mágico Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) A Puntos por unidad: 10P Precio: 500 G Precio total: 600 G Total de Puntos: 20 P
  17. La mujer era igual de cerrada que él, por lo que su conversación sería un encuentro que normalmente moriría en segundos sin embargo algo llamó la atención del Haughton. ¿Por qué estaba tan interesada en lo que él decía?, si se notaba a la legua que ninguno de los dos tenía un verdadero interés por el otro e incluso hasta parecía una pelea de egos por momentos. Vio como la mujer amagó a irse y no lo pensó. Fue un impulso, algo que normalmente no haría y no era por los tres vasos de vermut que había tomado, sino más bien otra cosa... ¿instinto quizás? no lo sabía él. —Espera— Exclamó tratando de retener un poco mas a la mujer. —¿qué es lo interesante que pudo haber resultado?— Preguntó obviando la provocación anterior, si se basaba en eso posiblemente habría sacado su varita para echar un duelo con ella en ese momento y demostrar que no era solo palabras, sin embargo no estaba ese día dispuesto a generar discordia en un local que apoyaba al bando donde recién había ingresado, sería tonto. Y en el mejor de los casos aquella mujer también podría pertenecer a su mismo equipo, entonces ¿que pasaba?. —No voy a ir a buscarte si te vas, si te interesa algo de mi dímelo ahora— Exclamó —No soy de socializar con desconocidos y no creo que tu seas diferente en ese sentido, entonces... ¿por qué me hablaste desde un principio?— Finalizó. Quería entender por qué la conversación fugaz, por qué el intento de marcharse tan repentino y más aún sentía curiosidad por las palabras que le había dedicado su interlocutora. Simplemente esperó una respuesta o algo que indicara cómo seguiría aquello, pero el paso lo había dado. Ya luego si aún quería marcharse, no iba a impedírselo. Después de todo sacrificó su ego pidiéndole que se quedara unos instantes más y eso ya era perder para él.
  18. La respuesta de la mujer le resultó bastante absurda a decir verdad. ¿Matar para dar una lección? La vida no es un colegio y Dovakhin estaba seguro de aquello, La vida es algo que pocos merecen según su punto de vista y la convicción con la que se aferraba a ese pensamiento era imposible removerla. Sonrió y volteó a mirarla. —Matar a todo aquél ser que no merezca vivir, no es matar por matar— Exclamó. —Somos obra de la naturaleza y como parte de la misma, lo natural merece permanecer puro y no corrupto— Musitó mientras pedía otro trago y lo tomaba al instante. El Haughton disfrutaba haciendo sufrir a las personas, dañando y finalmente matando a quienes él consideraba inútiles o incluso obstáculos. Estaba claro que ningún miembro o ex miembro de la orden del fénix merecía vivir, pero incluso pensaba que los traidores de la marca tenebrosa también debían ser asesinados. Los indecisos que prefieren mantenerse al margen y los que dentro del bando obstaculizan los propósitos mortífagos igual. Era nuevo, otra vez, pero antes de volver a ingresar a la marca tenebrosa también pensaba de esa manera. No era devoto a los líderes, era devoto al señor tenebroso. Escuchaba sus órdenes, entendía sus deseos y defendía a quienes defendieran sus ideales, pero todos los demás existían en vano. —Lo único que lamento, lamenté o lamentaré en mi vida es no matar a quienes no merezcan vivir— Contestó. El alcohol le daba igual, también lo que le podía pasar a él. Siempre supo que sus días estaban contados pero mientras estuviese con vida se encargaría de generar discordia y sufrimiento al resto de las personas, criaturas, bestias y seres existentes dentro y fuera del mundo mágico. Nació con esa necesidad de ver morir al resto y nada cambiaría aquél pensamiento que además de eso también era un objetivo en su vida. Miró al cantinero y ordenó. —Lo mismo que la dama—
  19. Con el trago en su mano notó la voz de una mujer que se acercaba hablando sobre tomar cantidades industriales de alcohol, le resultó intrigante cuanto podría aguantar él aquella noche pues estaba con claras intenciones de exterminar las botellas que venía viendo hace un rato desde que se sentó. Lo del placer era una realidad, muy difícil era que Dovakhin sintiese placer en conocer a alguien, sin embargo no fue descortés y contestó de la manera más adecuada que encontró. —El único placer que conozco es el del llanto y los gritos de clemencia— Exclamó mientras tomó su trago en un abrir y cerrar de ojos —Otro— Se limitó a decir. La mujer era atractiva, de esas típicas que salen en las revistas a relucir su vida privada -la cual a nadie le importa pero si es bella ocupa una o dos páginas- Sin embargo la belleza no era algo que le llamara la atención a una persona que se centraba solamente en enfrentarse a oponentes fuertes y matar gente sin razón alguna. Movió el cuello y la miró mientras tomaba lo que había pedido. El hecho de que no hubiese emitido palabra le hizo pensar que frecuentaba ese lugar, pero jamás imaginó que aquél negocio fuese de ella y seguiría sin imaginarlo pues de momento sólo la veía como otra clienta. Las mujeres que se embriagan pierden esa finalidad que caracteriza a la mayoría, quizás aquello era un pensamiento machista pero al Haughton le daba realmente igual aquello de sexos y géneros pues la única persona importante en su vida era él y nadie más que él. —Los motivos son excusas, por cierto— Mencionó un poco tarde mientras volvía su mirada hacia adelante y tomaba con sus manos el segundo trago que había pedido. Pensando en cómo fue esa última semana pudo notar que había hecho muchas sociales con personas desconocidas y no era tan desagradable como recordaba, aunque seguía siendo difícil para él apartarse de la isla mental en la que vivía. Por alguna razón que no se supo explicar esperaba más charla de aquella mujer, él no quería iniciarla realmente luego del comentario que le había hecho ni bien llegar, pero estaba abierto a conversar mientras el alcohol siguiera llegando. Era extraño si, pero ese día no había nada que le cambiase el humor. Ya había logrado su primer objetivo desde que regresó de su largo viaje.
  20. Nunca fue afín a los festejos pues los consideraba una pérdida de tiempo, sin embargo aquella ocasión era especial pues ya estaba formando parte de la marca tenebrosa y cada tanto un trago no le venía mal a nadie. Había escuchado una conversación en la cual hablaban muy bien de un negocio de propietarios mortífagos y cansado de frecuentar siempre los mismo bares decidió ir a probar suerte en aquél lugar que quizás, y sólo quizás, le resultaría interesante. Vestido de forma casual con un suéter negro y unos zapatos y pantalones del mismo color se abrió paso en el callejón buscando un letrero que pusiera "Wishes Banned & Strange Passions" aborreciendo a todos y cada uno de los palurdos que caminaban a su par. La noche era joven y el cielo advertía una posible llovizna en breves por lo que apuró el paso hasta encontrar el local buscado. Al ingresar notó la decoración, los apartados de entretenimiento, los empleados y clientes pero los ignoró a todos y fue directamente hacia la barra donde encontró una carta pegada en la misma que ponía los diferentes tragos que servían en aquél lugar. ¿Con qué comenzaría su noche? Quería volver a su hogar tambaleando por lo que pidió lo primero que le hizo ruido. —Traeme un Vermut seco— Ordenó a quien estaba del otro lado para servirle. Ni buenas noches, su educación con la gente común nunca estaba presente, o casi nunca después de todo ¿quién podía decirle algo? siempre hizo lo que quiso y nunca fue devoto a las opiniones externas por lo que le daba realmente igual cómo le caía a los demás, incluso consideraba que deberían ser agradecidos de que no decidiera matarlos, sin embargo eso es solo el punto de vista de un loco como el Haughton. Esperó su trago y mientras tanto observaba el lugar. Algunos de fiesta, otros en soledad disfrutando del entretenimiento, pero todos con algo en común. Todos embriagándose a más no poder. Lindo Martes habían elegido.
  21. La bruja llegó en un momento determinado y comenzó a hablar sobre lo que creía que había pasado con él, sin embargo Dovakhin no estaba interesado en lo que ella pensaba, simplemente quería practicar sus habilidades de duelo. —Es imposible mutilarme, no te olvides de quien soy— Contestó cortante mientras observaba el paso del tiempo en quien alguna vez había sido la única razón en su cabeza. Parecía tan lejano aquél tiempo que apenas podía comprender lo que solía representar aquella mujer, y por esa razón sabía que el duelo sería interesante pues no pensaba controlarse. —Quizás, hablar no es lo mío— Comentó. —Sin embargo podríamos tener alguna charla, si te interesa generar algún mal en el mundo mágico, o si quieres destrozar a los desplumados.— Finalizó. Tras ésta breve charla, Rachel intentó atacarlo con un hechizo que hacía bastante no veía, un hechizo que estaba lejos de ser importante, simplemente una molestia. Un avis. Ni bien la bruja terminó de pronunciar su ataque, el Haughton contraatacó. —Oppugno— Mencionó estirando su varita en dirección de las aves, mientras les ordenaba atacar el rostro de la mujer. Al instante Las aves intentaron picotear sus ojos y demás facciones del rostro. Tras ésto decidió intentar un ataque un poco más agresivo. —Sectusempra— Y de inmediato un rayo salió de la varita de Dovakhin en dirección al pecho de Rachel Brice, su oponente de duelo.
  22. Desde que había regresado de su exilio, Dovakhin no había tenido prácticamente ningún encuentro ya sea social o combativo, a excepción de una o dos charlas para ponerse al día con el mundo mágico. Estaba en un camino bastante extenso en busca de la meta, ese último escalón en su plan, sin embargo era consciente de que necesitaría volver a ser aquél despiadado duelista que fue en sus mejores años, y para ello sólo se podía pelear hasta caer rendido al suelo del agotamiento. Para su práctica diaria, el Haughton decidió llamar a una vieja conocida. Una bruja con la que no había hablado en años, sin embargo no estaba allí por el pasado. Su ferviente deseo de suceder al señor tenebroso era, como al principio, la clara obsesión del mago. Y sabía que la persona con la que se enfrentaría hoy, era buena práctica para su propósito. La lechuza que le envió simplemente decía "Quiero practicar mis habilidades de duelo, si te interesa te estaré esperando en el bosque prohibido. Dovakhin Haughton." No sabía cual sería la reacción o la respuesta de Rachel, sin embargo confió en que aceptaría e iría a enfrentarse con él. Una vez en el bosque, se dirigió al medio del mismo, el epicentro del gran pulmón verde que albergaba a las más temerosas bestias del mundo mágico. Allí encontró un gran lago, rodeado de árboles y bastante oscuridad pues la única luz provenía de la Luna. Esperó en la orilla de pie, mirando su reflejo en el agua aguardando el momento de volver a ver a la mujer y comenzar con el entrenamiento. Tenía muchas cosas en la cabeza y todas desembocaban en lo mismo, volver con todo el poder necesario para infundir miedo y desesperación en todo el mundo. Ésta era una prueba de fuego para ver realmente la oscuridad que había en su corazón.
  23. Su mayor miedo siempre fue perder su habilidad para despilfarrar sangre enemiga por todas partes, olvidar cómo se sentía saborear la victoria ante quienes se opusieran a su modo de ver las cosas o simplemente ante aquellos, que por uno u otro motivo, fuesen temporalmente sus enemigos. No había muchas virtudes en Dovakhin, un demonio cuyo único interés siempre había sido ver el mundo arder pues sus mayores hazañas habían sido todas relacionadas con la maldad y el infortunio ajeno. A pesar de todo, sus delitos y diversiones habían tenido un final hacía tres años atrás cuando desapareció inesperadamente del mundo mágico y emprendió un viaje hacia diferentes horizontes, buscando respuestas y quizás algún nuevo motivo para volver a obsesionarse con la sangre. Dicen que los hombres no sufren, y justamente el Haughton era más duro que la mayoría de los hombres promedio, sin embargo él sí había sufrido increíblemente. Quizás fue una época de malas decisiones y plena confusión, pero lo cierto es que se había traicionado a él mismo y ahora con más motivación y resentimiento que antes, el odio logró recuperar el control del Haughton convirtiéndolo en un peligro potencial para la vida de todos los magos y brujas. Sin embargo, desear no es lo mismo que poder y para ese momento quien había sido un erudito, un privilegiado prodigio de los duelos de magia, la efectividad sanguinaria había disminuido notablemente. No por nada tenía que poner en práctica sus habilidades para volver a ser el que era, o quizás con suerte mejor que antes y por ese motivo había llamado a una persona para que lo enfrente a modo de práctica. Una Bruja con la que se había enfrentado anteriormente y a la cual había derrotado, sin embargo Dovakhin sabía perfectamente que en ésta ocasión las cosas quizás fuesen un poco diferentes a como fueron la última vez. Esperó pacientemente en el lugar donde había citado a la muchacha, un callejón bastante estrecho y oscuro en una de las infinitas calles de Ottery. Apenas cinco metros de espacio había entre las paredes de dos edificios y unos quince de longitud. La visibilidad era poca y no había artefactos que pudiesen interrumpir el enfrentamiento. Ahí estaba él, al fondo de todo apoyado en la pared de ladrillo rojo que ponía fin al callejón esperando a su oponente, Mery. Había dejado atrás su túnica negra, al igual que el pasado. Ahora utilizaba un esmoquin del mismo color, con una camisa blanca abotonada. Había cambiado la imagen, pero sus intenciones seguían igual de malas que siempre. No dudaba de aquello. —Bienvenida— Musitó cuando finalmente vio a su compañera de duelo llegar al lugar. —Estoy impaciente— Sentenció.
  24. Tragos largos matarían el café del Haughton al mismo tiempo que Mía terminaba de hablar. Si bien era cierto lo que exponía con su punto de vista respecto al dinero, en un punto dejaba de tener validez. —Dime, Mía... ¿Cuanto vale la vida de un hombre rico sino toda su riqueza?— Preguntó mientras dejaba el pocillo en la mesa y relajaba sus hombros. —Vida o muerte, dinero o muerte... El dinero se puede ganar, se puede robar, incluso puedo apostarte toda tu fortuna a que sería capaz de matar a mi madre y a todos los que la defendieran, y no por el dinero, sino por el sólo hecho de tener la razón— Exclamó Dovakhin mientras la miraba a los ojos. Él más que nadie sabía que no podría cumplir sus objetivos sólo, y por eso la segunda parte fue más sencilla de explicar que la primera. —El señor tenebroso con todo su poder siempre tuvo ayuda de otros magos, es imposible formar un imperio sin lacayos y en algún momento eso se volverá indispensable para mi emprendimiento.— Explicó con calma mientras tomaba con su diestra el vaso de whisky y lo tomaba sin prisa ni pausa. —Es como éste negocio... No podrías mantenerlo sin empleados— Intentaba dar comparaciones muy distintas pero que de algún modo tenían que ver entre si. Sabía que Mía tenía los medios, y de hecho se le notaban también las ganas de ayudarlo por lo que supo que no se equivocó en ir a buscarla. —No quiero que la marca sea devota a mi, no quiero que los mortífagos me vean como su jefe, más bien busco ser el más fuerte de todos y que ellos confíen en mí para lograr grandes hazañas— Comentó mientras tomaba ahora el vaso de sangre de Elfo doméstico. —¿Mis esbirros?— Preguntó incluso antes de que Mía preguntara por ellos —Serán algunos desplumados dudosos de sus deseos y aspiraciones. Bien sabemos que persuadir a los "buenos" es más fácil que ablandar a los malos y esa es nuestra ventaja... Todos quieren ser héroes, pero cuando los confundes al punto de hacerlos sentir inseguros de si mismos, ya no hay manera de que escapen de un inminente control— Aseguró el mago. Se hacía tarde, habían pasado tres largos años y no quería perder más tiempo. Se puso de pie y lentamente se acercó a Mía hasta quedar cara a cara con ella. —No tengo que convencerte de algo que tú quieres hacer en lo más profundo de tu ser.— Hizo una pausa —Tú debes convencerte de que realmente estás lista para hacerlo— Sentenció para luego darle un beso en la frente. —Eres una bruja muy poderosa, pero vives de mal humor... quizás visitarme un día no te vendría mal— Exclamó entre risas mientras se daba media vuelta y se disponía a marcharse. —No es necesario que me respondas ahora, si quieres un tiempo para pensar, piensa tranquila. Pero no olvides que lo haré de todas formas— Finalizó creyendo que aquello sería suficiente para convencer a la Black Lestrange.
  25. Allí estaba, siempre de mal humor y con cara de pocos amigos como de costumbre. Por un momento sintió que no había pasado el tiempo y que aquella mujer seguía igual de cansada que siempre... era lógico que eso era producto de la responsabilidad que había cargado en sus espaldas para pertenecer a la servidumbre pues el hecho de que fuese dueña, no quitaba el que estuviera ofreciendo un servicio. Exhaló con pesadez mientras intentaba sermonearlo y una vez finalizó la mujer, se dispuso a retomar. —También me alegro de verte, Mía— Contestó mientras hacía un gesto a uno de los esclavos para que tomaran su pedido. —Siéntate, por favor— Dijo el Haughton mientras señalaba la silla que estaba frente a él, del otro lado de la mesa. Esperó a que llegara el mesero y le ordenó su pedido. —Un Whisky doble, un café negro y un poco de sangre de elfo doméstico— Tras ésto retomó. —Verás acabo de volver de un largo viaje y créeme que no tengo intenciones de venir a regalarte una postal, no te traje dulces ni regalos y no intentaré comprar tu tiempo. Simplemente eres libre de aceptar o no ayudarme, pues eso es lo que vine a pedirte, ayuda.— Sentenció mientras se cruzaba de brazos y se recostaba en el respaldar de la silla. —Quiero volver a la Marca, pero no quiero ser un mago de poca monta luchando con magos aún más mediocres. Quiero matar a todo aquél enclenque y tipo rudo que se interponga entre mis objetivos y yo, y a quienes vayan en contra de mis métodos— Comentó mientras miraba a Mía a los ojos. Sabía que aquella bruja era de las malas, le gustaba eso, sin embargo no era despiadada. De hecho podría hacerle algún maleficio imperdonable y aún así sentiría cosquillas y ganas de reírse tras recuperarse. No había que confundir los parámetros, ella era poderosa pero ambos sabían que tan bueno era Dovakhin intercambiando hechizos, sin embargo no estaba allí para ofenderla, sino para ofrecerle un trato. —Mira, hace bastante que no me pongo al corriente con los duelos, he perdido la práctica en lo que a la magia respecta pero mi ferviente deseo de sangre está aún más presente que antes. Si me ayudas a conquistar mis objetivos, prometo que será recíproco y seremos aliados en cualquier situación.— Dijo y reparó al instante —No quiero ser tu amigo, no creo en la amistad y tampoco creo en el afecto, pero si en la palabra y el compromiso de las personas. Como magos de la oscuridad estamos atados a un destino lleno de sangre y destrucción, sin embargo mírate, aquí... sirviendo tragos y servicios a personas con dinero y poco valor ¿qué haces? ¿qué buscas siendo una servidora?... Los grandes magos infunden miedo y terror, no dan masajes ni sirven café — Sentenció intentando hacer entender a la mujer que él quería algo más grande de lo que había. —Volví, y ésta vez vine a cambiar el mundo como el señor oscuro querría. Si estás de mi lado y me ayudas, verás como el tiempo te recompensa tu lealtad, de lo contrario intenta no interponerte en mi camino. Puedo ser un poderoso aliado si aceptas en éste momento, y como tengo perfil bajo aún, podría servirte en muchas maneras— Finalizó esperando un respuesta de la Black Lestrange. Finalmente trajeron sus bebidas y comenzó con el café, pues era lo más caliente y no quería que se le enfriara.

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