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Dorothy Anne

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Mensajes publicados por Dorothy Anne

  1. -¿Prometiste no unirte al Ministerio de Magia? ¡Cierto! Ahora lo recuerdo. Decías que montarías tu propio negocio, pero que no te ligarías con asuntos ministeriales- luego de una pequeña risita siguió hablando-. Yo, por otra parte, pensaba que trabajar en el Ministerio de Magia me haría ver más vieja. ¡Y sólo tengo diecinueve años!

     

    Aunque jamás lo hubiese dicho, uno de los peores miedos de la Currington era envejecer. Verse con el rostro lleno de arrugas y la espalda encorvada era algo que le erizaba la piel. No pensaba decírselo a nadie, pero estaba considerando seriamente convertirse en vampiro, sólo le faltaba conseguir a alguien dispuesto a ayudarla.

     

    -¿Mucho trabajo, Rox? Tú más que nadie sabes que puedes contar conmigo para todo, incluso para asuntos laborales.

     

    Luego Dorothy escuchó la respuesta que su amiga tenía en cuanto a lo chicos. Pudo notar un poco de frustración y vergüenza en la facciones de la castaña, y se sintió un poco aliviada al saber que ella no era la única que se intimidaba con ese tipo de temas. Entonces recordó a un chico, uno del que tenía mucho tiempo sin saber. Se trataba de Juan Pablo, el ex novio de Roxanne.

     

    -Oye, Rox, ¿y qué sucedió con JP? Nunca más supe de él. ¿Se lo tragó la tierra o algo parecido?- esperaba no haber preguntado algo indebido, pero sencillamente se moría de curiosidad-. Bueno, la verdad es que no me caía muy bien.

  2. -Ya sabes, a veces la gente se pierde sin avisar. No se toman ni la más minima molestia para decir que están bien. Son egoístas, ¿no crees? Simplemente no sienten importancia por quienes se preocupan por ellos.

     

    Tocar el tema de Aaron era dar en sus fibras más sensibles, porque cada vez que el nombre de él llegaba a su mente, no podía evitar preguntarse si se encontraba bien, o si le había ocurrido algo grave. Y es que nadie desaparecía de esa manera tan misteriosa, y los que lo hacían jamás volvían a ser vistos de nuevo. Lanzó un suspiro, mientras sus enormes ojos verdes aun seguían clavados en el cristal de la ventana. Sólo la voz de Roxanne la sacó de sus cavilaciones.

     

    -¿Volver a mi rutina?-preguntó, esta vez con una sonrisa más sincera y con sus orbes llenos de brillo-. Estoy ansiosa por volver a la rutina. ¿Te conté que hace unos días ingresó un nuevo aprendiz? Aunque todavía no la he conocido personalmente, me hace recordar mis días de colegiala, en los que entré a este departamento.

     

    Se había encontrado con tantas cosas en su regreso que era imposible numerarlas todas. Una parte de ella se sentía contenta, pero la otra se lamentaba de haberse perdido tantas cosas durante su ausencia. Aunque le alegraba ver la manera en la que sus allegados la recibían con un abrazo y en ningún momento la juzgaban por su decisión de haberse marchado.

     

    -¿Supiste que Alyka y Coyo-t tuvieron otra bebé? Es una niña, y su nombre es Celia, pero aun no la he visto- comentó emocionada-. ¡Oh, Rox, yo siempre quise tener una hermana menor! Cuando quieras puedes pasar a visitarnos, y así la conoces… Pero cambiando de tema, ¿cómo te va a ti con el Departamento? Y otra pregunta más importante- dijo, al momento en que se acercaba más a su amiga en forma de confidencialidad-, ¿has conocido a chicos en este tiempo?

  3. -Pues no eres la única, yo también muero de frío. Extraño la calidez del verano- le comentó, mientras miraba el hermoso panorama que le proporcionaba la ventana ubicada frente a ella.

     

    Se quedó pensando durante unos segundos, un poco en sus vacaciones, otro poco acerca de sus planes a fututo. Luego se centró en los franceses, específicamente en hombres. La verdad no podía entender cómo Roxanne los llamaba románticos si para Dorothy eran apasionados, sólo eso. Además, con o sin cursilerías, gracias a Louis había vívido momentos maravillosos.

     

    De pronto la conversación pasó a otro punto, uno que no tenía nada que ver con franceses y enamoramientos. Al parecer la Rambaldi planeaba realizar una reunión con los antiguos compañeros de la Academia. Una idea estupenda idea para Dorothy, y es que nada deseaba más que reencontrarse con Percy y Soa, pero Aaron… recordarlo no provocaba que sus mejillas se ruborizaran, como pasaba si se trataba de Louis. Con Aaron experimentaba una sensación agria y amarga, que viajaba desde su garganta y se depositaba en su estómago.

     

    -Me parece perfecto, Rox. Tú eres muy buena planeando reuniones y ese tipo de cosas- contestó, fingiendo una sonrisa-. Aunque ya sabes, probablemente Aaron no se digne a aparecer. Creo que solo seremos Percy, Soamily, tú y yo.

  4. A Dorothy, como de costumbre, le causó gracia el comentario de Roxanne. Del trío de amigas ella era la más divertida, y la más social también. Era gracioso pensar en las tres, ya que Soa era demasiado cerrada en cuanto a comentarios y opiniones, Dorothy muy correcta y pudorosa como para actuar sin ningún tipo de presión frente a extraños, y Rox simplemente era más tranquila y relajada en ese aspecto, además de extrovertida.

     

    -No sabes cuanto me alegra que hayas registrado tu negocio. Es un apoyo para el Departamento.

     

    Agradeció mientras tomaba su varita para servir el café a su amiga, aunque después de un momento decidió que era mejor hacerlo sin ayuda de la magia. Así pues, se dirigió a una mesa y tomó una taza que llenó de café, y que pronto estuvo en manos de la aludida.

     

    -Espero que sea de tu agrado.

     

    Justo cuando regresaba para tomar asiento la Rambaldi lanzó una pregunta que dejó a Dorothy un tanto desprevenida y fuera de combate. Clavó sus grandes ojos verdes en el rostro de Roxanne, mirándola atónita. La joven bruja jamás había tocado el tema de chicos con sus amigas, ya que se le hacía un tanto incómodo. Quiso evadirlo pero estaba completamente segura de que su interlocutora no la dejaría escapar de eso.

     

    -¿Mi antiguo amor francés?, ¿te refieres a Louis?- dijo, en medio de tartamudeos-. Bueno, la verdad fui a Francia con la intención de descansar, viví grandes momentos allá y pensé que sería el lugar ideal. Pero no te puedo negar que sí lo vi, y de hecho compartí mucho con él- en ese instante se sobresaltó un poco, mientras que sus mejillas se ruborizaban gracias a los recuerdos que pasaban por su mente-. Pero Roxanne, puedes estar tranquila, te juro por lo que más quieras que aun sigo siendo pura.

  5. La silueta de la castaña se encontraba muy a gusto tendida sobre el sillón de su oficina. Luego de la charla con sus compañeras acerca de la Feria de Inmigrantes, Dorothy había regresado a su aposento, donde se encontraba una nueva pila de pergaminos esperándola. Sin duda alguna los meses de ausencia le habían traído grandes consecuencias a su regreso, porque los papeleos eran caóticamente interminables.

     

    Dorothy bebió un poco del delicioso café que se hallaba junto a ella, depositado en una taza. Y es que aunque el tormentoso frío del mes de enero se había marchado, y febrero se tornaba más cálido, para ella no era suficiente, y sabía que una buena bebida caliente siempre la ayudaría a mantenerse tibia y acogida.

     

    De pronto la puerta se abrió, y una nueva figura apareció frente a sus ojos. Era muy típico de su amiga Roxanne entrar sin tocar, así como si nada. Pero a pesar del gran susto que le provocó la Rambaldi a la Currington, la chica no pudo más que recibirla con una sonrisa de oreja a oreja, aunque en su voz se detectaran ciertos tonos de reproches, los cuales simplemente no podía ocultar si se trataba de Rox..

     

    -¡Hola Roxanne!- correspondió el saludo-. Cielos, creo que estás agarrando de costumbre saludar de esa manera, sólo para asustarme- comentó con una risita, recordando la despedida de soltera de Ethiane.

     

    Tras proporcionarle un cariñoso abrazo a su amiga y pedirle que tomara asiento, Dorothy volvió a hablar.

     

    -Me alegra mucho tu visita, Rox, ¿has venido a inscribir tu negocio para la Feria de Inmigrantes? Las perspectivas que tenemos las chicas y yo son muy buenas-puso los codos sobre su escritorio y examinó mejor a la Rambaldi-. No te veía desde la fiesta de Ethiane, te ves muy bien, Rox. ¿Deseas una taza de café?

  6. La tensión de Dorothy se fue aligerando a medida que transcurrían los segundos. Kass, Agus y Cissy, que ahora era directora del Departamento, la recibieron jovialmente. Siguió la indicación de la Macnair y tomó asiento en uno de los puestos disponibles. Ya los meses de vagancia habían finalizado, ahora tendría que dar lo mejor de ella en el ámbito laboral, y encargarse de que no surgieran complicaciones.

     

    -Pues es una suerte, al menos para mí. Así tendré tiempo suficiente para ponerme al día- expresó un tanto aliviada la joven de ojos verdes.

     

    Cruzó las piernas mientras seguía escuchando a Cissy, quien explicaba los pasos a seguir y le asignaba una tarea a cada una. A Dorothy le tocaría investigar acerca de diversas criaturas y seleccionarlas de acuerdo al lugar de su origen. Luego debería visitar el Departamento de Criaturas Mágicas para informarles del evento y requerir sus servicios. No se veía muy complicado, de hecho, ya estaba ansiosa.

     

    -Oh, una pregunta, ¿ya han informado a El Profeta acerca de la Feria de Inmigrantes?- cuestionó con interés.

  7. Cassie~Secretaria del Departamento de Cooperación Mágica Internaional.

     

    Cassie, la fiel y humilde secretaria que había servido durante años al Departamento de Cooperación Mágica Internacional, nuevamente se hallaba sentada en la recepción, disfrutando un delicioso chocolate caliente que la cobijaba del tomentoso frío característico del mes de enero. Apenas acababa de tomar el último trago cuando vislumbró a un atractivo joven atravesar el umbral de la puerta y dirigirse hacía ella.

     

    Inmediatamente irguió su postura y acomodó su melena lacia, de color rojo. Hizo desaparecer la taza que anteriormente se ubicaba sobre el escritorio y cruzó las piernas, expectante a lo que pidiera el chico. Mientras lo escuchaba hablar, Cassie tuvo el atrevimiento de dedicarle una sonrisa, aunque luego aparentó seriedad.

     

    -Buen día, joven. Mi nombre es Cassie- hizo una pausa y prosiguió-. Claro, estaré encantada en ayudarlo.

     

    Con esto cogió el pergamino y lo examinó detalladamente. Esta vez se trataba de una boda, lo cual no era para nada extraño en el mundo mágico. Día tras día le tocaba autorizar aquel tipo de formulario, aunque en el fondo lamentaba que un chico tan guapo fuese a consagrarse en matrimonio. Tras finalizar, tomó el sello y lo estampó sobre el papel, dejando su marca.

     

    Formulario de Cooperación Internacional

     

     

    Lugar a visitar (especificar fronteras):

    Templo Taima Nakano Bo, Prefectura de Nara, Japón.

    Fronteriza con las prefecturas de Osaka, Wakayama, Mie y Kyoto

    Periodo de tiempo a pasar en el lugar: 11 días

    Actividad a realizar: Boda

    Número de asistentes: 50 asistentes

    Pasaportes: individual [] Colectivo [X]

    http://i.imgur.com/esoTO.png

     

    -Aquí tiene, Percy- dijo mientras extendía su brazo para que él tomara el documento-. ¿Necesitará también un permiso para trasladores internacionales?

  8. Luego de un prolongado tiempo, Dorothy finalmente había tenido la decencia de decidirse e incorporarse nuevamente a su empleo en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional. Había estado unos meses viajando por todo el mundo. Recorrió el continente americano, y también tuvo la oportunidad de conocer la cultura occidental. Eran recuerdos maravillosos que jamás olvidaría.

     

    Una leve curvatura se dibujó en sus labios en el momento en que terminaba de ponerse su abrigo de piel y se esfumaba de su hogar, rumbo al Ministerio de Magia. Sabía que le debía explicaciones a muchos, en especial a Cissy y a Kassandra, y es que desaparecer de la manera en la que ella lo hizo, no era un acto del cual enorgullecerse. Tan solo deseaba no encontrarse con una carta de despido encima de su escritorio.

     

    Antes de atravesar las puertas del Departamento con la intención de entrar, notó un ligero vació en su estómago, y también pudo sentir como las palpitaciones de su corazón iban acrecentándose. Estaba nerviosa. Se dirigió a su oficina sin pensarlo mucho, pero observando tras su paso el armonioso ambiente que aún se mantenía en la zona de trabajo. Era una suerte saber que ese tipo de cosas no habían cambiado.

     

    En cuanto entró a su oficina optó por tomar asiento e informarse de las gestiones que se habían realizado en el Departamento, pero entonces recordó el memo que había recibido una hora atrás, donde Cissy las invocaba a todas. En menos de un segundo se colocó de pie, y se dirigió con suma rapidez a la oficina de su compañera, dejando el resonar de sus tacones suspendido en el aire.

     

    Abrió la puerta con sumo sigilo, esperando no interrumpir alguna charla importante. Después fue asomando su cabeza, y finalmente su cuerpo, hasta quedar al descubierto con todas las presentes en la sala. Se encontraban Kassandra, Cissy y otra joven a la cual no conocía. Se aclaró la garganta e intentó parecer tranquila.

     

    -Disculpen la demora- dijo con una vez suave y delicada. La demora, la ausencia, la manera tan descarada en la que interrumpía la reunión, sinceramente, habían muchas cosas por las que disculparse, pero aquel no era el momento oportuno-. Hablaban sobre la Feria de Inmigrantes, ¿no?- preguntó dudosa.

  9. La joven observaba como sus compañeros conjuraban hechizos y los rayos salían de aquí para allá, así que

    pensó que lo mejor sería armar defensas. Lo último que deseaba era tener que visitar San Mungo una vez más. Jamás le habían agradado los hospitales.

     

    -¡Avis!- exclamó, y doce palomas salieron volando por el aire, con la intención de protegerla de todo.

     

    -¡Morphos!- dijo apuntando a una roca, el cual pronto se transformó en un lobo siberiano que también la defendería de cualquier ataque.

  10. Una chica de cabellos castaños se hallaba en el salón principal de la mansión Westrong, embelesada con la melodía que salía de un enorme piano de cola. Sus dedos se deslizaban con extrema velocidad por la fila de teclas con bastante ligereza y entretenimiento. Le había llevado semanas y largas horas de sueño, pero finalmente había logrado tocar a la perfección una famosa sonata.

     

    De pronto, un patronus con la figura de una jirafa apareció en la estancia, creando sorpresa en Dorothy. Había problemas, talvez, o quizás la necesitaban para realizar algún tipo de misión. No vaciló mucho, y pronto corrió a su habitación para coger su varita y colocarse la luz que ocultaría su identidad.

     

    Siguió al patronus, y de un momento a otro estuvo en los terrenos de La Marca Tenebrosa, específicamente en la prisión donde torturaban a los fenixianos. Dorothy contempló el sitio por unos segundos, pero luego pensó que lo mejor sería concertarse Se acomodó sus pantalones de mezclilla y alisó su camisa. Le dedicó una sonrisa a sus compañeros y después empuñó su varita. Lo más probable es que primero comenzara armando defensas.

  11. Los meses habían transcurrido, y finalmente había llegado el día de la graduación de su ahijada. La joven Westrong se encontraba un tanto melancólica pero emocionada a la vez, y es que parecía que hubiese sido el día anterior cuando Kriss arribó las puertas del Edificio Currington y Little y ella la habían acogido bajo su abrigo. Ahora su ahijada se abriría paso en el mundo mágico, y poco a poco prosperaría.

     

    Los labios de Dorothy surcaron, dándole paso a una sonrisa. Alisó su vestido negro, el cual se acoplaba a su figura y caía en sus tobillos. Con la ayuda de su varita elaboró un delicado peinado y, percatándose de lo tarde que era, decidió girar sobre sus talones y desaparecer de la pequeña habitación.

     

    Pronto su silueta se materializó en el gran salón de la Academia, donde la voz de Gyvraine resonaba con autoridad, anunciado los nombres de las dos graduadas. Los ojos de Dorothy se inundaron de lágrimas al ver a su pequeña pasar al frente y recibir su diploma. Era todo un orgullo para ella darse cuenta de las cosas que en tan poco tiempo había podido lograr Kriss.

     

    Recordó que meses atrás ella había estado en la misma situación, y por un momento anheló sus días de estudiante. Era cierto que las cosas habían marchado bien en su vida, pero nada como su etapa de adolescente, sobre todo por la gran afinación que había creado con sus amigas Soamily y Roxanne.

     

    Optó por acercarse a Kriss, después de todo si estaba allí era para acompañarla en ese día tan especial e importante para ella. Cuando estuvo de frente, la sorprendió con un efusivo abrazo cargado de afecto y ternura. Se tomó unos instantes para admirarla con sus orbes verdes. Lucía realmente hermosa, como toda una princesita.

     

    -¡Oh Kriss, luces esplendida!- exclamó con sinceridad-. Muchas felicidades, te has esforzado tanto durante los últimos meses, que tienes por merecido esto y más- hizo una pausa-. Yo me he tomado la libertad de venir con este pequeño detalle- en ese momento tomó una de las manos de Kriss y depositó en ella un dije-. Es una mariposa: representa la libertad, y su maneras al andar son como los deseos que revolotean impacientes en nuestra mente, esperando convertirse en realidad. La vi y me recordó mucho a ti, porque estoy segura de que lograrás todo lo que te propones.

     

    Desvió su vista hacía Jessie, quien acompañaba a su ahijada.

     

    -Jessie, es un gusto verte por acá- saludó cordial-. ¿Cómo has estado?

  12. -Será más trabajo, es cierto, pero todo sea para asegurar el bien de Ottery St Catchpole- respondió Dorothy decidida-. Es ideal lo de las encuestas, un buen vuelaplumas nos ayudará.

     

    Ambas brujas tendrían que ejercer un arduo trabajo en los próximos días, pero Dorothy sabía que se le haría reconfortante. Desde que trabajaba en en Departamento de Cooperación Mágica Internacional, había tenido la oportunidad de tratar con bastantes extranjeros, y sí algo podía afirmar, es que todos resultaban simpáticos y agradables. No sería un castigo tener que tratar con ellos nuevamente.

     

    -Bien, ¿te parece si me dirijo ahora mismo al Profeta, o aun quedan temas por discutir?

     

    OFF: No tenía internet :cry:

  13. A Dorothy le hubiese encantado poder adentrarse en los terrenos de Los Juegos del Hambre y así tener la oportunidad de ver el estado de su tributo. ¿Cómo estaría? Probablemente le haría falta una buena dosis de cariño y afecto. Se decía que en el campo de La arena sólo se respiraba angustia, dolor y sufrimiento.

     

    -De seguro se encuentra bien.- Murmuró para si misma mientras tomaba un pergamino de su escritorio y llenaba la pluma de tinta. Quería tener un pequeño detalle con Franko, quizás de esa manera le brindaría motivación y soporte.

     

     

     

    Los Juegos pronto terminan, Franko, y pronto estarás en casa festejando la victoria con tus allegados. Aquí todos estamos muy preocupados, de hecho, hasta Roxanne me ha llegado a preguntar por ti. De Galedra no he sabido nada, pero estoy segura que igual vela porque todo marche bien y salgas victorioso. Los patrocinadores han resultado ser un milagro, y gracias a ellos en estos momentos puedo mandarte todo lo que necesitas.

     

    Muchísima suerte,

    Atte: Dorothy Anne.

     

     

     

    Enrolló el pergamino, tomó el paquete de AGUA, COMIDA y la POCIÓN HERBOVITALIZANTE, para así depositar todo en una bolsa de tela. Su lechuza Halley ya estaba a su lado, fiel y leal como siempre solía ser. Dorothy le dedicó una dulce sonrisa, acarició su cabeza y terminó por guindarle en sus garras la bolsa con los implementos.

     

    -Oh, pequeña, confío en ti. Ten mucho cuidado, ¿sí?- dijo a sabiendas de que no tendría respuesta.

     

    Estuvo por unos momentos viendo al ave sobrevolar por los aires, hasta que su blanquecina y pequeña figura ya no fue vista. Halley era muy eficaz con sus encomiendas, y Dorothy estaba segura que en cuanto la lechuza entregara el encargo a Franko, se devolvería rápidamente a la mansión Westrong, donde sería privilegiada de ser consentida por su dueña.

  14. Dorothy había cambiado los shorts de mezclilla y las blusas de tirantes por pantalones largos y camisas. Ya los cálidos rayos de sol que caracterizaban la época de verano se habían marchado, cediéndole paso al frío que sólo indicaba la proximidad del invierno. La joven Westrong tenía especial gusto a esos días, en los que la temperatura no se encontraba tan elevada, pero tampoco muy baja. Era estable.

     

    Atravesó el umbral de la entrada con una sonrisa surcando en sus labios, ese día se había despertado de excelente humor. Cogió un paquete de agua y comida, pero justo en el momento que se dirigía pagar,recordó que se le olvidaba algo sumamente importante. Tuvo que detenerse bruscamente y girar sobre sus talones para buscar la poción herbovitalizante.

     

    -Listo- murmuró para si misma, y ésta vez si espero con tranquilidad su turno para pagar.

     

    Nick con el enlace a tu inventario: Dorothy Anne

    Elemento a comprar o vender: Agua

    Cantidad: 1

    Monedas de Oro totales: 250

     

    Nick con el enlace a tu inventario: Dorothy Anne

    Elemento a comprar o vender: Comida

    Cantidad: 1

    Monedas de Oro totales: 250

     

     

    Nick con el enlace a tu inventario: Dorothy Anne

    Elemento a comprar o vender: Poción Herbovitalizante

    Cantidad: 1

    Monedas de Oro totales: 800

     

  15. Dorothy se tomó unos segundos para pensar sobre la forma que había tomado el boggart en cuanto ella tuvo que enfrentarlo. Jamás se hubiese imaginado que una simple joven emanando sollozos pudiese provocarle más pánico que ver a unas cucarachas, o un asqueroso buitre. Aunque, en el fondo sabía bastante bien lo que había representado esa imagen para ella.

     

    Siguió las indicaciones de Only y pronto sus pies estuvieron pasando sobre cada peldaño de las escaleras, hasta llegar nuevamente a la tarima. Mientras caminaba, notó que aquel piso de madera pulida se asemejaba mucho al del salón donde solía practicar ballet. Sin duda dedicaría unas horas a la danza al darse por terminada esa clase.

     

    Al igual que sus compañeras, Dorothy también tomó asiento, expectante a la nueva explicación. Cuando se percató de la barra de chocolate que yacía en las manos del profesor, lo miró extrañada. Se preguntaba para qué podía servir dicho alimento, y no pudo observar de reojo a sus compañeras para ver si éstas probaban bocado. No lo hizo porque pensase que estuviesen envenenados, o algo por el estilo, de hecho, estaba tan hambrienta que temía parecer impaciente y desesperada.

     

    Dejó de darle más vueltas al asunto y finalmente dio el primer mordisco. Además, Only ya devoraba su trozo, lo que le brindó más confianza. Excelente reconstituyente, pensó, asintiendo con la cabeza. Aunque ella hubiese proferido ingerirlo de manera líquida, lo consideraba más reconfortante. Se terminó su pedazo satisfecha, ya que de alguna forma se sentía mejor que antes.

     

    De haber sabido aquel dato del chocolate, se hubiese tragado un kilo entero el día que tuvo la desgracia de encontrarse con los dementores. Recordaba el acontecimiento como si hubiese sido el día anterior, a pesar de que ya habían transcurrido una considerable cantidad de meses. Agradeció que su pluma lo anotara en el pergamino, y es que su memoria no solía ser muy buena, así que podía olvidar las cosas con mucha facilidad.

     

    Miró de soslayo a Joseline, un tanto impresionada porque no hubiese hecho alguna intervención durante todo el rato. No se sorprendería si en cualquier momento la escuchaba emitiendo algún comentario sobre el delicioso sabor del chocolate, o corroborando la información dada por Only acerca de los dementores.

     

    De inmediato desvió la vista hacia su tío, debido a que el tema del encantamiento patronus atrajo todo su interés. Constantemente se topaba con ellos debido a los asuntos de bando, pero sólo una vez había visto a uno enfrentándose con un dementor. Apoyó los codos en la mesa, dedicándose a escuchar de manera más atenta.

  16. Dorothy arribó la Torre de Abaddon con el cuerpo inerte de Radamantys en sus brazos. Le parecía un poco irónico el hecho de que el mago hubiese entrado a Paradise club con la intención de acabarla, y ahora ella estuviese entregándolo en la prisión fenixiana. Dejó escapar una pequeña sonrisa, mientras escogía una celda para dejar al susodicho.

     

    Optó por una que vislumbró un poco lejos, a pesar de que todas fuesen casi iguales. Cuando estuvo dentro de la celda, dejó caer la silueta del mortífago al suelo, quedando aliviada por ya no tener que soportar la carga. Se sentó junto a él, mirando su varita vacilante. Tuvo que abstenerse de usarla y curar al mago, ya que sabía que ese no era su trabajo. Tan solo esperaba que pronto uno de sus compañeros llegara y lo curase.

     

    -¡Incárcerus!- exclamó, apuntando con la varita a Radamantys.

     

    Tres gruesas cuerdas salieron del fino objeto mágico y ataron al mortífago. Dorothy se colocó de pie y se mostró dudosa al salir, pero finalmente lo hizo. Con la ayuda de un hechizo cerró la puerta de la celda, percatándose de que quedara lo suficientemente segura. Sin más, comenzó a alejarse.

     

    Tenía ganas de regresar a casa, darse una ducha y tomar una siesta. Quizás luego recorrería el Callejón Diagon, dado a que su última visita había sido interrumpida por los miembros de la Marca Tenebrosa. Mientras pensaba en todo aquello, su figura se fue perdiendo en los terrenos de la Orden de Fenix, hasta que ya no fue vista por nadie.

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  17. A Dorothy empezaba a irritarle toda la participación que Joseline estaba teniendo. No obstante, sabía que debía prestarle atención, ya que si no lo hacía, quizás no aprobaría la clase. Mientras escuchaba la explicación, miraba la pluma frente a ella, la cual anotada todos los detalles.

     

    Con todo lo que había oído, ya se podía hacer una idea de aquella criatura. Se llegó a preguntar si el boggart tendría forma propia, o si siempre mantendría el aspecto de lo que temiese la persona más cercana a éste, así se encontrase a kilómetros de distancia. Se le hacía realmente interesante ese tema en especial, sobre todo porque le intrigaba conocer su mayor miedo.

     

    La cortina negra se movió, dejando ver a su paso un enorme salón que hubiese sido ideal para colocar centenares de butacas. Era una lastima que en vez de asientos tan sólo se pudiese vislumbrar una opaca caja de madera. Dorothy quedó algo desilusionada, le hubiese encantado un ambiente más teatral.

     

    Como cosa obvia, la primera en pasar a enfrentarse con el boggart fue Joseline. Los ojos verdes de Dorothy estaban más abiertos que nunca, no se querían perder ningún detalle. Al principio, cuando divisó al bestia feroz, dio unos pasos hacía atrás, pero luego su asombrado rostro dio paso a unas cuantas risas.

     

    El caso de Leslie fue diferente, y es que la pobre lucia tan asustada y nerviosa, que por un momento Dorothy pensó que lo mejor sería ayudarla. Afortunadamente la joven Hale supo dominar la situación, y el repugnante buitre se convirtió en un minúsculo pollito. Demasiado inocente y frágil como para hacerle daño a alguien.

     

    Y ahora llegaba el turno de Aicitel, que temía nada más y nada menos a las cucarachas. Las facciones de la Westrong se tiñeron con muecas de asco, que solo se hicieron más notorias al escuchar el crujido que emanaban al ser aplastadas. Si bien la escena había asquerosa, terminó sacando carcajadas en todas. Finalmente fue ella quien tuvo que ubicarse en el centro y elevar su varita, pensando en algo realmente chistoso. Esperó paciente a que el profesor retirara nuevamente la caja, ¿con qué se encontraría? Probablemente con una serpiente, una araña, o algún tipo de animal peligroso…

     

    Pero no fue así, y lo que pudo vislumbrar fue la figura de una chica que se parecía mucho a ella. La bruja yacía sentada en el suelo, con la cabeza escondida entre sus rodillas, sollozando a causa del sufrimiento. Entonces Dorothy reflexionó y supo que esa era la viva imagen de los días que había tenido luego de la muerte de su madre adoptiva. Para ese entonces Dorothy no conocía a ningún otro familiar, y por eso los últimos meses ante de su llegada a Ottery fueron realmente un infierno. Si había algo que jamás quería volver a experimentar, era aquella sensación cargada de soledad y falta de cariño.

     

    -¡Riddikulus!- exclamó tras aclarar su garganta, haciendo que la boca de la joven se convirtiese en el hocico de un cerdo, y en lugar de llantos se oyeran toscos gruñidos.

     

    Una sonrisa surcó en los labios de Dorothy, más aliviada y calmada que hacía unos segundos antes. El profesor encerró al boggart nuevamente y la clase quedó en silencio por unos segundos, a la espera de nuevas indicaciones.

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  18. Rol de Convivencia: Fenixiamos- Mortífagos

     

    Quizas el trago que se había tomado ya le estuviese haciendo efecto, o tal vez el sueño que cargaba no la dejaba pensar bien. Lo cierto era que toda clase de cosas pasaban por la mente de Dorothy, unas peores que otras. Se acercó más a Gitax y Bodrik y plantó la suposición que encontró más lógica.

     

    -Quizás son unos muggles que acaban de escapar de sus cárceles- comentó-, y por alguna razón han sabido del mundo mágico y planean esconderse acá- siguió con su explicación-. Aunque… tal vez quieran raptarnos y someternos a sus torturas para que le revelemos nuestros conocimientos. Y cuando ya no le seamos útiles…- hizo una pausa, mientras contemplaba a Gitax y Bodrik con sus ojos verdes abiertos de par en par y el rostro pálido como un fantasma- acabaran con nuestras vidas- finalizó con voz lúgubre.

     

    Ok, tal vez estaba exagerando un poco pero, ¿qué podía hacer? Su mente siempre se arrastraba a las situaciones más drásticas. Y, suponiendo que ella estuviera en lo cierto, ¿podría un simple protejo defenderla de un arma de fuego? Comenzaba a tener bastantes dudas, sin contar el miedo que la estaba acorralando en esos momentos. Lo último que se le llegó a ocurrir fue que todo se tratase de unos mortífagos.

     

    -Oh, y de verdad disculpen la incumbencia, pero oí que hablaban de una piedra…- manifestó con timidez en sus palabras-. Yo estaba en Abaddon cuando Bodrik recibió la piedra, observé todo desde lejos. Era un anciano, ¿no?- preguntó-. Lo que me parece extraño, es que minutos antes de que tú llegases a curarlo, estuviese un joven en lugar de él. Es confuso, como si se hubiese transformado…- reflexionó. Después dio paso a la negación-. Tal vez no deberían hacerle caso a lo que digo. Creo que no estoy en condiciones para alegar nada. ¡Por Merlín, no debí haberme tomado ese trago!

     

    Sentía que el cerebro le daba vueltas, y es que después de todo, Dorothy no solía ingerir esa clase de bebidas. Dejó caer la frente en sus manos, como si aquello la hiciese sentir mejor. Luego, decidió recuperar la compostura y mirar a Gitax y Bodrik, aunque sus mejillas aun estaban teñidas de vergüenza.

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  19. Rol de convivencia: Fenixianos- Mortífagos.

     

    Para fortuna de Dorothy, Gitax no mostró molesto ni disgustado, de hecho, la trató de una manera muy amable y simpática. Los músculos de la Westrong se relajaron y se atrevió a dedicarle una sonrisa cuando éste le pidió que no se dirigiera a él con tanta propiedad. Ella pensaba que debía tratar al propietario del local con mayor respeto, pero de cierta forma le alegraba saber que no exigía tantas formalidades.

     

    Antes de que pudiese responderle a Gitax, notó que Bodrik se acercaba. La saludó con un ademán en la mano, y no pudo decirle nada más ya que la Lockhart pidió hablar con su compañero. Probablemente debían discutir sobre asuntos financieros, o ese tipo de cosas que siempre predominaba en las charlas de socios. Roxanne también había llegado, y ahora que se encontraban solas, Dorothy dijo en respuesta a su saludo:

     

    -Oh, Rox, no sabes la pena que acabo de pasar...- soltó, con un gesto cariacontecido y tono de voz dramática, recordando el pequeño malentendido que había tenido.

     

    En ese momento la campanilla de la cocina sonó, anunciando que uno de los pedidos estaba listo. Dorothy se disculpó con su amiga y buscó la bandeja que reposaba en una barra. Después, caminó hasta la mesa cuatro, donde se encontraban Athena y Anne. Aclaró su garganta y habló.

     

    -Aquí tienes tu shawarma- dijo mientras depositaba el plato frente a Anne-, y aquí está la ensalada de Tabule y el té verde- ésta vez se dirigió a Athena-. Espero que disfruten su comida, y si necesitan algo otra cosa no duden en llamarme- sin más que decir, giró sobre sus talones y volvió con Roxanne.

     

    Apenas se hubo situado junto a su amiga, escuchó el llamado de Bodrik. Con la petición recibida, se encaminó hasta una mesa cercana, donde yacían tres jóvenes con misterioso aspecto, a su parecer. Trató de reconocer a alguno, pero estaba segura de que eran unos completos extraños y que no solían rondar Ottery. Escuchó con atención a la joven que le hablaba, aunque por alguna razón no le agradó la forma en la que actuaba.

     

    -Les traeré su pedido en seguida- respondió con el dulce tono de voz que la caracterizaba. No obstante, aun se sentía vacilante.

     

    Se alejó del grupo, con la intención de ir a la barra, y cuando pasó a un lado de Roxanne, murmuró indignada:

     

    -Creo que necesitaré un trago.

     

    Al llegar a la barra, cogió una de las bebidas que había preparado Gitax y prácticamente se la tomó de golpe. Luego, llenó con delicadeza tres jarras de cerveza de mantequilla, las colocó en una bandeja y regresó con el trío de jóvenes.

     

    -Aquí tienen sus bebidas.

     

    Las entregó, y tras brindarle una recelosa sonrisa, volvió junto a Bodrik. No soltó ninguna palabra hasta que estuvo segura de que su voz era lo suficientemente baja como para no ser oída por otros.

     

    -No los conozco- sentenció-. Dicen ser unos peregrinos, pero...- hizo una pausa, mirando de reojo a los susodichos- no me generan mucha confianza.

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  20. Cassie~ Secretaria del Departamento de Cooperación Mágica Internacional

     

    La mañana había transcurrido bastante agitada, pero finalmente Cassie pudo encontrar un rato para descansar y tomar agua. Luego de unos minutos había vuelto a su escritorio, más a gusto y conforme que en horas anteriores. Alisó su cabello rojo con las manos y tomó asiento bastante animada. No muy lejos vislumbró a una señorita, por lo que decidió sonreír abiertamente. Lo mejor era dar siempre una buena impresión.

     

    -Buenos días, joven- respondió el saludo en todo jovial. Después tomó el pergamino que le entregaban-. Oh, no se preocupe. Recuerde el dicho ¨No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy¨- comentó, y tomó sus gafas para leer el formulario. Cuando se dio cuenta de que todo estaba perfecto, lo selló.

     

    Formulario

     

    Lugar a visitar (especificar fronteras): Ciudad de México ( Estado de México y Morelos), México (Guatemala, Belice y Estados Unidos Americanos)

    Periodo de tiempo a pasar en el lugar: Tres semanas [del 5 de noviembre al 26 de noviembre]

    Actividad a realizar: Celebración Mexicana

    Número de asistentes: Aproximados 30

    Pasaporte: individual [] Colectivo [X]

     

    http://i.imgur.com/esoTO.png

     

    -Todo está en orden, señorita. Aquí tiene- y le entregó el pergamino-. ¿Utilizará trasladores? De ser así, también deberá llenar éste.

     

    Permiso de utilización de trasladores para viajes internacionales

     

    Evento en el que se utilizará el traslador:

    Trámite del SAW (link de inicio de trámite):

    Objeto (botella, bota, monedero...):.

    País de origen:

    País de destino: Estados

    Fecha y horade salida:

    Fecha y hora de vuelta:

    Status en Transportes Mágicos (en trámite, aprobado):

     

    **********

     

    A Dorothy le emocionaba cada vez más la idea de tener que ir a visitar a cada extranjero que residiera en Ottery St. Catchpole, y es que aunque ella era bastante tímida, por alguna razón siempre disfrutada conocer a personas nuevas. A medida que escuchaba a Cissy, asentía con notorio entusiasmo y una sonrisa en sus labios.

     

    -Jamás he visitado El Profeta, y me encantaría ir para encargarles el anuncio- comentó-. Tienes bastante razón, yo entraría en pánico si un extraño toca la puerta de mi casa. Oh, también debemos realizar la lista de las preguntas que realizaremos, y memorizarlas. Nada se nos puede pasar por alto- hizo una pausa-. ¿Visitaremos a todos los extranjeros de la comunidad mágica o sólo a los que trabajan en el Ministerio?- preguntó interesada.

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  21. Gary~ Elfo de Dorothy.

     

    De nuevo el elfo doméstico de Dorothy tuvo que entrar a los campos de la arena. Las provisiones de agua y comida ya se le habían agotado a Franko, y más le valía a Gary llevárselas nuevamente. De no hacer, todo el sacrificio del tributo de Dorothy sería en vano. Franko debía hacer todo lo posible por sobrevivir.

     

    -Aquí tiene, señor- explicó con la voz servicial que caracterizaba a esas criaturas mágicas.

     

    Le entregó el paquete de COMIDA y el paquete de AGUA, y tras una profunda reverencia giró sobre sus talones con la intención de aparecer nuevamente en la mansión Westrong, dispuesto a servir a su ama

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  22. El cuerpo de Dorothy se desplazaba con notorio cansancio sobre las calles. Había dedicado varias horas a practicar ballet, y se vio obligada a detenerse cuando su lechuza Halley arribó por la ventana y le entregó una nota donde su tributo Franko requería con urgencia provisiones de agua y comida.

     

    Dorothy no tuvo otra opción que salir de inmediato, y por eso ya se encontraba atravesando las puertas de la tienda donde diversos mentores realizaban las compras a sus tributos. La Westrong sabía perfectamente a qué lugar dirigirse, así que tan sólo le tomó un minuto coger las cosas y pararse frente a la caja para pagar.

     

    Nick con el enlace a tu inventario: Dorothy Anne

    Elemento a comprar o vender: Agua

    Cantidad: 1

    Monedas de Oro totales: 250

     

    Nick con el enlace a tu inventario: Dorothy Anne

    Elemento a comprar o vender: Comida

    Cantidad: 1

    Monedas de Oro totales: 250

     

     

    Necesita 50 Puntos Positivos.

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  23. Luego de otro pequeño rato más esperando, el profesor Only tomó la palabra y pidió a todas que firmaran sus pergaminos. Dorothy obedeció, y en cuestión de segundos su nombre ya estaba estampado debajo de las respuestas. Estaba ansiosa porque alguna explicación diera comienzo, y es que su mente era extremadamente curiosa, así que siempre se deleitaba aprendiendo cosas nuevas.

     

    Mientras escuchaba al profesor, Dorothy notó la poca cantidad de luz que había en la estancia, lo cual la hizo sentir un tanto incómoda. A ella no le agradaba la oscuridad. Aferró sus manos contra el borde del asiento, como si de alguna manera eso la hiciera sentir más segura y estable.

     

    Entonces una pluma se posó frente a ella, y comenzó a tomar apuntes basándose en las palabras que surgían de Only. Le alegraba saber que el profesor era nada más y nada menos que su tío. Dorothy solía ser muy cohibida, y el hecho de tener a un familiar cerca le proporcionaba más soltura.

     

    Le costaba un poco entender eso de maldición y maleficio, aunque ya tenía una vaga idea de la diferencia que había entre ambas. Había estado tan embelesada con la explicación, que fue una gran sorpresa para ella darse cuenta de las estatuillas que habían aparecido de forma repentina. Ahora que ya estaban en el techo, parecían dispuestas a arremeter contra las alumnas. El rostro de Dorothy empalideció, y cuando estuvo a punto de lanzar un grito, las figuritas quedaron detenidas en el aire.

     

    A Dorothy le costó un poco recuperar el ritmo normal de su respiración, pero pronto ya estaba más calmada. Hechizos obstaculizadores, repitió para sus adentros, pensando en que le convendría aprender a dominarlos. Reflexionó y llegó a la conclusión de que lo mejor era desviar su vista de las estatuillas, al menos de esa forma su pánico no aumentaría.

     

    Percibió de nuevo la voz de Joseline, quien a su parecer se mostraba bastante impaciente a la hora de contestar preguntas. Dorothy lanzó un sonoro suspiro, para luego cruzar sus piernas y seguir escuchando, como lo había estado haciendo durante toda las clase.

     

    El siguiente tema que abordaron le causó gran interés. Se imaginaba cada una de las criaturas tenebrosas, en especial en los inferis y dementores, a quienes había conocido personalmente. A los inferis los vio por primera vez en una casa tétrica y abandonada, donde había tenido lugar su primera clase de Generales, y con respecto a los dementores… prefería no recordar ese día.

     

    La piel de sus brazos se había erizado, por lo que se vio en la necesidad de acariciarlos con las manos. Se preguntó qué harían luego, y si estarían cerca de alguna criatura tenebrosa. Después de todo, aun no sabía con qué se podía encontrar detrás de aquel telón negro.

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  24. Al llegar, Dorothy alisó su vestido y tomó asiento en el puesto que le señalaba Cissy. Cruzó sus piernas para pronto posar sus ojos verdes en los de su compañera, atenta ante cada palabra que decía. Tomó el pergamino que Cissy le entregaba y lo examinó con detenimiento durante unos segundos.

     

    -Oh, claro que lo he visto- confirmó con voz sutil-. De hecho, me he encontrado con nombres tan extraños…- comentó sin poder dejar escapar una risita. Luego su rostro se tornó más serio-. Por lo que tengo entendido, Kass y Eliah han estado muy agobiadas con diversas ocupaciones. Solo espero que algún día las podemos tener de vuelta.

     

    Siguió escuchando a su interlocutora, ésta vez un poco estremecida. Era verdad que últimamente el pueblo de Ottery St. Catchpole y el Callejón Diagon se encontraban en constante peligro, ella misma había sido victima de un ataque hacía unas semanas atrás. La piel se le erizó al recordar dicho acontecimiento, pero decidió dejar sus pensamientos a un lado y concentrarse en el trabajo.

     

    -Me parece estupenda tu idea, Cissy- manifestó-. Uno nunca sabe qué clase de personas rondan en el Ministerio de Magia, y los extranjeros siempre resultan ser buenos sospechosos- dijo en tono lúgubre-. Y tranquila, nosotras dos podemos con el trabajo, sólo es cuestión de dividir el trabajo. Además, estoy segura que Cassie y Gregory nos podrán ayudar- hizo una pausa-. ¿Qué propones?, ¿hacerles una visita formal?

  25. Con Little

     

    Además de recibir constantemente a atractivos extranjeros, había algo que también le agradaba a Dorothy de trabajar en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, y era eso de aprobar trámites para las bodas. Sabía perfectamente que con jovialidad y un lindo comentario tendría asegurada una invitación a dicha ceremonia. ¡Y como las adoraba!

     

    Mientras contemplaba a Radamantys alejarse con cierto aire de satisfacción en su rostro, escuchó a lo lejos unos tacones chocar contra el suelo. Al principio le extrañó, pero luego recordó que Little la visitaría ese día. Como su prima ahora era empleada de los Servicios Administrativos del Wisengamot, iría a contarle las novedades de su nuevo trabajo. Pero ahora que lo pensaba mejor, había una razón por la que el resonar de sus tacones retumbaba con tanta fuerza…

     

    Sin dudarlo, Dorothy salió de la habitación en la que se encontraba y atravesó el pasillo, hasta que finalmente vislumbró a Little. Al acercarse, supo que no se equivoca. Las expresiones de su prima manifestaban displicencia y un poco de amargura. La ojiverdes se mordió el labio inferior, temiendo que el estado en el que se encontraba la matriarca fuese producto de su retraso.

     

    -Lamento el retraso, Little- se disculpó-. Me tocó aprobar un trámite a último momento- una radiante sonrisa apareció en su rostro, opacando su cariacontecido gesto-. Pero cuéntame cómo te ha ido con tu cambio de departamento-preguntó con bastante interés-. Ven, será mejor que conversemos en mi oficina. - y con su mano le indicó el camino.

     

     

    Con Cissy

     

    Luego de la charla establecida con su prima, Dorothy se dirigió a la sala de juntas, donde Cissy la esperaba. El departamento había estado bastante solo los últimos días, lo que le hizo suponer a la fenixiana que ese sería el tema a tratar. El mes anterior ella no había aportado gran cosa con su labor, y prácticamente su compañera se las tuvo que ingeniar sola, pero ahora estaba dispuesta a ayudar con todo lo que pudiese. Sus ánimos estaban más elevados que nunca.

     

    -Aquí me tienes, Cissy- manifestó con una sonrisa en sus labios, después de entrar al centro de reunión.

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