Ania Evans Weasley

Fuí caminando hasta llegar al Ministerio de Magia-espero que sea la última vez que camine-dije al entrar.

Me dirigí rápidamente al elevador y éste empezó a elevarse hasta llegar a la planta sies

-Genial!-dije al darme cuenta de que había estado subiendo sola sin ningún transtonrno durante el asenso, se abrieron las puertas y caminé directo hacía el escritorio más proximo.

Encontre ahí a otra chica, su rostro me parecía conocido-hola! creo que te conozco...quiza en la academia...-pense un rato-vienes a tomar el examen de vuelo? yo también queiro hacerlo!-Le dije mirandola a los ojos y dedicandole una sonrisa.

Hola!! am...espero hacerlo bien, había hablado con Laimi de esto, pero ya que no me ha dado resultados y viendo que es nueva por aquí, hable con mi madre y quedamos en que lo pediría, nose cómo es exactamente esto pero bueno, entonces pues quiero pedir como madrina a Pandora Stark.

Hola! espero no llegar tarde por aqui, habría venido más temprano pero pues no sabía por donde empezar, no me animaba a hacerlo aún...

- ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Aspirante

- Nick: Ania Evans Weasley.

- Nombre Muggle: Ania Noemi Cardozo.

- Edad: 17

- Pais: Paraguay.

- Fecha de Cumpleaños: 9 de septiembre.

Quinta planta, heridos y resurrección de civíles y neutrales con Héctor Weasley D.

Fuí despertando poco a poco, parpadeee un par de veces frunciendo el seño pensando que la herída me dolería de nuevo si hacía algun movimiento, como por inercia lleve mi mano derecha a donde había estado la herida, todavía un poco confundida esperaba sentir algún dolor en el cuerpo, pero me sorprendí al no sentir absolutamente nada, cerré una vez más los ojos fuertemente y los volví a abrir, al lado mío estaba un hombre de cabellos castaños al igual que los míos, supuse que era el que había sanado mis heridas, entonces me limite a saludarlo:

-Hola, eres el sanador no? gracias por ayudarme-finalice con una sonrisa y las mejillas un tanto rojas porque me había imaginado su reacción al ver que mis heridas no eran motivo para un desmayo, mientras me sentaba en la camilla en la que me encontraba.

De alguna manera mi amiga había hecho desaparecer una de las cuerdas y se sento de modo que pudiera apuntar de nuevo su varita hacía mi-Expeliarmus!-dije sin pensarlo dos veces, vi salir de mi varita una luz roja justo cuando me dio el rayo que había salido de la varita de mi oponente. De inmediato me dió un dolor fuerte en el rostro, apenas pude ver que mi hechizo le había impactado también, ya que mi cara estaba totalmente desfigurada-la desarme!-pense con orgullo, pero el doror se insentificaba aún más, entonces rápidamente pense-Episkey-apuntandome el rostro con la varita, el dolor desapareció y mi rostro volvió a la normalidad.

-te había subestimado amiga!

Quinta planta, heridos y resurrección de civíles y neutrales.

El dolor que sentía se insentificaba cada vez más, sentía como si la herida en el pecho se abriera aún más con cada paso que había dado, el elevador se detubo al fín en donde tenía que bajar, forzadamente con la mano sobre la herida, presionandola, dí mi primer paso fuera del elevador en la quinta plana del hospital San Mungo.

La sangre había manchado la mayor parte de mi blusa de color verde que en ese momento se había tornado de un color granate debajo de mi chaqueta negra que estaba con el cierre semi-abierto, por debajo, lo que horas antes era un jeans, ahora no era más que un trapo sucio y roto con pequeñas manchas de sangre que habían salpicado.

Seguí caminando a paso lento, forzado, pero seguro hasta que ya no pude aguantar el dolor, sabía que estaba mal y se me empezaba a oscurecer la vista-genial-pensé al darme cuenta de se venía un desmayo, me apresuré a pedir ayuda ya que el dolor me impedía dar siquiera un paso más-alguien puede ayudarme, por...-dije con una voz muy dévil, más bién parecía un simple susurro. No pude terminar la frase y lo último que sentí fué el dolor que aumentó por un segundo y luego caí desmayada sobre el piso sólido y frío.

¡Me dijo amargada!-pensé mientras observaba cómo trataba de defenderse inútilmente de las cuerdas que se apoderaron de ella.

Amargadeitor? eso si me da risa!-le dije al soltar una carcajada, luego me di cuenta de que había lanzado otro hechizo entonces rapidamente pronuncié de nuevo-avis-apuntando hacía ella, los pájaros salieron de mi varita e interceptaron al rayo que venía hacía mi.

-Está bién, si quieres acción, acción tendrás amiga mía! Desmaius!-dije mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro, si Demona quería más dificultades, pues este hechizo la paralizaría, incluso podría quedar inconsiente si le llegara a dar y más aún con esas cuerdas gruesas que la sostenían.

(TAREA DE ROL BASICO)

Al fín el elevador me había llevado hasta el piso del Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas, caminé dirigiendome a la oficina de la división de seres, duendes y espíritus fuí a rapidamente a la recepción con los papeles del registro y asegurandome que estubieran todos los entregué a la recepcionista con una sonrisa forzada ya que estaba apurada, tenía mucho que hacer ese día.

Ficha para el Registro de elfos.

 

• Nombre del elfo: Timoteo.

Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Bruja.

 

• En caso de servir a un mago/bruja

Nombre del mago/bruja:Ania Evans Weasley.

Tiempo en el que lleva sirviendo al anterior: Nunca.

Nombre de quien lo registra: Ania Evans Weasley.

 

• Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo:Ania Evans Weasley

 

Inmediatamente despues de levantarme y ver cómo mi amiga se defendía de mi último hechizo, pronuncié:

-Avis-los pájaros absorvieron el rayo que se dirigía a mi.

Mi amiga estaba sonriendo-donde esta lo divertido en esto? yo aún no le encuentro lo gracioso!-le grite a Demona para luego lanzar mi siguiente hechizo:

-Incárcerus-dije cuando tres gruesas cuerdas salieron de mi varita dirigiendose hacía ella, una a su boca, para que no pueda pronunciar algún encantamiento verbal, otra a su muñeca, para que pierda su varita y la otra a sus tobillos para perder el equilibrio y caiga al suelo, de alguna manera devía cobrarle el que me haya hecho caer.

Demona se llevó a la boca un bezoar que tragó de inmediato evitando así que el veneno se extienda dentro de ella-rayos-dije en mis adentros ya que quería que se terminara lo más pronto posible el duelo, no me sentía del todo bien peleando con mi amiga y mucho menos de esta forma. Luego vi cómo apuntaba su varita de nuevo hacía mi, atajaba con fuerza mi varita cuando caí en el suelo desnivelado de piedras y setí cómo algo apretaba fuertemente mis tobillos.

-Seccionatus!-dije de inmediato apuntando hacía Demona, de mi varita salieron 12 medialunas dirigiendose hacía ella, estas se incrustrarían en su carne hiriendola gravemente-Finite Incantatem-pensé y el lazo mágico desapareció permitiendome ponerme de pie nuevamente.

Me acerque al traslador con un poco de nervios ya que no sabía donde me llevaría o lo peor, a quien me encontraría en ese lugar, toqué el artefacto y al otro segundo me situé en lo que parecía ser un risco, los abujeros de diferentes tamaños que había en el suelo, hacía de este uno de los más peligrosos lugares para duelear, bueno, así me parecía a mi. Observé cómo las olas chocaban con furia las rocas y un escalofrío descendió por mi espalda, cerré los ojos tratando de darme valor a mi misma y luego me limité a buscar a mi contrario con la vista.

Escuche mi nombre no muy lejos, de inmediato miré a la chica que estaba a unos metros de mi y no podía creer lo que estaba viendo, era Demona! mi amiga, como podía ser posible eso! me parecía un tanto cruel lo que habían hecho, ponernos a duelear juntas? somos amigas.

-Demona?, no puede ser!, que nos han hecho!-grite en un tono desesperado, pero luego me di cuenta de que ya no había nada que hacer, ya la desición estaba tomada y lo único que nos sobraba por hacer era cumplir con la "tarea", si me dolía hacer esto pero debía hacerlo, así que me armé de valor, me incliné haciendo la reverencia al igual que ella y ví como un rayo venia directo a mí, había lanzado su primer hechizo, sin pensarlo dos veces:

-Protego!- el escudo absorvió lo que parecía ser un sectusempra, por lo tanto el rayo no me llegó a tocar.

Empuñé con fuerza mi varita y apuntando a su atuendo superior dije claramente:

-Morphos!-en donde se formço una avispa marina, el animal más venenoso del mundo, el sólo roce con su piel ya la envenenaría, Demona tendría que hacer algo para detener la expansión del veneno por su cuerpo y así evitar la muerte.

volví a reir cuando Demona me felicitó y me dió un gran abrazo, luego ella observó la habitación con el brillo en sus ojos, volví a sonreir al darme cuenta de que le gustaba el lugar.

-Tienes que darme un recorrido, que esto es impresionante- dijo ella, la miré y le hice un gesto para que me siguiera, bajamos los escalones de la escalera que daba a la sala común y vimos cómo una chica se alejaba de ahí.

-Oye! espera!- grité pensando que se trataría de alguna persona de la casa que sehabía marchado pensando que no había nadie, pero fué muy tarde, no llegó a escucharme, luego me volví hacia Demona cuando me dijo:

-generaciones van, generaciones vienen, honremos la memoria de estos geniales dragones.

Pude comprender lo que me dijo cuando vi la nota que había dejado mi prima Laimi, me conmoví al leerla, luego de dar un suspiro dije:

- Pues si amiga...- luego me contagió su carcajada y solté una también yo.

-Amiga, podemos dejar la recorida para después? es que devo mandar todas las invitaciones me falta poco-dije cuado hice un gesto con la varita y unos pergaminos aparecieron flotando en frente nuestro, los agarré y me dirigí hacia una de las ventanas de la sala común, allí estaba una lechuza de color gris esperando, le amarré los pequeños pergaminos que contenían las últimas invitaciones y la ví alejarse.

-Espero que todos asistan, ya es hora de conocernos todos y de ser una nueva generación de la familia de los Dragones de Lancashire...¿no crees?- dije mirando de nuevo a mi amiga.

Estaba haciendo la lista de lo que iba a necesitar para la reunión que estaba organizando, por lo tanto escribía en un pequeño pergamino, justo cuando iba a volver a escribir en él Demona, mi ex compañera de generales me abrazó, esto hizo que la tinta se derramara sobre las sabanas blancas de mi cama, cosa que no me importó tanto como el que me haya asustado de esa manera, me asustó, y eso me puso un tanto malhumorada, pero se me escapo una risa al escucharla decir que era torpe.

-Que gusto encontrarte tan pronto, creí que moriría sola entre viejos Dragones.- dijo cuando volvió a abrazarme

-¿Qué es eso?-Dijo apuntando la insignia de prefecta que llevaba colgada del cuello, la miré-¡No lo puedo creer! ¡Eres prefecta!-dijo sorprendida.

-Si amiga, es pesada esta responsabilidad que llevo encima ahora…-dije con la cara mas seria que pude poner, la mire por un instante pero luego ya no pude sostener la carcajada que se me salió como un vomito verbal.- ¡si amiga soy prefecta!-le volví a decir terminando con una sonrisa.

No espere mucho luego de volver a sentarme en el césped para que la clase siguiera, el profesor Kris dio otras indicaciones y al final del listado de nombres estaba el mío, me pare para seguirlo pero antes me despedí de Demona, ya que ella se había quedado con el grupo del profesor Black, hecho esto, seguí a mi mentor, éste nos explicó lo que eniamos que hacer e inmediatamente lo puso en marcha, deviamos defendernos de un hechizo desarmador.

Me puse en la fila de alumnos que habíamos formado para tratar de defendernos de los hechizos, me puse detrás de mi tía Tais y mientras esperaba mi turno la abrazaba para calmar mis nervios.

Asi fueron pasando cada uno hasta que llego mi turno.

-Expeliarmus!

-Protego! –grite para poder zafarme de tal hechizo.

Luego Sali de la fila y después de haber terminado esa primera parte nos explico lo que vendría ahora, era lo mismo sólo que ahora era como hacer las intercalaciones.

Llego mi turno y el mentor gritó:

-Protego!

Al cual yo respondí con un -Diffindo!

El mentor volvió a agitar su varita y dijo:

-Incárcerus!-en cuanto unas ramas gruesas se aproximaron a mí con el objetivo de inmovilizarme.

-Diffindo-volvi a decir mientras el rayo salía de mi varita en dirección a las ramas.

La profesora Evanik se había llevado a su grupo afuera de la fiesta para vigilar el patio y nosotros nos habíamos quedado adentro de la mansión con el profesor McGonagall.

El mentor dio las primeras indicaciones diciéndonos que nos debíamos separar para poder cubrir así todo el interior de la mansión.

Me dirigí hacia el piso superior para poder tener una mejor vista desde el balcón que daba al punto de reunión principal, me situé detrás de uno de los pilares que había cerca del balcón y de tanto en tanto miraba a los demás para asegurarme de que todo iba bien.

La noche estaba tranquila, todo marchaba perfecto, volví a mirar a mis compañeros y un grito atrajo de inmediato mi atención:

-¡Se está ahogando!, ayúdenlo! ¿¡Qué esperan!?-

De inmediato baje corriendo las escaleras, fue un impulso, como inercia, algo mecánico, iba directo hacia la dama, estaba a punto de llegar hasta ella cuando escuche la voz de mi mentor ordenando que nadie se acercara, por lo tanto me detuve y volví a mirar a mis compañeros, o por lo menos a los que podía ver desde donde estaba.

Vi que el profesor alzo la varita, pensé que aria un hechizo para curar al señor tendido en el suelo, pero mi pensamiento era erróneo ya que él había invocado al espectro de su patronus para luego evaluar el estado de aquel hombre que yacía en el suelo, después de dicho acto el profe Mcgonagall lo declaró muerto.

El pánico se hizo notorio en mi rostro en ese instante pero luego me arme de coraje cuando capté lo que quería decirnos con su siguiente frase: -Claramente las causas naturales quedan descartadas; estaba bien minutos antes-sabía que no podía quedarme con los brazos cruzados, a fin de cuentas había venido para ayudar y asi lo iba a hacer.

El mentor dio la siguiente orden y nuevamente por inercia me agache para sacar fugazmente mi varita del costado de mi pantorrilla izquierda y me dirigí de prisa hasta la puerta principal para cumplir con lo mencionado.

OFF:

sólo dejo el link de mi ficha personal ya que ya la tenía desde hace unos meses atras.

Al tocar el traslador, una vez más volví a sentir que todo me daba vueltas, pero ya me estaba acostumbrando a eso.

Cuando abrí los ojos, estaba en la puerta principal de la academia, era prefecta de una de las casas así que no podia estar mucho tiempo ausente porque debía mantener el orden en mi casa, o por lo menos tratarlo...

En fin, camine varios pasillos hasta llegar a la casa de los Dragones de Lancashire, entré a la sala común, pensé que estaría repleto pero no había nadie, fruncí el seño y pensé que podía hacer para reunirlos a todos.

-Si, eso haré...-dije terminando mi frase con una sonrisa.

Subí las escaleras que llevaban al dormitorio de las niñas, habrí la puerta, llegué hasta mi cama y dejé la capa que llevaba puesta extendida para luego ir a mirar el tablón que contenía los nombres de los de la casa.

Así lo hice, luego agite mi varita y apareció un pergamino con la invitación a una reunión plasmada en él.

Me vestí rapidamente para asistir en el segundo día de mis clases de duelo Basico, baje corriendo las escaleras que daban al salón común de la casa de los dragones, esta vez estaba decidida a llegar temprano.

Segui corriendo por los pasillos hasta llegar a los jardines de la academia donde ya se encontraban algunos compañeros, me acerque a ellos y me senté en el pasto a esperar que los profesorea dieran comienzo a la clase.

No esperé mucho, los profesores dieron comienzo a la clase y luego de dar las indicaciones nos dieron una demostración de duelo.

Luego de esto, comencé a escribir en mi pergamino, al terminar, me paré de un salto y despues de un gran suspiro me acerqué al profesor Kriss para entregarlo.

Despues giré y de nuevo tomé mi asiento en el pasto fresco, volví a suspirar un par de veces y luego miré a mi alrededor y sonreí levemente al ver a algunas personas conocidas, en especial a mi tía Tais.

Me había despertado temprano ese día ya que esperaba una carta muy importante que llegaría en cualquier momento.

Aunque me había levantado temprano, aún seguía en pijamas, pues el sol apenas comenzaba a salir y en el castillo Evans aún no había movimiento alguno.

Caminaba en círculos dentro de mi habitación pensando cómo sería esta vez, ya me habían dicho que empezaría una etapa más difícil, no niego que me puso un tanto nerviosa saberlo pero fue mejor estar al tanto, así me voy preparando tanto psicológica como físicamente.

Fui hacia la ventana de vidrio transparente que estaba a un lado de mi cuarto, la abrí, tome una gran bocanada de aire con los ojos cerrados y luego lo solté lentamente purificando mis pulmones con un poco de aire fresco, cuando volví a mirar, pude divisar a una lechuza volando directo a mí.

-¡Genial!- dije con un tono de alivio.

Extendí mi brazo derecho para que ella pueda posarse en él, luego de realizar dicho acto, tomé la carta que sostenía en el pico, volví a estirar el brazo y la lechuza se elevó de nuevo.

Voltee hacia dentro de mi habitación y reanudé mi caminata, esta vez leyendo la carta por supuesto.

Luego e leerla, me di una rica ducha, me puse el uniforme de la academia y tomé el traslador que me llevaría a mi primera clase.

Aparecí en frente de una hermosa mansión, al principio pensé que me había equivocado pero luego vi a un grupo de personas que tenían el uniforme de la academia y se resolvió mi duda.

Me acerque a ellos lo más rápido que pude, al llegar noté que los profesores estaban dando las indicaciones, después procedimos a presentarnos, miré a algunas persona que me resultaban conocidas –Demona, Meissa...- pensé al ver a mis amigas, casi me fui a saludarlas pero debía prestar atención, luego de presentarse la última persona, me limité a hacer lo mismo:

-Buenas, mi nombre es Ania Evans Weasley-dije mirando a Demona- espero que esta noche nos salga todo bien, se que somos muy capaces todos de poder mantener el orden y salir victoriosos en nuestra primera tarea-terminé dedicándoles una sonrisa a todos.

OFF:

Hola a todos! Mi nombre muggle es igual al de mi personaje: Ania. Tengo 17 años, soy de Paraguay y estoy cursando el último año en el colegio, en mis planes está estudiar medicina en la universidad, espero poder hacerlo, bueno, no sé que mas decir así que me despido diciéndoles que es un placer para mi trabajar con ustedes y me gusta que seamos muchos! Jeje…bueno, adiós! Besos!

Aquella mañana estaba muy apurada, ya que me había levantado un poco tarde, pensé que me pasaría la hora, era el primer día de mis clses de duelo basico, me había prometido a mi misma dar todo de mi ya que me habían dicho que serían un poco más exigentes en todo.

-Esta no es la mejor manera de empezar.-dije a regañadientes bajando rapidamente, casi corriendo, las escaleras que daban al salón común de la casa.

Caminé los pasillos necesarios, habri varias puertas buscando alguna señal del lugar donde se impartirían mis clases hasta que me di por vencida, era tarde, o eso pensaba, fui hasta el gran patio de la academia y allí estaban, me encogí de hombros, di un gran suspiro y luego volví a caminar acelerando el paso hasta llegar a ellos, grande fue mi alivio al notar que aún no comenzaban, habian muchas personas, algunos conocidos, entonces me limité a saludar al gran grupo:

- Buenos días! mi Nombre es Ania Evans Weasley, tengo 17 años, es mi primera clse de duelo basico, no tengo experiencia alguna pero espero poder cumplir con todo lo que me pidan, para ello daré todo de mí, es un placer para mí compartir con ustedes esta experiencia- dije con seguridad dirigiendoles una gran sonrisa, luego me senté en el césped.

Off:

Hola a todos!! bueno, pues no tengo mucho que decir...mi nombre muggle es así como el de mi jp, Ania, solo que con otro apelido claro!! jeje, bueno, tengo 17 años, soy de Paraguay...am...me encanta la música, leer, escribir (aunque no l parezca por la extención de mi post), y si soy adiccta a algo, pero lo digo con orgullo porque mi adicción para mi es sana XD soy adicta al foro!!! sip! solo eso... saludos!

bueno pues yo apoyo!!! se que lo hara bien, confio en su competitividad, se que ganaremos! vamos que podemos Oliver!! fuerza y exitos!!

Alcé el volumen de la música que estaba escuchando, mire de reojo a la cama que estaba al lado mío.

Me pegue un gran susto al ver a mi prima Laimi salir de debajo de las sábanas en que estaba cubierta totalmente, di un pequeño salto en mi cama a causa del susto, todavía con el auricular puesto, vi cómo sus labios se movieron al sentarse a mi lado, me dijo algo con la sonrisa de oreja a oreja, no pude entender nada ya que la música en el oído me impedía escuchar otra cosa que no sea su melodía, entonces me saqué los auriculares y dije:

-¡hola Laimi! Perdón, ¿qué me decías?

Luego de haber conocido el nombre de mi casa, era hora de dirigirme a mi sala común, estaba un poco nerviosa ya que no sabía cómo sería el recibimiento en tal lugar.

Mientras caminaba por los pasillos hacía mi nueva casa: Dragones de Lancashire, me preguntaba ¿quiénes serían mis compañeras de cuarto?, ¿haría mejores amigos?, ¿me recibirían bién? o ¿se burlarían de mi por ser nueva?, ese tipo de preguntas abundaban en mi mente.

caminaba a paso lento por los largos pasillos mirando mis pies, -cero coordinación- dije al soltar una risa.

Me detuve enfrente de la puerta del salón común, respiré un par de veces, entré y vi a algunas personas conocidas pero pasé rápidamente a mi cama a “instalarme” ya que eran más desconocidos que conocidos y prefería que ellos se decidieran a saludar y no yo, ya que era seguro que el rubor se haría presente en mi rostro y eso me llevaría a hacer el ridículo, así que simplemente me acosté en mi cama, abracé a mi oso de peluche y me puse los auriculares.

Off:

hola! primeramente, espero que mi primer post esté bien!

y segundamente! jajaja! bueno, estoy feliz de formar parte de esta casa, espero llevarme bien con todos y hacer buenos amigos!

saludos!

Habíamos caminado unas cuantas calles buscando a la profesora Evanik con su grupo hasta que los encontramos, estaban tres compañeros con ella, al llegar hasta ellos miré a cada uno de mis compañeros, me sorprendió una cuando asintió levemente con la cabeza al mirarla, pero reaccioné rápido e hice lo mismo, creo que su nombre era Meissa.

Después de esto, puse atención a la profesora Kassandra ya que nos miró, entonces supuse que querría decirnos algo, esperaba que nos explicara qué había ocurrido pero no, sólo se limitó a dar nueva orden, yo asentí con la cabeza como de costumbre.

Debíamos pasar otro portal que nos llevaría de vuelta a la actualidad, no me gustó mucho la idea porque sabía que de nuevo sentiría esas náuseas, como la primera vez. Así lo hicimos, uno por uno pasamos el portal de vuelta a la normalidad, o eso creíamos todos.

Luego de atravesar el portal me tambalee un poco, pero logre ponerme firme, alcé la vista para ver el salón de clases, pero este no parecía en absoluto a un salón, no, no lo era:

-Deberíamos estar en la academia, ¿no?- dijo la profesora Kassandra, me asusté al darme cuenta de que en realidad no era una ilusión mía, miré rápidamente a la profesora Evanik para ver su respuesta

-Siglo diecisiete…-dijo ella.

Hay no- pensé, ahora sí estaba asustada, no sabía que había pasado y era extraño que las profesoras se hayan equivocado abriendo el portal.

Las dos se pusieron de acuerdo y nos dieron la orden de seguirlas nuevamente, yo no pensaba quedarme sola así que obedecí, caminamos hasta un castillo muy bello, el cual estaba en medio de lo que parecía ser un lago, lo único que unía al castillo del suelo era un puente no tan largo. Por lo visto, el castillo estaba abandonado.

-Aragón, estamos en Aragón- dijo una compañera, la miré confundida ya que su rostro expresaba pánico. No hice tanto caso a lo que dijo Demona, así se llamaba.

Necesitábamos refugiarnos en algún lugar y éste parecía el lugar perfecto, pero las profesoras querían asegurarse de que lo sea, así que ellas fueron primero.

-¿Cómo era que no lo reconocieran?- hablo de nuevo Demona, yo la volví a mirar raro y luego giré de nuevo hacía las profesoras para ver lo que hacían.

Al llegar al otro lado del puente, un muro de hierbas empezó a elevarse dejándolas sin salida y a nosotros sin mentoras. El pánico se apoderó nuevamente de mí, no pude reaccionar rápido en ese momento como lo hicieron unos compañeros que corrieron hacía ellas tratando de salvarlas, hecho que fue en vano, otra gritó, para cuando eso yo ya me había recuperado y la miré mal mientras otros la regañaban, al final aceptó su error, por así decirlo y preguntó qué haríamos, mis compañeros fueron lanzando buenas propuestas, al final nos pusimos de acuerdo en que lanzaríamos hechizos excavadores y lo hicimos a la voz de tres.

Al fin pudimos pasar el gran muro de ramas gruesas y espinas, las profesoras no se encontraban allí.

-genial!- dije con fastidio.

Necesitábamos rescatarlas para volver a casa y ni siquiera sabíamos donde se encontraban ahora, o por lo menos yo no lo sabía.

Nos pusimos de acuerdo y entramos al castillo, yo seguía muy asustada, pero disimulaba muy bien con mi paso firme y mi varita erguida en mis manos.

-Deben estar abajo, en las mazmorras, al menos eso pienso yo. Ahí fue a donde lo mandaron...-dijo Demona de repente, luego de una pausa volvió a hablar:

-Tenemos que darnos prisa, no sabemos si las profesoras estén bien. Vamos

Por lo visto estaba muy segura de lo que decía, pero por más de que me daba curiosidad de donde sabía tanto, no pregunté nada, solo la seguí.

Llegamos hasta una escalera de piedras que descendía hasta las mazmorras, Demona que había puesto un pie en ella, había retrocedido rápidamente, salté del susto, pero al darme cuenta de que mi reacción fue algo estupido, negué con la cabeza, luego volví a mirar la escalera y vi unas serpientes deseosas de atacar, se me erizó la piel, el pánico se hizo presente de nuevo en todos nosotros.

- ¿Ahora qué haremos?- preguntó la compañera.

Sabía que si seguíamos entregándonos al miedo no íbamos a poder salir de esto, entonces, suspiré, me tomé un segundo para calmar mis nervios y dije:

- Podemos usar el efecto Glisseo, así hacemos que se resbalen.

Todos asintieron con la cabeza, entonces, Lud, un compañero, apuntó hacía la escalera y lanzó el hechizo, haciendo de de esta un resbalin, acto siguiente, las serpientes resbalaron y nosotros pudimos pasar la escalera, al llegar al otro lado, nos esperaba una esfinge con un acertijo:

“En un campo se encuentra un señor tendido, sin vida. A su lado hay un paquete sin abrir. No hay ninguna criatura viva en el campo. ¿Cómo murió?”

Una compañera se apresuró a responder:

-¿De un paro cardiaco?- dijo al instante en el cual se cayó desmayada, corrí a asistirla, los demás hicieron lo mismo, entonces pensé nuevamente en lo que había dicho la esfinge y me limité a responderle:

Tuvo un problema respiratorio, no pudo respirar más y murió.

Sentí un fuerte dolor en el estómago, como un golpe letal, todo se tornó negro en un instante.

Cuando desperté estábamos en una habitación con poca luz, sonreí al reconocer el rostro de las profesoras, lo habían logrado y estábamos todos juntos al fín.

El dolor de los pies al fin cesó, alcé la vista para ver donde se encontraba mi tía, quería avisarle que ya estaba mejor y que ya podíamos divertirnos, después de todo, me encontraba allí con ese fin. Llegue al lugar con paso decidido, entonces vi la silueta de aquella compañante; era una mujer que inspiraba respeto, su aspecto así lo demostraba. Miré a mi tia sin decidirme a hablar, tendría que estar segura, aunque con ella allí sabia que nada podía sucederme.

Llegue a la gran fiesta…la graduación. Fui hasta ahí para celebrar con mi tía Soamily. Al llegar al lugar, la busqué con la vista al principio, habían demasiados magos y brujas en ese lugar, era casi imposible encontrarla de esa forma, entonces empecé a abrir paso hacia la búsqueda de mi ta, mis zapatos plateados de taco alto ya me hacían doler los pies, eran nuevos, los compre especialmente para esta ocasión, pero no podía quejarme del vestido que llevaba puesto, este me encantaba, era de color negro, algo sencillito pero bonito, con un cinto de color plateado por debajo de mis costillas que hacían juego con mis zapatos, y por último, el pelo negro, suelto y alisado que me llagaba hasta lo alto de la cintura, así me sentía perfecta para la ocasión.

Seguí caminando en busca de mi tía Soa, de pronto vi un rostro muy familiar, me acerque para averiguar de quien se trataba.

-tía Niqqui!- la abrasé- ¡felicidades! ¡Estas preciosa! – comencé. Ella sonrió y me dio las gracias, yo estaba un poco apurada, ya quería ver a mi tía Soa, luego de platicar un rato, me despedí y seguí mi búsqueda.

Apenas di algunos pasos y me topé con mi prima Laimi, la saludé y luego me disculpe porque no podía quedarme a platicar con ella, le explique que estaba un poco apurada y seguí mi camino.

Esa noche no era una de mis mejores noches, estaba un poco cansada, pero me quedaba energía para estar con mi tía en este día tan especial para ella.

Buscando a mi tía Soa, mire hacia atrás y vi a mi madre con mi tía Niqqui, pare la caminata por un segundo para ver a mi madre platicar con mi tía y de paso aprovechar para hacer descansar mis pies, es que el dolor se me hacía inaguantable, sonreí, ver a mi madre feliz me ponía contenta y sabia que ella y mi tía Niqqui eran muy amigas y se notaba que la estaban pasando muy bien, no me acerque hacía ellas, supuse que tenían muchas cosas que decirse.

Seguí la caminata, el dolor en mis pies me hicieron acelerar un poco más el paso, al fin pude divisar a mi tía, me acerque rápidamente hacia ella con la sonrisa de oreja a oreja.

-¡tía! ¿Como estas?- la abrase- ¡ese vestido queda hermoso!-dije cuando se me salió una mueca de dolor, ella me miro confundida –mis pies- dije, no cambió su mirada, entonces le explique:

-es que me compre estos zapatos para esta noche y no sabes cómo me arrepiento, ya no aguanto el dolor- dije al esbozar una sonrisa. Ella sonrió y luego me dirigió a una mesa, me hizo sentar en una de las sillas vacías y luego me ofreció algo de tomar.

-te traeré una copa de champaña, ya vuelvo sobri.- La vi alejarse, pasé la mirada por las personas que estaban cerca, y vi a mi amiga Gomita, me levanté a duras penas y me fui a saludarla.

- ¡Hola amiga como has estado!- la abrase y de nuevo el dolor en mis pies me obligó a soltar una mueca de dolor-disculpa, vuelvo enseguida-dije, y sin dar más explicaciones me fui a sentarme de nuevo, no la deje sola, ella estaba hablando con unas amigas cuando me fui a saludarla y la deje de nuevo con ellas.