Ania Evans Weasley

Hola holaa, me pasaba por aquí para preguntar algo, es que cuando yo había entrado aquí la primera ves, antes de que se me quiten los permisos, había sido la ahijada de Pandora, mi madre y lo que quiero saber es si ahora que entre de nuevo, ella sigue siendo o no mi madrina, o tengo que buscarme otra de nuevo

La chica me sonrió con amabilidad para luego expresarme su inquietud, no podía creer lo que mis oídos estaban escuchando en ese momento, he oído hablar de personas que no quieren amigos, de otros que no tienen porque lo discriminan, pero nunca he oído que no sepan hacer amigos por lo tanto al escuchar eso de sus labios la miré sorprendida, iba a interrumpirla pero pude controlarme y la seguí escuchando, una vez que termino, fue mi turno de tomar la palabra.

-Pues, primero que nada-dije mirándola y se me hizo un nudo en la garganta-siento que no sepas hacer amigos, o no sepas cómo hacerlos-callé un momento-los amigos no se hacen, si se eligen, bueno, creo que cuando uno encuentra a alguien y se saludan y hablan un poco y se conocen pues ya son amigos, ahora, los mejores amigos sí se eligen, ellos son aquellas personas en quienes confías y sabes que puedes contar con ellos en los momentos más difíciles como también los más fáciles o felices-terminé con una sonrisa antes de volver a hablar-y con respecto al árbol de navidad, me encantaría ayudarte-dije inclinando mi cabeza hacía mi costado derecho con la sonrisa aún en mi rostro.

Luego de esto la chica subió rápidamente a su habitación y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba de nuevo al lado mío.

-uhm,sabes donde poder buscar el árbol porque simplemente te lo dije pero no me

tome la precaución de preguntarte antes-dijo la castaña mirándome.

-Quizás en el patio de la academia encontremos uno, en los jardines zumaes tal vez, vamos a buscarlo, sino usamos magia-le guiñé el ojo tras mi última palabra y salí por la puerta.

Luego de que a las chicas les entregara mi botella de agua bendita, éstas se fueron al dormitorio femenino mientras yo me quede sola, me dirigí al sofá y me senté en él.

Permanecía en el sofá mirando cómo las nuevas se integraban al grupo, una de las chicas me llamo la atención, pidió ayuda y ya que nadie la había escuchado salió sola, pero volvió enseguida y con un semblante preocupante, volvió corriendo y se dirigió a su cuarto, pensé en ir a ver que le había pasado, pero cuando iba a levantarme del sofá llegó Galedra, actualizó el tablón de puntajes y antes de felicitarme por pasar a ser Dragón Warrior, dijo que podíamos empezar a decorar el salón común y también que debíamos invitar a unos villancicos, y si quisiéramos regalar algo a algún mago que preparemos nuestros regalos aunque nuestros amigos no sean de nuestra casa.

De inmediato pensé en mis amigos de otras casas, Irina, Vladimir, Ángel, Meissa, Jay, Xion...todos muy buenos amigos, en especial uno, y luego mis amigas dragonas, Demona, Hani, Mar y todas las demás, esta navidad sería una de las mejores después de mucho tiempo.

Y en cuanto a lo de la decoración, pues no era buena en eso pero lo intentaría, o al menos ayudaría a las demás chicas en lo que pudiera, eso me recordó a la dragona que había corrido a su habitación, me levanté de un salto para ir a ver pero cuando lo hice ella bajó de nuevo las escaleras y volvió a pedir ayuda.

-Hola, veo que las demás están demasiado ocupadas así que te ayudo yo, dime, donde quieres ir?-dije luego de acercarme a ella (Huntres) dedicándole una sonrisa.

Así es mami, una lechuza-dije mientras se me escapaba una risita-si, el tereré es una de mis bebidas favoritas luego del alco...jugo!-señale con mi mirada picara-Bueno señora Weasley-la mire sonriente-pues de mucho no se ha perdido, al no estar ni en la academia ni en..."eso", pues estube, en unas mini vacaciones digamosle...-reí un poco-fuí a un bar con Hani, luego estuve unos días por el refugio mágico, en casa, en casa...-pense unos segundos-y, en casa-reí nuevamente.

Las chicas aceptaron mi propuesta y luego de asentir fuí de inmediato al dormitorio de las chicas para traer la botella que contenía el agua bendita.

-Ok, siendo así vuelvo enceguida-dije a las chicas antes de subir las escaleras.

Subí rápidamente la escalera, casi me caigo entre peldaños, al llegar al cuarto de las chicas, fuí directamente en el lugar donde se encontraba mi cama y abrí el cajon de la mesita de luz que se estaba al lado de mi cama, de ahí saqué con delicadeza la botella mediana que cabía perfectamente en él y dentro de ella el agua cristalina.

me acerqué de nuevo hacía la puerta para dirigirme al salón común pero antes volví hacía mi cama para tomar mi reproductor de música y mis auriculares, no podía durar mucho sin escuchar música, las canciones muggles me encantan. Tome mis auriculares y estaban totalmente enredados, me tome el tiempo de desenrredarlos y luego de unos minutos volví a las escaleras.

Cuando volví al salón común, el cuadro ya había cambiado mucho, habían mas dragones en tal lugar.

-Disculpen chicas, me tardé un poco porque tuve unos problemillas con mis auriculares-dije alzando el reproductor junto con los auriculares para mostrarlos-pero aquí está, el agua bendita, como les había dicho-comenté entregandole la votella a la chica de nombre Izunmy-veo que tenemos a mas dragones nuevos!-añadí-bienvenidos dragones! soy Ania Evans Weasley, mucho gusto, saben que pueden acudir a mi cuando necesiten-terminé con una sonrisa en los labios.

-Bien, mientras por aquí...-dije dirijiendome de nuevo a las chicas con quienes anteriormente había hablado-ya saben algo acerca de los preparativos de la navidad?-concluí con una pregunta esperando la respuesta.

Gale me había dicho que me uniera a las demás para ambientar el lugar para la navidad y...nos entregó el salón común? si, eso creo, como sea...Me acerque a las chicas, escuche algo sobre un ritual y agua bendita, aunque no me interesaba tanto y no quería meterme en sus pláticas, yo había guardado un poco de agua bendita que me habían dado los muggles la última vez que los visité, un padre era mi amigo y me había dado porque él si creía en los hombres lobos, por más de que en el mundo mágico si existía, para un muggle era de locos pensar en eso, así que me pareció muy gracioso, en fin, me había dado el agua bendita para poder "defenderme" de ellos.

Me atreví a meterme en su conversación para ofrecerles mi agua bendita y así empezar una plática y oportunidad de conocernos.

-Hola de nuevo, creí escuchar que necesitaban agua bendita? tengo un poco entre mis cosas, si quieren se la puedo dar-dije con una sonrisa antes de continuar-y luego empezamos a ver lo de la navidad? porque Gale ya nos encomendó ese trabajo-termine con una risita.

Luego de terminar su mate de tereré, me pasó la guampa, vertí un poco de agua en ella y procedí a beber, luego de tomar mi primer sorbo y escuchando atenta a mi madre que por cierto estaba un tanto sorprendida por lo que acaba de oír, inclusive también preocupada, eso me había puesto aún peor.

Suspire al escuchar lo que me decía mi madre, tome otro sorbo terminandolo esta vez, vertí otro poco de agua en la guampa y se la pase de nuevo antes de tomar la palabra.

-Si mami, se que puedo acudir a ti, pero como también tenía madrina mágica pues pensé que ella me ayudaría, pero tampoco me hizo tanto caso que digamos-dije alzando una ceja y acomodando el flequillo detrás de la oreja-y si, desde ahora ya acudiré a ti, no quiero que en el caso de me dieran de nuevo los permisos, me los quiten nuevamente...-dije antes de suspirar, luego de un breve silencio, cambié radicalmente mi expresión al sonreír-gracias mami por brindarme siempre tu apoyo.

Me sentía un poco nerviosa al contarle a mi madre lo de mis estudios pensando que me regañaría por haberlos dejado, pero sentí un gran alivio al darme cuenta que no había cambiado nada, al contrario, ella se notaba muy tranquila tomando un sorbo más del tereré que le había pasado.

Me recordó lo importante que es graduarse para poder seguir sus pasos como fenixiana que obviamente es lo que haría cuando me gradúe.

-Y hablando de "eso" ¿Qué tal lo llevas?-preguntó mi madre antes de darme una caja de chocolates.

Al ver aquella caja y al escuchar el comentario siguiente de mi madre:

-Sé que eres muy golosa.-dijo sonriendo acercar la caja a mi.

Mis ojos brillaron y sonreí como nunca, me encantaban los chocolates, tanto que casi salté por la caja que estaba al lado mío como si fuera que alguien me lo hurtaría, pero controlé mis impulsos y lo tome delicadamente como si fuera alguna reliquia.

-Oh!! tu si que sabes mami!-dije mientras miraba las prescripciones de la caja-"bombones rellenos de whisky de fuego"-leí en voz alta-woow! y con lo que me gusta el alcohol...-dije alzando las cejas con picardía antes de depositara de nuevo sobre el escritorio delante de mi.

-Y...pues, con lo de "eso"-dije mirándola de nuevo al responder a su pregunta-no he visitado mucho la madriguera y en el ejercito me pierdo, así que me quitaron los permisos-dije con decepción-pero también ya he visto como resolverlo, hablé con los líderes pero aún no me han dicho nada-la miré seriamente.

Fruncí el ceño al ver que lo que le dije a la jefa de la casa le causo tanta gracia que rió divertida, aunque no entendí bien que fue eso tan gracioso que dije, sonreí negando levemente con la cabeza antes de prestarle atención nuevamente.

Galedra respondió a mi pregunta y terminó con otra a la cual respondí de la siguiente manera:

-Me alegra que hayas estado bien, y yo...-me detuve a pensar un poco-antes de bajar estaba en la pieza de las chicas, pero antes de llegar a la academia estaba gestionando unos papeles de nacionalización en el ministerio de magia-sonreí-por eso no he estado por aquí durante todo halloween, veo que se han divertido y con nuevos dragones-luego de una breve pausa continué-le dije a las chicas que hace mucho no veía tanta actividad en la casa, tal ves también por eso no sentía la necesidad de volver por aquí antes, pero bueno, ya estoy aquí de nuevo-alcé las cejas con un gesto de picardía-dispuesta a hacer muchas tra...trabajos, muchos trabajos-la mire con una leve sonrisa en mis labios-noté que estaban ocupadas, puedo ayudar en algo?

Se me escapó una risita al ver la reacción de mi madre al asustarla con mi pequeño grito, ella se acercó hasta mi con una sonrisa y luego me dio un beso en las mejillas al cual respondí del mismo modo.

-Hija, me alegra mucho que hayas venido-dijo al tomar la ficha que había completado así como también tomó el mate de tereré que se lo había ofrecido.

-Está todo correcto-dijo con una sonrisa al devolverme el papel sellado, lo tomé y sonreí al notar que le gustó el tereré que había tomado después de su último gesto.

-¿Cómo has estado, preciosa? Siento que no he pasado el suficiente tiempo contigo estos últimos días…-dijo empezando la plática.

-No te preocupes mami, lo importante es que por fin podemos hablar-dije con una sonrisa en el rostro-y...pues bien, aunque debo contarte que mis clases en la academia las he dejado pero prometo retomarlas en la próxima convocatoria, es que me resultaron difíciles algunas cosas pero como te dije, las retomaré-concluí con una sonrisa.

Estaba sorprendida por lo que una de las dragonas nueva me había respondido, pero guarde silencio al notar que hacía algo importante, bueno, para ella, la jefa de la casa, Galedra, no tardó en hablar luego de que una de las pinturas dejara de hablar.

-¡Vaya!! ¡¡Sigues viva!!!-dijo antes de volver a dirigirse a las demás, también noté que estaba ocupada con las demás chicas por lo tanto sólo le dediqué una sonrisa.

Después de que la jefa actualizara el tablón de puntajes y diera las respectivas bienvenidas a los nuevos me dirijí a ella.

-Hola Gale, si, ya ves...Pero cuéntame, como te ha ido?-terminé con una amplia sonrisa.

Salí de prisa de la casa de los Dragones de Lancashire al escuchar los pasos y los gritos, al estar en el pasillo principal de la academia vi pasar un tumulto de gente.

-Pero que...-dije al desviar mi vista por un pedazo de papel que se sujeto por mis pies, lo tome de inmediato y leí el anuncio que tenía.

-Que un huracán?-dije alarmada y corrí con los demás hasta el gran salón, luego de llegar hasta ahí escuche unas risas muy familiares, me guié por ellas hasta llegar a mi amiga Gomita y las demás, también vi a mi tía Bel.

-Hola tía! como has estado! veo que se están divirtiendo, cuentan chistes? me se unos buenos-dije soltando una risa.

Hice una pequeña reverencia saludando a los demás y espere la respuesta de mi tía.

Hacía tanto que no veía a mi mami, Pedí a Timoteo, mi elfo, que me llevara hasta el Ministerio de Magia, pero antes me di el lujo de preparar un rico y bien frío tereré, una bebida que en el mundo muggle había aprendido, no era bebida alcohólica ni nada por el estilo, era simplemente agua fría con yerba, los paraguayos los consumimos todos los días, es una costumbre popular y a la par de tomar entre amigos o compañeros de trabajo, aprovechamos para socializar, la típica excusa paraguaya "jaha ja u tereré" que en español sería: "vamos a tomar tereré", aprendí muchas cosas de los muggles, pero así también muchas cosas faltaba por aprender y otras cosas que ya se me habían olvidado.

Al llegar al Ministerio de Magia agradecí al elfo y éste se retiró. Decidí ir a visitar a mi madre en el trabajo, como dicen los muggles, "si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma", fruncí el ceño al pensar en esa frase, como había dicho anteriormente, aprendí muchas cosas de ellos, pero esta frase nunca la había entendido<<qué tiene que ver Mahoma con la montaña? y...quien carajos es Mahoma?>>sonreí negando con la cabeza por un momento mientras caminaba hasta el ascensor para subir a la quinta planta donde trabajaba mi mamá.

Al llegar al ascensor, me subí a él y mientras subía, sebe mi primer mate de tereré, como siempre, el primer mate era un poco amargo por la yerba nueva, me costó un poco tragar mi primer sorbo pero los siguientes ya no, al salir de nuevo del ascensor, ya estando en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, tome una de las fichas que debía llenar, ya que aprovecharía esa visita para nacionalizarme al fin y luego de sacar una pluma de mis bolsillos la empecé a rellenar.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

 

 

Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

 

 

Nombre: Ania Evans Weasley

 

Ficha: Ania Evans Weasley. (Ficha de personaje)

 

Nacionalidad: Paraguaya.

 

Motivo de inmigración: Estudios en la Academia de Magia y Hechicería y encontrarme con mi familia mágica.

 

Situación actual en Gran Bretaña: Estudiando en la Academia de Magia y Hechicería, residencia en la familia Evans McGonagall y la familia Weasley, ningún trabajo actual.

Luego de terminar, me acerqué a la oficina de mi madre, golpee levemente la puerta antes de abrirla, luego de entrar vi a mi madre sentada arreglando unos papeles.

-Sorpresa!!-exclame al darme cuenta que estaba muy concentrada en su trabajo, reí divertida antes de volver a tomar la palabra.

-Hola mami, así que esta es tu guarida eh?-sonrío-vine a tomar un delicioso tereré contigo-alzo el termolar mostrándolo-y de paso hacerte trabajar un poquito más con mis papeles de nacionalización, aquí está-dije pasandole la ficha que había rellenado antes y con ella un mate de tereré.

-Espero que haya completado bien cada punto-dije sonriendo.

Ya cansada de estar en mi cama escuchando música, me saqué los auriculares y escuche unos murmullos casi gritos abajo, en el salón común, me senté en mi cama, me puse mis zapatos deportivos, me recogí el cabello en una cola, me arregle la blusa de color negro que traía puesto y me bajé a la sala común para ver lo que ocurría, al llegar al final de la escalera, divisé a dos dragonas hablando muy amenamente.

-Hola dragonas! no las había visto antes, por lo tanto, bienvenidas-dije dedicándoles mi mayor sonrisa.

Antes de que pudieran responderme, mire el tablero de informaciones que estaba por la pared dando la bienvenida a las respectivas dragonas nuevas.

-Y veo que no son las únicas, me alegra ver gente por aquí, cuando ingresé recién a esta casa no había mucho movimiento por aquí ya que las promociones anteriores se acababan de graduar...-volví a tomar la palabra, luego de un corto silencio volví a hablar-Pero bueno, lo pasado quedó atrás, son hechos y personas que enriquecieron la historia de nuestra honorable casa no creen? y ahora nos toca a nosotros seguir construyendo la historia, como les había dicho, bienvenidas dragonas-Concluí con una gran sonrisa.

Hacía bastante que ya no me pasaba por la casa de los dragones, mi casa, esperaba encontrarme a algún conocido, o al menos a mi querida y añorada jefa, Galedra, era estricta, si, pero también tenía o tiene, su lado cariñoso, ya extrañaba mi cama, el salón común, el cuchicheo en los pasillos de la academia, todo, estañaba extrañar mi hogar, porque también me daba por extrañarla cuando vivía en la academia.

Entré pensando que el salón común seguiría como el día en que decidí volver a casa, vacío, pero no, esta vez estaba ocupado, eso me animó aún más, una vez dentro, me saqué la capa negra dejando al descubierto la ropa muggle que llevaba puesta, en este caso, unos jeans ajustados, tenis negros, remera negra con detalles de calaveritas en color blanco, tenía el pero recogido en una cola de caballo. Una vestimenta muy peculiar mío, en todo caso, cómodo.

Miré a cada uno y luego me limité a saludar.

-Hola a todos!-dije alzando la mano y con una sonrisa en la cara.

Luego de que todos hayan respondido mi saludo, se escuchó un ruido extraño dentro de un baúl viejo que estaba cerca de la entrada, fruncí mi ceño y me acerqué para descubrir lo que había dentro.

El baúl estaba cerrado y con un candado, del cual no sabía donde estaba su llave, entonces, como el ruido volvió a sonar, y esta vez más fuerte, saqué la barita y apuntando a él pronuncié:

-Alohomora

El candado se abrió de inmediato, me acerqué para abrir el baúl, no lo niego, tuve miedo, me acerque lentamente, mientras lo hacía, el ruido volvió a sonar, dí un gran salto por el susto y luego de sonrojarme y reír un poco por mi reacción, volví a hacerlo, esta vez con más valentía.

Cuando abrí el baúl, que por cierto, estaba lleno de polvo por su antigüedad. De él salieron docenas de sapos verdes, de piel arrugada y fría, ojos saltones y ese ruido espantoso que hacen, grité con todas mis fuerzas y con la varita en alto trate de recordarme de algún hechizo, pero el pánico me bloqueó la mente por completo dejándome con laguna mental, los sapos eran mi única debilidad, le tenia pavor eran mi mayor miedo.

Corrí lo mas veloz que pude hasta Galedra, mi rostro más pálido que de costumbre dejaba notar mi terror.

-Gale, haz algo por favor ya no aguanto, moriré si estos siguen aquí-dije en tono de suplica, en realidad así lo hacia, sentía que en cualquier momento mi corazón dejaría de latir, esto era el infierno.

Vi como un sapo venia saltando hacía nosotras, luego lo siguieron unos cinco más<<moriré>>pensé.

-Gale, Gale, Gale!-grite de nuevo con mi barita en la mano inútilmente apuntando hacía ellos mientras me trataba de esconder detrás de la jefa de los dragones de lancashire.

Seguí mi camino, pensaba ir al lago, pero antes decidí enviar una lechuza a casa para informar que estaba en el refugio mágico, mientras caminaba e iba a la puerta principal del refugio, saqué un pedazo de pergamino de mis bolsillos y un bolígrafo, había rescatado de mis pertenencias muggles cuando vine al mundo mágico, escribí unas líneas y llegué a la salida, una ves fuera del refugio, pensé en la manera de enviar la lechuza, no tuve que hacerlo por mucho tiempo, Timoteo apareció de la nada, hecho que me asustó de sobremanera.

-Timo! me asustaste, por favor no lo vuelvas a hacer-dije con la voz entrecortada.

-Timo supo que lo necesitaban y no dudo en acudir-el elfo se quedó mirándome por unos segundos-señorita Ania, se siente bien? si quiere puedo llevarla a casa, eso es lo que quería?

-No Timo, gracias, lo que quiero es que vayas al castillo y avises a tía Soa que me encuentro bien, que no se preocupe, y si logras hablar con mi madre sera mucho mejor, puedes?

-La señora Pandora no se encuentra aún en el castillo, pero su recado le llegará a la señora Soamyli.

-Ok, gracias Timo-agradecí a mi amigo cuando me sorprendió una voz muy familiar, que al igual que yo estaba anonadada. Era Irina, una vieja amiga.

-Irina? hola, si, si se, Timo, recoge por favor sus cosas y llévalas adentro del refugio-dije mirando a Timo, luego me volví a Irina.

-Si, no me siento muy bien pero ahí la llevo, caminemos, deja que Timo lleve tus cosas, es un buen amigo y muy confiable, no te preocupes-le dije mientras la instaba a caminar conmigo, la guié hasta la puerta del refugio, Timo, ya había vuelto a salir.

-Alguna otra cosa señorita?-dijo el elfo.

-No Timo, gracias, haz lo que te encargué por favor...-dije mirándolo a los grandes ojos marrones.

-Claro señorita, no se preocupe.-dijo el elfo al desaparecerse con su peculiar chasquido de dedo.

Me volví a mi amiga y seguimos platicando.

-Bien, este es el refugio mágico, aquí estoy desde hace unos días, entremos, hay un lago que quiero enseñarte, de hecho iba para allá, vamos...-dije poniendo mis manos en los bolsillos y con la mirada gacha caminé hacía el gran patio, por así decirlo, del refugio mágico.

Vladimir me había dicho que deberíamos volver junto a los demás,me había leido el pensamiento, no me gustaba del todo estar ahí solos sin saber donde exactamente habíamos llegado, bueno, estar con él era agradable, pero este no era el momento ni el lugar para andar experimentando ni explorando solos, desde que aparecimos en el bosque algo no me parecía, no debía ser así, faltaba o sobraba alguna cosa, algún instrumento, persona o ser no estaba en su lugar, un raro presentimiento se había presentado dentro de mi.

Acepté la propocision de mi compañero y regresamos al lugar donde se consentraban los demas justo antes de que el profesor León se fuera en nuestra busqueda, miré a los demas compañeros un poco ruborizada ya que lo que habíamos hecho el pelinegro y yo no era de lo más apropiado, miraba a cada uno de mis compañeros hasta que vi a Phera, estaba hablando con otra de nuestras compañeras así que decidí no molestarlas, además nuestro mentor ya hablaría enceguida, y no esperamos mucho, tras una carraspeada del holandés, éste empezó a contar la historia del bosque, o del nombre de éste, historia que me heló la sangre, pero noté en la mirada del mentor que le divertía asustarnos, o eso era lo que yo suponía.

Vladimir trató de advertir o mantenerme alerta a cualquier tipo de situacion anormal que podía pasar, cosa que me tensiono aun más, pero no dejé que se notara porque no quería que se preocupara por mi, de por si él era muy protector, eso me gustaba de Castiel. En fin, nuestro mentor nos dió indicaciones de que nos deberíamos adecuar al lugar, por lo tanto nos debiamos vestir como gente de por ahí, agité mi varita pronunciando Tolle Vestimentum y un hermoso quimono negro con un cinto de color rosa me vistió.

Después de que todos nos hayamos cambiado de vestimenta, León quiso seguir con la explicación, pero todo paso tan rapido, de un momento a otro mi varita me dió un gran susto cuando empezó a bibrar y luego se fisuró, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a mi tan preciada varita sufrir tal suseso, era mi varita, la que me da mis poderes, la que me hace quien soy, me quedé sin mágia, sin poderes. Me dejé caer sobre el cesped y agaché la mirada, de nuevo el pelilargo trató de animarme pero su siguiente reacción me aterrorizó aún más, ya que los trasladores no se encontraban donde los habíamos dejado, el profesor pidió, mejor dicho, ordenó silencio, lo miré a los ojos tratando de decifrar sus sentimientos, lo intente en vano.

Un anciano se acerco, y mientras hablaba con nuestro mentor, el caballero a quien tomaba de la mano me dijo que no le caía nada bien el canoso.

-Vamos, manténganse juntos-alcancé a escuchar la voz de la fenixiana mientras se abría paso hacía el templo negro, me aferre fuertemente a Vladimir y tomados de las manos seguimos a los dos mentores.

<<que? pelear? por Merlín! como haré para no salir hecha añicos que estas>>pensé cuando vi venir hacía mi a cuatro hombres de vestimenta negra decididos a atacar, respire profundamente y me puse en posición de ataque mientras el ruso peleaba con otros hombres, para mi suerte, los hombres me atacaron uno por uno, así pude defenderme gracias a lo que aprendí de la televisión<<bien, Sandra Bullock, gracias>>pensé mientras trataba de recordarme esa escena de mis simpatía en la que enseñaba defensa personal-codo en el rostro, dos, pie-le di una buena pisada al enmascarado-tres, estómago-le di con el codo-y cuatro, en sus partes-me sonrojé un poco pero no lo pensé dos veces y le di con mi rodilla.

Era apenas el segundo hombre, pero luego el pelinegro los hizo cenizas a los tres restantes. Respiré aliviada, pero como también tenia un poco de orgullo y había derrotado a los dos enmascarados, dije:

-No hacía falta cosi, ya lo tenía todo bajo control.-sonreí, pero luego lo miré a los ojos y pude ver que le había afectado matar a los derrotados, entonces lo abracé y trate de calmarlo:

-No te preocupes cielo, era necesario, te agradezco que me hayas salvado, eres mi héroe.-le volví a sonreír con una sonrisa noble y sincera.

Luego miré de nuevo a los dos profesores esperando sus siguientes indicaciones.

OFF:

Borrador de mi ficha de personaje:

Espero que todo este bien! sin más me despido^^

edito solo para una cosa :

Vladimir: Tambien te amo

Mi tía había rechazado la invitación, dijo que nos esperaría al final del hermoso túnel de aguas cristalinas.

Asentí con la cabeza y la abracé antes de que se fuera, luego me volví al apuesto caballero trajeado y me sostuve de su brazo izquierdo para luego caminar hacía la salida.

Algo curioso de aquel túnel era que a cada paso que dábamos, éste se hacía más pequeño y el agua detrás de nosotros no nos permitía volver para atrás.

Seguimos caminando con los brazos entrelazados y mientras admiraba el hermoso paisaje acuático, seguí el diálogo.

-Y bien? por lo que veo eres un joven muy apuesto y caballeroso, y no es para menos, después de todo eres hijo de Bin, seguro es tan buena madre así como es tan buena tía conmigo.-concluí con una delicada sonrisa mirándolo a los ojos.

Los ojos...había leído en un libro muggle que los ojos son la ventana del alma, pues si esto era verdad, diría que él tenía el alma más hermosa de todo el mundo mágico. Me perdí unos segundos en su bella mirada, pero luego me di cuenta de lo que estaba haciendo y bajé la mirada de inmediato, sintiendo una ves más el rosado en mi rostro.

Avía llegado el momento, nuevamente habíamos quedado en el ultimo lugar de la tabla de posiciones, esta ves no permitiría que mi apreciada casa saliera perdiendo nuevamente, sabía que en esto estaba sola, ningún compañero, ni el prefecto, ni la propia jefa de la casa me ayudaría, me levanté de donde estaba sentada y me acerqué a la mesa donde se encontraban los dos trasladores, me habían elejido a mi para defender a la honorable casa de los dragones de lancashire y no podía defraudarlos.

En fin, tomé la daga con punta de diamante y mango de plata que en la cabeza tenía una hermosa y brillante piedra rubí, de inmediato sentí esa sensación que ya me resultaba familiar, ya me había acostumbrado a que se me revolbiera el estómago, despues de todo, esa era la única manera que tenía para trasladarme rapido de un lugar a otro.

Quedé de pie sobre la arena caliente, el lugar era desiertico y extremadamente caluroso, no era para menos era el Sahara, ese tipo de lugares no me gustaban para nada, prefería la jungla a estar en un desierto sin agua, sombra ni comida.

Apenas toqué el suelo, una tormenta de arena se subió hacía mi y mi contrincante, a quien por cierto, todavía no le había visto la cara, solo podía ver su silueta, ya que estabamos a varios metros de distancia, entonces, antes que nada, me recogí el pelo en una cola para poder estar más cómoda, luego me limité a voltearme hacía mi contrincante, era una chica, eso me daba mucha más tranqulidad, sin embargo, sabía que no podía subestimarla, despues de todo por algo la habían elegido a ella y no a otro.

Ya con la vista mucho más visible, hice una pequeña reverencia con la varita erguida para dar inicio el duelo. Ella me había deseado suerte, yo hice lo mismo:

-Digo lo mismo-dije al mirarla a los ojos muy confiada.

De in mediato apunté a ella y antes de que su rayo me diera pronuncié mi primer hechizo.

-Protego-dije claramente y un escudo absorbió por completo su rayo.-Morphos-dije nuevamente apuntando a una de las pocas piedras del lugar, esta se convirtió en un escorpión, en el Leiurus Quinquestriatus mejor conocido como muerte acechante. Es el escorpión más venenoso del mundo. Su coloración oscila de amarillenta al ocre. Habita en oquedades del terreno o debajo de las piedras de zonas áridas o desérticas del norte de Africa y Oriente próximo. Es responsable de varias muertes de personas cada año. Por ende, si éste llegara a introducir su aguijón en la piel de la bruja ésta podría morir en segundos por el potente veneno del mismo.

Después de haber explicado a Mar mi deducción, Uno de nuestros compañeros me había escuchado y luego de unos segundos lo vi pararse en frente mismo de la esfinje mirándola a los ojos, luego, al parecer se decidió y pronunció las mismas palabras que había dicho yo.

<<Este sí que sabe memorizar>> pensé antes de ver a la esfinje apartarse dándonos paso para entrar a la pirámide, en su lugar apareció un siguiente pergamino, con las nuevas instrucciones y la siguiente misión.

Nos abrimos paso hacía dentro de la gran pirámide, pero al entrar en ella, se cerró la puerta y la poca luz que entraba atraves de ella se apagó, habíamos quedado en plena oscuridad, saqué de inmediato mi varita y pronuncie en voz baja-lumos-en la punta de mi varita apareció una luz que alumbró por una fracción de segundos, por alguna razón, esa magia no funcionaba-lumos-dije de nuevo y el mismo hecho volvió a suceder.

<<maldita sea>>maldije en mi mente, seguía sosteniendo mi varita apuntando hacía el frente, por alguna razón estaba en frente de todos, miré atrás y vi oscuridad, era lo único que se podía ver, nada, entonces, volví a pronunciar una vez más-lumos-antes de que la luz en mi varita se apagara de nuevo, pude ver algo a unos cuantos metro de nosotros, era algo grande.

-Hay no...otro acertijo? en frente hay algo más, espero que no sea otra esfinje-pronuncie para los demás, no sabía si seguían ahí, solo lo dije esperando una respuesta que tal ves no habría.

Después de mucho pensar, mis indagaciones, al fin dieron resultado, había encontrado una forma de burlar a la esfinje, había resuelto el acertijo, pero el miedo a errar me consumía, entonces opté por decirle a alguien mas para que lo dijera, entonces, volví a mirar a los demas y le comenté lo que pensaba a la persona mas cercana, esta era Mar, una compañera y amiga tambien, de hecho era la hermana de demona, la había conocido de una manera peculiar, recuerdo como si hubiera pasado unos minutos antes.

-Mar...creo que tengo la respuesta...-empece a contarle-bueno, pues el prisionero deberá hacer una pregunta:"¿Sí yo le pregunto al otro guardián por qué puerta tengo que salir que me respondería?". En el caso de que pregunte al que siempre miente, le dira "El otro guardián te diría que la puerta por la que debes salir es ... (la puerta falsa)". En el caso de que le pregunte al otro le dira algo así "El otro guardián te diría que la puerta por la que debes salir es ... (la puerta falsa). De esta manera solo deberás preguntarle a cualquiera de los dos y escoger la puerta opuesta a la que ellos te indiquen.entiendes?-termine de explicarle.

Luego de explicarle la respuesta, la insté a que lo dijera, luego eché un vistazo a los demás, unos nos miraban a nosotras tratando de saber si que estábamos diciendo, porque tanto cuchicheo entre las dos, bueno, eso es lo que vi mientras esperaba que alguien dijera la respuesta o Mar se anime a dar la mía.

Luego de terminar con la primera prueba, nos regresamos todos al gran salón donde se nos informarían los resultados de tal, la jefa de los Aethonans de Salem, Alyesh Malfoy, tomo la palabra y dio a conocer los tan esperados resultados de la primera prueba del torneo de las cuatro casas. Dijo que nosotros estábamos en el cuarto y último lugar-genial…-dije en tono de fastidio al escuchar esto.

Luego, anunció que los tritones tuvieron el tercer puesto, seguidos de los centauros y por último, o primer puesto para Aethonans de Salem.

Después de dar los resultados, nos habló un poco acerca de la siguiente prueba, dijo que sería muy diferente, que pondríamos a prueba nuestra astucia, ingenio, trabajo en equipo y por supuesto la velocidad.

En fin, un traslador nos llevó hasta Egipto, donde se llevaría a cabo la segunda prueba, al llegar ahí se pudo notar desde lejos las banderas ondeantes de cada casa en la cúspide de una gran pirámide que en frente de ella había una esfinge, el lugar era desértico, era de imaginarse, pero la llegada de todos rompió el silencio de inmediato, murmullos de aquí para allá se escuchaban antes de que una voz desde adentro de la pirámide se hiciera escuchar.

Esta nos dio la bienvenida, mejor dicho, la intimidante bienvenida, ya que sus palabras no fueron las mejores. Cuando terminó de hablar, miré a Demona con una mirada de duda, como diciéndole<<ahora que>>pero luego, nos acercamos a la pirámide, buscando la entrada, pero la esfinge no nos permitió entrar, para hacerlo debíamos resolver su acertijo:

-"Un prisionero está encerrado en una celda que tiene dos puertas, una conduce a la muerte y la otra a la libertad. Cada puerta está custodiada por un vigilante, el prisionero sabe que uno de ellos siempre dice la verdad, y el otro siempre miente. Para elegir la puerta por la que pasara solo puede hacer una pregunta a uno solo de los vigilantes ¿Cómo puede salvarse?"

Al escuchar el acertijo, me puse a pensar, empecé a indagar en mi mente, me surgieron varias ideas, pero todas tan improbables como las otras, miré de nuevo a mis compañeros, entre ellos divisé de nuevo a Demona y la vi pensando, entonces seguí pensando de igual modo también yo.

Estaba despierta pero todavía no había levantado de la cama, el sueño seguía conmigo pero tampoco podía cerrar ya los ojos, entonces escuche que una de las jefas llamó, automáticamente me levanté de un salto y me di un baño fugaz, era la primera que se había levantado, eso me daba un poco de ventaja, luego de salir del baño, me vestí rápidamente, me puse mi túnica negra y una insignia de los dragones de lancashire, para poder diferenciarnos de las demás casas.

antes de ir al salón común, desperté a todas las chicas de la habitación:

-Chicaaaas! despierten! llegó el gran día, hoy dará comienzo el torneo!-dije gritando, luego de soltar una carcajada, bajé rápidamente al salón común donde estaba esperando el nuevo prefecto.

-Listo, ya estoy, las demás vendrán enseguida.

No tuvimos que esperar mucho, los demás llegaron en un par de minutos, luego el prefecto nos guió hasta el gran salón, fuimos la primera casa en llegar, bueno, ya estaban los jefes de todas las casas, pero entre los alumnos, fuimos los primeros, el salón estaba muy bien ambientado, yo estaba muy emocionada porque sería la primera vez que competía en este torneo.

En fin, nos acercamos hasta la mesa que nos correspondía y tomamos asiento para esperar diera comienzo el gran torneo.

hola!! soy Ania, en on y off rol, paso recien porque recien(valga la redundancia) me llegó el mp no sabía que ya empezaron las clases, pero bueno, espero poder cursarla igual (por favor si? )

paso a dejar la "tarea" Bueno, como había dicho, mi pj, es Ania Evans Weasley, adoptiva de la familia Evans McGonagall y sanguínea de la Weasley.

Ania es una joven maga de 18 años (lo cumplió hace poco pero no se preocupen, no hubo fiesta por eso no les llegó la invitación), ella siempre anda sonriente, es amable y carismática, pero tambien un poco masoquista cuando quiere serlo, es abierta a los demás, le gusta hacer nuevos amigos y esta intentando algo con Vladimir (una cita apenas ).

Y off rol, pues mi nombre es Ania Noemi Cardozo, soy de Paraguay, del interior, tengo 18 años, estoy cursando el último año del cole y luego espero seguir medicina y especializarme en forence me gusta leer, escribir, cantar, escuchar música y claro! nabegar por la web

bueno, sin más, les dejo mi msn anianoemi012@hotmail.com

-Veinte galeones, con desayuno incluído-respondió la joven. Era un buen precio, me gustaba la idea.

Asentí con la cabeza y luego sentí que alguien me jalaba de mi blusa, miré hacía bajo y una elfina me habló:

-Eh, Lucy te llevará a tu habitación, ¿de acuerdo?-preguntó.

-Claro, vamos-dije con la mejor sonrisa que me podía salir, no era gran cosa, estaba mal ese día así que no creo que se haya convencido del todo.

Caminamos hasta llegar a las escaleras y subimos hasta el último piso, donde al final de un pasillo rustico no muy largo, estaba una puerta de madera tallada y barnizada, llegamos hasta ella, y la elfina abrió con delicadeza dejando ver la claridad de la habitación, era hermosa, entré lentamente, una vez adentro, la elfina se retiró.

-Si desea algo, no dude en llamar, yo acudiré a su llamado de inmediato.-dijo antes de retirarse de la habitación.

-Claro, gracias!-agradecí terminando con una mínima sonrisa.

La elfina desapareció y cerré la puerta y apagué la luz, la habitación no quedó totalmente a oscuras, la luna que brillaba en su máximo esplendor la iluminaban un poco.

Luego le di la espalda a la puerta y me dejé caer al suelo lentamente hasta quedar sentada, estaba recostada por ella, mi cabeza entre mis rodillas, mis lagrimas estaban empezando a brotar nuevamente, me quedé en esa posición unos minutos, luego me levanté del suelo con los ojos llorosos, rojos y un poco hinchados, estaba empezando a odiarme por no poder controlar mis lágrimas.

Miré la cama, estaba impecable, las sabanas blancas, las almohadas del mismo color, se veían esponjosas, todo muy bello y relajante solo al mirarlos, caminé lentamente hasta la ventana de cristales transparentes, pude ver el lago del que me había hablado la joven que me atendió, el paisaje era hermoso, la luz de la luna y las estrellas hacían con éste el paisaje perfecto, la vista era muy agradable desde ahí.

Mis lagrimas siguieron cayendo por mis mejillas, tras cada lágrima derramada, iba aumentando mi dolor, y mi odio hacía mí misma por no saber porque me sentía de esa manera, si tan solo supiera que me estaba sucediendo, trataría de buscar una solución, pero no, yo no sabía, me sentía bacía, sola, extrañaba a mi familia, pero tampoco quería saber nada de nadie, apreté mis manos en un puño lo más fuerte que podía haciendo que mi sangre deje de circular en ellas.

Luego me tiré a la cama, sentía que el dolor me debilitaba lentamente, sentía que la rabia me consumía, sentía que todo el mundo se me venía encima, estaba triste, vacía, mal...y lo peor...no tenia ni la menos idea de porque me sentía así, lo único que quería era estar sola, y llorar, lorar no me resultaba muy dificil, me salía como por instinto<<Ania eres tan odiosa...>>esa frase me retumbaba en mi mente, haciendo crecer esa mezcla de rencor, dolor y confusión.

Siempre disfrutaba de las noches estrelladas, pero ahora ni eso me consolaba, ni la música, me levanté nuevamente de la cama, la deje un poco humeda por mis lagrimas.

me fuí al baño a lavarme la cara pero luego me di una ducha, me miré al espejo y vi que mis ojos estaban más hinchados que nunca-genial...-dije con tono de fastidio y luego me vestí con lo primero que escontré y me acerqué de nuevo a la puerta de la habitación, la volví a abrir y salí con intención de ir al lago, no sabia el camino exacto, pero yo salí a caminar un poco.