Ania Evans Weasley

No tardamos mucho esperando a los demás, una ves que todos estuviéramos, o la mayoría, nos quedamos a organizarnos, pero mientras los demás platicaban, vi que una bruja entraba al bar que se encontraba en frente de nosotros, el mentor y unos cuantos, ya habían entrado en el lugar y yo me quede con algunos afuera, pero al ver que la bruja entró, se me erizó la piel ya que la había reconocido<<es ella, es la famosa "Varita loca">>pensé de inmediato fijándome de nuevo en uno de los volantes pegados por todo el lugar y serciorandome de que era quien pensaba realmente.

Empuñe con fuerza mi varita y corrí tras ella, entré de repente a ese lugar haciendo que las puertas hagan un fuerte ruido que hizo un eco ya que el lugar estaba en silencio por la presencia de la bruja.

-27...-decía ella cuando yo sin pensarlo dos veces la apunté con mi varita y le lancé el primer hechizo que se me vino en la mente.

-Incárcerus-tres gruesas cuerdas salieron de mi varita dirigiéndose hacía ella, las cuales si llegaran hasta ella, una, la ataría de las manos, las sujetarían por detrás imposibilitandole apuntar con su varita, otra de las cuerdas la tomaría de sus pies, juntando sus tobillos haciendo de esta forma, que pierda el equilibrio y cayera, la última de las cuerdas se enroscaría por su cuello casi asfixiandola, de éste modo no podría decir ningún hechizo.

<<Embrujo punzante>>pensé luego de ver cómo las tres cuerdas se abrían paso hacía ella y todavía apuntando en su dirección, un rayo salió de la punta de mi varita, el cual si llegaba a darle, la dejaría con el rostro totalmente des configurado y un dolor agudo en el mismo.

Quinta planta, heridos y resurrección de neutrales (Rol de Entrada)

Mi cuerpo apareció en una de las tantas camillas de un pasillo en el Hospital de San Mungo, en la quinta planta claro, pero soñaba con el día en que mi cuerpo apareciera en el piso de resurrección de aurores, así es, quería ser una odefa, servir a mi bando con mi vida, así como mi madre y mis demás familiares, a ecepción de algunos claro, que lastimosamente escogieron el bando contrario, pero como suelo decir..."cada uno tiene su gusto y donde se siente mejor"

Mi fantasma seguía observando a mi cuerpo inerte sobre las sabanas blancas de la camilla, esperando que alguien tuviera la amabilidad de resucitarme, por suerte no estaba en muy mal estado, las heridas eran muy leves casi in notables, por lo que supuse que sería algo rápido.

Mi cuerpo se había desvanecido nuevamente, mientras me encontraba allí en aquel lugar tan sucio y oscuro sentí un leve cosquilleo que recorrió todo mi cuerpo, lo cual solo significaba una cosa y lo pude ver.

Éste comenzó a desaparecer de aquel lugar gracias al sortilegio que envolvía a mi celda lo que haría que mi cuerpo fuese a parar a una camilla en San Mungo. Mi fantasma hacía fiesta silenciosa observando como poco a poco mi cuerpo iba desapareciendo de aquel mugriento lugar donde tal vez no seria la ultima vez que estaríamos él y yo, danzaba en regocijo, traspasaba las paredes hasta que mi cuerpo desapareció por completo y mi alma con él.

-Ania, no hay tiempo…-fueron las únicas palabras que alcance a escuchar de la boca de la profesora Addison luego de un-¡Ania corre!- desesperado de Irina mientras dejaba ganarme por la inutilidad corporal y no poder moverme, y sentía cómo trataban de llevarme a empujones y jalones hasta el sótano.

Cuando por fin pude poseer de nuevo el control de mi cuerpo en cuestión de segundos pero con la loba encima de nosotros, corrí detrás de mis compañeros y llegamos hasta el oscuro lugar donde habíamos despertado. Busqué a la profesora que se suponía estaba corriendo con nosotros.

Cuando estábamos en el sótano con la puerta cerrada y a media luz, quería preguntarle de nuevo por mi madre ya que su respuesta, para mi suerte, no había sido la que esperaba, pero tampoco me había aliviado, no me dijo donde estaba, cómo se encontraba, no podía calmarme con un…”no hay tiempo”. Estaba con un nudo en la garganta constante y el corazón en la mano que me impedía evitar soltar de vez en cuando un puñado de lágrimas llenas de angustia y miedo.

Pregunté a los que se encontraban cerca de mí si no habían visto a la mentora pero nadie supo darme un sí como respuesta. Estaba a punto de romperme en lágrimas de nuevo cuando unas almas entraron por la misma puerta por donde yo había salido vuelto a entrar. Sus caras me parecían conocidas pero a la vez sentía rencor al mirarlos, una voz empezó a hablarme en mi mente <<son ellos>>fueron las primeras palabras que me confundieron un poco<<son los causantes de todo esto, debes matarlos o ellos te matarán a ti y a todos>>negué rotundamente con la cabeza pensando en que si mataba a alguien me pesaría la conciencia de por vida, aunque éstos que se encontraban en frente nuestro eran ya muertos<<¡Mataron a tu madre Ania!>>la última frase hizo que cerrara fuertemente los ojos, una lágrima más se desprendía de mi alma suplicando venganza. Las voces, frases que sonaban como un eco en mi cabeza hacían que poco a poco me llenara de odio y sed de venganza. Nunca había experimentado ese sentimiento en mi corta vida.

Empuñe con fuerza mi varita mientras veía a los fantasmas abrirse paso hacía nosotros, eso parecían, fantasmas, almas en pena que como yo buscaban venganza, pero venganza ¿porque?, eso no me importaba en ese momento, tenía la certeza de que mi madre había muerto, ya que no la había visto entre nosotros ni con la profesora Evanik, y los únicos a quienes podía culpar de mi tragedia estaban en frente mío.

Teniendo mi varita en mis manos me sentía poderosa, podría matarlos allí mismo, pero sería muy fácil y no sentirían ni la mitad del dolor que yo sentía en ese momento, sentía el alma desgarrada pero el corazón me invitaba, casi exigiéndome, a seguir…

Cuando estaba a punto de decir uno de los hechizos que me sabia, entre murmullos, rayos que empezaban a salir de las varitas, gritos de mis compañeros a los cuales no prestaba atención porque las voces en mi cabeza me retumbaban sin piedad alguna y el dolor en mi alma por la terrible perdida de mi madre y no contar siquiera con la compañía de la otra mentora, las luces se apagaron dejándonos de nuevo en una espesa oscuridad en donde ni las yemas de los dedos se podían ver, paso todo muy rápido, en un segundo la oscuridad y el silencio volvieron a reinar triunfantes, en el otro segundo, justo cuando terminé de decir-Lumos-ya las luces volvieron, el extremo de mi varita se prendió en vano, por lo tanto la volví a apagarla-Nox-dije con el poco fastidio que podía hacer notar.

Todo había cambiado de lugar y el silencio seguía reinando, me encontraba sola, sin ningún compañero cerca, ni aquellas almas que al mirar me producían odio y entre él lastima. Sola, en medio de dos paredes de concreto macizo al parecer ya que ni las murmuraciones se escuchaban, a mitad de un interminable pasillo que en los extremos no tenía nada más que pasillos y más paredes de concreto.

No sabía si correr o caminar, después de todo si hacia cualquiera de las dos cosas daba igual, estaba sola, no me amenazaba un lobo, un alma en pena ni objetos que volaban con fuerza hacía mí, no sabía hacía dónde ir, estaba perdida en lo que parecía ser un laberinto de concreto.

Me senté en el suelo duro y frío y me recosté por la pared, llorar ya no me consolaba, no era una salida en éste caso, gritar tal vez me ayudaría o tal vez empeoraría las cosas, no quise arriesgarme más, aparte me sentía cansada en cuerpo y alma.

Me limite a pensar, me aferraba a los buenos recuerdos…mi primer día en la familia, los buenos ratos con mi madre, la molestosa pero divertida y loca prima Koa, por fin comprendía por quien salió así de loca: su madre, mi tía Lisa Weasley, una tía como ninguna otra, loca pero severa, amable pero juguetona. Timo, mi eterno amigo, compañero fiel y dispuesto a servirme y hacer realidad mis caprichos como un abuelo, pero con sabios consejos como un verdadero padre. Emi, mi “hijo”, ese osito carismático, juguetón y parlanchín que me había regalado mi madre una tarde, no me lo esperaba en lo absoluto y me daba tanta curiosidad lo que traía en sus manos, luego de darle muchas vueltas al asunto me lo develó, se veía tan tierno en su pequeña jaulita…y pensar que se convirtió tan rápida y fácilmente en un miembro más de mi numerosa familia, en la niña de mis ojos, y también llegué a notar que mi madre lo apreciaba tanto que no le molestaba escuchar su “abu” inocente y pícaro antes de pedirle uno de sus deliciosos chocolates.

En fin, muchos recuerdos vinieron en mi mente en cuestión de segundos, de todos ellos el único que me sirvió para salir de aquel lugar era el de la lista de hechizos que me había aprendido en la clase de duelo básico.

Me levanté de nuevo con más ánimo siguiendo aferrada a mis bellos recuerdos y apuntando a una de las paredes dije: -Confringo-la pared presentó un hoyo en medio pero aun no pasaba al otro lado-Confringo-volví a decir y pude ver el otro pasillo.

Con la varita de eucalipto levantada pase con cuidado el agujero entre los escombros y al llegar al otro lado del mismo, en uno de los extremos del largo pasillo pude divisar una puerta pero en el otro de sus extremos, unos ojos oscuros penetraban los míos-no puede ser-dije en un hilo de voz mientras me hacia pequeña retrocediendo hacia la puerta y apuntando a la feroz loba blanca que al parecer estaba un poco debilitada, pero eso no le impidió seguirme, al contrario, se veía furiosa.

Un espeluznante aullido seguido de un temible gruñido de aquel animal hizo que corriera con todas mis fuerzas hasta llegar a la puerta, que para mi suerte no estaba llaveada y pude abrirla sin problema alguno y así poder seguir corriendo, al salir del edificio o en ese momento el laberinto, noté que el sol estaba a unos minutos de salir, seguí corriendo hasta llegar a un enorme árbol en el cual me subí con dificultad pero justo a tiempo antes de que la loba pudiera agarrarme de los tobillos con su gran mandíbula, letal para mis facciones y rogué al cielo que ésta se cansara de esperar y baya a buscar su desayuno en otra parte para que yo pudiera volver al edificio en busca de mis amigos, porque en ningún momento se me cruzó por la mente salvarme yo sola y dejarlos morir a ellos.

Off.

Hola!! vine a dejar la tarea, muy obvia la chica no? xD

Y el trámite del examen de vuelo también está hecho n.n saludos!

xD Edito, me olvide de la foto de mi pj xDD

DEPARTAMENTO DE TRANSPORTE MÁGICO (Tarea de Rol Básico. rol de salida)

Luego de que mi hermana me haya estirado de los pelos, jure en mis adentros que me las pagaría y así fue, una vez que tío Dylan nos devolvió la ficha aprobada y nos dijera que nos enviaría un mensaje privado a cada una con las debidas indicaciones para tomar nuestro examen de vuelo. Ya cuando nos encaminábamos hacía los ascensores, saque el chicle que estaba mascando en ese momento y se lo pegué por el cabello, escondí mi carcajada ya que no se daba cuenta de lo ocurrido.

Una vez abajo y dirigiéndonos ya hacía la salida, le puse una sangadilla con mis pies haciendo que se tropezara con ellos, no se cayó porque fue un leve tropiezo, me reí a carcajadas y luego de decirle-te quiero puchu!-entre risas, salí corriendo de ahí esperando que me siguiera.

Luego de que llegue a la ventanilla, llegó mi puchu (Irina) y luego de darle un zape cariñoso y juguetón, el tío Dylan nos pasó las fichas completadas a media para que nosotras las completáramos del todo.

-Hola tío, gracias-dije con los pómulos enrojecidos temiendo que me diga algo por haber zapeado a mi hermana, y agarre la ficha, me fui a completarla al otro lado del salón.

Formulario del examen de vuelo:

 

 

 

Ficha de Identificación Personal:

 

~ Nombre del examinado: Ania Evans Weasley.

~ Enlace a su ficha personal: Ficha personal de Ania Evans Weasley.

~ Persona a la que se avisará en caso de terminar en el Hospital San Mungo: Dylan Kyle Jon Myrddin

 

Consentimiento informado:

 

La escoba es el único objeto legal como medio de transporte que no necesita ser registrado. Es una de las formas de transporte mágico más utilizada y aceptada en Gran Bretaña, aunque es algo cultural. En el pasado, los magos eligieron la escoba como medio para volar por ser discreta, barata y fácil de llevar.

 

Los alumnos de RB de la Academia de Magia y Hechicería que hayan sido mandados al Departamento, deberán recurrir al Consejo Regulador de Escobas para realizar el examen. Con esto se sabrá si el mago o bruja está capacitado para manejar el medio de Transportes.

 

Yo, Dylan Kyle Jon Myrddin, Tío de Ania Evans Myrddin, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que mi sobrina corre al realizar el examen de vuelo y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

 

Dylan Kyle Jon Myrddin.

Una vez que hube terminado de completar la ficha que me había dado mi tío, me acerque nuevamente a la ventana y le pasé de nuevo la ficha y espere a que me lo sellara.

DEPARTAMENTO DE TRANSPORTE MÁGICO (rol de entrada. Tarea de Rol Básico)

Esta vez caminaba por las calles del Callejón Diagón, salí muy temprano de la Academia de Magia para poder llevar a cabo una de las tareas que nos encargaron las profesoras de Rol Básico, tenía que hacerlo, una de ellas es mi madre y sería patético reprobar una clase si eres hija de la profesora.

Una vez que había salido de los terrenos del Callejón y entré a los del Ministerio de Magia, caminé unas cuantas calles más y llegué a la puerta del imponente edificio del mismo, entré con paso tranquilo y me dirigí al elevador, apreté el botón y éste empezó el asenso. Miraba la luz que marcaba el piso en el cual estaba y vi como ésta pasaba de numero a numero hasta llegar al mío, donde se detuvo y las puertas se volvieron a abrir.

Tras mi primer paso fuera del ascensor pude divisar la ventanilla que estaba buscando, caminé tranquila hasta ella y al llegar dije:

-Buenas, me podría dar el formulario que debo llenar para realizar el examen de vuelo, por favor?-concluyendo con una amable sonrisa.

<<Fuego Purpura>>pensé apuntando en dirección a mi compañera ya que no podía hablar porque me había deshidratado por completo y mi garganta suplicaba agua. La llamarada de fuego de color violeta tocó a la joven bruja que se encontraba a siete metros de mi, dejándola inconsciente, aunque sea así, no me daba tanta ventaja ya que al mismo tiempo ella había lanzado un fuego maldito, que por ende me había avasallado, no tuve tiempo de defenderme de tal hechizo entonces, de inmediato apunté hacía mi con mi varita de eucalipto y pensé de nuevo.

<<Episkey>>mis heridas sanaron por completo al instante y estuve lista para su siguiente ataque.

Un día más dentro de la academia, desperté con la mitad de mi cuerpo sobre la cama y la otra mitad fuera de ella, a punto de caer de nuevo, no sería la primera vez, ésto se estaba volviendo una tradición para mi, no sé si pasaba por las pesadillas que no me dejaban dormir bien o simplemente no me quedo en la cama mientras duermo pero esto me fastidiaba cada vez más, no era nada agradable despertarse en el suelo duro y frió y mucho menos con un dolor punzante en la cabeza o en cualquier otro lado del cuerpo.

Me levanté, me di una ducha fugaz y bajé al salón común para ver si había alguien, miré la hora en el gran reloj de pared y vi que aun estaba a tiempo para llegar a mi clase de Duelo, tomé una de mis capas y me dirigí al jardín de la academia, ya que mis clases no sería ahí dentro.

Timo sonrió al verme, por mi parte hice lo mismo, ya extrañaba a mi elfo, me acerqué a él rápidamente y le saludé con un beso en cada mejilla.

-Bien Timo, ahora ya sabes donde ir...-dije luego de dicho acto y mi elfo solo asintió y todo se tornó negro.

Al otro instante un calor sofocante nos envolvió y caí de bruces al suelo y mi capa negra se tornó un tanto marrón por el polvo que se pegó por él. Me levanté lo más rápido que pude y sentí como el rubor se presentaba en mis pómulos, miré a Timo fingiendo seriedad y noté que se estaba aguantando la risa al igual que yo.

-Sabes que odio ésto verdad?-empecé la frase seriamente pero la terminé con una risa que se me salió, mi elfo solo rió conmigo y luego se limitó a contestarme.

-Lo sé señorita, pero debe aprender a aparecerse, no imagino cómo serían sus primeras apariciones a este paso, una vez que tenga el permiso para hacerlo claro-termino con una sonrisa.

Reí a carcajadas imaginando lo que sería aparecer sola y luego me alejé de él para llegar a nuestro punto de encuentro que era en frente de un bar en las calles desérticas de aquel poblado. Estaban solo dos personas, las saludé a ambas y esperé a que llegaran los demás.

Seguía emanando el líquido de mi varita y el fuego empezaba a cesar en ese lugar, yo seguía desesperada hasta que una voz familiar hizo que me vuelva a Memi-¡Memi!-gateé lo más rápido que pude hasta ella que estaba por ser consumida por el fuego y luego de que dijera que necesitaba ayuda la curé del mismo modo que curé a mi otra compañera-no te preocupes, todo estará bien-dije en voz alta tratando de tranquilizarla a ella pero en realidad quería tranquilizarme yo, hice unos hechizos con mi varita y pude sanar a Memi por completo, me paré con dificultad y seguí a mis compañeros, las llamas se habían apagado por completo gracias a la ayuda de cada uno, en cambio uno había sucumbido, no podía hacer nada por él ya que no tenía mis pociones conmigo para poder revivirlo y ese no era un buen momento ni lugar donde pudiera experimentar con algún hechizo o hacer alguna otra pócima ya que ni materiales tenía.

De nuevo el silencio reinó en aquel mortífero lugar hasta que Misha volvió a hablar, nos instó a salir del lugar y así lo hicimos, caminamos juntos por los pasillos de lo que parecía ser un viejo hospital abandonado, el escalofrió se intensificó en mi cuando empecé a escuchar llantos desesperantes de niños en mi oído, me estaba volviendo loca, o eso era lo que yo pensaba ya que miré por todos lados y no había siquiera un solo niño en ese lugar. Pero no pasó mucho para que el terror se volviera a apoderar de mi, de las paredes blanquecinas pero de ahora tono amarillentas empezó a emanar un líquido rojo-¿sangre?-dije espantada alzando un poco la voz como si no me pudieran oír y esto se ponía aún más tenebroso, un aullido cortó de nuevo el breve silencio<<genial>>me dije en mis adentros.

Empecé a correr derecho por el pasillo, no sabía dónde nos dirigíamos pero mis compañeros me seguían, al menos ninguno de nosotros se encontraba grave y yo había recuperado mis fuerzas gracias a la adrenalina que corría por mis venas, mi respiración estaba agitada, pero vislumbré una figura unos metros más adelante y detrás de ella una gran puerta cerrada, sentía miedo, pero también me parecía conocida esa figura, no estaba segura pero le parecía a profesora Evanik, decidí acercarme para estar segura pero antes-¡Profe!, ¡Señorita Evanik! ¿Es usted?-grité haciendo que mis gritos retumbaran con un eco en esas abandonadas instalaciones y llegué hasta ella. Como yo, ella tenía la respiración agitada, había corrido también-¿se encuentra bien? Solo estamos cinco aquí, los dem…-fue como si despertara de nuevo, no terminé mi frase, un pensamiento espantoso se cruzó por mi mente y mis ojos se llenaron al instante, no quería preguntar por miedo a la respuesta pero logré articular con voz entrecortada-y…mi, ¿madre?-terminé la frase pero con temor a la respuesta, pedí a Merlín que la respuesta no fuera la que esperaba.

Escuché unos rugidos cerca de nosotros, el susto ya no era palabra para describir lo que sentí, terror tampoco, ¿pánico?, tampoco, cerré mis ojos con fuerza y me volví hacía el lugar de donde vino éste, un lobo blanco se encontraba a unos diez metros de nosotros, nos separaba un largo pasillo, me quedé atónita mirando sus ojos que se clavaron en los míos, empecé a temblar, no tenía control sobre mi cuerpo pero logre decir-corran, un lobo, ¡CORRAN!-mi última palabra fue un grito mientras las primeras solo eran murmuraciones. Mis compañeros volvieron a correr hacía el sótano junto con la mentora y yo con ellos esperando llegar vivos hasta donde habíamos despertado todos.

Off:

Seguía recostada por las duras, frías y escalofriantes paredes de la celda de aquella prisión donde me habían tenido cautiva los mortífagos. Mantenía mis ojos cerrados para olvidar todo lo que había pasado hasta entonces en ese para mi repugnante lugar, imaginaba estar en mi cuarto escuchando mi música tranquilamente cuando escucho unos ruidos a lo lejos, en las afueras de la prisión<<son ellos>>pensé ilusionada y abrí mis ojos al instante.

Una de mis compañeras, Leya, había entrado y había logrado abrir mi celda, me dio una varita, de nuevo pondría en práctica mis conocimientos, mi valor, mi lealtad y mi entrega hacía mi bando, tenía que ser rápida, pensar y actuar con precisión, mis compañeros vinieron a salvarme y tenías que demostrarles que su esfuerzo no era en vano entonces, de inmediato pronuncié-Avis-un puñado de aves sobrevolaban sobre mí para protegerme de cualquier ataque.

Seguía recostada por las duras, frías y escalofriantes paredes de la celda de aquella prisión donde me habían tenido cautiva los mortífagos, pensaba en mi familia, Timo, más que un sirviente era mi amigo y Emi…Mi adorable, peculiar y curioso osito polar que por cierto se adaptaba a todos los climas. Mientras pensaba en mis seres queridos, dejaba volar mis pensamientos recordando los momentos en los que platicaba con mi madre, con mi tía, con mi puchu, con Timo y hasta con el propio Emi.

Mantenía mis ojos cerrados para olvidar todo lo que había pasado hasta entonces en ese para mi repugnante lugar, imaginaba estar en mi cuarto escuchando mi música tranquilamente cuando escucho unos ruidos a lo lejos, en las afueras de la prisión<<son ellos>>pensé ilusionada y abrí mis ojos al instante. Una de mis compañeras había entrado y había logrado abrir mi celda, me dio una varita y de inmediato pronuncié-Avis-un puñado de aves sobrevolaban sobre mi para protegerme de cualquier ataque, lo siguiente que hice fue salir corriendo hasta las afueras de los perímetros de la prisión donde llamé a Timo, éste apareció al instante, de inmediato lo toqué y al otro segundo ya estábamos de nuevo en casa.

Tarea espero que estén bien

Análisis de duelo:

Pandora Strak vs Gomita Haughton Westrong

Pandora Stark: Sectusempra ( Turno 1, acción 1)

(Intenta Impactar en Gomita)

Gomita Haughton Westrong: Protego ( Turno 1, acción 1)

(Absorve el sectusempra)

Pandora Stark: Deprimo (Turno 1, Acción 2)

(intercala)

Gomita Haughton Westrong: Petrificus Totalus (Turno 1, Acción 2 )

(no da en el blanco por efectos del deprimo anterior.)

Pandora Stark: Expelliarmus ( Turno 2, Acción 1)

Gomita Haughton Westrong: Silencius ( Turno 2, Acción 1)

(Silencia el Expelliarmus -Se supone que es Pandora la que lleva las intercalaciones pero termina aceptando el silencius-)

Pandora Stark: Sectusempra ( Turno 2, Acción 2)

(Impacta en Gomita)

Gomita Haughton Westrong: Embrujo punzante ( Turno 2, Acción 2)

(Impacta)

Pandora Stark: Silencius ( Turno 3, acción 1)

(Se supone que para silenciar el embrujo punzante, pero este al no ser verbal, sale)

Gomita Haughton Westrong: Episkey ( Turno 3, acción 1)

(Sana heridas de Sectusempra)

Pandora Stark: Rictusempra ( Turno 3, acción 2)

(No impacta por embrujo punzante)

Gomita Haughton Westrong: Episkey ( Turno 3, acción 2)

(Termina de sanar heridas)

Gomita Haughton Westrong: Desmaius ( Turno 4, Acción 1)

Gomita Haughton Westrong: Expelliarmus ( Turno 4, Acción 2)

Y no había ganador ya que el duelo se abandonó.

-Incar...-fue lo único que pude pronunciar y nada más salió de mi boca durante esa acción, maldije en lo bajo y vi como un rayo volvió a dispararse de nuevo desde la punta de su varita hacía mi, de inmediato articulé-Protego-un escudo absorbió aquel rayo y de alguna manera la calma volvió a mi.

-Morphos-volvi a decir apuntando a una de las lianas haciendo que ésta se convertirse en una araña venenosa, La Phoneutria fera, más conocida como la araña errante, una de las más agresivas. Es grande y el veneno que tiene es de acción casi instantánea, capaz de matar en 15 minutos. Esta se abría paso hacía ella a fin de inyectarle su letal veneno.

La mortífaga siguió insultándome usando el sarcasmo, y ya que sabía que si seguía contestando, ella tampoco se callaría así que me decidí a callar y dejarla hablando sola por más que cada palabra que salía de su boca me producía ira, pero sabía que me molestaba en vano ya que en ese momento ellos tenían las de ganar ante cualquier reacción que haga.

Me limité a callar y mirarla con desprecio tras cada articulación que hacía, luego de que al fin se volvió a callar, se quedó escuchando la conversación entre mi compañero con otro mortífago<<aparte de sarcástica e ignorante es metiche>>pensé al cerrar los ojos y sonreír para mi<<claro es mortífaga, no se puede esperar más>>levante de nuevo la mirada de desprecio hacía la pelinegra y ésta al ver que callé, se retiró de mi celda. Una vez que ésta se diera unos pasos estando fuera dije en un murmuro-espero que vengan pronto, ya no quiero escuchar a gente ignorante que balbucea tonterías-luego cerré mis ojos y apoyé mi cabeza por la pared de piedra fría para poder de esta manera recuperar mis energías.

La mortífaga apuntó unas celdas vacías en frente de la mía y mi vista se posó en ellas y seguí escuchando sus insultos-Envidia?-sonreí de lado mirando los ojos la mortia atraves de la máscara-envidia nos tendrían ustedes por una simple razón-tosí un poco llevando mi mano derecha en la zona de mis costillas y luego seguí-No saben lo que es el amor, la amistad, la familia...-concluí y ella volvió a tomar la palabra.

Negué con la cabeza al escuchar su siguiente frase-no subestimes a un fenixiano, podrán capturarnos pero tarde o temprano volveremos al mundo mágico, y no huyen, solo se defienden como pueden y decentemente, no matando y torturando gente-concluí de nuevo dejandole hablar nuevamente.

Cuando al fin se calló negué de nuevo con la cabeza y una leve sonrisa surcó mis labios-vuelves a equivocarte, si dices que no hay más odefos en el mundo mágico, que pasa con los líderes?, con nosotros los aspirantes? y mira que no soy la única...-concluí y luego contesté a Gaspard que se encontraba al lado de mi celda-si, gracias, no te preocupes...tu estas bien?

El fantasma de Gaspard traspasó las paredes de la celda y pasó a la mía y empezó a besar a mi espectro, unos minutos antes de que una mortífaga entrara ami celda y empezara a curar las heridas de mi cuerpo muerto no sin antes detenerse a observar con detenimiento mi cuerpo sin vida al igual que mi fantasma. Mi espíritu se preguntaba en qué estaría pensando la máscara negra mirando de esa manera el cadáver que se encontraba tendido en el suelo.

Luego de unos segundos, y de haber sanado por completo las heridas de mi cuerpo, vertió una poción en mi boca y mi fantasma sintió que algo lo estiraba de nuevo hacía mi cuerpo haciendo que éste vuelva a la vida mi alma volvió a mi ser y abrí los ojos lentamente y como estaba débil respondí con esfuerzo a los insultos que recibía de la mortífaga.

-Si, lo es, porque dentro de la Orden todos somos como hermanos y somos como una familia enorme, por ello le debo lealtad a cualquiera que sea de mi bando y me sacrificaría por él o ella porque es mi compañero-concluí mientras trataba sentarme en el suelo.

Mi fantasma siguió a mi cuerpo con curiosidad, era la primera vez que iría a Nurmengard, la prisión mortífaga, era escalofriante aquel lugar y aparte mi cuerpo era trasladado nada más y nada menos que por Radamantys, el mismo mortífago con quien tuve mi primer enfrentamiento en uno de los negocios del Callejón Diagón, mi fantasma miró con ira a ese mortífago recordando la última vez que se topó con él y flotando llegó a su destino final.

Llegó hasta donde estaban unas celdas, el fantasma miró en la celda de al lado y encontró el cadáver de Gaspard torturado y desnudo, se sorprendió con tal hecho y rogó que no hagan lo mismo con su cuerpo, luego volvió a la celda donde se encontraba mi cuerpo sin vida y lo contempló esperando a volver en él.

Sonreí viendo cómo la chica caía en el pantano verde, pero aun así estaba alerta a sus movimientos, sabía que ella tampoco sería fácil de derrotar, lo primero era un juego nada más, pero luego pudo ponerse de pie, la sonrisa se borró de mis labios y mi varita seguía apuntando hacía ella rígida y alerta a sus movimientos.

-Protego-pronuncie claramente y el escudo absorbió por completo su rayo, había actuado rápidamente ya que me di cuenta de que había apuntado su varita hacía mi persona-Incárcerus-volví a articular cuando tres gruesas cuerdas ataban a mi oponente en puntos claves. Una en el cuello dificultándole respirar y pronunciar cualquier hechizo, otra en las muñecas juntando sus manos atrás de su espalda, de esa manera no podría apuntar con la varita y la última los tobillos haciendo que la bruja se cayera, de esa manera sería más fácil para mí tener la victoria. Claro si es que mi oponente no haga algo antes.

QUINTA PLANTA HERIDOS Y RESURRECCIÓN DE NEUTRALES. (sanando a Gaspard con la supervisión de Aleera)

Sonreí de nuevo al oír al joven mago, aun no podía hablar mucho ni con claridad pero se entendía lo que lograba articular-esta bien Sammuel, no hace falta que des explicaciones, además estás aun débil así que permiteme hacerte una última curación para poder darte de alta-respondí con amabilidad nuevamente y luego mire a la Jefa en busca de aprobación a mis últimas palabras.

Sujete de nuevo mi varita y susurré en un tono casi inaudible-Ennervate-un rayo salió despedido desde la punta de mi varita hasta darle al mago, de inmediato éste tubo un mejor semblante, ya estaba listo para volver a casa, sonreí una vez más al terminar y volví a hablar para darle unas últimas indicaciones-Estas mejor ahora, pero tu lengua tardara unas horas en crecer del todo, pero no te preocupes que mañana ya podrás hablar con total naturalidad, por ahora ya puedes volver a casa, ten más cuidado y trata de no meterte en problemas Sammuel, no quisiera verte por aquí tan pronto de vuelta-reí tras la última frase.

QUINTA PLANTA HERIDOS Y RESURRECCIÓN DE NEUTRALES. (sanando a Gaspard con la supervisión de Aleera)

La jefa me miró atentamente, yo solo sonreía con amabilidad y luego de un pequeño silencio aceptó que yo atendiese al joven paciente, asentí con la cabeza y me puse los guantes blancos para poder así trabajar más prolijamente.

Luego de dejar escapar un suspiro tomé mi varita y apunte a las heridas del mago, primero las curaría para luego revivirlo-Episkey-dije en un susurro mientras veía como sus heridas fueron curando lentamente-Episkey-volví a decir y las heridas sanaron por completo, sonreí satisfecha, luego miré el rostro del paciente y empecé a examinarlo.

Abri sus ojos con mi dedo pulgar y vi que estaban normal, al menos no había rebentado ninguna vena, revise sus oidos y estos tambien estaban intactos, revise su boca y tenía todos los dientes puestos pero negue levemente con la cabeza al darme cuenta de que no tenía lengua, se la habian arrancado por completo. Tomé un bol de vidrio que tenía en un armario y luego mezclé dos pociones haciendo una que haga crecer los músculos.

El liquido era de un color verde musgo se suponía que debía ser agrio y como el paciente debía tragarlo primero lo tenía que revivir, por esa razón tomé otras pósimas y volví a mezclarlas entre si para poder crear una que pudiera revivirlo, esta pocion no tenía savor alguno pero tenía un color rojo. Abriendo nuevamente la voca del paciente deje caer unas cuantas gotas de aquel liquido rojo y espere unos segundos para que él despertara.

Fue abriendo los ojos lentamente y sonreí satisfecha de nuevo-Buenas, no te esfuerces en hablar, solo bebe este líquido-dije luego de que le ayudara a sentarse y le pasara el pequeño vaso transparente con un poco de la poción verde musgo.

-No sabe nada bien, pero ayudara a que vuelvas a hablar normalmente-dije con amabilidad esperando a que terminara de beberla.

Quinta planta Heridos y Resurrección de Neutrales.

Seguía sentada en una de las tantas camillas del hospital al lado de mi compañera, hablábamos amenamente hasta que la delicada alarma que avisaba que un paciente había llegado sonó, de inmediato tomé mi bata blanca y caminé hacía el ascensor, antes de llegar a él divisé la figura de un cuerpo tendido en una de las camillas, rápidamente llegué hasta él y lo acomodé con delicadeza. Una voz familiar hizo que me volviera hacía ella, era Aleera, la jefa de la planta donde yo trabajaba, me dijo que llevara el cuerpo a la sala de emergencias, lo cual hice de inmediato.

Empuje la camilla hasta la sala y una vez estando ahí me ofrecí a atender el cuerpo, ya que éste se veía muy mal y sin vida<<Mortífagos>>pensé con rabia, pero luego me calme y me limité a hablar.

-Me permite atender a este paciente? quisiera intentarlo-dije educadamente y espere su respuesta.

Quinta Planta Heridos y Resurrección de Neutrales

Estaba aburrida, sentada en una camilla de los pasillos del hospital, viendo como cada paciente y con ellos sus respectivos sanadores, entraban y salían en las diferentes plantas, podía verlo por como el ascensor estaba constantemente activo, pero hasta ahora ninguno en mi área de trabajo, en un determinado momento me levanté de la camilla y empece a caminar.

Llegué hasta donde acababa uno de los pasillos y di vuelta hacía la derecha, seguí caminando y llegue hasta la sala de esperas donde encontré a una de mis compañeras (Lili) me acerqué a ella y luego me limite a saludarla.

-Hola Lili, tu también aburrida?-reí un poco-últimamente los neutrales tienen una suerte de locos!-dije bromeando antes de soltar de nuevo una carcajada.

Me quité la bata blanca quedandome con la remera blanca que tenía debajo y mis pantalones del mismo tono y me senté con ella-en que pensabas?-pregunté y luego la dejé hablar.

LLegué hasta mi padre, pero me topé con una grata sorpresa, era la profesora Pandora una de las tantas, pero tambien tenía conocimiento de que es una de los líderes de la triada, la miré emocionada y luego del típico rubor en mi rostro contesté a mi padre.

-No papi, como crees, yo soy un angel(?-dije ironicamente-estaba dirigiendome a la casa de los dragones cuando te ví perderte en los pasillos-termine con una sonrisa para luego abrazarlo cálidamente.

Despues de ésto el joven mago se presentó y yo solo asentí con la cabeza para luego sorprenderme con otra grata sorpresa, era Irina, mi hermana! corrí a abrazarla y despues de escuchar su típica presentación agregué algo más-de hecho puchu, soy la única persona que te llama puchu, y la única con permiso para eso-terminé mirando a los presentes.

-Claro Pandora!-dije amablemente y empece a buscar las cosas en la mochila.

Saque unas cobijas, madera seca y aparte unos pequeños trozos de rollos especiales para sentarse encima alrededor de la fogata que empezarían a hacer.

Me dirigía a la casa de los dragones, caminaba por los pasillos y creí ver a mi padre Lestat girar en una "esquina", fruncí el ceño y corrí para alcanzarlo pero al llegar a donde lo vi ya no estaba, era uno de los pasillos que yo no había recorrido aun, incline la cabeza hacia mi costado derecho y luego de encogerme de hombros seguí derecho hasta visualizar a un mago atraves de un fantasma en frente de una puerta (Hermes), fruncí de nuevo el ceño y me acerqué a él.

-quieres pasar?-preguntó el espectro.

-Así es, con permiso-dije al tratar de dar un paso pero antes de que pueda darlo, el transparente volvió a hablar.

-muy lista no? la contraseña-dijo con un aire de superioridad, puse los ojos en blanco respondi.

-Pachanga constante-el fantasma se hizo a un lado y seguí caminando hasta el mago peli-largo.

-hola? puedo ayudarlo en algo?-pregunté antes de que mis ojos vieran de nuevo a mi padre-papá?-murmuré-estas siguiendo al mago-dije nuevamente dirigiéndome al de ojos rojos.