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Arya Macnair

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Mensajes publicados por Arya Macnair

  1. Ya, soy una niña muy boba :cry: Acabo de hacer el primer post en el duelo, y realmente quería dejarlo bello para que se lograra entrar en ambiente con mi compañero, Groter. Es algo bastante tonto, pero quería poner por arriba una imagen del sitio donde se realizaría la clase, y lo olvide.

    Pido permiso para editar, sino, no importa *.*

  2. http://i757.photobucket.com/albums/xx218/Macarena_Macedonio/isla2_zps202be09e.jpg

     

     

     

    Un nuevo duelo se deparaba entre la joven Lockhart y uno de sus compañeros para dar por casi finalizada su experiencia Académica, en esa ocasión, se le había ofrecido, por ser la dama en cuestión, escog*r el lugar de encuentro. Lo pensó por varios días, hasta darse por decidida y avisar a los correspondientes profesores, y por supuesto su compañero de duelo Groter, y solo tuvo que esperar al día acordado.

     

    El sitio era una pequeña isla, con escasa vegetación, por lo tanto, era casi posible abarcar con la mirada todo el lugar, hasta donde el agua clara y rebelde daba final a la tibia arena. Unas cuantas palmeras daban sombra, con unos cuantos cocos pendiendo de ellas, serían unas cinco aproximadamente, el suelo, hirviendo bajo sus pies estaba repleto de caracoles marinos, cangrejos, piedras de distintos colores y algas atraídas por las olas, este era de una arena blanca y fina, muy suave al tacto.

     

    Se podía oír el ruido de los animales marinos, y de las aves por igual, era un lugar tranquilo, para despejar la mente al momento del duelo, Arya sabía que aquel día haría un calor insoportable, así que bajo su fina túnica color perla llevaba un fino vestido de gaza pegado al cuerpo por el sudor, sus pies estaban desnudos, y se enterraban en la arena con cada paso que daba, llevaba su cabello recog*do en una alta cola de caballo para que no molestara en sus movimientos. El cielo se encontraba despejado, y se podía apreciar una que otra nube blanca, casi esfumándose, era un día perfecto, la muchacha esperó pacientemente a su compañero, mientras se decía a si misma - Esta vez, no te dejes convencer - en su duelo anterior, había sido muy indulgente con su compañero, por el afecto que le profesaba.

     

    Una figura oscura se divisó a lo lejos, al ser una zona muy despejada, era imposible no verle llegar, era Groter, - Buenas tardes querido compañero - aun no se atrevía a decirle amigo, puesto que no habían entablado una conversación jamás; unos cinco metros los separaban, estaban extremadamente cerca, pero era la intención.

     

    Sin perder tiempo alguno, Arya extendió su varita de Nogal Negro, haciendo estremecer toda su fina túnica, que amenazo con caer, cosa casi imposible, y pronunció con voz firme - Incarcerus - efectivamente, tres gruesas cuerdas salieron despedidas del extremo opuesto de su arma en dirección al muchacho, una de ellas iba fuertemente dirigida a sus piernas, y provocaría que este cayera de bruces al piso, una segunda cuerda ataría sus manos impidiendo que atacara desde donde estaba, y una tercera se enrollaría en su cuello cortando su respiración, pero sin asfixiarlo, no era su intención matarlo.

  3. Era una imagen muy dulce aquella que presenciaba, - Encantada de conocerte Ángel, Soy Arya - inquirió volviendo la mirada hacia la joven que secaba algunos trastos, al parecer el joven no se había percatado de su presencia, - Pues te felicito - dijo refiriéndose al vientre de la joven, a pesar de sus 21 años, si algo deseaba con ansias en el mundo, algún día, era estar en aquella hermosa situación.

     

    Su estomago rugía, y no había forma de acallarlo, eso le daba algo de vergüenza, así que en un intento por ocultar el horrible rugido, contestó la oportuna pregunta de la muchacha, - Pertenezco a la Familia Lockhart - el tono en su voz denotaba orgullo, y así se sentía; intentó pensar en algo más, pero los niños en camino la entusiasmaban de verdad, - ¿ Y ya sabes que será ? - prosiguió apoyando su mano en el mostrador como queriendo tocar el llamativo vientre, pero eso no era correcto, así que solo cerró su puño sobre el lugar.

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  4. Bueno, primero que nada Gracias por la Bienvenida, espero que logremos algo genial de esta clase, como lo fueron para mi las dos anteriores, tengo grandes compañeros lo se, los adoro, y al parecer Grandes nuevos profesores LoveyouMamiBonis También espero cumplir con las espectativas y demás.

     

    Tío!, aprovecho para felicitarte por tu graduación!, me alegro de que la secundaria no te ganase, y esto que viene será lo mejor, te lo digo por experiencia, aunque la uni te asesina el cerebro u-u.

     

    Como para no perder el hilo, Mi nombre es Macarena, tengo 19 años, soy de Argentina, y estudiaba en la uni pero deje, y retomaré algo bello en un año o menos, Veterinaria. En cuanto a mi personaje, no somos muy distintas, creo que en casi nada, somos poco sociables, nos dificulta hacer amistades, pero cuando las hacemos son muy duraderas, somos introvertidas, y en ocaciones todo lo contrario, es que porto el signo Geminis jaja.

    Buena semana para todos :*

     

    Nombre: Annya

     

    Apellido: Byrds

    Edad: 19 años

    Descripción física:

    Annya es una joven de 1,70 aproximadamente de estatura, su cabello es color negro azabache y sus ojos azules contrastan con este al igual que con su blanca piel. tiene curvas lo suficientemente pronunciadas como para llamar la atención, pero no alardea por ello, tiene largas pestañas negras, y unos finos labios algo pálidos; normalmente viste vaqueros de diversos colores, con botas hasta los gemelos de sus piernas, con camisas de gaza o raso la mayor parte del tiempo negras, no acostumbra a utilizar joyería, salvo un fino anillo que lleva en el dedo anular con una inscripción grabada en el dorso.

    Lugar dentro del sueño:

    Annya se queda dormida en su departamento en el centro de la ciudad, el 24 de Diciembre casi a la media noche; al despertar, se haya en bosque que no conoce, algo confundida y asustada, se levanta del suelo donde estaba recostada y quitándose la hierba de la ropa comienza a correr en dirección incierta, a pocos metros de donde estaba encontró una pequeña y aparentemente abandonada cabaña en medio de un claro, dispuesta a pedir ayuda, se acerca a la puerta.

    La puerta frente a ella de roble tallado se abre frente a ella, cuando siquiera la había tocado aun, aviso su entrada a cualquier habitante con una voz firme que escondía lo asustada que se encontraba, dentro solo había una mesa y una puerta, en la primera había un papel algo amarillento con una escritura en tinta, "Tienes hasta las doce de la medianoche de noche buena, para encontrar a tus amigos y recordar que existe el espíritu de la navidad y lo que significa para ti. Si no lo logras, tanto tú como ellos, vivirán eternamente en el sueño." Annya pensó en sus queridos amigos, ¿estarían pasando lo mismo que ella?, algo curiosa, guardo la nota en su bolsillo y se dirigió hacia la puerta tras la mesa.

    Esperaba encontrar una habitación, igual de descuidada que el resto de la habitación, pero fue algo muy diferente, tanto así, que logro hacerla llorar. Aquel lugar, era su casa, o lo había sido, años atrás, cuando tan solo era una niña ingenua; armaba el árbol de navidad con su madre, mientras su padre tomaba fotografías e intentaba ocultar sus regalos, " Ya veras que este año Santa te compensará por lo buena que has sido" le decía, y así lo hizo, pero al parecer para Santa había sido una niña muy mala, ya que a la madrugada de aquella noche de navidad, su casa de vio envuelta en llamas por unas luces en mal funcionamiento, la pobre niña logro salir con vida gracias a sus padres, pero instantes antes de que ellos lo lograran la casa explotó, desde aquel día, Annya odiaba la navidad, y ese recuerdo le nublaba el alma, solo podía pensar, como encontraría a sus amigos.

     

  5. Primero que nada, Gracias por la bienvenida, & Hola compañeros

     

    Bueno, comento que estuve a punto de perder el primer día en esta clase, pues no sabía que yo estaba en ella u-u soy muy despistada, y solo por curiosidad entre, y puff Oh mi nombre esta aquí!, jaja.

     

    Bueno, esa es una de mis cualidades, Me llamo Macarena, soy de Argentina, más preciso de la ciudad de Mar del Plata - Buenos Aires - tengo 19 años, y deje la universidad hace unos cuatro meses, realmente no era lo que quería seguir - Historia - entonces ahora, solo me dedico a trabajar para irme a 200 Km de mi hogar a estudiar Medicina Veterinaria :love: - Eso realmente me gusta - .En fin, trabajo con mis abuelos, y con mi padre, tengo una hermana menor y un Gato La única que me quiere , soy una niña muy mimada, jaja, siendo la mayor aun no se porque me miman tanto :blush: .

     

    Hace, hoy, exactamente un mes, tuve un accidente de transito, y aquí en el foro me dieron mucho apoyo :love: , llegué a querer mucho a las personas que conocí, me sienta muy bien estar en HL, pues mi mayor pasión es escribir, tengo tres novelas sin terminar, soy muy floja a veces por falta de inspiración, entonces, amé encontrar el foro, y todos han sido muy bonitos conmigo.

     

    Dejando a mi yo de lado, les contaré alguito de mi personaje:

    Su nombre es Arya Lockhart, pertenece a esta familia, y es adoptiva de la Stark, sus padres son Vladimir Alexae & Athena Rovás, tiene 21 años y es simplemente una bruja ordinaria, sin nada raro que aparentar, es bastante solitaria, y le cuesta hacer amigos, aunque llegó a ser muy cercana de Emmet, lo quiere casi como a un hermano :love: .

     

    Le gustan mucho las bibliotecas, y el Té, es valiente, pero tiene una personalidad que le juega muy en contra, en ocasiones algo precipitadas, puede llegar a comportarse como una niña asustada, y si algo realmente logra asustarla, se petrifica por completo, pero con esa misma rapidez su mente se transforma y de repente es una joven fría y calculadora, sin sentimientos aparentes, y con muchos a la vez, que no dudaría en dar su vida por la gente que quiere.

     

    Es de lagrima fácil - Igual que yo- y ante situaciones de mucha presión su primera reacción, es llorar, ya sea de rabia o de tristeza, es su mejor forma de expresión. Suele enojarse con facilidad, y no es una persona arrebatada, estudia a su contrincante y en el momento justo lo golpeará donde más le duele.

     

    En fin, es pelirroja, con la piel extremadamente blanca, si no fuera porque su sangre es caliente, alguien la podría confundir con un vampiro, tiene el cuerpo cubierto de pecas, no al extremo pero las tiene, sus ojos son azules y es de estatura mediana. Esas especificaciones físicas, las comparte conmigo, salvo porque yo soy castaña rojiza y no colorada verdaderamente.

     

    Les dejo mis cariños a mis compañeros :love: - Hola Tío Takeshi, aquí también podré hostigarte-

  6. Aquella noche había sido muy mala para Arya, el día anterior había querido llevar a su elfo, Tholav, a dar un paseo, y la lluvia los había encontrado desprevenidos, creyó, incrédula, que una llovizna en un cálido día como aquel no haría daño a nadie, pero se equivocó, y para el día siguiente, ya presentaba síntomas de un fuerte resfriado.

     

    En medio de horribles pesadillas un estruendo la hizo despertar, eran casi las ocho de la noche, pero debía estar en cama si no quería que su padre la regañara, - ¿Qué fue eso? - dijo entre penumbras, el silencio invadía cada recoveco de su habitación, y en un extremo Phebs, su lechuza moteada, chirreaba inquieta en su sostén. Se levantó de la cama tosiendo y con la voz ronca abrió la ventana para dar paso a una nueva lechuza, esta se posó en la mesa que estaba dentro de la habitación tras Arya, y dejo sobre esta una carta con el sello de la Academia, la joven dudo un instante, aquellas aves le fascinaban, pero no se atrevería a tocarla, no la conocía, así que solo se limitó a darle unas cuentas semillas pertenecientes a Phebs.

     

    Sentada en su cama volvió a taparse con todas sus mantas y se proponía a abrir el sobre, la lechuza terminó tranquila sus semillas y salió volando fugazmente por la ventana por donde había entrado, la pelirroja levantó la vista, y con un movimiento de varita, la cual había sacado de bajo su almohada la cerró. Rompió lentamente la cera de vela que sellaba el papel y extrajo la carta que decía lo siguiente,

     

    Estimado: Arya Lockhart

     

    Se le comunica que podrá asistir a su nueva clase de Bando y Perfil en la academia de Magia y Hechicería. El punto de encuentro será fuera de dicha institución, por lo que le enviamos junto a esta carta un anillo que servirá de trasladador llegadas las 9:00 am de mañana, día 10.

    Le aconsejamos que lleve el anillo puesto desde antes, no sea que no logre tomar el trasladador a tiempo.

    Un cordial saludo.

    Atte: Mónica Malfoy Haughton y Elvis Gryffindor

     

     

    Suspiró un instante, y cerró los ojos para adentrarse en un profundo sueño, al día siguiente tendría mucho por hacer, y en esa ocasión deseaba desayunar antes de salir de casa, y prepararse bien, para dar una buena impresión, en sus anteriores cursos había optado por la ropa deportiva, y la idea volvía a su mente, pero la boto rápidamente, en aquella oportunidad, sería una joven femenina.

     

    Nuevamente llegaría tarde, se había quedado dormida, y arruinaría su primer día de curso, además tenían muchas ganas de ver a sus compañeros, - Rápido, Rápido, Tholav, ayúdame - daba ordenes a diestra y siniestra, y su pequeño amigo corría por todo su armario buscando la indumentaria. Caminaba muy aprisa en dirección a la parte delantera de la Academia, sus piernas le dolían por el esfuerzo, aun le quedaban unos minutos, y al llegar frente a la gran entrada, metió su mano en el bolsillo de su vestimenta y sacó una delicada sortija, la cual, al tomar contacto con su dedo anular la trasportó frenéticamente a un lugar incierto.

     

    Trastabillo por un instante pero sin llegar a caer, aliso su ropa y comprobó que estaba junto a todos sus compañeros del curso anterior, ante ellos, un vagón se había detenido con un chirrido horrendo, al abrir sus puertas, dejo expuestas a dos figuras, una femenina y otra masculina, Arya no comprendía exactamente quienes eran, pero siguió al grupo que se adentraba en el aparatejo Muggle.

     

    Percatándose de que a su lado había un perfecto espejo de cuerpo entero, decidió darle una rápida ojeada a su vestimenta, un ligero vestido color azul con algunos destellos en el movimiento y un lazo blanco a la cintura, no era fanática de los tacones, así que simplemente eligió unas zapatillas de vestir color negro, y ató su cabello en una alta cola de caballo con una cinta haciendo juego, a pesar de estar atado, la pelirroja cabellera le llegada casi a la cintura.

     

    Sus escasas curvas se lucían perfectamente con aquel vestido, era una joven de medianas caderas, igual que de busto, y eso no le molestaba en lo absoluto, sus largas piernas no demostraban en lo absoluto su verdadera altura, la cual rozaba el metro 65, sus enormes ojos azules, levemente delineados de negro se posaron en la sortija que rezaba en su mano, esta era de un perfecto color dorado, algo que no comprendía, puesto que al sacarla del sobre, la misma era negra.

     

    Sonrío a la joven del espejo, y esta le devolvió la sonrisa, al tiempo en que escuchaba las presentaciones de sus profesores y las preguntas de los mismo. Llegado su turno de hablar, aclaró su garganta y dijo - Mi nombre es Arya Lockhart, soy hija de Vladimir Alexae y de Athena Rouvás, tengo grandes aspiraciones a ser una gran bruja, y eso es lo que espero de esta clase, que me forme como es debido, y quien sabe, quizás en algún momento, me encuentre en su lugar - sonrió mirando a sus profesores y dio un paso hacia atrás.

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  7. Sexta Planta ~ Oficina de Paú Gryffindor

     

    Escuchó los gritos desde el Box donde estaba con Athena, pero aun no recocía la voz, - ¿ Quién es ? - preguntó sorbiendo un poco de café que se había servido momentos antes para pasar el rato, la planta aquel día estaba muy calmada, gracias a dios.

     

    Dejo su taza vacía en una mesita, le dedicó una dulce sonrisa a su madre y asomó su rojiza cabeza por la puerta, vio como la mujer que antes la había recibido, daba ordenes a diestra y siniestra, extendió su mano y la sacudió en un caluroso saludo, pero esta no pareció verla.

     

    Una cantidad mínima de sanadores con sus blancas batas se dirigían en distintas direcciones, así que Arya dio su primer paso sola en aquel lugar, perdiéndose en la oleada camino a la oficina de la Jefa. Al llegar ante la puerta le dedicó unos instantes a golpear y esperar la voz de alto, para luego adentrarse en la habitación sonriendo como siempre - Buenos Días Señora -

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  8. Sentía su respiración agitada, podía sentir su perfume corporal, mezclándose con el putrefacto aroma a muerto, - No quiero morir - susurraba entre lagrimas, su compañero había resultado mucho más bueno de lo que ella creía, no acostumbraba a confiar en los hombres, pero Emmet tenía una calidez especial, su corazón era bondadoso, y su valentía inspiraba confianza, comenzaba a desear no alejarse de el nunca más.

     

    Observaba como aquel muchacho tenía un gusto particular por los animales albinos al igual que ella, y junto a su loba, el tigre desgarraba carne sin vida y quebraba huesos de arena, pero aun así los superaban en cantidad, sabía hacia donde se habían llevado a las mágicas, lo que no sabía era cuanto resistirían, y le pareció algo extraño, que Groter y los demás no bajaran.

     

    Volteó lentamente su cabeza, hasta que su boca dio con el oído del vampiro, - Debemos continuar - susurro, sabía que si elevaba la voz quizás lo aturdiría, además, en aquel momento, la tristeza que invadía su cuerpo le había quitado toda fuerza existente, aquella joven solo era movida por los sentimientos fraternales que le transmitían sus compañero. Se levantó aun cuando las piernas le flaqueaban, extendió la mano hacia Emmet para ayudarlo a levantarse, y una vez erguido volvió a tomarlo de la mano mientras daba los primeros pasos hacia delante, - ! Desmaius! - arremetió con su varita firmemente hacia el primer muerto que se les acercó, - Solo así podremos abrirnos camino - dijo mirando a Emmet a los ojos.

     

    En un momento sus pies se movieron con más rapidez, y comenzó a correr, el aire quemaba sus pulmones, y los ojos se le anegaban en lagrimas, pero en el fondo de su ser sabía que estaba haciendo lo correcto, y por un instante, sintió que junto a su amigo, nada podría pasarle.

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  9. Sonrió cuando tomaron su orden, realmente se le había abierto el apetito, - No con eso estoy perfecta - contestó, vio como una Elfina desaparecía en el acto, - Muchas gracias señorita ... - dejo un interrogante para conocer el nombre de la persona que tomo su orden.

     

    Observó como se afanaba en tocar su vientre, y el sexto sentido de la bruja la hizo sonreír aun más gustosa, levanto la vista, y pregunto - ¿ Cuantos meses ? - esperaba, si no era mucho atrevimiento, entablar una grata conversación.

     

    Se alejó un poco del mostrador, entre el jaleo de la gente, y encontró varias caras conocidas, entre ellas, la de Seba; agitó su mano contenta, como una niña - !Hola! - gritó en dirección al muchacho que había conocido en el Moon River.

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  10. Pobresito Centauro T.T

    Yo presentía que estaba haciendo las cosas algo mal, no sabía que tan malo .. Pero bueno,

    Y solo para que no me vea la cara señor profesor, quiero disculparme por lo del " Metro y medio", quizás se entendió mal, yo no quise decir que medía Medio metro, en mi país es es Un Metro Y Medio :blush: Así que no era tan diminuto.

     

    Muchas gracias por tomarse la molestia de corregir.

  11. Arya cayó de bruces al suelo abriendo grandes heridas y raspones en sus rodillas y en las palmas de sus manos con las cuales había intentado detener la caída, los ojos aun le lloraban, y tuvo que llevarse el dorso de la manga a la nariz para no vomitar por el asqueroso hedor que allí había. Tras ella cayo Emmet, casi de la misma manera, lo observó por unos instantes, quien diría la enorme alegría que le daba estar en su compañía en ese horrendo lugar, — ¿ Estas bien ? — pronunció al separarse un poco del muchacho que la había abrazado con algo de fuerza, hubiera preferido aferrarse a el, y cerrar los ojos hasta despertar del mal sueño, pero debía ser fuerte.

     

    Asintió mientras el vampiro hablaba compulsiva mente, estaba asustado, era evidente, ese lugar no era para jóvenes novatos, y el hedor se hacia cada vez peor, — Realmente temo por todos nosotros, pero los necesitaremos aquí — sentenció algo asqueada. Era algo evidente donde estaban, y si Emmet no lo había notado, Arya solo contestó con leve asentir de cabeza, temblaba hasta los pies cuando gritó desesperada — Allí Mira — la voz se le cortó en un suspiro, una de las profesoras estaba siento arrastrada por algo que no llegaba a ver.

     

    La varita de su compañero aun daba destellos de luz, por lo que pudo ver, además de sentir, que algo la tomaba por el pie, apuntó hacia delante con Sombra, y pudo verlos, perfectamente aunque no lo hubiera querido, ¿ Eran más Zombies ?, quería huir de allí, pero no podía, había bajado y debía continuar. Grito nuevamente, horrorizada por lo que la tomaba bajo la tierra, aquel grito podría erizarle la piel a cualquiera, — Expulso — musito casi tartamudeando, y lo que voló por los aires ante sus ojos incrédulos, fue casi un cadáver huesudo y mal oliente con pedazos de piel podrida.

     

    Volteó a ver a Emmet aterrada por completo, — Abre un hoyo en el suelo — dijo entre lagrimas, señalando el terreno bajo aquellos extraños sujetos que caminaban hacia ellos, y que segundos antes habían emergido de el, estaba a punto de desmayarse, la vista se le nubló y solo podía sentir su respiración, entre cortada pero fuerte. Apuntó a una de las lápidas con su varita firmemente y con las pocas fuerzas que le quedaban susurro — Morphos — de el extremo opuesto de esta, salio una luz cobriza que transformo lentamente aquel objeto inanimado, en su habitual lobo albino, era lo único con lo que se sentía segura, y no se atrevía a invocar otra cosa, — Defiendenos — ordenó al animal, mientras caía sentada sobre los pies de Emmet observando la oscuridad.

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  12. Profesor Radamantys, o Jank. Cualquiera que lea primero:

     

    Quisiera saber cual es el plazo de los duelos?, puesto que Emmet y yo no estamos matando ya, con esto me refiero al cansancio de los personajes, pero ninguno piensa dejarse vencer. En ese caso, seguimos dueliando, hasta que se cumpla X plazo?, o lo toman como un empate?.

     

    Si no lo asesino con un maleficio imperdonable y ya xD Okno, siento el comentario.

  13. Había recobrado unas cuantas fuerzas luego del comentario de su compañero, fue realmente gracioso, y después de todo, aquello era solo un entrenamiento, nadie debía salir herido, y tampoco odiaría Emmet si este ganara, pero no se lo dejaría nada fácil, — Tienes un pésimo gusto Gastronómico amigo — contesto entre risas, mientras su encantamiento se veía nuevamente desvanecido. Comenzaba a creer que no le ganaría, pero al menos estaba poniendo su resistencia a prueba, sabía que si resistía lo suficiente, quizás el se agotara y al fin concluiría el duelo.

     

    — Lo tomaría como un cumplido, pero viniendo de ti.. — se interrumpió, no debía irse por las ramas, — Ya date por vencido, y admite que sucumbiste ante una dama — hizo una pequeña reverencia tomando los extremos de su túnica como si se tratara de un vestido victoriano, y al erguir su cuerpo gritó — ! Impervius ! — rápidamente su varita logro repeler el tronco que estuvo a punto de golpearla, respiró tranquila, el juego comenzaba a gustarle, aunque realmente, con el cinismo con que Emmet actuaba, dudaba que estuvieran encaminados del mismo modo.

     

    Apuntando nuevamente hacia una de los pilares que sostenían aquellas velas que se veían amenazadas por la violencia del viento en aquel momento, que se encontraba a la izquierda de Emmet, y murmuro — Morphos — esta vez, el pilar fue tomando la forma de un tigre de bengala con enormes dientes y garras, — Ataca al vampiro — ordenó la Lokchart a su creación apuntando al joven con su varita y bufando cansada del asunto.

  14. Todo el grupo estaba reunido y sin daños aparentes, seguían a la Profesora Black Lestrange, algo preocupados por la otra mágica, pero para su sorpresa, esta apareció segundos antes de partir de aquel sitio donde habían sido atacados por los hombres lobos, que yacían sin vida, o al menos la gran mayoría de ellos.

    — Que gusto que estemos todos bien — dijo sonriendo la Lockhart mientras caminaba junto al resto detrás de las dos mujeres que parecían intercambiar unas cuantas palabras y miradas asesinas. Estaba feliz de poder al fin despedirse de aquel bosque, al tiempo que anotaba mentalmente que jamás volvería a el, o al menos no por un tiempo, caminaba con paso ligero y el sol comenzaba a calentar su blanca piel, algo que no solo a ella le agradó.

    Podía ver como todos sus compañeros se deshacían de las capas de piel, que tan útiles les había sido horas atrás, pero que en aquel momento con el sol iluminándoles los agotados rostros, solo les causaban calor. Pero al parecer, no todo terminaba allí, un grito seco hizo que se frenara en seco y chocara con Keira, — Lo siento — alcanzo a decir, pero sus ojos no daban crédito a lo que estaba sucediendo ante ellos.

    El piso bajo sus pies, alfombrado por una gruesa capa de lodo, ramas quebradas, hojas secas y distintas rocas e insectos se abría como un enorme hoyo negro llevándose con el, todo lo que estuviera más cerca. Logro ver el rostro confundido de la profesora Mía, pues al parecer Binfeyd ya había caído, —!No!, cuidado — gritó desesperada abriendo rápidamente sus brazos entronizándolos como barreras, entre el hoyo y sus compañeros.

     

    Todos frenaron de golpe tras ella, golpeando su espalda haciendo que Arya perdiera el equilibrio y amenazara con caer, pero fue rápida y se dejo caer al suelo de rodillas, viendo las caras de asombro de todos, en su cabeza, intentaba encontrar la forma de sacar a las Mágicas de allí, aunque realmente, deseaba irse a casa. Los segundos en los que estuvo a punto de caer tras sus profesoras logro ver lo que les esperaba abajo, levantó la vista fatigada para encontrar los pares de ojos que observaban todo.

     

    — Es absurdo, aquello parece una resbaladera — dijo intentando incorporarse, — Y, por merlín, estoy casi segura que vi tumbas en aquel lugar — preocupada busco dentro de su túnica a Sombra, para corroborar tranquila de que allí estaba, la joven no temía, en aquellas instancias, a nada, pero el solo hecho de pensar en que debajo pudiera haber muertos le erizaba la piel.

     

    Sacudió con afán sus ropas, con poca suerte, aquella seguía muy sucia, — Lo lamento chicos, pero yo quiero irme a mi casa — espetó con lagrimas en los ojos, abriéndose paso entre sus compañeros, no vio las caras que dejaba atrás, ni tampoco quiso escuchar lo que le decían.

     

    Camino unos cuantos metros, su cabeza le dolía terriblemente, tenía el estómago cual piedra, y se le había formado un nudo en la garganta; sus piernas cedieron haciéndola caer, las lagrimas le escocían por los ojos, era una joven valiente, nadie podía cuestionarlo, ¿ Pero que estaba haciendo en ese momento?, — Estas Huyendo maldita cobarde — grito a la nada, pero sabía que era verdad, golpeó con los puños cerrados la húmeda tierra a sus pies y comenzó a correr volviendo sus pasos.

     

    Pudo ver que no se había alejado demasiado ya que sus compañeros seguían allí, parados junto al hoyo, y quizás ya sabrían que hacer, pero la Lockhart estaba cegada por la vergüenza de haberse marchado y por las lagrimas, volvió a abrirse paso entre el grupo, dio una mirada general, estaba dispuesta a aceptar cualquier reproche, lo que había hecho había sido de gallina, y así se sentía, — Al diablo con esto — maldijo acercándose al hoyo , — Terminemos de una vez por todas — sacó su varita, esperando que el resto actuara como ella, — !Lumos! — grito al tiempo que se dejaba caer a la oscuridad, mientras del extremo opuesto de su varita comenzó a salir un halo de luz blanquecino que baño su camino con ella.

    OFF ROL:

    Datos Personales:


    Nombre del Personaje: Arya Lockhart Stark

    Sexo: Femenino

    Edad: 21 años

    Nacionalidad: Sovietica (al igual que su padre)

    Familias:

    * Familia 1 : Familia Lockhart
    * Familia 2 : Familia Stark

    Padre(s) Sanguíneo: Vladimir Alexae
    Madre(s) Sanguíneo: Athena Ravenclaw R.


    Trabajo: San Mungo. Planta 6 (Heridos y Resurrecciones de Aurores). Aprendiz.

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Aprendiz

    Bando: Neutral.

    Rango dentro del Bando: --

    Nivel de Poder Mágico:

    Puntos de poder en objetos: 20

    Quote

    Hechizos adicionales:--

    Puntos de poder en criaturas: 10

    Quote

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

    Habilidades Mágicas: --

    Conocimientos Especiales: --

    Perfil del Personaje:

    Raza: Sacerdotisa.

    Aspecto Físico:

    Piper es una joven de 1,65 aproximadamente de altura, pesa unos 60 kg y es algo rolliza. Tiene unos enormes ojos azules como el cielo, unas largas y marcadas pestañas negras, su piel es blanca como la nieve, y cuando le da el Sol parece brillar, su cara y gran parte de su cuerpo se encuentra cubierto por unas motas marrones y tiene una espesa cabellera rojiza que le llega a la cintura, normalmente lo lleva atado, ya que es molesto para ella, pero no es una opción cortárselo. Los rasgos de su cara son pequeños y delicados, tiene unos finos labios color cereza y una simpática sonrisa.


    Normalmente acostumbra a vestir cómodos vaqueros de color bordo, mostaza o verde oscuro, con cómodas botas cortas y camisas largas y a medio abotonar, siempre tan provocativa. Aunque no tenga un cuerpo muy atractivo se las arregla bastante bien para aparentarlo.

    Cualidades Psicológicas:

    Al haber nacido bajo el signo de Géminis, Arya tiene una doble personalidad bastante marcada. De momentos, puede ser una joven muy comprensiva y cariñosa, tiene un corazón muy bondadoso y es una persona simpática, hay quienes dicen que dentro de sus dones de Sacerdotisa, heredó una fuerte capacidad para comprender a los seres vivos,sobre todo animales, sufre empatía, por lo que siente casi en su ser lo que sienten los demás, característica que odia porque en muchas oportunidades la enferma, sus ojos azules reflejan bondad tranquilidad y paz.

    Pero sufre de momentos, transgresiones en las que su personalidad se torna completamente diferente, sus ojos se tiñen de un color violáceo, y es su propia antítesis, prefiere estar sola, la atormentan las migrañas, duerme en el día y se escapa del castillo por las noches cuando sus sentidos se sienten mas agudizados. ​Pero prevalezca la personalidad que prevalezca, hay solo un motivo por el que la Lockhart se sale de sus cabales y ni sus padres pueden detenerla, y es cuando hacen daño, físico o verbal, a algún miembro de su familia.

    Historia:

    Hace muchos años atrás, siglos se podría decir, existió una gran sacerdotisa que vivía en el Sur de Europa, donde los pájaros cantaban, el sol iluminaba las mañanas y las tardes hasta darle paso a la plateada luz de luna, la brisa siempre era cálida y acariciaba las mejillas de todos los habitantes del Sur.

    Esta joven de tan solo 16 años había recibido sus dones de los dioses, y los utilizaba para el bien, ayudaba a los enfermos, atendía a las parturientas y cuidaba de los niños huérfanos; Nadie cuestionaba a la joven *Kykio*, sus deseos eran siempre cumplidos, todos sabían muy bien que sus poderes podían ser dañinos si esta se enfadaba.

    Una tarde, la joven fue avisada de la presencia oscura de un caminante que descansaba a orillas del río en el bosque verde, al ser su deber decidió encaminarse hacia el lugar y dar fin a los miedos de los aldeanos. *Kykio*, la sacerdotisa, caminaba con paso seguro, era una joven muy confiada y segura de si misma, tenía un carácter fuerte pero bondadoso a la vez, sus tez era blanca como la leche fresca y sus ojos eran oscuros como la misteriosa noche, al igual que su largo pelo, el cual siempre llevaba suelto y sedoso; Tenía una contextura física promedio, era alta para su edad, y sus facciones faciales eran finas y alargadas.

    Al llegar a la orilla del río, pudo ver la figura de un joven descansando mientras los rayos de sol calentaban sus rozadas mejillas, no tuvo que acercarse demasiado para que el Demoníaco olor le llegara como una bofetada a la nariz, se aclaró la garganta y con un antiguo pergamino en su mano derecha gritó - Enviado del mal te exijo que te alejes de este sagrado lugar- el sol le daba de frente y no lograba ver con exactitud, así que decidió acercarse mas, - Demonio, estoy dirigiéndome hacia ti- espetó al tiempo que levantaba el pergamino y comenzaba a rezar, en ese instante fue cuando el joven demonio se incorporó y fijo sus ojos en ella.

    Hay quienes dicen que en el aire se sintió un quiebre, que los pájaros dejaron de cantar, las aguas de los ríos se congelaron por una fracción de segundo y el resplandor del sol solamente iluminaba sus miradas. Hay quienes dicen que los dioses lloraron la perdida, y otros dicen que estaba escrito en el destino del Sur el perder el alma del bosque. En fin, *Kykio* sucumbió ante el calor de su corazón, sus caminos no se habían cruzado, desde un principio se habían forjado juntos, los aldeanos no soportaban semejante traición, y su rabia llego al punto máximo cuando se supo que la sacerdotisa y el Demonio habían consumado y sellado su amor, decidieron acabar ellos mismos con sus jóvenes vidas antes de que una maldición cayera sobre el Sur.

    Dentro de una pequeña casa de madera, la pareja se juro amor eterno, mas allá de toda adversidad, el calor del fuego hacía que sus cuerpos transpiraran, la sacerdotisa lloro, temía morir, pero su joven amado la abrazó tan fuerte, que ambos perecieron antes de que el fuego consumiera sus cuerpos unidos. Su amor, se dice, era demasiado fuerte, y sobrevivió.

    Una noche de luna llena, Vladimir sostuvo en sus brazos a la pequeña criatura, su tez era suave y blanca como la leche, su cabello, apenas visible, cual pelusa rojiza invadía su pequeña cabeza, mientras sus pequeños e infantiles ojos observaban al Demonio, de un color azulado que de momentos cambiaba a violáceo y volvía a sus orígenes. Abrazaba la vida, y lloraba como una recién nacida saludable, su llanto tenía la intensidad de un rugido, y a pesar de su tamaño tenía cierta fuerza - Arya- dijo mirándola con ternura -Mi pequeña guerrera- la envolvió en su manta gris y la arrullo hasta que la pequeña cerró los ojos sumiéndose en un profundo sueño.

    Hay quienes dicen, que siglos después, el amor de la Sacerdotisa y el Demonio resucitaría en forma humana, con la fuerza de mil lobos, con el cabello como fuego, apaciguado por la blancura de la leche fresca, y determinante tanto en pensamiento como en acción, con una mirada desafiante azul como el cielo, y violácea como el mismo Baltazar. >.

    Años después la joven Lockhart, criada entre magos y brujas, logró encontrar su alma gemela e el mundo, una pequeña lobezno de pelaje albino que su padre le regalo en uno de sus interminables viajes - Nymeria- La llamaron, y fue la sombra de la joven hasta que logro entrar en la Academia para enorgullecer a su padre y poder convertirse en un miembro honorario de la Orden del Fenix.

    Pertenencias:

     

    Objeto Magico Legendario: --

    Objetos Magicos:--

    Objeto 1: Varita Magica
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20

    Objeto 2:--
    Clasificación:--
    Puntos de poder:--


    Mascotas y Criaturas:
    Criatura 1: Lechuza
    Clasificación: X y no mágicas
    Puntos de poder: 10


    Criaturas en la Reserva: --

    Elfos: Tholav

    Licencias, Tasas, Registros:

    Licencia de Aparición: --

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

    Registro de Elfos: Tholav

    Otros Datos:

    Otros Datos: --

    Cronología de cargos:--

    Premios y reconocimientos: --

    Links de Interés Referentes al Personaje:

    Link al Perfil de Comprador MM: 211
    Link a Bóveda Personal: http://www.harrylati...howtopic=102193
    Link a Bóveda Trastera: --
    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: Boveda Familia Lockhart
    Link a Bóveda Familiar 2: Boveda Familia Stark

     

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  15. La brisa trajo hasta su rostro pedazos pequeños de concreto, el pilar que aplastaría a Emmet había volado en ellos, así que la diversión de la joven Lockhart se había terminado, por un momento, el verlo herido y en el piso le provoco una extraña sensación en el estomago, su cuerpo quería ir corriendo y ayudarlo, era su amigo, y en indefinidas veces había velado por ella.

     

    Una ráfaga de electricidad proveniente de su mano derecha, donde Sombra reposaba, la hizo volver en sí, — Oh, bueno. Pensé que quizás sería la primera bruja en matar a una Sanguijuela — Apreciaba a Emmet, le había tomado real cariño, no tenía hermanos, ni hermanas, y quizás podía considerarlo como tal, al ver como cuidaba de Keira, le dio algo de envidia, pero no se dejo llevar por ella, aun así lo que le hizo a su Loba le dolió mucho, y sabía que lo que acababa de decir enervaría su sangre.

     

    Abrió de par en par sus ojos al escuchar las primeras sílabas que su compañero de duelo pronunciaba y el estomago le dio un vuelco, instintivamente su varita se irguió como por conciencia propia y grito asustada — ! Silencius ! — ​técnicamente aquel no era un hechizo verbal, pero el asco se apodero de ella, rápidamente los labios de Emmet se vieron sellados por el encantamiento y su pronunciación se la llevo el viento. Ofendida fulmino a su compañero con la mirada y escupió el comentario — ¿ Babosas?, ¿Encerio Emmet?, Así no te querré! — podía sentir a los escurridizos animalejos moverse en su boca, y aquello le provoco violentas arcadas, apuntó al muchacho sin dejar de mirarlo a los ojos, era como si estuviera hipnotizada, y suspirando musitó — Incárcerus — .

     

    Estaba cansada ya, y podía ver en el rostro de Emmet a la distancia en la que estaban, que el también lo estaba, si aquellas tres cuerdas que se dirigían a toda velocidad hacia su cuerpo llegaban a destino, el joven se vería atado en los tobillos, en las manos a los lados de su cuerpo, y la última cuerda se enredaría en su cabeza esta vez, no en su cuello, para que al caer de bruces su cara pudiera ver a Arya perfectamente, no importara su posición. Si este no podía zafarse, acabaría con el rápidamente para dar por concluido el Duelo, no había músculo en su cuerpo que no se quejara con cada paso que daba.

  16. Las flechas salieron de su varita en el momento al que a sus oídos llegaba el contraataque de su compañero, río sarcástica mientras con la mirada seguía el trayecto de las furiosas flechas, una docena para ser exacto, pero al ser la primera vez que utilizaba dicho encantamiento, y debido a la mala posición en la que las Zancadillas la habían dejado solo la mitad impactaron en el cuerpo del Muchacho son sus filosas puntas.

     

    Las primeras dos dieron en el brazo que portaba su varita, una rozo su cuello dejando una fina linea sanguinolenta tras de sí para clavarse en la nada, una tercera fue a parar a su pierna izquierda provocando un fuerte dolor, y las últimas dos dieron en su hombro izquierdo, — Vaya puntería — bromeó Arya recobrando la compostura, — Gracias a Merlín que no estamos en la Edad Media — prosiguió. El desconcierto en la cara de Emmet le demostró que no había comprendido lo que acababa de suceder, pero aun así había alcanzado a lanzar su siguiente hechizo, — Protego — dijo la cobriza con voz firme al tiempo que levantaba su varita frente a ella, y un escudo repelía el ataque.

     

    — No comprendo porqué este muchacho tuvo mejor calificación que yo — protestó a las sombras, sabía perfectamente que por allí se encontraba el profesor Radamantys, volvió la vista a su herido compañero y soltó des preocupadamente — No puedes silenciar un hechizo no verbal Emmet, aunque estés cansado de escuchar hasta mis pensamientos — bromeó al final para no parecer una niña caprichosa a la cual le gustaba resaltar los errores de los demás, porque no era para nada si estilo.

     

    Dio una nueva mirada a su alrededor, pensando en su siguiente movimiento, mientras Emmet comenzaba a perder ¿Sangre?, ¿Los vampiros tienen sangre? Y yo que pensé que solo la robaban, en fin, apunto con su varita a el pilar las cercano al vampiro y con un ligero movimiento de costado de su varita inquirió — Expulso — si el pilar lo alcanzaba, al ser de concreto hueco no era tan pesado y no media más de dos metros, sería capaz de dejarlo confundido por el golpe, pero se rompería al simple contacto con el piso.

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  17. Rada yo tengo otra duda sobre el duelo con Emmet (CentauroLechuza), Pues, en mi último post he utilizado el Finite para librarme los tobillos, para luego utilizar un hechizo NO verbal, el de las flechas.

     

    Por lo tanto, en el siguiente post, cuando Mi oponente me silencia, le hechizo sale de todas maneras, porque yo no debi pronunciar palabra verdad?. Muchas gracias por el tiempo

  18. Las llamas consumían la molesta túnica de su contrincante, pero rápidamente se vieron absorbidas por agua cristalina, Emmet era muy sagas y difícil de des concentrar, a diferencia de ella, que por pura debilidad, ahora se veía arrodillada contra su voluntad, su fino vaquero de algodón estaba intacto, pues el piso alfombrado evitaba las heridas sangrantes, pero no los magullones. Hundió sus dedos en la mullida alfombra y levantó la cabeza para poder apreciar la sarcástica sonrisa que asomaba a la cara del vampiro, — ¿ Esta es tu idea de que una muchacha este a tus pies? — espetó, apretó fuerte el mango de planta de su varita de Nogal Negro y dijo para sí — Finite Incantatem —, sus tobillos se vieron rápidamente liberados, pero el cansancio la abordó de igual manera.

     

    No deseada abrir la boca, ni siquiera intentó levantarse, la firme trenza se había desecho y el cabello le cubría el rostro enrojecido, resopló para quitar un mechón de su nariz mientras el siguiente encantamiento le llegaba a la mente — Disparo de Flechas — con un convulsivo movimiento hacia adelante de todo su cuerpo, sombra quedo por delante de su cara y de ella salieron una docena de largas flechas con filosas puntas, dirigidas a Emmet.

     

    La potencia del encantamiento provocó que la Lockhart cayera nuevamente al piso, pero logro sostenerse con los codos, que al roce con la alfombra generaron un ardor insoportable, incorporándose con total tranquilidad, clavo sus ojos azules en el frente para disfrutar del espectac*lo.

  19. ¿ Cómo era posible que se adelantara de aquella manera a sus movimientos?, Arya estaba roja de la furia, condición que siempre causaba gracia en los demás, su rostro se ponía cual tomate, — Salte de mi cabeza tramposo — grito riendo, no tenía porque enfadarse con el, al fin y al cabo, la había dejado muda por unos instantes, el tiempo suficiente para que su túnica no se transformara, esta seguía flameándose victoriosa y molesta.

     

    El aire se había vuelto rabioso, pero seguía siendo una grandiosa noche, no había nada que reprochar, hasta que su compañero hizo el movimiento incorrecto, atacó a su lobo albino, el lazo que la cobriza tenía con los animales que creaba era muy fuerte, y le desgarro el alma verlo morir, instintivamente separó un poco las piernas para tener mayor equilibrio, extendió su brazo fuertemente y un dolor punzante le recorrió el cuerpo por la fuerza con la que lo había erguido, — ! Incendio ! — grito apuntando nuevamente a la túnica de Emmet, estaba ensañada con aquella prenda.

     

    La azulina prenda se vio envuelta en llamas, no harían daño a su compañero, no era su principal intención, sin quitar la vista de el, espero la mas obvia de las reacciones, que observara su túnica arder, y cuando aquello paso, volvió a atacarlo, — ! Sectusempra ! — un violento halo de luz amarillo salio de su varita y se dirigía directamente hacia Emmet, si lo alcanzaba, le abriría profundas heridas en el pecho, que era donde Arya había querido enviar el ataque, y este necesitaría curarse pronto o podría morir, aunque no creía que el profesor Radamantys lo permitiera.

     

    El ataque duro milésimas de segundos, en los que la Lockhart desvió la mirada hacia el lobo albino, que poco a poco volvía a convertirse en un pilar de concreto, pero esta vez sin vela, estaba cegada por la ira, por un instante olvidó que aquello era un entrenamiento, y en su mente se imaginaba a su compañero fallecido. Salió de su ensueño cuando sombra se desprendió de su mano derecha y rodó hasta chocar con sus zapatillas de tela, aquella varita, la había escog*do por su convicción y buena fe, no por los pensamientos que ahora turbaban su mente, los ojos se le nublaron por las lagrimas, y se agacho desprevenida a tomarla nuevamente, — Lo siento mucho amiga mía, no volverá a suceder — murmuró volviendo la vista al firmamento.

  20. Comenzó a reír histérica, — Animales acuáticos, y el vacío, Dementores, Licántropos — enumeró las adversidades que aquella noche habían pasado con sus frías y pálidas manos, aun no se lo creía, la luna comenzaba a bajar lentamente de su posición en el firmamento, y eso les indicaba que en unas cuantas horas amanecería. Respiró el aire húmedo del bosque prohibido y observó a su alrededor, Keira estaba a salvo, para tranquilidad de Emmet, Groter había ido por ella valientemente, y Atria se les había unido hacia pocos segundos, La profesora Black seguía unos cuantos pasos más adelante que el grupo, seguramente buscando señales de la otra profesora y la alumna restante.

     

    Sacudió el polvo de su ropa, pero no logro quitar las costras de tierra seca que le cubrían las rodillas y los codos, su cabello era un desastre, no tenía un espejo para corroborar, pero era tan largo, que la carrera lo habría destrozado, deshizo la trenza rojiza y dejo que el viento refrescara su cabellera. La felicidad le recorría el cuerpo, corrió pocos pasos hacia sus compañeras y las tomo de la mano apresurandolas a caminar, sonriente volteó hacia sus compañeros y murmuró — ¿ Piensan quedarse allí? — , llegó hacia donde estaba la Mágica y comenzaron a caminar en sentido opuesto por donde habían llegado.

     

    — If I die young bury me in satin, Lay me down on a bed of roses, Sink me in the river at dawn, Send me away with the words of a love song.— el resto del trayecto cantó con su melodiosa voz entre sus compañeros, realmente estaba feliz, es decir, que probabilidades había de que un grupo de magos inexpertos sobreviviera a lo que ellos se habían enfrentado. Luego de un rato de música, acalló su voz y volteó a ver a Keira — ¿ Cómo es que te separaste de la profesora? — le pregunto, y mientras esperaba respuesta alguna levantó la vista al frente donde la profesora encabezaba la caminata, — ¿Hacia dónde nos dirigimos ahora? — cuestiono preocupada la Lockhart.

     

     

    OFF ROL:

     

    Ya presenté el formulario para mi examen de vuelo en escoba, y estoy en el.

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  21. Sexta Planta ~ Con Athena

     

    Sus mejillas de sonrojaron y no pudo evitar reír al recordar la pequeña riña que se había generado aquel día por el jugo, su primer día en la madriguera, pensar en eso la llenaba de emoción, — La recuerdo perfectamente — contestó, no agregaría más al comentario, era una joven muy parlanchina y eso le había traído varios problemas, no conocía a nadie aun en la planta, y por lo tanto con confiaba ni en las paredes.

     

    Aunque no hubiera gran movimiento de heridos en el Hospital, creyó oportuno que su madre le mostrara los Boxes — Creo que podría soportar algo de sangre en este momento, y en su defecto, conoceré mejor mi lugar de trabajo — acotó con una sonrisa dibujada en los labios, no sabía realmente si tendría el coraje de ver un herido, pero allí había buscado empleo, no le había llegado del cielo, a partir de ese día sería la diferencia entre la vida y la muerte de sus compañeros de bando.

     

    Tarareaba una melodía que la tranquilizaba en momentos estresantes cuando Athena le tendió una ficha, — ¿ Aquí es donde esta el parte del paciente? — paso sus orbes azules por toda la hoja y la miro — ¿ O acaso soy yo quién debe llenarla? — , pensó, en ese momento, que un solo error podría dañar al paciente, pero ella era muy despierta con el papeleo, no cometería falta alguna. Suspiró aliviada, al momento en que se levantaba del sofá donde había descansado por unos minutos, y siguió a su madre hacia los Boxes, — Quizás sea una bendición que nuestros amigos no sufran heridas — seguramente el Hospital desbordaba de aburrimiento, pero al menos, uno tenía el alma tranquila de pensar, que en cualquier momento podría un conocido, atravesar aquellas puertas herido.

  22. La expresión alarmante en el rostro de su compañero le producía una especie de satisfacción que le dibujaba una mueca en los labios, sabía que no debía sentirse así, y poco le duro la gracia, pues este se deshizo del encantamiento, y se defendió rápidamente de su ataque. Maldijo entre dientes, — Pensé que ya te tenía — dijo con voz muy clara para que el vampiro pudiera oírla, repasó en su mente todos los hechizos estudiados, no quería hacerle daño, pretendía que aquel fuera un duelo ameno.

     

    El viento cálido flameaba la azulina túnica del Emmet, y eso des concentraba a la pelirroja sobremanera, frunció el ceño algo molesta, y con un ligero movimiento de varita rugió — !Morphos! — en segundos, la vestimenta extensa del joven se transformó en un montón de tarántulas que recorrían su cuerpo, con sus colmillos repletos de veneno — Muerdanlo — ordenó la Lockhart a los arácnidos, observó como el rostro de su compañero permanecía inmutable, no creía que unos insectos afectaran emocionalmente a un Vampiro.

     

    No podía quedarse muy tranquila, si Emmet la atacaba, era consciente de que la había pedazos, apuntó hacia uno de los pilares con su fina varita de casi 35 centímetros y grito nuevamente — ! Morphos ! — ante sus ojos esta dejo caer la vela blanca, que se partió en dos al contacto con el piso, para convertirse en un enorme lobo albino, de casi metro y medio de altura, con unos enormes dientes amarillentos y unos ojos verdes amenazadores — Defiendeme no importa que pase — Le ordenó al animal que se posicionó delante de ella gruñendo ante el aroma a vampiro que le llegaba al hocico.

  23. Emmet se había defendido sabiamente del encantamiento de Arya, la joven suspiro, era lo único que podía hacer, comprendía que su contrincante era muy bueno. Las doce aves amarillas sirvieron de escudo para el vampiro, en ese instante una nube de plumas le impedía la visión a la joven pelirroja y eso la preocupo, así que decidió actuar antes del próximo ataque.

     

    Volvió a levantar firmemente su varita, y apuntó hacia donde creía estaría la boca de Emmet, — Silencius — murmuró, mientras la nube amarillenta se disipaba solo a sus oídos llegó un ligero — Incar ... — por lo que su compañero no pudo completar el encantamiento, respiró profundo, sacudió sus brazos y puso su mente en blanco, aun estaba algo tensa, y eso no le serviría de nada en aquel momento.

     

    Las velas le daban un toque medieval al duelo, su frente perlada en sudor al igual que su labio superior la molestaban, al menos el aire era más cálido, y no le calaba los huesos, pero tampoco la ayuda en demasía. Tenía la garganta seca, era como su hubiera tomado un vaso repleto de arena caliente, secó el sudor con el reverso de su manga.

     

    Parpadeó unas cuantas veces para ver mejor el panorama y extendiendo su varita pronunció — !Desmaius! — si esta vez realmente tenía suerte, el rayo escarlata que hacia vibrar su varita y se dirigía hacia Emmet, lo dejaría levemente inconsciente e indefenso.

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