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Arya Macnair

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Todo lo publicado por Arya Macnair

  1. En su rostro se marcaba claramente la incomodidad, pero no por la presencia del Crowley, si no por su mala predisposición a la compañía del mismo, por lo que negando con la cabeza aclaró su garganta e intentó sonreír, - Nada de eso, usted no se haga problema. Errores cometemos cualquiera - expresó con cordialidad, y sus palabras sonaron sumamente irónicas, por un mero error, ella estaba como y donde estaba, y le fue imposible ocultar una verdadera y sincera sonrisa, de esas que hacía tiempo no esbozaba, de las cuales muchos ya ni tenían recuerdos, riéndose de su misma y de su desgracia. De momento era la única forma que tenía de afrontarlo. Aun así aceptaría la invitación por cuenta de la casa, nunca estaba de más el no negarse a tales cosas, era como permitirse un cuidado por parte de un desconocido como no lo había tenido de las personas que la rodeaban desde que supo que estaba embarazada. El siguiente comentario de León le pareció curioso, y la pelirroja era una persona impulsada por la pura curiosidad, - ¿Ha estado alguna vez en los terrenos? - preguntó tomando un sorbo de su café saboreando la dulce canela y procurando no ensuciar sus labios con espuma de manera vergonzosa como solía sucederle. A lo siguiente negó con la cabeza, - No, soy Sanadora en San Mungo - contestó por primera vez orgullosa de lo que decía, había olvido lo grato de mantener una conversación con una persona, con un ser humano, ni su elfo, ni su lechuza, siquiera su reflejo en el espejo. - Sabe .. Curioso comentario - no creía haberlo visto antes, pero llevaba meses enfrascada en su propia burbuja que casi ni presta atención a lo que le rodeaba, - Hace unos días la oferta llegó a mi, y no pude más que aceptar. Creo que ser profesora fue mi sueño desde que salí de la Academia, y es una buena forma de mantenerme alejada de los problemas - confesó completamente extrañada por el hecho de estar diciendo todas esas cosas a una persona que acababa de conocer, - ¿Y que hay de usted ? - preguntó comenzando a sentir sincera curiosidad.
  2. Cuando el mesero se acercó Arya hizo un gesto simple con la mano para que le correspondiera con la misma bebida, - Dicen que la malta de la cerveza es buena para la lactancia - comentó sosteniendo una sonrisa, aferrándose a las manos del Evans, - No se su sabias, pero fuera llueve demasiado fuerte - dijo haciendo referencia al frío de sus manos, las frotó junto a las de él, intentando contagiar a su cuerpo del calor que manaba el Licántropo como cosa natural, algo que la Lockhart adoraba, sobre todo cuando le abrazaba. Aquel sujeto que tomó su orden regresó con dos heladas cervezas, le sonrió a la pelirroja y se marchó. - Estoy como me ves - Fue todo lo que se vio capaz de responder, - El embarazo se complicó .. Pero la bebé está bien, no te preocupes - agregó, intentando expresar lo que había sucedido, - Es una niña, una hermosa niña .. Ojala y Brandon pudiera conocerla - dijo borrando la sonrisa de su cara, lo echaba mucho en falta, él era su niñito especial quien le daba cierto sentido a su vida. Una lágrima escapó de su ojo izquierdo y rodó por su mejilla, se escondió tras su barbilla y desapareció, la añoranza de tiempos que ya no volverían, donde solo eran ellos dos recién graduados con ganas de comerse a mundo, queriéndose como los mejores amigos del mundo. Tomó un sorbo de su cerveza para deshacer el nudo que se había formado en medio de su garganta, - ¿Qué nos pasó? - preguntó clavando la vista en la mesa, y luego volviendo la mirada hacia su mejor amigo, - Es decir, ¿Cómo llegamos a esto? .. Teníamos tanto por delante - soltó pesarosa.
  3. Cuando él le pidió que se encontraran en aquel sitio le llamó mucho la atención, su voz sonaba extraña, en sus ojos no lograba ver a la misma persona que siempre le había acompañado, la observaba con recelo, ¿Es que siquiera tenía derecho a reprochar?, ¿él que se había alejado de ella sin mediar palabras y sin dar motivos?, alejó esas monstruosas ideas de su cabeza y comenzó a caminar por las calles del Diagón, una fuerte tormenta de primavera azotaba todo a su alrededor, la lluvia caía copiosa sobre su cuerpo envuelto en una larga capa de viaje oscura hasta los tobillos, en ese momento era una sombra más en la noche, sigilosa hasta llegar frente a "Doyle´s". No le fue muy difícil acostumbrar sus ojos a la luz del lugar y dar con el Licántropo, dentro del Bar su aura era la más perturbada, temía ser una vez más la culpable, ¿cómo tomaría Groter lo que vería a continuación?, una Arya Lockhart con el rostro pálido y sin expresión, ni siquiera una sonrisa afloraba a su rostro que estaba lejos de ser angelical, sus ojos azules ya no reflejaban aquella paz y espiritualidad de siempre, su cuerpo era una vez más delgado y estilizado; lo único en ella que no había cambiado, era el rojo fuego que manaba su cabello largo hasta la cintura. - Si no te relajas acabaras por destrozarlo todo - Susurró acercando su boca hasta el oído del Evans. Besó de manera fugaz su mejilla, lo notaba diferente, rodeó la mesa donde se encontraba sentado, ocupó una silla frente a él y dejo ambas manos sobre la mesa, extendidas hacia delante, buscando el calor de las manos de su mejor amigo, - Disculpa la tardanza. Es que me haz tomado por sorpresa Groter .. Y yo .. Yo la verdad no sabía si venir o no - comentó, siendo totalmente sincera, hacía tiempo que ninguno de los dos eran las misma persona que habían acabado juntos la Academia, como un buen Mago y Bruja dispuesto a luchar contra el mal, - ¿Cómo estás? .. ¿Cómo está Brandon? - no pudo evitar preguntar por el niño.
  4. Al cabo de unos cuantos minutos, le pareció extraño que no le hubieran traído su café, no lo veía como una ciencia compleja el hecho de preparar un café, menos si solamente lo había pedido con canela, al ingresar al negocio le había parecido que derrochaba eficiencia, quizás se había equivocado, o solamente una vez más su mal carácter salía a relucir de donde lo tenía mejor oculto, y es que a veces nada bueno recibía al tratar mal a las personas. Acarició su vientre, realmente se le antojaba ese café, se acomodó en su silla apoyó ambas manos sobre la mesa e hizo todo el intento por impulsar su cuerpo y dirigirse hacia el mostrador con su rostro demostrando un enojo inexistente, salvo por la clara molestia de la demora, cuando una simpática mujer llegó a su encuentro, y sobre una metálica bandeja traía consigo, el café con canela. Le hubiera gustado preguntar, pero se limitó a sonreír, y asentir con la cabeza en forma de agradecimiento, volvió a tomar asiento, junto ambas manos en la taza caliente, de un fino cristal grueso, y acercó su rostro para que sus sentidos pudieran llenarse de aquel dulzón sabor que solamente la canela puede dar, y el fuerte aroma de un buen café, junto con el cálido vapor que manaba de la infusión; en vez de eso, un fuerte aroma a alcohol mezclado con café, inconfundible, fue lo único que pudo degustar, con una expresión de sorpresa en el rostro quiso cuestionar a la camarera, pero la situación simplemente la dejo perpleja. ¿Es que no se había explicado bien?, !Canela, Canela!, además, una mujer embarazada no podía tomar alcohol, ¿Era que nuevamente otra persona había pasado por alto su vientre abultado?, si era eso, pronto sería una maestra del disfraz puesto que no creía poder ocultar cosa semejante, incluso vistiendo una de las frondosas cortinas de su habitación en el Castillo Lockhart. Se volteó, aun confundida por lo que le habían traído y alzó su mano intentando llamar la atención de la joven coqueta que le había traído su café, al parecer estaba más dispuesta a conseguir una cita para aquella noche que a prestarle atención a la pelirroja, que poco paciente era, se disponía a dar un par de gritos cuando una calmada voz le llamó. Por muy educado que aquel hombre fue, Arya volteó con los mil demonios reflejados en sus grandes ojos azules, -- ¿Si? -- preguntó impaciente, viajando con la mirada de su café sobre la mesa hasta él, pero su interlocutor fue más rápido que ella misma, y antes de que contestara de manera impulsiva le explicó exactamente el porqué se había acercado hasta su mesa; la Lockhart observó el intercambio de bebidas que se realizaba lentamente ante sus ojos, y suspiró sintiendo como sus mejillas se encendían, había sido bastante prepotente con alguien que ni siquiera tenía la culpa de aquella confusión. Volvió a sentarse, ya casi parecía un juego el hecho de levantarse cada dos segundos, -- Gracias -- murmuró, regalándole una media sonrisa y cerciorándose de que aquel era realmente un café con canela, el aroma se lo confirmó, ahora si podría disfrutar de un momento de paz, alejada de cualquier persona que quisiera atosigarla con preguntas sobre su embarazo, lejos del trabajo por un rato, aquel día había tenido una jornada bastante extenuante, no necesitaba que llegaran pacientes a la Sexta para tener que correr de aquí para allá por los extensos pasillos, además, su condición lo hacía ver todo mucho más cansador. Pero lejos de poder hacer tal cosa, el sonido de una silla corriéndose le obligó a levantar la vista. Levantó una ceja, llevando como hacia momento atrás ambas manos a la taza de café, una ligera risa le nació desde dentro, ¿Qué era exactamente lo que aquel hombre estaba haciendo?, le parecía ilógico, sus ojos no daban crédito a tal cosa, no porque le molestara, siquiera porque le incomodara, pero hacia tiempo ya desde la última vez que un extraño había intentado entablar conversación con ella; -- Supongo que no ..-- contestó intentando sonar amable, -- Después de todo es un lugar público -- agregó, con el pasar del tiempo la vida le había obligado a ser desconfiada a veces, la vida y los Mortífagos. Extendió su mano, caliente por el contacto con la taza, dispuesta a corresponder el saludo, después de todo ya se había presentado, -- El gusto es mío. Arya Lockhart -- dijo con cordialidad.
  5. Tonta de mi, Bueno. Ahora que llegó la fecha xD (?. Me toca pedir el cambio del Mes *0*. En fin. El cambio es quitar la familia adoptiva, Stark y sustituírla por la familia Targaryen y bueno, además de que se que alguno va a ser super bueno y va a hacer la acción del año y me devuelve mi ficha como estaba ¬¬" Gracias casi muero de un infarto cuando la vi así TT_TT. Pero, como ya tocaba, puedo pedir ambas cosas y ya me olvido :3 . Gracias de ante mano
  6. La tarde caía lentamente, el cielo se teñía de esas comunes tonalidades, rojizas, anaranjadas, una verdadera obra de arte para la vista, la cálida brisa primaveral acariciaba sus mejillas enrojecidas, enmarañaba su rojizo cabello largo hasta la cintura, y hacía danzar su vestido con tonos marrones, suelto en la cintura, ocultando perfectamente su abultado vientre. Caminaba por el Diagón, a paso tranquilo, observando las fachadas iluminadas por los fuertes rayos de sol, los últimos y más intensos, inspiró profundo el aire dulzón al pasar por un Negocio, levantó la vista, tentada por el contundente aroma a café, "Juan Valdez Café" rezaba el enorme cartel, se dijo para si. Enfiló sus pasos hacia la entrada, al traspasar la puerta, el interior era cálido, el murmullo de las personas condensaba el aire, era un sitio acogedor, sacudió su vestido, caminó hasta el extenso mostrador que se alzaba unos cuantos pasos más adelante, pidió un café con canela e hizo señas para que se lo llevaran a un pequeño sillón, apartado de las mesas donde las parejas se juraban amor eterno, los viejos amigos se contaban anécdotas, y no había una sola persona que demostrara que la soledad no era algo malo, aunque quizás en una joven de 22 años esperando un bebé que no quería, la soledad era mala. Con la mirada perdida en las anaranjadas llamas de una chimenea allí al final del negocio, donde había decidido aislarse, esperó paciente a que le trajeran su café, estiró sus piernas desnudas, y se sumergió una vez más en las abrasadoras llamas, esas que reducían sus problemas a cenizas, pero solo en su mente, puesto que sus problemas cada día eran más tangibles.
  7. Tholav - Elfo Doméstico de Arya Lockhart Corría por las callejuelas del Diagón con sus flacas piernas ocultas tras finas telas oscuras, su escaso cabello parecía peinarse por la brisa nocturna, sus ojos verdes brillaban bajo la luz de luna, sus torpes manos hacían lo posible por mantener entero el manojo de invitaciones que su ama Arya le había encargado entregar a Negocios específicos en aquel lugar. Se detuvo delante del Dumbledore´s Night, sonriendo y empujó la puerta para ingresar, caminó con paso inseguro hasta el mostrador del lugar y parándose de puntillas dejo una delicada invitación en el lugar, para volver a salir corriendo como un chiquillo risueño. http://i.imgur.com/9nnxjtY.png
  8. La sangre le hervía en las venas, respiraba con agitación, llevaba tiempo sin sentir la emoción de un duelo recorrer su cuerpo, durante seis largos meses se había recluido en una habitación con tal de que nada le sucediera a la criatura que llevaba dentro, estaba segura de que su padre jamás se lo perdonaría, si es que sabía de su existencia. Pero ahora, y gracias a Bínfeyd, comprendió que jamás podría renunciar a aquella hermosa sensación, no porque disfrutara asesinando mortífagos, si no porque sus ideales crecían a medida que comprendía que era lo correcto, poner la vida del mundo mágico y de sus compañeros por encima de la suya. -- Sectusempra -- Bramó con un nudo en la garganta para acabar con la vida de su propia creación. El rayo verdoso surcó la distancia y dio de lleno en el cráneo del Lobo albino que ahora obedecía las órdenes de Kritzai, no existió dolor, tan pronto como el hechizo impactó en su cabeza, el cuadrúpedo perdió la vida,muy al pesar de Arya. Sintiendo el ardor en su pecho aun, se preparó para lanzar una segunda cura para finiquitar esa herida, producto de un Fuego Maldito, pero el alivio llegó más rápido de lo que pudo pronunciar, una sonrisa se dibujo en su rostro, cargada de dulzura, ¿Quién mas podría ser?, aquella mujer era admirable, podía sola, y ayudaba a sus compañeros, había llegado a sentir un gran aprecio por Bínfeyd, aunque le daba curiosidad el hecho de si todos esos cuidados, se debían a que Evans había descubierto el secreto de Arya tiempo atrás. - Morphos – Exclamó, por segunda vez, ahora apuntando a unos de sus zapatos, al parecer su compañera estaba en un pequeño aprieto, nada que no se pudiera solucionar; su calzado se transformó en un perfecto bezoar, el cual la Lockhart tomó con rapidez y generando un pequeño silbido que estaba segura Bínfeyd podría oír, espero a que ésta volteara por inercia ante el llamado de un compañero y le lanzo la pequeña piedra, así podría ingerirla, y curarse de lo que fuere atentara contra su vida
  9. El impacto del primer ataque le robó el aliento, no podía morir, lo tenía prohibido, no por ella, ahora velaba por alguien más, temblando de pies a cabeza pensó – Episkey – apuntando con su varita hacia la herida de Sectusempra que podía en cuestión de tiempo arrebatarle la vida, debía estar más atenta, la convicción con la que había aceptado estar en aquel lugar no se había esfumado, se sentía más valiente y fuerte, quizás, producto de la adrenalina del momento, pero por nada del mundo huiría, ya no quería hacerlo, y si moría allí, solo rogaba que al volver, siguieran siendo dos, no creía poder soportar una cosa semejante, no por amor a su hijo, si no por su debilidad al momento de defender al mismo. - Episkey – Volvió a pensar, apuntando esta vez a una segunda herida en su pecho, pronto recobraría sus fuerzas. Con la blanca luz cubriendo su angelical y cansado rostro, gritó, - Atácalo – señalando con Sombra en dirección a Pik, su lobo, a quien se dirigía, movió las orejas captando la orden de su creadora, y dándose a la carrera en dirección al Mortífago que debía atacar; saltó impulsándose con sus patas traseras, extendiendo las delanteras y abriendo enormemente sus fauces babosas, para volver a cerrarlas en derredor a la muñeca de Pik, la cual portaba su varita, con la intención de desgarrar piel y músculo para al menos quebrar los huesos más finos y débiles de la zona y generar un dolor inigualable que provocara el desarme del Macnair.
  10. Gracias a Bínfeyd se había soltado de agarre de la enorme estatua, pensó la Lockhart, completamente preocupada, estaba a la intemperie con dos Mortífagos frente a ella, no sentía temor puesto que se encontraba junto a una gran persona, Evans; lo que la tenía en vilo, esta vez, sería morir, ¿que pasaba si ella regresaba y no su hijo?, probablemente jamás se lo perdonaría. Afianzó su varita y con tono firme exclamó, -- Avis -- con rapidez, ante el hechizo, una docena de bellas aves se posicionó frente a ella, a un metro aproximadamente, formando una especie de escudo, el cual recibiría cualquier ataque en dirección a la bruja. Imitando a su compañera, apunto a una de las estatuas, defensas de los terrenos Malfoy, y soltó -- Morphos -- con rapidez, la estatua dejo de existir para dar paso a un enorme lobo albino, adulto, imponente porte, gruñido amenazante, son sus ojos puestos en los atacantes de su creadora, -- Defiendeme -- exclamó la Lockhart, cuando el animal se puso a unos cinco metros de su ubicación, con sus fauces abiertas mostrando enormes y filosos colmillos.
  11. Se sintió terriblemente amenazada, las manos le sudaban, y las pasaba una y otra vez por la oscura tela de su capa de viaje, quitaba las gotas perladas de su frente con el dorso de su mano libre, comenzando a sentir preocupación, quizás había sido mala idea acudir al llamado, pero se arrepentía al instante de sus propios pensamientos, a ellos les debía su completa devoción y amor; -Concéntrate Arya – se regaño posando sus ojos azules en su objetivo, no quería morir, no esta vez, y alzando su varita, exclamó -- ¡ Sectusempra ¡ -- , Sombra vibró con violencia, y de su extremo opuesto salió un potente rayo verdoso, que surcando la distancia y cortando el aire en dos, buscaría impactar en el pecho de Pik, con la intención de abrirle grande y profundas heridas sangrantes, que requerirían de atención inmediata. - Sectusempra - Volvió a decir, pero esta vez apuntando al cuerpo de otro Mortífago, Valkyria, al igual que el primero de sus ataques, éste abriría sendas heridas en el pecho de la mujer, provocando que ésta tuviera que atenderse con urgencia. La Lockhart sonrió, pero aun no se sentía protegida, dio unos cuantos pasos hacia atrás, buscando estar cerca de los suyos.
  12. Sonreía antes las ocurrencias de la mujer, revisando papeles sueltos en los muebles, y con las palmas de sus manos sobre el aire circundante, solo para saber si había algún objeto maldito cerca de ellas, escondido de los ojos de cualquier chismoso, -- Es un simple morphos -- soltó borrando la sonrisa de su rostro, -- Aunque fantasma es un nombre tentador. En casa me espera Siberia -- agregó haciendo alusión a su pequeño lobezno albino, nueva adquisición, futuro protector de su hijo o hija. Una vez dentro de una oficina en la Malfoy, se dedicó a abrir cajones, pero no había nada relevante. Esta ves no pudo contener la risa y soltó una sonora carcajada, -- Si lo es. Soy una especie de tatara nieta del famoso Gilderoy. Pero no te preocupes, fue y será siempre un fanfarrón -- acotó, asintiendo con la cabeza, pronto deberían partir. -- Creo que es mejor irnos, no encontraremos nada por hoy -- murmuró, su lobo olfateaba en la lejanía.
  13. Una vez atravesado los jardines, llegaron a la puerta principal, un segundo antes de que su compañera se diera paso a la Mansión, Arya desenfundó su varita y con un ligero susurró, conjuró, -- ¡Avis! – y al instante una docena de bellas aves se posicionaron como un escudo a un metro de distancia de la Lockhart, solo por si era necesario el hecho de defenderle, aunque esta no lo creía necesario. Una vez tuvo oportunidad, ingresó siguiendo los pasos de Bínfeyd, el lugar parecía estar desierto, pero mejor era no confiarse demasiado, aun recordaba la sorpresa de la última vez, aunque de eso, hacía mucho tiempo. Clavó su clara mirada en un enorme sillón de tres cuerpos que se encontraba en la sala contigua a la entrada, apuntó con Sombra al mueble y musitó. -- Morphos – Celularmente el sillón dejo de existir para dar paso a un enorme Lobo albino adulto, imponente mirada, filosos colmillos, grandes fauces, níveo pelaje, gruñido intimidante, dispuesto a defender a su creadora, como está se lo pedía. El animal se mantenía en silencio, esperaba a que su compañera regresara de la cocina, observando todo a su alrededor, recordaba la primera vez que estuvo allí, le traía nostalgia, y le era difícil concentrarse recordando cuanto la echaba de menos. Ahora, se encontraba protegida por Bínfeyd, sabía que nada malo le pasaría, aunque cuando esta regresó, notaba cierta incomodidad en su rostro, y su aura estaba turbia. Arya simplemente asintió, dando a entender que le seguiría los pasos a donde fuera, -- Tranquila mariposa -- susurró con una sonrisa, al ver como tomaba nerviosa dos libros. -- Busquemos algún escritorio en ésta planta. Y luego subamos -- aclaró.
  14. En cualquier momento la sangre le llegaría a la cabeza, llevaba poco más de media hora colgando de su cama observando la habitación por completo al revés, -- Definitivamente, ese mueble no debería de estar ahí – exclamó extendiendo su mano, a duras penas sosteniendo su varita con firmeza, -- Podría hacer más espacio si lo corriera a la derecha – pensó en voz alta y con un movimiento de sombra y suma precisión, el enorme ropero de algarrobo se deslizó provocando un terrible rechinar, hacia la derecha, pero la Lockhart seguía insatisfecha, -- Aquí no cabrá una cuna si no me deshago de todo esto – soltó enojada con la situación, pero algo más llamó su atención y la obligó a erguirse. Una bella gacela se coló por la ventana de su habitación, y lo iluminó tomo con su color tan azul plata, característico de un patronus, el animal saltaba por el espacio inhabitado y se frenó frente a Arya suspendido en el aire para poder así dar el mensaje de su compañera de Bando. La pelirroja lo dudo un instante, llevaba tiempo sin presentarse a aquellos llamados, debía cuidar de su bebé, aunque su vientre no estaba lo suficientemente hinchado como para que lo notaran y pudieran hacerle daño con motivos; > pensó, y ataviada en una oscura capa de viaje desapareció. Su femenina silueta apareció en la verja de la Mansión Malfoy, lo suficientemente lejos de los hechizos anti aparición y junto al cuerpo de otra bruja, a pesar de portar su luz, sabía perfectamente de quien se trataba, con una floritura frente a su rostro, copió la blanquecina luz que protegería su identidad y palmeó a Bínfeyd, -- ¿Vamos? – susurró sonriente ante el bello acto de la Evans.
  15. Gracias Keaton Sonrió ante la pronta aparición de un empleado del lugar, resurgió de sus pensamientos, quitó la imagen del animal de su cabeza, soltó el papel al que se encontraba aferrada, el formulario de rutina, y observó como, de costumbre, el joven mago lo sellaba y lo hacía desaparecer detrás del mostrador. No cabía de alegría, por fin se había dado el gusto, aquel animal crecería a paso lento junto con tu hijo, y velaría por el cuando la Lockhart tuviera que salir de improviso ante la inminente llamada de algún patronus, le confiaría su vida, como no lo haría con nadie más. Aceptó el collar que le tendían, la atención en aquel sitio era asombrosa, estaba más que satisfecha, Keaton había tenido una buena elección de colores, azul, el color favorito de Arya; hizo un gesto con la cabeza en forma de agradecimiento y giró sobre sus talones, -- Muchas Gracias, que tenga usted una buena tarde -- finalizó volteando un segundo, y luego, casi corrió hasta donde las jaulas se hallaban. Los pequeños cachorros de lobo lloriqueaban, gemían, ladraban, algunos todavía tenían sus ojos cerrados, pero su elegido se encontraba solo, en un rincón, gruñendo a quien se le acercara, mordisqueando los barrotes finos de la jaula con sus pequeños dientes filosos como agujas. -- Bien, nos vamos a casa muchacho -- Susurró tomándolo entre sus manos y colocándole el collar.
  16. Llevaba un par de meses planteándose la posibilidad de adquirir una nueva mascota, había regalado a su pequueño cachorro de golden, después de unos 3 años de feliz convivencia, nunca lo había querido, era un bello animal, inteligente sobre todo, pero a la Lockhart siempre le había llamado más la atención lo agresivo y brusco. En aquello pensaba mientras lentamente bajaba a la trastienda, con paso seguro, prestando atención a lo que posiblemente sería su nueva adquisición, ahora, lo vería de otra forma, compraría un animal si, pero no sería una mascota, sería un compañero, un amigo, un protector, sería quien velaría por su hijo. Aun recordaba el tramiterío que había realizado cuando compró, tiempo atrás, a su lechuza Phebs, llegó hasta el mostrador donde tomarían su compra, buscó con la mirada la pila de formularios para llenar, y al encontrarlo tomó uno, buscó entre las telas de su túnica la pluma que usualmente utilizaba para escribir, y se inclinó sobre el mostrador para poder llenar la información correspondiente. ID: 117971 Nick: Arya Lockhart Bóveda Personal Fecha: 05/06/2014 Nombre del producto: Lobo Albino Objetos, Criatura o Poción: [C] Catalogación: [X] Puntos por unidad: [10P] Cantidad de unidades: 1 Precio por unidad: 500 G Precio total: 500 G Total de Puntos: 10P Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador: Unicornio de Bronce Puso el gancho de su firma al final del formulario como mera formalidad, y con una extraña sonrisa en el rostro, se acercó a la persona que atendía el lugar y le tendió el papel, -- Buenas Tardes -- acotó mientras entregaba el formulario, con la imagen de aquel Lobo Albino en su mente, se había tomad la molestia de escoger entre la cantidad de cachorros que allí había, y éste había llamado terriblemente su atención. Ojos liláceos, profundos y penetrantes, hocico rosado y pequeño, pelaje largo, a comparación de sus hermanos, blanco como la nieve, con unas patas lo suficientemente grandes para su pequeño tamaño, como para saber que al crecer, sería un enorme animal.
  17. Moisés Park Escuchó a Catherine sacar conclusiones, al parecer era la única que de momento tenía estómago para hablar en aquella situación, se incorporó lentamente, asentía con la cabeza mientras buscaba de forma nerviosa la cajetilla de cigarros en sus bolsillos, -- Míralo Cath, nada hubieses podido hacer. Todos estábamos cerca -- susurró acercándose a la mujer, aquel cuerpo estaba por completo irreconocible, podría haber sido una fracción de segudos lo que acabó con su vida, ni siquiera los propios Dioses hubiera podido hacer algo al respecto. Prendió un cigarro y le dio una calada. La pregunta le sorprendió, al parecer Stark estaba al tanto de sus rondas nocturnas, por algo hacía alusión semejante, -- Llevo horas recorriendo las calles -- soltó, -- Ni una condenada alma se paseó frente a mis ojos, eso te lo aseguro -- nada se escapaba a sus instintos, era cierto lo que decía, peor había algo más, -- Pero hay algo .. No sabría como explicarlo, no hace más de una hora, todo pareció sumirse en un profundo silencio, y de repente, sentí frío, demasiado frío para esta época del año -- confesó, su contacto con la naturaleza era al 100%, sus compañeros de bando lo sabían, el trabajaba así. -- ¿Deberíamos llamar al Ministerio ya? -- Preguntó, con las últimas palabras de la mujer en el aire.
  18. Moisés Park Llevaba largo rato caminando por las calles del callejón, el aire frío inundaba sus pulmones y salía de su cuerpo en forma de pequeñas nubes de vapor, las misma creaban asimétricas formas frente a sus enormes ojos verdes, escondidos tras unos pequeños cristales que se empañaban debido al calor de su aliento; realizaba como de costumbre sus rondas nocturnas, desde que formaba parte de la Orden del Fénix había decidido que la noche era lo suyo, cuidar a todo mago y bruja mientras estos dormían, además, a pesar de su problema de visión, por las noches parecía un felino agazapado entre las sombras, esperando encontrar al enemigo y acabar con él. Descansaba su cuerpo en la fachada de un negocio cerrado, probablemente una florería, cuando todo se iluminó por esa luz tan hermosa ante los ojos de un Fenixiano, levantó la vista para encontrarse con un magnifico ejemplar de una tortuga, > pensó sonriendo, conocía a Rose desde tiempos atrás, pero dejando eso de lado, su llamado le preocupó, hacía tiempo que nada pasaba por esas calles, así que sin pensarlo dos veces oyó el mensaje y se dio a la carrera para encontrarse con sus compañeras. Poco más de media hora tardó el llegar, y la escena fue poco alentadora. -- Moisés Park -- Se reportó, -- Tranquila Walker, baja esa varita -- agregó algo perturbado por la cantidad de sangre que había alrededor, era una escena poco grata de ver, ¿Quién haría semejante cosa?, repasó el cuerpo masacrado, era triste, irreconocible, -- Catherine -- saludó a la nueva adquisición de la Orden, poco la conocía, pero le caía bien, tenía fuerza y determinación, cosas que le hacían falta al bando, siempre que tenía el gusto de cruzarse con ella no comprendía como podía ser que a su prima le cayera tan mal. Dio unos pasos más hacia delante y observó el desastre, -- ¿Qué fue lo que ocurrió? -- preguntó casi en un hilo de voz, para ser hombre le faltaban agallas.
  19. Jalów gente No es lo que creen, no vengo a molestar con otro super y gigantesco cambio radical (?) en la ficha de personaje, el asunto es que me di cuenta, (después de editada la ficha) que cometí un error de fechas, Arya tiene 22, pero nació en 1994 e.é Soy una bestia xD . Así que si son tan amables v.v El cambio sería solo modificar el "1994" por "1992". Eso está al principio de la Historia. Gracias
  20. Hola o/ Nunca me había planteado ser amiga de la familia de nadie, soy mala (?). Okey no. Pero tengo tantos amores en la Gryffindor *-* Que me gustaría hacerlo formal. Así que, señor Elvis ;o; Si me hace los honores v.v Quiero mi nombrecito en el árbol genealógico *-* Así soy besha como ustedes. *Un beso a mi mami que me mira por tv (?)*
  21. Hasta que por fin me decidí a hacer un cambio, me costó poner todo en orden, así que me tarde bastante. La modificación es prácticamente Toda la ficha xD Así que la dejo de principio a fin. Muchas Gracias. Saludos.
  22. ¿Sería eso cierto?, los ojos de la Lockhart se abrieron de par en par, ¿Una mujer ganándole a un barril de cerveza?, eso tendría que verlo, pero aun así no le hacía gracia el hecho de que podría perder, — Veamos si es eso realmente cierto — una translúcida gota de sudor le corrió por la frente, cosquilleó en su sien derecha y cayó a la nada misma, si perdí, esperaba que Bínfeyd fuera lo suficientemente comprensiva como para esperar su vestido al día siguiente y no en ese instante. ¿Porqué propuso un juego de Poker, si a duras penas sabia jugar?, tragó saliva, mentiría, eso estaba claro, pero la sonrisa en el rostro de Evans no la dejo tranquila, —!Oh Dios mío! ¿Esos son Mortífagos? — preguntó con el rostro completamente horrorizado, esperando que la mujer quitara la vista de las cartas, como buena Fenixiana, confiaba en que lo hiciera, porque para ellos, primero estaba el deber. En el leve descuido de la Bruja, Arya hizo un ligero movimiento de varita sobre sus propias cartas, y las cambió con las de ella. — !Ah no! .. Creo que solo eran personas feas — Agregó una vez Bínfeyd volteó. Ahora era ella quien sonreía, — Flor imperial ante tus ojos — proclamó, sin siquiera alargar la partida, era probable que la mujer se ofendiera por la trampa, o solo lo tomara como una broma más, — Ahora, la casa invita ¿Cierto? — se reclinó hacia atrás, y reposó sus pies sobre una pequeña mesita a un costado, cerrando levemente los ojos, — Igual .. Bínf .. A modo de disculpas te lo daré de todas maneras — haciendo otro movimiento de varita, su vestimenta árabe dejo su cuerpo y apareció doblada en el regazo de Evans. No tenía idea de como la joven bruja tomaría que de la nada su compañera estuviera en ropa interior, pero había reservado un sitio apartado para la reunión, solo estaban ellas dos, y las personas que completaban el Negocio, estaban bastante apartadas, allí, recostada en aquel lujoso sofá con bordes dorados brillantes, nadie podría verla. Solo buscaba gastar una broma, con otro movimiento de varita podía vestirse.
  23. Los movimientos de Bínfeyd eran incalculables, improvistos, en un pestañear la tenías al lado, casi dormida, con suma calma en su ser, y al instante siguiente la tenías caminando hasta por las paredes, Arya en ocasiones envidiaba aquella efusividad que despedía con cada acto. Terció su expresión al notar que la joven bruja tomaba una copa de agua, y se acomodó en el asiento cruzando las piernas, — ¿Me recibes con agua? — preguntó luego de oír sobre su vida y obra. — Si tu pagas .. Esto se va conmigo a la tumba — Susurró como en secreto y sonrió. Acto seguido volvió a soltar una sonora carcajada, — !Que lo que pasó quede en el olvido!¿Vale?— Exclamó, queriendo zanjar el tema tajante con respecto a Groter, el hijo de ella, y su propio mejor amigo, tomando una copa con alguna extraña bebida árabe dentro y alzándola bien alto para brindar, — Por ti, mi querida Evans — agregó dando un sorbo a lo que parecía saber a manzana, con burbujas, y asintiendo a su vez por el comentario siguiente. Lo pensó detenidamente, no era buena para las apuestas, pero recordar a la mariposa, primero le traía mucha gracia y luego un amargo pasar, al ver una vez más los rostros de sus amigos caídos en una emboscada que no se vieron llegar, — Pero esta vez seamos solo tu y yo eh. Nada de terceros en cuestión — bromeó recordando al par de Mortífagos inoportunos, — Y bueno, pues, para tu grata sorpresa, estas manitos lo hicieron — contestó dejando la copa en la mesa y levantando ambas manos. — Juguemos pocker, ¿Te parece? — Soltó, apareciendo con su varita una baraja de cartas; — Si yo pierdo .. El vestido es tuyo, aquí y ahora .. Si tu pierdes, pagarás todo lo que beba esta noche — respiró pacíficamente, — Y soy de buen beber Bínfeyd, no puedes ganarme en eso — le tiró un beso volador y se acomodó para jugar.
  24. Se encontraba reposando en los jardines de la Lockhart, con su cuerpo en posición horizontal, la vista fija en el brillante firmamento, la verde hierba rozando sus mejillas, y la brisa pasando sobre su anatomía sin pasar desapercibida, cuando por su campo visual sobre voló Phebs con una carta en sus pequeñas pero fuertes garras. Se incorporó desganada, ¿Quién escribiría a esas horas de la noche?, extendió la brazo para que su nívea lechuza se posara en el. — Debe ser una broma — Inquirió al abrir la nota de Bínfeyd. Acariciaba la suave y pequeña cabeza del ave mientras repasaba la breve invitación al negocio, que si mal no recordaba, era de su prima, Bodrik; — ¿Se habrá confundido de persona? — preguntó a Phebs dejando caer el papel en su regazo y llevando su mano libre hasta su mejilla, recordando el calor de las bofetadas, el animal emitió un pequeño graznido, y retomó vuelo abandonando a la Lockhart, — !Cobarde! — Exclamó, y se puso en pie. Iría de todas maneras. ***************************** Apareció frente al lugar, la noche era bellisima, estaba para ser disfrutada, no para que arruinarse con discusiones, pero de igual manera, había tantos que aclarar con aquella mujer. Atravesó la puerta de entrada, y no fue muy difícil reconocer a la fémina dueña de aquella invitación que llevaba escondida entre las telas de su ropa. Si se presentaba ante semejante lugar, con una temática especial, iría vestida para la ocasión, solo por el mero hecho de llamar la atención un poco. — ¿Me mandaste a llamar, Evans? — Sacó la nota, y la tiro sobre una mesa. No buscaba pelea, sería una noche divertida, pero un poco de drama no le hacía mal a nadie, — ¿Cuál prefieres.. Esta o esta? — Preguntó señalando primero su mejilla derecha y luego la izquierda, para después soltar una sonora carcajada, tomar asiento cerca de la Bruja, — Que vida sacrificada la tuya eh .. — acotó antes de que Bínfeyd pudiera soltar palabra alguna, y le guiñó un ojo para que comprendiera que, AUN no buscaba riña.
  25. Repasó todo lo que aquella noche sucedió, se sentía completamente avergonzada por haber intentado coquetear con Allen, el había sido tan comprensivo desde el principio que no se perdonaba aquello, no había podido controlar lo que la atormentaba y había arremetido con la única persona que se había preocupado por ayudarle. , no hacía falta pensar demasiado. — Ojala ... Ojala pudiera saber que lo afecta — balbuceó llena de pesar, mintiendo. Junto a ella se encontraba el detonante, cada vez que sintiera la más mínima amenaza sobre la persona que le había devuelto las esperanzas y las ganas de vivir, no podría controlar sus impulsos, y tampoco lo querría, los dejaría fluir, aunque luego se arrepintiera de las consecuencias. En cambio, la ira, eso era otra cosa, si intentaba calmarla, podía controlarse, a menos que fuera una situación estresante. Quitó lentamente sus manos de entre las del Walker, repentinamente ya no quería sentir absolutamente nada, debía volver a levantar aquella barrera entre ella y el mundo exterior, así podría controlar sus impulsos, y dejarlos salir muy de vez en cuando, solo cuando lo necesitara. Contuvo la respiración, la conversación se había tornado seria, iba encaminada a un solo sitio, Arya debería admitir cosas que no quería. — Mi familia no sabe nada de esto Allen .. Solo mi padre y el .. Desapareció — Exclamó completamente seria, e incorporándose de la silla. Observó a Oniria, y dibujo con una caricia el contorno de su terso rostro, en ese momento la sintió tan ajena, luego volteó hasta clavar sus azules ojos en los del Demonio, — Entenderás que no puedo dejar salir esto en mi casa — llevó sus manos hasta la boca de su estómago y ejerció cierta presión, solo para dar énfasis a sus palabras, si necesitaba ayuda de Allen, debería ser en cualquier otro sitio. — Ah, y no se preocupen por esto .. Corre por cuenta de la casa — Acotó señalando los bombones y demás, ya se acercaría a la caja y pagaría . Dicho esto se encaminó hacia la salida, volviendo sobre sus pasos, el tiempo pasaba lento a su alrededor, no quería irse, adoraba estar cerca de ambos personajes, pero sentía la necesidad completamente tajante de hacerlo. Quizás solo se escondiera entre las sombras de las calles y esperara a que Oniria u Allen se dispusieran a volver a casa y velar sus pasos.

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