Arya Macnair

Luego de la señal ingresó a los terrenos Haughton, con paso lento pero firme, atravesó los jardines con calma aspirando el frío aire nocturno, sus vaqueros rozaban a la altura de sus rodillas y producían un sonido leve, cual zumbido, su camisa se ajustaba a sus curvas quizás mostrando más de lo que deberían, solo sus zapatillas cumplían con el cometido en aquel momento, —Espero que todo salga como acordamos— dijo por lo bajo sin buscar un receptor en particular, manteniéndose cerca de Lisa y observando al resto del grupo para localizarlos en caso de que se desatase la gran batalla en aquel lugar. Podía sentir a su compañera y con eso le bastaba, sabía que estaba cerca, aunque no la veía, estaba segura de que si se encontraba sola en medio de una emboscada aparecería de la nada lanzando hechizos a diestra y siniestra. —Vamos, vamos .. — susurró nerviosa, ¿Y si su instinto le jugaba una mala pasada y ella no estaba allí?, negó con la cabeza, era imposible, Weasley siempre acudía al deber, estaban juntas en ello. —Corpus Patronus— Exclamó alzando su varita delante de su rostro cubierto, al instante, cientos de hilos plateados brotaron del extremo opuesto de Sombra, formando ante sus ojos un bello ejemplar de Augurey adulto, elegante y audaz, familiar del Fénix, con su historia mística, enamoraba a su creadora cada vez que agitaba sus alas, era una criatura magnífica con el deber de cuidar de la pelirroja a cuesta de su propia vida y de atacar de ser necesario. —Morphos— Alzó la voz apuntando a una bella banca que estaba a medio camino de la entrada, de concreto y arraigada al suelo de tierra, posiblemente pesase una tonelada, pero ahora y con rapidez era un enorme Lobo Mexicano Gris que cuidaba la retaguardia de Arya solo por las dudas. Adulto, de unos 90 kilogramos, dientes afilados, mirada aterradora, parada imponente, toda una fiera del Norte.

—Expecto Patronum— Murmuró en las afueras del Castillo Haughton, escondida tras un enorme árbol que la cubría por completo, había salido aquella noche a dar una vuelta y algo le había llamado mucho la atención del lugar, y en esa ocasión no era la presencia de Oniria, era algo más. Ante ella un imponente y feroz lobo huargo albino se materializó, destellaba luz plateada, aulló a la luna nocturna y fijó los ojos en su creadora, —Castillo Haughton. Ahora— fue el mensaje que debía trasmitir a sus compañeros de Bando, los cuales acudirían prontamente, estaba segura, solo esperaba que la que no faltase fuese su mano derecha en momentos como ese, en la batalla, se había acostumbrado a portar a Sombra hombro a hombro con Lisa, se había vuelto una compañera arraigada en el campo y no quería cambiar esa costumbre. Aguardó escondida allí, hasta que sus compañeros aparecieron. —Buenas noches— Saludó con cortesía e hizo una reverencia. En aquel entonces llevaba puesto unos vaqueros gastados y una blusa color azul oscuro, zapatos deportivos para moverse mejor y sobre su cuerpo una túnica negra lo cubría todo. Antes de llegar al lugar había realizado una floritura frente a su rostro, con elegancia, y ahora éste se encontraba oculto tras un antifaz de épocas victorianas pero total y completamente hecho de aquella blanca luz que caracterizaba a los Aurores que luchaban por La Orden del Fénix.

Buenas. Pues, aquí me tienen otra vez como cada Gala y/o concurso *-* jaja. Antes que nada, agradezco a quienes votaron mis participaciones y luego paso a dejar los datos correspondientes para que puedan entregarme el premio como Zeus manda (?) Y pues nada, espero que todo este en orden o me avisan, y por sobre todo, que llegue a las lineas que hacen falta, porque estoy del celular y siempre me trollea T_T SubNick: ||•Insomnia•|| Concurso ganado: Firmas de SV,Tercer Lugar. #Edito: No salieron los puntitos T.T

My sun and stars - Con Emmet ~ La aparición del Vampiro la tomó por sorpresa, sonrió al abrazarlo y luego se aferró a su mano para seguir los pasos del mismo hacia el interior del Castillo cuidando de no hacer ruido para no ser vista, aun recordaba la última vez que había pisado territorio enemigo y no había sido por mucho menos una situación grata o gustosa. Al detenerse, aguardó un instante para poder recobrar el aliento y con una sonrisa enteramente sincera lo miró a los ojos, aquellos ojos azules que la desarmaban. Aun recordaba cómo lo había conocido, llevó una mano hasta su frente y la frotó —¿Recuerdas cómo nos conocimos?— le preguntó algo perdida en un mar de imágenes que se amontonaban en su cabeza. Por un instante estuvo situada en el Bosque Prohibido, entre compañeros, acercarse a una cueva y sentir que las piernas se le adormecían junto con el resto del cuerpo, caía rendida y al abrir los ojos se golpeaba de lleno con la frente de un muchacho. No podía evitarlo, sus ojos brillaban al recordar las peripecias de ese día y del resto de los días consiguientes, habían sido difíciles, pero juntos lo habían logrado todo, —No sé que habría sido de mi sin ti ...— agregó luego de unos momentos tomando sus manos y acariciándolas, —Nuestras vidas tomaron caminos diferentes, ya no puedes negarmelo .. Lo se— prosiguió cambiando el tono de voz y afilando la mirada, desde un comienzo Arya había sospechado de la lealtad de Emmet, pero había aprendido a amarlo de tal manera y ahora dicha lealtad sería la que le ayudaría

Bueno, algo negada paso por aquí, realmente no tenía demasiadas ganas puesto que suelo liarme el doble cuando consulto mis dudas en éste tipo de Tópic, no sé por qué xD, debe ser la Ley de Murphy (? u_ú. En fin, mi duda es con respecto a San Mungo, aunque aun no sé si conservaré mi puesto como Jefa de Planta necesito suplirla de igual manera. Tengo entendido que serán dos Sanadores por Bando, y que para cada Sanación se abrirá un Tópic. Es decir, un ejemplo. Alguien muere en redada, llega al MM y abre un Tópic que diga "Morí, sánenme" o cómo si no?, la verdad me dejó bastante curiosa y pensativa, al igual de lo siguiente: ¿Tampoco habrá un San Mungo general donde todos roleamos como antes?, Es decir, ahora para cada trama se abrirá un tópic?. De poder contestar mis dudas me harían un favor, así al momento de saber si sigo con el empleo o no (ojalá que si), sabré como manejarme en mi área. Muchas gracias ^^

Llegando en busca de Emmet ~ La lluvia caía copiosa sobre su cuerpo oculto bajo una capa de viaje oscura como la misma noche que se abría paso por sobre ella, había pasado una hora de las doce, nadie paseaba por las calles, solo una sombra que se movía de aquí para allá con agilidad buscando no ser vista ni oída, sin importarle cuan empapada estaba o si luego se enfermaría, aquella mañana había sentido la ferviente necesidad de buscar a su alma gemela en aquel mundo, buscar un poco de apoyo, una mano amiga, no soportaría mucho más de lo contrario. Se detuvo a los pies del Castillo Gaunt, tragó saliva y se quitó la capucha de la capa de viaje dejando así que la fría lluvia humedeciese su espesa cabellera rojiza que resaltaba entre tanta oscuridad, —Te meterás en líos— se dijo poniendo un pie en zona enemiga, conteniendo la respiración y llegando a las puertas del lugar. Dio tres golpes secos a la madera y sus nudillos se quejaron y tornaron rojizos, tosió un poco y aguardó a que alguien acudiese al llamado, esperando, claro estaba, que solo fuese Emmet quién abriese la puerta y se presentase frente a sus ojos cansados.

A quien le toque, primer que nada, no me odies T.T xD, Era momento de que actualizara la ficha y bueno, salió lo que salió, me costó mucho trabajo acomodar todo, así que agradeciendo de antemano pido que se tenga cuidado por Zeus T_T. Y creo que ya, la modificación es completa, no he dejado absolutamente nada fuera. Lo que también me gustaría pedir, y ésta será la última vez, que se le cambié el nombre al Tópic por el actual, "Arya T. Macnair" puesto que ya no me lo cambiaré. Muchas gracias *-*

Ingresó corriendo al lugar, algo no andaba bien, sobre ella volaba nervioso su elegante Augurey, por delante a unos tres metros su Huargo defendía en flanco más débil de todo se humano, el frente. Casi no podía respirar, tenía una mano en el pecho sintiendo como el corazón le latía con fuerza y allí la vio, su compañera de Bando algo moribunda siendo atacada por su gran capacidad a la hora de batallar, temblaba de manera frenética no sabía que hacer, pero pronto lo supo, apresuró el paso sin importarle nada y se ubicó hombro con hombro junto a Adryanie, —Te temen— murmuró en su oído y apuntó sin perder el tiempo al cuerpo de la mujer exclamando para que todos la oyeran —!Aqueora!—, así una masa acuosa actuó cubriendo por completo el cuerpo de Adryanie y curando las heridas que le había causado el Fuego Maldito de Radamatys. —Episkey— Pensó aun apuntando a Adryanie para sanar las heridas de un segundo Fuego Maldito, enviado ésta vez por Juv. La observó sonriendo, estaba bien, o al menos lo estaría, desvió la mirada en dirección a su Huargo y con un simple y limpio movimiento de cabeza lo envió a atacar a Ashley, el animal corrió sin pensarlo dos veces y cerró sus fauces en derredor a su yugular desgarrando todo de manera asesina.

—¡Corpus Patronus! — Exclamó con rapidez sin perder tiempo. Al instante, cientos de hilos plateados comenzaron a conformar una masa luminosa que poco a poco fue tomando la forma de un bello Augurey, éste agitó sus alas con fuerza generando una agradable brisa, el cabello de la pelirroja se movió ligeramente pero sin mayores resultados, dispuesto a defender a su creadora, la criatura de nueva cuenta se había vuelto corpórea. Escondida entre las sombras de un callejón sin salida frente al letrero que rezaba el nombre del Negocio de su amiga, varita en mano, con el rostro al descubierto y una clara expresión de disgusto, —A ver con qué nos topamos hoy— murmuró y sus ojos brillaron de nueva cuenta entre las sombras, aun no saldría, era demasiado pronto, aunque esperaba que también lo fuera para sus compañeros allí dentro, podía ver las luces que reflectaban los hechizos lanzados a diestra y siniestra. —Morphos— Murmuró una vez más apuntando a un enorme contenedor de basura, éste no se tardó y con rapidez se transformó en un Huargo albino, pequeños ojos color oro fundido, pelaje suave a la vista, gruñido amenazante, patas enormes, para imponente, filosos colmillos, el animal aulló a la luz de aquel firmamento y se paseó cual fiera enjaulada delante de su creadora, al momento de entrar la orden era clara, alejarse de ella y atacar al que denotara una amenaza superior, pero no demasiado para aun así poder defenderla.

Sus ojos azules brillaron de manera amenazante, un bello conejo se paseaba por entre sus piernas saltando con total naturalidad al tiempo que su piel se erizaba, los Patronus pocas veces traían buenas noticias, y saber que Helen la llamaba le ponía nerviosa, —¿Dónde? — preguntó al animal espectral y éste le otorgó el mensaje sin oponer resistencia y con rapidez, “Doyle´s” pensó Arya y girando sobre sus talones desapareció de los Terrenos Targaryen, momentos atrás había estado cenando con su amado Viktor, pero el deber llamaba y se había marchado sin avisar y dejándolo derrotado en la cama, esperaba que al despertar este no se molestaba por su inesperada partida, aunque deseaba volver antes del amanecer y recibirlo con el desayuno como en los viejos tiempos. Su cuerpo se fue esfumando del lugar poco a poco, primero sintió jalón a la altura del ombligo y toda su habitación se arremolinó en derredor de dónde se encontraba parada, la vista se le nubló y al instante quedó suspendida en la nada misma, viajando como cada mago y bruja lo hacían en dirección al sitio donde un par de vandálicos Mortífagos atacaban a su mejor amiga. —Resiste Helen .. — Suplicó en un susurro que se volvió eco en aquel plano astral.

El oso se apresuró a correr la distancia que lo separa de Groter y con rapidez dio un certero zarpazo en medio del pecho de éste abriendo profundas heridas en formas de franjas diagonales, desgarrando la prenda superior ligeramente pues aun su dueña necesitaba de dicha utilidad. La sangre brotaba y Arya sonreía sintiéndose extraña, había dañado a su mejor amigo y éste no había podido hacer nada la respecto, un par de aves no lo protegerían de un enorme oso pardo de casi 150 kilográmos y tres metros de altura, y el Strellatus lo había cegado en el momento justo para que su propio Morphos no saliese, estaba acabado. —Morphos— Argumentó apuntando al torso de Groter con presura, justo cuando éste intentó oppugnear al animal que estaba a su lado, pero el daño estaba hecho. El oso se volvió hacia Arya dispuesto a atacar como ahora le ordenaban, tres metros los separaban, tenía un margen de segundos para lograr su cometido. La camiseta de Groter mutó en una avispa marina, ésta inyectó su veneno directamente en las heridas abiertas que el oso había dejado para ella, así que la ponzoña corría por el torrente sanguíneo del Evans McGonagall en cuestión de segundos, pronto su sistema comenzaría a fallar y podría morir, pero no se detendría ahí. —Sectusempra— Bramó apuntando ahora a animal que se hallaba a medio metro de ella. El rayo verdoso surcó la corta distancia entre ambos e impactó de lleno en la pequeña cabeza del Oso, partiendo su cráneo en dos como si se tratase de una manzana y acabando con su vida tras un gemido de dolor y un gruñido amenazante que quedó resonando en la cabeza de la pelirroja, ¿Qué le estaba pasando. Disfrutaba haciendo eso?.

Arya ~ Se acercó a un mostrador que se hallaba en una esquina dentro de la habitación donde había un calentador, acercó una tetera y agitando su varita dos tazas de porcelana aparecieron por la puerta danzando al son de una inexistente melodía, allí se respiraba magia pura, —Muy bien, té será— dijo sonriendo y colocando un saquito de hierbas en cada taza con su respectivo plato y cuchara de plata reluciente, —¿Algo para comer?— dijo y un pastel apareció volando por encima de la cabeza de Nicole, —Lamento la confusión, con tantos alumnos a veces se me olvidan los nombres .. Pero los rostros, los rostros nunca se olvidan. Menos uno tan especial como el tuyo— le confesó y sus ojos brillaron, le había visto en los terrenos de la Orden, y aunque no podía admitirlo a viva voz, estaba orgullosa de ella. Cortó el pastel de fresa en dos rebanadas y las sirvió en otro par de platos, de dónde habían salido, no importaba, el pastel se veía apetitoso y aquella mañana Arya no había desayunado. La tetera chilló, se volteó par quitarla del fuego y servir el agua en ambas tazas, aquel líquido transparente comenzó a teñirse lentamente de un color oscuro, tomando la tonalidad que las hierbas de té le daban y soltando chimeneas de vapor por la temperatura que había alcanzado, volvió a girar sobre sus talones llevando las tazas con ella y las depositó en su escritorio para poder conversar, —Cuidado, no vayas a quemarte— le advirtió y le tendió la taza, tomó asiento y suspiró realizada, —¿Verdad que es asombroso?, me costó mucho trabajo recomponerlo luego del primer ataque— comentó soplando su infusión y humedeciendo su rostro con el vapor, —Mi socio y yo trabajamos duro para poder abrirlo, y el primer día tuvimos un .. ligero percance— agregó poniendo azúcar en su taza, —Luego de eso, mi compañero desapareció y tuve que vérmelas sola para volver todo a su lugar— finalizó, recordando así su odio por Hank. —¿Cómo van tus clases?— Preguntó al fin para no arruinar la conversación.

—Fue más rápido de lo que creí— Susurró a la nada clavando la vista en el cuerpo herido de Aaron, tendido en el suelo, amarrado, desarmado y al borde de la muerte, oyó a su compañera asintió y sin poder quedarse callada, sintiendo como las palabras de Lisa le recordaban irremediablemente a alguien y revivían su espíritu de lucha, alzó la varita al cielo oscurecido y haciendo un firme movimiento trazó en el aire circundante un ave Fénix con fuego, el mismo se quedó allí, flotando, suspendido ante los ojos de quien le mirasen, dejando en claro que el lugar había sido sitiado, que ellos siempre estarían presentes, que no darían tregua a los Mortífagos y muchos menos a sus malos tratos. Cuidarían la Comunidad mágica a cuesta de su propia vida. —Vámonos .. Ya se donde será nuestra última parada— Murmuró acercándose a Lisa y jalando de ella para que dejase de atacar al Mago. La condujo lejos de allí, con un Águila en su hombro, imponente y peligrosa, atravesaron los terrenos y acabaron en las calles de Oterry, y así, una bruja con el rostro cubierto por una blanca luz, digna de un Auror respetable, y una bruja con el rostro descubierto mostrándole al mundo cuales eran sus ideales desaparecieron en medio de las sombras. Ambas acabarían en la Mannsión Delacour, Lisa, probablemente en su cuarto o conversando con su mejor amigo sobra la locura que acababa de hacer aquella noche junto a la pelirroja, y ella, una vez más como tantas otras noches, refugiada en una habitación ajena de una persona que ya jamás volvería.

—Que sea por las malas, que sea por las malas..— Rezó Macnair en su interior pero no dijo nada, su rostro que demarcaba impasible como siempre, la expresión fría y los ojos clavados en Aaron luego de seguir a Lisa a través de la entrada al Castillo Gaunt, sentía que a éste individuo también lo conocía de algún sitio, y lo recordó, —!Hey, tú tenías un perro!— soltó, no tenía absolutamente nada que ver, pero recordó que en el incidente del Atrio aquel sujeto había ido con un pulgoso canino, si no mal recordaba un Dalmata, a las instalaciones del Ministerio, —Creo que lo incautaré si está por aquí— agregó alzando la varita en dirección al Mago y con viva voz exclamando —!Incárcerus!— tres gruesas cuerdas salieron disparadas de su varita, jugarían el mismo juego, o cambiarían un par de piezas, lo que si estaba segura era que de allí uno de los tres no saldría completo. La primera cuerda fue a parar a los tobillos de Aaron haciendo que éste perdiese el equilibrio y cayese al suelo de forma brusca y dolorosa, puesto que al mismo tiempo unas segundas cuerdas ataban sus manos a la altura de su espalda para que no amortiguase la caída y se hiciese aun más daño, y la tercera iría parar a su cuello, ahorcándolo, quitándole el aire. —!Expelliarmus!— Bramó en dirección al pecho del caído, y así la varita de Aaron iría a parar tres metros por detrás de su ubicación, para que no pudiese defenderse, para que estuviera indefenso. Eso si, su hechizo había ido intercalado al Sectusempra de su compañera para mayor eficacia.

—Lista— Murmuró con una sonrisa en su níveo y bello rostro descubierto, posicionada a cincuenta metros de los terrenos Gaunt, con su fina y oscura capa de viaje ondeando por la brisa, con el cabello lacio y suelto cayendo tras su espalda cual cascada de fuego, comenzaba a creer que debería hacer aquello más seguido, hacerle caso a Lisa, seguirla, descargar energía, dejar correr toda la adrenalina que estaba acumulando y que al fin y al cabo en algún momento saldría de ella y acabaría hiriendo a quién no debía. —Mazorca reportándose— bromeó alistando su varita en la diestra y dando un paso al frente, en aquel momento le demostrarían de qué estaban hechas, no importaba si morían, no importaba si salían medio muertas, lo último que perecía en ellas era el orgullo, orgullo por el Bando que amaban, por el que trabajaban, por el que daban cada gota de sudor y sangre, orgullo por lo que eran, Miembros de La Orden del Fénix, y si, estaban solas, pero así se divertían. —¿Vamos?— Preguntó impaciente.

—Tu rostro nos lo dice todo. Solo los cobardes se esconden entre tinieblas tesoro— Murmuró en dirección a Cirse, negando por última vez con la cabeza, haciendo un movimiento envolvente con su mano y quitándose la luz del rostro, —Tú como muchos otros, son la decepción de ésta comunidad mágica— tomó el hombro de Lisa y ejerció cierta presión, se dio la vuelta, el León y el Lobo guardaban su retaguardia, protegían sus espaldas, al igual que los cuervos su flanco delantero, nadie podría hacerles daño. Y así salieron de Doyle´s, ambas brujas, Lisa y Arya, perdiéndose en la nada, dejando a Cirse Malfoy amarrada a una silla y muriendo desangrada por no afrontar la verdad, la única verdad que todos sabían y tendían a olvidar, La luz siempre prevalecerá por encima de la oscuridad, no importa si es de noche, no importa si es eterno, siempre vencerá, sobre todo con brujas como ellas que no le temían a la muerte. —¿Y ahora a dónde?— le preguntó instantes antes de desaparecer en un callejón oscuro, notando que la Delacour tenía otra gran idea.

Se ruborizó ante el comentario de su compañera, todos sabían que "Arya y Lisa" no eran palabras que se diesen bien en una sola oración, pero si algo sabían ambas brujas era que los asuntos personales no se mezclaban con el trabajo, y para ellas, el Bando era un trabajo, además de una gran familia, y entre hermanos siempre habría discordia, algún día se podrían mirar a la cara y comprender que lo dicho en ciertas situaciones había sido lo justo y necesario, tenían el orgullo muy pegado, le eran tan fiel como a la Orden, pero era bueno ver que se ponían de acuerdo en algo. Le dirigió una cómplice mirada —Tú lo haz dicho, Zanahiria ... Digo, Zanahoria. Lets Play— Acotó soltando una sonora carcajada y apuntando una vez más al pecho de Cirse con la adrenalina corriendo por sus venas como hacía tiempo que no sucedía: —Expelliarmus— Exclamó una vez más, y la varita de Cirse Malfoy voló tres metros por detrás de la silla donde se encontraba amarrada e indefensa sin poder hacer nada al respecto. —Créeme linda, no quieres hacer enojar a ésta belleza que tengo a mi lado— explicó mirando de soslayo a Lisa, pero señalando a su lobo, el cual había herido de gravedad las muñecas de la Malfoy y ahora se relamía la sangre derramada en su hocico. —Avis— Bramó, y se alzó de hombros al tiempo que una docena de medianos cuervos se materializaba delante de ella como un escudo con plumas, —Solo por si acaso, ya sabes— se excusó para que no la creyesen cobarde. Afiló la mirada y esperó a que la Marca del brazo de Cirse fuese expuesta

—Sectusempra— Soltó en dirección a Cirse, segundos antes de que ésta desapareciese las cuerdas de Lisa, pero claro, no las suyas propias, así que de todas formas estaba amarrada a su silla, —Tranquila, beberemos por ti— le interrumpió en el momento en que un rayo verdoso partía de su varita en dirección al pecho de la Malfoy abriendo profundas y sangrantes heridas, no podría defenderse, se había preocupado demasiado en unas pobres y simples cuerdas. Veía la sangre manar de las heridas pero aun así no se detuvo, agitó su varita una vez más apuntando a la mesa que se encontraba delante de ella, —Morphos— exclamó con claridad y en un instante el mueble se transformó en un enorme lobo albino adulto, pesaba casi 90 kg, con filosos dientes e imponente parada, gruñía en dirección a la Bruja, y alzaba las orejas en dirección a su creadora, la cual apuntó a Cirse con la varita y le ordenó que la atacase. La orden era simple, solo debía desgarrar su muñeca, la que portaba la varita, solo por si acaso, aquella bruja parecía rápida, pero no había que fiarse, y regresar para defenderla.

Miró a su alrededor, nadie intentaba defender a la pobre bruja, negó una vez más con la cabeza y apretó los dientes, algo extraño le sucedía internamente al verla, sentía que la recordaba de algún sitio, aunque no lograba saber exactamente de dónde era, —!Incárcerus!— Bramó sin esperar a que se defendiese, escapase u atacase, tampoco quiso esperar a que Lisa alzase su varita primero, ésta vez le tocaba a ella, sentía que era personal, necesitaba demostrarle a su maestra de suicidio que había aprendido muy bien la lección. Al instante, tres gruesas cuerdas se materializaron del extremo opuesto de Sombra, recorriendo la escasa distancia que la separaba de Cirse, unos tres metros o dos, y se enredaron en su frágil anatomía. La primera de ellas fue a pasar a sus tobillos para que no pudiese incorporarse, la segunda, ató su torso a la silla donde se encontraba sentada, amarrando sus muñecas en una incómoda posición a su espalda, y la tercera se enroscó con furia en su cuello, cortando el paso del aire, impidiendo así que respirase. —Accio Varita— Siseó apuntando a la varita de Cirse que ahora volaba tres metros atrás de su ubicación, estaba más que amarrada, y ya no podría defenderse. —No te lleves la mejor parte— le soltó a su compañera, afilando la mirada, guardando la varita de Cirse en su cintura y apuntando a su pecho una vez más.

Caminaba por allí sin rumbo y algo llamó su atención, era como una molestia en el estómago al fijar la vista en uno de los llamativos letreros del Callejón, "Doyle´s" rezaba colorido y brillante, —Vaya, Vaya, Vaya— comentó, y sin pensarlo dos veces agitó su varita al viento, haciendo ondear su capa oscura, la misma que ocultaba su llamativa silueta ataviada en ropa deportiva. Se escondió entre las sombras que le brindaba un callejón sin salida frente al Negocio y murmuró, al tiempo que su rostro se cubría con una blanca y brillante luz, característica de un Auror, pero al parecer alguien más le había ganado de mano, y un bello espécimen de León se apareció frente a ella y le indicó que Lisa estaría dentro, negó con la cabeza y una sonrisa se dibujó en su rostro, —Estás loca mi amiga— dijo para sus adentros y sin poder evitar la carcajada ingresó al local dando zancadas para no perder demasiado tiempo. —Muy buenas, muy buenas .. ¿Pero qué tenemos aquí? .. Con que Circe ¿Eh?— Cuestionó, parecía ebria, pero no lo estaba, o al menos no de alcohol, probablemente de ira y decepción.

Arya ~ Sorprendida se dio un ligero golpe en la cabeza, —!Cómo pude olvidarlo!— exclamó algo apesadumbrada, —Disculpa la cabeza de ésta despistada bruja, es que tantos rostros llegan a mi en distintas circunstancias, no soy buena recordándolos— agregó, pero al fijar la vista en los ojos de su ex alumna y nadar hasta las profundidades de su alma fue que pudo recordar, —!Jess! ¿Verdad?— indagó sin dejar de sonreír y la tomó del brazo para guiarla sin problema alguno por todas las instalaciones del Ink Master. Estanterías con pequeñas maquinarias, cuadros con imágenes que se movían y les devolvían el saludo, tintas de todos los colores, asientos, libros de tatuajes, salas con retratos, todo estaba tal cual ella había pedido, puesto que el Negocio se había visto obligado a una reforma luego del ataque Mortífago que casi lo lleva a la ruina el mismo día de su inauguración. Cuando por fin llegaron a la primer planta, donde los tatuajes más especiales y complejos se llevaban a cabo, Arya la condujo hasta su oficina, abrió la puerta y la invitó a pasar, —¿Té, Café, Agua ..?— Preguntó mostrándole dónde se podía sentar, en el interior de la habitación había un escritorio de caoba barnizado, con las sillas haciendo juego, una alfombra color azul Francia, muchos papeles, decenas de ellos, cuadros de personas que probablemente Jess no conocería, antiguos Magos y Brujas, personas reconocidas, familiares de la pelirroja, después de todo era SU oficina puesto que Hank nunca apareció, incluso, a un lado, había una enorme caja con cosas del Clearwater todas amontonadas, y allí se quedarían. @

—La campanilla— pensó en voz alta levantándose de su escritorio y golpeándose la rodilla raspada semanas atrás con la punta del mismo, se la frotó y con una pluma a tinta en la boca corrió escaleras abajo, aquel Negocio se estaba cayendo a pedazos debía hacer algo para ayudarlo a avanzar puesto que su socio, el mismísimo Hank nunca se dignó siquiera a mencionarlo, nunca se había pasado, y bien gracias que las cosas rotas habían sido reparadas a tiempo para que los empleados pudieran trabajar luego de dos ataques Mortífagos, todo obviamente salido del bolsillo de la pelirroja que ya estaba hasta la coronilla de la actitud de su compañero de Bando, acabaría por echarlo de la Sociedad y ocuparse de todo sola, al fin y al cabo siempre le pasaba lo mismo. Saltó el último escalón y apareció junto a la caja registradora de la planta baja, —¿Hola?— preguntó ya que desde ese punto de vista no lograba ver a nadie, pero dando dos pasos hacia su izquierda pudo dar con la grácil figura de una dulce bruja, —!Hola, Sí!, yo soy alguien— bromeó auto señalándose y con una sonrisa de oreja a oreja, —Pasa, pasa— le invitó con un nuevo ademán y luego la miró más de cerca, —¿Nos conocemos de algún lado?— cuestionó algo curiosa, últimamente estaba teniendo mucha mala memoria.

@@Aine Malfoy Gracias por el aviso!, ahora si entonces pido el cambio de Subnick con los símbolos que se puedan *-*. Y también gracias por Mencionarme T_T es la prueba fehaciente de que ahora si funciona T.T ... Ya no podía soportar ésto de que no funcionara (? Nos estamos viendo o/

Buenas noches gente besha *-*, vengo a dejar ésto por aquí.

Arya ~ Sonrió por mera inercia tras las palabras del Slytherin, por supuesto que lo recordaba, recordaba su voz cada noche, llegaba a ella con el gélido viento nocturno y se quedaba allí en su habitación, calaba hasta lo más profundo de su alma, anidaba en su mente y le generaba una sensación de vacío tan grande que creía estar suspendida en lo que algún día sería una dolorosa caída, —Lo siento .. Sectusempra— bramó en dirección a su creación, el rayo verdoso surcó la distancia e impactó de lleno en la cabeza del animal, abriendo una profunda herida que perforó el cráneo y le arrebató la vida de la forma más cruel, dolorosa y rápida que pudieran haber sido capaz de realizar; impresionada abrió los ojos y observó su varita, intentando comprender cómo había sido capaz de arremeter contra una ser vivo de esa manera, pero ya no había tiempo para pensar, el banco metálico yacía a tres metros a su derecha, el sonido de los animales alterados dentro de sus jaulas la estresaba, y un dolor punzante le robó el aliento. Pasó la varita de mano, Sombra viajó de la diestra fuerte y portadora, a una zurda insegura, pero esos segundos incontables en los que se desprendió de su arma y la volvió a tomar le sirvieron para pensar con vehemencia, un —Episkey— aferrada una vez más al mango de su varita y curando los huesos rotos de su muñeca portadora a causa del hechizo certero de Radamantys, —¿Si quisiera rendirme ahora .. Qué ganaría?— le preguntó sopesando cada palabra y deshaciendo la sonrisa en su rostro.