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Sira Loveless Haughton

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Todo lo publicado por Sira Loveless Haughton

  1. Tengo un hermano ilegaloso *apachurra a Greg* Y yo vengo a decir que si a Aelxis, por fin me salen hijas que no me abandonan!!!*emocionada* y bueno pues ya como dice mi querido esposo Irony tiene una hermana, habra que hacer las presentaciones XD y redactar una historia emocionante *-* bueno pues eso es todo a no, los invito a mi local Dulces tentaciones!!!
  2. Se levanto lo mas rápido que pudo para ir donde Irony se había quedado parada, dejando que las gotas de lluvia recorrieran su capa mojada dejando un pequeño charco donde se encontraba. No estaba bien, y eso se le notaba, las siguientes palabras que pronuncio pusieron la cara de la castaña en un color blanquecino, no podía creer que se hubiera dejado morder por un vampiro: - Todo pasara mi niña- No entendía el extraño vinculo que le unía a la joven que yacía ahora en el suelo mientras su esposo posaba sus manos sobre la herida de su cuello evitando que la ponzoña se extendiera por todo su cuerpo. Los canticos en latín que su esposo recitaba permitían que aquel veneno, pues no podía llamarse de otra manera se extendiera por toda ella que comenzaba a cambiar su tono de cabello. Acariciaba este con delicadeza, la miraba con miedo, no hacía mucho que la conocía, era verdad que no tenían lazos de sangre, pero no podía perder a aquella chica en manos de un neófito recién llegado:- No te preocupes mi niña, no hará falta que lo mates, ya lo hare yo- Su voz sonaba tranquila, no quería enervar mas a su hija, ya bastante mal lo estaba pasando con lo que su marido le hacía ahora:- No digas simpleces, no vas a morir- Agarro el brazo de su esposo:- Eso no bastara, la sangre esta envenenada, la sangre se cura con sangre- Tomo su varita que permanecía en su antebrazo para hacerse un corte en el, no le importaría derramar un poco de sangre si la suya podía curar a su hija:- Bebe y calla- Ordenó seria mientras su esposo seguía conteniendo su ponzoña.
  3. Se levantó de la silla notando su cuerpo más relajado y descansado, no era de buen ver estar en una guardia y permanecer sentada. La voz de Aaron no se hizo tardar, se giró hacia el joven moreno que se acercaba hacia ellas. Los tres se habían reunido y cuando los patriarcas dieran el visto bueno podrían comenzar con la guardia y la búsqueda de aquel maleficio que tan de cabeza traía a la castaña: - Aaron, que gusto verte- Se acercó a su compañero para darle un cariñoso beso en la mejilla, no sabía si le gustaría aquella muestra de cariño, pero ya estaba dada no era nada malo:- Bien chicos, ¿por dónde empezamos?- Preguntó mirándolos a ambos, aun no sabían por dónde empezar a buscar y el tiempo corría en su contra, pero deberían de planear bien su búsqueda para no cometer errores. Estarían dispuestos a esperar a los patriarcas cuando uno de ellos llegó presentándose como Derek. No lo conocía, nunca lo había visto por Londres:- Sira Loveless Haughton, un placer señor Lúcien- Se acercó extendiendo la mano hacia el patriarca:- Buscamos a los patriarcas de la familia por un asunto importante- La verdad esperaba que aceptara la ayuda de los guardianes de la marca, muchas veces se preguntaba si podía decir en aquellas circunstancias que eran guardianes, pero decidió no decirlo abiertamente y esperar que ellos lo dieran por hecho. Cuál fue su sorpresa cuando su cuñado hizo presencia al lado de Derek:- Emmet, cuñado, ¿Cómo estás?- Hacia tiempo que no lo veía, seguramente estaba demasiado ocupado con sus responsabilidades como para dejarse ver:- Bueno, podemos esperar si mis compañeros están deacuerdo, o si lo prefieren podemos empezar- Dijo mirando a su cuñado, aunque le parecía extraño llamarle cuñado después de todo.
  4. Esbozo una sonrisa que ella correspondió y claro que no iba a marcharse de su lado, por primera vez en mucho tiempo volvían a estar como al principio y esperaba que siguiera así por más tiempo. El abrazo lo noto más flojo pero aun seguían juntos, sobre todo por su vientre que se pegaba en el cuerpo de su esposo, ella lo miró a los ojos y llevó la mano de su esposo a su vientre para que sintiera a su hijo dar patadas en su interior: - Venga, ya pasó amor, deja ya de decir todo eso- Los besos en su frente le agradaban y le hacían parecer una niña pequeña, como muchas veces era tratada y eso le gustaba, sonrió:- Yo también te amo- De nuevo otro beso en su frente relajado y cariñoso, sus brazos aun seguían apoyados en el pecho del castaño: - Bueno entonces no lo diré- Rió con él hasta fundirse de nuevo en sus labios saboreando cada segundo. Se encaminaron hacia el castillo de nuevo con su brazo sobre el cuello, avanzando lentamente sintiéndose protegida por su esposo: - ¿En Irony? No, no siento nada fuera de lo normal, ¿Por qué?- Preguntó algo incrédula subiendo con él las escaleras hacia su dormitorio, no era que se ducharía con él, no la tocaría hasta que Demian estuviera fuera, pero si deseaba descansar. Días después Las cosas con su esposo iban cada vez mejor, así lo demostraba que durmiera a su lado ahora cada noche, acompañando a ella y su hijo. Aquel día lo habían pasado en el jardín y yendo de compras ya que pronto llegaría el día del feliz acontecimiento y Demian no contaba con nada. El día había pasado rápido con una ligera brisa de lluvia. La noche había llegado y la lluvia se hizo presente. Cansada la castaña y Kritzai se encontraban en la sala esperando a la cena, mientras se tomaban un pequeño refrigerio antes de la cena. Se encontraba en uno de los sillones con la respiración agitada tras la caminata por todo el Callejón. Kritzai le preparaba su refresco favorito cuando la puerta de la sala se abrió dando pasó a la que parecía ser Irony, pero bajo una capa completamente mojada: - ¿Qué es lo que está pasando aquí?- Dijo echándose hacia el frente en el sillón.
  5. Guardianes - Si, cuatro veces me lo arrancara- siseo la castaña mirando al elfo deseando darle una patada. Su semblante cambio de nuevo al ver a su lado a Agatha y de igual manera se cruzo de brazos acompañando a su compañera mortífaga:- Seguramente me compre una bolsa para controlarla- Dijo sin más mirando a su compañera. Ambas brujas pasaron al castillo dejando al elfo que cerrara la puerta con sus pequeñas manitas. No tenían mucho más tiempo, deberían de comenzar a buscar aquel objeto que lanzaba aquella maldición que a saber que podría ocasionar cualquier destrozo dentro de aquel prestigioso castillo: - Bueno, esperaremos, ¿no Agatha? Mientras puede llegar Aaron- Dijo sentándose en una de las sillas del pasillo donde se encontraban y el elfo iba a buscar a su ama. Se sentía algo pesada, solo que no daba muestras de ello, no quería parecer débil por estar embarazada.
  6. Miraba hacia las inmediaciones del castillo, sus compañeros se estaban retrasando y ella valoraba demasiado la puntualidad. Se estaba impacientando y eso se notaba en su nerviosismo ya que su pierna no dejaba de moverse y comenzaba a soltar bufidos por su boca: - De verdad que odio la impuntualidad- Dijo viendo como la puerta del edificio se abría y un elfo la recibía con la mirada puesta en ella:- No hace falta que me mires así puedes quedarte sin ojos- Sentencio la mortífaga. No acostumbraba a hablar así a los elfos, para ella eran criaturas fascinantes, por las cuales, los magos no podrían vivir. Simplemente la mirada de aquel elfo no le hizo demasiada gracia, no le gustaba esas miradas:- Deseo ver a la matriarca, soy Sira Loveless- Le extrañaba que no la conociera no era la primera vez que iba a aquel castillo, pero ahora no estaba allí para debatir aquello: - Debemos tratar algo de suma importancia- Se adentro en el castillo:- No cierres, creo que pronto vendrán más visitas- Dijo esperando a sus compañeros.
  7. - ¿Exaltada? Más bien extrañada, no te imaginaba así…- La mirada que se lanzaron él e Irony se podía cortar con un cuchillo, eran tensas y si su hermano había sacado el carácter de su madre…sabia que no le gustaría aquel trato:- Es mi hija, Ian, por lo que es tu sobrina- La castaña estaba recibiendo un trato que no creía merecer, simplemente se había sorprendido de verlo ahí tan…crecido, si aun lo recordaba en el vientre de su madre. Sintió sus dedos rozando su barbilla, la castaña no sabía que mas decir, el seguía con su monologo haciendo daño con sus palabras a la Loveless:- No tienes porque ponerte así Ian, no creo haber hecho nada para que me dañes con tus palabras, solo estaba sorprendida de encontrarte así- Si el demonio tenía carácter, la castaña no tenía menos, no por nada tenían la misma madre. Él bufó, ella también. Tomó el brazo de Irony y desapareció de la vista de su hermano, si quería volver a verla ya sabría donde encontrarla. Ambas brujas se habían alejado cuando el castaño apareció frente a ellas invitando a Irony a ir hacia la sala, la vio obedecer, pero aun tenían que hablar con ella de varias cosas, no entendía porque le hacía de irse: - ¿Por qué es ella la que se tiene que ir? Deberías ser tu- Espeto la castaña mirando a su esposo. La tenia agarrada de la muñeca, podría zafarse si quería de él pero no quería ahora hacerle daño, si Fyre asomara la cabeza no sabría que podía pasar:- Estoy calmada, el que se tiene que calmar eres tu- Ahora la abrazaba junto a su cuerpo, impidiendo que se moviera y ella dejo de moverse dejándose embriagar por su esposo, hacia mucho que no permanecían de esa manera, no sin discutir: - Tonto- Dijo simplemente.
  8. Rol de guardianes El castillo Gaunt, hacía mucho tiempo que la Loveless no se pasaba por aquel lugar de donde Anne, su amiga y mentora era matriarca y de la que no estaba segura si ahora sabía el porqué de su visita. Seguramente la ojigris se encontraba tranquilamente con sus mellizos en compañía de Shiro, aquel fantasma al cual, llamaba padre. El cuerpo de la Loveless se materializo a las afueras del castillo, seguramente sus compañeros no tardarían en llegar, pero de momento, avanzaría dando un pequeño vistazo por los jardines. Estaban allí en calidad de guardianes. Habían recibido un aviso, los Odefos habían lanzado una maldición sobre el castillo. Aun no tenían constancia de que podía hacer aquella maldición y sobre todo no sabían cuál era el foco emisor de la misma, pues estaban seguros que algo del castillo estaba encantado. Nada más tocar tierra la mortífaga había sentido aquella extraña sensación, la misma que había sentido cuando en su clase de maldiciones el profesor había sacado un anillo el cual estaba maldito. Si, era la misma sensación, y no era para nada buena, no sabía si los habitantes del castillo lo habían sentido, pero allí se encontraba junto a sus compañeros, para librarlos de todo aquello, las maldiciones eran verdaderamente imprevisibles por lo que no sabía a ciencia cierta qué era lo que podría generar. Después de un vistazo rápido, había llegado a las grandes puertas del castillo, golpeó la puerta tranquila, aun quedaban por venir sus compañeros. Esperó.
  9. La puerta se abrió en el momento que ella preguntaba por la dueña del negocio y allí estaba, acompañada de aquel fantasma que más que otra cosa le hacía gracia a la castaña. Su mirada se volvió a posar en Alba:- Si, debería de pasar a haceros una visita, pero estoy hasta arriba de responsabilidades- Se sincero, ella ya pronto lo comprobaría cuando su estancia en la Academia terminara e ingresara en las filas mortifagas para acompañarla a ella y a los demás hasta la muerte si hacía falta: - Te daré un consejo, no te cases- Carcajeo sin dejar de mirar a su hermana:- Nada, es broma, voy bien, siempre estamos discutiendo, pero es divertido- Zeta volvió a poner otro vaso de Coca-Cola frente a ella, siempre tan atento, le sonrió:- Bueno si lo tengo, aunque aún no ha nacido- Acaricio su panza:- ¡Ah! Te refieres a Terry, si es una perrita traviesa- En ese momento Anne había llegado frente a ellas con Shiro flotando a su lado, no sabía si Alba lo podría ver, pero Sira ya lo conocía y sabia donde se encontraba. Terry bajo al suelo y comenzó a saltar para intentar dar con sus patitas delanteras a los pies del fantasma, pero era trabajo en vano ya que sus patitas lo atravesaban: - Anne, milagro que te dejas ver- Se levanto para apretarla en un abrazo:- Shiro ¿Cómo estás?- Le dijo al fantasma con una sonrisa:- ¿Dónde te has metido loca? Sabes que poco hice, por mí, me la pasaría en la cama- La Gaunt sabia de lo vaga que podía llegar a ser la castaña.
  10. La noche caía sobre el castillo Haughton, el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte tiñendo el cielo y la escena de tonos anaranjados, rojos y amarillos, parecía un cuadro el cual contemplar. Aun no podía creer las cosas que acababa de escuchar de boca de su esposo, pero lo que tenía bastante claro era que no iba a pedirle más explicaciones sobre aquello. Miraba no solo el anochecer, sino también el jardín del castillo que con esa luz te daban más ganas de pasear por él. Pronto sintió la presencia de Irony a su lado, se sorprendió, había pensado que se quedaría con Kritzai, sentía que lo apoyaba más que a ella, cuál fue su sorpresa al encontrarla allí con ella: - Sí, estoy bien- Dijo soltando un resoplido destensando su espalda y sonriendo:- ¿A quién te recuerdo? Ahora me come la curiosidad- Vio el porte de la muchacha más detenidamente ahora que la tenía a su lado, era altiva, tenía carácter, incluso podía decir que se parecía a ella, “Que tontería ¿no?” pensó la castaña para sí. Unas palabras la sacaron de su pensamiento, unas palabras que la hicieron sorprenderse y dar una pequeña encogida. Aquella voz pertenecía a un apuesto joven, de ojos penetrantes azules la hipnotizaron. Con lentitud subía su mano para tomar el pañuelo que este le extendía, casi sin escuchar lo que decía, era verdaderamente hipnotizadores sus ojos. Sacudió entonces su cabeza para volver a la realidad: - ¿Perdona que has dicho?- Inquirió dudosa- ¿Ian? ¿Tu madre es Juve?- Era demasiada información, ¿Cómo podía ser aquel joven su hermano? Lo recordaba aun en la barriga de su madre, ¿Cuándo había nacido? ¿Cómo había crecido tanto? ¿Qué era lo que había pasado? Era verdad que aun las razas demoniacas y vampíricas, eran un misterio, pero no conseguía entender, porque su hermano, si lo era, había crecido tanto. - Es imposible que tú seas Ian- Dijo la castaña alejándose unos centímetros del ojiazul mirando de reojo a Irony que seguro no entendía la situación:- ¡Tú no puedes ser mi hermano!- Grito la mortífaga agarrando su vientre.
  11. - ¿Mas explicaciones?- refunfuño mirando a la joven- Creo que tanta información me hará estallar la cabeza, y para colmo Fyre se encuentra riendo- Dijo en un tono amargo sintiendo a su demonio reírse por dentro tras la situación, estaba segura que ella sabía todo, y la muy…permanecía callada:- Cállate Fyre- Susurro apretando los dientes y ahora su mirada se posaba en los ojos del castaño: - Ya no se qué creer- Le dijo sin mas mirando como sus pasos iban hacia el bar de la sala:- ¿Qué si yo te he ocultado algo?- Pregunto incrédula sintiendo hervirle la sangre apretando los puños a sus lados, viendo como seguía hablando tan tranquilo y bebiendo de aquel trago que se había servido. No dijo nada, con una irónica sonrisa se acerco contoneándose hacia su esposo:- Eres muy desconsiderado- Dijo con tono simpático, amoroso, estando frente a él. Se acerco para estar a escasos centímetros de su esposo:- ¿No tienes en consideración a dos señoritas?- Su voz se había vuelto dulce, aniñada:- ¿No nos invitas a tomar nada?- Su mano pasaba por el brazo de su esposo, de arriba abajo, hasta llegar a la mano donde reposaba el vaso con el licor:- Que malo eres- Susurro tomando el vaso entre sus manos. Lo que paso a continuación lo hizo sin prisa, subió el vaso hasta tenerlo sobre la cabeza de su esposo y lo vertido sobre él con una sonrisa: - Como vuelvas a dudar de mi, o digas esas palabras- Su voz comenzaba a subir, parecía mas un grito:- Te juro por mi vida que terminaras bajo tierra- Sus últimas palabras se habían escuchado por todo el castillo, la ira de la castaña era tal, que ahora sí que el Haughton estaba perdido, ¿Cómo se atrevía a decirle todas aquellas cosas? La estaba como insultando insinuando que había otro hombre en su vida: - Bebe lo que te dé la gana, y si tranquilo es tu día negro, ¿Contento?- La castaña tiro el vaso contra el suelo haciéndolo estallar en mil pequeños pedazos. Se separo del que era su esposo y ahora la ponía en duda, su respiración era agitada, incluso pudo notar un pinchazo en su vientre, pero se contuvo no quería que nadie se diera cuenta:- ¡Como te atreves a decir todo eso! Si querías mantenerme enojada, lo has conseguido- Sin mas la castaña no miro a nadie mas, salió de la sala con un portazo tras de ella. No iba a llorar, no después de las dudas de su esposo. Salió hacia el jardín, necesitaba aire, y aquella noche lo hacía.
  12. Polonia años atrás Rick Nowak http://i.imgur.com/gnYzEo3.jpg El castaño permanecía al lado de su hija acariciándole la mano con cariño, los niños ya partían hacia una casa donde serian criados por su madre y su tía, impidiendo que su hija sufriera de nuevo con el abandono. Haría lo que estuviera en su mano para que no se acordara de nada, y esperaba que el cuerpo del amado de ella permaneciera muerto en el suelo: - No pienses que vas a pasar a mi castillo Demian- Decía entre dientes, pero con las palabras cargadas de ira, sabiendo que él en cualquier momento estaría tras la ventana que había en el cuarto de su hija. Aun no entendía aquella obsesión por su pequeña. Negó incansable con su cabeza y quedó junto a Sira. Actualidad Se había calmado, tenía delante a su padre, el hombre que tenia idolatrado, el hombre que amaba demasiado:- ¿Por qué me has ocultado todo esto padre?- Su voz era calmada, sus ojos se llenaron de lagrimas al comprobar que su padre le había ocultado toda la verdad:- ¿Acaso me ves tan débil como para no soportar un abandono?- Las palabras le salían sin pensar, su padre la había tomado por una cobarde, una débil, y sabía perfectamente lo fuerte que era:- Por tu culpa ahora tengo que lidiar con todo esto, no mereces ni que te mire- Ahora su voz subía de tono, su padre permanecía callado pero con aquella porte señorial y elegante que tenia:- Puede ser que no me acuerde de nada de lo que paso, pero no voy a dejar de amar a Kritzai por eso- Se giro dándole la espalda, si el quería ya volvería a hablar con ella, de momento no quería ni verlo. Escucho la puerta cerrarse y sus pasos quedar delante de la puerta de la sala. Abrió y entro: - No creas que porque este aquí y no con mi padre te he perdonado nada- Decía entrando con paso firme hacia la sala acercándose a Irony:- Perdona por la escena, entre estos dos me han ocultado todo- Estaba al lado de ella con una medio sonrisa sentándose sobre el sillón:- ¿Ahora también me abandonaras?- Preguntó señalando a su vientre.
  13. Una voz la saco de sus pensamientos y búsqueda con la mirada de su perrita. Aquella voz pertenecía a su hermana Alba, hacia muchísimo tiempo que no la veía, creía recordar que desde la boda. No sabía si era por ella o por su hermana pero habían perdido un poco el contacto, seguramente porque ella ahora se pasaba más tiempo en la Haughton tratando diversos problemas familiares, así como la aparición de su padre y la pelea de él con Kritzai: - Alba, hermanosa, perdóname- Sonrió mirando a la joven Ryddleturn, hacia mucho que no la veía:- ¿Cómo estas hermanosa? Qué raro encontrarte por aquí y no en el castillo- también hacía tiempo que no iba a ver a su abuela, seguro se estaba preguntando donde estaría:- ¿Cuándo te vas a graduar?- Alzó una ceja y terminó de beberse el refresco con un golpe en la barra. No sabía muy bien como iba en la Academia, pero aun no estaba entre las filas mortifagas, asi como su hermana Mia que aun no se había graduado y eso que habían empezado la Academia juntas.
  14. Polonia, años atrás Rick Nowak http://i.imgur.com/gnYzEo3.jpg - Si, igual que consentiste el perder a su otra hija- Esputó el Nowak hacia el castaño que intentaba perdonarse:- Vienes, la embarazas, la enamoras y te vas, te vas, sin siquiera hacerte cargo, eres un cobarde- Recibió el golpe en su mandíbula, pero el castaño no se quedo atrás, podía sacar toda su fuerza demoniaca si quería, pero sería esta en ventaja con aquel joven, por lo que le lanzo un puñetazo en el estomago, hundiéndolo de tal manera que hizo que se encogiera de dolor: - Vas a aprender a respetar a mi hija- Decía jadeante sacando del interior de su túnica una daga de acero valyrio (XD) perfectamente calibrada, brillaba ante el simple roce de una luz, la había mandado forjar hacia unos años, cuando su hija nació, la hija que ahora iba a vengar:- Sufrirás en tu carne lo que ella está sufriendo, desmemorizaciones, ocultamiento de información, ¿Qué más quieres hacerle?- La daga estaba impregnada con un potente veneno que recorrería su torrente sanguíneo y además permitiría que portara la cicatriz por vida si conseguía curarse. La daga penetro perfectamente en la carne blanda del castaño su condición de humano lo hacía verdaderamente débil ante aquella daga que dejaba su huella. Al tenerla dentro, el Nowak la giro, permitiendo así que la curación fuera más tardía. La saco:- No vuelvas a acercarte a mi hija- Se giró sobre sí mismo y salió de aquella habitación, dejándolo en el suelo, si tenía suerte alguien lo encontraría… Actualidad No podía creer lo que estaba sucediendo, no entendía la reacción de su padre, pero estaba segura que tendría sus motivos:- No te atrevas a tocarle un pelo- La castaña había sacado su varita y lanzado un Episkey silencioso a su padre curándolo de aquella rotura de muñeca. Aun embarazada podía moverse con total libertad, no le impedía poder enfrentarse a nadie, ni siquiera a su esposo: - No tienes derecho a hacerle nada- Su varita se encontraba sobre el cuello del castaño, su padre bien podía defenderse, lo había visto luchar con magia, pero no le gustaba llevar la varita, se bastaba siempre con su fuerza:- El día negro puede ser el tuyo Haughton- Sus palabras comenzaban a llenarse de ira, por no decir que era odio:- Si te atreves a lanzar ese hechizo a la primera que impactara será a mi- Se encontraba frente al castaño, entre él y su padre:- Sabes que si quiero te mato, y lo sabes- El castaño sabia que Sira aunque no salía a matar, sabia defenderse bastante bien en un duelo e incluso matar a quien tuviera delante. - Cobarde, no has parado hasta casarte con ella- El Nowak se acariciaba la muñeca que su hija ágilmente le había curado, aunque no le vendría mal otro hechizo para terminar de curarle:- El que arruino la vida de mi hija fuiste tú, la buscabas, la embarazadas, ella como tonta caía en tus redes- Sira lo escuchaba, pero no le quitaba la razón en nada, desde hacia un tiempo sabia de su hija perdida y de la razón de lo sucedido: - Aquella noche que llegó con los niños lo supe, no me quedo de otra que volver a borrarle la memoria, ¿Qué querías? ¿Qué volviera a sufrir de nuevo como cuando la embarazaste por primera vez?- Sabía que su hija no se quitaría de en medio y seguía apuntándolo con su varita:-¿Abandonarla? Es lo que hiciste- La castaña no entendía lo que pasaba pero miraba a los dos mellizos perpleja.
  15. Su mirada se distraía buscando a Terry que se había perdido por el lugar, esperaba que Zeta la encontrara, a veces se ponía nerviosa sino la veía pues era muy pequeña y podía comerse algo que no debía o incluso perderse: - Bueno…como veras no vengo sola y además del calor, mi perrita se perdió por entre las sillas- Rió ahora que tenía el refresco delante de ella:- Como sabes lo que me gusta- Dijo mirando al encargado del lugar y acercándose el refresco. Carcajeo cuando lo escucho llamarla de aquella manera, era el primero que lo hacía desde que se había casado, hacia ya varios días y aun no había podido estar con su marido a solas: - Señora de Haughton, eres el primero que me llama así- Arqueo una cejar al mirarlo:- Pues no me quejo, siempre haciendo lo mismo, sin estar quiera en un lugar, sabes qué sino…me aburro- Se encogió de hombros y bebió un buen trago del vaso, las burbujas hicieron cosquillas en su boca y todo acompañado de otro cosquilleo en sus ojos que poco mas y comienzan a llorar:- ¡Que fresquita!- La dejo sobre la barra y miró al castaño:- Dime, ¿Dónde está Anne? ¿Sabes que quiero abrir una pastelería?- Era su sueño, abrir una pastelería, con pasteles hechos por ella misma, adoraba la pastelería.
  16. Se había quedado petrificada al ver a su padre allí, en Ottery, tenía entendido que seguía en Polonia, tan solo había recibido una nota el día de su boda disculpándose por su ausencia, pero había contraído un virus que lo obligaba a permanecer en cama: - Es… es mi padre- Tenía la sensación que no había ido a la boda por su rotunda negación a que estuviera con el Haughton, el porqué, no lo sabía aun no sacaba tiempo para hablar con el Nowak:- Papa, ¿Qué haces aquí?- De lejos había escuchado a su esposo maldecir al propio Rick, cosa que le hizo mirar de una mala manera a su esposo, para ella, su padre era demasiado importante. Rick Nowak http://i.imgur.com/gnYzEo3.jpg La puerta se había abierto, tras de ella se encontraba su hermosa hija, de nuevo…embarazada:- Sira por el bendito Voldemort, ¿otra vez?- Preguntó avanzando hacia ella y cobijarla en sus brazos, como lo hacía desde que era pequeña. La castaña pudo sentir así el olor de su padre y ver que estaba a salvo con él:- Buenas tardes- La potente voz del castaño resonó en el pasillo del castillo, su penetrante mirada de ojos negros, se clavaba en Irony:- Rick Nowak, un placer- Tomó la mano de la joven y la llevó a sus labios para besarla con galantería:- Soy el padre de esta hermosu…- Sus palabras fueron cortadas cuando sus ojos se desviaron hacia el Haughton, ahora acompañado de aquellos dos mellizos que conocía:- ¡Tu!, sabía que no podías andar muy lejos si mi hija estaba aquí- Dijo con rabia. Se separo de su hija muy a su pesar y en dos pasos estaba delante de Kritzai con los ojos inyectados de ira:- ¿Es que no has tenido suficiente durante todos estos años? ¿Tienes que perseguirla por todos lados? – El dedo del Nowak se aprisionaba sobre el pecho del castaño, justo en la herida que años atrás le había producido:- No has parado hasta tenerla bajo tu yugo, ¿verdad?- Preguntaba arrastrando las palabras ahora señalando a su hija que permanecía sin decir nada aun al lado de la puerta: - Papa…- Se atrevió a decir Sira mirando la escena haciendo rodar su anillo sobre su dedo.
  17. Rick Nowak http://i.imgur.com/gnYzEo3.jpg Polonia años atras. Los pasos del castaño resonaban en el gran castillo, nerviosos, de un lado a otro. Sus manos tras su espalda le daban un porte nervioso a la vez que enojado. Su madre había muerto, su tía hacia unos años que lo había hecho, pero no le había preocupado tanto como ahora. Ahora al morir su madre, aquellos dos mellizos habían quedado sin nadie que los velara para que no supieran la verdad. Aquella verdad que había ocultado a su hija desde aquella noche que había aparecido de nuevo con dos bebes. No tardo en hacerle olvidar y cambiar la historia de lo pasado, aquel joven se aprovechaba de ella cada vez que la veía en sus viajes para después dejarla a su buena suerte. No era la primera vez que pasaba todo aquello, si las cuentas no le fallaban era la segunda y en la primera ocasión había conseguido que ella perdiera a su hija y no supiera nada de ella. Cuando desmemorizó a su hija aprovecho su desmayo para ir a buscarlo, no le iba a costar demasiado, si ella estaba en aquel lugar seguro que se encontraba en Polonia. Miró a su hija que dormía con cariño mientas los bebes eran trasladados a una cabaña con su madre y su tía. Le dio un beso en la mejilla y salió enfundado en una capa, sin rumbo pero si con una meta. No conocía ni el nombre del hombre que le hacía todo aquello a su hija, pero solo tenía que seguir los resguardos que su hija tenía en su bolsa. Se habían encontrado en un hotel, el se aprovechaba que no lo recordaba y volvía a enamorarla y embarazarla para después aparecer. Su coche, manejado por el chofer, lo llevo hasta aquel hotel, apenas sin parar el motor el Nowak salió a toda prisa del vehículo hasta el interior del hotel. Su capa ondeaba a cada paso rápido que daba, solo se escuchaba eso, sus pasos. Esos pasos que lo llevaron hasta la habitación que ponía en aquel resguardo que su hija había dejado en su bolso: - ¿Conoces a Sira Nowak?- Preguntó nada más abrir la puerta para cerrarla tras de él, dispuesto a partirle la cara a aquel hombre, y lo que no era la cara:- ¿Te parece de hombre dejar una y otra vez abandonada a mi hija?- No le dejaba tiempo para hablar, no le interesaba lo que le tenía que decir, tan solo le preocupaba su hija:- Me has hecho de quitarle a sus hijos de los brazos, maldito bastardo- No tenia pensamiento de mantener una batalla con la varita, eso no dejaría ningún recuerdo, tenía otros planes… Castillo Haughton La puerta resonó con dos grandes sonidos pidiendo el paso. La castaña ignoró por un momento a su esposo y decidió ir a abrir, para encontrarse cara a cara con su padre, Rick había regresado de nuevo.- ¿Papa?- Preguntó extrañada de tenerlo allí.
  18. Los pasos de la Loveless casi arrastraban por las calles del Callejón, el calor era insoportable, podía sentir como las gotas de sudor caían por su rostro. Estaba loca por salir a la calle con aquellas temperaturas. El sol llevaba días en lo más alto del cielo, con aquellos rallos terribles que quemaban incluso a las moscas. Iba acompañada de su perrita Terry, la cual no paraba de jadear rápidamente por el calor y la sed. Se paro frente a aquel pub perteneciente a Anne, a la cual hacia mucho que no veía. Lo miro de arriba abajo viendo aquella cochera que escondía el pub en su interior. Un lugar con aire donde podría relajarse toda la tarde. Empujo la puerta, quemaba por estar dándole el sol todo el día, la abrió como pudo y entro en la cochera. El aire fresco que llegaba del interior, no hizo solo que ella suspirara aliviada sino que sentía a su cachorro haciendo lo mismo. Lo desato de la correa y salió disparada seguramente a quedarse bajo alguna mesa o silla donde poder refrescarse: - Zeta, ¿Dónde estás?- Sus pasos se encaminaron hacia la barra buscando al barman que la atendería y seguramente la escucharía:- Ponme una Coca-Cola fresquita, creo que moriré de calor- se subió a una de las banquetas como pudo y tamborileo en la barra mientras lo veía aparecer.
  19. Había comenzado a andar hacia la sala, si querían ver a Kritzai, ¿Quién era ella para decirles que no? Escucho unos pasos acercarse hacia ellos, procedentes del fondo del pasillo, la figura que se daba a conocer era Irony, que pronto estaba a su lado, para su sorpresa, con cara de preocupación: - Si, si estoy bien gracias hija- La palabra hija le había salido sin pensar, si bien era adoptada, no por eso sería menos hija que otros. Era la primera que le preguntaba que le podía pasar, pero la castaña cambio su rostro o al menos lo intento, no quería parecer débil, pues no lo era:- Solo quieren ir a ver a Kritzai, ¿sigue en la sala?- Pregunto caminando al lado de la joven, esperando que los hermanos las siguieran. No quería ser descortés con ellos, pero no tenía la culpa de no acordarse de nada de la historia que les estaban contando y sobre todo iba a soportar que la trataran de aquella manera:- Aunque si estás aquí… ¿se fue? No me extrañaría- Le dijo con una triste sonrisa:- ¿O se quedo en su mundo?- Intento reír pero apenas si le salió una pequeña risa:- La verdad que algo cansada si estoy…esto- Señalo su vientre- Pesa demasiado, los demonios suelen pesar- Seguían avanzando por el pasillo hasta llegar de nuevo a la sala, para encontrarse con la mirada perdida de Kritzai.
  20. Ahora su mirada se posaba en la de la joven, al parecer los dos eran demasiado sensibles:- ¿Qué historia es la que os contaron?- Preguntó alzando una ceja mirándolos, no acostumbraba a ser así con nadie, siempre era cariñosa, sobre todo con sus hijos, adoraba a sus hijos por encima de todo, pero no iba a tolerar que le hablaran de aquella manera, menos aun sin saber lo que verdaderamente había pasado, en realidad ni ella misma lo sabía, pues aquella historia que su padre le había contado siempre le había parecido muy extraña: - ¿Kritzai? Supongo que seguirá en la sala- Señalo hacia el final del pasillo con un movimiento de su cabeza. La verdad no sabía si seguía allí o había dejado sola a Irony, no le extrañaría que lo hiciera, últimamente se pasaba más tiempo fuera, en sus “viajes”, que haciéndose cargo de sus responsabilidades. La verdad no sabía qué era lo que le pasaba a su ahora esposo, solo sabía que, desde que se habían casado, la había dejado medio abandonada, y no solo a ella, a sus hijos, a su futuro hijo e incluso podría decir que casi al bando. No sabía que le pasaba, pudiera ser que en sus viajes había conocido a personas mejores o saber…Sira no quería pensarlo, por lo que siguió como si nada pasara: - Si queréis seguirme…podemos hablar de lo que queráis, pero os aseguro que yo, no os abandone- Su voz sonaba más tierna aunque algo mas quebrada, no hubiera pensado nunca que aquellos niños aparecieran buscándola, y más aun diciéndole que era su madre, además parecía que pasaría sola la situación, ¿estaría su esposo embarazando a otra? Giro su rostro a punto de soltar una lágrima, el nudo en la garganta estaba a punto de salir, pero de nuevo, se contuvo.
  21. Esperaba las palabras de la chica, cuando el joven que la acompañaba habló por ella en un tono algo molesto. Las palabras que el castaño le dirigía a la Loveless la dejaron helada sin saber exactamente qué decir. Ella asintió y sonrió:- No hace falta que hables de esa manera, no, al menos hasta esperar saber- Sira se mantenía altiva con las manos apoyadas sobre su vientre. Aquella historia había sido ocultada por su padre, por lo que no creía que ellos de verdad fueran sus hijos. Años Atrás, Polonia, castillo Nowak El tiempo no podía ser peor, la lluvia golpeaba los grandes ventanales del castillo, se podía observar incluso como el agua quería penetrar hacia la gran estancia de la que era dueño Rick Nowak el padre biológico de Sira, el cual estaba furioso por la situación que estaba teniendo lugar. La joven había llegado con dos pequeños cuerpos en sus brazos, dos bebes castaños perfectos y hermosos que estaban en aquel momento callados y dormidos. Rick miraba a su hija Sira, no entendía como había vuelto a dejarse embarazar por aquel hombre después de lo que había sufrido con su anterior hija, cosa que ella no recordaba gracias al demonio que la controlaba:- Sira, eres est****a niña, ¿Cómo has podido volver a caer en sus brazos? Si alguna vez lo tengo delante, te aseguro que lo matare- Andaba rápido de un lugar a otro, procurando no mirar a su hija y a sus nietos, eran ya demasiados:- Debes cuidarte de una vez, no volverás a salir de aquí hasta que no encuentres a tu madre, no te dejare, sabes que tengo el suficiente poder como para hacerlo- Decía el demonio imponiéndose delante de ella tomando en sus brazos a los dos bebes: - Esta vez sufrirás las consecuencias- Los bebes fueron rebatados de sus brazos por su padre y el, los depositó en unas cestas:- Los cuidaran mi madre y mi tía- Dijo tajante sacando su varita. La cual apenas si utilizaba, no le gustaba, pero a veces…no había remedio: - Obliviate- Aquel hechizo impacto en el cuerpo de la castaña que cayó al suelo. No sabía cuánto tiempo había pasado pero ahora se encontraba tumbada en uno de los sillones de la sala principal con su padre al lado tomándola de la mano:- ¿Qué ha pasado?- Preguntó confundida mirando a su padre:- Nada hija, solo que encontraste a dos bebes abandonados- La mentira comenzaba a tomar forma:- Mi madre y mi tía los cuidara, estas demasiado débil como para ocuparte de ellos, recuerda que tienes que descansar- No podía poner en duda las palabras de su padre, asintió… Actualidad - Es cierto que encontré a dos niños hace años, pero no soy su madre- No podía sino hablar en el mismo tono que el joven, no le gustaba que fueran así con ella menos aun sino sabia la causa:- Y si, los demonios están detrás de todo esto- Dijo esbozando una sonrisa irónica.
  22. La conversación se volvía en dirección a su esposo e Irony, ella escuchaba sin decir nada, solo recordando aquellos detalles que estaba dispuesta a hacerle recordar al castaño, hasta el momento en que encontrara a su hija pérdida: - Amor…diré lo que me plazca, porque es algo que hiciste en uno de tus viajes- Dijo sin más con la misma molestia que había notado en las palabras del Tempestad:- Si hubieras dicho la verdad desde el primer momento, las cosas serian de otra manera- Se levantó del asiento con una velocidad impropia de una embarazada, se podía ver de nuevo aquel brillo amarillo en los ojos negros de la castaña, Fyre la rondaba desde hacía unos segundos: - Irony, eres bienvenida, de eso no hay duda, no solo tendrás la protección de Kritzai, sino también el apoyo y todo lo que necesites de mi- Dama apareció en ese momento con una reverencia:- Señora, cálmese- Era la única que entendía a la perfección a la castaña:- Señora, dos jóvenes la buscan a usted y al señor Kritzai- La elfina se puso al lado de la Loveless esperando su respuesta, esta se giro para mirar a Kritzai e Irony:- Iré yo a atenderles- Suspiro y salió de la habitación acompañada de la elfina. Al salir de la sala y recorrer el pasillo que llevaba hacia la entrada, el enojo se le fue pasando hasta el punto de no notar a Fyre en su interior:- Dime Dama, ¿Quiénes son?- Pregunto al comenzar a ver dos figuras en la entrada del castillo:- No le puedo decir señora, tan solo preguntaron por ustedes dos- Ella asintió y pronto estaba frente a dos muchachos prácticamente iguales. Aquellos dos jóvenes le recordó a la castaña a sus dos niños arrebatados por su padre y mandados a ser criados por la madre y la tía del Nowak, situación que nunca le había perdonado: - Buenas tardes, soy Sira, ¿en qué les puedo ayudar?- Pregunto con tono cariñoso, recordando cada vez mas aquella situación.
  23. La había tomado de la mano, y ella no se la rechazó, seguramente no permanecería demasiado tiempo enojada, solo quería darle un escarmiento a su esposo. Llegaron a la sala, los elfos habían preparado un pequeño piscolabis para los recién llegados en una de las mesitas de la sala. Se sentó al lado de su esposo en el sofá mientras Irony tomaba asiento en un sillón, imitándola se cruzo de piernas, con la diferencia que ella tenía que echar la espalda hacia atrás pues su vientre la impedía mantenerse erguida demasiado tiempo: - ¿Agua? Qué extraño, ¿estas de resaca?- Preguntó burlona con un deje de ironía en su voz, era verdaderamente extraño que pidiera agua, ya que siempre pedía algo fuerte:- Un refresco, ya sabéis cual me gusta- Ordenó a los elfos que se encontraban en la sala, a veces extrañaba a Dama, pero también necesitaba sus días de descanso, ella sabía perfectamente lo que le apetecía en todo momentos. Escuchaba la conversación con tranquilidad, sobre todo las palabras del castaño. Se giro entonces para mirarlo con el ceño fruncido:- A si, debes saber Irony- Decía ahora mirando a la joven:- Aquí el señor Haughton, conoció a tantas personas en sus viajes que una de ella fui yo, me embarazo y me dejo tirada- Dijo sin más recordando ahora aquel tiempo, hacia años, cuando se habían conocido y perdido a su hija:- Como consecuencia tenemos una hija perdida…- Él sabía perfectamente que aquella herida aun estaba abierta en la Loveless, sobre todo porque hacía poco tiempo que se había enterado de todo, gracias a Fyre, su demonio: - En fin…- Ahora era el turno de Irony, escuchó su historia, así como cuando los dos se conocieron. No iba a juzgar a la futura mortífaga, ella misma había matado a su madrastra y a varios muggles, el sentir la muerte en sus manos era algo increíble e indescriptible, la hacía sentir tan bien:- Y eres bienvenida a la familia Irony, ¿pensaste ya en trabajar en algo?- Pregunto bebiendo un sorbo de su refresco.
  24. De las sombras apareció una cara conocida. Su sorpresa fue al ver que su cuñada iba a su encuentro. La castaña sonrió al verla:- Dichosos los ojos que te ven- Dijo sin más mirándola de arriba abajo, estaba cansada eso se le notaba a leguas:- Mejor ve a darte una ducha, ya hablaremos- Su cuñada desapareció de su vista. Sira se giro entonces de nuevo hacia Irony acariciando su vientre: - Habrá muchas cosas que te sorprenderán- Arrugó el gesto ante su siguiente pregunta y suspiro calmada, no quería despotricar contra el castaño delante de la joven aprendiz:- Pasar, claro que pasó, supongo que estará bien, lo deje en el hospital…- Había dejado al castaño esperándola en la quinta planta mientras ella se iba directa a las mazmorras, aun no le perdonaba que lo primero que hiciera nada más volver a la vida fuera utilizar uno de sus nuevos hechizos, ¿acaso eran más importantes que ella? La puerta se abrió de nuevo apareciendo por ella su esposo que, con paso firme fue directo hacia ella. Lo miraba detenidamente mientras escuchaba sus palabras, le torció la cara cuando lo notó cerca de sus labios y se separo de él unos centímetros:- ¿Ahora si? Ahora, soy el ser más perfecto, hermoso y según tu sexy del mundo, ¿verdad?- Cogió su mano y la bajo no dejando que la siguiera acariciando:- Ahora resulta que me amas, ¿no quieres encantar otra mesa?- Preguntó con ironía acercándose a Irony quedando a su lado. Sintió la mano ahora en su vientre:- Veo que al menos, de tu hijo te acuerdas- Se había agachado para acariciar su vientre y hablar a su hijo, el cual aunque aun muy pequeño se movía al contacto con su padre. No era que no se muriera por estar en los brazos del castaño, o simplemente que le diera un tierno beso de los que ella era adicta, solo que no le había resultado demasiado cortes su comportamiento en San Mungo y debía de escarmentar. El bando lo era todo para ellos, daría su vida su sangre su todo por ello, pero no podía olvidarse de ella. Sonrió hacia Irony mientras el castaño seguía hablándole a Demian:- Estoy contigo, vamos a sentarnos- Se dirigieron entonces hacia el fondo del vestíbulo, allí había una puerta maciza la cual empujo para encontrarse con una sala de descanso donde podrían sentarse cómodamente y tomar algo fresco de beber.
  25. El trabajo había sido duro aquellos días, los boxes habían estado llenos durante aquellos días, incluso su esposo había sido uno de ellos. El cual había casi ignorado a la castaña nada mas despertar. Ahora se encontraba tumbada en su cama, era por la mañana, ¿la hora? No lo sabía, no tenia aun intención de levantarse aunque el sol intentara meterse entre las cortinas del gran ventanal del cuarto. Estaba sola, no había tenido ni ganas de compartir el lecho con el castaño, que se quedara con aquella criatura que formo nada más abrir los ojos: - Estate quieto- Decía en un susurro dirigiéndose hacia Demian, que se movía nervioso. Llevaba unos días moviéndose sin parar, desde el día que había dejado a su padre solo en el hospital, pero no iba a caer en los deseos del pequeño, debería de aprender que la vida no sería como él la dispusiera. Se ponía de lado para seguir un rato mas tumbada en la cama cuando la puerta sonó tres veces alguien le pedía paso:- Señora una joven la busca abajo- No reconocía la voz de aquel elfo, seguramente permanecía a la familia y ella no lo conocía, a fin de cuenta hacia poco que pertenecía a ella:- Ya voy, ya voy…!Dama!- Gritó la mortífaga haciendo aparecer a su elfina personal delante de ella, o eso creía ya que apenas si había luz en la estancia. Los pequeños pasos de la elfina resonaron por la habitación, se dirigía hacia el gran ventanal. Abrió las cortinas y la ventana dejando pasar los rayos de sol que hicieron que sus ojos se cerraran rápido:- Cuidado, ¿no ves que me hace daño?- Se quejó la castaña incorporándose lentamente sobre la cama:- Perdone señora- Mientras se disculpaba la elfina fue directa hacia el armario para prepararle un short y una blusa amarilla con un volante en medio, holgada: - Estoy cansada de esas ropas tan anchas- Se dio un baño rápido y sin secarse el cabello dejándolo rizado y mojado, bajo las escaleras para encontrarse frente a Irony que la esperaba abajo:- Buenos días o tardes, no sé que sea- Desde el altercado hacia unos días en el castillo, no la había visto:- ¿Cómo has estado? Espero no te sorprendiera lo sucedido- Se acercó para darle un beso en la mejilla.

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