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Hessenordwood Crouch

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Todo lo publicado por Hessenordwood Crouch

  1. Garry M. Ollivander, encubierto C.C.U. Dio un trago más a su cerveza, casi terminando con la del vaso, ahora que no tiene que liarse para encontrar a Laddy se siente menos tenso. La música en el fondo era bastante fuerte ahora, voltear a la pista de tanto en tanto no parece algo extraño entre la gente que solo bebe o descansa en algunas de las salas más privadas. Alessandra no hace excepción de aquello y el muchacho distraído sigue con la mirada hasta donde la medimago jefe señala a un par de gentes bailando justo en medio de las pistas, las luces y el ritmo de la canción lo hacen sentirse mareado de mirar por más tiempo. Garry sonrió divertido, pensando al fin en lo primero que Lady le había dicho; definitivamente estos lugares no era para él. ―Lady es una vieja amiga de… ¿la academia?-, el muchacho negó con la cabeza, no estando muy convencido de lo que dice, pero no parecía preocupado o apurado por sus palabras, al elfo detrás de la barra hizo una seña y con un gesto amable pidió una pinta más. ―Oh no, ¡El departamento de criaturas!-, aseguró esta vez al tiempo que volvía sus pálidos ojos a Alessandra. ―Era ella un aprendiz entonces cuando yo lo deje…-, nunca ha dado los motivos de por qué dejo Ottery entonces, incluso, cuando Bel Evans insiste en ello, él siempre cuenta una historia distinta. ―Y ahora es…la directora…-, le sonrió a Lady, no es una grande sonrisa porque en su rostro el gesto causa estragos, pero es genuina. Mientras levanta el tarro en señal de brindis por Luxure, Garry piensa entonces en lo ha dicho, y en lo que Gryffindor les había revelado a Alessandra y Garry en the hunters. Un trago más de su cerveza alivio la resequedad en su garanta. ― ¿Uhn? Ah sí, bueno lo estaba, con Bel…-, es posiblemente la primera vez que lo dice, al igual que cuando contrajo nupcias con la Evans, supone Garry que la gente siempre se entera de todo aun cuando no necesita contar las cosa. ―Hace unos meces que hemos acordado el divorcio-, evita el gesto de encogerse de hombros como si no fuera importante, la verdad es que los temas sobre la relación entre Bel y él aún se le complica explicar a los demás, no porque no sabe que es lo que existe entre ellos, sino más bien porque la gente inusualmente entiende el vínculo que une a Evans Ollivander. ―Era lo más justo para ella…-, esta vez casi murmuró, asintiendo y desviando la mirada del par de brujos que lo acompañan. El ruido que se escucha de un montón de botellas rompiéndose en uno de los cuarto privados, sobresale de la música, Garry compartió una mirada extrañada con Alessandra antes de luego volver con Lady. ― Creo que se han enfiestado de más ahí ¿eh?-, sonrió nuevamente de medio lado, con los extraños ojos esta vez sobre los de la pelirroja. ― Debe ser un poco cansado liar con gente problemática que viene aquí ¿no? Quizá es algo sobrado, pero no puedo evitar preocuparme por usted; ¿tiene seguridad aquí Luxure? @ @
  2. Nick: Garry M. Ollivander ID: 118247 Libro de Hechizos: Libro de la sangre Justificante de compra del Libro: Aquí Rango Social: Dragon de Bronce Nivel de Magia: VII Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Mayo 24, 2014 Link a la Bóveda: Bóveda No.103154 Link a la Ficha: Ficha No.103059
  3. Garry M. Ollivander, en cubierto C.C.U. Casi derramo su cerveza por el filo del vaso, que malo, apenas había llegado, era el primer lugar al que llegaba y la reconocible voz de Alessandra casi consigue que estropear sus ropas. El muchacho se limpió con torpeza, el resto de cerveza que quedaba en su rostro mientras buscaba con la mirada a la causante de todo. Junto a él, divertida, Delacour lucia distinta como muchas otras veces, él aún no se acostumbra a ese truco de ella de cambiar de apariencia, y aunque no se la esperaba encontrar en el mismo lugar, se siente solo un poco menos tenso que antes. ―Supongo que…debimos organizarnos un poco más antes de solo salir-, esta vez consigue un trago largo, aunque sus ojos están fijos en su compañera que se dedicaba a observar el lugar a ritmo de la música. A diferencia de con Alessandra, la voz de Lady Luxure susurrando en su oído no lo sorprende lo suficiente para derramar su trago, pero de igual manera no se había percatado de su cercanía. Él no podía terminar de acostumbrarse a eso que hacen las Luxure, a pesar de conocerle tantos años, Lady aún conservaba su encanto ante los ojos pálidos del muchacho. Se giró un poco para encontrarse con su rostro refinado, pero antes de darse cuenta, Lady se encuentra junto a él, esta vez abrazando a Alessandra. La conversación entre ellas se dio bastante rápido y familiar, por las palabras de ella Garry se apresuró a pesar que algún parentesco debían tener, aunque la afirmación de Alessandra como “madrina” del joven Alexander, lo ponen en duda sobre si el lazo que les une es meramente formal o sanguíneo, Ottery resultaba cada vez más estrecho de lo que se pensaba comúnmente. Comienza a sentir de apoco que cada vez desentona más en el sitio, la verdad era que el menor de los Ollivander es bueno para pasar desapercibido, pero ahora que va e cubierto, no sabe muy bien cómo es que resulte ser de ayuda. ― ¿Uh? Si, por supuesto que le conosco. Alessandra es mi jefa en el control de comercio -, sonrió animadamente, como raras veces se le ve hacerlo. ―Nos hemos quedado algo cortos en cuanto a personal, así que…le propuse que podíamos festejar nuestra “posada navideña” en Hell Moon-, afirmó encogiendose de hombros, escuchándose convencido de lo que dice, aunque no se siente muy confiado de liar tanto a Lady, después de todo era su amiga. ― ¿No le conté, Alessandra?, Lady Luxure es la dueña de Hell Moon, ¿a qué es un buen lugar? No pensé que se conocieran, parece que al final fui yo el más sorprendido. ¿Por qué es que Garry había acudido a sitio finalmente? No es que sospechara en primer lugar de Lady, si no mas bien que seguro ella podría explicarle un poco mas de que cosas pasaban durante las noches por Diago, quizá, además si exista algún un movimiento turbio, lo mejor era prevenir a la matriarca Luxure. Pero ya se lo explicaría a Alessandra en otra ocasión. @ @
  4. Yanna : d Yanna permaneció en silencio, tratando de más allá de escuchar los ruidos superficiales, agudizar sus sentidos, aquel gesto era muy idéntico al del menor, salvo que a diferencia de Garry, los ojos de Smith siempre brillaban con ensucias, como si estuvieran hambrientos. La morena tenía la vista perdida en aquella oscuridad que se presentaba inmediatamente apenas comenzaba la boca de aquella misteriosa cueva, es apenas perceptible, pero emana un olor desagradable, pero que la bruja puede reconocer como a caramelo muy quemado. Estornudo ruidosamente haciendo un feo gesto mientras que, como un cachorro se talla el rostro para aliviar la picazón en su nariz. ―Esto no me gusta…-, ¿Qué había dicho Evans? Que importa, el tatuaje en el hombre de Yanna se retarse dolorosamente y se extiende por el resto de su piel, apenas puede ver algo ―Hay alguien ahí abajo…-, Smith señalo, su sonrisa maliciosa no está más ahí, sus labios se aprietan con mucho disgusto al mismo tiempo que su ceño se contrae con mucha fuerza en su expresión. ―Y nos es está esperando..-, ¿Qué es lo que Grelliam quería de Davelis? Por primera vez Yanna se lo pregunto, había seguido las instrucciones sin mucha importancia, pero ahora, en aquella peste y oscuridad densa, se pregunta en realidad que tan oscuro es capaz de bajar el muchacho para resolver sus dudas. El ruido del que Bel le hablaba se anunció con fuerza, y a Yanna le provoco un sobresalto que la hizo retroceder del pozo. Un poco más alarmada, a la morena no se le ocurre otra idea más que escapar, es su mejor truco, aunque sinceramente ahora sospecha incluso del agua tan pura que hay a su alrededor, además de que hace mucho frio para mojarse, de caer, seguro pescaría pronto una pulmonía o alguna enfermedad de esa, aunque seguro Evans tendría algún remedio para… ¿Por qué ella no hacía algo al respecto? Yanna renegó, soltando un extraño bufido y tomando con fuerza del brazo de Bel. ―No hay tiempo niña, ya pensaras en cómo sacarnos de ahí-, sin problemas, Smith salto a la cueva arrastrando a Bel con ella hasta la oscuridad. Garry Los pasos de Garry se detuvieron de pronto, su mirada quedo perdida un instante en el horizonte mientras que en el par de ojos de colores distintos, el aro rojizo de materializo por un segundo, el ardor de su mano lo alertó rápidamente y parpadeando concentró su atención en esa marca que guarda ahí, tatuada como con hierro ardiente, la bella figura de una flor maldita. La boca de Garry se hizo una larga línea que surco su rostro, entiende que hay una relación entre la marca de él y la que hay en Bel Evans, aunque verdad era que aún no entendía cómo es que funcionaban ambos sellos. ― ¿Potenciara a quién?-, contesto a la bruja que le acompaña, aun distraído en el símbolo de su mano. Al levantar la vista se encuentra con el rostro de ella, no puede culpar a Smith por cargar con esta pequeña mujer como bolsa de mano, pues casi puede entender ahora por qué es que la mantiene cerca. “Mi amigo…”, por supuesto, ahí estaba nuevamente y un escalofrió recorrido al muchacho, tan solo escuchar la monstruosa voz de la criatura es suficiente para casi sentir su aliento severo sobre su cuello. ―Ah, Grell… no te preocupes por él…puede sernos de ayuda esta noche-, de verdad lo espera, aunque después de la noche anterior Garry no esta tan seguro de lo que dice. Un fuerte sonido se escuchó a algunas yardas de distancia, es cada vez más difícil andar por ahí, apenas se ve y la verdad es que desconfía totalmente de la astucia de Yanna, no cree que no sea brillante, pero no quiere que Bel se vea afectada por los recursos kamikazes a los que Smith acostumbra para salir de un apuro. ― ¿Puedes guarnas hasta la entrada de Davelis más rápido?-, habla con voz neutra, aun observando a Nasha, aunque la verdad la pregunta va para alguien más que solo ella. Espera por una respuesta rápida, y ante el gesto de la bruja, impacientemente, el muchacho lo vuelve a intentar. ―Debe ser…una concentración de magia oscura, escondida entre algo que es muy bello, que es paz…-, trato de explicar, pero a pesar de lo que ha leído, entiende que es probable que ambos puedan sentir una magia distinta, Grell porque es un ser oscuro y Nasha…bueno no conoce los poderes de ella. ―No hay mucho tiempo, el camino al interior de Davelis podría cerrarse. @
  5. Yanna, Berni & Garry again xD Asintió a ambas como si agradeciera lo que decían ahora, porque de pronto no tiene más que decirles, aun cuando no está, nuevamente, de acuerdo con ellas. Él en cambio no ha visto nada en su reflejo, pero tampoco se considera una persona “torcida”, no, él evita convertirse en una, lo intenta incluso cuando en lo único que puede pensar es en ella, en la criatura que gobierna algunos días más que otros sus pensamientos. Es esa posiblemente la más cobarde de sus ideas, cuando no es capaz de reconocer que sobre pasa el límite entre él y lo que sea que se esconde en lo más profundo de su mente, y algunas veces, inclusive, de los deseos de su corazón. Su mente compartiendo todo el tiempo el mismo cuerpo, con alguien que lo conoce mejor que nadie en esta vida, de pronto Garry, cree que no podría vivir sin él, y se siente completamente perdido ante la idea de que un día le haga falta. “Quizá si estás un poco torcido…”-, se mofa la criatura de él y no puede evitar ese temblor en sus manos que en los últimos meces ha venido a estarle molestando. Garry se frotó el rostro con ambas manos una y otra vez ante el malestar que el pino en la sala le produce de apoco, no quiere si quiera tener que pensarlo, la sola idea le aterra de pronto como la primera de las veces que pudo escucharle, pero al cerrar los ojos, parpadeando de ese modo tan perezoso o mientras oculta su rostro entre sus manos, puede verlo. Los dedos de sus manos se hunden entonces en la piel de su mejilla, atorados en la marca que surca su cara y que profundiza a la altura de su mentón izquierdo, pareciera que doliera, pero en esa parte de su rostro, él apenas puede sentir algo ya. Su propio calor es inútil por lo que se sobresalta, aunque bien lo disimula, cuando siente sobre su espalda los delgados brazos de Hannity abrazándole y después el peso de su cabeza, sobre la de él. Fue de pronto como si despertara de un letargo. “¿Crees que en verdad el espejo refleje la realidad?” ―El espejo era una imitación del espejo de Oesed-, comenzó a explicar a Hannity con paciencia de más, aunque su voz comenzaba a escucharse algo extraña. ―Se supone que…debería reflejar lo que más desea tu corazón…-, hizo una pausa cuando uno de los rubios cabellos de Hann se deslizaron hasta su frente, la idea de verse a sí mismo rubio de pronto pareció alarmarlo. ―Supongo que…si tu corazón lo que más desea en este mundo es saber la verdad…ahí lo verás-, hizo un ademan suave, para enfatizar la obviedad de su pensamiento. En ese instante Bernadette y Yanna volvían a la sala con un par de cajas cargando cada una. ―Nos quedamos un rato más a escuchar-, con descaró Smith se encogió de hombros, como si escuchar las conversaciones de los demás fuera de lo más común como lo era respirar. En cambio, Bernadette enrojeció un poco de las mejillas, pero antes de poder protestar siquiera que todo había sido plan de la morena, ella continúo. ―Así que pensé: "si la niña esta es quien ha traído esto (señalando a Hannity y luego a al pino) Ollivander no lo sacará de aquí ni envuelto en llamas…”-, finalmente dejó caer al suelo las tres cajas que sonaron con fuerza, eran pesadas y Smith les cargaba con tal facilidad que no parecía siquiera esforzarse en hacerlo. ―¡Así que mejor fuimos a buscar adornos!-, añadió Berni, que movía animadamente sus enormes orejas y existía mucha ilusión en su mirada infantil. ―No hemos encontrado muchos, pero la casa nos mostró un cuarto con cientos de cajas… ―Por cierto, hay muchas ahí con tu nombre Garry…-, interrumpió Smith. En menos de un minuto, Yanna ya tiene un regadero de adornos más que viejos por todo el suelo de la sala. Grell solo puede entonces, pasar la vista de la morena a la elfo una y otra vez mientras se explican. ―Su pongo que…si ponemos algún encantamiento no será problema-, contestó Garry aun sobre el sillón junto a Hannity, apenas si se ha movido, pero parece tener un mejor aspecto a pesar de lo colorado de sus mejillas. ― ¡Usa antihistamínicos! No seas llorón-, ―Yanna sácate eso de la boca está sucio-, se quejó la elfo. Los adornos eran de distintos juegos, no combinaban si quiera unos con otros y a algunos de ellos les hacían falta piezas o partes o simplemente estaban descoloridos y carcomidos por el tiempo y las plagas. Casi justo igual que la mayoría de los presentes ahí. ― ¿Esto hace algún truco?-, sin notarlo Garry también ya está junto a ellas, curioseando los tiliches que hay por todo el suelo, la alergia a estas alturas parece ya algo inevitable, qué más da si al fin, después de tantos años, podía tocar o ver de cerca los dichosos adornos que cuelgan de un pino navideño. ―Creo que solo brilla…-, Yanna en cambio, parece más acostumbrada a la tradición de “adornar un pino”, aun así es ruidosa al encontrar algo que no ha visto antes. ―¡Ah sí! Montpellier fue a buscar en el ático por si hay algo más, ya sabes que no me gusta subir ahí, esta esa cosa fea que tienes por cuervo que siempre pretende usar mi cabello como un nido-, se quejó mientras rebuscaba entre las cajas. ― Ella no parecía muy contenta con la idea, pero igual subió. ―Le rogó-, añadió tranquilamente Bernadette ante la pregunta en el gesto del menor de los hermanos. ―¡Lo que sea! ¿Ehhh? Una Navidad en casa otra vez ¿hace cuánto de eso?-, ―Algunos años tal vez-, ―¡Ja! ¿bromeas? Este tío apenas si podía tener uso de razón entonces-, giró extrañamente su espalda para esta vez contarle a Hannity. ―Era tan pequeño que podía cargarle con una mano. Debe haber alguna foto ahí Evans, en el álbum que robaste de Tonks-, sonrió burlonamente a Bel antes de volver la vista a uno de los adornos que Garry agitaba ahora. ―Uff, Este me gusta, ¡usémoslo! ―Creo que lo justo es que Hann decida que adorno poner, aunque no hay mucho aquí, ¿quizá prefieras que vayamos a comprar algunos, Hannity?-, ― ¿Ha-haremos una cena y todo eso?-, el comentario de Bernadette de pronto provoco un silencio en la sala. Automáticamente los tres voltearon en dirección a Bel, por supuesto que ninguno de ellos tenía idea aun de cómo funcionaba la estufa de gas (sin terminar incendiando algo), ¿Cómo podrían preparar una cena navideña? @ @
  6. Garry M. Ollivander Garry asintió al hombre viejo y no dijo nada más al abrirse paso por la casa hasta él exterior. Afuera, el auto de Stapleton esperaba justo en la entrada, aún seguía tibio, por lo que seguramente el hombre se había quedado más tiempo en Davelis esperando por si alguna de las brujas se arrepentía a aventurarse por aquellas tierras malditas. Tras Nasha y Garry, el señor y ahora también la señora Stapleton les seguían silenciosamente hasta la puerta de la casa, Garry apenas se limitó a observarles de reojo mientras guardaban sus cosas dentro del auto, aun así, fue solo necesario que el muchacho hiciera contacto visual con la mujer mayor para que dejara lo que estaba haciendo y se encaminara hasta donde se encontraba ella. Sin decir tampoco mucho, la mujer le entregó al mago un abrigo que seguro cubriría al brujo del frio mucho mejor del que él ya carga ahora. Después de ponérselo, porque aunque no habían palabras de por medio la mirada de la anciana le advertían que debía usarlo ahora, el muchacho besó la mejilla de Stapleton, señora y señor, y después se dispuso a subir al auto. Se siente un poco extraño de pronto sentirse nuevamente como el consentido de seis años que solía ser, pero a pesar de que ha pasado tanto tiempo, y también otras personas, ese es el gesto más familiar que Grelliam es capaz de reconocer, quizá por eso las palabras siempre estaban de sobra. Finalmente condujo hasta Davelis, el camino fue silencioso para él, absorto en sus pensamientos, apenas se fija por donde conduce, aunque pareciera que conoce el camino más que bien. Junto a él o en a parte de atrás, no está seguro, va Nasha, si habla con él o si ha preguntado algo, Garry no le presta atención ahora. De nuevo hace eso, de ir llevando dentro de su cabeza otra conversación en un lugar distinto al que se encuentra ahora, e incluso como si estuviera con otras personas. ―De aquí el camino es a pie-, masculló un par de minutos después, con el auto parqueado en algún lugar, y por fin dedicó a Nasha una mirada neutra, ya no hay ningún rastro de la criatura, aunque por el tipo de magia que se siente en aquellas tierras, Garry sospecha que no durará más tiempo así. Sobre ellos la noche a caído, Bel y Yanna seguramente han avanzado más allá de la entrada a Davelis. Yanna K. Smith ― ¿Bel?-, la áspera voz de Yanna es aún más irritante con el eco de aquellas cavernas y el agua. ―¡Hey, mujercita! ¿Qué no me escuchas?! Hay un camino por aquí-, Smith señaló un sendero estrecho, bastante rustico que cruzaba una laguna cristalina casi congelada y al centro, la boca de una cueva aún más profunda se iluminaba solo por la luz de la linterna de Yanna. ―No puedo ver nada más allá de dos palmos de mi rostro-, hace señas para indicarle que ahí está verdaderamente oscuro, si es sincera, apenas puede ver a Bel acercándose con cuidado a ella, como si solo se guiara por su voz y no porque puede verla. ―Pero estoy más que segura de que es por ahí…-, sonrió con auto suficiencia, aunque no es igual de divertido si no puede ver a Bel rodando los ojos con fastidio. ― ¿Quieres ir a delante o…-, un extraño sonido interrumpió las palabras de la morena. @
  7. Garry se encogió de hombros desviando la vista de ambos hombres y volviendo su atención a los papeles sobre la mesa. ―No es problema para mi si Apolo se queda-, contestó al Granger mientras volvía a la tarea de acomodar algunos papeles que le concernían al actual dueño del negocio de varitas. ―Es más, quizá pueda ayudarnos a agilizar la segunda parte de esta visita-, apenas sonreía divertido, aunque no levantó la vista de la documentación. ―Ah, señor, si no le importa, me sentaré aquí abajo, estar encorvado me cansa-, no esperó una respuesta pronta de Granger para acomodarse de piernas cruzadas entre la mesa de centro y el sillón tan elegante. Mientras esperaba que ellos terminaran de decidir si Apolo se quedaba en la oficina o no, rebuscó distraídamente su varita entre los bolsillos de su saco. Al igual que la habitual apariencia desgarbada del brujo, la varita de Garry tiene una pinta algo torcida, demasiado rustica y sin tanto diseño estético, que revela que aquella pieza es la primera de algún aprendiz de artesano, la empuñadura esta moldeada por el tiempo, de algún par de generaciones atrás tal vez, pero el licántropo no tiene problemas para sostenerla entre sus manos y hábilmente emplear encantamientos sobre los papeles en la mesa para generar copias para Granger. ―Vera usted, Joaquín Granger; Ollivander 's ha sido denunciado por venta de productos oscuros-, entregó al mago una copia de la carta que había llegado a C.C.U. Alessandra le advierte siempre del manejo de información, aunque Garry cree que justo es al menos, notificarles claramente a los dueños porque de pronto tienen a un grupo de ministeriales revisando sus cajones. ―Esa es la nota, no tiene una firma ni dirección, pero hay algunos nombres escritos en la parte de atrás, creemos que son “testigos” de lo que relata en la carta, por supuesto que Aurores trabaja en esos nombres ahora. Adjunta a la carta viene también una copia de la fotografía donde se puede ver dicho artículo junto a una mano pequeña, seguramente de la víctima. En ella, la mano de la muchachita parecía haberse secado, ahora era como el brazo de una vieja mujer y apenas, entre algún par de arrugas, escrito en pársel, se encontraba la frase; “ahora es mía”. La varita visiblemente estaba gastada, como si antes de la nena alguien más la hubiera usado por mucho tiempo . El caso se estaba investigando con mucho cuidado, pero por más que habían buscado hasta ahora, no conseguían dar con alguna agencia de servicios privados que les diera información acerca de esa familia. Por supuesto, ese era su trabajo. ― ¿Puede reconocer la varita señor Granger?-, preguntó finalmente el empleado de C.C.U., volviendo su atención al vampiro. ―Es un artículo muy peculiar ¿no cree?-, masculló, esta vez observando la fotografía del objeto mágico maldito. ―Yo nunca antes había visto algo como eso-, todo el caso de los “negocios contaminados” a Garry ya lo tenían bastante paranoico, ya le habían demostrado suficientes veces que tenía incluso que sospechar hasta del más amable propietario que le atendía, y esta vez no es diferente, pero debe tratarse de la empatía que siente por el chico Apolo y su familiar, y por qué hablar de varitas lo pone nervioso, que mejor prefiere apurar la investigación. ―Como sabrá más que bien, para tener un establecimiento funcionando en Diagon es necesario cumplir con la documentación que indican los reglamentos, normas y estatutos que involucran la integridad de compra venta de artículos, consumibles u objetos mágicos para magos y brujas…-, pausó de pronto, ¿desde cuándo había aprendido todo eso? Negó apenas, un poco incrédulo de sí mismo. ―Según el último registro de Ollivander's encontrado en C.C.U.; el negocio se dedica a: “[...]fabricar varitas mágicas, su venta y a la innovación en cuanto a forma, tallado, y el uso de maderas y núcleos de diversa procedencia en su creación[...] para poder brindarles a los magos y brujas de esta comunidad una varita de excelente calidad, de calidad Ollivander's[...]”-, leyó con cierto hastío, de uno de los tantos papeles que guarda para él. ―De tener Ollivander's otro uso, Control de Comercio Universal debe estar notificado, al igual que deberá actualizarlo en el registro del negocio, sin mencionar que…bueno la venta en Diagon de productos oscuros necesita otro permiso previo a una averiguación abismal por parte del departamento de seguridad mágica que posiblemente involucraría…a toda su familia. Hizo una larga pausa mientras dejaba que el vampiro terminara de leer y digerir toda esa información que le había soltado de pronto. Tomó de la copa de agua hasta la mitad, hablar mucho o por largo tiempo a Garry cansa tanto, aun así el sosiego en él era el mismo de siempre e incluso pareció sorprenderse brevemente al ver la copa llenarse de nuevo por si sola. @Joaquín Granger @@Apolo Granger
  8. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: VII Fecha: 2018-12-21 Nombre del producto: Libro de la sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de hechizo Nivel (del libro): VII Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  9. Asintió distraídamente a las palabras de la muchachita, también cree que el arte es una expresión, él no se considera una persona artística, a pesar de lo que Bel Evans pueda llegar a decirle, sin embargo, es un tema embriagador, siempre podría detenerse a escuchar o simplemente observar, en esos prolongados silencios que tanto le caracterizan, una buena obra de arte. Hoy en cambio, se siente con ganas de algo de práctica, aunque no por lo motivos de los que hablan ahora, si no mas bien, aprender a esculpir, cree él que podría ayudarle algún día a materializar alguna teoría para algún caso en Baker, y también para aliviar un poco el dolo que existe en las articulaciones de sus manos temblorosas. El tema quedo de lado cuando Stroud comienza a hablar sobre por qué había terminado ahí y su pensamiento sobre el insecto que protagonizaba el nombre del local. Extrañas considera finalmente los motivos de por qué esta ella ahí ahora, pero no es él la persona mas justa para juzgarle por eso. ―No tenía ni idea de eso...-, masculla apenas, mientras hastiados ojos le observan perezosamente. Sonrió al final de su última exclamación, le desconcierta de alguna manera lo muy animada que Kutsy pone hablar del insecto y no es que él no encuentre interesante el tema, pero ve muy común, dentro de la cultura mágica como no mágica, darle valores simbólicos a los animales por sus hábitos y características. El patronus que invocaban ya era un ejemplo de eso mismo. Pero no hay tiempo de darle una respuesta mas completa en realidad, cuando se da cuenta esta siendo arrastrado por la pequeña bruja en dirección a la música que de pronto llenó el salón. Que mala manía se estaba haciendo la gente de tironearlo de ese modo, incluso le había pasado con alguno de sus estudiantes durante algún curso en Hogwarts, ¿Tan lamentable era su aspecto? De igual manera, y como en otras ocasiones, él tampoco pone mucha resistencia y torpemente (por que no se esperaba sea acción de la mujer) trata de seguir sus apurados pasos. ―Me gusta…-, respondió apenas, con la vista puesta de un instrumento a otro. Los orbes de colores distintos brillaban con el júbilo que parecían haber perdido algún día. ―Pero hace mucho que no lo hago-, recordó entonces Snegovik, la fiesta que habían hecho de bienvenida cuando la familia llego al pueblo, Delacour le había invitado entonces y, con esa gracia que le distingue a la joven bruja, se había propuesto bailar con el licántropo aunque sea uno solo de esos elegantes vals que tocaron toda la noche. ―En realidad había venido aquí por la escultura-, se encogió de hombros y desvió al fin la mirada del grupo de música. ―Ya sabe, algo menos…cansado. @@Kutsy Stroud Lenteric
  10. ―Buen día, madame…-, finalmente alguien salió a encontrarlo, Garry agradecía a su rostro nada flexible de no parecer sorprendido por todo el hollín de más sobre las ropas de Cye y… ―Oh buen dia joven Ezra, soy Grelliam, gracias por la bienvenida-, aparentemente el niñito tenía la misma conocida pación por los dulces tal como la matriarca de la familia, sonrió un tanto divertido antes de volver su atención hasta la rubia. ―Lamento llegar solo así, señora Lockhart, Bodrik me comentó que…-, se siente de pronto un poco torpe ahí dentro sin saber muy bien porque está ahí, afortunadamente Bodrik entró segundos antes de que él pudiera balbucear vagamente frente Cye. La dinámica ahí era bastante familiar, muy distinta a la de su propia familia claro, pero no dejaba de ser agradable. Después de que Bodrik acabara de advertir al niño sobre el recipiente de caramelos, el pequeño estaba nuevamente ahí, esta vez lanzando una pregunta tras otra con respecto a los gustos de Garry. ―Ahh…veras yo no…-, a Garry los niños como el joven Ezra lo ponen un poco nervioso, el por qué aun es algo que no sé pone a pensar mucho hasta que se encuentra nuevamente con uno. En realidad no quiere decirle al menor que en a él no le gustan tanto los gatos…ni mucho menos los dulces. Pero es Bodrik nuevamente quien lo saca del apuro, preguntándole sobre si podría ayudar a la renovación de los estantes, algo de eso mismo que le escuchó hablar a la matriarca de Lockhart hace un momento antes. Por supuesto que no podía negarse, sobre todo al escuchar de Cye, la posibilidad de poder trabajar con alguna de esas pócimas. ―Me apunto-, soltó sin mucho apuro, pero visiblemente animado. ―Es difícil no involucrarme en algo como esto-, caminando junto a Bodrik comenzó a doblar las mangas de su camisa, era una suerte que decidirá vestir no tan formal aquel día. @@Ezra Lockhart @ @Bodrik
  11. ―Oh vaya…-, silencioso, como es costumbre, retrocedió un par de pasos del par de brujas, si bien el encuentro que había tenido antes con la versión bestia de Evans no había resultado tan buena, tampoco se esperaba esa reacción ahora. Atrapado ahora entre un pino venenoso y la criatura molesta Garry comenzaba a preguntarse cómo había terminado metido ahí. Le sonrió un poco nervioso a Hann, encogiéndose de hombros, por supuesto que no tiene idea de que pasa con el animalillo erizado que parece que lo atacará en cualquier momento, y él recuerda que se suponía que ella quería acompañarle por las noches de luna llena, no sabe cómo hubiera resultado ser si el animalillo no parece si quiera agradarle, quizá fue bueno pedirle que no lo hiciera. Se alejó entonces, es lo que Grell le advierte, aun cuando no quiere darle la espalda al caberu molesto, pero cuando Bel parece decidida a volver y la ve perderse en el otro extremo de la sala, él se encamina hasta el sillón más próximo sentándose con cansancio sobre él. De frente Bernadette le explica a Yanna como funciona el hechizo para hacer levitar cosas, pero Smith insiste en tumbarlo y tirar de él con cuerdas, de reojo, puede sentir a Hann junto a la chimenea, posiblemente aún más confundida que él por todo lo que está pasando y Bel del otro lado reparando sus ropas, ¿Cuánto tiempo tenía trabajando en esa habitación? Tantos espejos, ahora muchos de esos rotos, y él no podía conseguir aun lo que quería. Una media sonrisa se dibujó en su rostro cuando un leño en la chimenea tronó por la combustión, extraña era su familia ahora. Los parpados inferiores del brujo enrojecieron de un carmesí que conseguía hacer que el muchacho pareciera un poco más vivo de no normal, con uno de sus índices el licántropo rozó su mejilla con la intención de limpiar la larga lágrima que salía de su ojo color gris. Luego permaneció en un largo silencio, inmóvil sobre aquel sillón como si fuera un adorno más en aquella sala. ―Es por las virutas de la madera …-, comenzó a hablar a Hannity una vez que Yanna terminara de convencer a la elfina de ir a buscar sogas y una escalera para sacar el pino por la ventana, justo después de que Rambaldi confesara también que había sido ella la que metió el árbol dentro de la casa. Él no pareció sorprendido con su confesión, aunque por el modo en el que parpadea una y otra vez quizá se encuentre algo desconcertado, Hannity no tendría por qué disculparse de algo que desconocía. ―…Eso me provoca fuertes alergias-, se explicó, sin molestarse en mirar a nadie, como si aquello le causara vergüenza. ―Pero es…lindo. Finalmente Bel salió, con ropas distintas aunque su mirada molesta aún está ahí. Exhaló un suspiro, el encuentro entre ella y Hann es conmovedor, aunque el sentimiento no le dura. “¿Ahora qué hiciste, Garry?”. El muchacho se encogió de hombros tras las palabras de Bel y volvió la mirada al pino maltrecho que es ahora. Quizá había ya llegado al límite de Bel, “interesante” pensó para sí mismo; él ya se había aprovechado de más de su compañera, posiblemente lo que ella necesitaba era desintoxicarse un poco de él, de sus ademanes y hábitos extraños, de sus pocas palabras, y de las inusuales peticiones que le surgen de pronto. “Que desconsiderado eres Ollivander…”, las palabras de Moody en el campo de Amarna le taladran el ego por el fallido intento del brujo. ―No tienen por qué decirlo si no quieren-, no iba a ser insistente, honestamente, el solo saber que no quieren contar lo que han visto ya habla bastante y da ideas a lo que pudiera esconder aquel cristal, él que es lo que ven ellas tal vez podría ayudar más, pero al parecer un nervio delicado para ellas, Grelliam le advierte que mejor es no empujar más. ―Solo pensé que no servía…-, murmuró y limpió dos lágrimas más que se amontonaban en las orillas de sus ojos. ―Yo no veo nada en él-, “ni siquiera mi propio reflejo”, quiso decir. ―Aunque seguro es por Grell-, una larga pausa es necesaria para él, como si en su mente otra conversación de ideas distintas se estuviera llevando al mismo tiempo. ―Pero es que...-, ahogó un aliento frustrado y volvió a la calma. ―He trabajado algún tiempo en ellos, los he conseguido en diferentes lugares y he cambiado algunos de ellos, pero ninguno me da lo que quiero-, una mueca de disgusto cruzó su rostro. ―Tal vez he estado buscando algo que no quiere ser encontrado. @ @
  12. Yanna, Bernny & Garry XD ―Que te bajes de ahí Yanna…-, insistió mientras los dedos de sus manos se torcían con la frustración que su rostro insípido no puede aparentar. Los extraños ojos del muchacho aun miraban el ejemplar que se encontraba bastante silvestre dentro de la sala principal, no es alguno de los sembrados al noroeste de los terrenos de la heredad ¿o sí? No, él no recuerda haber visto uno como este, pero por el rastro de ramillas que hay en el suelo seguramente no puede haberse traído de tan lejos. ―Solo vas a conseguir que haga…eso-, chasqueó la lengua con disgusto. ― ¡Está fresco!, recién talado tal vez-, gritó Smith asomando su cabeza por la parte más baja del pino e inhalando ruidosamente el delicioso aroma de la especie. El muchacho retrocedió un par de pasos con un gesto involuntariamente desagradable, como si fuera a devolver en cualquier momento. ―No te preocupes hermano ¡yo me encargo!-, como si fuera una especie de reptil extraño Yanna se montó sobre el pino y comenzó a recorrerle como si se tratara de un animal reconociendo su territorio. ―Baja de ahí, no le prendas fuego dentro de la casa, dejaras la… ¿Puedes dejar esos cohetes ya?-, aun se escuchaba bastante sereno, era difícil encontrar el regaño de Garry entre ese zumbido aburrido que tiene por voz. ― ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no dejes la puerta de la casa abierta Smith?!-, la chillona voz de Bernadette sorprendió a ambos brujos, provocando en Garry un sobre salto aun mayor, lo cual no sucede a menudo, y que Yanna azotara en el suelo con un sonido seco, no sin golpearse con las ramas del pino en el trayecto. Ambos observaron a la criaturilla junto al licántropo que se encuentra todavía a un pie fuera de la sala. ― ¡¿Qué hace un pino adentro de la casa?! ― Yanna lo ha traído-, masculló el brujo aparentemente cada vez más tranquilo. ― ¡Traiciooooón!-, el grito de Smith retumbó en las paredes y de un salto tomó todas las ramas de pino que pudo y comenzó a arrojarlas a la cabeza de Garry. ―Agg basta, tengo trabajo de campo mañana temprano…-, hizo un intento bastante inútil de quitarse los restos de pino y a la morena de encima. ―Yo me encargo ¡Garry atrás!-, volvió a gritar la elfina. ―N-no es para tanto solo es un…-, ― ¡Fuegooo! Grelliam quedó un poco preocupado ante la imagen que veía ahora, la elfina y Yanna parecían más preocupadas que él mismo por el árbol dentro de la casa, aunque sospecha que de Smith es solo su manía de destruir cosas. Mientras les ve discutir (casi a gritos y jalones con el pino) el cómo es el modo “más seguro” de mantener el área limpia, recuerda el caos en la habitación de los espejos y por lo tanto a Hannity y Bel. Está a punto de dar media vuelta y volver sus pasos hasta aquel cuarto, pero antes de irse, gracias a Smith, ahora el pino tiene huecos sin ramas que han caído por el maltrato, pero puede distinguir del otro lado de la habitación al par de brujas que buscaba junto a la chimenea, sin embargo algo no parecía estar bien con ellas. Garry repitió el gesto de masajearse las mejillas y el puente de su nariz con una mano antes de tomar todo el aire que puede, ¿Por qué la casa les dejó encontrar el cuarto? Finalmente cruzó la habitación rodeando el pino y se encontró con ellas. ―Hey… ¿Qué ha pasado?-, el muchacho se inclinó, apoyando las manos sobre las rodillas para ver mejor por encima del hombro de Hannity al animalillo recién curado. ― ¿Uh? Excelente trabajo Hannity-, habló con la monotonía de siempre, observando con detalle el pelaje del caberu, era muy distinto a como lo recordaba, pero supone que debe ser por la iluminación del fuego en la chimenea. ―Bel Evans raras veces se deja curar, debes tener algo especial…-, un gesto doloro, breve, se dibujó en su rostro mientras hacia el esfuerzo de erguir nuevamente su espalda. ― ¿Pero qué te ha pasado Bel Evans? ¿Qué es tan malo para que sigas ocultándote en esa forma?-, distraído nuevamente en Yanna y Bernadette, esperó que Bel decidiera pronto tomar nuevamente su forma humana, no está seguro por qué, pero ver la trasformación de un animago le deja una sensación extraña. @ @
  13. Yanna & Garry Se quedo de pie, ahora de perfil al espejo, observando el encuentro entre Rambaldi y Evans, a diferencia de Bel el muchacho saludó con un ademán y un gesto un poco más blando al que traía anteriormente, él no es tan caluroso, pero tampoco es falso con Hannity. Escuchó como Bel le invitaba a entrar y que se viera en el espejo para saber qué es lo que ella veía, la acción de Evans lo confundió aún más, pero aunque ella no le hubiera dado una respuesta sobre qué es lo que veía en el espejo, espera que Hann sí. Sonriéndole largamente, para aliviar un poco la atención que hay en el tétrico cuarto de espejos, retrocedió un par de pasos para dejar espacio suficiente para que ella pueda reflejarse. ―Quizá no funcione…-, habló bajo para no perturbar la calma de la muchachita, después apartó la vista de ella un minuto para ver a Bel encaminándose al centro de la habitación. La calma de aquel instante se quiebra de pronto gracias al extraño sonido como un chiflido que se escucha atravesar el pasillo aledaño y al final algo parecido a una detonación pequeña. Seguramente eso llamó la atención de todos ahí. Garry volteó su atención con sorpresa a la puerta que esta vez se encontraba entre abierta, mientras las puertas no se cerraran estas no cambiaban de lugar, por lo que su ceño rápidamente se torció al imaginarse el causante de tanto alboroto afuera. Era por “eso” (la persona) que aquel cuarto no debía ser encontrado. Cuando su propia magia le hace cosas como estas Garry se malhumora. Con largos pasos se apuró a la puerta, pero antes de alcanzar el pomo y cerrar, la cabeza de Yanna Smith se asomó por la ranura abierta provocándole un sobresalto al brujo. La sonrisa de Yanna hoy no es la mejor, es larga, larga como la de alguien que ha perdido la cordura y sus ojos brillan con diversión, como un crio al haber encontrado un tesoro. A pesar de todo eso, a Garry le preocupa solo un poco más el rastro de humo que sale detrás de ella. ― ¡Ollivander!-, la áspera voz de Yanna rompe aún más la calma y dando un salto, empujando al licántropo en el proceso, entró a la habitación. ―Me he encontrado algo genial adentro de la casa… ¿Qué es todo esto?...bueno, bueno no importa, ven tienes que verlo ¡es genial!-, de uno de los bolsillos sacó un pequeño cohete artificial y lo encendió dentro del cuarto, el brujo apenas pudo hacer algo al respecto y el cohete salió disparado con la forma de una polilla gigante envuelta en llamas, y se estrellaba sobre los muros y en algunos espejos alcanzándolos a descostillar. Finalmente el cohete estalló en lo más alto de la habitación. Aun divertida Yanna volvió la vista a Garry. ―Tengo más de donde saque este… Grelliam Ollivander no es un hombre habitualmente agitado, pero igualmente salió corriendo tras Yanna al verla salir disparada de la habitación dispuesta a encender un cohete más. La persecución fue aún más larga de lo que el perezoso Ollivander hubiera querido, sabe que resulta casi imposible alcanzar a Yanna cuando esta tiene un talento increíble para escabullirse por todos lados, pero en el instante en el que cree que tiene una oportunidad, la bruja se detuvo de golpe provocando que él casi se estrelle con ella. Ahora estaban en la sala, un enorme pino con algunas decoraciones navideñas se encontraba casi en el centro, Smith nuevamente cobro energía y comenzó a correr alrededor del árbol, asomándose por entre sus ramas donde algunas hebras terminaban atoradas en sus cabellos blancos. ―No te trepes al pino Yanna…lo...vas a tirar-, de apoco se volvía a su tranquilidad de siempre, mientras sus ojos pálidos examinaban el árbol. ― ¿Lo has traído tu?-, preguntó con seriedad de más, a lo que Yanna contestó con un no estridente y una carcajada divertida. ―N-no es de verdad ¿o sí?-, el muchacho parecía ponerse cada vez un poco más incómodo con la presencia del pino en la sala principal de la casona. Las risas de Yanna aumentaron mientras asentía una y otra vez con su cabeza. @ @
  14. Se removió entre los libros apilados por todo el estudio, podía escuchar el fuego en la pequeña chimenea ardiendo, pero no era capaz de sentir nada, ni siquiera el frio del metal del amuleto de curación que pasaba sobre su piel rota, cuando es así, él nunca está muy seguro de que es lo mejor. Detrás de él, que está ahora sobre el alfombrado piso viejo del estudio, se encuentra el escritorio que alguna vez fue de su padre, sobre él algunos frascos de pócimas vacíos se encuentran regados, ha tomado quizá más díctamo y filtro de paz (o tal vez otra cosa) esta vez en lugar de matalobos, pero es que él siente que eso ya no es capaz de controlar a la criatura. ―Curación-, murmuró apenas y un hueso más se acomodó en su lugar, Grelliam estaba…insufrible estos últimos días y Garry era siempre quien debía pagar la cuenta. Aun así no se quejó y solo chasqueó la lengua para amortiguar la extraña sensación que es el sentir un dolor intenso y luego…el sentirse mejor. Su rosto se hablandó afligido y se estremeció una vez más mientras siente una nueva punzada en su espalda baja. El amuleto cambió de lugar y repitió el efecto un par de veces más antes de que el cansancio lo dejará dormitando en aquella sola habitación. ―Vlasfimíes… La voz de Montpellier ha parecido despertarlo, “pero que mujer tan ruidosa”, le advierte la criatura, aunque Garry sabe que parece divertido al respecto. El par de ojos brillaron como linternas en aquella oscuridad del estudio, solo que esta vez no tenían la singularidad de siempre, aun mantenían la misma apariencia de la criatura, dos enormes orbes color plata de pupilas tan agudas que podrían perforar un alma. Gruñó bajo, mientras ella hablaba sobre…sabrá Merlín que, él no quiere saber nada de nadie ahora, así que no le importa que Yanna y Bel estén en algún lugar de Grecia bajo una maldición…o eso es lo que Grell quiere que piense. Los energéticos pasos de Bernadette rápidamente pasan junto a la bruja americana, sin prestarle mucha atención, a ella no le agrada esa mujer que aparentemente solo sirve en la casa para fastidiar a la señora Evans, por lo que no se molesta siquiera en voltearle a ver. Ella tiene que hacer casi malabares para que la bandeja que carga no se le caíga de sus pequeñas manos cuando trata de llegar hasta el amo cursando sin ser aplastada por toneladas de libros que ahora solo están apilados. Cuando al fin llega, la mirada del mago parece perdida aun en el mapa que está en todo el muro frente al escritorio, como si buscara algo que ha perdido, colocando la charola de lado Bernadette toma un par de esas toallas de vapor y alisándolas arroja un par sobre el pecho desnudo del mago. Como era de esperarse Garry se retorció del ardor en su piel, y apenas despegó su cabeza del escritorio la elfina arrojaba un par más sobre su espalda, aun cuando Garry le había pedido, casi suplicando, que no era necesario más de eso. ―El calor siempre parece ponerte de mejor ánimo, Garry-, Bernadette sonrió contenta al ver al muchacho con un poco más de color hasta en las mejillas que antes se habían tornado de un pálido azul post mortem. ―Prepararé la moto para su viaje a menos que quieras usar escoba…-, dentro de lo que restaba sobre la charola, se encontraba una camisa que la elfo entregó al mago antes de comenzar a limpiar los restos de brebaje sobre su escritorio. ― Deberías probar una aparición… o quizá la vieja red flu de tus padres...-, dijo en un tono más bajo para que la chamán no le escuchara. Pero Garry seguía silencioso mientras se ponía de pie y se abotonaba la camisa que parecía quedarle algo más grande de lo normal, en él, no parecía haber más gestos de dolor aun cuando la piel de su pecho ardía de un color rojo brillante, sobre todo ahí donde termina el recorrido de las cicatrices que surcan su rostro, a la altura de su corazón. Su rostro de apoco se tornaba sereno, taciturno como siempre, como si Grell al fin dejara descansar de apoco al muchacho. Garry hizo un ruido extraño con su nariz y apenas observando de reojo, recordó a Montpellier que esperaba por él. ―Saldremos enseguida…-, habló ronco, después de haber alarido puros gruñidos y quejas por casi un día entero, ese falseo en su voz es lo mejor que puede hacer ahora. ― ¿Qué es? ¿Qué hay en Diagon o Knocturn que es importante? No, no creo que sea importante si no recuerdas siquiera a donde hay que ir-, aun en ese estado, su voz sigue siendo aburrida, insípida, sin una gota de interés. ―Entonces no, no podemos ir a Diagon o a Knocturn a recoger algo…ya vamos tarde-, él ni siquiera entiende por que Nasha tiene que ir con él, pero tampoco quiere escuchar los ladridos de Yanna el resto de su estancia fuera de Londres. ―Bernadette, busca en la recamara de Bel, si aún queda algo de polvos flú… Distraído, comenzó a apilar un montón de libros y notas que estaban cerca del escritorio, y con un encantamiento reductor se encargó de que todo cupiera dentro de una maleta pequeña. @
  15. Garry M. Ollivander, encubierto C.C.U. Es tarde o quizá es que oscurece más pronto en esta época del año, no está seguro y no se pone a pensar largamente en eso. Las luces y publicidad navideña sobre las fachadas de los locales no lo animan ni un poco, pero tampoco le desagradan, quizá han hecho que caminar tanto desde C.C.U. sea menos tedioso, ¿hasta cuándo había dicho Alessandra que podía intentar aparecerse de nuevo? Tks solo pensarlo hace que la cicatriz de la desparticion en su oreja derecha le duela nuevamente. Aunque igual solo está siendo sugestivo consigo mismo. Es quizá por ese último pensamiento que necesita observar una vez más el reloj de muñeca para confirmar la hora, la hora de la noche se anunciaba en unos cuantos minutos y seguramente los mejores lugares se encontraban escondidos abiertos justo ahora. Era un buen tiempo para sacar información de algún pub que se relacionara con la investigación que ahora estaban llevando en C.C.U. “Ir de encubierto tiene sus ventajas”, le había dicho Alessandra mientras el muchacho terminaba de meterse en un traje casual reluciente de saco azul oscuro y pantalones grises que le favorecían frívolamente al par pálido que eran sus ojos, y por otro lado Dorothy hacia un esfuerzo por aplacar el desordenado cabello del brujo. “Pero es peligroso…”, a Garry casi conmueve el gesto maternal de la jefa de los medimagos, pero el sentimiento es rápidamente sosegado por el chorro de loción que la metamorfomago arroja en su rostro. La calma con la que ella se prepara para el mismo caso que él, lo inquieta un poco. De pie frente a la fachada de HellMoon, un negocio del que sabe que Lady Luxure es la dueña, es difícil no quedarse pensativo, él no es tan viejo en realidad, apenas lleva la mitad de sus veintes, pero ese tipo de lugares no son para él, no para toda las noches, además de que HellMoon no estaba entre la lista de locales intoxicados, pero Garry prefería comenzar por un sitio que conociera un poco mejor que el resto de bares en Ottery. ¿A qué lugares habrá ido Alessandra? Adentro el ambiente es mucho más agradable, hay tanta gente como recuerda que se acostumbra en ese lugar, Garry esboza una media sonrisa, complacido de que el negocio de Lady tenga éxito. No se hace de mucho esfuerzo para desplazarse por el sitio, sin hacer contacto visual con la gente que hay aun cuando encuentra extraño lo que alcanza a escuchar de sus conversaciones, y tranquilo como siempre, encuentra el camino hasta la barra. ―Una cerveza, pale ale, por favor-, pide al extraño elfo tras la barra. @@Selenne Luxure @
  16. El muchacho se limpió con el dorso de la mano el sudor de su frente, Garry nunca ha sido el mejor en cuanto a resistencia o poder tratándose de encantamientos mágicos, por lo que el colocar aquellas antorchas alrededor de la fiesta de té para los Lockhart le ha llevado un esfuerzo extra. Alrededor de aquel árbol donde se encuentran las mesas llenas de postres varios y juegos de teteras con sus tazas, brillan las antorchas de una llama amarillenta y rojiza cuidadosamente encerradas en un encantamiento que evite que alguna chispa perdida provoque algún incendio indeseado, eso sería de ayuda, proporcionando calor para poder quedarse hasta altas horas de la noche para ver todo el espectáculo que el grupo de hadas ha preparado para la matriarca de Lockhart, además de que serviría para guiar a los que quisieran llegar un poco más tarde. Sonrió largamente, aunque parece más pálido de lo acostumbrado su rostro luce más jovial que de costumbre, sin duda el esfuerzo ha valido la pena. Garry se giró para contemplar una vez más aquel bello árbol, verlo ahí frondoso, aun en esa época del año, le llenaba de viveza el par de ojos habitualmente pálidos, se encontraba ansioso, divertido, como el chico raro que era el día que conoció a Bodrik. Casi tuvo que forzarse para apartar la vista del árbol y observar el reloj en la muñeca del brazo, seguro no tardarían más tiempo en llegar, por lo que Garry bebió, de un solo trago, una pócima que le regresara algo de energía invertida en las decoraciones y alisó los pliegues ya marcados en su ropa antes de volver en busca de su abrigo. El crujir de la nieve bajo los zapatos y los murmullos acercándose le advierten del encuentro. ―Ya han vuelto…-, Garry levantó la mano por lo alto para saludar al grupo mientras Bodrik les mostraba por primera vez el trabajo que habían conseguido hacer con el retoño de hada. Alzó las cejas sorprendido al ver junto a Erza el enorme pastel que cargaban con un hechizo de levitación y sin más se acercó al grupo. ―Gracias por darme tiempo, me dio oportunidad de poner algunas protecciones para que el clima no sea un problema-, susurró a Bodrik con una sonrisa divertida, el frio es algo que a Garry pone de un humor cansado. ― ¡Madame Lockhart! Cuanto tiempo sin verle, le agradesco por dejarme pasar estos festejos con ustedes-, había avanzado hasta quedar frente a la matriarca de la familia y reverenció con cortesía. Finalmente se acercó al menor y se inclinó para ver mejor el pastel, aunque Garry no era un fanático de los caramelos o lo dulce, aquel queque olía fantástico. ―Hay un espacio justo frente al árbol, por ahí, entre las mesas, ¿te parece si lo colocamos allá? @Bodrik @Ezra Lockhart @
  17. Asintió antes de seguir el camino que Granger le indicaba, reforzando bajo su brazo el agarre de documentos y carpetas de evidencias recolectadas durante el día en los demás locales de Diagon que ha visitado durante el día. La reacción del dueño del negocio de varitas tras escuchar las palabras del ministerial a Garry no le sorprende, pero busca ser empático con la situación, así que, aunque no se siente muy seguro cerca del vampiro, se mantiene cerca suyo mientras continúan un silencioso trayecto hasta la oficina de Granger. Él es discreto todo el tiempo cuando sigue al mago, pero los extraños ojos del licántropo no han dejado escapar detalle de lo que hay a su alrededor, aun cuando aquel espacio es de apariencia bastante sobria, pero incluso los inusuales sonidos que se escuchan en los cuartos aledaños a la planta baja es algo que irá en el reporte de Ollivander, aunque por supuesto, supone rápidamente que debe tratarse de algún empleado trabajando en algún taller de varitas. La oficina de Joaquín es un poco más grande de lo que había pensado primeramente, eso lo relaja aunque no pareciera tenso en ningún momento, y entra justo detrás del mago. Sigue las palabras de Granger y toma un lugar justo en medio del sofá que le ha indicado. Cosas como estas no le importan normalmente al brujo, pero vestido con el traje ministerial algo desgastado color gris claro y de cuadros cafés, Garry se siente que desentona completamente con la oficina de Granger. Como una mancha de café sobre un escrito. ―Agua tibia, se lo agradecería-, asintió un par de veces antes de colocar algunos papeles sobre la mesa de centro. Ha explicado ya más veces de las que quisiera lo que está por contarle a Granger, Alessandra siempre le advierte de esta parte del protocolo, aunque él tiene siempre sus formas de hacer el trabajo, hay que estar de lado de los dueños de los negocios, pero nunca descartar la posibilidad que existe de que en verdad estén tratando con mercancía oscura, tal como han encontrado en algunos locales. ―Déjeme aclararle señor Granger, que no estoy aquí para ejecutar las acciones correctivas inmediatas, el cuartel de seguridad mágica quiere que… La monotonía con la que explicaba todo aquello se interrumpió de pronto cuando la puerta de la oficina se abrió y tras ella, además de la charola con el agua, la figura de Apolo parecía casi tan descolocada cómo debía estar también el licántropo en el sillón. El rosto habitualmente apagado del brujo pintaba sorprendido al ver al profesor cruzando la habitación animadamente, queriendo entender mejor lo que pasaba, Garry siguió el recorrido del brujo con sus pálidos ojos fijones. Garry sonríe apenas por el modo en el que las palabras de Apolo parecen algo atropelladas, además de que le da la impresión de que su compañero se esforzaba por no hacer contacto visual. Aunque bien podía ser solo cosa del Ollivander, después de todo Apolo no tendría que ser más considerado con él de lo que ya es, la relación entre ellos ha sido hasta ahora meramente laboral, sin embargo, ese pensamiento y el modo en el que el profesor parece incomodo con su presencia en la oficina de Granger, deja a Garry intranquilo. ―Buen día, Apolo…-, por supuesto que también se siente extrañado por verlo ahí, quisiera preguntarle, pero aunque no recuerda su nombre figurando entre los papeles de propiedad de Ollivander, por el modo tan familiar con el que se dirige a Joaquín, además del apellido, entiende que debe tratarse de un pariente. Por primera vez desde que lo ha visto entrando a la habitación desvía la mirada, primero sobre Joaquín y después hasta los papeles sobre la mesa de centro cuando su compañero de Hogwarts pregunta por la conversación de Joaquín y el ministerial. ―Pensé que no sabría nada de ti hasta…uh, después de enero-, Garry levantó la vista al fin de los pergaminos y fijó su atención en el rostro joven del mago. La sonrisa divertida que se mantiene en el rostro de Garry era más bien un síntoma nervioso del recuerdo de lo extraño que había terminado la última de sus clases. Se siente algo inusualmente torpe para hablar con él, quizá es por lo extraño que es ver al muchacho fuera de los terrenos de Hogwarts. ―Veo que te has recuperado rápido…-, sobre aquel potente encantamiento que ha tenido que usar para librar el último curso, quiere decirle, pero de pronto cree que no puede siquiera hablar sin falsear una palabra. Sobre lo que ha preguntado Apolo, Garry cree que es la cabeza del negocio quien debe decidir si ponerlo al tanto o no de lo que sucede en Ollivander´s, por lo que él no hace mención del asunto hasta que Joaquín se lo indique de nuevo. @@Apolo Granger @Joaquín Granger
  18. El muchacho exhaló largamente, sosegado, como si no quisiera interrumpir la calma que hay en aquel lugar donde el fantasma de Odette, que se ha arrinconado tenebrosamente en un lugar polvoriento de la oscura habitación, observa con sus brillantes ojos al par de brujos que parecen absortos, perdidos, contemplando el reflejo frente a ellos. Él, por otra parte, tiene la pinta de no haber escuchado nada de lo que Evans le ha dicho desde que ella bromea sobre los posibles motivos que la tienen ahí. Aunque Garry cree que quizá no es una broma. El límite de cuando ella habla enserio y no, es algo que él ya no es capaz de reconocer, quizá solo ella puede engañarlo de aquel modo. Perezosamente, parpadea un par de veces, descansando su vista en el cambio, casi tiene ganas de hacer un nuevo masaje sobre sus cuencas, pero es más bien Bel y su respuesta la que conseguían que apartara la vista finalmente del espejo. Un silencio denso se instaló entre ellos, casi sofocante, pero Garry no es consciente de que lo hace, en lo más oscuro de la habitación la pedante risilla de St Marín resuena y el menor de los Ollivander parece estar completamente en blanco. ¿Qué es lo que ha dicho Evans? ¿Qué era más importante? ¿lo que había dicho o el modo? Garry hizo un gesto extraño, breve, como un tic nervioso, como si fuera una máquina incapaz de procesar la información, hasta que finalmente, después de un largo rato puede abrir la boca para articular. “ ¿Qué es…lo que vez ahí?”-, repitió la criatura en su cabeza. ―Hannity…-, la vista del mago, que había quedado perdida en algún lugar de la habitación ahora está sobre la puerta atrancada. Compartió una larga mirada con Bel, parecía confundido de verla ahí abajo, le ofreció su mano para que ella se levantara, pero no sabe si ella prefiere quedase ahí. En su otra mano, el sello maldito brilló de un rojo vivo, ardiente, y en el interior de sus ojos se dibujó un aro del mismo color, en ese instante, más mecheros a lo largo de la habitación se fueron encendiendo, iluminando mejor el cuarto y revelando su deterioridad. Con un ademán flojo, donde ahora sostiene su varita, Garry liberó a la puerta del seguro y llamó a Rambaldi. ―Pasa Hann, no te quedes ahí afuera… A sus espaldas, las antorchas iluminaban un cuarto lleno de más espejos, algunos como el que está frente a ellos, son como retratos sobre los muros, y otros, que son de cuerpo completo, ocupan la parte central del cuarto, es ese salón de pinta elegante, aunque acabada por el tiempo y el olvido, como una de esas “casas de espejos” que se encuentran en las ferias muggles. De reojo Garry apenas observó por encima de su hombro el resto de la habitación, no lo aparenta como tal, pero algo en él parecía estar previniendo de mirarse a sí mismo en el reflejo de alguno de ellos. @ @
  19. Parpadea perezosamente, una y otra vez, con la vista puesta en las letras viejas del cartel frente a él, aunque no parece estar observando realmente lo que dicen. Ha pasado el tiempo de espera distraído en ese afiche informativo, en él habla sobre las varitas y como cuidar de ellas, él no cree que la gente se detenga a leer esa información, quizá que el afiche se encuentre tan descuidado y olvidado sobre un muro con tan poco atractivo es algún truco de los dueños del local para que, después de introducción a la magia, los jóvenes estudiantes vuelvan con una varita astillada o rota para ser resanada o remplazada. Quizá, y es que los estudiantes brujos del colegio hoy solo lanzan hechizo tras hechizo de sus varitas para intentar resolver preocupaciones. Sosegado, el muchacho concentró su atención a la persona tras el mostrador de local cuando, después de esperar por relativamente poco tiempo, le responde al fin con las cordialidades propias de un empleado o en este caso dueño del negocio. Garry se tomó un breve segundo para observarlo, no es que comúnmente se detenga a fijarse en el aspecto de la gente, pero aquel hombre tiene una pinta bastante amedrentadora, aun con esa cortés sonrisa que existe en su rostro. Aquella persona es casi tan alto como él, si no es que un poco más, sus modos son gentiles, pero el licántropo casi se siente apabullado bajo su mirada. Sin embargo, el menor de los Ollivander no parece si quiera turbado y del mismo modo, con una larga sonrisa, se encamina hasta el mostrador. ―Buen día, señor Granger, soy Grelliam Ollivander, del control de comercio universal-, un poco descuidado señaló la identificación que cuelga sobre la solapa de su traje antes de estirar su mano para estrechar la de uno de los dueños del local o al menos eso es lo que dice su informe. ―Me alegra que sea usted quien me atienda, ¿sabe?, es difícil tratar estos temas con los empleados de los locales, además, es mejor ser discretos con esto…-, como si fuera bastante claro con lo que habla, ha comenzado a sacar y ordenar algunos papeles de las carpetas bajo su brazo, al ser el último de los negocios por visitar en el día Garry tenía la esperanza de no encontrarse con los dueños si no hasta la próxima semana. ―He venido aquí por una denuncia anónima que ha llegado a C.C.U. acusando al negocio de varitas Ollivander´s de expender objetos productos de magia oscura, pero permítame presentarle la información. El rostro “comercial” que Garry mantiene solo porque no quiere más regaños de Alessandra Delacour, se borra brevemente mientras traspapela los documentos que debe presentar a Granger para que pueda entender mejor por qué esta él ahí. Apenas levanta la mirada, pero cree haber visto a Joaquín con su atención puesta en la puerta detrás de él, justo por donde había entrado minutos antes, ¿algún cliente? Seguramente si, por lo que se apresura a tener todo en orden en menos tiempo. Cuando Garry se endereza nuevamente con la información lista en la mano, voltea por encima de su hombro solo para confirmar ya que no ha escuchado la campanilla sonar ni alguien llamando desde afuera, pero finalmente él no distingue nada o a alguien. ―Quizá quiera tratar el asunto en algún lugar más privado, aunque no tengo problema si lo vemos aquí…-, volvió a intentar una sonrisa, pero desistió y simplemente esperó por una respuesta de Granger. La mayoría de los dueños a donde ya habían ido a investigar siempre preferían mantener este tipo de procesos en perfil bajo, pero por supuesto que Garry entendería si Granger no tiene de que preocuparse y no le importaría si trabajaba ahí. @@Apolo Granger @Joaquín Granger
  20. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de plata Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: VII Fecha: 2018-12-10 Criatura: Rámora Puntos: 20P Precio: 1000G Criatura:Cruce de Kneazle Puntos: 20P Precio: 1000G Total de puntos: 40P Total de Galeones: 2000G
  21. Hola, buen día. No sé si cuente como actualización del mes o si este tipo de cosas no van aquí, pero igual me paso por que se está pasando esa información de mi perfil. Me han actualizado la ficha con el divorcio un par de post arriba, pero se han brincado el posteo de dirección de Hogwarts, que se encuentra al principio de esta página, donde certifica que acredite el curso de Conocimiento de Maldiciones y pues aun no esta reflejado ni en la ficha, ni en mi perfil. No quería dar lata con esto xD pero bueno tampoco quiero que se pase. Saludos y de antemano muchas gracias por leerme D:
  22. De su rostro sacó los anteojos con mucho cuidado, con la mano libre, sus dedos masajearon aplicando una suave presión con las yemas de los largos y huesudos dedos sobre el contorno de las cuencas, se siente cansado, se le puede escuchar por el modo en el que suelta una larga exhalación seca que por poco se convierte en un gruñido suave, de apoco, alterna la posición de sus dedos, aplicando un poco más fuerza por las mejillas o en las cienes donde se detiene a hacer círculos para finalmente, pasar la mano por entre su cabello cano. Cuando su mano descansa sobre la coronilla de la cabeza, con un movimiento más animado, lo desordena aún más revolviéndolo con el cabello rojizo que con el tiempo se ha tornado de un color más marrón oscuro, casi negro. El cuarto en el que está metido es mayormente oscuro, apenas se ilumina gracias al par de lámparas de diésel que están ahí, una sobre una mesa de madera a un par de metros de distancia y otra muy idéntica que parece haber tomado del mismo lugar, pero que ahora sostiene perezosamente, como si pesara una tonelada, en una de sus manos. Murmuró algo incomprensible antes de escuchar el sonido del picaporte girando y rápidamente, o por lo menos, menos lento que de costumbre, su atención se fijó en quien se encontraba curioseando del otro lado. En aquel cuarto mal iluminado, en ese momento, él tuvo que forzar la vista para entender mejor de quien se trataba, aun cuando Grell, la criatura, le advertía de ella. ―Ah, solo eres tú, Bel Evans-, el muchacho volvió su atención a lo que tenía enfrente y levantó, sin tanto esfuerzo, la lámpara que sostenía en su mano, más menos a la altura de su cintura, y con la otra, hizo un ademán descuidado para enfatizar lo que el gesto desabrido no puede. ―Pasa de una buena vez, por favor, y cierra bien, esta vez con cerrojo-, le hablaba con su típica voz monótona y neutra que solo lo hacen parecer menos interesante. ―No recuerdas el lugar porque seguramente no has estado aquí antes-, contestaba a ella al mismo tiempo que, ahora, señalaba el marco de madera finamente tallado a mano frente a él, pero que no tenía pintura, ni retrato o algo por él estilo. ―Eso solo hace que nos preguntemos... ¿Por qué la casa quería que vinieras aquí? -, junto a Garry, una extraña figura grisácea comenzó a balancearse. De apoco la figura de Odette St Marín se asomaba desde el perfil del muchacho, como si estuviera hablándole solo a él, cuchicheando venenosamente en su oído. Los pálidos ojos de Garry, que se encontraban como casi siempre, apagados, aburridos, tuvieron solo un pequeño destello cuando siente que Bel por fin se adentra y el espectro retrocede ante ella. La curva en la boca del menor de los Ollivander se torció divertida, por un breve instante cambió, eran solo esos pequeños momentos lo que hacían que Garry no pareciera un muerto viviente. Sin parecer preocupado, el licántropo volvió a exhalar un suspiro, esta vez un poco más ruidoso, dejó entonces de señalar el marco y su mano quedó finalmente hecha un puño dentro del bolsillo de su pantalón. ― ¿Qué vez ahí, Bel Evans?-, se refería al marco que guardaba una lámina parecida a la de un espejo, pero que en su superficie se dibujan ondas como si contuviera agua. ―Este es un objeto muy peculiar, ¿verdad? -, esta vez su pregunta va para Odette que no deja de verlos con desagrado aun a la distancia, casi puede oírla maldiciendo al par de brujos tan solo con la mirada. ― Es una réplica del espejo del Oesed-, explicó, he hizo una larga pausa, seguramente ella sabría del tema, pero él quiere continuar aún. ―Por supuesto que, no funciona…-, "por lo menos no frente a mi", quizó decir, pero por alguna razón, no lo hace y cada vez que soltaba una oración, sus palabras parecían costarle más trabajo, podía verse como su mandíbula se tensaba de tanto en tanto cada vez que se arrastraban las sílabas de su boca. ―Dime entonces, ¿Qué vez ahí? -, repitió y los heterocromos, que aún no dejaban de ver su propio y difuso reflejo comenzaban a avivarse de apoco, revelando su ansiedad por escuchar la respuesta de la bruja. @
  23. No está seguro de si es solo su percepción o las calles de Diagon hoy se encontraban inusualmente vacías, quizá era por la hora, tal vez, aunque Garry esperaba ver, sobre todo en esta época del año, las calles atiborradas de gente a todas horas, los alumnos del colegio de magia seguramente aún se encontraban de vacaciones, no sería para nada raro encontrarse con alguno de ellos matando el tiempo por las calles o quizá, para los que recién irían a comenzar sus estudios, comprando lo que crean necesario para Hogwarts. Sin embargo, por los motivos que tienen ahora al licántropo merodeando por Diagon, se alegra de no encontrarse a nadie conocido en todo el camino de un local a otro. El arrítmico compás que llevan sus lentos pasos se han detenido después de caminar un largo tramo de distancia, pero a Garry, que comúnmente se cansa con facilidad, el trabajo ministerial de campo resulta un poco más entretenido de hacer que el papeleo en C.C.U., aun considerando que siempre se podía hacer algo mejor en los laboratorios clandestinos, sin embargo, desde los días sin Weasley, el trabajo de atender el caso de los locales “envenenados” se les había convertido en una alta columna sin archivar sobre los escritorios. A las finales, Garry se había comprometido con Alessandra de terminar con todo antes de que las fechas decembrinas llegaran y estresaran a la apurada mujer que era la jefa de los medimagos. Se ha quedado afuera del local, observando mejor la fachada antes de rebuscar entre los papeles que guarda en las carpetas bajo el brazo; la lista de los locales acusados de vender piratería, magia negra y productos para los que no fueron destinados, primeramente, si un local en Diagon tendría un cambio de uso, C.C.U. tendría que estar enterado de todo. Después de confirmar en nombre y la dirección y de pensar que este será el último del día, entra de una buena vez, sabe que debe esperar por la compañía de algún auror, pero el frio afuera ha comenzado a empeorar conforme cae la tarde, no estaba de más si podía adelantar algo de protocolo. Como en cualquier otro local al que ha llegado anteriormente, la campanilla sobre el arco suena anunciando su entrada al negocio característico por vender varitas, el sonido de la campanilla es algo extraño, como si estuviera descuidada o como si los dueños o quien trabajara ahí se cansara de escucharla sonar cada vez que alguien entra por esa puerta y hubieran hecho algo al respecto con ella. Él no se preocupa más en tener que llamar al mostrador para ser atendido prontamente por algún elfo o empleado del lugar, si tiene suerte, quizá alguno de los dueños sea quien lo atienda. @Joaquín Granger @@Apolo Granger
  24. ID: 118247 Nick: Sain M. Ollivander Link a la Bóveda Trastero: Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): Tercer lugar Concurso de blinkies Nivel Mágico: VII Fecha: 20018-12-01 Criatura: Puffskein Puntos: 20P Precio: 1000G Criatura:-- Puntos:-- Precio:-- Total de puntos: 20P Total de Galeones: 1000G
  25. Yanna K. Smith. Gruñó como si se tratara de un perro viejo, el viento que resopla en la misma dirección en la que se dirigen las extrañas sombras de la lejanía casi hace que pierda el equilibrio, pero las gruesas uñas de sus manos se entierran con fiereza sobre la rama donde se ha trepado. Es escalofriante, ver aquellas criaturas, el modo en el que en un instante todo es silencioso y el viento rosando las ramas más altas de los árboles, es como si algo se anunciara en aquel paramo. Ella no hace caso a Evans hasta que ve a la última de esas cosas escabullirse por el suelo y perderlas de vista. Los brillantes ojos color oro de la morena destellaron en la oscuridad cuando creyó encontrar el punto a la distancia donde esas cosas parecían reunirse. Un escalofrió recorre su cuerpo apenas ha tocado nuevamente el suelo firme, es una sensación muy común en ella desde que regresó a Inglaterra y que no sentía desde sus días de maleante cuando trabajaba con su padre. Sin duda, en aquel lugar se concentraba una cantidad enorme de magia negra. Pero no es eso lo que en verdad preocupa a Smith, si no el modo, el patrón de varias cosas que comienzan a presentarse de un modo familiar. Yanna necesita un segundo antes de borrar de su mente la noche en la que ella y Ollivander fueron maldecidos, y volver de una buena vez, cobrando compostura, hasta donde está Bel. ―No necesitamos un tonto mapa…-, por un segundo los ojos de Yanna escudriñan a Bel con un rosto un poco incrédulo, casi burlesco al ver a la bruja con el mapa tendido en sus manos. ―Solo hay que seguir a esas cosas…-, le mostró a Bel una enorme y fea sonrisa antes de darle la espalda y caminar tras el rastro fresco de aquellas cosas. “Ser ignorante te hace valiente…mi querido hermano…” @

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