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Syrius McGonagall

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Todo lo publicado por Syrius McGonagall

  1. Hanska "Han" Brown. -Señorita Giroud allí puede colgar su abrigo - le indicó el mago una vez ingresaron a la cabaña al señalar el perchero junto a la puerta. En el interior el fuego de la chimenea de piedra crepitaba con fuerza pero aún así Han se acercó y le agregó un par de astillas mas -Espero que no haya sido su primera vez en una camioneta - le dijo a la bruja mientras acomodaba los leños recién puestos. -La aparición está prohibida dentro de la Reserva, así es mucho más fácil controlar el ingreso de magos problemáticos, el MACUSA es muy cuidadoso con estos asuntos y nosotros estamos muy agradecidos con eso se podra imaginar - le sonrió girándose nuevamente hacia la bruja. -Tome asiento - le invitó señalando la mesa que ocupaba el centro del monoambiente -El estofado debe estar ya pronto - recordó de inmediato y se acercó hasta la pequeña cocina que había en un rincón donde el estofado se estaba cociendo. Revolvió con la cucharada de madera solo para comprobar lo que había anunciado instantes antes, el estofado ya estaba listo. - ¿Le sirvo un plato, señorita Giroud? - preguntó mientras buscaba en el estante por encima de su cabeza los platos y cubiertos -No seré un gran chef de París pero no he tenido queja alguna sobre mis estofados -bromeó el mago mientras servía el almuerzo. De los platos emergía un vapor con un aroma que le hacía agua a la boca, el aroma llegó hasta el sensible olfato de Koda que levantó su cabeza del colchón junto a la chimenea donde estaba acostado y comenzó a olisquear el aire. -No me he olvidado de ti- rió el ojiazul antes de dirigirse a la pequeña nevera y sacar un poco de carne. Después de servirle a Koda llegó con los humeantes platos a la mesa y se sentó junto a la aurora francesa. -Es de carne de res, tiene papa, cebolla, y fideos, es simple, pero ahí creo que radica el secreto de su éxito - comentó con una sonrisa mientras revolvía con una cuchara su plato para enfriarlo. @ Ada Camille Dumbledore
  2. Alguien anda precisando gente para algun rol? Estoy con tiempo y actitud rolística xD

    1. Anthony R. Dracony M.

      Anthony R. Dracony M.

      link

      Hola, buenas tardes.

      Te dejo link de un rol que he iniciado en el CMI, tiene varios "hilos de rol propuesto" espero y te animes a participar. Por tu fina atención, gracias! 😀

  3. Hanska "Han" Brown Lo rascó justo detrás de las orejas donde sabía que le gustaba, Koda levantó su cabeza y clavó sus ojos amarillos en el mago en una clara señal que estaba disfrutando la caricia. Han sonrió a su mascota y volvió a prestarle atención al polvoriento camino por donde una camioneta se acercaba. -Al parecer nuestros refuerzos extranjeros ya están aquí - le dijo al enorme perro - lobo. Han ya lo había supuesto, era sólo cuestión de tiempo para que el gobierno francés decidiera intervenir en la investigación, después de todo la familia desaparecida era parte de la aristocracia moderna francesa. El hombre fallecido fue un importante miembro por mucho tiempo del Ministerio de Magia Francés antes de dedicarse al comercio internacional, obviamente no se quedarían de brazos cruzados. El mago solo esperaba que fuera que fuera que los francés enviaran a participar de la investigación fuera alguien con el que se pudiera trabajar. La land rover se detuvo enfrente de la cabaña que fungía de su oficina levantando una pequeña nube de polvo. -¿Algún problema durante el viaje? - preguntó con una sonrisa a Robert mientras extendía su diestra para estrechar la mano de su compañero guardabosque a través de la ventanilla del conductor. -Ninguno, aunque la abolladura del parachoque sigue sin ser reparada, creo que si tengo algún rato libre en la semana la llevaré al mecánico - replicó el hombre en el momento que la puerta del acompañante se abría. -Bienvenida a Montana, espero que no haya sido un viaje muy extenuante - recibió a la bruja qué descendia del vehículo - Mi nombre es Hanska Brown, guardabosques de la Reservación - se presentó mientras estrechaba la mano de la bruja. -No se tiene hambre, pero estamos cerca del mediodía y tengo un buen estofado haciéndose en la cocina - le comentó a la francesa al tiempo que Koda olía las botas de la mujer - Disculpe los modales de mi mascota, su nombre es Koda, pese a que su tamaño puede intimidar es todo lo contrario - -Tengo entendido de que la prensa llegará hoy también, soy el único trabajando en la reserva de momento por lo que tengo que recibirlos, mientras aguardamos la pondré al tanto de la investigación - la invitó a entrar la cabaña. @ Ada Camille Dumbledore @ Anthony R. Dracony M.
  4. Hanska "Han" Brown Flathead Reservation, Montana, Estados Unidos. Un viejo clásico de Johnny Horton sonaba en la vieja radio sobre la repisa de la pequeña oficina mientras Hanska repasaba una tediosa lista del nuevo inventario que llegó a la Reserva aquella mañana. Estaba por terminar, ese era el motor que le impulsaba a terminar de chequear todo lo ridículamente detallado de aquella interminable lista, una vez finalizara podría tomar la camioneta e irse a casa. Fue antecedido por el crujido de un tronco al astillarse justo por la mitad en el fuego que ardía en la chimenea de piedra del rincón, el sonido le hizo apartar la mirada del pergamino y observar el fuego que se agitaba con renovada viveza como si una ráfaga de viento hubiera colado en la habitación. Los golpes en la puerta no se tardaron en oír. Hanska se incorporó rápidamente de su escritorio y cruzó de dos largas zancadas la cabaña para abrir la puerta de madera. Una ráfaga de aire helado ingresó con fuerza cambiando por completo el ambiente de la oficina, del otro lado Sarah lo observaba con un gesto de terror dibujado en su rostro. Los haces de luces del par de linternas eran lo único que iluminaba el irregular camino que serpenteaba por entre el pequeño bosquecillo de álamos, pese a que era una noche completamente despejada donde la luna llena junto con las estrellas bañaban las montañas de luz dentro de aquel bosque el entramado de ramas y hojas sobre sus cabezas dejaba todo en completa oscuridad. Sarah iba adelante, el viento helado del norte agitaba los rulos de su cabello mientras la bruja marcaba el camino hasta su hallazgo. Casi no intercambiaron palabras, ella seguía en shock tras ver lo que descubrió en su último patrullaje, jamás se enfrentó a una situación similar, recién salida de la academia era su primer caso serio. Tampoco para Hanska aquello era algo de todos los días en la Reserva, por suerte. Pero aún así, se sentía responsable de lo que estaba sucediendo, una sensación ominosa lo acompañaba desde que Sarah le contó lo que había encontrado. El camino descendía hacia una pequeña cañada de aguas rápidas y cristalinas, fría como los hielos de los glaciares de los cuales se alimentaba. Allí el bosque daba pasa a un claro pedregoso, cantos rodados de todos los colores brillaban bajo la luz de la luna mientras el riachuelo discurría veloz y ruidoso. -Es aquí - susurró Sarah mientras una nube de vapor salía de su boca, la bruja giró hacia la izquierda, recorrió un par de pasos y desapareció tras una hondonada. Hanska se subió un poco más el cuello de su chaqueta y apretó con firmeza la linterna, lanzó una silenciosa plegaria a los espíritus y siguió sus pasos. La luna iluminaba la escena, el cadáver se encontraba junto a un recodo del riachuelo, Sarah a su lado lo alumbraba con su linterna y lanzó una mirada nerviosa a su compañero. Hanska se acercó sin apartar la vista de las heridas que desfiguran el cuerpo, eran profundas, rojas y recientes. -Es el padre, de la familia de turistas franceses que llegó esta mañana a la Reserva - la voz de Sarah sonaba casi infantil, estaba completamente aterrada. -No se donde están los demás, deberían haberse registrado de salida desde la puesta del sol pero no lo han hecho, ¿has visto las heridas? ¿Son de oso? ¿No es así? - La sensación desagradable que acompañó todo el trayecto al mago se intensificó mientras observaba las heridas en el cadáver. Levantó la vista para encontrarse con Sarah -No creo que sea un oso, no voy a mentirte, esto es grave - un susurró hizo eco en su cabeza, un recuerdo que no quería repetir, la palabra se repitió una vez más skinwalker.
  5. Los Malfoys rules!!!!! 😯

    1. Syrius McGonagall

      Syrius McGonagall

      No como los Evans que ni un hola te contestan.... 

    2. Ada Camille Dumbledore

      Ada Camille Dumbledore

      Tu lío es que somos saludas a los Evans,  a las amigas ya ni las saluda 

  6. #Jankdevolvelaguita

    1. Rory Despard

      Rory Despard

      Terrible que sigas creyendo en ese mano uwu

  7. Si, mejor que Melrose.

    1. Melrose Moody

      Melrose Moody

      solo vengo acá a establecer que no, vil mentira xdd jajaja

  8. Matt Ironwood. Nevó toda la noche y aún pese a que la blanquecina luz del día brillaba tenuemente en el exterior, los fríos copos blancos seguían cayendo al suelo con una cadencia más suave que hacía unas horas pero de manera constante. Un manto de nieve cubría los jardines, estatuas, torres y tejados del castillo Evans dando un encantador aspecto invernal al antiguo hogar. El castaño observó el espectáculo helado de los jardines desde la cálida sala principal y sonrió agradecido de poder disfrutar de dicho paisaje sin tener que hacerle frente al frío. Pero no era necesario mirar la nieve caer fuera para entretenerse, la sala principal de los Evans lucía en aquel momento un aspecto muy original. La elegancia inglesa fue sustituida por un destartalada estilo cabaña, paredes, piso y techo de tablones de resistente madera, oscurecidos por el tiempo, el polvo y el hollín. Una alfombra cubría gran parte del suelo, gruesas pieles decoraban las paredes mientras un potente fuego crepitaba en un rincón, había una destartalada barra y algunas pequeñas mesas repartidas por toda la habitación. Matt transformó la sala en un réplica de un saloon al estilo viejo oeste que había visto tantas veces en películas, tenía planeado un juego para entretener a los Evans presentes en el castillo durante aquella fría tarde. No solo la sala había cambiado, el ojiazul se veía como un vaquero salido de esas mismas películas.
  9. Matt Ironwood. Fue cruzar el portal que Madeleine abrió y el frío del otro lado le caló hasta los huesos. Pronto el castaño cuestionó si la chaqueta que decidió traer consigo para aquella misión hubiera sido suficiente, se sobó ambos brazos mientras observaba cruzar al resto de sus compañeros por aquella abertura espacio - temporal. Podía ver el vaho salir de su nariz cada vez que respiraba y hasta prácticamente podía distinguir las palabras de su compañeros cuando estos hablaban. El frío en aquella isla era atroz pero más destructivo era el ambiente que cernía sobre ellos. Sentía la pesada presencia de los dementores pese a que ninguno se encontrara a la vista, las malas energías y una sensación de desamparo total comenzaron a extenderse por el cuerpo de Matt pese al chocolate que inteligentemente Made les había compartido antes de llegar. Hasta aquel momento el Ironwood no había comprendido realmente lo desafiante que sería aquella misión desde el punto de visto emocional y mental, tendría que hacer de todo su esfuerzo para no caer en la desesperación y todo aquel cóctel de negativas sensaciones de las cuales los dementores se alimentaban. Se llevó otro bombón a la boca y dejó que la calidez del chocolate lo invadiera,fue justo lo que necesitaba para afrontar aquel primer golpe de realidad. Kaori y Lukyan también arribaron por portales para unirse al pequeño grupo de magos, Matt sonrió frente a su arribo, mientras más fueran mejor resultaría aquello. Al parecer tanto Hobb, como Madeleine, Kaori y Lukyan estaban mas al tanto de lo que sucedía en aquel lugar, entendió poco de lo que intercambiaron pero al parecer tanto la bruja como el mago que llegaron tras ellos se encontraban en la isla un poco antes. -¿Dicen que es mejor que desempaquemos y planeemos cual es nuestro próximo movimiento? - aventuró Matt mientras le lanzaba una mirada a la destartalada cabaña que se erguía a sus espaldas. - Sin dudas habrá vivido mejores momentos - bromeó decidiendo que mantener el humor en el equipo sería algo fundamental en la misión que tenían por delante, o al menos le evitaría caer en la insanidad al propio mago. El estadounidense avanzó hasta la entrada de la desvencijada edificación y empujó la destartalada puerta que chirriantemente cedió con facilidad. El olor a húmedad y abandonó inundó con su aroma dulzón las fosas nasales del ojiazul apenas cruzó el umbral y se encontró con una pequeño recibidor que contaba con una chimenea, un mohoso sillón y unas viejas estanterías llenas de libros y otros objetos que el mago apenas podía distinguir en la penumbra de la habitación. -Hogar dulce hogar - exclamó mientras agitaba una vez su varita y las luces se encendían bañando la habitación. Dejó caer su pesada mochila sobre una raída alfombra y caminó hasta la ventana más cercana donde podía sentir correr el viento por entre los tablones de la pared. -No será un hotel cinco estrellas pero creo que puede ser un buen lugar a utilizar como base - se volvió a sus compañeros - Se puede defender, podemos trabajar en ello - se acomodó la gorra de visera y espero escuchar sus opiniones.
  10. Matt Ironwood. El aire impregnado de sal llenó los pulmones del castaño mientras daba una gran última bocanada manteniendo el pequeño ritual que siempre hacía antes de partir a una misión. Abrió los ojos y el reflejo del sol brillando sobre el océano Pacífico lo cegó por un momento, hasta que su vista se acostumbró al cambio de luz. El mediodía había pasado hacía poco tiempo por lo que el astro rey castigaba a pleno la playa pero la brisa marina que siempre recorría aquel trecho de blanca arena aplacaba las temperaturas. Matt fijó su atención en las olas turquesas que rompían sobre la costa y dejó que su musicalidad le infundiera la seguridad que buscaba. A lo lejos, a varios kilometros a su izquierda el sol arrancaba destellos de los rascacielos de Honolulu, que vivía el ajetreo de la hora pico, pero allí, en aquel rinconcito oculto por las palmeras y unas prominentes salientes basálticas reinaba la paz. El ojiazul era un Ironwood, siempre buscaría la energía del océano antes de la batalla, todas las decisiones importantes las tomaría con el arena bajo sus pies y la brisa salada en sus pulmones, aquel era su verdadero hogar, donde siempre se sentía en casa. Sintiendo que su silencioso ritual se había terminado, giró sobre sus pies percibiendo los suaves y cálidos granos de cuarzo entre sus dedos y se encaminó hacia la mochila que dejó sobre una roca donde la sombra de una palmera daba cierto respiro a la inclemencia del sol. Matt tomó la gorra que descansaba sobre la mochila y la colocó en su cabeza, sabía que las posibilidades de encontrarse sol en la costa oriental inglesa en noviembre eran muy escasas, pero se acostumbró tanto a usar una gorra que salir sin ella le resultaba muy extraño. Se calzó la pesada mochila sobre los hombros y se ajustó un poco su chaqueta estilo hiking, porque lo que seguramente podría afirmar era que haría frío y mucha humedad. El portal se abrió frente a él en el momento indicado y sin pensarlo el mago cruzó el mismo para que la fría y húmeda costa inglesa le diera la bienvenida al otro lado. El pueblo de Staithes era un pintoresco pueblo pesquero en North Yorkshire sobre el Mar del Norte, su población no llegaba a pasar la barrera de los mil habitantes. Por lo que eso más sumado a que la noche se encontraba por caer, Matt encontró las calles empedradas que discurrían por entre las casas sumamente tranquilas. Una fría niebla comenzaba a envolver las edificaciones y el Ironwood inevitablemente pensó a lo que se enfrentarían durante aquella misión, los dementores. Posiblemente de las criaturas mas oscuras y siniestras que se arrastraban por sobre la tierra, entendía a la perfección porque debían encargarse de aquel asunto pero eso no lo volvía mas amenos. Sacudiendo de su cabeza los ominosos pensamientos sobre los dementores el castaño se subió un poco el cuello de su chaqueta y continúo su caminata hacia el punto de encuentro establecido. Se encontrarían en el puerto donde una embarcación los transportaría a la Isla donde la misión se llevaría a cabo.A medida que se acercaba a la costa Matt percibía como la niebla se volvía mas espesa y fría. Por suerte las luces de la calle iluminaban con un aura dorada y empañada el pueblo e impedían que la oscuridad fuera casi completa. Encontró tres rostros conocidos en una escollera del solitario puerto, alegre de por fin dar con sus compañeros les sonrió - Hobb, Dennis, Madelaine - llamó su atención alzando su diestra mientras se acercaba hacia ellos -¿Como estan chicos? Vaya niebla ¿eh?, espero no haber escatimado en abrigo - bromeó mientras extendía su mano para estrechar la de Dennis que se encontraba mas próxima.
  11. Matt Ironwood. La puerta de salida se encontraba cerrada pero el mago sabía que con un simple movimiento de varita se abriría y dejaría todo aquello que creía haber superado atrás. Pero la sucesión de eventos que había sucedido en tan solo unos segundos le demostró cuán equivocado estaba y no se podía continuar engañando a sí mismo. No era lo mejor. Se giró y siguió con la mirada a la francesa mientras tomaba un par de elementos de la vacía barra y se perdía tras una escalera de caracol que descendía al final de la habitación. El castaño suspiró para sí mismo una vez quedó solo, negó con la cabeza una vez y decidió seguir a la bruja. La cava al final de la escalera era pequeña pero acogedora, completamente hecha en piedra con tres paredes cubiertas por gruesos toneles de roble donde el vino se guardaba y una frente a la escalera donde un fuego crepitaba en la chimenea calentando el ambiente de la habitación. Ada acomodó las copas y la comida que trajo de la barra en una pequeña mesa de madera en el centro de la cava. Tomó asiento y aguardó. El mago se encontraba incómodo con la situación, no podía negarlo ni ocultarlo pero decidió que hablar finalmente de lo que sucedió sería lo mejor para ambos. -Gracias - dijo Matt al aceptar la copa de vino que la Dumbledore le tendió una vez se sentó a la mesa. Agitó levemente la bebida en su copa y se llevó la misma a la boca y saboreó la excelente cata que la francesa eligió para aquella ocasión. En su tiempo como pareja el Ironwood aprendió a distinguir un buen vino y aquel era excelente. -Esta muy bueno - le sonrió a la bruja, aunque fue una sonrisa tenue y fugaz era la primera vez que lo hacía desde que ingresó al local. -¿Cómo has estado? - decidió iniciar la conversación mirando a la castaña. @ Ada Camille Dumbledore
  12. Matt Ironwood. -Pues necesitaría un álbum de esos también - le sonrió el castaño a la bruja cuando casualmente nombró la existencia de tan oportuno objeto. No estaría mal tener un libro que le ayudará a identificar a todos los miembros de la Orden del Fénix, le ahorraría muchas preguntas y presentaciones sin dudas. Con gusto le tendió la otra botella de cerveza que tomó en cuanto Ela se la pidió y aprovechó para darle un nuevo trago a la suya. Escuchó la serie de preguntas por parte de la pelirroja y sonrió ante la curiosidad que demostró -Soy estadounidense por si el acento no lo termina de desvelar, nacido, criado y aún viviendo en el estado de Hawaii, así que bastante lejos de Inglaterra - Matt respondió la primer ronda de preguntas. -Me estoy quedando con los Evans McGonagall, son mi segunda familia aquí - no se tardó en responder las preguntas que quedaron. Y en cuanto a la propuesta que lanzó la escandinava de quizás preparar algo para comer el Ironwood estuvo de acuerdo. En cuanto el aroma de la comida comenzará a extenderse por la casa el ojiazul no tenía dudas que algún par de otros miembros de la Orden no tardarían en hacer acto de aparición. -Puedo manejarme en la cocina - reconoció Matt encogiéndose de hombros -Pero si me dan una mano estaría muy agradecido - miró al par de brujas - Entre más mejor - dejó su cerveza a casi terminar sobre la larga mesa de la cocina y entrechocó sonoramente sus manos una vez. -Manos a la obra entonces - observó a Ela - Vamos a la biblioteca - reconoció la idea de la bruja de buscar alguna receta interesante entre la enorme colección de volúmenes que la Orden guardaba en la casa. @ Ela Karoline @ Ellie Moody @ Darla Potter Black
  13. Matt Ironwood. -¿Chicken fight? - el castaño se giró hacia Madeleine que cómodamente se recostaba sobre una silla playera para disfrutar el rebosante plato de bocadillos que tomó de las mesas de comida. Si la escocesa quería ver acción más vale que se uniera al trabajo sucio también pensó el Ironwood negando con la cabeza mientras sonreía al escuchar la propuesta de la Moody de autodenominarse como árbitro del juego. -¿Tu? ¿Árbitro? - dejó escapar el ojiazul observando a su interlocutora - ¿Conoces las reglas? Pensaba que en Escocia no tenían piscinas - bromeó Matt haciendo referencia al poco amigable clima de la tierra del cardo. -No, no creo que jugar algo que deje afuera a alguien sea lo mejor, después de todo eso no es parte del espíritu “aloha” que quiere manifestar esta fiesta - comenzó diciendo el mago mientras desechaba la idea de beber tranquilamente un par de tragos en el bar flotante. Madeleine había despertado una nueva faceta en la fiesta con su propuesta y el mago no creía que ella fuera consciente de la puerta que había entreabierto. -No, si vamos a divertirnos todos los haremos - sonrió una vez más Matt mientras agitaba una vez su varita apuntando a la piscina, un chorro de agua se elevó un metro por encima de la superficie antes de salir disparado hacia Madeleine que tan cómodamente se había instalado sobre la silla con su comida. El agua salpicó por completó a la bruja mientras el castaño se destornillaba de la risa al ver los aspavientos de la escocesa. Sabía que tenía que actuar rápido porque la Moody no se quedaría de brazos cruzados y la respuesta a su primer movimiento no tardaría en llegar, por lo que aún riendo hizo un saludo militar al resto de los presentes y con ropa y todo se arrojó a la piscina. @ Ellie Moody @ Melrose Moody @ Rory Despard
  14. Matt Ironwood. No había tenido tiempo para intercambiar un par de palabras cuando una nueva figura se coló en la escena. Una bruja de fiero cabello rojo ingresaba en aquel momento a la cocina mientras les dirigía una amplia sonrisa a manera de saludo. El castaño no conocía a la recién llegada pero tampoco era algo extraño, apenas había tratado con un par de miembros de la Orden en Inglaterra, lo normal era justo lo que sucedió. -Al parecer así es - le replicó a su vez el Ironwood mientras saludaba con un gesto a la bruja. -Eso mientras Ellie no nos termine de tirar la casa encima - bromeó con la escocesa antes de enfilar sus pasos hacia la bruja de cabello rojizo. -Matt Ironwood, miembro de la Orden en el extranjero - se presentó el americano mientras estiró su mano para estrechar la de la bruja. -¿Una cerveza? - le ofreció una de las botellas que rescató del refrigerador. Poco a poco los miembros de la Orden comenzaban hacer acto de presencia en la casa de bando, al parecer solo hizo falta hacer un poco de ruido y sacar algo para beber. -Viendo que lentamente la casa se va llenando ¿les parece si hacemos algo? - propuso Matt, quizás preparar un pequeño almuerzo improvisado y ponerse al día de lo que estaba sucediendo. @ Ellie Moody @ Ela Karoline @ Darla Potter Black
  15. Matt Ironwood. –¿Con qué whiskey, eh? - dijo bastante sorprendido con la respuesta de Richard. El castaño jamás había probado un whiskey como aquel pero no era un experto en el tema como para llevarla la contraria al encargado de las bebidas. Haciendo un pequeño gesto de brindis se llevó una vez el vaso de vidrio a los labios y le dio un buen trago al recientemente identificado destilado. Escuchó las palabras de Catherine y sonrió al asentir -Me siento como en casa, es mi segundo hogar sin dudas - expresó encantado de pasar otra temporada con los Evans. Otra figura amiga no tardó en acercarse hasta el trío, se trataba de Madeleine. La escocesa lucía aquel aspecto despreocupado y desgarbado tan típico de ella que se tradujo en la desentendida que se encontraba con el festejo al preguntar con su fuerte acento escoces directamente por la comida. Matt sonrió mientras Catherine le señalaba donde se encontraba el buffete. Después de un tiempo de compartir con magos y brujas de aquel país, él en una primera instancia indescifrable acento escoces poco a poco se le comenzó hacer entendible, aunque en ocasiones si hablaban demasiado rápido tenía que pedir que se lo repitieran nuevamente. Madeleine no fue la única en acercarse, pronto la pelirroja cabellera de Bel se asomó hasta allí. - Ya lo estoy haciendo - le replicó a la bruja mientras la abrazaba a manera de saludo cuando le preguntó si estaba disfrutando de la fiesta. -No lo digas dos veces - rió cuando hizo referencia a sus compañeros en las 184 -¿Unas vacaciones todas pagas en Europa? Ya estarían comprando los pasajes para Inglaterra - soltó el Ironwood. El mago no dudaba de que todos y cada uno de sus compañeros dentro de la 184 estarían encantados en visitar Inglaterra y volver a ver a los magos y brujas británicos que compartieron un tiempo en el destacamento. Quizás no sería mala idea arreglar un pequeño intercambio para más adelante. -¿La piscina? - dejó escapar algo reticente Matt ante la sugerencia de Bel. Observó la enorme piscina donde un isla - bar flotaba en el centro y sacudió inconscientemente sus hombros, la noche otoñal era fresca, no sabía hasta qué buen punto sería que se meterian al agua. -¿Estás segura? - preguntó el ojiazul en el preciso instante que una fresca brisa otoñal arrancaba un par de hojas pardas de un viejo y nudoso álamo que se encontraba cerca. -Entiendo la temática de la fiesta…. - comenzó diciendo Matt para luego decidir al diablo todo - Bueno ¿que esperamos? - le sonrió a sus compañeros mientras dejaba su vaso en una mesa y se encaminaba hacia la piscina. Sacó su varita del bolsillo y apuntó el bar que se mecía con suavidad en el centro de la piscina y lo encantó para que tranquilamente se acercara hacia el borde. -¡Vamos! - les apremió con un gesto al resto. @ Ellie Moody @ Melrose Moody @ Rory Despard
  16. Matt Ironwood. La aparición tan repentina de Ellie casi mata del susto al castaño, pensaba que se encontraba completamente solo en la casa. -¿Ellie? - dejó escapar en un susurro mientras se giraba hacia la entrada para enfrentarse a la escocesa -¿La del estruendo fuiste tú? casi me matas del susto, pensé que estaba solo en la casa - se explicó al acercarse a la bruja con una sonrisa de alivio dibujada en el rostro. Estrechó la mano de la Moody alegre de volver a verla después de tanto tiempo, si mal no recordaba la última vez que se encontraron bajo un mismo techo fue en las estación 184 en Honolulu, cuando la bruja aceptó formar parte por un tiempo de aquel experimento que tan exitosamente funcionó. -No te veía desde la temporada que pasaste en la 184 ¿Como te ha tratado el tiempo? - le preguntó a la bruja mientras regresaba hacia la nevera y rebuscaba si había algo para tomar, encontró unas botellas de cerveza detrás de un cartón de huevos -¿Cerveza? - le mostró el par de botellas que tomó. -La Potter está muy tranquila ¿No es así? - soltó Matt mientras le daba el primer trago a su cerveza que resultó inesperadamente buena, le encantaba la cerveza negra y sus experiencias anteriores con cervezas inglesas no fueron muy placenteras. -¿Se encuentra alguien más en la casa? - quiso saber el ojiazul mientras le daba un nuevo trago a su botella. @ Ellie Moody @ Darla Potter Black
  17. Matt Ironwood. -Esto es demasiado - deja escapar acompañada de una sonrisa el castaño mientras se acerca a Richard y Melrose al escuchar la conversación que ambos mantenían. En su diestra sostiene un vaso de vidrio que en su interior un líquido ambarino se arremolina con cada movimiento del mago. Lo tomó de un bandeja de plata que cargaba un camarero junto a la piscina, no pregunto que era pero el sabor le recordaba al vodka aunque eso sí, endulzado tanto que parecía un inocente zumo de manzana. -¿Fuegos artificiales? - preguntó mientras estrechaba las manos de sus interlocutores al mismo tiempo que un par de ellos estallan en el cielo creando una lluvia de chispas verdes y doradas- Esto se parece al 4 de Julio en pleno otoño - bromeó Matt antes de darle un nuevo buen trago a su bebida - ¿Supongo que tengo agradecerles a usted por tan magna celebración? - La idea de pasar su cumpleaños lejos de casa en un primer momento se lo antojo algo melancólica y extraña, estuvo apunto la noche anterior de empacar y darse una pequeña pausa de sus vacaciones para volver a Oahu; pero al enterarse que los Evans estaban empeñados en celebrar su cumpleaños y estaban ya con los preparativos para la fiesta desechó rápidamente la idea. De todas formas se comunicó con su familia y amigos en las islas aquella mañana pese allí seguía siendo Septiembre para recibir sus saludos y prometerles que cuando regresara celebraría con ellos. Pero aquella fresca noche otoñal inglesa era para festejar con los Evans, ¿hasta que punto serían ciertos los rumores de su fiero espíritu fiestero? Lo estaría por descubrir. -¿Quién estuvo encargado de los tragos? ¿Alguno sabe que estoy bebiendo? - cuestionó el ojiazul al par de magos que tenía enfrente. @ Melrose Moody
  18. Matt Ironwood. -¿En serio? - fue lo primero que el mago logró formular tras la estupefacción total en la que el saludo de la francesa lo había dejado. ¿Realmente pretenderia que no lo conocía? Jamás hubiera esperado una reacción así por parte de Ada pero ahora una sensación de completa decepción por la persona que tenía en frente rápidamente tomó el lugar del dolor. -¿Así serán las cosas ahora? - pronunció el mago mientras trataba de ver tras la gélida máscara que la castaña llevaba sobre sus facciones. La desilusión y el dolor se podían sentir en cada palabra de Matt mientras seguía observando incrédulo a la persona que en algún momento supo ser tan importante para el hawaiiano. Negó con la cabeza -No sabía que estaba cerrado, pero no necesito nada, gracias por el ofrecimiento - el ojiazul entendió en aquel momento que un capítulo de su vida se cerró por completo y no había vuelta atrás. -Solamente espero que tenga una buena vida Ada, realmente - se sinceró el Ironwood mientras observaba a la francesa - Adiós - se despidió de una vez por todas de la castaña. Sin duda lo que pudieran haber llegado a tener ambos murió hace mucho tiempo y había cosas que era mejor dejarlas como estaban y seguir adelante. @ Ada Camille Dumbledore
  19. Matt Ironwood. La invitación para aquel evento lo tomó por completa sorpresa, pero el sobre llevaba el sello presidencial y no había forma en que pudiera rechazarla. La nueva sede del Hospital St. Mary Jauncey en Washington DC resultó ser una obra millonaria pero necesaria para el país y demostraba no solo a América sino también al resto del mundo que los Estados Unidos era una nación que no detendría el progreso por nada. También la inauguración de la nueva sede sería el momento donde se presentaria la nueva directora del mismo, la medimaga Valkyria Karkarov. Si el castaño se preguntaba porque invitarian a un simple agente del FBI a tamaño evento, la razón se encontraba al final de la misiva donde se detallaba que su rol fundamental en la creación del novedoso destacamento 184, un centro de respuestas a emergencia en la isla de Oahu en el que magos y nomajs trabajaban codo a codo se transformó en un ejemplo del progreso para el resto del país. El nuevo hospital seguria la misma línea donde los conocimientos de ambos mundos volverían a forjar una nueva alianza en busca de un avance en la calidad de vida de las personas. Matt no podía estar más orgulloso del camino que Estados Unidos estaba llevando en el contexto global que tristemente imperaba. Por lo que allí se encontraba, sentado entre magos y brujas de renombrado nombre escuchando las palabras de bienvenida del Presidente Slithering al público reunido frente al imponente edificio. Jacksonpoint, el jefe de la Oficina Regional del FBI en Hawaii prácticamente le impuso que sobre el traje luciera la medalla de honor que el anterior presidente O’Brien le entregó en persona por sus servicios durante los ataques sucedidos en Reino Unido durante el dia que el Estatuto del Secreto cayó. El Ironwood fue enviado junto a una docena más de agentes del FBI a evacuar a los nacionales que se encontraban en Reino Unido y por suerte la misión fue un completo éxito, ningún ciudadano americano resultó herido durante los atentados. El final del discurso del presidente se vio interrumpido por unos protestantes que clamaban por la polemica desicion del gobierno de derograr la ley que permitia la pena capital, estuvo apunto de incorporarse para colaborar en aplacar el escandalo cuando recordo que alli se encontraba como un invitado, no como un agente del cuerpo de seguridad. La sensación de ver como sus compañeros lidiaban de la forma más pacífica posible el asunto mientras él permanecía sentado observandolo todo se le hizo de lo más extraña. Una vez resuelto aquel asunto el presidente pudo concluir su discurso e invitar a la nueva directora, la señorita Karkarov. El hawaiiano no conocía a la sanadora pero le resultó una mujer muy resuelta, segura, atractiva y se sorprendió al descubrir que era indudablemente británica. Pero una vez la bruja finalizó su discurso las explosiones comenzaron. Instintivamente se incorporó como una flecha en busca del origen de aquel caos que acababa de desatarse. Las explosiones provenían del público ¿quien los atacaba? no podía distinguir nada con claridad con todas las personas huyendo por sus vidas. El ojiazul desenfundo su varita y miró al presidente que ya se encontraba resguardado con el Servicio Secreto. Matt tenía que actuar y rápido.
  20. Matt Ironwood. –Esto está demasiado silencioso - dejó escapar el castaño más para escuchar una voz humana que para dejar clara la idea, pues estaba completamente solo. Decidió darse una vuelta por el hogar de reuniones de la Orden del Fénix en el pueblo del Valle de Godric al sur de Inglaterra. Como miembro en el extranjero de la Orden no eran muchas las oportunidades que tenía para tratar con sus compañeros, por lo que aprovechando aquellas semanas que pasaría en Reino Unido se acercó hasta al hogar Potter para ponerse al tanto con magos y brujas que desde hacía tiempo no veía. Pero para su sorpresa encontró la casa completamente en silencio. Nadie se acercó para recibirlo en cuanto ingresó por la puerta principal, no se escuchaba el sonido de voces provenientes de la siempre concurrida cocina, ni pasos, ni risas, todo estaba envuelto en un sepulcral silencio. ¿Era posible que no hubiera nadie más en el edificio? Matt siguió avanzando por el recibidor rumbo a la cocina como había hecho en sus anteriores visitas, esperando encontrarse con alguien que le pudiera explicar que estaba sucediendo allí. Pero mientras más seguía más notaba que al parecer nadie se había pasado por la Potter desde hacía un largo tiempo. ¿Acaso la Orden cambió de hogar seguro? ¿Habría sucedido algo y no estaba enterado? Las preguntas comenzaron a arremolinarse en su cabeza mientras la incomodidad crecía en el interior del Ironwood. Inconscientemente llevó su diestra hasta el bolsillo de su pantalón donde guardaba su varita para sentir que la misma seguía allí, por alguna razón aquel rose lo tranquilizó. La cocina la encontró desierta como temía hacerlo, nadie, ni un alma pululando entre aquellas cuatro paredes disfrutando de algún rico plato o divirtiéndose en una amena charla mientras vigilaba algo que se cocía en el fuego. Aquel silencio tan innatural resultaba deprimente ¿Donde estarían todos? El estrépito casi lo hizo saltar en su lugar, algo enorme había caído en el piso superior e hizo temblar el suelo bajo sus pies, al parecer el ojiazul no estaba solo como creía.
  21. Matt Ironwood. Castillo Evans. El olor de las tostadas, los huevos revueltos, la panceta y las morcillas llenaban el aire del enorme comedor principal de los Evans provocando que al ojiazul se le hiciera agua a la boca mientras tomaban asiento en la larga mesa de madera. El lugar era tan grande que resultaba cómico que solo dos personas lo utilizaran dejando otra veintena de sillas vacías a su alrededor, pero uno nunca sabía con los Evans, si se prestaba a una reunión más integrantes podrían llegar como si el aroma de la comida los invocase. Matt tomó la taza de humeante té que Bel le tendió y la colocó a un lado para después agregarle dos cucharadas de azúcar y revolver - ¿Sobre Rory? - preguntó al escuchar la consulta de la pelirroja -Bueno en América se comenta un poco sobre su ausencia y de los conflictos entre los países europeos, pero eso no es nada nuevo - se encogió de hombro mientras le sonreía a la bruja - Para los estadounidense ustedes los europeos constantemente están peleando entre sí - concluyó al tiempo que dejaba la cuchara sobre la servilleta y se llevaba la dulce infusión a los labios. -Cuánto extrañaba este té - exclamó tras saborear el primer sorbo. Claramente el Ironwood estaba al tanto de la gran noticia de aquel día, Rory volvería hacer su primera aparición pública en mucho tiempo y el mundo esperaba ansioso a oír que tenía que comentar el Primer Ministro Británico tras su largo tiempo fuera del foco público. -Creo que todos queremos escuchar qué es lo que tiene Rory para decir - secundó la opinión pública general - Hace mucho tiempo que no se expresa al mundo - el mago conocía al irlandés y le tenía un gran aprecio después de todo lo que vivieron mientras socorrían a los ciudadanos de Londres el día que el Estatuto cayó. Y Rory era un motivo importante de su llegada a Inglaterra, tenía que hablar con él en cuanto fuera posible. -Mis novedades tienen una personalidad repelente y se llaman Zacharaiah Smith y está de camino aquí - casi se disculpó mientras lo decía -Es un compañero de trabajo, del FBI, de la oficina en Nashville, es un gran agente pero carece de las habilidades de socialización y cordialidad que todos manejamos - tuvo que reconocer mientras dejaba su taza de té a un lado - Quiere hablar con Rory, pero primero me gustaría tener la oportunidad de tratar con él antes, Zachariah detesta a la iglesia y a todo aquel que tenga que ver con ella, quiero prepararlo y si es posible evitar ese encuentro - observó a su interlocutora esperando su respuesta. @ Rory Despard
  22. Matt Ironwood. Había sido una calurosa jornada en Londres, el verano parecía haberse instalado definitivamente sobre Europa y se dejaba sentir a pleno. El castaño no recordaba haber sudado alguna vez como lo había hecho aquel día estando en Inglaterra, el calor era anormal pero los británicos parecían estar disfrutando con aquel inusual verano, se veían cara más amigables por las calles y las sonrisas afloraban con más facilidad de rostros enrojecidos por el sol. Al parecer el clima de Hawaii lo había seguido hasta el otro lado del Atlántico pensaba el ojiazul mientras recorría el concurrido Callejón Diagon durante el crepúsculo. El callejón estaba álgido de actividad, cientos y cientos de magos y brujas recorrían sus calles empedradas disfrutando del atardecer estival sin tener que preocuparse del calor sofocante que los asoló durante el día. Matt también estaba disfrutando de la tarde, estaba de vacaciones en una ciudad que consideraba su segundo hogar y junto amigos que eran prácticamente familia. Y era por ellos que cargaba con varias bolsas pesadas en ambos brazos, obsequios de los más diversos para los Evan McGonagall. Se estaba quedando en el imponente castillo familiar y no podía hacer menos que obsequiarles algo después de estar tanto tiempo sin verles. La jornada de compras resultó ser más extensa y exhaustiva de lo que pensó por lo que al pasar por una llamativa tienda de vinos decidió que era un excelente lugar para tomar un descanso. Ironwood ingresó al negocio y se sentó en un lugar que encontró libre en la barra, acomodó las bolsas de obsequio entre sus pies y aguardó a que el cantinero se desocupara con unos clientes. Mientras esperaba que lo atendieran se dedicó a observar el resto del local, sin dudas el exquisito trabajo en la madera de aquel negocio era un éxito entre los transeúntes del Callejón Diagon que abarrotaban la bodega en aquella noche. Apartó la vista de una pareja de ancianos que disfrutaba de sus tragos y se topó con unos ojos azules que inmediatamente le helaron la sangre. No, no podía ser, la ansiedad y otro cóctel de sensaciones comenzó a desbordarse en el interior del mago. Vivían 8 millones de almas en aquella ciudad, ¿cuáles eran las probabilidades? Su instinto le decía que se levantara y se fuera de aquel lugar, que escapara de aquella situación, la herida no se había cerrado como le gustaba pensar falsamente en su interior, seguía allí y tan dolorosa como desde el principio. No quería tener nada más que ver con la Dumbledore, la rabia y el dolor seguía allí latentes pero la pena y la tristeza de haber perdido algo tan bello lo atormentaba de igual forma,además la sensación de no haber sido capaz de salvarlo lo llenaba de vergüenza. No podía levantarse e irse, por más que todo su cuerpo le gritaba que lo hicieran. Habían hecho contacto visual y la francesa avanzaba hacia él, iba a tener que enfrentarse a aquello que prefirió enterrar en el olvido. Aunque en el fondo tenía muy en claro que no era más que una falsa sensación que optó a la que aferrarse para continuar como si nada. @ Ada Camille Dumbledore
  23. Buen día, vengo a solicitar alta dentro del bando. ¡Volviendo a las raices! jajajajaja. Nick: Syrius McGonagall Número de ID: 119634 Link a la Ficha: https://www.harrylatino.org/forums/topic/106835-ficha-de-syrius-mcgonagall/?_rid=119634
  24. Buenas, paso a solicitar mi baja del bando, lo intente pero nunca me salio xD y tener la marca siendo que no he participado o colaborado en nada me parece muy abusivo. Saludos a todos los miembros de la Marca que en lo poco que he interactuado han sido geniales conmigo, pero no me salio la vena mortífaga jajajaja.

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