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Eobard Thawne

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Mensajes publicados por Eobard Thawne

  1. -¡Y qué elegante caída! -elogió al rubio mientras levantaba ambos brazos. -Por desgracia, ser humano tiene sus desventajas en cuanto a la resistencia física.

     

    El invernadero, recordaba un poco de los que se utilizaban para impartir Herbologia en Hogwarts; de maderos blancos y amplios ventanales, mostrando el contenido que yacía dentro de estos a los espectadores. Para la gran sorpresa de ambos, el acceder al reducido espacio sólo requirió de empujar la puerta. Seguramente los patriarcas habían pensado que nadie más llegaría hasta aquel punto.

     

    -Vamos, que estoy ansioso por concluir esto. Posiblemente caiga dormido al regresar.

     

    Dio más órdenes a las Necrohands, que obedientemente trasladaron los ejemplares restantes del Libro de la Sangre a distintos confines del espacio. Había poca variedad de plantas mágicas; el Black Lestrange no era una eminencia en la materia, pero alcanzó a distinguir algunas macetas con mandrágoras, un ejemplar de tentácula venenosa y, casi al fondo, lo que en mejores tiempos pudo haber sido Lazo del diablo.

     

    -Es una pena, en verdad. Muchas de estas plantas tienen utilidades muy interesantes en la elaboración de Pociones.

     

    Resopló, pasándose la varita de una mano a la otra. Una vez que Jeremy le indicó que se encontraba listo, comenzó a repetir un proceso similar al hecho en el vestíbulo del castillo. A diferencia de ese lugar, ahí se enfocó a las plantas que tenían frente a ellos. La tentácula inmediatamente comenzó a ennegrecerse, como si estuviera marchita. Mismo caso para las mandrágoras, cuyas hojitas pasaron de verde a marrón, y posteriormente a gris.

     

    -Sí, quizá algún día me atraiga la herbología. -opinó, pasando la mano sobre la parte baja de la máscara, como si se rascara la barbilla. -Nuestra labor aquí está llegando a su fin. A menos que quieras explorar algún otro rincón de este lugar.

     

    Aunque era el mortífago a cargo en tal misión, también quería tomar en cuenta la opinión de su compañero. Después de todo, en aquello se basaba la efectividad del bando: el compañerismo y la confianza que había entre sus miembros.

  2. ¿Era en serio, lo habían tomado con la guardia baja? No era la primera ocasión, pero sí había pasado tiempo desde la última vez que alguien se había anticipado a sus movimientos. Notó que la fuerza física de Romina era superior a la suya, habiendo sido capaz de arrastrar a un sujeto fornido como lo era el castaño.

    Buenos días a todos.

    Se sostuvo la cabeza con ambas manos, intentando reprimir la jaqueca que tenía. Cualquier pensamiento de solicitarle a su elfo personal que le trajera alguna poción o bebida para lidiar con ello, se vio eclipsado por el saludo de su madre. No quedaba duda de que su vestimenta había dado mucho de qué hablar; y lo gracioso de todo el asunto, es que ni Ashura, Lady o Alegna le habían visto tan desaliñado. Ya no digamos, la matriarca.

    No esperaba una reunión familiar. Llevo un par de días sin dormir, así que quizá se deba a eso, madre. cerró los ojos por un momento, intentando mantener la compostura. Horace, necesito las botas de siete leguas.

    El elfo doméstico personal no se hizo esperar ante el llamado. Depositó el pedido a un costado de su amo, quien tomaba asiento en uno de los cómodos sillones de la terraza. La criatura se retiró con las pantuflas que le había entregado a cambio. Extraño. Mía no había reaccionado de mala manera ante el comentario hecho por Romina referente a la artes oscuras. Le dedicó una falsa mirada de reprobación a su hermana mientras se calzaba las botas, que alcanzaban sus rodillas.

    No soy tan buen profesor como lo sería Candela, por ejemplo, pero creo que una cosa o dos le puedo enseñar. Además, tengo una curiosa necesidad de arriesgar mi integridad física cada que puedo. Lady o Ashura lo podrán asegurar de mi tiempo en Criaturas.

    Aprovechó el breve lapso de silencio por parte de los presentes para pedirle a la elfina que le trajera jugo de uva, con la esperanza de que el azúcar lo despertara. Mía había preguntado qué habían hecho de su vida en tiempos recientes, y aquello le pareció un tanto problemático de responder. No por lo que había estado haciendo, sino por lo que había sucedido en Reino Unido desde su ausencia obligada.

    Me fui a Aruba un par de meses. Necesitaba ¿tranquilidad? trazó una sonrisa al recordar cierto enfrentamiento que había acontecido en tal ubicación. A mi regreso descubrí, no sólo que ahora laboro en el Magic Mall, sino que, además, estuve dos meses en Cooperación Mágica.

    Para cualquiera escuchándolo, eso no tendría pies ni cabeza, pero él sabía exactamente lo que hablaba. Una situación a la que esperaba no tener que enfrentarse nunca. Tomó la copa que le ofrecía la criatura, quien había regresado sigilosamente con los pedidos. Su madre parecía enfrascada en la lectura de un fragmento de papel, pero al ver que la desechaba, intuyó que podía continuar.

    Espero que todo se encuentre bien. Me preguntaba, ¿será buen momento para anunciar que mi "gemelo malvado", Joseph, estuvo aquí, durante mis vacaciones, haciéndose pasar por mí?

     

     

    @@Romina Black Lestrange @@Mia Black Lestrange

  3. Vengo a lo mismo que Apolo. Esperando que Near no se moleste (?), pero supongo que no hay mucho que hacer. Ahora sí puedo pasarme a la reunión en el Caldero para reportar, y eso. Les incluyo todos mis roles hechos en la trama, por si las dudas. Sigo el formato dejado por Orión hace un par de mensajes xD

     

    Guardián: Eobard Thawne Joseph R. Black Lestrange

    Guardias:

     

    Vaciando el Magic Mall

    Caldero Envenenado

    Mansión Riddle

     

    Sí, como podrán notar, hubo un momento en el que me fui al diablo del Caldero, pensando que la reunión ahí no se haría, sino en la Riddle xD Luego ya solucionó el dilema, así que, gracias a un rol de Cande, tengo posibilidad de volver allá para presentar el informe. De igual manera, tengo que hacer rol de salida en la Riddle.

     

    Posiblemente venga a editar, si es que nadie más se pasa por acá. Salu2

  4. Jeremy decidió adelantarse para esparcir la magia oscura en otro lugar, hecho que no molestó al castaño. De esa manera, optimizaban el tiempo empleado, pensando en que quizá el resto de sus compañeros les agradecería por ello.

    Una vez que terminó de imbuirle magia oscura al ejemplar del Libro de la Sangre, el brillo morado terminó por formar una niebla peculiar, del mismo tono. Aquello parecía más bien una versión retorcida de alguno de los poderes que el volumen contenía en su interior. Haciendo levitar el baúl de siete cerrojos, se desplazó escaleras arriba; no quería quedar en el rango de efecto del libro, cualesquiera que fuera.

    -Vaya, vaya...Una Sala de juegos. -anunció el castaño, tras cruzar el marco de la única puerta abierta en un pasillo repleto de éstas. -Quizá me habría llevado el billar para mí, pero creo que tendrá que ser para otra ocasión.

    Fingió un tono de tristeza en su voz. Con un susurro, invocó a la Necrohand, de la cual aparecieron un par cuidando sus espaldas. Notó que ahí mismo también comenzaba a formarse la neblina púrpura, por lo que debían pensar en moverse de ahí antes de quedar malditos para siempre. Dio la espalda a la única ventana del lugar, que al parecer daba al patio trasero del castillo.

    -Lo hiciste muy bien. No a todos les gusta utilizar esa disciplina, pero tú no demostraste duda en ningún momento. Sé de alguien que estaría orgulloso.

    Por cuestiones de seguridad, no mencionaría a Candela, pero esperaba que el rubio captara la referencia, pues según entendía, la gitana impartía dicha asignatura en la Universidad. Regresó al plano actual sacudiendo la cabeza; un último lugar notable en tan precaria morada sería difícil de encontrar.

    -Vamos al invernadero, con eso tendrán más que suficiente para justificar un reporte. -indicó a las necrohands que se llevarán el baúl a tal ubicación. -Y, tal parece, que tendremos que usar un atajo para llegar.

    Se dirigió hacia la ventana, o los restos de, por dónde habían salido sus apoyos, y trepó con razonable facilidad. Llevaba el amuleto volador a manera de colgante, por lo que no le preocupó la caída. En lugar de ser brusca y dolorosa, terminó planeando hacia la pequeña estructura cristalina donde se veían plantas. Una vez en el suelo, espero a que su compañero le siguiera el paso.
  5. Aplaudió la rápida reacción de su compañero. Lo que parecía destinado a tonarse un obstáculo en su camino, acabó siendo la menor de sus preocupaciones. La figurilla del león se desplomó, víctima del encantamiento aturdidor de Jeremy. Como el castaño era más fanático de dejar el caos tras de sí, optó por algo menos prudente.

     

    ¡Confringo! bramó, causando que un rayo se originara de la punta de la varita de serbal.

     

    El impacto le dio de lleno a la estatua, ocasionando que volara en distintos fragmentos. Conjuró un Protego de manera no verbal para cubrir a ambos de los proyectiles. Si eso no despertaba a los que moraban el castillo, entonces nada lo haría. Le indicó a su compañero que avanzaran a través de una cabezada. Caminó con cautela, pateando alguno de los restos del lobo que se atravesaban en su camino.

     

    Bien, bien. Me da gusto saber que no soy el único que siente interés por ese tipo de Artes. Pondremos a prueba nuestro conocimiento, todo depende de eso. Todo.

     

    Repitió el mismo proceso hecho en la reja para obtener acceso a la mansión. ¿Qué acaso no tenían alarmas anti intrusos? Aquello le seguía pintando mal, pero la mejor opción era serenarse. No podía demostrar flaqueza ante un aspirante. Ya en el vestíbulo, lo suficientemente amplio para que entrara un dragón adulto, se giró para quedar de frente al Askar.

     

    Lo que haremos no nos tomará mucho, espero. opinó, buscando el llavero que había guardado previo a salir de casa. Como dices que no tienes problema con las Artes Oscuras, ¿qué te parece si hechizamos unos cuántos de éstos?

     

    Soltó el aro de metal, al cual estaba sujeto el baúl de siete cerrojos, y realizó un ágil movimiento con su varita para regresarlo a su tamaño usual. Consciente de que el rubio se preguntaría de qué diablos iría todo eso, se tomó su tiempo para abrir el último compartimento: la bóveda, permitiendo que observara su contenido. Ahí, intactos, yacían un par de ejemplares del Libro de la Sangre, hurtados directamente del Magic Mall.

     

    Antes de que preguntes, sí, no pudimos resistirnos a llevarnos unos cuantos.

     

    Dejó ir una risa, que quedó eclipsada por la máscara. Sacó uno de los ejemplares mediante el uso de un encantamiento levitador. No podía arriesgarse a sostenerlo con las manos, y que sus huellas quedarán impresas en la pasta. Ya no digamos, experimentar las consecuencias de establecer contacto con un libro superior a su nivel actual.

     

    Desconozco todo el potencial de este Libro de Hechizos, pero sé que, como cualquier otro objeto, si es corrompido, los resultados pueden variar. Y, de hecho, me serviría a una pequeña investigación que estoy llevando.

     

    Como lo que planeaban hacer requeriría de un esfuerzo razonable, invitó a su acompañante a que tomara parte en la jugada que estaba a punto de realizar. Dirigió la punta de la varita hacia el libro, que levitaba plácidamente en el centro del vestíbulo. Comenzó a recitar algunos hechizos oscuros que conocía, y no dudaba que Jeremy también. Una espesa voluta oscura emanó de su objeto mágico, comenzando a rodear el volumen.

     

    El rojo matiz del Libro, que iluminaba la sala, que de por sí tenía una iluminación muy tenue, comenzó a ser eclipsado por una tonalidad morada.

  6. Bostezó. La noche anterior no había logrado pegar el ojo, por lo que se sentía un poco hecho pedazos. Sería su primera misión a campo abierto, sin un alto rango que los guiara; o al menos, Orión no dudaba de la capacidad de ambos para cumplir con la encomienda.

    Vamos a ver, ¿dónde estás? hurgó entre los objetos que había sobre el escritorio de su habitación. Encontró el diminuto rectángulo, sujeto a un par de llaves. Ah, debería considerar reducirlo a un tamaño menos problemático.

    Una vez que consiguió meter el reducido Baúl de siete cerrojos en el bolsillo de sus pantalones cortos oscuros, se echó la gabardina beige sobre la playera polo de manga larga que portaba aquel día. Deslizó su mano izquierda sobre el rostro, conjurando la máscara de plata que emulaba a un mimo triste. Todo estaba listo; con varita en mano, abandonó los terrenos de los Black Lestrange a través de la Aparición.

    Justo a tiempo, creí que llegaba tarde.

    Las pesadas botas de siete leguas emitieron un golpe sordo al impactar con la grava. Eobard agitó su mano a manera de saludo ante su compañero. Acto seguido, se aproximó hacia las verjas de entrada, adornadas por una aldaba en forma de león. ¿Ése era el famoso castillo Gryffindor? Dio un bufido, expectante.

    Desde luego. Ésa ha sido la principal razón de mi demora. se giró, respondiendo al Triviani. Hay que avanzar, pero no bajemos la guardia.

    Valiéndose de su habilidad con los encantamientos, logró abrir la reja para permitirles el acceso. Sabía que aquella edificación, de estilo clásico, había recibido una visita por parte de sus compañeros hacía semanas, por lo que las defensas estarían mermadas. O eso parecía.

    Lo siento en el aire, y me preocupa. Demasiada calma para mi gusto.

    Se adelantó, cruzando el adoquinado sendero hasta la escalinata que llevaba a la entrada del castillo. No le llevó mucho tiempo, gracias a su calzado. En el patio trasero, parecía haber un invernadero. Hasta los jardines parecían vacíos. Y aun así, tenía esa sensación de que estaban siendo observados por algo. Le sorprendió la facilidad con la que el rubio le siguió el paso, dada la naturaleza de su calzado.

    ¿Qué tan bien se te da la magia poco común? Imagino que nada mal. inquirió, haciendo una mueca, invisible para Jeremy, al escuchar su voz transformada por la máscara. Vamos a necesitar un poco de eso aquí.

    Naturalmente, se refería a las artes oscuras. Mientras más rastros dejaran, mejor. Las estatuas del lobo y el león, a ambos lados de la entrada, estaban empeñadas en impedirles el paso. El Black Lestrange levantó sus brazos, como estirándose, y se dispuso a apuntar al pariente lejano del perro. No era la primera vez que se enfrentaba a vigilantes de ese tipo.

    Espejo de Niebla.

    Experimentó el aumento temporal de sus capacidades mágicas, pero no atacó a la figura. Le concedería el primer movimiento a su compañero; después de todo, le serviría de práctica para encomiendas futuras.
  7. Considerable cantidad de arena fue esparcida al momento de aparecerse frente a las verjas de metal. Nunca antes había visitado aquella residencia, por lo que se tomó un momento para maravillarse con la elegante arquitectura del lugar, contemplando los alrededores por encima de sus lentes oscuros.

     

    Dejó caer el baúl de siete cerrojos que llevaba cargando a la espalda. Antes moriría que permitir que su gabardina beige se arrugara cargando aquel artefacto. Como aquel contenedor no tenía gran cosa dentro, salvo quizá un quintaped (?), decidió hacer uso de los servicios que disfrutaba al ser parte de la familia. De forma adoptiva, al menos.

     

    -Necesito un par de Chucks, maldita sea. -se quejó, hurgando entre los bolsillos de los jeans ajustados para buscar un cigarrillo. -Ah, ahí están.

     

    Media docena de elfos domésticos, todos de apariencia similar, se acercaron a recibirlo. Con un cabezada, les indicó su tarea. Sólo los había escuchado mencionar por parte de Candela, pero no creía que fueran reales. ¿Acaso los había clonado? Era posible, considerando el giro en el que se dedicaban en Quick Labs.

     

    Hay que admitirlo, tiene buen gusto.

     

    Valiéndose de las botas de siete leguas, se desplazó más ágil que las criaturas, las cuales a duras penas lograban mantener el equilibrio para que el artilugio no se les viniera encima. Notó un bosquecillo, ideal para ocultar cuerpos. Probablemente lo visitaría más tarde. Primero tenía que instalarse, o de menos, dejar un par de cosas en la primera habitación que encontrara.

     

    -Hay que ser muy valiente. O muy tonto.

     

    Saludó con una inclinación de cabeza al muchacho que parecía esperar a que alguien le abriera la puerta. Él, sin más, giró la perilla, y se adentró en el amplio hall. Ahí, notó a varias personas conocidas. Irónico, pues se trataba de gente con la que últimamente convivía, sobre todo en materia del bando. Candela tenía una expresión de los mil diablos, mientras que Jeremy parecía estar observando todo desde un sitio seguro. Una chica que había visto en compañía de éste en el Caldero, también había hecho presencia.

     

    -Bueno, aquí estoy. -anunció, extendiendo ambos brazos, asegurándose de exhibir su más irónica sonrisa. -¿De qué me perdí?

     

    Observó al resto. ¿Qué hacían Susan y Rhaella ahí? Estaba claro que el mundo era un lugar pequeño, y las probabilidades de que terminaran emparentados de alguna forma, eran viables.

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  8. @@That is not my name Curioso, me etiquetaste en el post, pero no me llegó la notificación. Sí, creo que es pertinente darle cierre a ese rol. La "ventaja", es que mi personaje está laborando actualmente en el Magic Mall. Así que, si gustan, puede quedarse detrás para cubrir el rastro, mientras que el resto se va con los libros de hechizo y cualquier cosa que necesiten.

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  9. Grande fue su sorpresa al ver que la capucha reveló una cabellera rubia; conocía muy pocos altos rangos femeninos, así que a eso atribuyó su conjetura. De un momento a otro, fueron forzados a actuar, pues oportunidades como la ofrecida aquella noche, no siempre se daban. No había combatido con los fenixianos antes, aunque sí logró ubicar los apellidos a los que había hecho referencia. Traidores a la sangre.

     

    De haber sabido que llovería, habría traído una túnica menos ostentosa. se quejó, experimentando el cambio de ambiente tras salir del rango de protección. La varita de nogal negro comenzaba a lastimarle la palma de la mano por la fuerza impresa al sujetarla. Diffindo.

     

    El rayo salió disparado hacia su túnica, la cual era lo suficientemente larga para llevarla arrastrando. Le había hecho un ajuste, pues ahora le llegaba a los tobillos, mostrando las pesadas botas de siete leguas. Esbozó una sonrisa irónica, que desde luego quedó eclipsada bajo la máscara de metal. La Orden estaba ahí, decidida a enfrentarse con ellos sin más.

     

    Black decidió tomar la iniciativa, trasladando parte de la batalla al aire, seguido muy de cerca por el director de El Profeta. También él tenía una escoba, pero tres objetivos en el aire podría haberles costado la batalla. Decidió quedarse en tierra, valiéndose de su calzado para cubrir más espacio.

     

    Espejo de Niebla.

     

    Por un momento, experimentó una especie de distorsión, donde su capacidad sufrió una mejora temporal. Un sujeto, calvo y bonachón, pareció tomar interés en su persona, pues comenzó a lanzarle hechizos aturdidores, los cuales eran absorbidos por un oportuno Protego no verbal. Allá, más adelante, un rinoceronte cargaba contra el reducido grupo de rivales. Seguramente había sido conjurado por alguno de sus compañeros; la visibilidad, en tales condiciones, no los beneficiaba para nada.

     

    Un golpe sordo fue acallado al momento que otro rayo cruzó el cielo, impactando justo a la mitad de dónde se producía la batalla. Iluminó el sendero lo suficiente como para que todos alcanzaran a ver la caída del animal, que terminó reducido a una piedra, y la de la rubia que, boca arriba, se sostenía el estómago.

     

    Acabemos con esto. ¡Fuego Maldito! exclamó, al tiempo que una llamarada en forma de serpiente salía disparada hacia el mago robusto.

     

    Normalmente, aquel hechizo no habría tenido efecto, pero fue posible gracias al aumento de sus poderes. No logró darle en la cabeza, pero sí le atinó a las piernas. Como los miembros de la Orden se encontraban sobre maleza que, previo a la lluvia, había permanecido seca por meses, el fuego comenzó a propagarse en aquella dirección, consumiendo toda hierba a su paso, sin piedad.

     

    Escuchó la indicación que le era otorgaba a Black entre el gorgoteo de la lluvia; dos rezagados, quizá les podrían ser útiles para obtener información. O para tortura, a efectos prácticos. Como el hombre de cabello oscuro se encontraba débil, retorciéndose justo al lado de la pelirroja, agonizante, vio en él su oportunidad de poner a prueba una disciplina en la que era bastante versado.

     

    Imperio.

     

    Sintió el cosquilleo, que tuvo su origen en la nuca. Recorrió todo su cuerpo, hasta que pasó por el brazo izquierdo, y finalmente a través de su varita. Inmediatamente, sintió como si el fenixiano fuera una marioneta, y él un ventrílocuo. Aprovechó la conexión con su víctima, para pedirle mentalmente que no se levantara hasta que se acercaran a ayudarlos. Ahí sería donde comenzaría a atacar a sus propios compañeros.

     

    ¿Podemos hacer algo con el clima? Porque, digo, atender a la señorita será más difícil estando bajo este aguacero. Si es que aún respira.

     

    Miró de soslayo al mago de cabellera azulada, de la cual caía una gota cada cierto tiempo. No estaba lo suficientemente cerca para examinar a la caída; aunque habría sido en vano, pues no era un experto en primeros auxilios, y terminaría empeorando todo. Para la suerte de la rubia, el montículo de arena casi la hacía un blanco inalcanzable.

     

    ~ ~ ~

    Okay, creo que me excedí. No sé hasta qué punto sería válido todo lo hecho. Como son dudas elementalmente de hechizos, uno pensaría, ¿por qué no preguntar en duelos? Pero, bueno, esto es más un caso rolístico. Mi duda yace en el funcionamiento de Espejo de Niebla (Primer libro), ¿sólo funciona una sola vez o es como un efecto permanente para que el mago/bruja realice hechizos de rango mayor?

     

    Igual, lo del Imperio, al tener el conocimiento, supongo que se puede hacer esto, pues se cumple que la víctima se encuentra debilitada de una u otra forma.

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  10. @ Lamento informar que la compra ha sido RECHAZADA :(

     

    Tienes un pequeño detalle con el link de la bóveda, aunque ése es "menor", por así decirlo. El dato está en que la fecha es incorrecta, pues hoy nos encontramos a 21 de marzo, y ahí figura el 18 :lol: Si corriges eso, tu ficha estará correcta. Una disculpa por los inconvenientes, debemos ser meticulosos con las órdenes.

     

    No te desanimes, con la práctica te será siendo menos complicado.

  11. Son de bajo rango, supongo, sino conocería más de su posición. De no haber llevado la máscara metálica sobre el rostro, su sonrisa burlona podría haber dado de qué hablar, sobre todo por el subsecuente relámpago que volvió a iluminar la habitación tras la intervención de su compañero. Esperar lo sacaba de quicio, por lo que mientras el director del periódico mágico y Black se presentaron, había estado pasándose el amuleto volador entre los dedos.

     

    Creo que tomaré mi turno. inició, mirando hacia los lados para cerciorarse de que nadie más quería emitir palabra. No es como que haya mucho que decir, así que me arriesgaré.

     

    Por fin, guardó aquella baratija entre los pliegues de la túnica púrpura que portaba para la ocasión; el negro, era su favorito, pero, ¿por qué no probar nuevos aires? Las presentaciones se le daban fatal. Después de todo, si iba a arriesgar su vida y la de otros seis individuos, tenía que conocer a qué se dedicaban al menos.

     

    Tuve una carrera como empleado ministerial, sin pena ni gloria. era su punto de vista, recién había optado por alejarse un poco de la institución. Y ahora, estoy probando suerte en el Magic Mall. Menos diplomacia y criaturas mágicas para mi gusto, pero no está mal.

     

    Estiró ambos brazos para pensar en qué más le revelaría a los presentes. Al parecer, los apellidos siempre tenían un peso, por lo que optó continuar con aquello. Pasó la mano sobre la máscara, causando que ésta se convirtiera en humo los instantes suficientes para mostrar su níveo rostro. Los orbes grisáceos, que desentonaban bajo las gafas, daban la apariencia de cansancio. Fueron de aquí a allá, examinando a los que se mantenían sentados, y al compañero que se encontraba de pie.

     

    Soy uno de los Black Lestrange que se habían dispersado en el extranjero. Base, igual que Black. Ahora, permitiré que alguien más se presente, si es que no los he dormido.

     

    La máscara, volvió a su estado sólido, mostrando la mueca triste y la lágrima que emulaban a un mimo. Giró la mirada hacia la puerta de la estancia, detrás de la cual se había escuchado un peculiar sonido. Instintivamente, palpó con el antebrazo derecho su varita; la llevaba siempre bajo la manga de la playera polo.

     

    Pasos apresurados. El ruido producido por la torrencial lluvia invadió aquel punto de reunión, para acallarse a la brevedad. Luego, vino el goteo. Una figura, encapuchada, desde luego, abrió la puerta de par en par. El castaño dirigió su atención hacia el recién llegado, pues le resultaba de lo más curioso que entrara sin emitir una declaración,

     

    ¿Sería amigo o enemigo?

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  12. -Esto será más difícil de lo que esperaba.

     

    Contuvo la respiración por un largo rato mientras descendía los peldaños de la entrada a la casona de los Black Lestrange. Su moto voladora, nueva y reluciente, le esperaba a un lado del lindero. Estaba tan acostumbrado a trasladarse al Ministerio a través de la Aparición, que había olvidado lo que se sentía el viento gélido rozando su rostro.

     

    Aunque, su nuevo destino no sería la sede del gobierno mágico. Su más reciente cambio, lo había llevado a los confines del Callejón Diagón, a un lugar llamado Magic Mall. Era algo así como un cliente frecuente de la institución proveedora, a tal punto de haberle interesado la labor de empleado.

     

    Relájate, sólo es una fiesta. No es como que tuvieras que hacerla de representante británico ante funcionarios egipcios, pensó, montando aquel medio de transporte. Instintivamente, realizó un encantamiento desilusionador, que camufló a la moto y al mago como parte del entorno. Dio una patada al suelo, como si estuviese utilizando una escoba, y emprendió el vuelo hacia Londres.

     

    Fue una travesía tranquila, ideal para aclarar sus pensamientos. No tuvo problema en encontrar la edificación, por lo que estacionó el vehículo en un lugar donde esperaba nadie se tropezara por error. Anuló el encantamiento, volviendo a mostrar su atuendo, que consistía en una túnica de gala púrpura, bajo la cual, portaba una camisa de tonalidad menta.

     

    La puerta parecía haberse utilizado apenas unos instantes atrás. Debía admitir, la perspectiva de visitar el Mall fuera de horas laborales, le parecía un poco espeluznante. No había nada que perder, ¿o sí? Una vez que se halló dentro del lugar, se maravilló con la decoración. Serpentinas, globos, carteles, todo parecía tan normal ahí, como si ahí la vida tuviera una pizca de tranquilidad.

     

    Escuchó la voz de una joven que había entrado, desde luego, antes que él. Le parecía extrañamente conocida; el tono de cabello, la delataba un poco. Se trataba del lugar más inesperado para encontrarse con ella.

     

    -¿Romina? -inquirió, dando ágiles pasos para llegar al lado de a quién se había dirigido. Tenía que asegurarse. -Vaya, esto es una sorpresa. ¿Trabajas aquí?

     

    Y como no eran los únicos presentes, giró su mirada hacia el resto de los empleados, que parecían enfrascados en los últimos preparativos. Como el ámbito social no era lo suyo, esbozó una media sonrisa, levantando la mano derecha a manera de saludo.

     

    -Buenas noches a todos, mi nombre es Eobard. Y sí, soy el nuevo.

  13. Hola, ¿qué hay? Vengo a solicitar que le bajen el peso al avatar :c Pobre Gantu, ingirió demasiados sándwiches hechos por 625. Y, bueno, eso. La firma, como podrán ver, sí pasó la prueba. Pero obviamente se verá raro, por no decir desentonado, el que en el avatar lleve a Harry Hart xDD Así que, espero a que me faciliten el nuevo avy, para colocar uno.

     

    Y nada, sólo agradecer a los firmeros por su tiempo y dedicación /o/ A pesar de que casi no hay material del personaje que pedí, encontraron algo y pudieron transformarlo /o/

     

    ¿Llené las líneas? ¿Sí, no? Qué triste. B)

  14. Tristemente, tampoco hay muchas imágenes de Gantu, salvo algunas de calidad media. Ni siquiera en la Wiki de Disney hay gran cosa, así que meh, veremos. Si al final se les dificulta trabajar con lo que traigo, y no hay más, cambio el personaje (en caso de poderse), no tengo problema con ello. xD

     

     

    Nombre del personaje: Capitán Gantu

    Imagen: Opción 1 (Wikia) || Opción 2

    Frase: Exilio en asteroide abandonado. Te gustará. || ¿Qué es esa abominación? || ¿Incómodo? ¡Qué gusto!

     

    Y sí, no tiene muuuchas frases inmortales. No recuerdo bien si en la serie llega a decir alguna relevante, son las que recuerdo más fácilmente.

  15. ffxuRoh.gif

    Miren nada más a ese Sexy Nerd :perv: (??) De haber sabido, no canjeaba mi cambio de subnick, y pedía ese nuevo apodo que me han adjudicado. ¡En serio amé el banner! Me da gusto que hayan respetado al buen Harry Hart. *o* Créditos a quien créditos merece.


    Bueno, vengo a decir que he leído todo y comprendido. Realmente me había perdido un poco en lo del Magic Mall, y como nadie se pasó; ahora, lo gracioso, es que mi personaje labora ahí, así que podría rezagarse un poco para asegurarse de que el resto salga, y no dejar rastros del robo. O sí, veremos eso. Sobre el otro rol, me perdí (??)

    Ah, casi se me olvida xD En el Caldero Envenenado he estado roleando con Litsy a manera de ¿bienvenida? Venía a preguntar, en cuando comience la reunión programada, ¿la puedo inducir a la mala praxis que son las misiones de Guardianes? :B

    Saludines.

  16. Bueno, yo quería ganar otro cambio de nick :cry: Supongo que no fui lo suficientemente rápido (?) Rápido, eso tiene gracia, considerando en quién me basé para mi personaje. Bueno, a lo que iba; extrañé mi subnick de la Araña Humana, aunque creo que es tiempo de intentar nuevos aires.

     

    Cambio de subnick

    • Subtítulo deseado: Sith Marauder
    • Premio Obtenido: Premios directos de los Juegos (Puzzle)

    Creo que eso sería todo. ¡Gracias de antemano!

  17. -Oh, cierto. No había mencionado mi apellido, pues no siempre es bien visto. Aldrich Black Lestrange, siendo precisos. El gusto es mío, Mónica.

     

    Torció una sonrisa burlona al notar el roce entre el tendero y la pelirroja. No siempre solía avivar las confrontaciones; cuando era el espectador, siempre se deleitaba cuando ocurría una disputa frente a sus ojos. Una pena que no hubiera ido más allá, pues hacía meses que no se metía en líos de ese estilo. Asintió con suavidad al notar que Mónica había tomado asiento frente a él. Después de todo, él estaba invadiendo la mesa.

     

    -El robo es un negocio rentable para algunos. -opinó, pensando en la última misión en la que había participado. El resultado, desastroso. -Tuve una carrera ministerial sin pena ni gloria, ahora soy un empleado en el Magic Mall. Y administro un par de negocios.

     

    Aprovechó la momentánea pausa para servirse un poco de la botella ya abierta. Llenó el vaso hasta la mitad, y le dio un sorbo al vodka. Su garganta, naturalmente, le ardió al paso de la bebida, pero eso no lo inmutó. Estando a mano, la joven bien pudo haberse llevado el envase nuevo a otra mesa, o pedirle que se marchara, pero no lo hizo. Colocó un mechón de cabello sobre la oreja izquierda, como pensando en una forma de romper el hielo.

     

    -¿Qué me puedes decir de ti, Mónica, frecuentas Knockturn seguido? Claro, si es que puedo saber.

     

    Levantó el recipiente cristalino hacia la mujer a manera de saludo, y dio un trago a su bebida.

     

    @@Monica Malfoy Haughton

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