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Eobard Thawne

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Todo lo publicado por Eobard Thawne

  1. Aún no se ha determinado si apruebo o paso la clase, pero leí en las reformas que en teoría se podría comprar el libro posterior al que estoy cursando, si ya se ha abierto el topic de la prueba xD Si ya no está vigente eso, pues nada, me avisan y aguardo al veredicto de la Uzza 👀 ID: 121079 Nick: Eobard Thawne Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link a Tópic de la clase o a la prueba: Prueba Nivel Mágico: XXV Fecha: 2022-06-30 Nombre del producto: Libro de los Ancestros Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizos Nivel (del libro): 25 Precio: 25000 G Precio total: 25000 G
  2. Lo estaba pasando de lo lindo en aquella prueba. Sus expectativas al inicio de esa travesía, había sido superadas por mucho en ese punto. De no ser por el enfoque que estaba vertiendo hacia el combate con la Uzza, podría haberse cuestionado por qué Badru le hizo la vida tan imposible en el libro anterior. Pero el pasado era historia, y debía enfrentarse en el ahora, cuando las fuerzas del Caos parecían estar cerca de ganar esa partida. ⎯⎯Ese ha sido bueno, guerrera ⎯repuso el castaño, agradeciendo el alivio cómico que suponía la aparición de Peeves en el duelo. Decidió completar aquello para no perder el hábito ⎯Peeves, ¿sabes por qué despidieron al reloj? ¡Por atrasarse! Considero que es un clásico. Aquello no había sido suficiente para distraer la atención de su oponente, tal como el Black Lestrange había esperado. Se había protegido del ataque que pretendía ocasionarle heridas sangrantes, tal como él había hecho lo propio con las flechas que le había lanzado. Las cosas parecieron empeorar con la aparición del Señor del Caos en persona, quien le brindaría su manto protector a Runihura, a pesar de que no lo necesitaría del todo. Casi como un paralelismo temporal, se sintió de vuelta al inicio del duelo, pero ahora era ella quien le lanzaba la Arena del Hechicero. El Black Lestrange, análogamente, estaba decidido a replicar la estrategia que su instructora había empleado para defenderse en primer lugar. ⎯⎯¡Cantar de Eleboro! La vibración musical casi inaudible emanó de la punta de su varita de nogal negro, generando una peculiar vibración a su alrededor, con lo que no sólo restauraba la vista que antes había perdido Eobard gracias a la arena, sino también protegía sus sentidos contra futuros ataques de ese estilo. ⎯⎯Que conste que no había querido usar este recurso antes, pero solamente jugando los dados y el azar es que uno puede aproximarse a controlar las fuerzas del Caos. Así que, invoco al Señor del Caos. Lanzó el dado de siete caras mientras pronunciaba dichas palabras. Aunque era un eufemismo, considerando que dicha entidad ya se encontraba allí con ellos, guardándole las espaldas a la Uzza. Él confiaba en que aquello resultara bien, con un resultado de 1 ó 5 para traer al Cíclope o la Ninfa de su lado. Sin embargo, grande fue su decepción al ver que obtenía un tres, y una masa irregular con un pestilente aroma se materializaba de su lado del campo de batalla. El Trol había entrado en la refriega. ⎯⎯Ah, maldita sea, como si lidiar con Peeves no fuera ya suficiente ⎯el castaño puso los ojos en blanco ante el gruñido de la criatura, quien parecía no enterarse de lo que sucedía, y sólo tenía ojos para su persona. El segundo gruñido fue más bien un aviso, para que él preparara su defensa. No le dejaba muchas opciones, dado que debía defenderse tanto de Runihura como del Trol, por lo que estaba en una encrucijada. Hasta que se le ocurrió una forma de ganar algo de tiempo. Al menos, el suficiente para pensar en una forma de evadir al Trol con mayor eficacia. ⎯⎯¡Fortificum! ⎯ bramó, mientras que un muro ligeramente ondulado de unos dos metros emergía del suelo para cubrir el frente de batalla, donde estaba Runihura, y los dos flancos, para evitar que el Trol lo aporreara. Estaba hecho de titanio, que según recordaba, era un metal resistente a varias situaciones. La muralla lo protegía del árbol que había lanzado la criatura hacia su persona usando el hechizo Mobiliarbus. Pensaba de dónde habría sacado el árbol, pero fuera del hecho de que hacía poco habían estado próximos a los entornos de cada encarnación del Caos, era posible que la misma magia caótica genera árboles de la nada. @ Runihura
  3. Una vez que su incursión a la mente de Ada finalizó, llegó el momento de que ella hiciera lo mismo con la suya. Debía admitir que le preocupaba un poco lo que se encontraría allí, no por tener algo que esconder, sino por el hecho de que la historia de su vida era algo que, con el paso del tiempo, había ido dejando ir. Con su salida de Norteamérica, dejó tras de sí una vida que, si bien pudo ser más tranquila que el ajetreo constante en el que vivía actualmente, no le habría hecho sentirse satisfecho. Conforme su compañera se adentraba en sus recuerdos, pudo revivir aquel enfrentamiento con el joven Allen en Ilvermorny, una de sus primeras ocasiones batiéndose en duelo y el descubrimiento de que las artes oscuras se le daban mejor que muchas ramas habituales de la magia. Pagó un alto precio por ello, siendo expulsado de la institución mágica; sería el primer bloque de domino que desencadenaría los eventos que lo trajeron hasta ese momento. Experimentó la añoranza de tiempos pasados, una vez que Ada llegó a su época en Hogwarts, donde concluyó sus estudios como un estudiante extemporáneo. No era el lugar, sino la persona que había conocido allí. Su verdadera madre, Mía. Dejó ir un suspiro de nostalgia mientras su compañera finalizaba la lectura de su mente. «Bastante intenso que ha resultado este ejercicio, pero creo que a la postre nos acercará a ese equilibrio mental» pensó el castaño, mientras concluía con su bebida, escuchando atentamente las instrucciones de Rosália para continuar con su enseñanza. Sonrió de lado al escuchar que iban por buen camino, definitivamente era un gran progreso. ⎯⎯Claro que me encantaría, aunque si tiene que volver a leer mi mente, procuraré que no sea un rompecabezas del todo ⎯ respondió con una modesta risa, consciente de que aún tenía mucho que pulir. Atendiendo a la indicación de su instructora, sopesó las dos opciones que les daba. Primero se acercó al camino de la derecha, que llevaba a una gran ciudad, a juzgar por el bullicio y la aura de contaminación que seguro habría del otro lado. Estaba acostumbrado a esas comunidades no mágicas, incluso debía admitir que eran el mejor lugar cuando uno se esconde. Sin embargo, no sintió esa motivación para caminar por ese sendero. La sensación fue diferente en cuanto dio un par de pasos por el camino de piedra. Supuso que llevaban a un poblado más pequeño, tranquilo. Casi podía respirar la frescura del aire, mucho más puro que el que encontrarían en el camino de la derecha. Aquel lugar, parecía más ad hoc a lo que buscaban para continuar la travesía. ⎯⎯La verdad, también me ha convencido más el camino de la izquierda, así que secundo la idea. ¿Arcana? Regresó al encuentro con Ada y Rosália, donde comenzaba la bifurcación, a la espera de que indicaciones o comentarios que tendría. @ Ada Camille Dumbledore @ Rosália Pereira
  4. Pues, vengo a avisar que he abierto mi primera mazmorra. Espero esté bien, estoy algo oxidado en estas cosas (? Ficha para indicar que se comenzó una Mazmorra Participantes: Nick: Eobard Thawne Link al perfil: Perfil Nivel del Personaje: XXV (25) Link a la ficha: Ficha de Eobard A. Black Lestrange Link a la bóveda: Bóveda Mazmorra: Título de la Mazmorra: La Torre del Dragón Link al Topic abierto para realizar la Mazmorra: Link Mazmorra Me avisan cualquier cosa, salu2 y gracias de antemano.
  5. Mazmorra: Torre del Dragón Nivel mínimo: 2 Participantes: Máximo 1 (modalidad individual) Repeticiones: Una vez por semana (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias) Experiencia: Por cada vez que se realice completa da 1 punto en el apartado de Mazmorras. En 1897 Albus Dumbledore fue reconocido con el Premio Barnabus Finkley de Hechizos Excepcionales. Por entonces, era un destacado alumno de Hogwarts, íntimo amigo de Elphias Doge. Desconocemos qué hechizo inventó Albus Dumbledore que le hizo acreedor de tan notoria distinción a tan temprana edad. Lo que sí sabemos es que el antiguo Director de Hogwarts fue alguien de extraordinario poder mágico, con una mente muy brillante. Sin duda alguna, no todos los hechizos que inventó a lo largo de su vida, trascendieron a la opinión pública. Después de graduarse de Hogwarts, en junio de 1899, Dumbledore iba a realizar el tradicional "Gran Viaje" alrededor del mundo con su amigo Elphias Doge. No obstante, la muerte de su madre, Kendra Dumbledore, la víspera del viaje, por causa de una explosión de la incontrolable magia de Ariana, impidió tal propósito. Doge marchó sólo a aquel viaje, pero su rumorea que llevaba consigo un libro escrito por Albus Dumbledore, con todas sus investigaciones durante sus años en Hogwarts. Lamentablemente, Elphias perdió aquel libro en Papúa Nueva Guinea, en circunstancias muy poco claras. No hace mucho, funcionarios de MACUSA descubrieron el libro en poder de una tribu de salvajes, pero aunque lograron recuperarlo, el libro tenía muchas páginas arrancadas. Algunas de ellas, fueron descubiertas en la Torre del Dragón, un misterioso lugar en Papúa Nueva Guinea, donde habita un poderoso Opaleye de las Antípodas, modificado al parecer con los poderes del libro de Albus Dumbledore. Ayuda al MACUSA a recuperar las páginas perdidas y a controlar al Gran Drakan, el misterioso Opaleye que habita en la Torre del Dragón. A cambio recibirás importantes recompensas. Hitos de la Mazmorra: Debes hacer 5 posteos de rol (total 10 posteos) Los posteos de rol de esta mazmorra deben contener un mínimo de 1500 caracteres sin espacios. Los objetos del Magic Mall que se piden, deben estar en la ficha de personaje al momento de comenzar esta mazmorra. No se gastan, una vez en ficha, pueden usarse todas las veces que se quiera para realizar la mazmorra. Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas. Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación. Primer posteo (rol): Entras en la Torre del Dragón y encontrarás un pequeño hall de pequeñas dimensiones, de donde nace una escalera de caracol que se eleva hacia arriba. La escalera lleva a varios pisos, cada uno de ellos con una puerta cerrada. En el primer posteo, entrarás a la Torre investigarás la escalera. Observarás que las puertas cerradas de cada piso tienen un mecanismo mágico y un símbolo que las identifica. Segundo posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del primer piso. Debes lanzar 1 dado de 2 caras. [roll]1d2[/roll] Si el resultado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el primer piso sin problemas. Si el resultado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico y entras en el primer piso, pero la sala está llena de doxys. Tercer posteo (rol): Entras en el primer piso. Si sacaste un 2, deberás exterminar a las doxys para poder hacerte con 1 de las páginas del libro de Albus Dumbledore. Para ello, deberás llevar contigo Doxycida (comprado en el Magic Mall). Si sacaste un 1, encontrárás la primera página del libro sin problemas. Una vez encontrada la página del libro, sal del primer piso, hacia la escalera de caracol y sube hasta el segundo piso. Cuarto posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del segundo piso. Debes lanzar 1 dado de 2 caras. [roll]1d2[/roll] Si el resultado del dado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el segundo piso sin problemas. Si el resultado del dado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico, pero en el segundo piso hay un fuego que no se apaga con nada. Quinto posteo (rol): Entras en el segundo piso. Si sacaste un 2, deberás recuperar la segunda página del libro de Dumbledore, pero el incendio que hay dentro está a punto de destruirla y no se apaga con nada. Debes introducirte en el incendio y recuperar la página antes de que se destruya. Pero al hacerlo, te quemarás y deberás usar Remedio para Quemaduras comprado en el Magic Mall. Si no lo usas, morirás antes de llegar al cuarto piso (el tercer piso, podrías hacerlo). Si sacaste un 1, encontrarás la segunda página del libro de Albus Dumbledore sin problemas. Una vez encontrada la página del libro, sal del segundo piso, hacia la escalera de caracol y sube hasta el tercer piso. Sexto posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del tercer piso. Debes lanzar 1 dado de 5 caras. [roll]1d5[/roll] Si el resultado del dado es 1 o 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el tercer piso sin problemas. Si el resultado del dado es 3 o 4, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico y entras en el tercer piso, pero una nube tóxica te impide respirar. Usa un hechizo que te abra las vías respiratorias y otro que te permita pasar sin respirar al piso para recoger la tercera página del libro de Albus Dumbledore. Si el reultado del dado es 5, el mecanismo explota y te deja malherido. Deberás abandonar la mazmorra. Podrás intentarlo otra vez en una semana, volviendo a repetir la mazmorra desde el principio. Sólo tendrás opción a la recompensa por las páginas encontradas en los pisos primero y segundo. Séptimo posteo (rol): Si has sacado 1, 2, 3 o 4 puedes continuar con la mazmorra. Rolea en consecuencia, en función del resultado del dado que te haya salido. Recuerda, si has obtenido un 3 o un 4 rolear los dos hechizos que se piden de forma correcta. Márcalos en rojo. Si no haces bien este paso, la mazmorra no se te contará como correcta y no obtendrás las recompensas. Una vez recuperada la tercera página del libro de Albus Dumbledore, avanza hacia el último piso. Octavo posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del cuarto piso. Debes lanzar 1 dado de 5 caras. [roll]1d5[/roll] Si el resultado del dado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección, entras en el último piso y encuentras al Gran Drakan, el misterioso Opaleye de la Torre del Dragón. Además, justo ante ti, nada más abrir la puerta, observas que hay una página adicional del libro de Albus Dumbledore. Si el resultado del dado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección, entras en el último piso y encuentras al Gran Drakan, el misterioso Opaleye de la Torre del Dragón. No encuentras ninguna página más del libro. Si el resultado del dado es 3 o 4, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico, pero encuentras, que no hay suelo bajo tus pies y el Gran Drakan está volando. Deberás derrotarlo desde el aire y necesitarás una escoba voladora comprada en el Magic Mall (sirve cualquiera). Si el resultado del dado es 5, el mecanismo explota y te deja malherido. Deberás abandonar la mazmorra. Podrás intentarlo otra vez en una semana, volviendo a repetir la mazmorra desde el principio. Sólo tendrás opción a la recompensa por las páginas encontradas en los pisos primero, segundo y tercero. Noveno posteo (rol): Si has sacado 1, 2, 3 o 4 puedes continuar con la mazmorra. Rolea en consecuencia, en función del resultado del dado que te haya salido. Para vencer al Gran Drakan, debes usar 5 hechizos de la lista de neutrales y no se pueden repetir (márcalos en rojo y negrita). Décimo posteo (dados): Lanza los dados una última vez para determinar las recompensas otorgadas por el Gran Drakan y por el MACUSA. Lanza 1 dado de 30 caras. [roll]1d30[/roll] Si el resultado es < 6 -- 2000 G Si el resultado es 6 - 10 -- 1000 G Si el resultado es 11 -- 25 -- 500 G Si el resultado es > 25 -- 0 G Recompensas: Por cada página del libro de Albus Dumbledore: Primer piso superado y encontrada la página: 500 G. Segundo piso superado y encontrada la página: 500 G. Tercer piso superado y encontrada la página: 500 G. Cuarto piso, si sacaste un 1 y, por tanto, encontraste la página adicional: 1000 G. Por vencer al Gran Drakan: 500 G + drop según el resultado de la última tirada (posteo Décimo). Si el resultado es < 6 -- 2000 G Si el resultado es 6 - 10 -- 1000 G Si el resultado es 11 -- 25 -- 500 G Si el resultado es > 25 -- 0 G Posteo opcional: Si has completado la mazmorra, puedes hacer un posteo adicional roleando las recompensas y el reporte al MACUSA de lo que has descubierto en la Mazmorra, entregándole las páginas del libro.
  6. @ Monica Malfoy Haughton ¡La verdad me ha encantado! 😱 Siento si te la puse un poco difícil con las opciones de imágenes, porque al ser más recientes, pues casi no hay de la temática (?) O eso creo. Pero, el diseño definitivamente mola bastante. Me la llevo para cambiarla enseguida /o/ Me he demorado un poco en pasar por acá, porque quería dejar el segundo rol en tu negocio, que está aquí -> Rol 2/2 Antes de que muera en la prueba del libro de hechizos (?) Así que nada, ¡muchas gracias por la firma!
  7. Se balanceaba sobre sus talones mientras esperaba una respuesta de la recepcionista, quien estaba confirmándole disponibilidad respecto a su solicitud. Debía admitir que quizá había sido una idea un tanto burda el pedir alojamiento para tomarse su bebida, pero había invertido en cosas peores; recordaba esa vez que, en conjunto con su familia, alquilaron una tienda familiar, que podía dar cabida a generaciones enteras, sólo para tres personas en plena expedición del desierto del Sahara. ⎯⎯Ah, buenos tiempos, de eso no hay duda. Pero uno no vive de glorias pasadas. Moira enarcó una ceja tras sus gafas mientras escuchaba al Black Lestrange hablar solo. ¿Acaso lo creería loco? Era posible; después de las experiencias con las últimas guerras, y la pérdida de balance que conllevó convertirse involuntariamente en su forma animal durante los misteriosos ataques en Francia, cualquiera perdería la cabeza. »»Temo que por el momento no tenemos habitaciones disponibles, pero si espera unos minutos, habrá algunas que podrían desocuparse pronto. ¿Señor? ⎯⎯Black Lestrange. Eobard ⎯respondió, tentado a dar un alias en el último segundo. Hacía mucho que no usaba su verdadero nombre ⎯. Supongo que me iré adelantando, no obstante, me gustaría mi bebida. Para ir entrando en contexto. Le tomaron sus datos de registro, mientras uno de los dos gemelos camareros se aproximaba para depositar la copa de cristal con el brebaje de tonalidades aguamarina; si bien era una bebida que había conocido gracias a su tiempo con los no mágicos, podía jurar que sus efectos eran lo más cercano a una poción estimulante, ¡los muggles estaban mejorando en cuanto a su comida y bebida! Sostuvo la copa en alto durante unos segundos. ⎯⎯A la prosperidad y fortuna de Atrium Stratus Tras su pequeño brindis, le dio un modesto trago a la bebida, dejando que la esencia del exótico licor invadiera su boca, irritando sus papilas gustativas al contacto con éste. Era un sabor amargo, pero refrescante, casi como la perspectiva de tener que reconectar con sus ya de por sí pésimas habilidades sociales. Así, se encaminó hacia la escalinata de caracol, con la propuesta de matar tiempo explorando el primer piso mientras algún cuarto se desocupaba.
  8. ⎯⎯Bien jugado, guerrera. Aunque uno no puede confiar del todo en los ojos, pues pueden engañar a la persona, es mejor proteger los sentidos ⎯. Sonrió de lado, había hecho su mejor intento por cegar a la Uzza, pero ella había sido más inteligente en ese sentido. Aquello parecía estar destinado a ser cosa de dos, hasta que la instructora invocó al Señor del Caos, aunque éste no fue benevolente con ella, pues adoptó la forma del ínfame Peeves, quien se dedicó a hacer bromas de mal gusto. Estaban en terreno neutral, consideraba el Black Lestrange, pues no le ayudaría a Runihura, pero tampoco lo beneficiaría a él. ⎯⎯¡Oye, Peeves! ⎯se dirigió al poltergeist, mientras preparaba su tirada de dados. Debía ser certero o pagaría caro las consecuencias ⎯. ¿Te enteraste que me han robado todas las sillas mientras estaba en la Sala Común de Slytherin? ⎯el ente lo miró extrañado, como si no entendiera a que se refería. Su oponente, por otro lado, ya hacía su movimiento ⎯. Sí, bueno, es que no sé ni cómo me siento. ¿Entiendes? ¿No? Bueno, entonces...¡Invoco la Rueda del Tiempo! Lanzó el dado de tres caras, esperando que la Rueda del Caos le obsequiara un resultado de -1, pues esto ocasionaría que las flechas de fuego que se dirigían hacía él, fueran eliminadas, dado que las Fuerzas del Caos borrarían la última acción hecha por la Uzza. Sin embargo, en esa ocasión no contó con la misma suerte que usando la Rueda del Caos, ya que obtuvo un 0. Pudo jurar que sintió una especie de fluctuación temporal en el campo de batalla, pero dado el resultado de su tirada, no tuvo efecto alguno. ⎯⎯Obsistens ⎯pensó el castaño, conjurando un cerco de materia luminosa de color aguamarina, su tonalidad favorita, que detuvo las flechas de fuego que la Uzza le había lanzado, protegiéndolo así de los daños que habría sufrido de no haber invocado dicha protección ⎯Lo de la Rueda del Tiempo ha sido desafortunado, ¿no cree? Pero, tal como hemos dejado en claro desde el inicio, el Caos es bastante caprichoso, así que no podemos fiarnos de que nos beneficiará todo el tiempo. Sujetó la varita de nogal negro con mayor determinación, listo para volver al ruedo, apuntando a su instructora. A pesar de no haber librado duelo en cerca de dos años, quizá el óxido en sus habilidades no era tan malo. Se sentía tentado a invocar a uno de los Señores del Caos, tal como Runihura había hecho, pero de momento quería mantener una postura defensiva. ⎯⎯¡Sectusempra! Pronunció aquel hechizo que, si bien no era de sus favoritos, resultaba una opción razonable considerando que la Uzza aún protegía sus sentidos, lo cual complicaba en cierta medida las cosas. El rayo salió disparado de su varita, dirigiéndose hacia su objetivo que era Runihura, y de impactarle le produciría serias heridas sangrantes en su cuerpo, que requerirían que se curara. @ Runihura
  9. Asintió conforme escuchaba la explicación de Runihura respecto al balance. En una naturaleza ideal, sus fuerzas estaban en completo balance pero, ¿qué pasaba cuando esto no era así? Algo similar al entorno en que humanos y otras especies se encontraban. Era natural que el caos reinará, con tantas fuerzas en constante choque, podría decirse que hasta resultaba sorpresivo el que la faz de la Tierra aún tuviera vida. ⎯⎯Dependiendo de la perspectiva, el Caos puede adoptar distintas formas, por lo que veo ⎯comentó, mientras la guerrera le explicaba el último de los poderes de aquel libro. Conforme iba señalando la forma física que adoptaba el Señor del Caos, el castaño las analizaba con detenimiento, pues no sólo deseaba entender el funcionamiento de esos poderes, sino también era un fanático de las criaturas mágicas. Aunque, si era justo, nunca antes había visto entes de ese tipo, ni cuando trabajaba en el Ministerio. En cuanto Runihura concluyó la explicación, el castaño recitó las notas que habían aparecido en las hojas, anteriormente en blanco; un fruto del avance que había tenido. ⎯⎯A ver, entonces, para invocar al Señor del Caos, se lanza el dado de siete caras. Si sale uno, adopta la forma del Cíclope, un vasallo que podrá lanzar hechizos de mayor rango por mí ⎯había entendido a la perfección la referencia soltada por la Uzza, pues en el pasado estuvo en las filas mortífagas ⎯. Por otro lado, el Trol aparece si tengo la suerte de conseguir un tres en la tirada, y me atacará con los dos hechizos que menciona, obligándome a sacrificar parte de mi proceder en el duelo para defenderme de él, ya que no entiende motivos ni órdenes. Pausó su interpretación para echar un vistazo al sendero que conducía a aquella criatura cuyo modus vivendi consistía en aporrear a sus presas, comer y dormir, no necesariamente en ese orden. Esperaba no tener que encontrarse con esa manifestación del caos en un futuro cercano. ⎯⎯La Ninfa y la Hechicera podrían considerarse dos caras de la misma moneda, ¿no cree? La primera, aparece con el cinco, y es como un bálsamo curativo, que gradualmente reduce su poder. Y su "contraparte" que llega con el seis, intentará besarme por lo que, tal como la defensa del Trol, deberé dedicar un movimiento del duelo a evitar caer en su telaraña. Aún a la distancia a la que estaban, tanto la Ninfa como la Hechicera le parecían criaturas embelesadoras. Una podía representar a la vida y la otra a la muerte, tal como la armonía y el caos equilibraban la balanza. Mientras más escudriñaba el poder del Señor del Caos, más cuidadoso consideraba que debía ser al invocarlo. ⎯⎯Irónicamente, el número mágico más poderoso, trae consigo a un aliado improbable, que tiene más poder del que creerían algunos. Si bien, Peeves no ayudará, y además todos deberemos defenderlos de él, también ahuyentaría a las iteraciones del Señor del Caos presentes, lo cual supone una gran ventaja si hablamos de un Trol o una Hechicera en contra. Finalmente, llegó al Señor del Caos en persona. Supuso que, como toda cultura, tendría una interpretación distinta de la forma física del caos. Para los Uzza, una entidad demoníaca; para él, algo tan mundano como un anciano en una túnica oscura. ⎯⎯En teoría, el Señor del Caos sería la forma que más probabilidad tiene de salir, al aparecer con dos y cuatro, pero el azar juega sus propios dados. Tanto puede curar una parte de un hechizo que inflige daño de manera continua, como puede eliminar todos los efectos negativos. Un alto precio, pues debemos lanzar los dados una vez más para determinar qué tipo de hechizos usaremos. A efectos prácticos, cada uno de las formas que podía adoptar el caos tenía el poder suficiente para cambiar las riendas de la batalla, permitiendo que los más confiados sucumbieran ante su poder, o beneficiando a los pobres diablos que habían caído en desgracia. ⎯⎯Puedo concluir que, la invocación del Señor del Caos y sus distintas iteraciones, es un ejemplo insuperable de las consecuencias que se pagan por querer manejar estos poderes. ¿La salvación, la perdición? Sólo los números lo decidirán. Su instinto le sugería que la teoría estaba cerca de terminar, si no es que aquello había sido el último atisbo de explicaciones por parte de Runihura. Lo que seguía, sería la verdadera demostración de su entendimiento con tales poderes. @ Runihura
  10. Tras haber razonado acerca de las distintas formas físicas que podía adoptar el Caos, el panorama del Black Lestrange se amplió a un nivel que no habría alcanzado sin la guía de una mentora como lo había sido Runihura. Pero, haber concluido con el último tramo de los poderes del libro sólo significaba una cosa: Una batalla se aproximaba. Sería la segunda vez que se enfrentaría a un guerrero Uzza, pero aquel pensamiento no mermaba su nerviosismo ante el asunto. ⎯⎯Agradezco su elogio, aunque para alguien tan desequilibrado en ciertos aspectos, me resulta curioso tener mejor entendimiento del caos que de mi persona ⎯sonrió de lado, mientras preparaba su varita de nogal negro para el inminente ataque. Que resultó ser un viejo conocido del Libro del Equilibrio, lo cual evocó recuerdos de dicha clase en el castaño. Mientras las flechas de fuego trazaban su trayectoria hacia el Black Lestrange, decidió defenderse empleando un Salvaguarda Mágica de forma no verbal, de modo que su cuerpo se volvió intangible y las flechas simplemente lo atravesaron sin infligirle daño. Pero aquella prueba no sólo estaba diseñada para analizar su eficiencia defendiéndose de ataques, sino su entendimiento del Libro del Caos. Sostuvo el dado de diez caras, lanzándolo al aire para dar inicio a su poder. ⎯⎯¡Fuerzas del Caos, las invoco, háganse presentes aquí y ahora! No estaba totalmente seguro si aquello era el cántico adecuado, pero estaba seguro que invocaba a la Rueda del Caos. Confiado con el resultado obtenido, decidió lanzarle a Runihura la Arena del Hechicero, esos terroríficos huesos cristalizados de un mago muerto mediante fuego mágico, la cual tendría un efecto crítico, gracias a la bondad de las fuerzas del Caos. En caso de que aquel efecto funcionara, su oponente estaría cegada por la arena y no tendría una puntería precisa. @ Runihura
  11. ¡Hola! Paso a dejar mi pedido 👀 Para firmas Imagen: Opción 1 - Opción 2 ¿Quieres avatar a juego? Yep Tamaño de la firma: A tu criterio Texto: Eobard Thawne // In my experience, there's no such thing as luck Comentarios: Me gustaría que tuviera un diseño como si fuese algo, uh, ¿"desértico"? xD Por aquello de que sería la época de Obi en Tatooine y tal. De cualquier forma, también lo dejo a tu criterio. Aquí está un medio pago (?) Link al rol, a ver si más tarde tengo puente para hacer el segundo y completarlo. Quedo al pendiente, también por si las imágenes que proporcione no sirven. Gracias de antemano, salu2.
  12. Aún le costaba un poco adaptarse a su nueva apariencia. ¡Qué ironía, siendo metamorfomago! Su paulatino regreso al ojo público había resultado como esperaba, sin muchas tribulaciones ni complicaciones, costumbre del pasado. Decidió reinventarse, agregando una tupida barba castaña a su ya desastrosa persona, pues parecía un expedicionario recién retornado de los horrores del desierto. ⎯⎯¿Me durará más de diez minutos este pequeño retiro de metálico, que el de la ocasión anterior? ⎯se cuestionó el Black Lestrange, mientras bajaba los últimos peldaños que conducían al Banco Mágico de Gringotts. Su reserva, si bien era modesta, comenzaba a flaquear; probablemente debía reanudar sus actividades profesionales. Estuvo tentado a encaminarse hacia el infame Callejón Knocturn, cuando se encontró con una edificación que no estaba en sus memorias de la última vez que visitó Diagon. Los amplios ventanales, como casi cualquier otra tienda, parecían generar un efecto de atracción hacia los clientes; y el castaño no resultó la excepción, pues segundos después se descubrió a sí mismo accediendo, mientras se acomodaba la fresca capa que ocultaba gran parte de su vestimenta. ⎯⎯Lo más prudente en estos casos, sería un gin tonic con una pizca de licor de Curaçao. Sonrió para sus adentros, mientras se aproximaba hacia la barra de la recepción, donde una enigmática rubia parecía atender a los bienaventurados que accedían a Atrium Stratus. A sus espaldas, alcanzaba a distinguir lo que era una escalinata de un pulcro mármol y, ¿acaso lo que escuchaba a lo lejos era música? Quizá tintineos de cubiertos y vajillas. Acceder al restaurante era tentador, sin embargo, el Black Lestrange optó por una opción menos habitual. ⎯⎯¿Tienen habitaciones libres? Me gustaría alquilar una individual, si es el caso. Me serviría la cercanía para retomar mis actividades el día de mañana ⎯saludó con una inclinación de cabeza al llegar al encuentro. Supuso que le incluirían la bebida que había pensado en voz alta; si había servicio a la habitación, sería un plus bien ejecutado. Más irónico que su aparente sensación de extrañeza con las apariencias sugeridas por sus dotes de metamorfomago, resultaba aún más gracioso que quisiera hospedarse en Londres, siendo que vivía a unas calles de Diagon, sin mencionar la mansión familiar. Pero el clima reciente, lo obligaba a tomarse un respiro, aunque fuera por unas horas.
  13. Sintió que tiraban de su cuerpo al escuchar el chasquido, casi como si le hubieran lanzado un traslador a punto de marcharse a su destino. Tendría sentir que fuera la magia Uzza, después de todo, la guerrera Runihura había demostrado, con las ruedas anteriores, que las fuerzas del caos permitían el acceso a poderes que, si podían controlarse, llevaban al usuario más allá de lo que su mortal mente podría formular. Casi emite un chirrido de ironía al notar que la siguiente rueda y su comentario previo habían estado conectados de cierta manera. Mientras su mentora explicaba los pormenores para invocar los poderes de aquella esfera que podría auxiliarle casi con la misma precisión de la que, desde su perspectiva, la Rueda del Tiempo ofrecía actualmente. De verdad se tomaron el asunto del azar en serio, una mala tirada y sería como levantar las manos y pedir clemencia, pensó, mientras en su mente intentaba plantear las posibilidades de que la fortuna le sonriera en combate. Apenas invocó la siguiente rueda, el Black Lestrange no pudo evitar estremecerse ante su presencia. Podía jurar que escuchaba una serie de susurros que provenían de esta, probablemente lo mismo de escalofriante que resultaría el que le hablaran desde el otro lado de un viejo velo. Aún con la distancia que los separaba, podía percibir la inestabilidad y la armonía; como si retase a los usuarios a emplearla y jugarse la victoria en su ataque o defensa. ⎯⎯Entonces, recapitulando. La famosa Rueda de la Fortuna basa su funcionamiento en sí logramos que la tirada iguale esa cantidad que nos interesa, lo cual eliminaría el movimiento del agresor. Y si no, todavía nos da un pequeño chance, en caso de que uno de los números coincida, permitiendo eliminar al menos una acción. Gran diferencia con la Rueda del Tiempo, donde podríamos causar que el daño del oponente sea aún peor. Nuevamente se movieron de lugar, mientras reflexionaba su propia interpretación de la última rueda que Runihura le explicó. ⎯⎯Y la Rueda del Caos tiene un efecto directo en nuestro ataque, o defensa a efectos prácticos. Dependiendo de si cumplimos el capricho de sus fuerzas, los hechizos lanzados por nuestra varita serán más o menos poderoso, e incluso, podrían salir con la misma intensidad que tendrían de no recurrir a usar este libro. Prestó atención a los senderos que se trazaban frente a ellos, cada uno con un aura distinta entre sí. Casi podía jurar que tendrían efectos distintos en caso de invocarse, pero, ¿qué eran exactamente? Entendía que las fuerzas de la naturaleza como tal, no solían tener una representación física, más que las que eran brindadas por ciertas interpretaciones. En el caso del caos, era casi imposible imaginar una sola representación, pues era subjetivo. ⎯⎯Y creo que, en esencia, el cómo entiendo cada una de las ruedas anteriores. Parece simple, sí ⎯respondió, inclinando suavemente la cabeza en dirección a Runihura ⎯. Pero definitvamente entiendo que la benevolencia del caos no necesariamente estará de mi lado al usar estos poderes. @ Runihura
  14. Su mente comenzaba a reordenarse cual rompecabezas, aunque bien era conocido que las piezas no siempre debían embonar de forma perfecta. Como en cualquier otro objeto, siempre existía la posibilidad de que su diseño no fuese del todo exacto al modelo original, y eso sería justamente su distintivo; algo así podía funcionar para las mentes, pensaba él, pues cada una se organizaba de forma diferente, y mas aún, su estructura se complementaba de formas distintas entre sí. ⎯⎯En efecto, funciona de manera similar a algunos de los encantamientos que utilizamos en la vida cotidiana ⎯respondió el castaño, pensando en las ocasiones en que había visto a propios y extraños sin apartar la vista de lo que estaban conjurando, comúnmente transformaciones o hechizos que requerían cierta precisión ⎯. De hecho, tengo entendido que, si intentamos leer la mente de alguien usando magia verbal, sería a través de un hechizo, ¿no es así? Su entendimiento en aquella rama de la magia era bueno, pero prefería a disolver sus dudas antes de asumir conjeturas y que, en la práctica cotidiana, aquello no resultara como estaba escrito en la teoría. Aceptó la encomienda de Rosália con gran interés, puesto que sería la primera vez que incursionaría en una mente distinta a la suya. La de Ada, quien haría lo mismo con la suya, y que esperaba no se perdiera entre los remanentes de su mente fragmentada. ⎯⎯Vamos a ello. Espero que no derive en un concurso de miradas mal ejecutado. Se dirigió hacia su compañera con una media sonrisa, intentando romper el hielo. Si bien, el aura que rodeaba a sus ojos podría relacionarse con cierta falta de vivacidad, no era su intención que así fuera. No del todo, al menos. Una vez que bebió un poco más de su infusión de jengibre, se colocó los dedos índice y medio de la diestra sobre una de las sienes del hemisferio derecho, como si fuera a masajearla. Se enfocó en ese contacto visual, yendo desde las facciones de Ada, que tenían ciertas similitudes con las de un ángel. ¿Sería humana?, pensó el castaño, relacionando esa apariencia más con la de una veela. Sus ojos despedían un matiz azul, resaltando contra su piel nívea, por lo que era sencillo concentrarse en estos. Fue como deslizarse sobre una superficie congelada, aproximándose cada vez más al iris de sus globos oculares, considerados como un puente entre el exterior y el interior de una persona. Al inicio, todo comenzó a darle vueltas; y no era para menos, pues se encontraba dentro de la mente de alguien más. Recordó la primera lección que les dio la Arcana, que consistía en vaciar su mente, Estaba dejando atrás el caos que suponían sus enredos mentales, para concentrarse en su travesía dentro de la mente de su compañera. Sólo espero que esto no me cause náuseas, como la Aparición conjunta. La travesía lo llevó a un espacio representado casi tan real como el espacio en el que desarrollaban la clase. La majestuosidad de los terrenos era innegable; por donde miraba, los setos estaban bien cuidados, casi como si los cortaran con herramientas hechas a la medida; los bancos que se erigían cada cierto tiempo, no parecían tener ninguna fractura ni desgaste, a pesar de que seguramente llevaban ahí más de lo que el Black Lestrange tenía de vida. Como casi todos los recintos europeos, era concéntrico a una elegante fuente de la que circulaba un líquido cristalino como si levitara en el aire. Dos personas estaban reunidas allí, como si se tratara de una reunión secreta. A una la reconoció como una versión más joven de Ada, mientras que el otro le resultó desconocido, ¿tal vez se debía a la iluminación? Aquello debía de ser una escuela, y juzgando por la cordillera montañosa que se veía a lo lejos, debían estar en Beauxbatons. No sabía mucho de la institución en sí, pero la seda azul pálido le confirmaba este hecho, Llamaba su atención que Ada llevara vivos púrpuras y otros derivados del morado, asociándolo con alguna de las casas de dicha escuela. Debía estar en sus últimos años de estudiante. Sexto año, tal vez, a juzgar por sus apariencias físicas. El chico, por otro lado, le llevaría un año a lo mucho. Parecía una especie de despedida, casi podía percibirlo en su entorno. Aquella aseveración fue alimentada por un peculiar beso entre ambos, como si supieran que se acercaba algo inevitable. Interesante concepto, ¿se habrán reencontrado más adelante? Pensó el más joven de los Black Lestrange, mientras el entorno se difuminaba a una estancia recubierta de ventanales, y que daba a una ciudad que, como si fuese poesía pura, emanaba aquel sentimiento que había percibido en el recuerdo: Amor. Era su primera vez visitando el Ministerio de Magia francés a través de la mente de otra persona, pero era fácil reconocerlo con esos detalles. Allí, Ada y otras personas se arremolinaban ante lo que daba la impresión de ser una reunión previa. Escuchaba susurros acerca de un supuesto entrenamiento en Rusia, como parte de la capacitación como espías ministeriales. Le pareció curioso, pues no encontraba relación alguna entre ese momento y la despedida en el colegio francés. No era así, hasta que se percató en un elemento en el físico de su compañera. "Siempre tuya J". Escondido entre su cabellera y el cuello de su vestimenta, se trazaba una especie de tatuaje sobre su espalda. Bastante discreto para el gusto del castaño, pues tenía al menos tres, y de formas más exóticas que el que estaba viendo. No parecía tener mucho tiempo de habérselo hecho, ¿habría sido en honor a su amor adolescente, que para todos resultaba desconocido? Con ello, finalizó la incursión y, poco a poco, se fue reincorporando a la realidad. ⎯⎯Eso ha sido intenso, necesito un momento. Definitivamente, uno puede perderse fácilmente si relaja la concentración ⎯ retiró el apoyo de su sien y se reclinó sobre su asiento, para recuperar el aliento. La legilimancia le había supuesto un esfuerzo tanto físico como mental para lograr la modesta conexión⎯. Para ser la primera vez, creo que no ha estado tan mal. Ahora, le invadía la curiosidad sobre lo que su compañera habría visto durante su práctica. No podía culparla si llegaba a presenciar eventos con menos intensidad que los que él había visto de ella; su vida parecía una mala combinación de tranquilidad y adrenalina mal focalizada.
  15. Accediendo a la invitación de la Uzza a que continuaran aquella travesía, el Black Lestrange hizo lo propio con la varita para hacer levitar el libro del Caos a un costado suyo, abierto en aquellas hojas que hasta el momento no habían revelado sus secretos, para que pudiera seguirle el paso y el castaño tuviera las manos libres. ⎯⎯En las modestas creencias no mágicas, el Caos funcionaría similar a la energía, no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Corrige los errores que deben sanarse y permite el progreso, un ciclo eterno y piadoso. Mientras seguía a la guerrera hacia la habitación adyacente, pensaba en aquellas veces que la historia cambió de curso abruptamente, no sólo en el ámbito mágico; guerras, descubrimientos importantes, enfermedades letales. El planeta siempre encontraba la forma de sanar, y posiblemente lo haría después de que los humanos y demás seres dejaran este mundo. Apenas vio la Rueda del Poder que les recibía, se detuvo por unos instantes. A esa distancia, podía casi percibirse la cantidad de magia que emanaba de dicho objeto. No era una magia normal, pues parecía vibrar con todo lo que había a su alrededor. La descripción de ésta comenzó a trazarse en las páginas, indicando el uso del dado de diez caras, así como la probabilidad de aumentar o menguar el poder de quien la usara, según el resultado. Continuaron hacia otra habitación, donde percibió una sensación familiar, que ya había experimentado al combinar el Fulgura Nox con su conocimiento de Historia de la Magia. Ahí, el tiempo parecía fluir cual plasma sobre un recipiente cristalino; era como estar en una zona atemporal, libre del cambio. Casi podía jurar que sintió menos tupida la barba que se había dejado desde hacía un mes o dos. ⎯⎯No me parece que sea una tarea sencilla, al menos, no si tienes a las fuerzas del Orden y del Caos en tu contra ⎯respondió el joven, analizando la explicación que había recibido respecto a esos dos poderes. Parecía sencillo, pero todo poder tenía un precio ⎯. El azar me parece el elemento más justo dentro de todo esto. No seguía por los pensamientos o las ideologías, simplemente es una fuerza de cambio, para "bien" o para "mal". Hizo una breve pausa para fijarse en las anotaciones que se habían hecho en el objeto que hechizó para que le acompañara en la travesía. La explicación de Runihura había sido bastante completa. ⎯⎯Me parece que no tengo duda. La Rueda del Poder puede brindarte esa pequeña energía, o forzarte a defenderte con más creatividad. Por otro lado, la Rueda del Tiempo me intriga. Manipular el tiempo nunca ha sido cosa sencilla, y tampoco se alienta a ello, así que uno puede salir ileso, peor de lo que estaba, o como si no hubiera solicitado su poder. Sin duda, una rueda generosa. Sostuvo los dados con los dedos de la diestra, intentando imaginar cómo se vería el efecto de lanzarlos e invocar los poderes que comenzaba a aprender. ⎯⎯A veces, sólo es eso, un salto de fe. Y la fortuna favorece a los valientes. O a los menos cautos. @ Runihura
  16. ⎯⎯Armonía y caos, dos fuerzas elementales que alimentan la balanza cósmica. No recordaba con exactitud a quién había oído emitir aquel juicio, posiblemente a algún ermitaño en Egipto, durante una de las últimas clases de Idiomas que dictó. Desde que lo había adquirido, dos años atrás, podía sentirlo. Ese libro distaba mucho de los anteriores a los que se había aventurado a dominar; no solamente era un aura de poder más allá de su entendimiento, sino la clave misma al balance. Además de ser el único, hasta ese momento, que venía con un par de dados. ¿Acaso su funcionamiento se basaba en el azar?, una pregunta que, para el dueño de un casino, parecía totalmente entendible. En cuanto recibió la confirmación de su alta a aquella cátedra, decidió aventurarse a lo desconocido, como un cerdo que va al rastro sin saber el destino que le depara. Si bien el libro del Caos había permanecido en blanco desde su adquisición, parecía darle una cierta idea de dónde lo esperaban. Más aún, la última vez que se encontró con un Uzza, fue en la famosa Plaza del Árbol del Fuego, bajo el abrasante sol. Dejando la forma de sus botas impresa en la arena bajo sus pies, avanzó con decisión hacia el recinto. Confiaba ciegamente en sus instintos de que ahí lo esperaban; ya fuera por el hecho de que el camino era adornado por lozas que resonaban bajo el peso de su calzado, o por la enigmática figura que parecía esperarle. Conforme se acercó, comenzó a distinguir mejor a la guerrera. Era una cara nueva para él, así que debía ser cauto, pues conocía de primera mano lo poco ortodoxo que era subestimar a un Uzza. ⎯⎯Buen día, hace un clima excelente ⎯saludó con una venia apenas se encontró a un metro de Runihura ⎯. Asumo que usted es quien determinará si este pobre mortal puede controlar una porción de esa fuerza de la naturaleza que es el Caos, ¿guerrera...? Hizo una pausa, esperando que su interlocutora, ya de por sí imponente con la Vara de Cristal, revelara su nombre. Él llevaba su libro bajo el brazo derecho, junto con los mencionados cubos diminutos que, aún ignorante de su papel en todo esto, serían determinantes en el uso de los poderes. Sujeta gracias a un cinturón de cuero, bajo el poncho gris que llevaba encima de la vestimenta de algodón, yacía su varita de nogal negro. Daba la impresión de ser un pobre diablo que había pasado diecinueve años o más viviendo en el desierto.
  17. «El orden y el caos dan balance. Sin embargo, aquí, ahora, no hay caos; hay armonía». Un viejo mentor le había dicho que, si bien era bueno concentrarse en el futuro, no debía hacerlo a expensas del momento. Su momento. Rosália lo alentaba conforme más se adentraba a ese estado de conciencia. Parecía comprender lo que su desordenada mente formulaba, y no sólo eso, también lo estaba alentando a profundizar en ello. El mantener ese equilibrio al momento de conexión entre mentes, debía proveer al usuario de un gran potencial. «Generalmente, asociamos ciertos lugares con un recuerdo en particular. Eso nos permite visualizarlo más rápido». La Arcana les había solicitado que pensaran en aquel lugar que evocaba ciertas sensaciones, en el que podrían considerarse seguros. Lógicamente, al tener dicho espacio en tan alta estima, seguro habría una memoria asociada al mismo. Concord, Massachussetts. Noche del treinta y uno de octubre del año dos mil diecinueve. Poco a poco, el vacío en el que se había situado el Black Lestrange fue dando paso a un paisaje de atardecer, con las copas de los árboles, cuya tonalidad ocre auguraba el final del otoño, siendo bañadas por los últimos rayos escarlata de aquella tarde. Pond Street era una vialidad tranquila, como muchas de las calles al oeste de esa pequeña comunidad a las afueras de Boston. A pesar de que el invierno se acercaba, las corrientes de aire aún eran cálidas, como un abrazo que recibía a todos los elementos del recuerdo que comenzaban a materializarse. Una versión más joven de Eobard se deslizaba entre la hojarasca que dejaban caer los árboles que daban hacia el estanque Warners, luciendo el disfraz cambiante que en ese momento lo hacía ver como un pirata, con el tricornio ladeado hacia la derecha y un parche cubriendo su ojo derecho. Era como ver a un oficial de la marina británica venido a menos. A su lado, un joven ataviado con ropas propias de un ninja del Lejano Oriente, parecía reírse de un comentario que había emitido. ⎯⎯Casi había olvidado tu pésimo sentido del humor, Eobard ⎯esbozó una sonrisa de ironía, invitándole a que cruzara la cerca que separaba la vivienda del cuerpo de agua ⎯. Me da gusto que hayas venido a visitarnos, ¿te quedarás? El castaño intentaba mantener una expresión alegre ante la pregunta de su primo Cassius. Después de dos años, volvía con su familia de crianza, los Thawne, quienes tras la revelación de su verdadero apellido y el altercado en Nueva Orleans, lo habían rechazado. Mucho había cambiado desde que Cass asumió la cabeza de la familia tras la muerte de Hivolt; no sólo lo habían invitado a su casa de campo, ¡habían restaurado su retrato en el árbol familiar! ⎯⎯Me gustaría decir que sí, pero tengo que volver a Inglaterra en algún momento. Recién renuncié a Gringotts, y debo dar señales de vida para que los Black Lestrange no se preocupen. No tanto, al menos. Aquello último era una verdad a medias, pues el resto de su familia sanguínea confiaba en que era lo suficientemente prudente para mantenerse con vida. Se tomó un tiempo para observar el panorama que se extendía más allá de sus ojos; las áreas verdes aún prevalecían, como la mata rebelde que se niega a cambiar de color con la llegada y ocaso de las estaciones. La superficie cristalina, en relativa calma, transmitía su paz a los presentes. Su familiar pareció entender el deber con la familia del castaño, por lo que le regaló una sonrisa indulgente acompañada de una venia. ⎯⎯Entiendo, y no te culpo. Puedes quedarte el tiempo que quieras, estoy a punto de prometer que iremos a visitarte a Europa, algún día. Conforme iban caminando hacia las mesas de roble que el resto de la familia había montado en las orillas del estanque, y cuyo contenido era un verdadero festín de Halloween, Eobard difuminó el recuerdo para dejar visible el entorno en el que se había suscitado tal evento. Los árboles crujían con el correr del viento, como augurando que pronto perderían gran parte de su follaje. Uno que otro salmón saltaba de vez en cuando hacia la superficie, lleno de vida y en búsqueda de su alimento. Pocos lugares como ese transmitían el ciclo de la vida de una forma tan natural, y muy a pesar de la intervención humana. El día menguó, y la noche dio la bienvenida a un cielo estrellado que difícilmente se podía vislumbrar en las grandes ciudades. Si uno era buen observador, ni siquiera necesitaría de un telescopio o un teodolito para observar el firmamento. Los grillos comenzaban su sinfonía, y el estado de armonía comenzaba a propagarse. Aquel pequeño estanque representaba la paz interior que, inconscientemente, el Black Lestrange había estado buscando con el correr de los años.
  18. A ver si ya dejo de tirar los dineros. ID: 121079 Libro de Hechizos: Libro del Caos Justificante de compra del Libro: https://www.harrylatino.org/forums/topic/111034-bóveda-trastero-de-eobard-thawne/?do=findComment&comment=5351290&_rid=121079 Link a la Bóveda: El dinero es dinero, dinero, dinero Link a la Fecha: El Arañito
  19. «¡Con un demonio, Black Lestrange! Ahora, ¿en qué te metiste?» Se mordió el labio inferior con tal suavidad, que se preguntó si comenzaba a perder la sensibilidad en la cara. Apenas unos minutos se encontraba a punto de concluir con sus observaciones astronómicas para trazar su último mapa, y ahora estaba metido en una especie de intriga que parecía arrastrarlo fuera de la burbuja autoimpuesta desde que el levantamiento del Estatuto Internacional del Secreto. ⎯⎯De hecho, soy estadounidense ⎯entrecerró los ojos mientras forjaba una sonrisa de indulgencia. Era natural que asumieran que era británico, pues dominaba los idiomas y podía moldear su acento según lo requiriera, sin mencionar que tenía meses que no pisaba su país de origen ⎯. Pero he residido en Reino Unido durante los últimos cinco años...Entre idas y venidas, claro. Sin muchas opciones, tendría que contar lo que vio, o quizá harían que lo contara. Como fuera, la perspectiva de tener que lidiar con más aurores que entorpecerían su labor, no era muy alentadora. Sin muchos miramientos, se sujetó de la extremidad que le ofrecía mademoiselle Giroud, y se dejó llevar hacia donde quiera que planeaban interrogarlo. Apenas sus pies volvieron a tocar el suelo, comenzó a tambalearse, víctima de los estragos de la Aparición Conjunta, la cual nunca había sido su fuerte. Parpadeó varias veces, intentando ahuyentar los círculos blanquecinos que nublaban su vista. Más vergüenza le daría convertirse involuntariamente en el Camaleón de Parson, que devolver el almuerzo en aquel recinto. ⎯⎯Cierto, olvidé mencionar que cuando me aparezco con alguien, mis nauseas salen a flote. Se pasará pronto, espero ⎯terció, carraspeando en un intento por olvidarse del mareo. @ Ada Camille Dumbledore
  20. ⎯⎯¡Vamos, es sólo un armatoste inofensivo! ⎯musitó, sacando de su bolsillo una serie de fotografías impresas donde se le mostraba realizando sus observaciones. Los aurores franceses parecían deleitarse con aquel espectáculo, al menos, hasta que llegó quien creía sería su salvadora. No sólo parecía valorar el objeto en sí, sino que había tenido el atrevimiento de sacarlo fuera de la zona acordonada. Una ligera sospecha recorrió el cuerpo del Black Lestrange, que estaba a una de convertirse en camaleón de nuevo. ⎯⎯Le agradezco por lo que hizo, fue muy oportuno. Entiendo que sea su trabajo, y que son tiempos delicados, pero se trata de un aparato con alto valor sentimental. Apenas lo redujo a una décima parte de su tamaño y lo almacenó en un compartimento rígido, como el que usaba para guardar sus gafas, analizó la identificación que mademoiselle Giroud le mostraba para dar cuenta de su identidad. ⎯⎯El Ministerio de Francia, ¿eh? ⎯inclinó ligeramente la cabeza a manera de entender de qué iba aquello⎯. Temo que no sería un testigo muy útil, apenas vi que esos dos han empezado a pelear por un frasco de poción, me he metido a la alcantarilla. Señaló los gastados barrotes que conducían al drenaje; al salir de ahí, se había transformado a humano antes de tiempo, por lo que el hierro estaba fuera de sus goznes. ⎯⎯Me he lastimado al caer, y al salir ya estaba el cuerpo. Parece que el perpetrador del crimen tenía poderes...bastante salvajes, como si controlara la electricidad. Pasados unos segundos, cayó en cuenta que, si no se identificaba pronto, probablemente lo detendrían por estar en el lugar y momento equivocado. Así, sacó el pasaporte que le había emitido el Ministerio de Magia inglés años atrás, con el ligero cambio en su nombre que había hechizado, de modo que el lector vería a Eordyn Cavendish, y no a Eobard Aldrich Black Lestrange. ⎯⎯Como verá, soy algo así como un freelance. Vine aquí por unas breves vacaciones, y para contemplar el cielo parisino ⎯musitó, manteniendo la tranquilidad en su voz que habitualmente empleaba. Aunque estaba fuera de práctica, lo cual implicaba un gran riesgo.
  21. A pesar de la poca experiencia que Ada y él tenían con la Legilimancia, habían logrado dar un estimulante inicio para la clase; Rosália parecía haberles escuchado, incluso antes de que emitieran sus opiniones. Era casi como si aprendiera de cada uno con tan sólo observar sus reacciones, y quizá así era. Lo que le llamaba la atención al joven Black Lestrange, era la apertura al diálogo y la predisposición de la Arcana a enseñarles; en sus experiencias pasadas, había sido una cuestión de saltos de fe. Inclinó ligeramente la taza a la altura de sus ojos al escuchar su apellido, como si hiciera una venia. Su compañera tampoco mencionó el suyo al inicio, pero a Rosália nada se le escapaba. Al igual que sus contemporáneos, los años de enseñanza le permitían identificar a sus estudiantes sin tener que interrogarlos a nivel personal. ⎯⎯Además, alguien dijo alguna vez, que para una mente bien organizada, la muerte sólo es la siguiente gran aventura ⎯complementó el castaño-rubio, para concluir el tema de las definiciones. Pero, hablar de organizar sus pensamientos y ponerlo realmente en práctica eran dos aspectos en extenso distintos. Y eso sería su primera encomienda, ni más ni menos. Lo que les solicitaba, sin duda comenzaría a desarrollar su entendimiento de la habilidad y les ayudaría no sólo a avanzar en aprender legilimancia, sino a mantener la cabeza fría hasta en el peor de los momentos. Mantuvo la posición de loto, solamente inclinándose para dejar la taza de la infusión en la mesita. Ada ya había hecho lo propio, cerrando los ojos y tratando de lograr el objetivo de la actividad. Eobard apeló a su propia experiencia tratando de serenarse. Enfocó su mirada en el techo, observando la gama de colores que constituía el vuelo de las aves, destacada por el brillo de los snidget. Su lado animal le había forzado a tener una mente ágil, anticipada a la situación, pero aquello era completamente distinto. Adecuó el alcance para aproximarse a lo solicitado; era como si todo a su alrededor fuera difuminándose, mientras memorias de su vida anterior y presente pasaban de resonar en sus oídos a un lejano susurro. «En cada mente, hay dos naturalezas que están enfrentadas». Su respiración era de por sí moderada, por lo que incluso logró percibir que la frecuencia de sus latidos disminuyó durante un breve intervalo. Se acercaba a lo que podría ser un ¿limbo? No podía vislumbrar algo allí, fuese objeto, color o pensamiento. Curioso, dadas las creencias orientales que asociaban los colores con ciertos umbrales de concentración. En ese estado, ni siquiera se podía observar a sí mismo desde otra perspectiva.
  22. Estoy en la lista de transitorios por inactividad, e inicialmente quería recuperar mi trabajo anterior, pero he decidido darle un pequeño giro. Nick: Eobard Thawne Link a la Bóveda: Bóveda de Eobard Thawne Rol de personaje: Cartomago de la Asociación Geomágica Internacional. Información Adicional: Tras ceder la dirección de la AGI en favor de Nash Wells, se especializó en la elaboración de cartas topográficas y mapas diversos, basados en sus conocimientos muggle de la geomática y en observaciones astronómicas. Salu2.
  23. París, Francia ⎯⎯Pollux está a unos cuarenta...No, cuarenta y dos grados, cinco minutos y veinticinco segundos ⎯con el ojo derecho aún en la mirilla, el castaño recabó el ángulo cenital en su libreta de observaciones. Si bien los parisinos no eran ajenos a observar a pintores, mimos y otros artistas callejeros, la vista de alguien que montaba un tripie y un aparato extraño, como podría ser el teodolito para los no conocedores, les resultó poco habitual. Poco le importó al cartomago, quien estaba decidido a darle referencia geográfica a un mapa, y para ello debía recurrir a la observación de cuerpos celestes. ⎯⎯Ah, sí, estos aparatos muggle tan imprecisos. Quizá debería esperar al alba, para realizar mis observaciones al astro rey. Desvió la atención de sus labores hacia lo que ocurría en su entorno. Rue Girardon parecía completamente habitual para cualquier noche, excepto por él, que invadía media banqueta con su dispositivo. Se dispuso a recoger sus cosas, cuando dos voces que parecían tener una acalorada discusión alcanzaron sus oídos. El joven sostenía una botella y apuntaba con su varita al otro que le encaraba, sin que pudiera distinguirlo mucho. ¿Acaso peleaban por una simple poción? Seguro la están confundiendo con whisky de fuego o alguna otra bebida. Y, por primera vez en años, se lamentó haberse encontrado en el ojo del huracán. El ataque al joven sucedió en un pestañear, como si la magia del otro fuera antinatural y, por consiguiente, inestable. No sólo ocasionó un caos entre los transeúntes, sino que obligó al castaño a adoptar su forma animal; así, el camaleón de Parson salió disparado hacia una de las alcantarillas, vislumbrando con su amplio espectro visual como el asesino se llevaba las pertenencias del caído, quien parecía ¿carbonizado? Quizá algo mucho peor. Pero no todo era tan simple, pues en su prisa por escabullirse de ahí, había dejado el teodolito sobre el tripie, ahora estrellado sobre el adoquín, y del otro lado del punto de seguridad establecido por los aurores. ⎯⎯Les digo que eso de allí es mío, estaba observando el firmamento ⎯arguyó más tarde el Black Lestrange, intentando colarse entre dos de las personas que vigilaban el perímetro. No ayudaban mucho los jirones en su vestimenta al haberse convertido en reptil ⎯. Sólo voy por mi equipo, lo empaco, me voy, y nadie vio nada, ¿de acuerdo? Todos felices. Eso creo. Solicitaron que se identificara, como si ya no fuera suficiente el hecho de que insistiera invadir una escena del crimen. No era tan imprudente como para revelar su verdadera identidad, así que aprovechó sus dotes en las distintas lenguas e idiomas para poder disimular su acento a uno más local. ⎯⎯Está usted hablando con monsieur Eo...Eordyn Cavendish, cartomago aficionado. Definitivamente estuve aquí en el lugar y hora equivocados.
  24. Mientras aguardaba a que la ayuda llegara al negocio familiar, esferas acuosas de diversos tamaños y colores comenzaron a inundar el techo, como si se tratase de una exposición de arte abstracto; sin duda, la máquina mezcladora estaba peor de lo que creía, y había creado combinaciones de líquidos fuera de lo habitual. Confiar en que el contacto entre estos cuerpos de agua era inofensivo, fue su primer error. Dos esferas, una de tonalidad avellana y otra más turbia, como si fuera esencia de gurdirráiz, colisionaron, desembocando en una corriente de agua que empujó ligeramente al castaño, quien ya blandía su varita, hacia la barra de caoba. ⎯⎯¡Aries! Gracias a Horace que te ha encontrado. También es un gusto verte de nuevo, sobre todo después del asunto de la guerra. Ojalá fuera en mejores condiciones, literalmente. ¿Cómo estás, te parece buen momento para retomar esta inversión? Con una cabezada, señaló hacia el desastre que se cernía sobre sus cabezas; casi por instinto, realizó una floritura con el fragmento de nogal negro, para reducir la velocidad de movimiento del agua, pero sólo era una solución temporal. Planeaba discutir una forma de resolver eso entre ambos, cuando una tercera voz entró en el juego. Rebuscó rápidamente entre sus memorias, pero no tenía registro de ella. ⎯⎯Buen día. Hum, digamos que sí, pero no creo que tiente a la suerte de probar un sabor aleatorio ⎯ se giró para responder a la joven pelirroja, ladeando ligeramente la cabeza en ambas direcciones ⎯. El local estuvo... inhabilitado por los estragos de la guerra hace años, y estos híbridos de máquina mágica-muggle resienten el desuso. Ahí el por qué nos vemos ante un extraño caso de inundación. Apretó ligeramente el puño con el que sostenía la varita mágica, como si temiera que el hechizo dejara de surtir efecto. Si bien, los encantamientos no se le daban mal, la ralentización del movimiento sólo era un efecto temporal. ⎯⎯En cuanto resolvamos esto, la casa invita la primera ronda de infusiones, o de café.
  25. El polvo y el óxido parecían haberse vuelto parte de la decoración; y no era para menos, después de tres años en idas y venidas de sus dueños. Un patrón perfectamente entendible entre los Black Lestrange, quienes solían mantenerse fuera del radar durante un par de meses, o siglos. Resopló como un dejo de ironía ante el deplorable estado en el que se encontraba el negocio. Por fortuna, la cristalería aún se mantenía en pie como para alejar miradas curiosas, lo cual era un alivio considerando los amplios ventanales que permitían apreciar el interior desde el sendero adoquinado del Callejón Diagon. ⎯⎯Infusión de frambuesa, lo más ácida posible ⎯pronunció, sin dirigirse a alguien en particular, mientras se aproximaba a una de las mesitas de roble. Las máquinas chirriaron, consecuencia del abandono, y comenzaron a elaborar el concentrado, elevando ligeramente la temperatura del local. Era como si nunca hubieran dejado de funcionar. ¡Bendita magia!, pensó el castaño. Aprovechó el momento para disociarse, colocando dos dedos sobre el cuello para percibir su pulso. Desde que había desbloqueado la capacidad de convertirse en un camaleón, continuamente su corazón se aceleraba más de lo habitual. Como hizo en cuanto el artefacto que preparaba su bebida, emitió una especie de pitido. Era como las alarmas de robo que llegaron a escucharse en Gringotts el tiempo que trabajó allí, y si eso no era suficiente, el líquido parecía brotar con bastante fuerza de la mezcladora, pero no había ensuciado el piso. Era como si la gravedad ahí no existiera, ya que el flujo de agua se desplazaba a sus anchas por toda la tienda. ⎯⎯¡Horace! Manifiéstate, requiero de tu apoyo. El chasquido a sus espaldas no se hizo esperar, y apenas se volvió para realizar su solicitud, el elfo doméstico con escasos mechones rubios concluía su reverencia. Aquello, si bien podía resolverlo con algún hechizo, prefería tener una segunda opinión. ⎯⎯Busca a mi sobrino Aries, o a quién sea que haya tenido experiencia con hechizos domésticos que terminaron en situaciones extrañas ⎯echó un vistazo a los otros dispositivos, aún en desuso. Lo único que faltaba era que siguieran el ejemplo del generador de infusiones. @ Ky. Ya no sé si tu personaje sigue vigente, así que queda abierto para que llegues con el que quieras @ noe_snape Lo prometido es deuda, y la trama queda al aire de forma que puedas unirte, si gustas (?)

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