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Hannity Ollivander Evans

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Mensajes publicados por Hannity Ollivander Evans

  1. Hannah Rambaldi 

     

    Esa noche era distinta a las anteriores, aquella era espléndida, estrellada y luminosa, aún así se sentía como las anteriores y ella estaba atenta a lo que pudiera pasar, salió al pórtico de la edificación rosa, sacó un estuche plateado, delgado, un poco elegante. Sacó un delgado cigarrillo, lo puso delicadamente sobre sus labios y con un encendedor de plata lo prendió. Su mirada estaba atenta en el cielo, pero no veía las estrellas, sus sentidos estaban alertas, sabía que algo pasaría aquella noche.

     

    Tras dar la última calada al cigarrillo, un vicio humano que no había podido dejar aún en la inmortalidad, sucedió, un patronus brillante se acercaba hacia ella, una leona plateada se paraba frente de ella, sabía que aquello era un llamado de Mica Gryffindor,  una de las compañeras de la orden, ¿a dónde los llevarían esta noche?

     

    Se acercó su capa de viaje con un accio, inmediatamente tocó al patronus y esta le llevó al lugar en donde ya se encontraba Illidan -Buenas noches,- inclinó su cabeza hacia ellos -espero tengamos una noche movidita.

  2. Como parte de su trabajo en el ministerio de magia Francés debía encargarse de algunas de las relaciones sociales aunque, al igual que su padre, no era muy afecta a ellas, en ese caso su madre, Bel Evans era quien llevaba mejor todo aquello de hablar y relacionarse con las personas. Por ahora solo debía arreglarse para asistir a aquella fiesta qué se daría en el castillo Dumbledore, el hogar de la ministra de magia de Francia  ¿a cuantos colaboradores del ministerio se encontraría allí? No lo sabía, pero ir, por ahora, era una de las mejores opciones qué tenía con su belleza y juventud,  esas habían sido las palabras de la Rambaldi.

     

    La ojigris llegó a la morada de los Dumbledore, a donde ya había asistido con anterioridad antes de tomar el cargo de la dirección de cooperación mágica, al parecer el ambiente estaba en su apogeo, demasiada gente por aquí y por allá, la hacía sentirse un poco mareada, aún así entró. 

     

    El bello vestido negro que llevaba, un top straple de color negro con una falda del mismo color, abierta desde la mitad de su muslo hacía abajo, abajoía qué aquel atuendo sería el adecuado. Al entrar se dirige a la barra, desde ahí ve a personas conocidas, como los Moody, Richard y Melrose,  él siempre elegante y ella se veía hermosa en ese vestido.

    Esperaría a ver a Ada o a alguien más, de lo que sucediera definiría cuanto tiempo podría permanecer en aquel lugar.

     

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  3. Hannah Rambaldi 

     

    Dos de los mortífagos habían caído, pero quedaba uno y a pesar de que ellos eran mayoría sabía que los enmascarados no se los dejaría fácil, no se daría por vencido tan fácilmentente, el mortífago conjuró un hechizo para huir llevándose el cuerpo de la mujer, Hannah alzó la varita y murmuro -Accio  varita de inmediato la varita del l morrigago Goldor llegó hasta ella, la giró entre sus dedos y la guardó en el arnés.

     

    Habían desertado, las cosas no habían sido como lo esperaban, habían recuperado el lugar, habían ganado, pero no de la manera esperada, aún así las banderas de la orden del fénix ondeaba con el viento que soplaba.

     

    -¿Qué es lo que sigue ahora señor Despard?

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  4. Hannah Rambaldi 

    Los mortífagos llegaron de inmediato ante el llamado de Goldor, ese era el nombre que recordaba haber escuchado en Graves Park, fue el primero en atacar a Despard. Hannah apuntó a la bruja qué llegó al llamado del mortífago pensó: Maldición con ello cualquier hechizo qué ella (Maida) quisiera lanzar para atacar a alguno de sus compañeros o a ella misma le saldría mal e incluso podría hacerse daño a ella misma o a su compañero.

     

    Volvió a apuntar su varita hacia la estatua más cercana de un león, mencionó el hechizo Vitae, el león cobro vida y atac con sus garras a la mujer a Illidan

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  5. Era una noche tormentosa, tenía mucho que no pasaba una noche así en Londres, al menos que ella lo recuerde, pero esa noche en especial tenía algo diferente, el viento soplaba fuerte y la lluvia golpeaba las ventanas con fuerza. Hannah miraba por la ventana cuando un patronus conocido se fue acercando hacia ella, un buey Hereford, correspondiente al líder de la orden, le decía que debía asistir al llamado en la mansión Gryffindor. 

    Tenía puesto pantalones de mezclilla ajustados, botas altas y simplemente se colocó una capa de viaje con hechizo impermeable,  su cabello estaba atado en una trenza dentro de la capa de viaje, se colocó un cinturón con algunas pociones y tomó la varita de la mesita de noche y salió al encuentro con sus compañeros. 

    Al llegar a la mansión Gryffindor la lluvia arreciaba, su líder ya se encontraba allí al igual que alguno de sus compañeros de bando. Hannah tenía mucho coraje en contra de los actuales patriarca, por la perdida del gran  auror qué fue Elvis Gryffindor. 
     

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  6. Hannah Rambaldi 

     

    No sabía el por qué aquel hombre peliblanco había llamado tanto su atención, probablemente su aroma le había atraído, pero había algo en él que la rubia aún no sabe descifrar. Rió al observarlo, parecía nervioso.

     

    Esperaba en vano que la Ollivander se desocupara, conociendo a la chica y su cercanía con su padre, solamente algo extraño o sobrenatural podía hacer qué ella se alejara de él, de sus padres, eso la hacía preguntarse ¿acaso la señora Ollivander no asistiría a la reunión? Seguramente no y ella no era quien para meterse en esos temas familiares.

     

    La anfitriona después del breve discurso llamaba a reunirse en el comedor para la cena. La rubia se disponía a avanzar hacía donde todos los invitados se dirigían, pero el hombre que había llamado su atención se acercaba a ella y no dudó en esperarlo.

     

    Por favor, señorita, la escoltaré a su lugar

    -Es usted muy amable caballero- hizo una leve reverencia con la cabeza  y lo acompañó hasta el comedor, en un lugar donde se podía ver a todos los invitados.

     

    -Mi nombre es Hannah Rambaldi,  un placer- lo miró a los ojos, el apellido Renaldi le sonaba un tanto familiar, así qué procedió a preguntar: -¿Usted proviene de familia italiana?

    Sus movimientos, su sonrisa, si querer hacían denotar un ligero coqueteo con su interlocutor. 

     

    @ Albus Renaldi Macnair

     

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  7. Era sorprendente como al estar en aquella reunión, bastante informal a comparación de lo que ahora tenía que soportar con el cargo ministerial, en donde conocía a unas cuantas personas que a pesar de ser de la familia de su madre eran extraños para ella, se sentía en completa calma, algo que no había tenido desde hace más de seis meses. Dió un pequeño sorbo de su primer copa de vino qué aún no terminaba, ella tenía cierta tolerancia al alcohol pero esa noche no quería que las cosas se fueran de sus manos, a fin de cuentas aún recordaba, o eso creía, lo que había pasado la última vez. 

     

    Escuchaba como hacían apuestas de la primer caja de regalo para la festejada, muchas cosas podrían ser, pero ella aún no se animaba a entrar en la apuesta, se dirigió a un lado del sofá y se sentó en el brazo de éste,  sus pies colgaban e inconscientemente ella los columpiaba, era tan relajante ver que en cierta forma estaba, o se sentía, a salvo. No podía evitar sonreír.

     

    De alguna manera algo le hacía sentirse diferente por momentos, aún no sabe por qué,  no logra identificar aún el hecho de que el cosquilleo, ardor o dolor en la palma de su mano izquierda se debe no solo a la cercanía qué puede tener con la magia oscura, la cual en ese momento parece haber cerca, pero esa sensación se debe más a la proximidad que puede haber con su padre, no es consciente aún de que cada vez que su padre está cerca de ella su mano duele o tiene aquella sensación de quemor, como la vez que sus manos se juntaron,  es por que Grelliam Ollivander se encuentra en el mismo lugar que ella, como qué sus esencias se reconocieran desde aquella vez que ella ingreso al palacio.

     

    Estaba mirando su palma, la rozaba con sus dedos, aquella sensación de picor y cosquilleo muy similar a cuando una parte del cuerpo se entume la tenía distraída de lo que pasaba a su alrededor, no fue hasta que qué su madre se acercó a ella que levantó la mirada.

     

    ¿Lo has visto?

    -¿A quién?- No tenía la menor idea de que era lo qué su madre preguntaba, la había tomado tan de sorpresa, que no fue hasta que dirigió su vista a donde ella le decía que estaba la profesora Moody que  le vió, el Ollivander no tenía un buen aspecto -No, yo no le invité...

     

    Se paró de un salto al ver a Ellie Moody hacerles señas y pedir una silla, tomó su varita y con ella le acercó la silla qué necesitaba para que su padre se sentara en ella, de inmediato fue hacia donde estaban, no se fijó,  pero estaba casi segura que su madre seguía sus pasos.

     

    Su palma ardía, aquel cosquilleo había comenzado a quemar, pero no le tomó importancia aunque limitaba sus movimientos.

     

    Al llegar donde estaban sacó de su mochila un frasco de poción herbovitalizante,  ya era una costumbre suya llevarla, la destapó y la puso en las manos de su padre. - Bebela.- Con un toque delicado examinaba su rostro. Costumbres qué aún tenía a pesar de haber dejado de ser medimago.

     

    -Muchas gracias profesora Moody...- no tenía más palabras para agradecerle el que hubiera estado en ese momento con él,  le sonrió timidamente para después dirigirse al Ollivander -¿Te sientes mejor?

     

    @ Ellie Moody  @ Rory Despard  @ Hessenordwood Crouch

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  8. Hannah Rambaldi 

    Tenía toda una vida para aprender a hacer lo que ella quisiera, desde aprender a tocar instrumentos musicales, crear una sinfonía o dirigir una orquesta,  aunque lo que más le gustaba a ella era leer, podía tardarse un solo día leyendo una novela o tal vez un par de ellos si eran grandes volúmenes, pero ahora, con la pequeña bruja Ollivander en el apartamento había otras cosas que aprender, como cocinar…
    Aquello que los mortales hacían para deleitar a otras personas por medio del gusto, no encontraba aquello divertido, a menos de que explotará algo en la cocina, ¿cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que había probado ese tipo de alimentos o algo que no fuera sangre? Suspiró. No recordaba.

    Ahora con la rubia en su apartamento del Pink Palace toda clase de aromas inundaba no sólo su piso, sino que también imaginaba, toda la edificación  y es que la chica tenía la idea de abrir un negocio en el callejón, donde ella enseñara a preparar alimentos de todo tipo.

    -No sé por qué te empeñas en querer hacerme probar tus comidas,- ya había probado suficientes cosas ese día y no tenía la menor intención de probar más -te he dicho que todo huele muy bien Hannity, tendrás un gran éxito en cuanto el negocio este abierto.

    -Sabes que eso no es suficiente para mi…- la rubia sacaba del horno una charola de galletas marroquí qué había aprendido a hacer -si tan solo pusieras un poco de tu parte.- La miró con ternura, esa clase de mirada que en otros, tal vez sus padres, hubiera funcionado, pero no con ella.

    -Prometo que en cuanto podamos invitaremos a Despard a comer, quizá el pueda darte una mejor opinión, digo, él es humano.

    Se metió a su habitación,  con el pretexto de revisar unos documentos,  no quería probar más, mucho menos cosas dulces, había sido demasiado martirio con lo salado como para probar dulces, algo que según ella nunca le gustó. 

    Una luz brillante entraba por su ventana, al reconocer el patronus del líder de la orden supo que él  la llevaría a donde fuera que le llamaran, así que desde donde estaba gritó a la ojigris: -Debo irme, nos veremos después…

    No supo si hubo una respuesta por parte de Ollivander, al tocar el patronus de buey llegó a un bosque qué no había visto antes, pero algo le decía que estaba en los terrenos,  propiedad del bando.

    Caminó solo un poco más de donde fue llevada por el patronus y escuchó la voz de sus compañero,  Darla, Luna Gryffindor y de Rory Despard,  era un gusto compartir con ellos una nueva aventura.

    -De haber sabido que se trataba de una reunión familiar hubiera traído las galletas qué Ollivander preparó. Es un gusto verles. - sonrió acercándose un poco más al grupo, escuchando lo que decía su líder -Yo no conozco aquí, pero iré por donde ustedes digan y haré lo que sea para ayudarles
     

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  9. Harmony Gryffindor Dumbledore 

     

    Había pasado casi dos días fuera de casa, estaba segura que ni su madre Selene, ni Ada se habían dado cuenta de ello, por qué de ser así alguna de ellas estaría en su habitantes esperándole. Para su sorpresa no Había nada mejor que una fiesta en su propia casa, ¿quién la había organizado o con qué razón? Era un misterio, aunque suponía que si era por parte del ministerio francés su hermana Ada o su jefa, la señorita Ollivander le hubieran informado ¿o había sido planeado de último minuto? No, no lo creía de Camille que planeaba todo con meses de anticipación,  aquello no era obra ni de su hermana, ni del ministerio. 

     

    Subió a su habitación al parecer, de verdad todos se estaban divirtiendo, pero sólo para asegurarse subió a su habitación en la tercer planta del castillo, no había nadie en ella, por lo que fue a darse una ducha para asistir a la siguiente fiesta. No tardó en salir, buscó en su closet el atuendo adecuado, un vestido azul. Se cambio,  secó su cabello con un hechizo y antes de que pudiera hacer cualquier otra cosa, la puerta se abrió de golpe...

     

    No volteó al instante, pues pensó que era su hermana mayor o su madre, pero el grito de Luna le asustó y al mismo tiempo alivio, era su hermanita menor.

     

    -¡Luna, me asustaste!- así que la fiesta la había organizado Don... -Sí,  yo también he visto mucha gente. Ya estoy lista, vamos a divertirnos un poco.

     

    Al llegar casi arrastrada por su hermanita, los últimos escalones tropezamos con  una joven de bonito cabello negro quien Luna me presentó como @ Malum Luxure   -Un placer señorita Luxure.

     

    -¿Qué haremos primero? @ Ada Camille Dumbledore

     

     

     

    _______

    Pd: yo vengo de cacería (?) 

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  10. Después de aquel recibimiento qué le había dado su madre, al cual había correspondido con un largo abrazo, mientras Bel Evans se disponía a seguir recibiendo a cada Evans que llegaba, de los cuales ella no conocía a una tercera parte de ellos, se dispuso a pasearse por la habitación, viendo cada una  de las cosas que había en la habitación, los rostros qué llegaban, se saludaban, se miraban felices con aquella reunión,  mientras qué ella pensaba que aquello sería diferente, no tenía por qué ser igual a la reunión con Crouch, aquella en donde después de unos meses había despertado en un lugar diferente.  

    Sacudió su cabeza, no permitiría que aquellos recuerdos arruinaran aquella velada tal y como lo habían hecho el día que tomó el cargo del ministerio Francés, a todo ello, aún tenía sus dudas referente a su padre y Crouch. Inconscientemente jugueteaba con aquel dije que le había regalado su padre aquel día, escuchó el brindis qué hacían y de forma automática Alzó su copa y dio un sorbo de ella.

    Abrazó de forma instintiva a su madre, aquel toque suave que tanto le hacía falta le hizo salir de su ensimismamiento.

    -No te preocupes- la miró a los ojos -no fue algo de lo que guarde un recuerdo feliz…- de no haber sido por el encuentro con el Ollivander al inicio de aquella velada, todo hubiera sido un completo caos y es que, la presencia de su padre, en primer instancia había dado el toque especial a esa noche, al menos hasta la hora del discurso, aunque había echado mucho de menos a ella, probablemente todo habría sido diferente si ella hubiera asistido, lo cual era un peligro latente al que estaba agradecida de que no se hubiera expuesto.

    -Te aseguro que esta reunión es mil veces mejor que todo aquello lleno de protocolos- era la primera vez que sonreía en varios días. 

    De las siguientes personas en llegar solo reconocía de vista a Melrose y Catherine Moody, podía sentirse algo de tensión entre la última mencionada y otra mujer a la que no conocía. 

    Cuando Bel mencionó lo de los regalos, recordó que ella le había enviado el suyo a P-ko, la elfina de su madre para que esta le hiciera el favor de envolverlo, con las ocupaciones de la oficina, solo se había dado el trabajo de comprar la joya. Lo que le recordaba que tenía un obsequio para su madre,  sorprendentemente hecho por ella misma, en el interior de su pequeña mochila, pero probablemente se lo entregaría más avanzada la reunión y mucho antes de que Bel perdiera toda noción con la bebida.
     

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  11. -Sectusempra- gritó,  todo lo que pasaba a su alrededor y lo que había pasado ella anteriormente la hacía reaccionar de una manera inesperada, el rayo dio de lleno en el pecho de la desconocida, había comenzado a sangrar abundantemente,  mientras tanto ella miraba como Rory se quitaba las cuerdas de las piernas y el otro hombre, el cual se veía mucho mayor a ellos parecía aún confundido por el hechizo del pelirrojo.

    Hecho una rápida mirada a su alrededor en busca de su madre, lo último que había oído decir a Rory era que había dejado a su madre muy cerca de donde se encontraban,  pero no había rastro de ella.

    No tenía momentos para distraerse, la mujer que tenía enfrente lanzaría el contra ataque, pero quería saber qué era lo que hacían aquellas personas en la reserva,  sabía que no eran los cuidadores del lugar, que al igual que ellos estaban allí por alguna razón, lo único que ella pensaba era que trataban de robar algunas criaturas y recordó que mencionaba a las hadas…

    -¿Así que pretenden robar criaturas?
     

    @ Rory Despard @ Hessenordwood Crouch

  12. Esta era la primera vez que Hannity conocería a toda la familia de su madre, a algunos conocía previamente de las veces en que había ido a buscarla en el castillo de los Evans McGonagall, pero no tenía una certeza de cuantas personas eran, sólo  recordaba a los Moody y a aquel chico ruso que, literalmente cayó del cielo en el castillo, a él lo recordaba de aquella manera, ¿o no había sido así?

    Había sido una semana difícil enfrentando todo aquello de los edictos impuestos por la ministra de magia Inglés, le parecían una perdida de tiempo y no tenía nada que ver con las relaciones sociales, en cuanto a cooperación mágica, entre el ministerio francés qué ella debía arreglar. Aquello del edicto referente  al transporte le causaba problemas en sus traslados, pero era hora de tomarse un descanso.

    Salió de la habitación que le había dejado la Rambaldi en el Pink Palace, por segunda vez, aquella mujer ayudaba a la pequeña bruja, esta vez, compartiendo su piso en aquella extraña edificación. Aquello era mucho mejor que la habitación que había rentado en el Caldero chorreante, pero no dejaba de atemorizarle por el hecho de que, estaba segura, que de allí la habían llevado a Armenia. 

    Con todo aquello del acceso  a la tecnología muggle por la caída del secreto, se había hecho de un ipod, aquel aparato en donde podía escuchar música por horas y horas, lo utilizó hasta llegar a su destino, en donde, con todos esos funcionarios del ministerio por donde quier, sus delirios de persecusión aumentaban, tomó la varita, sólo por precaución y se dirigió a la casa de fachada azul, una hermosa casa, con una arquitectura qué no había visto antes, al menos que recuerde.

    Esperaba que el encantamiento Fidelio hiciera el efecto esperado, ella no se podía confiar tan fácilmente en aquello, antes de acercarse a la puerta a tocar, se aseguró qué ninguno de los funcionarios qué estaban a una corta distancia le viera. Tocó en tres ocasiones,  sabía que ya habían llegado algunos miembros ya que el ruido procedente de dentro le hacía saber qué la reunión se estaba gestando.
    -,- murmuro para sí misma mientras esperaba -aquí es…
     

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  13. Harmony Gryffindor Dumbledore

    El tiempo estaba pasando lento, muy lento a decir verdad, desde donde estaba la pelirroja tenía una amplia visión de lo que pasaba en el lugar, su hermanita Camille recibiendo a los invitados; la señorita Bellerose, la embajadora  de Francia, acompañada de un grupo de personas entre los que se encontraba su hermano Mael y quien ella creía que era Luna Gryffindor; su nueva jefa, la señorita Ollivander con un hombre… ¿Cómo podía definirlo? ¿Diferente? No encuentra el adjetivo correcto para ello; su primo Don coqueteaba con una chica a la que Harmony no conocía,  en realidad no conocía a nadie pues recientemente había regresado a Londres tras concluir sus estudios  en Durmstrang. 

    Por tercera ocasión tomaba una copa de champagne de uno de los camareros que pasaba ofreciendo bebidas, las burbujas de la bebida de la jovencita ya están haciendo su efecto en ella, pero no podía permitírselo, no iba a arruinar una gran noche, la noche en la que Camille tomaría el puesto de ministre de France.

    Salió de aquella sala, dirigiéndose a los servicios medio mareada, por fortuna nadie había notado que en su caminar se tambaleaba un poco, lo sabía controlar muy bien. Agradecida de que la mayoría de las damas estaban muy ocupadas viendo los vestidos que llevaban los demás y haciendo criticas constructivas o no, la pelirroja se acercó al lavamanos, abrió  la llave de agua y como si se trataran de un cuenco las llevo a su cara refrescándola de inmediato,  aquello lo hizo un par de veces más,  así se aseguraba de que la champagne no siguiera causando efectos en ella.

    Secó su cara con un par de toallas de papel higiénico, se aseguró de que el poco maquillaje que se había puesto no se hubiera maltratado con lo que había hecho y salió en el preciso momento en el que la voz de Camille, ampliada mágicamente se escuchó fuerte  y claro por todo el salón.

    Hizo lo mismo que todos los invitados, aplaudía en el momento preciso y se alegró enormemente  de que llegara la hora de la cena,  los magníficos aromas precedentes de la cocina le abrían el apetito.
    En cuanto llegaron al comedor para iniciar la cena, como estaba previsto según el protocolo, Harmony se sentó alejada de su hermana, pero sabía que eso no impediría que Camille no pusiera atención en ella. 
     

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  14. Hannah Rambaldi 

    La bienvenida que le ha dado el joven Despard como siempre, es muy cálida, le ha dicho que no interrumpe nada, aún así  ella insiste en dar una vuelta para supervisar que todo, en los alrededores se encuentra bien, él le había dicho que había diferentes grupos con actividades,  ella fue a observar todo lo que hay allí, no por que se quisiera inscribir , era más bien su necesidad de verificar el perímetro, no sabía con que locuras podía resultar la gente en esa clase de eventos masivo, aquello siempre era una especie de problema ya que a ese tipo de lugares llegaba gente con todo tipo de ideales y no siempre con las mejores intensiones.

    Ese día  parecía que todos se demostraban amor en toda la expresión y con todo tipo de actos, por un lado admiraba la valentía con que lo hacían, por otro algunas cosas no eran de su agrado, además,  aún no superaba el fracaso con Severus ¿Cómo había sido que todo se fue al ca***o? 
    Probablemente por que ninguno de los dos tenía tiempo y la salida del bando de él, además  de su partida lo había cambiado todo. Si tan solo la niña Ollivander no se hubiera negado a lanzarle un hechizo desmemorizador, tal vez este momento no le dolería tanto.

    Casi había dado la vuelta al lugar, llegando al inicio de donde empezó el recorrido,  su atención fue dirigida a un grupo de personas que parecía discutir (mejor dicho pelear) y por el micrófono se escuchaba como el anarquista presentaba a Rory como el líder de la orden del fénix, pero es que eso no estaba en el programa, ¿o si? Algo iba mal y pintaba que iba a ponerse peor en cuanto vió que la marca tenebrosa se posaba en el cielo. Se dirigió rápidamente hacía allá, al acercarse observó que ya había una chica pelirroja, que no pertenecía  a su grupo y un mortífago. 

    La Potter Black había atacado al mortífago que había pedido que se le entregara al muchacho, Hannah no dudo en acercarse a su grupo y ayudar a que no se llevaran al muchacho y a proteger a su líder de todo aquello que pudiera llegar a suceder. 
     

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  15. Se sentía bien estar de nuevo allí,  ver a su padre que, a simple vista, se miraba bien y más  lucido que aquella vez en la fiesta de la familia Moody, aunque a ella aún le intrigaba el cambio que hubo en él esa noche, de no reconocerla a hacerlo por un comentario que tenía parte de la ideología de su madre. ¿Cómo era que tenía aquellos cambios? Pero sobretodo,  aún no sabía qué tanto había afectado al brujo la intromisión de aquello que había poseído su cuerpo y mente. Después de ello no se le había permitido verlo, pues era Yanna  quien lo había cuidado hasta su recuperación.

    Su padre tenía razón, el cambio de estación había traído cosas buenas, le daba un nuevo empleo, la oportunidad de volver a su país, aunque aquello no le garantizaba que las cosas que habían sucedido en Armenia no sucedieran allí también,  sobretodo si era verdad eso de que quién la había llevado era cercano, pero lo que mas valoraba de ese tiempo, lo más importante para ella, era que de una manera,  una muy diferente, estaba de nuevo con sus seres queridos, en especial sus padres.

    El gnomo que aún sostenía Garry en su brazo seguía haciendo todo lo posible por soltar su agarre, Hannity lo miró y éste sacó su lengua haciéndole caras a la rubia, para finalmente enseñarle los dientes afilados. 

    —¿Te quedas a cenar cariño?

    Su mirada gris regresó al Ollivander  y recordó que Hessenordwood le había pedido convencer a su padre de salir de donde estuviera para acompañarles a cenar,  sonrió y asintió -Será un placer.

    Sacó su varita que traía en el arnés de su brazo izquierdo y con un Petrificus totalus paralizó al gnomo, le tomó de un brazo mientras él la miraba con odio al momento de que la rubia lo colocaba en una de las mesas donde se cortaban los ingredientes, parecía un adorno bastante feo.

    Estira su mano para ofrecerla a Garry -¿Nos vamos? El señor Crouch debe estar esperandonos

    Se escuchaban pasos que se acercaban a donde ellos estaban, pero una extraña sensación que recorría todo su cuerpo le hizo detenerse y empuñar la varita con fuerza -Creo que no es el señor Crouch, papá. 

    Miró  al Ollivander,  qué tantas cosas podían haber habitado aquel lugar durante su abandono.
     

    @ Hessenordwood Crouch

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  16. Harmony Gryffindor Dumbledore 

     

    Fue la elfina de su madre la que la había recibido en la mansión,  inmediatamente la hizo pasar, ordenándole a otro elfo que le atendiera mientras ella iba a buscar a su madre.  -Es un gusto volver a verte Wicky, respondió a la bienvenida que esta le daba. Harmony no era muy afectuosa con aquellas criaturas, no le gustaban, pero con la elfina de su madre era diferente, ella se había ganado el afecto y respeto de la muchachita. 

    -Me encuentro bien, gracias, si necesito algo te llamaré- le hizo seña de que podía retirarse, en ese momento dio un breve recorrido por  el vestíbulo, viendo cada cosa en él y deteniéndose un par de minutos cada que algo llamaba su atención. Suponía que su madre estaba ocupada,  pero ese no era el problema, ahora que había terminado los estudios y decidía vivir en Londres, podía esperar por Shelle el tiempo que fuera necesario. 

    No dejaba de sentir una mirada clavada en su espalda ¿Qué creía la criatura? ¿ Qué tomaría algo de la casa? Sin hacer caso de aquellas miradas se dirigió a la sala, no tardó mucho estando sola, volteó hacia las escaleras en el preciso momento en que su madre bajaba por ellas, como siempre, su madre tenía buen gusto para vestir de la forma que fuere.

    Oh mamá, pero que bella te ves!- al tiempo que la abrazaba, miró su reflejo en sus ojos, sonrió al verla más repuesta que la última vez.

    Caminaron hacia la cocina al tiempo en que Shelle ordenaba que les prepararan el almuerzo, mientras tanto ella pondría a su madre al tanto de los planes con los que había llegado a Inglaterra.

    -Sí,  he decidido quedarme, así podré pasar más tiempo contigo y con Mael.- sabía que con respecto a su hermano  sería difícil, pero podría intentar hacer algo con él.

    Llegaron a la cocina, el lugar resplandecía debido a la limpieza del lugar y los elfos comenzaban a preparar comida deliciosa, las mujeres tomaron asiento a la mesa, Harmony no se había dado cuenta del apetito que tenía hasta ese momento.

    -Tengo un trabajo, soy asistente de la directora de cooperación mágica francés en la embajada de Inglaterra,  así  que estaré contigo más  tiempo que cuando estudiaba…

    La comida estaba lista y tenía un delicioso aroma,  tomó la mano de su madre, le encantaba ver sus largas uñas de color rojo.

    -Dime una cosa… ¿Cómo te has sentido tú tras estos meses,- no quería  mencionar para nada los sucesos con los que se había encontrado en su primer visita a esa casa -como matriarca de esta familia? 

    La miró a los ojos tratando de saber si es que se sentía a gusto con ese peso sobre sus hombros.

     

    @ Dana Gryffindor
     

  17. Hannah Rambaldi 

     

    La biblioteca de Alejandría, una de los más exponentes lugares sagrados de la sabiduría, aquel que hubiera querido recorrer hasta poder terminar cada libro de aquel lugar, además ¿para que servía la vida inmortal si no era para aprender cosas nuevas? Pero aquella visita era por una misión  del bando y a pesar de que ya había ayudado en varías misiones, pero esta era una especie de reto, sabían que con lo que se prometía acerca de los poderes,  el otro grupo haría hasta lo imposible por llegar primero a ellos, pero la Orden del Fénix no se los dejaría nada fácil. 

    Al llegar al desierto Egipcio por medio de trasladores lo único  que se veía cerca y lejos era arena, arena y más arena, de repente el suelo comenzó a moverse, Hannah hacía todo lo que podía para mantener el equilibrio, pero era inútil. Momentos después caían, todos los miembros de la orden cayeron a un lugar hermoso, con enormes estantes llenos de libros, era como un sueño, pero parecía volverse pesadilla, el grupo OdF no era el único que había ingresado a la biblioteca.

    Hechizos y maldiciones volaban a diestra y siniestra, de  la nada se escuchó un par de voces, la rubia, al igual que otros, por momento dejaron de lanzar hechizos, las voces con una clase de idioma o lengua que ella no conocía ni entendía pertenecían a Merlín y Morgana, al poco tiempo fueron lanzados de la biblioteca, estaban de nueva cuenta en el desierto, trató de lanzar un hechizo a la mortífaga que había acorralado a Luna Gryffindor de espaldas en la arena, pero era imposible. 

    ¿Qué era lo que estaba pasando? 

    No sabía, pero como siempre Hannah llevaba su adorada catana en la espalda, la desenvainó, en caso de ser necesario la vampira no dudaría en usarla.

    -Parece que esto no es culpa de nadie señoritas, así  que le aconsejo que suelte a mi compañera

     

    De todo lo que había dicho Luna, en una cosa estaba de acuerdo, teníamos que saber quien había sido el reponsable de aquel suveso
     

    @ Ada Camille Dumbledore  @ Luna Gryffindor Delacour

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  18. Sonrió al joven Moody antes de que este se acercara a la puerta para lograr descender del autobús en cuanto éste llegara al Caldero chorreante y con un “Igualmente, excelente día. “ se despidió  de él. 
    Besó la mejilla del joven Despard en señal de saludo, a estas alturas y con todo lo que habían vivido juntos, el pelirrojo  era una especie de mejor amigo ya que Hannity,  al igual que su padre, no tenía aquello de relacionarse con las personas, eso se le daba mejor a Bel, su madre.

    -Estaba en el piso superior tratando de elaborar un informe acerca de los progresos de la actual administración francesa en Inglaterra,  pero me fue imposible…

    Desde arriba venían gritos haciéndole pensar que se había desarrollado una especie de discusión por la litera que ella había dejado, la cual por medio de magia había limpiado para poder sentarse, la limpieza del lugar dejaba mucho que desear.

    Iba a despedirse de Rory también cuando Richard y otro pasajero descendieron del autobús anunciando que el caldero chorreante estaba cerrado ¡Cómo había podido olvidarlo! El camarero le había dicho la noche anterior que el local permanecería cerrado, por tanto ella había tomado sus posesiones y las había colocado en una especie de mochila hecha con piel de dragón, que llevaba sobre los hombros, a la cual le había echado un hechizo de expansión indetectable ¿ahora donde pasaría la noche? ¿Se tendría que bajar y esperar otro autobús que le llevara a Ottery?
    El joven que acompañaba al conductor le pedía a la rubia bajar, puesto que era el lugar que había indicado de parada, pero a Hannity  se le ocurrió  la idea de volver a pagar por su viaje a Ottery.

    -Podría ser tan amable de llevarme a Ottery St Catchpole,  pagaré por un nuevo viaje, en estos tiempos es peligroso incluso esperar el autobús…

    Ojalá no hubiera dicho… ahora la gente se ponía a discutir sobre la inseguridad en las calles ahora que los muggles sabían de nuestra existencia. Miró a Rory avergonzada y con un “Lo siento” trataba de disculparse por ahora crear una nueva polémica. 

    -¡Intentaron robarme la varita y amenazarme para que les apareciera oro! 

    El joven acompañante del chofer no dudó en tomar el oro, morderlo y guardarlo, mientras miraba al joven Moody -¿Acaso no piensa subir? No vamos a esperarlo más tiempo.

    El otro pasajero también subió y pedía un nuevo destino, pero si Richard Moody no se decidía pronto, lo dejarían en aquel lugar.

     

    @ Melrose Moody  @ Rory Despard
     

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  19. La calidez  del toque tibio de la mano de su padre sobre la suya, a pesar de que no quita el intenso dolor que siente, mejora bastante al grado de dejar se sentirlo por momentos.

    Hay algo que le inquieta después de escuchar lo que le dice acerca de no confiar en las personas que le ayudan, lo cual le hace recordar las palabras de Cassian: las cosas terminaron en Armenia pero la persona que se la llevó esta acá y es cercana a usted...  Se estremeció al recordarlo y sin quererlo apretó con fuerza la mano del Ollivander y murmuró un -Lo siento…

    Todo esto le hace pensar que Crouch sabe algo, aún recuerda que cuando cuestionó a este por lo que había pasado en su piso, solo dijo que cuestionaba a la persona equivocada, acaso a quien debía preguntarle era a Garry, ¿su padre sabría lo que pasó aquel día?

    Su mente regresó de inmediato a lo que estaba, lamentaba escuchar que para él ya no había días buenos, esperaba poder hacer algo para cambiarlo, a pesar de que tendría que ir de Londres  a Paris y viceversa se daría el tiempo suficiente para pasarlo con él. De cierta forma era reconfortante escuchar que ahora todo estaba bien.

    Hessenord encajaba perfectamente en aquel ambiente lleno de algunas personas influyentes, con su carisma, su precisión para alabar a las personas en el momento justo y una clase de encanto sobrenatural hacía que el hombre no pasara desapercibido, sonrió  al verlo tan animado.     -Parece que alguien si lo esta pasando muy bien, ¿verdad?

    Aunque su mirada estaba centrada en Crouch, con el rabillo del ojo seguía los movimientos de su padre, si era verdad que estaba mejor, tal vez podía hacer esa pregunta que tanto le inquietaba -Papá ¿Tú sabes lo qué fue lo que pasó en…?

    No terminó de hacer la pregunta, pues la voz de la ministra de magia de Francia, amplificada mágicamente, le interrumpió. 

    Se sonrojó un poco en cuanto Ada dijo el nombre de la embajadora de Francia y el de ella, de repente los aplausos la hacían sentir mareada, pero no por el hecho de la emoción del momento, no, aquello le hacía recordar una sensación desagradable, algo que le aterraba y estremecía a partes iguales, la piel se le erizó y palideció más rápido de lo que había enrojecido, fue devuelta a la realidad en cuanto la voz de la señorita Dumbledore se escuchó de vuelta invitándoles al comedor.

    Volteó a mirar a Garry, aún confundida y mareada, aún no recuperaba su color blanquecino habitual, trató de sonreírle pero solo temblaron las comisuras de su boca, le ofreció el brazo para que la acompañase al comedor en el salón de los espejos, pero era más que nada para poder sentirse segura al caminar, las piernas le temblaban. -Señor Crouch,  nos haria el honor de acompañarnos. Volteó a mirar al ojiazul antes de caminar del brazo de su padre.

    Al llegar al comedor pidió a un camarero una copa de agua y se dirigió  a sus acompañantes, aunque ella no probaba nada de alimento -Bon appétit.
     

    @ Hessenordwood Crouch

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  20. Planilla de compra:

    ID: (no es necesario el link al perfil) 121352
    Nick: con link a la ficha Hannity Ollivander Evans 
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) 113737
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 111473
    Link a Tópic de la clase o a la prueba: Aquí \o
    Nivel Mágico: 13
    Fecha: 2021-07-31

    Nombre del producto: Libro del Equilibrio
    Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizos 
    Nivel (del libro): 10
    Precio: 10.000 G

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    Consumible o Libro de Hechizo:
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    Precio total: 10.000 G

  21. Había llegado un poco más temprano  de lo esperado a la reserva y es que tenía tanto tiempo de no visitar a Florence,  la ridgeback noruego que se había ganado hace algún tiempo en una gala de navidad, solía visitarle cada tercer día para que no la olvidara y a pesar de ser temperamental,  la dragona parecía querer a su dueña. Todo iba bien hasta que la rubia desapareció...

     

    Recientemente Hannity había vuelto a la reserva  a visitar a Florence,  pero tras seis meses de "abandono" la dragona había cambiado su comportamiento y por ende ya no veía a la rubia como antes, ahora era agresiva y cada que podía le lanzaba una llamarada de fuego, así que esa nocbe Hann le llevaba una especie de ofrenda de paz, no podía asegurarle que no la volvería a dejar ya que eso era incierto hasta para ella, así como había regresado podría desaparecer nuevamente y con el trabajo que ahora ocupaba debía viajar entre Londres y París,  así  que solo podía esperar que esta vez no quisiera dañarle tras el obsequio que le llevaba,  una cria de ciervo especialmente para ella.

     

    -Shhh,  cállate o descubrirán que estoy aquí en horario prohibido- dijo tras el gruñido del enorme animal, ofateo lo que Hannity le acercaba por medio de magia y la dragona se dedicó a comer. Miró su reloj, era casi la hora en que Despard la vería en aquel punto de encuentro que habían previsto, la dragona levantó la mirada atenta, parecía que había escuchado algo que ella no, gruñó molesta, la rubia alcanzó a escuchar dos voves, una de hombre y una de mujer, hablando, la única palabra que ella alcanzó a distinguir fue hadas... antes de que la dragona rugiera  y lanzara una llamarada de fuego en dirección opuesta a Hannity. 

     

    Ella salió corriendo hacía el punto en donde se encontraría con el joven pelirrojo, al parecer él aún  no llegaba, así que descansó un poco de aquel rápido recorrido que había hecho desde donde estaba Florence, había palidecido tal vez un poco más,  pero se alegro de ver venir a Despard,  le escuchó habkar y ella casi sin aliento respondía.

     

    -¿Así que mi madre a fin de cuentas vino?- Hannity le había pedido, casi suplicado que la dejara a ella y a Rory encargarse de aquello, pero por lo que decía Despard no había hecho caso a lo que Hann pedía, a fin de cuentas era igual que ella, aunque Hannity  temía lo que podía pasar con ella. Se sorprendió cuando el decía que había escuchado voces, ¿serían las mismas que escuchó ella? -No, no ví nada extraño, pero escucheescuché dos voces, precisamente de un hombre y una mujer mencionando algo de unas hadas...- lo miró fijamente  -no creo que hayan sido los cuidadores de la reserva,- se sentía nerviosa -¿que te parece si vamos donde mi madre? Y de allí  partimos hacía lo que debemos hacer.

     

    Empezó a caminar, no quería dejar a Bel por más tiempo sola.

    @ Rory Despard  @ Hessenordwood Crouch

     

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  22. Desde el piso superior del autobus se escuchan gritos de molestia y algunos de asombro, como si hubiera habido una clase de pelea, la Ollivander baja al piso inferior del autobus entre literas, personas tiradas en el suelo, algunas jaulas tapadas con terciopelo que se azotan  tan fuertemente que podría jurar que un bogart se encuentra dentro de ellas, pero eso no es lo peor, la limpieza del lugar deja mucho que desear, como hubiera querido viajar en la moto voladora que recién había  adquirido, o tal vez en aquella alfombra mágica de su madre.

     

    Bajó lo más cuidadosamente posible, había botellas de pociones que probablemente se habían salido de la bolsa de algún despistado que la había dejado en el suelo y se había quedado dormido.

    Para su fortuna la siguiente parada era la siguiente, por fin volvería a la calidez de aquella vieja habitación que rentaba en el callejón. 

    Su sorpresa al ver al joven Despard en el mismo transporte se intensificó cuando observaba que toda aquella gente estaba en contra de aquellos edictos un poco absurdos dictados por la ministra, a fin de cuentas, ellosa twnían en esa desagradable situación. 

     

    -A estas alturas incluso puede estarse cocinando un edicto sobre la libertad de expresión. 

     

    La rubia se abría paso entre la gente y las camas que se movian de un lado a otro. Sonrió  a Despard,  era una buena señal encontrarse con el pelirrojo en el mismo autobus, aunque no era la única cara que reconoció,  el patriarca dw los Moody también se encontraba allí,  que curiosa coincidencia.

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  23. Tenía mucho que no disfrutaba una noche o, más bien, un evento así,  aunque le faltaba la presencia de su madre en aquel proyecto que emprendería en pocas horas, estaba complacida enormemente con que Garry se encontrara allí con ella. Escichar los recuerdos del Ollivander no resulta fácil,  de hecho le duele todo aquello que sabe él tuvo que pasar en su infancia, de hecho,  es como si fuera la misma clase de dolor que ella sufrió cuando se sintió abandonada por Richard tras la muerte de Marella,  tuvo que apañarselas sola después de eso, aunque en los momentos más difíciles,  cuando parecía a punto de morir, fue la mujer Rambaldi la que le rescató de aquel destino y la animó a buscar a sus padres,  probablemente,  por ese agradecimiento que le tenía,  fue que le había insistido en que fuera al evento.

     

    El tiron que él  le da para darse la vuelta le toma por sorpresa, sonríe y al mismo tiempo le da un escalofrío de sólo pensar en que, en la reunión del Pink Palace hicieron el mismo movimiento, se recompone al escucharlo. -Tú siempre estarás conmigo ¿verdad? Estarás cerca.

     

    Aprovecha esa especie de... ¿Cómo llamarlo? ¿Don? Que tiene de que el Ollivander nunca dice No a lo que ella le pide, no sabe por qué, aunque probablemente es más que obvio, pero le hace sentir segura.

     

    Garry parece cansado, no es sólo el hecho de que bostece, conoce casi todos aquellos movimientos lentos y pausados, palabras sin expresiones y tal vez lo que dijo Crouch es cierto, tuvo una mañana difícil  y necesitaba descansar, pero, en su egoísmo quería disfrutar a su padre por esa noche, como antes, aunque ya nada lo era, esos tiempos habían pasado.

     

    -Lamento decirte que sí,  habrá un discurso- hizo una mueca de decepción, -son los protocolos que hay que seguir en estos eventos papá.

     

    Mira a los elfos domésticos que se abrían paso entre todos aquellos magos y brujas invitados a la celebración, no tuvo tiempo de decirle que recibirian un excelente pago por el evento, ellos mismos habían ofrecido sus servicios sin paga, estaban para servir, dijeron, pero no era justo ni aceptable de ninguna manera. Su cambio en la conversación la deja un tanto confundida, no es tanto por que él no terminaba la frase, era por que ella no recordaba a ciencia cierta cómo fue que había terminado en Paris y convirtiendose en la directora de ese departamento tan importante.

     

    -Conocí a la señorita Dumbledore en Paris,  cuando trataba de llegar a Inglaterra después de los desafortunados sucesos en Armenia...- no había revelado aquello a nadie, sus memorias se volvían más claras mientras se sinceraba con su padre, aunque había bajado la vista a su mano izquierda,  y con las yemas de sus dedos de la mano derecha seguía aquellas marcas de la cicatriz que tenía a causa de la marca de beleño, ya no miraba los ojos de color dispar, en cierta forma se sentía avergonzada por todo lo que había tenido que vivir en esos tiempos de persecusión.  -Ella me ayudó a llegar a Inglaterra y cuando me pidió ayuda para llevar las relaciones de cooperación mágica en el ministerio de magia Francés, no pude negarme, ella me ayudó mucho brindándome estabilidad, debía devolverle el favor. 

     

    Finalmente levantó la mirada gris hacia su padre en el momento en que un pinchazo de dolor atravezaba la mano izquierda de la rubia y aunque no lo quería su rostro lo demostraba, así que intentó desviar la atención. 

     

    -Tú ¿cómo te encuentras?- lo miró fijamente -Pareciera que hoy no tuviste un buen día...

     

    @ Hessenordwood Crouch

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  24. Hannah Rambaldi

     

    Parecía que el tiempo había mejorado mucho la vida de aquella jovencita a la que había salvado hacía ya varios años, al parecer la fortuna le sonreía, ¿quién diria que la joven Hannity lograría su objetivo tan rápido? La chica había encontrado a sus padres, no conocía su historia, pero recordaba las pocas veces que se había encontrado en el Pink Palace junto a ellos y la cara de la joven se iluminaba de solo verlos. Además ahora ocupaba el cargo de directora de cooperación mágica y para fortuna de la Rambaldi,  ella le había invitado al evento.

     

    Rambaldi no era muy afecta a ir a esa clase de eventos,  por lo regular solo salía de casa para arreglar asuntos relacionados con el bando o en viajes que la mandaba a hacer el ministerio, los cuales eran de carácter confidencial, pero bien podía salir para ver a la joven Ollivander realizarse en aquel ámbito social, además había insistido tanto...

     

    Al llegar se dió cuenta de que los organizadores del evento no habían reparado en gastos, el lugar, al menos lo que podía ver desde fuera, era una copia fiel del palacio de Versalles,  algo digno de admirar para los creadores de dicho evento en lo que era la nueva embajada francesa.

    Hannah avanzó, su hermoso vestido dorado en corte isometrico contrastaba con su piel blanca, tenia una abertura entre el escote y las costillas, lo cual hacía ver su tatuaje de un búho al vuelo, ademas de que su larga pierna derecha se asomaba por la abertura de su vestido al caminar.

     

    Entró  al lugar, algunos se dirigian al lugar de la cena, otros seguían en el lobby recibiendo a los recien llegados, diviso a Hannity  Ollivander al fondo, junto a un ventanal que daba a los jardines con dos hombres, uno era otro inquilino del Pink Palace,  el señor Crouch  y según creía, por lo que recordaba de la ocasion que habían hecho la práctica, el otro hombre era el señor Ollivander,  padre de la joven.

     

    No quiso interrumpir ese momento,  tampoco inmiscuirse en platicas ajenas, vió  a un par de compañeras de bando, pero la Rambaldi se interesó por un hombre que iba pasando, su aroma le resultaba atractivo, además de que creía que él era de la misma naturaleza que ella. Vestía completamente de negro, resaltando el color de su piel y su cabello.

    Un elfo se acercó a ella con una charoka con copas con champagne,  la rubia tomó una y el el momento preciso que el hombre volteaba, Hannah levantó su copa hacía él y le sonrió. 

     

    @ Albus Renaldi Macnair

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