Jump to content

Kahlan Blackthorn

Magos Expertos
  • Mensajes

    13.551
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    75

Todo lo publicado por Kahlan Blackthorn

  1. El dolor era necesario a veces, nos enseñaba que las cosas sucedían por una buena razón. El verse herida, no hizo más que ensalzar sus ganas por continuar dentro de la contienda, no importaba cuanto tiempo le tomará hacerse con el libro del Druida. Estaba ahí más que nada para aprender de su pareja, probarse así mismos que no importaba quien ganará el duelo eso no cambiaría la relación sana que llevaban desde hace un mes. —Cinaede—pronunció con claridad, aunque sentía el fuego quemar parte de sus brazos. Las llamas serian apaciguadas cuando lo creyera necesario, no necesitaba curarse de una o apagar ese abrazador fuego. Un gas volvió a rodear a su pareja, colándose por sus vías respiratorias impidiendo que respirará con normalidad. Aquel veneno llegaría hasta el sistema nervioso y circulatorio eclipsando estos por completo. Sino deseaba morir, debería prestar atención a ese ataque y curarse lo antes posible. —Aguamenti—pensó la rubia apagando las llamas que quemaban su nívea piel tras tocar esas zonas con la punta de su varita, no le molestaba tener un par de rojizos en la piel y parte de esta expuesta a causa del calor que quemó la parte superior que protegía sus músculos y nervios. La sanidad llegaba poco a poco a ella, dejándola medianamente sanada. Pero no se confiaría del todo, realizando una nueva floritura volvía a pensar. —Episkey—terminando de curar el daño que tenia en su cuerpo. No quedaba el más mínimo rastro del Cinaede y tampoco del corte que se realizará con la daga. Sentirse llena de adrenalina aminoraba el dolor que debió sentir tras verse atacada con diversos conjuros y hechizos que comprometían en cierto modo su integridad. PPV- 100 PP-6
  2. Terminaba de calzarse las hombreras y los guantes, ya el resto de su uniforme estaba en su sitio. No estaba para nada nerviosa, salvo por el detalle de que su pareja era el cazador del equipo contrario y los aros que ella protegería eran el blanco que el buscaba interceptar a toda costa. El reto era sencillo, no dejarse intimidar el uno por el otro y disfrutar esa competencia que sin lugar a dudas les daría una anécdota más que agregar a las ya vividas en tan corto tiempo. — Lo importante es pasarlo bien—sonrió al ver lo guay que le quedaba ese color celeste. Resaltando el azul de sus ojos, contrastando con su nívea piel— Como en los viejos tiempos—recordaba sus años mozos como guardián del equipo oficial de Slytherin los entrenamientos, las idas y venidas entre clases, t.i.m.o.s y e.x.t.a.s.i.s. Pero todo sin duda alguna había valido la pena, ganándose el respeto de varios de los miembros que lograron graduarse con ella con altor honores. Las artes oscuras eran lo suyo, precisamente por eso llevaba de bajo de la túnica un par de escudos que sin duda le darían suerte en esa contienda. Quién lo iba a decir, Sly y Gry juntos bajo la misma tela. Vaya ironías del destino, pero así solía jugar este con la vida de las personas. Echando un vistazo al vestidor, no daba con el resto de su equipo y esperaba que no se demorarán mucho en aparecer. El tiempo transcurría relativamente lento, no era mala idea ir a buscar a James para desearle suerte. No la necesitaba, pero no estaba demás avivar un poco la sana rivalidad que existía entre ambos. ¿Dónde podría estar?, no sería tan difícil pillarlo teniendo un aliado como el que llevaba plasmado en el pecho. Dejaría que hiciera lo suyo y le condujera hacia donde estaba su pareja. Cubrirle los ojos sería una buena forma de sorprenderlo, pero le agradaba mejor hacer algo más divertido y que le sacará una sonrisa de los labios— Listo o no, aquí voy—se escabullía como un pequeño ratón. Era lo bueno de contar con un físico bien trabajado y flexible, ayudaba a pasar desapercibida al poder colarse entre los maderos que soportaban las gradas. Deslizándose por donde se acomodarían parte de la escuadra rival, le pillo perdido en sus pensamientos—¿Quién soy?—evitando que la viera se resguardo bajo la capucha de su túnica celeste. @@David James Dumbledore Flechas de oro
  3. @@Martin N Roses Holi :3 Pues me paso con una pequeña duda, cuando nos podremos pasar a rolear los jugadores de cada uno de los equipos por el topic de fanatismo en las gradas *-*. Dirán que ando ansiosa porque empiece esto y si, no lo voy a negar xD. En fin, ahí mi duda *-* Saludos y gracias de antemano Flechas de oro
  4. La adrenalina seguía disparada dentro de ella, no dejaba de fraguar en su mente su siguiente ataque y defensa. Su pareja estaba demostrando ser un digno rival sin lugar a dudas, pero jamás lo admitiría en su cara. En caso de hacerlo el ego que poseía el Australiano sería mucho más alto que el mismísimo monte Everest. Sintiendo como sus vías respiratorias se cerraban al igual que una puerta cuando se le coloca el cerrojo para impedir que entre cualquier intruso. Eso mismo experimento ella, pero no tardó demasiado en responder de la forma más astuta y eficaz que conocía— Anapneo—pensó aquel efecto que soltará el mecanismo que impedía que el aire entrará nuevamente en sus pulmones. Similar al tapón de una botella que al verse bajo mucha presión, no le quedaba más que salir disparado por los aires. Aquella herida no le causó demasiado malestar, ya se tomaría el tiempo para curarse y no dejar que la vida se le escapara como agua entre los dedos. Recordando el corte que se hiciera con la daga, aquel que se proyectó en la misma zona en el cuerpo de su rival. Su antebrazo fue la conexión que le ayudo a lanzar su siguiente ataque. Juramento de sangre, aquel conjuro brotaba de sus labios con una sonrisa lóbrega en ellos —Yo juro no defenderme—sentenció la Nigromante completando su ataque, vinculando de ese modo a su rival a cumplir dicha promesa. En caso de no cumplirla un nuevo ataque caería sobre el causándole más daño del que ya tenia encima. Lo mismo pasaría con ella, sino cumplía la promesa de no defenderse y solo atacar. — Curación— pensó sanando el daño que le causará el Cinaede con una herida que poco a poco fue cerrando. Estaban probando de lo que era capaces, dejando de lado los sentimientos concentrándose únicamente en conseguir la vinculación con aquel libro. La esencia más pura de los Druidas estaba a nada de caer en sus manos y no desaprovecharía esa oportunidad por nada del mundo. Realmente le divertía ver lo osados que eran a la hora de lanzarse aquellos hechizos sin pensar en las consecuencias que eso podría provocar en sus cuerpos. PPV- 100 PP-6
  5. Cada cultura contaba con infinidad de secretos y costumbres, rituales y sobre todo leyendas que pasaron de generación en generación. Se había especializado en varias, gracias a su nexo con las runas antiguas. Cada una de ellas, le enseñó a ver que lo elemental de las cosas, no era necesariamente lo que les dio origen. Ella misma lo vio dentro de su visión, aquel dragón avivando con el fuego de su aliento, la hoguera que permanecería encendida por siempre. Eternidad era lo que muchos de esos pueblos obsequiaban con sus relatos, conexiones entre seres que no nacieron en esos tiempos, pero que por una extraña razón se encontraría en el presente. — La razón no la tengo del todo despejada, claro que me lo he preguntado—sonrió al responderle. Para ella igual era un enigma que debía develar al lado de su pareja, dando con el origen del tatuaje en cuestión. ¿Por qué apareció justo después de su charla en la gala de Halloween?. No era visible, pero existía desde ese cruce de palabras, para después en la gala de navidad plasmarse de forma más nítida y palpable. Posiblemente el confesarse que sentían lo mismo, le activo de algún modo. Relacionándolo con un mecanismo que dispara alguna clase de defensa o ataque, pero si se trataba de una treta de cupido, le resultó sin lugar a dudas a pedir de boca. La taberna jugó también un papel importante, ahí fue donde ella vio como el par de alas se elevaban y se agitaba. Además el calor ese calor abrazador que quemaba su pecho, pero no le causaba ninguna clase de malestar. El par de alas estaban en sus cuerpos por una sencilla razón, el amor que se profesaban mutuamente. No existían las casualidades cuando se trataba con el dios del amor Eros. No descartaba que cupido hubiera metido las manos, pero se decantaba por fiarse más por deidades respetadas a través de los tiempos. Cada encuentro marcaba la líneas que le daban vida a las alas, apareciendo justo en momentos especiales para ambos. Porque cuando estaban dentro de la misión en aquel edificio, no se plasmó un nuevo par. Era extraño, sumamente extraño que en casos puntuales y especiales, aparecieran como si les anunciarán que el lazo que les unía se fortalecía cada vez más. Las aventuras no quedaban descartadas, justo ahora estaban a nada de emprender una e ir en busca de la pieza que buscará completar el puzzle que era aquel precioso grabado en sus pieles. — Lo es, porque lo comparto contigo. La ternura no es algo que se me de, creo que has podido comprobarlo en carne propia—le miraba fijamente. El sabía que la frialdad era lo primero que la Vidente proyectaba de su persona, secundado por ese poder que le daba una fuerza arrolladora capaz de destrozar todo a su paso. Pero tenerle ahí cerca de ella, indudablemente desempolvaba esos sentimientos que creía muertos y enterrados en lo más profundo de su ser. Nunca le había ido de maravilla en el ámbito amoroso, pero James era completamente diferente a todo lo que conoció o creía conocer respecto a ese tema. Con el no tenia miedo de mostrarse amorosa o romántica, tampoco molestarse por el que dirán si la veían con esa clase de comportamiento. El tatuaje era la muestra viviente de todo aquello, si no existieran esos sentimientos entre ellos. ¿Para que molestarse en aparecer en una fecha tan especial y conmemorativa para ambos?. Los dioses antiguos solían actuar de maneras sumamente misteriosas, dejando huellas por los sitios donde habían pasado en algún momento. Irlanda era parte de ese mapa, pero el resto estaba por develarse en un largo periodo de tiempo. Todo a su paso, nada demasiado apresurado, pero tampoco lento. Se separo por un breve instante de ella, no pudo evitar notar que las cosas explicadas por la Neozelandesa, le generaron más de una duda. Estaban ahí juntos en todo momento, descubriendo ese misterio que giraba entorno al grabado conformado por las alas y en el centro de este aparecería un dragón colacuerno húngaro. Esto una vez que todas las piezas que le rodeaban, aparecieran en diferentes lugares que la pareja visitará. Posiblemente la gala de San Valentin, daría paso a un nuevo par de alas, no lo podia dar por sentado, pero la idea le entusiasmaba en verdad. Confiaba plenamente en las capacidades de ambos, nada impediría que desenmarañan ese misterio, dando finalmente con la llave que abriera la puerta que les daba acceso a las piezas restantes del puzzle. — Yo también iré contigo hasta el final. Siempre y para siempre, claro que lo sé y nunca lo olvidaré. Si, si lo creo. Confío plenamente en nosotros y en lo que somos capaces de hacer juntos, aunque no voy a negar que llevas parte de razón en tus palabras—respondió mirándolo fijamente. Entendía a la perfección los temores que ambos experimentaban, empero no podían dejarse amedrentar por eso y dar un paso al costado. Eran leyendas, si pero varias de ellas tenían algo de verdad en la historia que relataban. Y las deidades solían confabularse en pro de aquellos que se lanzaban a la aventura sin pensar en la derrota de manera anticipada. Si no daban con ellos, no importaba, al menos pudo tenerle con ella en un sitio que quedaría grabado en la memoria de ambos. Tomaba su mano tras sentir como sacaba un mechón de su cabello, dejando libre su hermosa faz para que él pudiera admirarla. Notando un gesto que le daba a entender que la veía como algo fuera de este mundo, no era una diosa como tal y si lo fuera, no le sorprendería en lo más mínimo que ese tatuaje estuviera en sus anatomías. Pensándolo bien, quizás ambos tenían algo de dioses en ellos y la conexión con esa criatura lo confirmaba indirectamente. — Si vas a donde vaya, dalo por sentado. Tendrás el premio que quieras, no te negaré nada en esta ocasión—bromeó al recordar que le dijo que iría con ella sin chistar. Lo vio perder la mirada en la maravillosa postal que era ese paisaje, rodeado por diversa vegetación. Lo que más llamaba la atención era el brillo que brotaba de las montañas que le daban esa forma de ser casi un circulo perfecto, invitándoles a perderse en la inmensidad de los caminos que se abrían ante sus pies. Sin duda alguna la hermosura de cada sitio visitado por la pareja se intensificaba al estar los dos dentro de este—El premio me lo he llevado yo, al tenerte a mi lado en tan poco tiempo. Yo tampoco estoy segura de lo que pueda pasar y como dices, no importará si no damos con ese par. Tenemos tiempo de sobra para buscarlas y completar nuestro tatuaje, no creas que he olvidado ese plan de las estatua de dragones—quedo en silencio al escuchar su confesión, intentando contener la emoción que eso provocará en ella— Yo también lo tengo más que claro, siempre estaré contigo. Te amo...—le respondía sin dejar de mirarlo. La sinceridad hablaba en esos momentos, dando paso a una confesión que llego en el momento indicado y en el sitio ideal. — Nunca está solo, no lo he dejado desde que me lo diste en la taberna—admitió. Dormía con el pequeño abrazado a su pecho, cuidándolo tal y como se lo había prometido. Sacándolo de su mochila se lo mostraba sujetándolo con cuidado. No lo dejaría caer por nada del mundo— Aquí esta sano y salvo, debo decir que he sido una madre excelente con él—presumía de sus dotes maternales. Sin lugar a dudas ese huevo de dragón, se había transformado de un momento a otro en otro nexo entre la pareja @@David James Dumbledore
  6. El accionar de su rival había sido astuto, pero no lo suficiente. Tenía una herida critica en el cuerpo y era mejor que sanará la misma antes de verse abrazado por la muerte. Ella simplemente se limitaba a actuar del modo que siempre lo hizo en batalla, no existían sentimientos o nexos que le impidieran reaccionar como una guerrera en toda la extensión de la palabra. La diversión se hizo presente dentro del escenario, no le encontraba el menor sentido a tener que seguir todo por la vía de la frialdad o la maldad pura. Siempre venía a bien una chispa cómica y el Australiano se la otorgó tras lanzarle aquel conjuro. Lo que siguió después nadie se lo esperaba, pero sin duda le sacaba una sonrisa al dejar escapar esa palabra de sus labios—Avis—en lugar de aparecer una 12 de cuervos, salieron de la punta de su varita varias ranas de chocolate que saltaron como locas sobre el suelo. Pero el momento afable y chusco se desvaneció ante los ojos de los dos mortifagos. Recobrando la compostura pensaba con malicia Daga del Sacrificio, apareciendo en su diestra aquel afilado objeto que resplandeció como lo hacia el astro rey al encontrarse en el punto más alto—Immolo Oppugnare—agregó sacrificándose para agredir. Infringiéndose un corte profundo en la zona del antebrazo, deslizando la hoja por su nívea piel, abría un surco similar en la extremidad de su contrincante y ambos sangraron al mismo tiempo. Estaba aplicando todo lo aprendido durante sus años de duelo, no actuaba solo por instinto, sino porque las criaturas tatuadas en su espalda se lo demandaban. La sangre escurría por su brazo, dando un ligero latigazo con su varita pensaba con calma un—Episkey—sanando esa zona dejándola como nueva. Sin sacarle los ojos de encima al castaño, esperaba paciente su defensa. Conocía bien de lo que era capaz en apariencia, no le extrañaría en lo más mínimo que deseará colocarle en alguna clase de predicamento o intentar frenar sus feroces ataques. Estaba ahí para llevarse con ella todo lo que el libro del Druida otorgaba y no cedería un solo centímetro en su afán por concretar dicha misión. El tiempo transcurría lentamente a su parecer, quizás más pronto que tarde alguno de los dos terminaría con daños graves en su persona. Más no consideraba que estos les implicarán tener que ir a San Mungo por una curación mucho más exhaustiva o de cuidados intensivos. PPV- 100 PP-6
  7. @@Martin N Roses Holi de nuevo *-* Pues me paso con una consulta sencilla, no veo los horarios que se aplican para México y como andaré pendiente de está actividad deseo tener claro ese dato. Saludos y gracias de antemano Flechas de oro
  8. @Gahíji Buenos días Vengo con una duda respecto al uso de un hechizo que deseo aplicar dentro del duelo que tengo en la prueba del Libro del Druida. El Uzza ha dado un escenario y me he regido por este a la hora de responder. Pero al momento de usar el Fulgura Nox, puedo colocar que el mismo cambia y vamos hacia el presente, pasado o quizás el futuro. Estaría permitido realizarlo o queda restringido su uso, al menos como yo deseo manejarlo. Saludos y gracias de antemano
  9. @@Martin N Roses Holi :3 Pues me paso con una duda que me ha surgido, yo me anote como guardián del equipo Jupiter Justice. Además de colocar mi posición secundaria como cazadora 3. Vi que Anthony pidió esa misma. ¿Qué sucede en este caso?. El o yo nos quedamos con esa segunda posición o no afecta en nada la petición que el realizó dentro de su inscripción. Saludos y gracias de antemano por la respuesta Flechas de oro
  10. Su plan había dado resultado incomodando a la persona que fisgoneaba desde la rendija de la puerta. No quedaba la menor duda de sus habilidades para percibir esa clase de detalles insignificantes, pero ante todo les colocaba con dos pies delante de los sujetos que amenazaban a sus compañeros de bando. La idea de James era perfecta, para sacarse de encima, al chismoso. Darle una buena paliza, pero sin la necesidad de emplear la magia y de paso colarse sin mayor esfuerzo a ese departamento, dando quizás con una vía de acceso más segura y que les mantuviera alejados de la mira de los francotiradores. Le admiraba ver como los muggles deseaban ir por encima de los magos y brujas, lastimosamente jamás podrían descubrir con claridad los verdaderos planes de esa comunidad que ahora luchaba contra los tiempos difíciles que se avecinaban. Las guerras venideras estaban dando muestra del daño que causarían, separando a dos fracciones que en algún momento se beneficiaron entre ellas. La magia no podía llevarse bien con los muggles y viceversa, no sin tener que pelear siempre por demostrar quien era mejor o dominaba todo lo que les rodeaba. — Apoyo tu idea, pero...—le miraba fijamente— ¿Quién abrirá la puerta sin hacer el menor ruido?, ¿Quién correrá para golpearlo?—las preguntas quedaron flotando en el aire. Había un detalle que no consideraron a la hora de fraguar su plan, ¿Cómo podían asegurar que el sujeto no estaba armado o había enviado alguna señal de alarma hacia el exterior?. Aquella posibilidad le caía como un balde de agua al par de mortifagos, debían hacer silencio e intentar escuchar si alguna clase de ruido provenía del interior del apartamento. Ella se mantuvo abrazada al Australiano, no deseaba levantar ninguna clase de sospechas o verse sorprendido por algún interrogatorio, si cualquier sujeto entraba al edificio. — Esto se complica, no puedo escuchar nada de nada y ¿tú?—susurró sintiendo un ligero escalofrió subir por su espalda. El silencio se había apoderado de todo, ni el más mínimo susurro proveniente del exterior se colaba por las hendiduras de las paredes. La estructura, no estaba en su mejor estado y eso quedaba a la vista— Sigamos con tu plan, no queda de otra que arriesgarse y ver lo que pasa—su voz estaba desprovista de toda emoción. No le generaba el menor temor tener la mira de una M110 Semi-Automatic Sniper System, apuntándole directamente en el pecho. Los riesgos dentro de esa misión los conocían y era mejor hacerse a la idea de que cualquiera de los dos podría resultar herido o en el peor de los casos quedarse sin magia momentáneamente. — A la cuenta de tres...—apretando la mano del Tempestad, confiaba en las habilidades de ambos— Abro la puerta y tu corres para golpearlo, estaremos bien...—mirándolo por última vez antes de avanzar con sigilo por el pasillo. Deseaba tanto poder usar su varita, maldecía verse atada de manos y no hacer las cosas de otro modo. Sin perder el hilo de las cosas, no perdía la concentración centrando sus sentidos en percibir alguna clase de ruido o murmullo. Nada de nada, al menos un problema menos del cual ocuparse de momento. Flechas de Oro @@David James Dumbledore
  11. — Lo hubiera hecho, pero no me apetecía bailar en realidad—respondió con cortesía. Devolviendole la sonrisa, no pudo evitar imaginárselo bailando mejor que cualquier otro, no porque pusiera en duda sus cualidades, sino que no le calzaba la idea de verlo en esos menesteres— Ya tendré la oportunidad de comprobarlo en otro momento—soltó sin poder dar con el momento exacto de su última danza. Posiblemente dicho suceso quedo sepultado entre la inmensa cantidad de polvo y cosas que era una parte de su memoria. Ático improvisado para depositar ahí lo que consideraba banal o sin sentido, manías que adquirió con el pasar de los años. El conceder deseos, no era para nada su especialidad. No contaba con una lampara mágica donde meterse y esperar a que la frotarán para salir y decir con ademán cómico, “¿Que deseas?”. Aquello le genero una extraña pero catártica sensación en su interior. Jamás sintió que existiera nadie mejor que ella o pudiera competirle codo a codo, siempre se destaco por ser autentica y poseer una personalidad incapaz de ser imitada por las malas copias que solían pulular por algunas zonas del mundo mágico. El provocar celos era algo que tenia en su ADN, pero nunca uso esa arma porque la consideraba baja y poco inteligente. Poseía un lado vengativo y asesino, pero ese no se despertaba tan fácilmente. No si sabían que era mejor no meterse con ella, guardando una distancia moderada. Celos o no celos, la persona que los sentía con respecto a ella perdía su tiempo en juegos baratos. La Vidente, no los experimentaba desde hacía muchos años y no caería en ellos ni por error, sabía lo que valía y eso le daba una seguridad que podía ser comparada con el ego que poseía. — No te creo capaz, no te atreverías a herir a Ada con ese comentario—consideraba a la joven una chica muy especial y amable para con los que le rodeaban. Poco o nada conocía de ella, pero la tenia en buena estima. Considerando una falta de elegancia de su parte, emitir ese comentario. Pero a lo hecho pecho, no podía retractarse y aunque lo intentase, le resultaría falso y poco creíble. Si tenía tiempo le agradecería por la invitación y de paso le entregaría el obsequió que compro especialmente para ella. — No te diré nada, descúbrelo cuando estés solo, completamente solo y nadie pueda ver lo que contiene—sonrió dejando un beso en su mejilla. Era una mujer adicta al misterio, casi siempre eso era lo que se reflejaba en su marmóreo y angelical rostro, La faz perfecta para tantear a cualquiera y dejar sus verdaderas intenciones ocultas hasta el momento en que ella deseará develarlas. Su pregunta había quedado flotando en el aire, cuál papalote que es sujetado por una cuerda que le permite elevarse al vuelo. Le restaría importancia a eso, posiblemente deseaba mantener el misterio sobre el sitio al cual, le estaba llevando. La capa de invisibilidad, ya no les protegía de las miradas indiscretas y era porque se encontraban solos en esa parte del castillo. Ahí delante de ella una hermosura vuelta osito, encantador con cada uno de sus movimientos, recostado contra el tronco del árbol, dando una postal digna de recordar sin lugar a dudas. Jamás se imagino que compartiría esa clase de secreto con ella, había escuchado de las habilidades de esos seres Pero jamás pudo comprobarla del todo, aunque ella tenía un par dentro de su residencia en Nueva Zelanda, nunca profano el sitio que destino para ellos. Estar cerca de un lago sin dudas el daba la libertad de nadar o refrescarse, posiblemente hasta de chapotear buscando sacarse el calor de la primavera. El sitio por demás era hermoso, ideal para pasar un rato ameno en compañía de una persona especial sin duda. — No estoy del todo segura—respondió sin sacarle los ojos de encima al osito. Algo en el cautivaba a las personas que se posaban delante de el para admirarlo— Me dirás que eso o debo descubrirlo por mi cuenta—en está ocasión dejaría que el juego fuera más allá y no lo cortaría de tajo. Flecha de Oro @@David James Dumbledore
  12. La hidra se removía en su piel al mismo tiempo que lo hacia la quimera, ambas criaturas mitológicas estaban conectadas con los nervios y músculos que la hacían despertar de forma irremediable su vena asesina. Matar por matar, ya no era un deleite para la Nigromante, sino todo lo contrario infringir el mayor daño en su rival, ya fuera de carácter físico o psicológico. Recuperaba poco a poco la vieja escuela, enseñanzas que le otorgaron sus maestros dentro de Escocia y Ayr, aquel sitio que siempre sería su cable a tierra. Había aprendido las lecciones impuestas por el Uzza, ahora su concentración estaba en ligarse a ese libro costará lo que costará. Su varita se materializó en su mano, aquella arma que desde siempre, le sirvió para darles sendos castigos a sus enemigos— Aplicar lo aprendido y ponerlo en práctica—reseteándose por completo, no quedaba nada de lo sucedido dentro del volcán. Ahora el escenario era mucho más dantesco y amenazante, para ambos duelistas. Ella conocía muchas estrategias para ponerlas sobre la mesa, Hysy no estaba en casa, pero siempre le dejaba un recordatorio de su existencia dentro de la Nigromante. — Compasivos y beligerantes—exacta apreciación que escapaba de sus labios. Aquel retumbar de los tambores se intensificaba con cada respiración, bocanada amiga que buscaba escapar liberando la tensión de la olla a presión que en esos momentos era su cabeza— Calma relativa antes de la batalla—pérdida en ese trance, no encontraba el camino que le llevará por una opción diferente. Las cabezas de la hidra se agitaban con violencia sobre la nívea piel de su espalda, acompañadas por los rugidos de la quimera que amenazaba con clavar sus colmillos en la carne que le pusieran delante de ella. Sus ojos eran un par de afiladas dagas destellantes, dejando en claro que el que avisaba no debería ser considerado un traidor— A lo que vine—terciando en sus labios aquella lóbrega sonrisa que le acompaño desde que tuvo memoria. Sintiendo un choque eléctrico, al rozar con la yema de sus dedos la empuñadura de su varita, no olvido dar un vistazo a todo lo que le rodeaba. Los jeroglíficos le recordaron el grimorio que le obsequiará el Arcano de Nigromancia, aquella habitación emanaba una magia que eclipsaba los sentidos de cualquiera. Los guardianes silenciosos que poco a poco cobraban vida, si por descuido se cruzaba la mirada con estos se acabaría firmando una sentencia de muerte premeditada— Pueden ser un arma o un escudo—la frialdad que brotaba de sus palabras, no le permitía sentir más que las ansias de lanzar su primer ataque. Las momias le daban el toque final, mausoleo improvisado para cualquiera de los dos alumnos, caer frente al otro, no era una posibilidad sopesada con antelación por la fémina. — Pelear es todo lo que queda—cerrando sus ojos abrazaba a las dos criaturas dentro de si, dejando que chocarán de forma irremediable. El colapso derivo en la vena asesina que palpitada desde su cabeza hasta la punta de sus pies— Listos o no, ya debemos dar comienzo—dando una ligera cabezada, le daba la bienvenida a su rival. La educación y buenos modales ante todo, la distancia era de siete metros y medio entre ambos hechiceros. — Cinaede—soltaba como si se tratará de una flecha envenenada aquel ataque. El efecto fue inmediato sobre el Dumbledore, viéndose rodeado por un gas que penetro en sus vías respiratorias, cortando el flujo de aire y para rematar su obra maestra se deslizaría hasta su sangre provocando que se paralizará su sistema nervioso y circulatorio. La osadía en sus acciones era demasiada, pero la asesina que actuaba en esos momentos, no sentía el menor remordimiento, sino que se dejaba llevar por sus tatuajes en la espalda. — Ignea—dando un fuerte latigazo con su varita pronunciaba con claridad aquel hechizo, brotando de la punta de su varita una lluvia de lirios de fuego. Impregnándose en toda su anatomía, estaría a salvo de cualquier clase de ataque que se viera relacionado con el fuego. Mirando en todo momento hacia el frente, no perdería de vista a su rival, no deseaba tener sorpresas inesperadas o que arruinarán sus planes de hacerse con el conocimiento del libro del Druida. PV: 100 PP: 6
  13. La inteligencia nata, no era un rasgo demasiado común en todos los magos. En sus años dentro del mundo de la enseñanza, tuvo la oportunidad de toparse con infinidad de sujetos, algunos que alardeaban demasiado de los conocimientos que poseían y otros preferían mostrar un perfil bajo. Ahí lo interesante de la Aritmancia, ciencia que junto con la Aritmomancia estudiaban la magia de los números y las formas geométricas. — Sabe lo elemental, no hay que intentar sacar más información de la que posee—aquel mensaje era claro y directo. Los números y los signos eran capaces descifrar la vida de una persona. Desde el día que nació hasta el que cometió su primer acto bondadoso o un atraco descarado en contra de la comunidad mágica. Acourt era la clase de malviviente que se las daba de poseer más poder de que muchos creían, pero ante sus ojos Kelly era otro cantar. Pantallas armadas por el mismo destino, para destantear a los que les seguían la pista muy de cerca. Un fractal se proyectó sobre la pared, dándole el dato que ansiaba poseer sobre Kelly. La perfección en cada uno de sus movimientos, no dejando en su camino un solo cabo suelto. Sin lugar a dudas era un mago Aritmantico o al menos tenía una vaga noción sobre dicho conocimiento— Muy astuto malnacido—la voz de la fémina sonaba desprovista de toda emoción. Le asombraría más estar delante de un ignorante en potencia. Matthew estaba concentrando en obtener la información de primera mano, no le echaría en cara los métodos que empleará para hacerse con ella. El espiral le proporcionó la osadía necesaria para plagar de falsas pistas sobre su paradero parte de Londres, haciendo que estas girarán sobre su mismo eje. Pero al mismo tiempo pudieran expandirse y llegar más allá de los sitios donde se le vio por última vez. Y el símbolo del infinito que llevaba tatuado en el cuerpo, remato todo su plan siniestro. Dándole el control sobre el día y la noche, pasando entre la vida y la muerte, haciéndose aliado del ying y el yang. Colocando dentro de una balanza, perfectamente equilibrada a su conveniencia. Kelly no era más que un peón en las manos de Jamie y no se había dado cuenta de que el perdería su libertad por creer falsamente en las artimañas de un Aritmantico sediento de poder y codicia. Lo encerrarían dentro de un cubo de cristal, aquel que se semejará a la prisión que le impidiera seguir causando más daño— Ya casi es hora—tomando su varita dibujaba un cuadrado perfecto sobre la pared. Dejaría que las leyes universales de la magia se hicieran cargo de todo restableciendo el orden y la armonía. Dejaría que Black actuará según sus impulsos e instintos, dándole luz verde para matar de ser necesario. Nadie echaría en falta un agente como eso, escuálido y sin la menor gracia en su persona. Era como tener delante un paño que solo servía para limpiar la suciedad de una mesa y tras cumplir con su cometido podría ser lanzando sin el menor remordimiento a un tacho de basura. @@Matthew B. Triviani
  14. Poco a poco los recuerdos de Escocia se volvieron más nítidos dentro de sus memorias, pasajes que creyó olvidados. Pero que ahora retumbaban como los tambores de guerra de su antiguo escuadrón. McLaen estaba ahí a su lado sujetando con firmeza una afilada espada, reluciente como una dentadura recién cepillada con ahínco. Su cuerpo se vio abrazado por esa vena guerrera que permanecía dormida en su espalda, reflejo de eso eran el par de tatuajes que tenía plasmados en esa zona de su cuerpo. Hidra y Quimera, añorando al Kraken y a Yamata-no-Orochi. Compañeros inseparables de guerra, echaba de menos verse envuelta por la bravura que brotaba por sus músculos. Fortaleza que siempre les encaminaba por la senda de la victoria, ahí delante de sus ojos nuevamente se veía amenazada por las Flecha de fuego, extrañamente no le desconcertaba el accionar del Uzza, Si el fuego era el elemento que este dominaba, no le quedaba otro remedio que emplearlo contra sus alumnos. Ladeando la cabeza centraba todas sus energías en una defensa que fuera eficaz y no le complicará demás el panorama. — Si seguimos así, no falta mucho para que me convierta en un alfiletero ambulante. Y esa idea no me agrada—bromeó sintiendo la adrenalina recorrer cada poro de su cuerpo. Aquel choque irremediable entre la Hidra y la Quimera, desatándose esa fuerza destructiva que arrasaba con todo a su paso—Obsistens—invocando un cerco que le rodeo por completo. Impactando en este las flechas, provocando un sonido sordo al chocar con el escudo que protegía a la fémina, asegurándose de no recibir el más mínimo daño tras el ataque lanzado por esos guerreros custodios. La arena de hechicero sin duda, le imposibilitaba ver claramente lo que ocurría y por eso reaccionó con inteligencia. No le restaba importancia, pero ahora el gas de Cinaede se colaba por sus vías respiratorias. Era como tener un par de manos alrededor de su cuello, apretando con fuerza disminuyendo poco a poco sus fuerzas, luchando con los tentáculos del Kraken, no le quedaba otra más que reaccionar con astucia, moviendo su varita con elegancia—Anapneo—cerrando sus ojos pensó aquel conjuro que liberaba dicha presión, dejando libre acceso para que el aire se colará por sus fosas nasales y golpeará como la porra de un troll sus pulmones. Poco a poco el color volvía a sus mejillas, dejandole un espacio breve para poder sobreponerse. Se mantuvo erguida aún con el recuerdo latente de su última batalla dentro de Ayr, Reino Unido, tras cumplir su entrenamiento en el dominio de la espada y otras clase de armas. No necesitaría permanecer más tiempo en ese recuerdo, desprendiéndose de este volvía a estar dentro del volcán. Las cámaras estaban sin duda plagadas de diversas defensas, aquella donde se encontraban guerreros que al ver profanado el sitio atacaron sin reserva alguna. El siguiente en crear un Fulgura Nox era el único hombre dentro de la clase, ya se varía lo que le tenía deparado el Uzza tras crear dicho portal.
  15. Jupiter Justice Posición: Guardián insertar nombre | Reflejos 14 - Volada lateral 12 Posición Secundaria: Cazador 3 insertar nombre | Agilidad 8 - Defensa 10 - Disparo 16 - Efecto Finbourgh Disponibilidad: Alta Espero que este correcto, saludos :3. Gracias a Mica & Martin por ayudarme a decidirme xD. Flechas de oro
  16. @@David James Dumbledore Las de dragón molan porque son imponentes, pero si las otras si te dan el poder de volar y todo eso, creo que se pueden definir como mas o menos geniales xD. Parece que deseas volar muy alto por lo que veo xD. Me quedo con la frialdad como que pega con mi personalidad, además me gusta la soledad xD. Aunque no viene mal venir a hacer travesuras a esta sala común de Gry xD. Lo caliente no solo suele estar en la fogata jajaja. Mi mente cuenta con muchas barreras, dudo que des con esos planes tan fácilmente Me mantengo en lo dicho, no me harás cambiar de idea xD
  17. @@David James Dumbledore No, no deseo plumas. Las escamas molan y las alas de dragón también, creo que me quedo con eso sin duda. Nunca hay drama, ahi lo interesante xD. Yo me quedo con la genialidad de mi Sc de Sly, creo que tu ego es más alto que todas las torres del mundo juntas . El sufrimiento no tiene una definición exacta, pero quizás si, quizás no. Por eso voy a pensar lo de esos planes con mucha calma y varios factores van a determinar de que clase serán . El misterio suele ser una buena arma xD. Yo digo que si y me mantengo en lo dicho :3
  18. @@David James Dumbledore Acá el que tiene plumas es otro, te recuerdo que el que dejo la orden fuiste tu xD. Yo jamás la he pisado, ni de broma Así que cualquier pluma o rastro de ella, tu me lo pegaste ¬¬. Shu, shu no deseo tener tus plumas en mi ropa o en la piel . JAJAJAJ, tu humilde. Vaya que me habéis hecho reír en verdad. El siguiente paso es aceptar que ando con un hombre que tiene el ego más alto que la torre de astronomía Claro, yo aprenderé. Es buena idea patrocinar a alguien que se conozca, no se lo voy a pensar xD. Ya veré que tanto me conviene que sean planes buenos y no malos y llenos de cosas que te pueden hacer sufrir Mi regalo es mejor, pero jamás lo admitirás :3
  19. Primer Ministra de Nueva Zelanda La sangre que le corría por las venas, jamás se había desperdiciado en vano. Tenía una alianza con Alemania y eso no se podía poner en duda, pero firmar con sangre eran palabras mayores. Nueva Zelanda iba a su ritmo controlando parte de Oceanía, sino fuera por su alianza con Australia, no tendría con quien compartir todas las riquezas que poseía dentro y fuera de su territorio. — Lo siento, pero eso no será posible. La alianza es de palabra, le ofrezco a mis fuerzas armadas—sentenció endureciendo su mirada— A mis espías, si lo desea. Pero mi sangre, no se la ofrendo a nadie que no sea yo misma—la Nigromante era sincera. Enfrentarse los enemigos de su causa, si era importante para ella. Contaba con el apoyo del Parlamento de su país, sujetos que eran capaces de cortarse la cabeza con tal de no perder a una aliada tan poderosa. La primer ministra era una fuerza destructiva incontenible, capaz de arrasar con todo lo que se le cruzará en el camino. — Los planes pintan de lo mejor, pero...—cavilaba con calma todas las posibilidades de ganar o perder. Ella jamás perdía esa palabra, no se encontraba dentro de su diccionario y tampoco incrustada dentro de su ADN. Desde siempre obtuvo lo que deseaba, no importaba el tiempo que le tomará hacerse con ello. Control, poder, riquezas, cualquier cosa llegaba a ella a manos llenas. Pero en la guerra era otro cantar, viéndose orillada a masacrar a todo aquel que osará plantarse frente a ella. No solía matarlos por placer, sino por cumplir una orden. Ordenes era lo que más detestó dentro de sus años en la milicia, acatar todo lo que le dijeran sin poder cuestionar nada. Hasta que pudo ascender hasta el rango de capitán general, aquello si que dejo a más de uno con la mandíbula dislocada por la sorpresa. Una mujer como ella dando ordenes a pesar de haber abandonando su destacamento, avanzando a pasos agigantados dentro del bando que le legarán sus padres. Poco o nada recordaba de ellos y lo consideraba mejor. — Alianza sin sangre de por medio o no hay alianza posible—objetaba sin perder de vista los gestos del Canciller. Sabía como imponerse de un modo diplomático, aunque eso jamás le terminaba de calzar del todo— Es mejor que se manejen las cosas como todos lo deseamos, no nos viene bien tener fracturas dentro de este grupo o ¿si?—se acomodaba en su asiento. La frialdad que brotaba de sus ojos era capaz de congelar el mismo infierno, si lo deseaba. Apareciendo una copa en su mano bebía con parsimonia el bourbon, esperando una respuesta a su demanda. Intentando no dejarse arrastrar por los recuerdos que cada tanto solían proyectarse en su memoria. Aquella unión entre las dos criaturas que llevaba tatuadas en alguna parte de su cuerpo, plus que potenciaba cuando lo consideraba pertinente. Sus ojos se cerraron por un breve instante, intentando apaciguar al par de fieras sedientas de lamentos y dolor, porque no mataría a un solo muggle, no claro que no. Porque antes los sometería a las peores torturas que hubieran experimentado en sueños, clavando su afilada daga en la medula de sus huesos. Aquella arma que le acompañará en sus andanzas por el mundo, porque la del sacrificio la mantenía reservada para ocasiones especiales. Se admiraba así misma viéndose como una enemiga sumamente peligrosa, para el bien común era viable tenerla como aliada y frente de guerra que seria imposible de destruir con el primer golpe lanzado sobre su anatomía. La sangre que le deambulaba por las venas era fría como una noche de invierno, pero si se lo proponía podría elevarla hasta quemar la piel de aquel que osará tocarla. Todo eso lo aprendió en sus años dentro de Escocia, no le alcanzaría la eternidad para agradecerle todo lo obsequiado a esos seres que luchaban sin perder el objetivo.
  20. Encuentro la pagina del libro sin problemas La suerte había estado de su lado, dejándose llevar por sus instintos avanzó hacia el primer piso dando con la primera pagina del libro. Se sentía satisfecha de momento, pero eso no le sacaba de la cabeza que aún quedaban una sarta de obstáculos, caminando hacia la escalera de caracol se despedía con una venia del primer piso. Le resultaba curioso, no verse frente a las doxys, justo porque no contaba con el remedio eficaz contra esos seres que consideraba una verdadera plaga. — La magia suele dar toda clase de sorpresas—asintió subiendo al segundo piso. Ahí posiblemente no le iría del todo bien, pero antes de apresurarse dejaría todo en manos del destino. Aquel viejo amigo que solía darle una mano, aunque no sin cobrarle algo a cambio. Su varita se mantenía quieta en su surda, analizando y recordando los simbolos de cada una de las puertas. Atesorar esa clase de datos, no deberían ser pasados por alto. Respiró profundo, ansiando dar con otra tirada de dados, aventurándose a que todo le jugará en contra o a favor. Su cuerpo estaba ligeramente relajado, pero algo dentro de ella se revolvía como lo hacen las abejas dentro de un panal. La reina posada en su trono y el resto de ellas, entrando y saliendo llevándole tributos que disfrutaba luego de matar al zángano en turno. Eso sin duda le recordó su conexión con Hysy, lienzo blanco a nada de ser arañado por un fino pincel. Ladeando su cabeza se sentía mucho más comoda de un momento a otro, increíble la sensación de poder que le daba pensar en hacerse con las paginas del libro del poderoso e invencible Albus Dumbledore. Recapitulando no era solo el poder, sino algo más allá de lo que muchos intentarán entender — El silencio se aprecia—perdiéndose en sus pensamientos. Esperaba esa señal que solía brotar de lo más profundo de su ser— Todo por salir de aquí sin el mayor daño—siseó dibujándose en sus labios una lóbrega sonrisa.
  21. — Puede aplicar lo aprendido, no existen lintes para la Aritmancia. Si posee conocimientos que deba emplear a su favor, hágalo no lo dude— respondía ascendiendo por un par de escaleras. Tras apearse del elevador , le gustaba el control que tenía en cada uno de los pasos que daban dentro del pasillo de ese recinto. Kelly era el objetivo de la Nigromante,, moverse como una serpiente para dar con su rastro y luego de eso ponerlo en el sitio que se merecía. Dar una falsa pantalla a la hora de prestar ayuda a las autoridades, no siempre era del todo sensato. Pero nadie sospecharía de un par de agentes infiltrados, no si portaban la ropa adecuada, además de la pose que siempre causaba esa impresión de ser capaz de matar a su propia madre. Ella era así simple y sin tanto adorno a la hora de adoptar una personalidad ajena a la propia, jugando con la mente de todos los implicados en dicho proceso. — Un pequeño detalle a considerar, existen simbolos aritmánticos que pueden serle útiles. Observe con atención y dará con ellos, esfera, cuadrado, triangulo, espiral, infinito y los fractales—comentó dejandole esa pista. Aunado a eso estaba la trinidad mágica armónica, compuesta por la magia regida por la naturaleza, el ser que era el hombre que buscaban y el espíritu aquel conocido cómo flujo mágico. — El circulo es el símbolo de la eternidad al no tener fin y junto con el cuadrado los antiguos egipcios, empleaban estos para darle representación a todas las ciencias— sabía que escuchaba cada una de sus palabras. La comunicación entre alumno y profesora, iba mucho más allá de tenerse uno delante del otro. Entre magos como ellos los nexos pasaban de lo común a lo extraordinario en un abrir y cerrar de ojos. Recordando que en la Alquimia el circulo cruzado por una línea horizontal representa a la sal, supuestamente ahí se da una mezcla interesante entre el mercurio y azufre. Sin embargo, cuando aparece sobre la parte superior del circulo una media luna y en la parte posterior una cruz. Apreciamos el símbolo que representa al Mercurio, el triangulo está asociado al hemisferio cerebral izquierdo y a la energía masculina. Se relaciona también con el número 3 y representa la divinidad. No deseaba agobiarlo con tantos datos, dando una pausa a sus pensamientos enviados al Black. Prefería de momento, intentar dar con la ubicación de tan escurridizo sujeto. Todos los criminales cometían un error al creer que podrían vulnerar a la ley. Ella no estaba ahí en compañía de Matthew, para llevarlo tras las rejas, sino para darle un castigo un poco más ejemplar y que lo enviará directo al mundo de los muertos. Actuar con cautela no era lo suyo, pero tras tener respirándole en la nuca a todos los sujetos que laburaban dentro de ese lugar, no le quedaba más que mostrar una cara de falsa bondad y cooperativismo para con esa causa perdida ante sus ojos. @@Matthew B. Triviani
  22. @@David James Dumbledore Vos tenes de humilde lo que yo de fenixiana xD. La mejor casa es Slytherin pero vos no lo admites porque si lo haces me das la razón y no estás listo para eso *-*. Yo si tengo ego y mucho *o*, creo que es de mis mayores cualidades aunque muchos lo ven como defecto jajajaja. Esa etapa fue genial, ojalá se vuelva hacer una actividad como esa. Sería increíble volver a vivirla. Pues tienen mucho que ver contigo y en muchos aspectos. Lo dudo mi regalo es único, especial y perfecto. Mucho mejor que em tuyo *-*
  23. ID: 31143 Nick (con link a la ficha): Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Juv Macnair Hasani Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2021-02-10 Objeto: Bola de Cristal Puntos: 10P Precio: 500G Objeto: Puntos: Precio: Total de puntos: 500G Total de Galeones: 10P
  24. ID: 31143 Nick (con link a la ficha): Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla): Bóveda Trastero Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Juv Macnair Hasani Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: XLII Fecha: 2021-02-10 Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio Criatura: Aethonan Puntos: 20P Precio: 1000G Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio Criatura: Puntos: Precio: Total de Puntos: 20 P Total de Galeones: 1000 G

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.