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Kahlan Blackthorn

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Todo lo publicado por Kahlan Blackthorn

  1. ID: 31143 Nick (con link a la ficha): Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Juv Macnair Hasani Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2021-02-10 Objeto: Faltriquera de Runas Antiguas Puntos: 20P Precio: 1000G Objeto: Frisbee con Colmillos Puntos: 20P Precio: 1000G Total de puntos: 2000G Total de Galeones: 40P
  2. @@Candela Triviani Holi :3. Me paso con una duda con respecto a la actividad dentro de las mazmorras grupales. Que tanto puede presionar uno de los miembros para que el resto se pase, al grado de decir que sino nos interesa pasemos de ella y pedirá el cierre. Entiendo que es por tiempos, pero esa persona en cuestión debe considerar que dicha mazmorra no es una prioridad por encima de la vida muggle o otras actividades que el resto de los participantes tienen dentro del foro. Este tipo de actitudes en mi caso generan molestia y desánimo. Porque lo pone como una obligación y no para pasarlo bien. Saludos y gracias por la respuesta
  3. —Anam Cara—siseó al sentir su abrazo contra su cuerpo. Le miraba con la misma emoción que la primera vez en aquella gala—No te comerás a mi lechuza, James—le recriminó imaginándose al pobre animal huyendo del mortifago. Escuchaba con atención su duda sobre el sitio donde estaban, no le costaría demasiado responder sin evitar dibujar una sonrisa en sus labios—Hace mucho tiempo estudie a los celta, encontré este sitio y sabía que solo lo compartiría con una persona. Tuve que esperar mucho por ella, pero finalmente está a mi lado—dejando una caricia en su mejilla llevo su mano hacia sus labios rozándolos despacio—Tú—mirando al firmamento Genbú gruño al notar a su dueña acompañada. —Parece que alguien está celoso, si he notado la similitud que tiene con nuestro tatuaje. Por eso estamos aquí, ¿no lo sentiste?—señaló el pecho de su pareja—Aparecieron durante la noche, pero no pude decírtelo. Ya que no moramos dentro del mismo sitio y no deseaba despertarte en medio de la noche—aclaró tomando la surda del castaño colocándola sobre su propio pecho—Justo ahí, no fue sencillo dar con este lugar—confesó esperando que sintiera el par de alas moverse sobre su piel. Lo maravilloso de los Celtas, radicaba en la forma en como asociaban las almas de las personas con la magia. —Somos almas gemelas, portar ese tatuaje cerca del corazón no es casualidad. Tampoco que nos hayamos topado en la Gala de Halloween y después en la de navidad—miraba con atención aquella formación rocosa. Quizás le tomaría por loca, pero tenía pruebas de lo que le acababa de relatar. Aquella leyenda celta que hablaba de las almas gemelas y como estás suelen separarse por un periodo de tiempo. Esa prueba es para aprender a convivir con su otra mitad. —Hemos vivido muchas vidas, pero ninguna juntos como ahora. Esto es parte de una leyenda, cuenta que las almas gemelas deben aprender y entender que su finalidad es estar juntas. Tu y yo, hemos aprendido todo lo necesario —tomando las manos de su pareja se volvía a perder en sus ojos—Amarnos, comprendernos, entender que somos diferentes. Pero al mismo tiempo similares, aceptando que las diferencias nos hacen crecer como un mismo ser, aquí el significado del tatuaje—le explicaba juntando su frente con la suya. —¿Escuchas eso?, dime que no es la misma respiración acompasada que tuvimos en la playa. Dime que no me sentiste aquella vez en la Dumbledore sin tener que verme, no dejamos de pensar el uno en el otro, simplemente porque cada uno de nuestros encuentros confirmaron lo que ya sabían nuestros corazones—dejando un beso en su nariz se separaba un poco de él—El otro par de alas están aquí, deben estar aquí—recordaba la hoguera. Aquel dragón que jamás dejaría de lanzar fuego para mantener su amor encendido y eterno. —Lo encontré gracias a un mapa, no me preguntes como di con el. Algo parecido al que tu tienes, pero en este no se pueden detectar los pasos de las personas. Sino el ritmo cardiaco y las sensaciones que cada uno emite o posee al estar cerca de la persona amada o a quien le interesa amar—perdiéndose en la inmensidad del cielo, anhelaba dar con el significado de todo eso. Pero con tiempo y paciencia, no deseaba descubrirlo todo de una y que se perdiera la magia que les conectaba por medio del amor. Ya tenían un par de alas, al menos eso recordaba. El primer capitulo se había escrito con su encuentro por primera vez, dándoles la oportunidad de confesarse lo que sentían y nadie podría dañar por mucho que lo desearán. —Te amo y me amas, creo que eso lo tenemos claro. Pero debemos ir en busca de dos deidades, quizás ellos sepan como obtener parte del tatuaje y nos den un premio adicional. Yo te daré uno, si me acompañas—tirando de su mano lo alentaba a seguirle—Lo prometiste, juntos hasta el final. ¿Acaso no lo cumplirás?—juntando su nariz con la del Australiano susurro sin tocar sus labios—Dijimos que haríamos lo que fuera por el otro, vamos a probarlo con hechos y me lo debes aún—atrajo a su mente el momento justo en que había matado en el nombre del amor que le tenía. No le estaba pasando la factura por eso, solo deseaba que le demostrará cuanto la amaba y lo seria capaz de hacer por ella. El amor era una entrega total, nunca lo dejaría y menos lo lastimaría. Deseaba una eternidad y un mundo entero a su lado, solo restaba poner todo en su sitio y disfrutar la felicidad que poseían entre sus manos. Estaba orgullosa de su pareja, no había nada en el que le molestará sino todo lo contrario, jamás se imagino que el destino le diera un regalo tan valioso y perfecto. @@David James Dumbledore
  4. @Gahíji Holi, buenas noches :3 Me paso con una duda que me ha surgido tras responder dentro de la clase. role que llevo dentro de mi mochila todos los elementos que trae consigo el Libro del Druida. Esto me da la oportunidad de poder emplear los amuletos y anillos que traiga o tuve que haber colocado con exactitud que uso cada uno de ellos dentro de mi rol de llegada. Saludos y gracias de antemano
  5. Estar dentro de una prisión era el menor de los males en esos instantes, no sirvió para nada concentrarse en la creación del portal. Jamás se espero verse dentro de una celda formada por la roca del volcán, sintiendo un choque eléctrico que le atravesaba desde la columna hasta la nuca. Ahí estaba la hidra dando señales de vida, agitando sus cabezas con furia emitían gritos cargados de ira. Se lamentaba por no haber centrado algo más que sus pensamientos en la creación del portal, cuerpo, alma, mente y todo lo demás. Juntos eran el conjunto perfecto, tal y como lo eran sus dos habilidades y el par de conocimientos. Cerrando sus ojos sentía esa necesidad por estallar todo a su paso, meditaba con serenidad buscando su punto medio, el centro que le equilibrará devolviéndole la frialdad que siempre le caracterizó. Nada rompería en está ocasión su concentración y nexo con el libro del Druida. Escuchando con atención las explicaciones e indicaciones del Uzza, tomaba el amuleto que no había usado con inteligencia y llevaba en su mochila, mirándolo con recelo lo guardo entre sus ropas. — Ahora no sirve de nada— ladeó la cabeza esperando que su pareja estuviera bien. Ambos eran capaces de salir bien librados de todo predicamento, pero ahora tocaba enfocarse en salir de esa prisión y evitar las Flechas de Fuego. Aquellos filamentos eran capaces de calcinar la piel sin demasiado esfuerzo, dejando además de un escozor molesto una herida que debía ser tratada con un aguamenti, para apagar las llamas. No le tocaría pasar por eso, no sin antes centrarse en lo dicho por el anciano, sujetando con fuerza y determinación su varita. Concentrarse y centrarse en la misión de los lirios de fuego, arma infalible contra la lava que amenazaba con quemarle los pies al ser un elemento no mágico aquel hechizo era el ideal para evitarla. Era bien sabido que el fuego se combate con fuego, pero ahora pondría en práctica dicha teoría. En su mente sus años dentro de las fuerzas armadas, no hicieron más que ensalzar sus ganas por demostrar de lo que era capaz. Abriéndose paso entre sus memorias, aquella rubia imponente que nunca se rendía o daba un paso al costado —Prueba o no—respiro profundo haciendo una floritura con su varita—Obsistens—pensó invocando un cerco oscuro pero luminoso al mismo tiempo. Cubriendo por completo su cuerpo, aquello era como una capa improvisada de invisibilidad, pero de otra composición. Aunque el material era oscuro como la misma noche, emitía un brillo plateado que se semejaba a un espejo al tener reflejado sobre este la luz del astro rey. Librándola con efectividad del ataque de las flechas, aquellos filamentos no pudieron tocarla, ni por error. —Continuemos con esto—elevando su varita dando un ligero latigazo con está pronunciaba con claridad su su defensa—Ignea—aquella lluvia de polen de lirios de fuego, semejaba ser como la nieve que suele caer en invierno. Pero este polvillo poco a poco se adhirió a todo su cuerpo cubriéndole de pies a cabeza, dejandole libre del ataque de la lava. Portando un traje al estilo de los astronautas, pero este era poco común y le daba una seguridad que aumentaba con cada respiración. Sus ojos se centraron en la amuleto que había dejado de lado por un momento, no estaba demás tenerlo a la mano. Ahora estaba protegida contra todo tipo de defensa carcelaria, ansiaba ayudar a James. Pero parecía que el guerrero, buscaba que cada uno fuera a su ritmo, aprendiendo como salir de los predicamentos que se le presentarían dentro de la clase. Ladeando la cabeza, esperaba verlo sano y salvo. No podía hacer nada, solo esperar y sentir ese ardor que ambos compartían y quemaba alguna parte de su cuerpo. Al final de todo eso, el Uzza encomendó a una de sus compañeras realizar un nuevo portal. Para dirigirse a otra cámara, curiosa la forma de anda de un lado a otro, aquello le recordaba un laberinto que parece no tener fin.
  6. @ Holi :3 Pues me ha surgido una duda, si yo deseo obsequiarle alguna criatura u objeto a algún usuario. ¿Cómo sería ese procedimiento?, deseo saberlo por si en el futuro se me ocurre realizar una compra y que la misma no quede en mis manos, sino que pase a las de otro usuario. Saludos y gracias de antemano
  7. ID: 31143 Nick (con link a la ficha): Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla): Bóveda Trastero Juv Macnair Hasani Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Juv Macnair Hasani Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: XLII Fecha: 2021-02-08 Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio Criatura: Snallygaster Puntos: 80 P Precio: 4000 G Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio Criatura: Grifo Puntos: 80 P Precio: 4000 G Total de Puntos: 160 puntos Total de Galeones: 8000 galeones
  8. @@David James Dumbledore No lo creo, porque las serpientes molamos más que los leones y lo sabes *-*. Perp tu ego, no te deja que lo admitas y por eso me dices eso Yo recuerdo que fui patrocinadora, pero no recuerdo de quien. Lo que si es que fue genial y esa etapa me gusto mucho . Te ganaste una buena criatura eso sin duda, además algunos de esos planes tienen que ver contigo . Mi mejor regalo siempre serás tu *-*
  9. @@David James Dumbledore Claro es la segunda mejor casa, porque Slytherin es la mejor. Ese huevo es mi consentido, pero mi favorito es quien me obsequio el huevo *-*. Está hermoso, sobre todos los colores, además deseo ver al dragón que nacerá de él. Recuerdo los LJDH, pero en ese tiempo no estaba como profesora. Creo sin duda que esa fue una buena etapa dentro de Hogwarts *-*. Ahora debe revivir como lo hace el ave fénix, ya tengo algunos planes para ello. Tú eres mi mejor regalo sin duda y nunca te perderé de vista *-*
  10. —Se que lo sabes—respondió sin sacarle los ojos de encima. El tiempo le había dado la oportunidad de conocer otras facetas de James, cada una de ellas terminaba de sorprenderla más. Le gustaba su personalidad aguerrida y valiente, matizada con esa elegancia y gargo que lo caracterizaba desde que lo conoció. Se admiraban mutuamente, sintiendo un profundo respeto el uno por el otro. Era sensato no tentar el lado malo de la Vidente y lo mismo pensaba ella con respecto al Tempestad. — Nada a cambiado, pero me di cuenta que tenerte cerca me da más que suerte—sonrió. Sintiendo que era su mantra personal, aquella fuerza que te hace levantarte en medio de la batalla, aunque te encuentres abatido y sin fuerzas para lanzar el último golpe. El Australiano era su bálsamo, cobijo que estaría siempre para ella, amuleto que llevaba plasmado en lo más profundo de su ser. Agradecía que confiará en ella plenamente, siempre estaría a su lado para brindarle una mano y su compañía por el resto de la eternidad. Eran la pareja perfecta, complementándose como lo hacen las almas gemelas, existiendo en un mismo entorno donde se potenciaban a cada instante. Dándose fuerza y renovando sus energías para enfrentarse al mundo costará lo que costará. El juego había dado comienzo, pero algo le decía que la mecánica sería diferente para el par de mortifagos. Avanzando con sigilo por el laberinto, no deseaba perderse e ir a parar a los brazos equivocados. En su pecho un agradable ardor se hizo más intenso, sintiendo un tacto conocido que envolvió su mano para secuestrarla después debajo de una capa de invisibilidad—Eres la mejor sorpresa de la fiesta, no puedo pedir nada mejor que tú—sonrió tomando sus manos colocándolas alrededor de su cintura lo sentía más cercano a ella—Así es menos probable que nos pillen, solo camina junto conmigo y será sencillo escabullirnos a donde quieras—la idea de perderse con el dentro de una sección de los terrenos Dumbledore, no le desagradaba para nada. La fiesta perdió todo toque de interés especial para la Nigromante, no deseaba ser una mal educada. Justamente por eso agradecía el accionar de su pareja, sacarla sin tener que dar demasiadas explicaciones y de paso aprovechar para tenerlo muy cerca de ella. Jamás se atrevería a rechazarlo, pero no entendía porque no le comentó sus intenciones desde el comienzo, quizás de ese modo no habrían perdido tiempo valioso que pudieron ocupar en cosas más divertidas. Las parejas terminaron formando toda una ensalada de frutas, quedando empatadas de curiosas formas. Para su buena suerte, ella no tuvo que pasar por dicho proceso y fue raptada por el único hombre que existía para ella—Como no lo sospeche, debí suponer que harías algo así. Y todo para que no me tocará bailar con un desconocido—soltó al salir del laberinto estando lejos de la vista de todos los invitados. El tenerlo ahí solo para ella, no hizo más que disparar las ideas más divertidas y aventureras que se le podrían ocurrir. Tomando su mano libre la levantó llevándola hacia sus labios, dejando un roce sobre ella, le gustaba sentir su tacto era como tenerlo adherido a su piel como el tatuaje que compartían—Claro que iré contigo, yo vine aquí para verte a ti y a nadie más. Me fascina la idea de ver lo que tienes preparado, pero antes de eso—cerrándole sus ojos con su surda, le pidió que no los abriera. — Nada de trampas, James—le advirtió dejando dentro de la bolsa de su saco una pequeña bolsita— Ábrelo cuando estés a solas, no puede verlo nadie, solo tú. Y si me anoto a tu propuesta—acercando su frente a la del castaño rozaba con sus labios los de él sin besarlo. Sabía que con ese acto le erizaría la piel al mortifago, pero de momento no habría más que eso. Aunque no podía negar sus ganas por besarlo y sabía que el experimentaba el mismo deseo—¿Qué?—se quedó de una pieza ante su pregunta—No, realmente no creo que existan problemas entre nosotros. ¿O tu crees que si?—contraatacaba con una interrogante. No podía bajar la guardia, porque la competencia entre ambos era constante y ninguno cedía un solo ápice de ventaja al otro. Estaba emocionada por lo que deseaba enseñarle, ya deseaba tenerlo delante de sus ojos. Cada una de las posesiones del Tempestad eran valiosas para la Vidente, no importaba el monto que pago para hacerse con ellas. El ponerles un nombre era un reto y ella jamás le decía que no a uno. @@David James Dumbledore
  11. La magia era sumamente poderosa, capaz de crear cosas maravillosas, pero al mismo tiempo destruir de forma permanente lo antes creado— Es como tu y yo, juntos somos magia pura— le miraba fijamente a los ojos. Deseando aceptar lo que le decía, no era aburrido llevarle la contra en algunas cosas. Pero sin duda en otras, no había forma en que ambos no estuvieran de acuerdo— Pero separados, no se que tan buena estrella tendríamos— se sinceraba. Le gustaba escuchar esa clase de reflexiones, quizás se tomarían el tiempo para charlar con más calma respecto al tema. El amor solía ser un néctar dulce que embriagaba, el paladar de los enamorados. Pero como en todo siempre existía una contra. Cuando este era usado solo para fines personales, provocando que los que se creían enamorados terminarán con el corazón hecho pedazos. Ella poco o nada confiaba en ese sentimiento, justamente por eso Hysy era la mejor forma de apartarse de banalidades como esa. Pero con James era todo completamente diferente, poniendo su mundo de cabeza gracias a la aparición de ese tatuaje sobre su pecho, prueba viviente de que lo que sentían era verdadero y sincero, libre de mentiras o engaños. La discusión sobre la ropa terminó tan rápido como comenzó, le agradaba la forma en que podían encontrar un punto medio o darle una solución madura a las peleas. No terminarían lanzándose cosas por encima de la cabeza o peor aún emitiendo una sarta de improperios que causarían más daño que el que provocaba un golpe. Le gustaba la forma en que ambos se entendían a la perfección, siendo como una veleta que tiraba para el mismo lado al ser golpeaba por el viento. — Nos dará tiempo de eso y más— respondió imaginándose la creación de esa estatua. Ya la veía tomando forma en sus pensamientos, elevándose imponentes el par de dragones. Ella recordaba vagamente un hechizo dentro de su grimorio de Nigromancia, tal vez si recurría a eso lo dotaría de magia que lo hiciera permanecer por siempre como símbolo del amor que se profesaban. Le enseñaría a James más de una forma para crear una estatua del tamaño que deseará, solo necesitaba tener bien definida la idea y la misma no tardaría en materializarse ante sus ojos. La sonrisa de su pareja iluminaba su rostro de forma especial, verlo agradecido por sus palabras era un gesto increíble e invaluable para la Vidente. Estaba en lo cierto, el Australiano era único en su especie y ella tuvo la suerte de encontrarlo en su camino, enamorándose de cada parte de su cuerpo y su personalidad. Amaba todo lo que el era, cada letra de su nombre, el más mínimo gesto despertaba sensaciones indescriptibles en su interior. Sin duda la frialdad de su personalidad se veía eclipsada por la presencia de su pareja, dejándola con la libertad de halagarlo todo lo que ella quisiera. Confiaba en que cada acción por parte del Tempestad, buscaría demostrarle que le amaba del mismo modo. No había limites entre ellos, serían capaces de todo con tal de ver la felicidad plasmada en los ojos del ser amado. Entregándose por completo a ese objetivo, no cesarían hasta verlo cristalizado y poder disfrutar de una dicha que les duraría por toda la eternidad. —Tú eres mi amor. Y si creo que la palabra amor se oye bien saliendo de mi boca. Pero de la tuya, tengo duda como se escuchará, proviniendo de la tuya— se aventuro a decirlo. Confirmando que por el haría lo que fuera, matar, secuestrar o torturar. No se lo pensaría dos veces, solo atacaría a todo aquel ser que buscará poner en peligro la vida o integridad de la persona que más le importaba dentro del mundo mágico. Ya había matado por el amor que le tenía, derrumbando ese limite, dándole la pauta para luchar con uñas y dientes por tenerlo siempre a su lado, sano y salvo. Pero ante todo feliz junto a ella, viviendo esa historia que se iba escribiendo a un ritmo que no necesitaba ninguna clase de presión, solamente fluiría de forma natural y espontanea. El ver que aceptaba su destino como asesino dentro de la marca, arrancó una enorme sonrisa de los labios de la rubia. —Lo haremos juntos— para su mala suerte la Videncia, no tuvo nada que ver con las palabras que salieron de sus labios— Vienen épocas donde nos tocará luchar dentro de las guerras que se nos presenten, ya no podemos mantenernos detrás de una trinchera, solo siendo espectadores— afirmó creyendo en las capacidades del caballero que le acompañaba. Disfrutando que le apeteciera matar, aquello era una nueva faceta que no tardaría mucho en poner en práctica. Los tiempos dentro del mundo mágico, no eran para nada sencillos y era sensato ir un paso adelante de los enemigos siempre. Le miraba con atención, no era necesario emitir una sola palabra en esos instantes. Porque los ojos de su pareja hablaban por si solos, diciéndole que dentro de poco la haría participe de planes que ya se estaban cocinando en su mente. Sin duda lo apoyaría y ayudaría en todo, al ser un dúo perfecto irían de la mano ante la adversidad si fuera preciso hacerlo. La confianza era mutua, igualmente ella tenía algunas cosas que compartir con el, pero de momento no quería estropear esa escena idílica que vivían dentro de la playa. La respuesta a su pregunta causó en ella una sensación agradable en el centro de su pecho, haciéndose más intensa al sentir la piel de James rozar la suya. El tatuaje de ambos emitía un calor agradable que abrazaba sus anatomías, reflejo de lo que provocaba el amor que los sedujo de forma inesperada y permanente— Si, sabes que por ti, haría lo que fuera. No lo pensaría dos veces, solo actuaría si siento que puedo perderte, no soportaría vivir si no te tengo a mi lado—llevando las manos de su pareja a sus labios las rozaba con ternura— Te amo y por amor, por tu amor siempre reaccionaré a la defensiva sin importar quien sea el enemigo. Te defenderé de lo que sea y de quien sea— confesó asegurándole que sus palabras eran una promesa que cumpliría. — Aquí hay de todo, justo por eso te ofrecí vivir aquí conmigo—sintió como aspiraba el aroma de su cabello, girando un poco su cabeza le mirada fijamente dejando un beso en su nariz. Le gustaba la fragancia que brotaba del cuerpo de su pareja, aquel aroma seductor que sería su favorito por siempre. Perdiéndose en sus ojos azules, acercaba poco a poco su frente a la del castaño, juntándolas sintiendo su respiración acompasada con la suya, dando un profundo respiro apenas acarició con sus labios los de él. No era un beso como tal, pero el simple roce erizó su piel disparando el calor del tatuaje en su pecho. @@David James Dumbledore
  12. @@David James Dumbledore No, no lo dijiste en el rol. Pero no importa, ya es mío *-*. Aww, pronto tendré un bola de fuego chino . Tú no eres una cosa, tú eres mi pareja. Y si tengo el huevo y tu escudo, bueno ahora mi escudo :rolleyes, creo que me estoy llevando cosas muy buenas y geniales de esta SC. Igual que el amor que siento por ti, ambos son igual de inmensos y ambos lo sabemos Claro que creo que esta etapa es por demás especial, por muchas cosas que ambos sabemos y compartimos. Yo recuerdo solo dos, cuando entre a la marca y ahora. La demás puedo decir que fueron buenas, pero no tanto xD. Nos quedamos con el regalo que tenemos para siempre
  13. @@David James Dumbledore Pues me gustó porque es tuyo y bueno, debía quedarme con el por obvias razones. Además de tener el huevo que me regalaste, mejor dicho que me apropie. Pero tengo lo mejor y eso no es un objeto, sino algo mucho más valioso que todo lo que puede darme la casa de Gryffindor Claro que en más de un sentido se aplica la palabra pareja, ya te estabas tardando en empezar a negarme Ya veo el amor que me tenes, sabía que no era verdad xD. Yo cuando llegue al foro fue genial, no puedo negar que ha sido una de mis mejores etapas.. Pero la más importante y especial la estoy viviendo ahora al máximo:3 Es un regalo para siempre, no se puede devolver :3
  14. @@Evan Smith Hola Evan =) No te preocupes, yo como tu tutora entiendo a la perfección. Tómalo con calma y pásate cuando puedas por la clase. Cualquier cosa me podes enviar un pm. Suerte con los examenes, Saludos
  15. @@David James Dumbledore Ahi vamos de nuevo, jamás admitiremos que nos hemos ganado alguna vez. Ja, ¿tu bondadoso?. Claro tu tienes de bondadoso lo que yo de Gryddindory no tengo nada. Bueno si, pero no te lo devolveré , porque ya es mio para siempre. Yo no lo veo como equipo, prefiero la palabra pareja. Creo que nos pega mejor, porque es lo que somos a menos que me lleves la contra en eso. Como te dije, no creo estar por esa época xD. Pero si tenes razón había tanto por descubrir cuando se es nuevo xD. Pues prometo estar muy cerca de ti, siempre :3
  16. La curiosidad solía matar al gato, pero sus ansías por dar con el resto de las paginas perdidas del libro de investigaciones diversas de Dumbledore. La magia era un poder sumamente delicado, debía manejarse con sumo cuidado y ser sensato e inteligente a la hora de emplearla. Contaba con amplios conocimientos en varias ramas de la magia y que decir de las habilidades. Pero todo aquello quedaba minimizado, porque el resultar con quemaduras graves, no haría más que lanzarla fuera del juego. — Tendré que ir a la guerra y sin el armamento adecuado—guardando algunas cosas en su mochila. No tardó en despedirse de su par de dragones, haya donde iba no podrían acompañarle muy a pesar de ellos. Mirando sus ojos se desvaneció en medio de un vórtice que le llevo hasta el sitio marcado en el mapa que pudo conseguir muy a regañadientes. El MACUSA no confiaba en ningún mago, menos teniendo las paginas de un objeto tan valioso dando tumbos por quien sabe donde. Pero ella demostraría que podía dar la talla y no rendirse tan fácilmente. Sus pasos la hicieron caer en Papúa Nueva Guinea, no recordaba haber visitado ese sitio en el pasado. Eso era lo menos relevante, apresurando el paso fue hacia donde estaba la Torre del Dragón, ahí donde yacía el único ser capaz de enviarla al mundo de los muertos con solo soltar una llamarada de fuego. Adentrándose en la torre sus ojos se posaron en el hall, caminando con cuidado hacia la escalera de caracol subió está con determinación. Echaría un vistazo para detectar las puertas que contaban con un mecanismo mágico y un símbolo que las identificaba, dentro de poco le tocaría confiar en los dados y en que la buena suerte le sonriera. Recordando con detalle cada símbolo, espero que fuera el momento idóneo para tirar lun dado de dos caras. — Esto está en las manos del destino—sonrió continuando con su andar.
  17. El destino era una rueda que no dejaba de girar y girar, semejándose a una ruleta de juegos de azar como las que estaban dentro de los casinos de Las Vegas. Jamás sintió atracción por esa clase de ocio, prefería emplear su tiempo en cosas mucho más productivas y divertidas. La expedición del segundo par de alas de su tatuaje, le emocionaba en verdad, ansiaba ver como su gemelo mostraba el mismo par sobre la piel del Australiano — Te dije que te tenía una sorpresa—sonrió centrando sus ojos en el paisaje que le rodeaba. Inmensas montañas se elevaban por todo lo alto, dejándola dentro de un circulo casi perfecto. Tal y como el que tenía plasmado sobre su pecho, acariciando con parsimonia el grabado sintió un ardor leve, pero placentero. Le agradaba que fuera más intenso cuando estaba cerca de su pareja, pronto percibiría esa conexión que los unía de forma irremediable. — Puede que sean más dragones que los que conocemos, no estoy del todo segura—le hablaba al par de alas. ¿Quién coloco ese símbolo del amor cerca de sus corazones?, ¿Por qué los eligieron justamente a ellos?. Jamás en el pasado se habían topado y ahora de un momento a otro, formaban una pareja poderosa e invencible. Le generaba curiosidad todo lo que tenía que ver con su relación amorosa, porque ni siquiera pasaron por la etapa de amistad. Sino que directamente se dieron cuenta del sentimiento que se despertó como lo hace un dragón luego de dormir un largo periodo de tiempo. — Es importante el origen. Pero lo único que verdaderamente me interesa, es no perderte jamás de vista y que te quedes en mi vida por siempre—confesó mirando a su colacuerno húngaro. Sobrevolaba el cielo su Ironbelly ucraniano, quizás con el objetivo se avisarle de la legada de su pareja. El espejo comunicador que le diera en aquella playa que propiedad de ambos, le acompañaba todo el tiempo—Se que estás muy cerca, pero aún no puedo verte—se atrevió a afirmar con certeza. La misiva era clara encontrarse en Irlanda, ahí era donde comenzaría su búsqueda por el secreto que tantas alegrías le había dando en tan corto lapso de tiempo. — Dadga—aquel nombre escapó de sus labios. Era la diosa Celta de la magia y la sabiduría. Poseedora de un carácter guerrero que era capaz de dar y quitar la vida— Ella podría tener algo que ver en todo esto y posiblemente también, Aengus Og—el dios del amor, la belleza y la poesía. Nada más bello que la obra de arte que deseaban terminar juntos, pero para eso faltaba demasiado. Estaba cercana la gala de San Valentín, no dudaba que ahí más de una sorpresa les provocará vivir momentos inolvidables—No me obligues a enviarte de nuevo a mi lechuza, James—recordó su travesura en la clase del Libro del Druida. Se imaginaba lo impaciente que se porto y de paso, no lo dejo terminar sus deberes antes de partir hacia el sitio, donde les esperaba el Uzza— Paganía por haber visto tu cara—riendo divertida no perdía de vista a Genbú, esperando el rugido que le indicará que el mortifago estaba dentro del terreno. Seiryū se mantuvo al lado de su dueña, desde que lo adquirió no la perdía de vista. Se estaba acostumbrando al par de dragones, jamás de imagino tener esas dos imponentes criaturas tan cercanos a ella. Le era sencillo sentir su fuerza y dominio, segura de que siempre serían una defensa infranqueable. La idea de tener otro par le agradaba, pero no acababa de elegir de que especie y ya James tenía uno originario de Nueva Zelanda. Ese estaba fuera de sus elecciones, pero no la posibilidad de robárselo para salir a dar un paseo y que al volver le demostrará que pudo conquistarlo sin tanto esfuerzo. @@David James Dumbledore
  18. Las palabras del Uzza habían sido certeras y directas, aunque su pareja estuviera dentro de la clase con ella. No era indició de que le sacará de concentración, porque ambos estaban centrados en obtener los poderes del libro del Druida, costará lo que costará. Era un reto la creación de un Fulgura Nox, pero contaba con los conocimientos que el hechizo exigía y concentrarse en un espacio rodeado por estalactitas y estalagmitas, no la desconcertaba en lo más mínimo. — He comprendido lo que hace ese Lirio tan especial, no crea que no captó todo lo que me rodea. Hasta el más mínimo detalle he logrado almacenarlo en mi memoria, agradezco la presión que está ejerciendo sobre mi persona—le miraba con respeto. Jamás buscaría desafiar a un Uzza, no por tenerle miedo sino porque los consideraba seres poseedores de poderes y dones que eran capaces de aniquilar a quien fuera solo con desearlo. Posiblemente la estaba llevando a los extremos, pero era mejor darle a cada cosa el peso que merecía y no demeritarla ni por error. — Nada es aburrido contigo, James—le dijo dejando un roce delicado en su mano. Estaba lista para realizar la invocación del portal, cerrando su ojos centro toda su atención en un punto de la falda del volcán. Sintiendo el calor rodear su cuerpo, abrazando cada poro de este, visualizó la Nigromancia, junto con la Videncia y las runas antiguas, rematando con historia de la magia. Esas llaves que eran capaces de llevarla al presente, pasado y futuro, pero no las considero en lo absoluto para la creación de la entrada al cuerpo de roca y tampoco las utilizaría. — Fulgura Nox—surcó su mente ese conjuro, cual flecha que busca dar en el blanco. Acertando en el centro de la diana, la invocación fue certera. Sus pensamientos se enfocaron en una sala amplia de paredes rocosas, emanando del techo picos que serían capaces de herir a cualquier descuidado. Pero no a seres mágicos como ellos, al menos no al grado de matarlos, quizás heridas graves que sanarían aplicando la magia correcta sobre ellas, debajo de sus pies otro grupo de picos que provocarían una caída inesperada. La serenidad debía intentar reinar en cada uno de los alumnos, perder el eje, era perder la vida en un pestañeo. — Los lirios del color de la lava, pueden repeler el calor de una zona como está y sobre la ropa se cuelan en los poros dando una protección de tres horas, no más ni menos—hablaba sin perder el control de su mente—Además como ya lo menciono, suelen emplearse en la elaboración de ropas que sirven como un escudo efectivo—siseaba sin perder la fuerza concentrada en el portal. Le daba el tamaño necesario para que pudieran pasar por el sus compañeros de clase, el Uzza y su pareja. Sentía una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, estaba conectándose con un poder mucho más elevado al que solía conocer—Creo que está hecho y me ha quedado bien, diría que más que bien. Para ser mi primer Haz de la Noche—soltó tomando de nueva cuenta la mano del Australiano, no le perdería de vista. No de momento y era mejor, ya que ahora estaban dentro de la boca del lobo. La postal ideal para retratar su portal, la boca de un lobo plagada de afilados dientes e intenciones de causarles más de un predicamento dentro de esa misión. Tomando el anillo de salvaguarda contra miradas indiscretas lo colocaba en su dedo índice. Tal y como lo predijo el Uzza, no podíamos saber que aguardaba por nosotros dentro del volcán o jugarle al vivo, no siempre era aconsejable en medio de un mar de lava y una tonelada de rocas que los dejarían sepultados en una tumba improvisada. Respiraba un poco más relajada, recuperando poco a poco ese aire arrogante y duro que le caracterizaba. No quedaba duda de que la madre naturaleza, no solía ser para nada benevolente o complaciente con los que se atrevían a profanar sitios con esa clase de clima tan poco grato con los visitantes indeseables. Colgándose en el cuello el frasco obsequiado por el guerrero, no olvido sus recomendaciones sobre el polvillo que debían poner dentro. Se agotaría, pero del mismo modo volvería a reabastecerse sin mayor dificultad.
  19. Primer Ministra de Nueva Zelanda Las palabras de agradecimiento por parte del Canciller Alemán, le recordaron vagamente sus años dentro de la milicia. Conocer toda clase de soldados y estrategas en el ámbito de la guerra, potenció sin duda alguna sus habilidades como asesina despiadada. El nombre de la organización el calzaba de lo mejor, ya que ella portaba el tatuaje de dicho animal en su espalda y dentro de su escuadrón se le conocía como “ Hidra la fuerza destructiva más poderosa”. Ladeando la cabeza, volvía a centrarse en lo que se trataba dentro de la reunión—Toda alianza es benéfica, porque hasta las que son solo por interés suelen dar beneficios incalculables. Pero, debemos andar con pies de plomo—trayendo a su mente el nexo especial que tenía con Australia. Oceanía comenzaba a cobrar notoriedad dentro del gremio político y económico. Además de tener a su disposición un grupo de sicarios que harían lo que se les pidiera sin solicitar demasiadas explicaciones acerca de su misión. — Como lo dije antes, cuento con varias personas en diversos sectores en el mundo muggle y este. Cuentan con entrenamiento de todo tipo, no diré que son indetectables, pero si certeros—dejando ese punto en claro procedió a saludar a los recién llegados—Un placer, creo que no nos conocíamos—se anticipó sintiendo cierta familiaridad con Lady y Ada. De algún lado les conocía sin duda, pero al estar lejos de Londres demasiado tiempo, no se daba la oportunidad de convivir más estrechamente con la familia de su pareja. —Somos pocos a mi parecer, pero entre menos seamos mejor—le gustaban los grupos reducidos. Así la información no podía filtrarse tan fácilmente y que sus enemigos echarán por tierra sus planes. Siempre encontraba el modo de ir unos pasos adelante, posiblemente porque tenia muchos ojos cuidado sus espaldas y las de sus aliados. El enviar una misiva a sus fuerzas armadas, no sería el primer paso sino colarse en la columna vertebral de los que buscaban que los magos y los muggles entrarán en una batalla. Para ella matarlos sería un deleite, pero necesitaba algo más que el impulso de ver la sangre de estos correr por el suelo ensuciando las suelas de sus zapatos. ¿Qué era lo que buscaba verdaderamente ese Edicto lanzado por la primer ministra de Londres?, agitar más el avispero o solo romper relaciones con los que durante años humillaron y sometieron en cierto modo a los magos. No se trataba de una batalla entre bandos, sino que el objetivo de todo aquello buscaba calar más profundo.
  20. — Los francotiradores pueden verlo todo, no por nada posen ojos de águila— le dijo al notar que estaba un poco intranquilo, ella lo sabía porque perteneció al ejercito en el pasado. Era normal sentirse de ese modo, porque ninguno de los dos sería capaz de sobrevivir sin magia, al tenerla corriendo por sus venas desde el nacimiento, no era fácil de digerir la idea de perderla en un abrir y cerrar de ojos— Nadie va a perder su magia, no lo permitiremos— le confesó tomando su mano con firmeza. Deseaba que la confianza lo inundará por completo, ella creía en las capacidades de su pareja y estaba segura de que saldrían de ahí sin un solo rasguño. — Nunca dejarás de llevarme la contraria—enarcando una ceja, le miraba falsamente molesta. James eta experto en retar ese lado razonable que poseía la Vidente, intentando obtener la razón en todo momento— Como sigas asi—se mordió la lengua, ya buscaría la mejor forma de cobrárselas. Siempre era divertido maneras de ponerlo en alguno que otro predicamento—Soy Vidente, aunque no lo creas él no se daría cuenta de eso, no hasta que ya fuera demasiado tarde—sonrió con suficiencia. Era capaz de ver las intenciones en los rostros de las personas, no necesitaba del uso de ningún artilugio mágico para eso. — Al mismo tiempo, si claro—sabía que buscaría cualquier descuido de la mortifaga, solo para sacar un poco de ventaja. Aunque eso le resultaba divertido, porque desde que lo conoció no existió un solo instante aburrido o monótono entre ellos— Es solo un juego y el que gane, ya veremos que premio se lleva—saltaba de un lado a otro para calentar un poco. No lo necesitaba, pero era mejor aparentar ser una muggle desde la punta de los pies hasta la última de hebra de cabello rubio que había en su cabeza. Jugar de ese modo era una nueva faceta en su relación, no dejar que todo fuera tan cuadrado o serio. Sino darse el tiempo para tener momentos felices y hasta chuscos, no quería imaginarse si los veía alguien conocido y comenzaba a burlarse de toda la escena montada por el par de hechiceros. — Es una expresión, pero si habrá una primera vez. Te lo aseguro—asomándose por sus labios una sonrisa retadora. El jamás perdería ante ella y ella tampoco ante el, justamente por eso se potenciaban cada vez que estaban juntos, eran como la energía revitalizadora que necesitaban para tomar un impulso mayor al que ya poseían. Le fascinaba esa combinación perfecta que armaban, verse como un dúo imparable y eso el tiempo lo determino en un lapso relativamente corto. El perderlo era una posibilidad que consideraría nunca, se proponía conocerlo por completo y descubrir sus virtudes y defectos. Para su buena suerte, ante sus ojos era único y perfecto. No le encontraba nada malo y eso hacia mucho mayor su atracción por el Australiano. Estaba completamente segura de que jamás se aburría de el y mucho menos de lo que estaban empezando a construir juntos, por extraño que pareciera su tatuaje estaba dormido, posiblemente para no exponerlos a ser presas de un ataque inesperado. Sin esperarlo siquiera, ya lo tenía cerca de ella dejando un beso en su oído, para luego dar la señal de arrancar con la carrera. — Te mataré — bromeó corriendo con una rapidez moderada, no sin ir apretando poco a poco el paso. Sintiendo la mirada de aquel sujeto en su persona, pero no le prestó la mayor atención llegando contra la pared apoyaba ambas manos para frenar un impacto que podría causar llamar la atención de los transeúntes. La primera parte del plan estaba concretada, pero sin perder detalle de lo mencionando por su pareja, caía en cuenta que no había un guardia o alguna clase de alarma que diera aviso que los intrusos de habían colado por esa zona. — Concuerdo contigo, no me da buena espina esto—escuchaba un goteó cerca de la zona de las escaleras de emergencia— ¿Escuchas eso?—preguntó en un susurro. Quizás era una fuga o algo parecido, pero por una extraña razón se sentía inquieta y ese sentimiento comenzaba a ir en aumento— No te muevas, quédate quieto confía en mi—le pidió viendo como una puerta se abría detrás de su ubicación. En un movimiento rápido se abalanzó sobre el castaño, abrazándolo para despistar a quien asomaba los ojos por la rendija de la puerta medio abierta, captado la imagen de la pareja en una escena amorosa— Luego de eso podemos armar una estrategia—se quedaron un par de segundos quietos. Era mucho mejor mantener un perfil bajo a perder todo lo ganado hasta el momento. @@David James Dumbledore
  21. @@David James Dumbledore Lo voy a considerar, ya lo anote dentro de la lista de las prioridades que debo cubrir contigo xD. Me das la razón, pero no porque debas, sino quizás porque no tenes ganas de que te vuelva a ganar jajaja. Si es bueno y malo, pero creo recordar que eso nos hará un muy buen equipo juntos y estoy a nada de confirmarlo Yo creo que en ese tiempo, no estaba dentro de la Academia xD. No lo se y la verdad no me llegan los recuerdos, creo que me estás contagiando que se me olviden las cosas Si, si lo se . Pero pronto se te acabará la buena suerte muajaja, ya verás que si xD
  22. La verdad era relativa en muchos aspectos, nada podía darse por sentado de forma definitiva. Pudo comprobarlo más de una vez en su vida fuera y dentro de la elite mágica, ir y venir entre Nueva Zelanda. Nunca terminaba de asentarse del todo en un lugar, precisamente por eso la verdad que se presentaba delante de ella, casi siempre era del todo incierta. Ahora como toda una Senescal de Caronte, no perdía oportunidad de recurrir a sus viejos aliados dentro del mundo de los muertos. — Suelen ser más eficaces que un oráculo—sentenció tomando su grimorio. Abriéndolo justo en la parte de en medio, canticos que reconoció con solo mirarlos. Un ardor poco agradable se apodero del centro de su pecho, ahí donde descansaba la cicatriz que le otorgará la habilidad de Nigromancia. Dando como pago la única parte de humanidad que quedaba en ella, pero sabía que existía alguien que por extraño que pareciera le hizo sentir nuevamente algo que creía muerto o extinto. — Volvamos al tema—entrecerrando sus ojos desviaba estos hacia su tatuaje. Solo podía ver el mismo par de alas, pero estaba segura que dentro de poco tomaría la forma que ambos deseaban. Ir a su última morada, no se refería exactamente a su hogar, sino al sitio donde descansaría en paz. Aunque ella jamás creyó en eso de morir e ir a parar a un lugar repleto de cantos angelicales y todas esas cosas. Se decantaba por algo un poco más siniestro y oscuro, aquel paraje que estaba plagado de almas en pena y sufrimiento interminable. — Como sea—acomodando algunas cosas dentro de una mochila, calzaba la misma sobre su hombro izquierdo. Su varita ya estaba dentro de la bolsa de sus pants, sintiéndose comoda con los tenis y una remera de color azul celeste, dejando a la vista su abdomen marcado por unos coquetos cuadritos . Ese tic lo estaba adoptando de James, no podía culparlo por contagiarle la comodidad con respecto a la ropa— Luego le daré las gracias, ya verá como—bromeó saliendo por la ventana de la Torre Negra. Su anatomía desapareció en medio de un vórtice que la llevo lejos de su patio de juegos personal. Apareció en lo que parecía ser un mausoleo, la tumba donde yacían los restos de Ernest. Esperaba encontrar la información que necesitaba y no tener que ir de tumba en tumba, porque eso le complicaría un poco más su plan. Todo estaba fríamente calculado, encontrar las aguas de la verdad. Le sonaba algo similar a la fuente de la eterna juventud, pero con una variante que le jugaría a favor si sabía como aprovecharla sin lugar a dudas. Avanzando con sigilo, no perdió de vista por un instante el navío que comenzaba a formarse en su cuerpo. Asra estaría orgullosa de verla recorrer las aguas oscuras del destino, surcando cada una de ellas con la valentía de una hidra, aunque le gustaba más la comparación con un dragón colacuerno húngaro. Dejando un roce imperceptible en su pecho, sonreía al percibir como una de las alas de los dragones se elevaban debajo de la tela de su remera. Siempre iba con ella, aunque no fuera físicamente. Lo sentía a su lado, habitando en sus pensamientos de forma permanente— Ya tendremos nuestra propia aventura—recordó la promesa mental que se hicieron dentro de una clase. Contar con esa clase de poder, si que les daba más ventajas para ir y venir a placer dentro y fuera del mundo mágico. Continuando con su andar, buscaba algo que le indicará cuál era el enigma en todo aquello. ¿Posiblemente un libro?, ¿Otra carta?, fuera cuál fuere ese secreto, no tardaría en dar con el mismo.
  23. @@David James Dumbledore Habrá que complicar un poco ese asunto, no puede ser tan sencillo que te de la razón xD. Si empate técnico, pero al ser tan competitivos siento que eso cambiará si o sk xD. Yo no me ausente en mis clases, quizás las tomaste cuando, yo ya no estaba xD. Ese será un misterio que perdurará por siempre . Eso si, no lo puedo negar de que todo te va bien te va *-*. Yo se que es más que grato :3
  24. El par de magos habían llegado puntuales a la cita, parecía que sus ganas por aprender prevalecían después de todo. No eran tiempos sencillos dentro del mundo mágico, por eso justamente le agradaba la idea de que decidieran aprender Leyes Mágicas y Aritmancia, posiblemente con ese par de conocimientos irían un paso adelante de las personas que aun se mantenía encadenadas a la ignorancia. No se refería específicamente a los muggles, sino aquellos magos que continuaban viviendo en el pasado. —Un placer—les saludó extendiéndoles un par de carpetas — Dentro hay dos nombres de magos que están siendo perseguidos por las autoridades— explicó con calma— El primero nació en una fecha que no figura dentro de ese documento, nos tocará dar con la ubicación de este y sacarle esa información—se refería a Matthew, ya que era el quien estaba interesado en la Aritmancia. El joven que estaba a su lado, parecía más interesado en temas relacionados con las leyes que regulaban y castigaban los crímenes dentro del mundo mágico. —El otro sujeto escapó tras perpetrar un asesinato, lo único que sabe de él es que llego a Londres a bordó de un barco Alemán—asintió intentando recordar cuantos barcos posiblemente podrían haber aparcado en los muelles Londinenses. Decenas y los polisones eran el pan nuestro de cada día, sobre todo a la hora de buscar un refugió escapando de la complicada situación que reinaban en sus hogares. Pero ese era el menor asunto que les ocupaba, recorrer esa zona sería sencillo tras adentrarse en Scotland Yard. La policía solía poner toda clase de trabas, pero al ser miembros de la sociedad mágica posiblemente podrían mostrar un poco de flexibilidad— No podemos decir quienes somos, pasaremos como enviados de otro distrito y estamos aquí para ayudarlos con las pesquisas. Recuerden que no estamos trasgrediendo la ley, solo flexibilizándola un poco para nuestros interés—quizás les estaba pidiendo demasiado. Pero era la manera más sensata que pudo encontrar, al menos de momento. — Vamos, entonces—colándose por la puerta principal. Le servía ese aire militar que poseía, tantos años dentro de la milicia no fueron en vano. Aunque la vestimenta, no pegaba del todo con el porte, pero ese era el menor de sus problemas— Capitán General, no existe un nombre solo ese rango—comentó con una sonrisa en sus labios— Veníamos por el par de criminales que andan sueltos, considérenos una fuerza aliada y no algo que pueda entorpecer las investigaciones que ya deben estar en curso—agregó mirando a sus acompañantes. — Si hablan, pero no lo harán a menos que decidan presentarse ellos mismos—les daba la pauta para expresarse con libertad. Trabajarían en equipo, para luego salir de ahí y dar con el paradero de sus objetivos. Ya tenía dispuesto un sitio para el interrogatorio, alejado de la ciudad pero todo sería legal al estar precedido por un policía especializado en dichos temas. Las salas para esos fines solían estar rodeadas por vidrios anti reflejantes hacia uno de los lados, pero eso era un detalle que no le preocupaba. — ¿Podemos acceder o no?—le cuestionaba con una sonrisa lóbrega en sus labios, captando un gesto de aprobación se enfiló hacia la zona de archivos clasificados. Sus ojos recorrían todo lo que le rodeaba, no perdería detalle de nada y menos de la seguridad que se manejaba en ese complejo. @@Matthew B. Triviani @
  25. @@David James Dumbledore Parece que no aprendes de eso, yo te dejo creer lo que quiero que creas y tu lo crees xD. Estamos en las mismas, nada es definitivo entre vos y yo, porque cada uno busca la forma de convencer al otro y bueno, ya sabemos lo que pasa. So lo dije, no lo niego, pero volvemos a lo mismo cuando te costo que lo haya admirido xD. Acá nadie gana del todo, siempre hay un punto medio, lo queramos admitir xD. Claro, pero andabas por otros camino xD. Aunque igual dentro de la academia pudo ser, pero no se dio. Ahora estamos en eso y veremos que tal os va con lo que se viene Claro que es grato coincidir con vos eso no se pone en duda xD

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