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Darla G Dumbledore

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Todo lo publicado por Darla G Dumbledore

  1. Darla Potter Black y Kimberly Black en House of Books Sus ojos estaban inyectados en sangre, cualquier pensaría que había estado cazando, en realidad lo había hecho un par de noches antes junto a su compañera, la que en ese momento le dedicaba unas suaves palabras. —Vamos Darla, debes calmarte, no puede ser para tanto —aunque Kimberly sabía perfectamente lo que pasaba por el corazón de la Potter Black, sus improperios al leer las notas y más al escuchar finalmente el canal de activación de la purga habían sido más que salvajes y claros esa noche. —Cómo quieres que me calme, tenemos inmunidad, es verdad, pero ¿con qué derecho? Mi cuñada, mi familia, la familia de Seba, no forman parte del ministerio, ellos no tienen inmunidad, no hay tantos niños, solo los más pequeños hijos de mi sobrina Selene pero ¿Ada? ¿Ernest? y el resto. No, no puedo aceptar que pudiera algún enemigo de la familia o de la embajadora hacerse de la noche para aprovechar la purga y hacerles daño. —Vamos Darla, ninguno de ellos son bebés de pecho, con Ernest tú misma te has enfrentado en el pasado y Ada, antes de ser ministra o embajadora tu cuñada ha demostrado que sabe utilizar la varita más que bien —sabía que a pesar de ello la bruja se sentía responsable, se había echado la culpa por mostrarle a Ludwig un mundo en el que quizás él pensara se viera obligado a cumplir lo que quería o peor, que por no cometer los errores del posible futuro cometiera errores más grandes. —No lo sé Kim, nosotras deberíamos de cuidarles, no estar en “casa” tranquilos durmiendo, los sanadores no disponibles, la seguridad guardada, sabes bien lo que pienso de todo esto y lo que he hablado con —se calló de golpe, ellas dos solo sabían de los últimos contactos que la bruja había estado manteniendo. —No he podido presentarle la renuncia a Ludwig aún, tú puedes quedar a cargo si es lo que quieres yo, bueno, esta noche quizás sea una ventaja, puedo moverme por el país con mi credencial ministerial e impedir que me toquen un pelo mientras ayudo a los que más puedo —la pelirroja realmente mostraba una expresión de cansancio que era más mental que físico. Kimberly simplemente asintió, ninguna de las dos querían discutir más sobre el tema, la Black no estaba de acuerdo con que Darla dejara el puesto, pero ella lo detestaba de todo corazón. Y para ser sinceros, dada la lealtad que sentía por la bruja, Kimberly no estaba muy segura de ocupar su lugar.
  2. Inicio ¿Lo positivo? Alguien al fin había dado con la salida. Eterno parecía haber reaccionado luego de estar bailando con ¿una rata? Seguramente algún delirio de todos y cada uno de ellos, como fuere, la cuestión es que él había tomado la posta de encabezar el camino y había logrado dar con la verdadera salida aún a regañadientes de la pequeña Delirio que quedó berrincheando en su habitación. ¿Lo negativo? Parecía que habían salido al mundo exterior pero más bien daba la sensación de que era la noche de la purga, porque todo estaba destruido, o semi destruido, había coches volcados, construcciones derruídas, árboles caídos y restos de pilas de escobas y libros incendiados. ¿Qué significaba todo aquello? Porque la purga era un plan del ministerio inglés, no del norteamericano, de hecho creía que ellos lo habían criticado y habían decidido recibir en sus tierras a los que quisieran alejarse de aquella idea nefasta. ¿Habrían atraído hacia ellos a los que sí apoyaban la idea y la llevaron a cabo aún en contra de la voluntad del ministerio yanqui? —Amigos, qué buenos que me habéis encontrado, pronto, venid por aquí —la voz sonó “amigable” Darla que se había acercado a revisar algunas piras y levantó la varita hacia aquel hombre pelirrojo que le observaba con una expresión seria pero que actuaba con una amabilidad increíble —vamos, vamos, apúrense, debemos salir aquí, no podemos permanecer a la vista —el hombre los llamaba e indicaba un callejón en el que parecía no haber ocurrido nada, por lo menos hasta ahora. —Espere —dijo Darla, bueno, en realidad no sabía si quería que esperase, miró a sus compañeros, como expresándoles sus dudas ¿podían confiar en aquel barbudo pelirrojo? Toda aquella situación era más que extraña y parecían que habían salido del looper laberíntico solo para encontrarse con un mundo semi apocalíptico, aquello no parecía tener demasiado sentido ¿o sí? Y de pronto a Darla se le ocurrió una pregunta aún más preocupante, que no se animaba a plantear en voz alta ¿habían salido? Quizás si de la zona de deseo, desespero y delirio pero ¿habían salido de todas las mazmorras que el MACUSA había intentado crear artificialmente? —Gente, vayamos con cuidado, no estoy segura de en dónde realmente estamos —dijo la pelirroja a sus compañeros y por un momento su mirada se cruzó con la de sus acompañantes y quizás se hubiera sonrojado si no fuera una vampiresa, aunque en ese momento se sentía como una semigigante, vaya a saber porqué. @ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore @ Luna Gryffindor Delacour @ Eterno Black Triviani @ Mefistófeles Evil.
  3. Casilla 27 «Giros, todo da vuelta como una gran pelota, todo da vueltas casi ni me toca» la canción pasaba por la mente de Darla como si casi pudiera sentirla en la piel, habían intentado avanzar y habían regresado, claro que lo que más la había afectado, aparte del beso, habían sido las palabras de Luna. No tenía idea de lo que pasaba entre Mefistófeles y su cuñada Ada, pero que Luna pensara que ella estaba con su padre y llegaría a ser su madrastra… si apenas lo había conocido cuando estaban intentando hacer la mediación y luego él la había atacado en la primer reunión ministerial y ahora… ¿estaba intentando seducir a su cuñada? Darla giró y notó los extraños movimientos de Eterno, al menos no le había hecho daño al intentar dejarlo atado a su esposa. Miró a Malum y aunque sentía la nostalgia o más bien la locura de aquel lugar psicodélico no pudo evitar tomar en consideración el estado de la mujer. Esperar un hijo en esas circunstancias era algo que no era nada del otro mundo salvo porque estaban atrapados en un bucle temporal. ¿Cómo habían hechos los niños de Madame Peregrine para salir del bucle? Claro que a ellos le destruyeron la casa luego de eso? ¿Ocurriría algo similar con ellos si lo intentaban? No importaba, tendrían que sostener cada pared con magia si ello los ayudaba a salir de allí. —¿Podría alguien intentar encontrar la maldita salida antes de que degüelle a esa adolescente histérica que nos ha metido en este delirio? —la pregunta, viniendo de una auror, miembro de la Orden del Fénix y Directora de Seguridad era un poco extraña, no tanto como la purga que planeaba Ludwig, pero qué demonios, podrían empezar purgando a la pequeña Delirio. Fuere como fuere, Darla siguió avanzando, el aroma de la sangre de Mefistófeles aún se sentía en el aire, era distinta de alguna manera al común de la sangre que ella había saboreado antes en su vida y de pronto se dio cuenta que el sabor de sus labios en los de ella también lo había sido, qué extraño tener esos pensamientos en ese preciso momento.
  4. había una vez ♫ un circo que alegraba siempre el corazón ♫
  5. Odio cuando se me bloquea la lap o el chrome
  6. Aunque hay algunas que vi por ahí no están en la sopa o si? __odio esa mazmorra__
  7. El secreto de la sopa de ingrediente secreto es que no hay ingrediente secreto
  8. "El problema, querido Calixto, no está en los hechos, que eran los mismos que se ofertaban, el problema está en los modos, aunque faltaban a la verdad, no lo hacían con puñaladas en la espalda" (frag. Cartas a Calixto, Delirios Cabales)

  9. Casilla 26 - 3 ° rol común Ls verdad es que si no estuviera influenciada por la locura de delirio Darla hubiera utilizado hechizos más poderosos. Ella no era una experta duelista ni mucho menos una campeona de torneos pero a lo largo de sus años en el mundo mágico había adquirido mucha experiencia y cuando los tiempos no la corrían sabía algo más que defenderse. Por lo visto la risa de la adolescente Deliro ahogaba las palabras y los hechizos, a la muy pera le gustaba todo aquello pensó Darla mientras descubría que en el fondo de su mente, su Alter ego y creadora, Scarlet le gritaba que reaccionara ¿Cómo era posible que solo una de ellas se viera afectada? Una vez más, cómo muchas veces en la vida y en especial en esa velada, sus pensamientos se vieron afectados por la acción de terceros. ¿Qué demonios haces? Pensó cuando notó las manos que sostenían sus brazos, en algún momento los había bajado. Le sorprendió al notar que era Mefistofeles, el padre de Luna, frunció el ceño e iba a protestar por tenerlo tan encima de ella cuando sus labios se vieron sorprendidos por un beso. Pero, ¿qué mier**? Su actitud prepotente le recordó la del Linmer la noche en el parque, con Despard y Luna. En verdad le molestaba que los hombres pensaran que podían besar a las mujeres a lo guado solo porque se les cantaba, claro que olvidaba que ella había robado más que algún beso, aunque eran piquitos, un par de rostros masculinos y uno femenino vinieron a su memoria por unos breves instantes. Cuando Mefistofeles la soltó, sus palabras no alivianaron la cosa y llevaron todo a una sola reacción, la mano derecha de la vampiresa se cerró veloz y antes de que él pudiera reaccionar se estrelló en su cara, lanzándolo contra el piso de un solo golpe, el aroma de su sangre, poco común por cierto, llegó hasta el olfato de Darla. –Vámonos de aquí –dijo únicamente y girándose se encaminó a lo que esperaba fuera la salida.
  10. Casilla 26 - 2 roles atacándonos del 27 al 30 y de regreso al 26 De reojo observó la tierna actitud de Luna hacia su padre, no le molestaba, era como si le pareciera más bien mmm… ¿cómo definirlo? Darla no era de demostrar afectos a nadie, el único que había logrado que mostrara su lado sensible había sido Seba y luego de él ya nadie más, ni antes, ni después. Por eso las muestras de afecto solían, no molestarla, pero sí incomodarla en grado extremo, y más cuando eran hacia ella, se sentía descolocada, fuera de lugar, no era lo suyo ser tierna, con nadie. Y dale con los afectos, ahora querían reunión familiar, claro, todos reunidos alrededor de una gran mesa, miró de reojo a Eterno y Malum, con su pancita, tomados de la mano. No, no vomitó, sabía bien que los hijos son la luz del mundo, para sus padres. Claro que no piensan que cuando la dejan encendida encandilan a los vecinos. «Cálmate» la voz de Scarlet sonó una vez más en el fondo de su mente pero la ignoró, por gusto. Ella también había tenido un hijo, al menos no había sido tan apegada a él como para no cederle el recuerdo para la nigromancia. De pronto se sentía un poco más que frustrada, sus labios se abrieron en un gesto de reclamo, pero no dijo nada, dejó que Luna expusiera las ideas de su padre y la salida. Vaya realidad. Por un momento todo perdía sentido, estar allí, los bucles sobre el avanzar y retroceder por cada sala que los llevaba fuera de aquel laberinto de locura, el optimismo de Luna que ya empezaba a cansarla y de pronto sus nuevas palabras animando a Ada la exasperaron y la adolescente apareció a su lado y apenas rozó su mano por el brazo de la Potter Black, susurrando: —Hazlo… sabes que lo deseas… —Darla movió su cabeza, haciendo tronar su cuello y miró de la adolescente con aroma a sudor y de regreso al grupo de sus compañeros, sacando con tranquilidad la varita de entre sus ropas. —Silencius —dijo apuntando hacia Luna para luego apuntar hacia Mefistófeles —Desmaius —y una sonrisa se dibujó en sus labios cuando disfrutó verle caer efecto de su hechizo, girándose rápidamente hacia el matrimonio, ya que tanto amaban estar juntos, que lo hicieran atados —incarcerus —las tres sogas surgieron para atar los tobillos, las piernas y el torso de los dos amantes juntos. —Ya quiero irme de este maldito lugar —río la pelirroja mientras daba vueltas sobre si misma, con los brazos en alto como si danzara, mirando hacia el techo pintado de dorado, rojo y azul.
  11. Y me diste nombre ♪ Yo soy tu niña ♫ La niña de tus ojos ♪ Porque me amaste a mí ♫
    Me amaste a mí ♪Me amaste a mí ♪ Me amaste a mí ♪ Me amaste a mí ♫
    Te amo más que a mi vida ♪ Te amo más que a mi vida ♫
    Te amo más que a mi vida,  más ♫  Yo te amo ♫

  12. Se había cansado de esperar que la reunión finalizara pero era obvio que sería inútil. Aún antes de terminar la misma y sin poder concretar la entrevista personal con el Malfoy, Darla ya había tomado una decisión y la pondría en práctica inmediatamente. Sabía que Kimberly no estaría muy feliz con su decisión pero ambas podrían ser más útiles a su manera que atadas a la burocracia. Ambas la detestaban pero Darla sospechaba que para ella era más insoportable que para la Black. Tomó una pluma de sobre la mesa y mientras Ludwig seguía hablando con Luna y luego con el hombre que la había chuceado y con el Blackfire, ella trazó claras y rápidas líneas en un pergamino que dobló tras firmarlo. En verdad esperaba poder al menos entregárselo en persona y no enviarlo por memorando interno, pero como se presentaban las cosas lo dudaba de sobremanera. Miró a Luna y lamentó sobrecargarla con todo lo que se venía. La pelirroja guardó en su bolsillo la nota para entregar al Malfoy y nuevamente se detuvo a observar los gestos de cada uno de los presentes y sobre todo de una dama que parecía ser asistente del Ministro. No había visto a la mujer con anterioridad y le causó una cierta curiosidad, pensó en Elizabeth y la otra secretaria de aurores cuyo nombre casi no recordaba por tan poco trato ¿Emma? Y le vino a la menta la antigua secretaria del SAW ¿Doña Tremebunda? ¿O ella había sido del DAMyC? Suspiró dándose cuenta cuánta historia tenía en aquel lugar tan cambiante. Es hora de aires frescos y nuevos, aquí todo se repite, pensó la Pooter Black mientras sonreía con tristeza y alargaba su mano para servirse un vaso con agua, al mejor estilo de lo que haría su Seba. Sin lugar a dudas él apoyaría su decisión, más teniendo en cuenta de dónde había surgido su primera opción. Ambos habían sido felices sin involucrarse en la política ni la burocracia del país. Pensó precisamente que él se había alejado de todo eso cuando murió. Quizás fuera una manera de encontrarse con el amor.
  13. Casilla 27 bucle casilla 28 Una carcajada demencial escapó de los labios de la pelirroja mientras escuchaba las palabras que Mefistófeles Evil pronunciaba sus palabras. Era verdad, él les había estado siguiendo desde que llegara, en verdad no parecía dispuesto, hasta ahora, a poner de su parte para poder seguir avanzando o para salir de aquel lugar. Y fue en ese momento que por primera vez en mucho tiempo la voz de Scarlet surgió suave y burlona en la mente de Darla. «Me recuerda mucho a tu último amante» Los ojos de Darla se abrieron brevemente ante la sorpresa e intentó entender aquellas palabras. De pronto la pelirroja se dio cuenta de algo, la verdad que le había intentado decir Delirio antes, ella sabía que era una verdad que no quería escuchar pero lo que no sabía de quién hablaba. Y en el fondo de su mente se preguntó si la Akane, su alter ego, sí recordaba lo que ella había olvidado. ¿Por qué lo había olvidado no? Hizo un esfuerzo inútil. Todas aquellas cavilaciones sin sentido se apagaron cuando la voz de Evil se dejó escuchar una vez más, haciendo mención a que estaban en un bucle sin fin. —El día de la marmota —dijo Darla sin pensar mucho de lo que hablaba, para luego pronunciar en voz alta un nuevo comentario algo macabro —en Dark salen con un suicidio… casi… en las marmotas no funciona —la pregunta era ¿estaba en sus cabales? —Despliega tus manos, dame una señal, manten tus mentiras —Darla comenzó a canturrear una canción y su mirada castaña se perdió por unos segundos en una visión que había más adelante mientras se adentraba en el mundo de delirio, los colores casi la enceguecían de tan vívidos que se habían vuelto y un susurro constante como el de alguien orando llegaba hasta sus oídos, se acercó entonces al lugar desde donde provenía lista para actuar, aunque aún no tenía muy claro qué debería hacer. Y cuando los dados se movieron o al menos el delirio le hacía parecer eso, un punto negro gigante brilló en la blanca pureza del marfil. La niña reía y Darla notó su aroma a rancio alcohol. La Vampiresa se acercó a ella para ver cómo jugaba y tuvo la certeza de que la muchacha manipulaba aquella brillante pieza blanca porque, o sus ojos la engañaban o todos los lados del dado de delirio tenían una sola marca negra y sangre según el lado de que tocara. Y de pronto fue consciente de algo más, Evil tenía razón... que horror ..
  14. Que gracia cuando tiras el anzuelo para confirmar algo y no solo pican la carnada sino que se tragan el anzuelo y hasta la caña :3

    1. Ludwig Malfoy

      Ludwig Malfoy

      Ay yo me lo quiero tragar todo también 

    2. Darla G Dumbledore

      Darla G Dumbledore

      El problema es que tú tienes una dieta muy vegana u.u

  15. casilla 28 retrocede a casilla 27 ¿Qué podía decir? Desde que la desesperación casi los consume habían pasado por mucho. Las brujas y magos que componían el grupo se habían jugado más de lo que nadie podía esperar. Llegar al borde del delirio fue cuestión de segundos. La pelirroja observó el comportamiento de sus compañeros, aunque había abierto una nueva sensación que quería dejar de lado. La verdad que haber atravesado la desesperación parecía algo de milagro, aunque sus sentimientos cruzados la habían hecho cuestionarse el continuar en Londres. Sentía que no era tan difícil de hacer "la mía" aunque ya pareciera tarde no lo era. No sabía si su renovado optimismo se debía a la caótica sucesión de colores o a algo realmente más fuerte. De pronto una presencia en aquel lugar parecía formar parte del paidaje pero, su voz cautivadora empezó a llenar el lugar. Darla no entendía cómo una adolescente podía saber tantas cosas. De pronto se les había acercado en un bailoteo y cuando se detuvo a su lado susurró asombrada –no está bien que juegues a dos caras cuando sientes y elegiste no decir que si querías y… –Darla estuvo a punto de golpearla pero al ver que algunos de sus compañeros ya se alejaban optó por imitarles y dejar a la criatura hablando sola y sin terminar de escuchar aquella verdad que bien sabía el final. Darla lanzó una furibunda mirada atrás y aconsejó a Luna que se alejara de la muchacha. Todos avanzaban para no escuchar más sus palabras. Pero parecía que caminaban en círculos, aunque avanzaban retrocedían, cómo si fuera un bucle temporal .--De nuevo acá -suspiró dándose cuenta que les esperaba un nuevo delirio, debían dar con la medida exacta o mejor dicho el camino correcto para llegar al lugar justo por el cual debían lograr la salida perfecta. Darla recogió una vez más sus cabellos y fue consciente de algo, aunque estaban a punto de lograrlo, su cerebro parecía haber ido pasando del deseo a la desesperación hasta caer en el delirio. Definitivamente debían salir.
  16. El cuento, una tradición argentina, es una antología de varios autores desde la época colonial a la década del 90, sí me dieron miedo

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