Kimberly Black en House of Books con Derhorm (?) y Cletus, el muggle.
La rubia resopló, viendo el panorama actual: tenía al hombre frente a ella diciéndole que su deseo era el “desollar al gato” lo cual, luego de lo que el gato había hecho no lo culpaba del todo, aunque vamos, su intención venía desde el momento en que había seguido al muggle hasta dentro del local en que ahora los tres se debatían en lo siguiente que sucedería. Eso por un lago, por el otro, la serpiente, cuya orden era atacar al muggle solo si este intentaba volver a atacarlos estaba quieta, observando al hombre que tras mencionar que era imposible que Derhom se salvara de su bala ahora estaba en un rincón, observado por la mocasín, a la cual había visto como si esta fuera una víbora de cascabel sacudiéndose frente a él. Iba a tener que arreglar todo el desorden que él estaba infligiendo al lugar.
—Entiendo su postura estimado, cualquiera en su lugar querría deshacerse del mal nacido ¿eres Derhorm verdad? —Kimberly le hablaba, recordándolo del Ministerio, pero su mirada iba de él al muggle, sin quitarle la vista, lo mismo que la serpiente lo hacía, no pudo evitar una sonrisa, ahh, sus años de cazadora —creo que como ministerial tenemos una ventaja, pero bueno ¿quieres apostar a por la vida de él? —sí, estaba tratando al muggle como si fuera un premio, bien merecido que lo tenía por su intento de saquear el lugar y matar a uno de ellos.
Lo que a su vez le ganaba tiempo, ¿haría algo más? ¿alguna otra jugada tonta? A la vampiresa no le importaba, pero una buena apuesta, un juego para ver quién se quedaba con el bandido. No, no era justo, después de todo primero había caído en su local, o mejor dicho en el local que ella cuidaba, el de Darla. Sí, lo había detenido primero el mago frente a ella, a quien había primero desarmado y luego defendido, curiosa situación. Sí, la pelota estaba en su campo, y estaba haciendo una jugada arriesgada. Aunque claro, ni sabía si valía la pena, pero estaba en una situación muy particular, pensaba estar aburrida y siendo Darla la que se llevase la mejor parte en el campo de acción y allí estaba ella, rompiendo la rutina de una noche nada rutinaria y más bien detestable por lo que podía llegar a suceder. En fin, las ironías de la vida.
@ Ludwig Malfoy @ Sean -Ojo Loco- Linmer