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Darla G Dumbledore

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Todo lo publicado por Darla G Dumbledore

  1. ID: 34050 Nick : Darla Potter Black Link a la Boveda Trastero: #105746 Link a la Boveda de la cual se descontara: #78114 Fecha: 06/12/2022 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Tebo Puntos: 80 P Precio: 4000 G Producto: Snidget Puntos: 80 P Precio: 4000 G Total de puntos: 160 P Total de galeones: 8000 G EDIT MODERACIÓN: Se forzó el posteo porque por un error al realizar la compra
  2. @ Goderic Slithering te go un problema, el 05/12 confirmé una compra y nunca se posteó aquí. No sé si fue una falla del la web, de mi internet o qué puede haber ocurrido, pero creo te dejo la captura de pantalla para que vean qué ocurrió y me tomen la compra. Desde ya muchas gracias.
  3. Debería hacer un registro de los roles que debo... dudo me acuerde dónde y con quién xDD salvo Anthony en la Malfoy y Ada en la Dumbledore mmm...

  4. Argentina 2 - Croacia 1 Francia 2 - Marruecos 2 gana Marruecos en penales
  5. No me simpatiza la idea de llenar dos líneas desde el celular y siento que eso me hace parecer Grinch, quizás el humor, aún no sé. Bueno a lo que venía, me animo por ahora al Santa Secreto, total hay tiempo hasta Reyes y ya me habré puesto más animosa para esas fechas. Chao...
  6. El problema de estar desde el celular es que aún no encuentro como achicar las imágenes estando desde él en fin, me gusta lo que dicen de compartir la Navidad en familia y con amigos, me sorprende la inscripción individual, pero bueno, ya llene las líneas no? Pasaba a decir eso, que es mi Gala favorita y aunque el calor me agobia quiero estar, espero tener el tiempo.
  7. Nick : Darla Potter Black ID: 34050 Bóveda: 78114 Croacia 2 Brasil 2 Países Bajo 1 Argentina 3 Marruecos 1 Portugal 4 Inglaterra 2 Francia 3
  8. Por un momento el único sonido que rompía aquel silencio que se hizo entre ellos, tras el relato sobre la maldición oscura, era el crujir de las tostadas entre los dientes de Robin. E incluso era un milagro que se pudiera escuchar, junto al suave latir de su corazón, ya que el joven parecía tan atento a la charla que era como si no quisiera emitir sonido alguno y este fuera más que nada una circunstancia adicional dada la naturaleza de su alimento. La mirada castaña de Darla se clavó en los ojos de Adrian, ¿había temor en ellos? ¿preocupación? ¿Acaso no debería temer más ella a lo que pudiera salir de sus labios? Aunque no dudaba que estaba con un caballero que no preguntaría cosas más allá de las que deseaba saber. ¿Gracioso no? —No, no es algo común que yo pueda tener los recuerdos de ella a menos que ella me los quiera dar, ambas somos oclumánticas natas, tenemos nuestros castillos mentales, o bibliotecas secretas, solo compartimos pensamientos cuando queremos y encerramos el resto e incluso encerramos a la otra en el fondo de nuestra mente cuando no… —hizo una pausa, iba a revelar algo muy íntimo, pero necesitaba que él lo entendiera bien, volvió a levantar la vista, dedicó una mirada de disculpas a Robin y luego clavó sus brillantes ojos en Adrián —¿te imaginas lo incómodo que sería si ella hubiera tenido acceso total a mi mente mientras estaba manteniendo relaciones con mi pareja? —negó con la cabeza, había en sus labios ahora una sonrisa entre pícara y burlona, se sentía hablando con un santurrón —ambas aprendimos a convivir y a ocultarnos la una de la otra, cerrándonos por completo. Darla no sabía si los morros de Robin eran por sus comentarios sexuales o por la bebida de Adrian, en la que éste parecía haberse ocultado para no mostrar su reacción ante el inequívoco camino que ella le había dado a la charla. —Acondiciona lo que quieras Adrián, es la única manera, estoy en tus manos… por ahora —su sonrisa había perdido el gesto burlón y ahora era más cálida. Volvió a dirigir una mirada de disculpas a Robin y a su vez se acabó su bebida, sin dejar de ver a su anfitrión. @ Adrian Wild
  9. Kimberly Black con Beatriz Pinzón ( @ Ludwig Malfoy ) La sonrisa de la Señorita Pinzón le pareció en cierta forma tierna, había un reflejo de timidez en ella y para la Black fue una sensación extraña, no sabría definirla, se convenció de que aquello formaba parte de su imaginación. Estos días estaban siendo pesados, las cacerías nocturnas ayudaban, encontrabas en las calles bastantes seres de baja calaña que merecían perder una buena parte de su sangre, si no toda. Pero estar allí ahora, con todos los cambios… Kimberly y Darla lo habían vivido no una sino mil veces. Todo cambia y todo permanece igual, pensó, ya que no había un sentido de continuidad en nadie, lo único cierto es que la incertidumbre de qué locura será la próxima. El tono de voz decidida de Beatriz Pinzón la trajo de nuevo a la realidad. Vaya, no había esperado volarse en un enredo mental, parecía que, aunque tranquila y segura como siempre, algo del estrés de los cambios podía estar haciendo mella en ella. —No tienes nada que agradecer, estamos aquí para ayudarnos, los cambios mágicos siempre son estresantes hasta que uno se habitúa, estoy segura que lo hubieras hecho bien sin mí —respondió la rubia con una cordial sonrisa en sus labios, había aprendido a sentir todas y cada una de las energías a su alrededor y en ese momento aquel lugar era una extraña mezcla de esencias positivas y negativas que confluían de manera extraña, había felicidad pero por los malos deseos y había pesar por una sensación de alegría al encontrar algo bueno. Kimberly sacudió la cabeza, estaba desorientada, pero no sorprendida de la rareza humana. Kimberly se sentó y comenzó a garabatear unos datos, ¿dónde se habría metido el joven Dumbledore? Ya que quería formar parte de aquella policía, y si no se quería perder la noche de la purga, lo óptimo sería que él se ocupara de llenar su solicitud. ¿Sería que aún la esperaba en las oficinas del Cuartel Auror? Kimberly dudó, no quería dejar sola a la Señorita Pinzón, quizás debería mandar un memo en busca de @ Ernest Dumbledore Prior
  10. Llegar a Hogwarts fue como un revuelo de recuerdos mal cursados. Había pasado buena parte de su tiempo de estudio con tejones, a pesar de ser un águila. ¿Se arrepentía de ello? Quizás, pero era lo que ella era, y era gracias a las buenas amistades que había hecho allí, como Phanser, Bruja Vieja y su lobito del alma, Xtrada. Pensó en los reclamos de Fantine cuando supo sus intenciones de dejar la neutralidad por ingresar a las filas de la Orden del Fénix y los reclamos de Piroman porque ambos aplicaban los mismos trucos en el circo de Phanser. ¡Qué épocas aquellas! Por unos segundos, por unos muy breves segundos, dejó que la nostalgia la envolviera, la última vez había estado por un ataque del que había sido víctima el colegio, el virus, o lo que hubiera sido, había sido superado. Su mirada castaña se posó en el Sumo Inquisidor, Mael Gryffindor se veía distinto, no tenía idea de por qué, pero a aquel frío hombre que había conocido cuando habían fingido un secuestro en el Ministerio parecía que algo le había cambiado. ¿Sería el amor o sería el trabajo? Se encogió imperceptiblemente de hombros y puso las manos en los bolsillos, encontrándose con la carta de renuncia que aún no tenía oportunidad de entregar al Malfoy. Escuchó las palabras del mago mientras tanto, le extrañó que quisiera un director, la última vez que un inquisidor se había hecho cargo del colegio había querido la dirección. Qué ironía. Levantó una ceja, pronto habría más de un hueco sin rellenar, aunque sospechaba que habría más de una palometa al acecho. Le hizo gracia, sin embargo, el comentario de que no tenía más remedio que dejarlos entrar. Sospechaba que era tan broma como su renuncia. Pero bueno, a ponerse cómodos, banquete, organización y váyase a saber qué planes tendría el Malfoy para todos. Suspiró, necesitaba dejar atrás toda esa vida ridícula y sin sentido. Luna ya podía defenderse sola y tenía a su padre, sí claro, para que la cuidara, eso si no prefería cuidar las piernas abiertas. Ya podía renunciar al puesto que la habían obligado a mantener por una promesa mal hecha. Casi podía respirar los aires de la libertad.
  11. Nick: Darla Potter Black [Scarlet Akane] Link a la Bóveda: 78114 Rol de Personaje: Enlace de la Embajada Mágica de Argentina con el Ministerio de Magia Inglés / Librera Información Adicional: Librera especialista en incunables, imprenta de libros de fondo, vendedora de libros de surtido, coleccionista de libros verdes, blancos, de oro, penador y sacramentales. Restauradora de incunables y manuscritos. Modificadora de Memoria (ex Directora del DAMyC) Coleccionista de objetos peligrosos y reliquias Estudiosa de maldiciones, artes oscuras y defensa contra las artes oscuras. Especialista bancaria. Ex Jefa de la Seguridad Mágica del Ministerio inglés, ex Jugadora de Quidditch para Tutshill Tornados - puesto: Cazadora.
  12. ¿Cuántas veces había tenido aquella sensación? Ahora estaba allí acostada, en silencio, con los ojos cerrados queriendo volver a dormirse, pero era como si algo la hubiera despertado bruscamente. Más bien había sido alguien en sus sueños, pero ella sabía bien que los sueños no siempre son simplemente eso. Los rizos rojos estaban desparramados por toda la almohada, había sido un sueño agitado. ¿Una pesadilla? No sabía si llamarlo así, no eran sus sueños, no eran los de Darla, eran las emociones y contactos mentales de Scarlet, su alter ego. «Están vivos y quieren poder» las palabras de Scarlet dentro de su mente la hicieron asentir, lo había sentido. Extendió su mano en la oscuridad y buscó en el cajón el anillo de la hermandad, aunque no estaba segura de si serviría de algo. La verdad es que en Rumania, entre la proclamada reina Lisa y los levantamientos de clanes en cada uno de los condados era algo que la tenía desgastada. Ella no había querido estar a cargo de aquella situación y sin embargo allí estaba, asumiendo el papel que le hubiera correspondido a Scarlet de haber ocupado en forma definitiva su cuerpo. Abrió sus ojos castaños y posó su mirada en el techo de su habitación. El anillo parecía tener una conexión con cada uno de los miembros del clan y con cada uno de los integrantes de la hermandad. Era una sensación extraña, pero era obvio que algo estaba ocurriendo, aunque no lograba saber con exactitud qué era. Presionó suavemente el anillo sobre su pecho sin colocárselo aún y volvió a cerrar los ojos. Nuevos recuerdos de Scarlet invadieron su mente, trayéndole un nuevo cuadro de cómo eran las luchas internas antes de que la hermandad ordenara todo aquello. No, no podía volver al caos anterior, eso era obvio, pero ella no quería ocuparse. Recordó a la bruja que había estado a punto de asumir una vez más el control de todo. ¿Dónde estaría ella ahora qué hacía falta?
  13. El afecto entre ella y Anthony se siente en cada gesto entre ambos, Darla se siente culpable por haberle hecho brillar pequeñas perlas en esos ojos que llevan la dulzura de su color. Ella extraña a su Seba, y extraña algo más que ha perdido en la vida, pero también es algo que sabía ocurriría desde el día en que asumió que había sido convertida en un vampiro. Miles de vidas podían vivirse pero miles de muertes debían cobrarse. Kazuk vino a su mente y las reglas del juego que cambiara para ella Gabriel Van Helsing. Pero aquel pasado quedó rápidamente enterrado ante las suaves y cálidas palabras de Anthony. —Aprender siempre es bueno, nunca dejes de hacerlo —afirmó la pelirroja acariciando el brazo del mago en forma afectuosa —cuando quieras allí está, es un lugar menos concurrido con la modernidad muggle que nos ha invadido, pero siempre podrás encontrarte con Leto, cuando quieras, yo paso no tan seguido como antes pero allí estaré si me buscas —la Potter Black sonrió con ternura. Escuchar que el mago era muy requerido por sus pinturas y los ensayos con su banda, la hicieron sonreír más, se sentía orgullosa de las artes del joven. —Que maravilla, creo que yo también debería pasarme por tu atelier algún día, me encantaría ver tus trabajos y quizás cuando estés más liberado encargarte un cuadro para el local, uno personal, hicieron uno de Seba que coloqué allí pero ese es un trabajo no propio —Darla se sonrojó por no haber pensado antes en encargarle al muchacho el cuadro que adornaba el local. Aunque no lo ha demostrado ha notado algo en el gesto de Anthony, está segura que es una expresión similar a la que había sentido ella cuando al principio su prometido había viajado. —Perdón por no haber estado presente en tus conciertos, sé que sueno a pésima amiga por pedirte esto, pero avísame cuando vayan a dar uno, me encantaría estar presente —en verdad se sentía culpable por no estar más para él. @ Anthony R. Dracony M.
  14. Kimberly Black en House of Books Escuchar las palabras del muggle la sacaba un poco de quicio, en verdad aquel hombre no se daba cuenta de la presencia de un verdadero asesino ante él. Kimberly podía entender que el hombre se hubiera postulado para la policía ministerial, pero lo que había visto en sus ojos y sus primeras palabras habían expresado era más que claro, Kim sabía reconocer a un asesino y hasta se podría decir que su piel se erizaba como ante la presencia de una tormenta eléctrica. No por miedo o temor, sino por la fuerza de las ánimas que podía sentirse que rodeaban a quien las había tomado sin ningún reparo. Como fuere, allí estaban, un triángulo que pronto se iba a disolver, claro que ella no esperaba aquel movimiento, el portal apareció y desapareció tan rápido como la caída del muggle a través de él. —No me des órdenes, y no tenías derecho a decidir sobre él, estaba en la tienda a mi cargo, y por más que te debiera una reparación tú no eres nadie para decidir sobre un muggle —la mano de Kim sobre su varita estaba crispada y la rubia había tenido que apelar a toda su entereza para no lanzar un crucio sobre el tal Derhorm. —Largo de aquí… haré un informe sobre esto, aunque dudo que te importe, los muggles, por más imbéciles que sean, no eran nuestra decisión. Tampoco había sido necesario echarle en demasía, tras una serie de murmuraciones sin sentido él se había marchado del local y Kimberly colocó las protecciones. Cletus había podido entrar porque Darla había pensado aquel lugar como un santuario, pero al pobre tipo le había costado caro. Ahora era consciente de que más peligroso que nadie eran los que se sabían o creían intocables. Con gesto calmo movió su varita. —Expecto Patronus —la cierva tomó forma luego de que de la varita de acebo se formara en primer lugar una bruma brillante. Tras recibir su mensaje de lo que había ocurrido la cierva salió galopando rumbo a su destino. Darla Potter Black en las cercanías del Ministerio de Magia Moverse con cautela ya no tenía sentido, la pelirroja odiaba aquello y lo único que pudo hacer en ese momento tras escuchar las palabras del recién llegado era atacarle o defender a los presentes, optó por lo segundo. —Aqueora —repitió lanzando el escudo de agua sobre los cuerpos de más de uno de los presentes que se vieron rodeados de esferas protectoras que repelieron las flechas de fuego, para aquellos que no alcanzó a proteger chocos de agua llegaron a apagar las flamas tras que lanzara varios —aquamenti —sabía que habían sido convocados allí para proteger al Ministerio, pero si Ludwig esperaba que ella aceptara hacerlo poniendo en práctica la purga la conocía menos de lo que él se imaginaba. Su varita se volvió con furia y un nuevo hechizo salió de sus labios antes de desaparecer rumbo a la otra punta donde iba a apagar las llamas de una tienda departamental. —Anular Flechas de Fuego —el efecto sería instantáneo sobre la figura que había visto lanzando los filamentos y sonó un crack que indicó su desaparición que la llevó al local que se incendiaba. Para encontrarse allí con la sorpresa de un patronus con forma de cierva que la alcanzó. La tensión hizo presa de sus hombros al escuchar el relato.
  15. "Arráncalo despacio, hasta que deje de sangrar, o mejor aún, hasta que deje de latir ."

  16. —No me lo tome a mal, no fue con mala intención, como ha dicho le he mal interpretado, además ¿qué es lo que le llama la atención de mí? Creo que nadie se acerca a mí porque a nadie le intereso, o tal vez doy miedo —sonrió y se permitió mostrarle sus colmillos, como intentando explicarle, después de todo, un vampiro puede tener como mil años y no a todos les interesan las mujeres mayores, cuando ni saben por cuántos años y menos cuando no tienen las riquezas que otras pudieran llegar a tener. Bajó la cabeza unos segundos y luego volvió a verle, esta vez con una sonrisa más cálida y con gesto avergonzado. —No me malinterprete, pero yo no me considero especial y bueno, por ello no entiendo por qué me ve algo que pudiera ser interesante para alguien más —él parecía disfrutar de su bebida y ella, en ese momento, deseó algo más, hizo un gesto con la mano, como pidiéndole que le tuviera paciencia unos segundos y se giró, llamando a uno de los elfos. Cuando este se acercó le dijo con expresión un poco cómplice. —Tráeme una botella de rakia y un vaso para beberla, la tomaré luego que acabe el té —el elfo la miró con expresión extrañada pero asintiendo se retiró y ella siguió escuchando la historia de la esposa del Peverell. —Esta vez me malinterpreta usted a mí, Nexo —se atrevió a llamarlo por su nombre —quería decir qué busca aquí en Ranas Lunares, sí recuerdo su búsqueda del elixir, y, le confieso, que aunque soy buena conocedora de pociones, no llevo esa que usted busca aquí conmigo —hizo un suave gesto echando sus brazos hacia atrás, como si se ofreciera para un cateo para luego retomar la seriedad. —Lamento lo de su esposa, los Black mmm… siempre tuve debilidad por esa familia, aunque nunca tuve una verdadera oportunidad de conocerles a fondo como quisiera —reconoció viéndole a los ojos —¿la extraña? ¿no la ha buscado? Creo que yo podría ayudarle si usted me diera algunos datos para poder encontrarla —se detuvo y se quedó callada, pensando ahora en la pregunta que él le había hecho y sonrió con timidez. —¿Quién no anhela ser feliz? y tener a alguien con quien compartir esa felicidad, aunque más no sea por un momento fugaz o por una eternidad, según se den las estrellas en el cielo —sí, sabía que había sido feliz hacía años y sentía que había logrado casi serlo hacía poco, aunque no entendía por qué sentía eso último y menos entendía por qué se lo revelaba a él, que recién aparecía en su vida y en tan extrañas circunstancias y sin embargo… —fantasías… ufff… creo que he tenido muchas toda la vida y aún hoy las tengo, el poder cumplirlas ya es otra historia, a veces uno no se atreve a ir más allá de fantasear, aunque podrías ser… —sonrió y agradeció que en ese momento hubiera llegado el elfo con una charola en la que lucía un vaso tallado y una botella de rakia, Darla le agradeció y pagó los galeones que costaba, aunque aún intentaba entender por qué había pedido la única bebida capaz de emborracharla siendo vampiro. —¿Y usted? ¿Cuáles son sus fantasías? —se dio cuenta que acababa de terminarse su té, ahora le tocaba seguir bebiendo junto a su tan curiosa compañía que la estudiaba como si en ella pudiera leer el mapa que lo llevaba al elixir que buscaba —¿cuál quiere cumplir? —imaginó que sería una relacionada con su búsqueda o su esposa. Dejó a un lado la taza vacía y tomó la botella, sirviéndose un trago y extendió su vaso hacia el de él. —¿Brindamos por ello? Digo, —sonrió con expresión misteriosa —quise decir por las fantasías cumplidas o por cumplir. @ Nexo Peverell
  17. El suave susurro de Anthony en su oído aún retumbaba más en su corazón que en otra parte, un cálido sentimiento había recorrido tras el estremecimiento que sus palabras y su voz habían provocado en ella. Había que tenido que utilizar todas sus habilidades para disimular lo que sentía, lo que añoraba, lo que buscaba luego de tanto tiempo. Pero ¿cómo podía responder a sus siguientes palabras? Fue casi como si estrujara su corazón, cuando falte su persona especial. Darla mordió levemente su labio por dentro, había intentado quitarse la vida un par de veces al faltar esa persona, pero ¿había fallado? Sonrió y esta vez sí se permitió, gracias a la metamorfomagia, sonrojarse. —Te admiro por eso Anthony, yo sigo intentando estar viva, aunque mi resistencia... —se encogió suavemente de hombros negando con la cabeza —he utilizado nigromancia y he renunciado a cosas que ya ni recuerdo pero que sé que han dolido al irse para poder tener más tiempo, tú al menos tienes una esperanza abierta, yo solo puedo pretender abrazar en el futuro en una nueva vida, en una vida en el más allá —sus labios mostraban una sonrisa suave pero en sus ojos había melancolía. —Yo he decidido vivir, pero también soy egoísta, he querido ser feliz, primero emborrachando mi alma y luego... —hizo silencio y bebió un poco más del mojito —y luego te juro no lo recuerdo porque decidí perder algo con tal de volverle a ver, pero no ha sido como con la piedra de la resurrección, te lo juro aunque… —por primera vez en años Darla pensó en esa roca que sabía que alguno de los antiguos miembros del Wizengamont había tenido en su poder, dudo ¿quién la tendría ahora? Pero se obligó a volver junto al hombre que más quería en este mundo mágico y que en ese momento la tenía de la mano, con esa mirada profunda de hombre tierno y afectuoso y ante sus palabras ella también río y le abrazó afectuosamente susurrándole al oído. —Pues si hay que dar gracias, yo agradezco que estés en mi vida, bendito el día que llegaste a nuestro local y bendita la hora en que nos permitiste ser parte de tu vida, gracias por ser parte de la mía —la pelirroja acarició con ternura la mejilla del mago, sosteniendo su mirada y sintiendo como un amor tan puro podía existir en esta vida. Había olvidado al resto de los presentes y se sentía feliz, incluso con esa risa cómplice que habían compartido ella y Anthony, lamentaba que él no pudiera estar, de momento con su amada Cindy, pero confiaba en que se reunirían más pronto que tarde. Y una vez más se sonrojó. Así era la vida, dulce y extraña. —¿Qué más me cuentas cielo? —preguntó sintiendo que era feliz por estar allí, por primera vez en la noche, gracias a su compañía. @ Anthony R. Dracony M.
  18. Nick : Darla Potter Black ID: 34050 Bóveda: 78114 Países Bajos 3 - 1 Estados Unidos Argentina 2 - 0 Australia Francia 2 - 0 Polonia Inglaterra 3 - 2 Senegal Japón 2 - 1 Croacia Brasil 3 - 0 Corea del Sur Marruecos 0 - 2 España Portugal 1 - 0 Suiza
  19. Darla Potter Black y Kimberly Black en House of Books antes del viaje a Hogwarts ¿Cuánto había pasado desde la cena en la mansión Malfoy buscando celebrar Acción de Gracias? Ella sentía que absolutamente nada. Ludwig la continuaba esquivando y ella no podía presentar su renuncia como deseaba. Es verdad que podía irse, simplemente dejar el puesto y adiós pero por respeto a la amistad que alguna vez se formó entre ella y el Malfoy no lo había hecho aún. A pesar de que era consciente de que más de uno tenía la botella de champagne en el freezer lista para festejar su desaparición. Kimberly la veía con una sonrisa burlona desde el sillón que tenía en su habitación, la rubia estaba vestida con sus típicos pantalones de cuero, una musculosa al cuerpo y sobre el apoyabrazos estaba su chaqueta de cuero. Las piernas cruzadas de la Black hacían lucir sus altas botas y, con sinceridad, Darla la envidiaba en ese momento. —No es justo —murmuró por nonagésima vez entre dientes y una carcajada de la rubia fue toda la respuesta, bueno, no toda. —Pues es el precio de ser Jefa mon amie, yo soy simplemente tu mano derecha y además alguien debe quedarse cuidando el fuerte, o mejor dicho el vuelto a reparar ministerio—Kimberly le guiñó el ojo y Darla bufó y se calzó unos estiletos estilo animal print. A decir verdad lo que más envidiaba de Kim era su relajación y que no tuviera que ir a Hogwarts, ella había elegido un pantalón de cuero negro ajustado similar al de la Black una camisa verde oscura con bordados del mismo color burdeos que su abrigo y llevaba una chalina y un sobre verde botellas completando su look más que distaba un poco de parecer el de una Directora de Seguridad, o eso creía ella. —Ludwig ha puesto a disposición su réplica del Expreso de Hogwarts para ir allá, desde que los mortífagos atacaron King Cross aún no terminan de reparar el original, la verdad preferiría ir en mi moto voladora —comentó la pelirroja mientras se dejaba caer en el sillón junto al de Kim. —En San Valentín también lo puso a disposición ¿verdad? —Darla solo se encogió de hombros en respuesta, no le apetecía recordar que había viajado aquella vez para no obtener nada bueno de los mundos visitados —se te hará tarde —agregó Kim, viéndola totalmente relajada y sin ganas de salir. —Llegaré en dos patadas, por ahora puedo aparecerme en el lugar desde donde parte el tren —dijo la pelirroja resignada y se levantó, tomando su monedero de piel de moke modificado, el cual guardó en el bolsillo del abrigo y acomodó su varita en el bolsillo derecho del mismo para luego volverse y dedicarle una mueca a su amiga que la veía con gesto divertido mientras se desaparecía rumbo a la réplica del expreso de Hogwarts. Darla en el Expreso de Hogwarts El Expreso era grande y los concurrentes aunque numerosos no lo suficientes para llenarlo. El equipo de seguridad había estado allí a primera hora, cuidando que todo estuviera en orden en el andén y luego en el tren. Esta última tarea difícil, considerando que el Malfoy lo había puesto a disposición en el tamaño adecuado a última hora. Claro que por otro lado también era una ventaja, no iba a haber un microniano escondido en él. La pelirroja fue recorriendo vagones, observando la seguridad, la jefa auror leyendo, al igual que el Ministro, su cuñada Ada había dado orden a su seguridad que no la molestaran y ella había aceptado siempre y cuando le aseguraran que habían cuidado bien de que su compartimento privado tuviera la seguridad adecuada. Y así cada vagón y compartimento, ya fuera de un miembro ministerial o de la comitiva de extranjeros. Darla se preguntaba si el Malfoy se habría atrevido a intentar una vez más recomponer relaciones con el MACUSA, ella pensaba que quizás podría existir un nexo de paz, pero lo veía tan lejano y el nexo probable tan cercano a adherir a los americanos que no sabía qué pensar al respecto. Así, con tranquilidad y con cero ganas de descubrir que había pasado ahora por la mente del Malfoy al modificar Hogwarts, tal cual lo había hecho Sagitas en el pasado, fueron llegando a destino. Ya había en Hogwarts otra tanda de aurores pero sobre todo policías ministeriales, que se habían anticipado y cuidado el orden del lugar. Darla se sentía igualmente intranquila, pero ahora dudaba que fuera por la seguridad del Ministro o por su propia integridad mental. Y Ludwig tenía hambre… seguro no se había podido comer a nadie o nada en el viaje.
  20. El mojito había llegado y lo había terminado más rápido de lo que deseaba, de hecho casi de un solo sorbo, por lo que había pedido un nuevo trago, no prestando atención a las voces que se iban multiplicando con la llegada de más personas al hogar de los Malfoy. La pelirroja recibió su nuevo mojito y comenzó a creer que lo mejor sería, para tomar coraje, beber luego un vaso de rakia, claro que quizás la familia no tuviera la bebida nacional búlgara, ¿para qué? Por otra parte tal vez era lo mejor, emborracharse no era del todo un plan ni lógico ni práctico, pero en verdad se sentía total y completamente fuera de lugar en la casa de Ludwig o siquiera en su cercanía. Perdida como estaba en sus pensamientos y en su creciente mal humor no había notado lo único positivo de la noche, la llegada de Anthony. Y no fue hasta que la voz del joven mago se dejó escuchar, saludándola cordialmente, que la pelirroja no cambió su expresión y con una sonrisa feliz giró hacia donde estaba el muchacho. —¡Anthony! Qué alegría verte —expresó con total sinceridad y felicidad, de hecho su seria expresión había cambiado hasta el punto de tener ahora una sonrisa de real felicidad en su rostro, dejando el vaso sobre la barra se acercó al joven y le abrazó, depositando un cálido beso en su mejilla. —Claro que me encanta la idea de hablar contigo, será un gusto —extendió su brazo para tomar el vaso a medio llenar que había sobre la barra y observó lo guapo que lucía Anthony, el traje violeta y la camisa plateada hacen lucir aún más su bello rostro, su cabellera verde y esos ojos tan tiernos de color miel que ella adora —en serio que estás guapo @ Anthony R. Dracony M. , a veces olvido que eres todo un hombre —y no puede evitar darse cuenta el afecto tan grande que siente por él. Sonríe y siente culpa a la vez, le ha dejado solo tanto tiempo, aunque no es solo a él, ella ha huído de todo y si él supiera hasta qué punto deseó huir y casi lo logra hacia un par de años y un año antes, de seguro se lo reprocharía, en ese momento se alegra de no poder sonrojarse y cómo para escapar de sus propios reproches le pregunta —¿cómo has estado? ¿qué es de tu vida mi querido Anthony? En serio me alegra poder estar contigo esta noche, —para agregar en un tono más bajo e íntimo —te confieso que no entiendo nada de la celebración que hace el Ministro.
  21. A veces hay que tener cuidado con lo que se desea porque se puede conseguir. Aunque lo que hasta ahora había obtenido es satisfacer, en parte su curiosidad. El hombre ahora sentado frente a ella sostenía su bebida, la cual había llegado en el momento exacto, para cuando ella lo invitaba a quedarse. Nexo Peverel había dicho no esperar a nadie y decidido compartir el momento con ella. Su pregunta, sin embargo, le parecía un poco peculiar, no por su inquisición por los gustos sexuales de ella sino porque le pareciera extraño que una mujer, con o sin pareja, no pudiese disfrutar a solas. Claro que si teníamos en cuenta que había sentido la necesidad de invitarlo a su mesa podíamos pensar que ella sola no se satisfacía, al menos en ese particular momento. Pero mejor dejemos hablar a la interesada. –Me sorprende Señor Peverell que piense que de tener pareja no debería estar sola, a veces, aún teniéndola, es agradable disfrutar un momento de propia intimidad –sonrió dejando que la mirada de él la auscultaba como si quisiera radiografiarla mientras ella disfrutaba por unos segundos de su bebida, luego volvió a centrar la mirada en él, había quedado una parte sin aclarar. –En cuánto a novio, tuve, pero falleció y respecto a novia… mmm… no voy a negar que alguna vez me he sentido atraída por una mujer, aunque no llegamos a concretar nada y menos me ha pedido ni he pedido a ninguna ser pareja mmm… aunque tengo predilección por los hombres no me niego a poder llegar a tener algún interés femenino pero de momento, estoy sola hace más de dos años mmm… –mucha información y nada a la vez –¿Y usted Señor Peverell? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Quién lo espera? ¿O ha llevado a ese alguien en sus viajes? –apoyó los codos en la mesa, su rostro sobre sus manos e inclinó levemente su torso hacia él, luego de haber movido levemente la taza hacía el centro de la mesa, para apreciarlo mejor. @ Nexo Peverell
  22. Justo al medio, hace 2 días del 26 y faltan 2 días para el 30. Empieza diciembre y se sacude la vida como una coctelera de sensaciones che. 

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