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Darla G Dumbledore

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Todo lo publicado por Darla G Dumbledore

  1. Se movió despacio, sabía que no era necesario, no había mucha gente en el ala del castillo que ella habitaba, los elfos si querían podían sorprenderla, pero sabían que no era buena idea. Así que la pelirroja sabía que podía andar por aquel lugar sin preocupación alguna. Las habitaciones de su cuñada estaban dos pisos más arriba y en el ala contraria a la suya. La mayoría de las habitaciones ocupadas estaban en tercer y cuarto piso y los pocos habitantes del segundo piso, estaban en alas alejadas de la suya y en su mayoría estaban tanto o más desaparecidos que ella misma. Se detuvo de pronto a la mitad del pasillo que recorría, a veces, las sensaciones de recuerdos que no tenía invadían su ser. Era consciente que aunque en su mente no había recuerdos de hechos lógicos que la hicieran sentir de esa manera había algo que por momentos le hacía pensar en el riesgo que corrían los magos antes poderes que ni ellos mismos eran capaz de comprender. Era cuando pasaban esas repentinas sensaciones de querer ayudar a alguien y rescatar no sabía bien a quién que le venían esos pensamientos de preocupación por la seguridad del mundo mágico. Darla estaba convencida que todo aquello formaba parte de un sentimiento de culpa que se negaba a reconocer por haber abandonado a la joven Luna Gryffindor. Es verdad que en esas ocasiones también sentía un poco de culpa por Kim, aunque sabía ella sabía arreglárselas solas y tal vez, la que menos reconocía, por el ministro de magia, Ludwig. ¿Cuándo habían dejado de ser amigos? Suspiró y se dejó caer suavemente, sentándose sobre la alfombra del pasillo con la espalda apoyada contra la pared. Cuando esos no recuerdos la abrumaban debía detenerse, parar todo lo que estaba haciendo y dejar que la paz fluyera por su ser. No le interesaba recuperar los recuerdos que había dejado por la mejor de las causas, pero tampoco quería que las historias de su pasado la dominaran. Con calma abrazó sus piernas, cubiertas por una calza gris con trama de panal de abeja y las mangas negras de su remera contrastaron con las palmas y pies blancos como la nieve. Vaya día…
  2. La pareja de brujas habían dejado todo en orden para mantener cerrada la sucursal de House of Books en Nueva York, haciendo varios hechizos de seguridad habían decidido partir utilizando la red flú. Para ello se dirigieron a la sede del MACUSA desde donde dejaron registro de su viaje y partieron rumbo al antiguo pueblo escocés. Sheila y Tess eligieron hospedarse en una posada del pueblo cercano ya que imaginaron que el pueblo en que se realizaría el festival estaría lleno hasta más no poder. O al menos eso esperaban, querían conocer gente y disfrutar de un buen espectáculo, pero preferían evitar las multitudes si llegaba a haber desbordes. —Iré a adquirir las entradas mientras tú terminas de registrarnos y acomodar nuestras cosas —dijo Tess a la norteamericana. —Ok, pero no te quedes dando vueltas por ahí, yo también quiero conocer —dijo con expresión fingidamente seria la joven Bennett. —No te preocupes —respondió la belga con un guiño antes de desaparecer rumbo al pueblo mismo en que se llevaría a cabo el festival mágico. Al llegar la rubia se dirigió hacia el local en que sabía le entregarían las entradas que había conseguido, sí, debía reconocerlo, de una reventa, no tan cara, sobre todo cuando la vampiresa le había recordado al revendedor quién era ella y qué le debía él luego de tantos años. Ventajas de haber pasado algún tiempo en Gran Bretaña, suponía. Tess, se sentía tranquila, el pueblo no lucía tan mal, había leído en los periódicos todo lo acontecido en Hogwarts y Hogsmeade y aunque la información no llegaba retaceada y además sus amigas les habían mantenido al tanto de todo, no podía imaginarse lo terrorífico que podía haber sido todo aquello. Iba pensando en ello hasta detenerse frente a un quiosco de periódicos, los magos seguían prefiriendo utilizar el papel, al contrario de los muggles y no maj que se habían vuelto hacia medios tecnológicos para mantenerse informados. La rubia metió la mano en el bolsillo interno de la larga capa de viaje que llevaba, de tela fina y delicada en un color gris, cubría por completo el vestido corto que había elegido para esa temporada. Verano o no sabía que las lluvias siempre estaban a la orden del día salvo que utilizaran hechizos metereológicos. Las botas hicieron un suave taconeo sobre la madera del quiosco de diarios. —¿Me da una copia de El Profeta por favor? —dijo mientras tendía las monedas al encargado del local.
  3. Darla y Carlos Aguirre en la embajada de Argentina, antes de la celebración. Darla leyó el documento que tenía en la mano, lo bajó lentamente, levantó la mirada y miró al hombre que estaba frente a ella. Carlos, uno de los secretarios del embajador argentino la observaba con una expresión sería, pero ella sabía que el hombre era cualquier cosa menos eso. Con su saco sport, una camisa blanca y unos jeans azul oscuro nadie hubiera dicho que el castaño fuera parte importante del cuerpo diplomático. –¿Está bromeando? –los ojos de la pelirroja se clavaron en los oscuros ojos del hombre que a duras penas disimula una sonrisa. –Para nada, es una solicitud muy formal, y si no le molesta puedo ser su acompañante. –¿Me está tomando el pelo? –su humor le impedía tirarlo. –Claro que no, es una fiesta de su cuñada y no me molestaría para nada acompañarla, cuestión de diplomacia –esta vez el hombre sí se permitió una leve sonrisa. –El embajador sabe… –quería expresar que ese no era el trabajo para el que había sido contratada pero Carlos la interrumpió. –El embajador desea que nuestra delegación se vea representada no solo por la parte diplomática sino también por alguien que conozca bien a la ministra y pueda conocer los entretelones del espionaje de la región. Darla se puso de pie dando un golpe con la carta sobre la mesa pero Carlos la ignoró y continuó hablando. –La asistenta de protocolo ha elegido para usted un vestido de satén celeste con detalles o bordados en tonos celeste y blancos, a juego con nuestra bandera, ehmm… eso me ha dicho –agregó el hombre encogiéndose de hombros a pesar de la mirada asesina de la Dumbledore.
  4. Sheila Bennett y Tessa Brower en Nueva York —¿Has tenido novedades de Inglaterra? —la morena revisaba algunas cuentas, desde que la morena se había hecho cargo junto a Tessa de la “mini” sucursal de House of Books en Nueva York la joven sentía que cada vez la ponían más a cargo de todo. Y en cierta forma tenía razón, a Tess no le iban los números, la vampiresa era más una mujer de acción, era de las más últimas neófitas creadas por Scarlet y por ello era una de las más temperamentales. Al contrario de la bruja americana, una humana descendiente de las brujas de Salem y con sangre druida. Nada del otro mundo, claro. —Kimberly dice que ha habido muchos muertos, que Darla ha dejado el Ministerio antes de eso y que todas se han mantenido alejadas y a salvo, sea lo que sea eso —el tono frustrado de Tess era más que obvio, Sheila levantó la vista de las cuentas y correspondencia que estaba revisando para mirarla. La rubia se notaba que hubiera deseado estar en medio de aquella “acción” aunque peligrara la vida. —Tess, ¿no has pensado en decirle a Kimberly que deseas regresar? —la rubia levantó la mirada y lanzó un bufido. —Ella lo sabe, pero dijo que me avisara cuando sea seguro —se levantó, dejando la pose desgarbada en el sofá y sentada con las piernas cruzadas al estilo indio la belga miró a su nueva amiga —te tocaría estar a cargo de la librería —la morena encogió sus hombros. —Todo en el mundo mágico está tranquilo, cualquier cosa puedo contactarme con el elfo de Darla, Tommy, él siempre tiene respuesta para todo —dijo con una sonrisa la Bennett, le había tocado tratar con el elfo de la pelirroja y en verdad no parecía un elfo, estaba segura que era un humano que había sido transformado en elfo por algún castigo. Sheila continuó revisando la correspondencia y quedó sorprendida con un sobre proveniente de Kimberly Black precisamente, dirigida a ellas dos, dentro de él había una publicidad de un festival musical que se llevaría a cabo de Inglaterra. Y La Black las invitaba a que vinieran a relajarse luego de un tiempo de locura, incluso decía que podían cerrar por unas semanas el local en Nueva York. —Tess, creo que tus ruegos han sido escuchados —dijo mientras se ponía en pie para acercar el panfleto y la carta a la rubia belga que de un salto ya estaba a su lado, leyendo con avidez la esquela. —¡Nos vamos a Escocia! —chilló feliz la Brower haciendo dar un respingo a Sheila.
  5. Se detuvo manteniendo al informe que le habían alcanzado mientras escuchaba las palabras que el empleado de la embajada le dirigía. Muchas cosas en verdad, Austria, Francia, hasta la propia Gran Bretaña. Darla se preguntó qué tanto era importante aquello en este momento. Definitivamente lo más sorprendente de todo para ella era que algunos de aquellos magos que les gustaba figurar en las primeras planas hubieran optado hoy por la privacidad de sus casas u oficinas privadas. Sí, asombroso. —Bien, Carlos, gracias por la información, estoy segura que el señor embajador sabe que me ocuparé de ello, pero asegúrale que nada de lo que está pasando es tan grave, hierba mala nunca muere, dile esa frase y él me entenderá —sí, Carlos era originario de su patria, pero no conocía el verdadero significado del refrán que le decía la pelirroja. Cuando quedó sola Darla leyó rápidamente el informe que le dejaran, le molestaba de sobre manera que nadie tuviera idea de en qué sanatorio y cómo había finalizado el parto de la emperatriz austríaca y no tuvieran idea de dónde estaba ahora ella y su cónyuge el embajador suizo. Tendría que preguntarle a su cuñada, ella seguramente tendría alguna información, quizás como si nada en una charla. Lo otro que no le sorprendía del todo era que hubieran internado a Ludwig, lo que si le sorprendía era que ella había experimentado el poder de su objeto mágico. Era imposible que aquel objeto no tuviera éxito en la función de mantener con vida a su propietario. Lamentó no haber podido estudiarlo con más detenimiento, pero seguía confiando en su funcionamiento. Dobló el informe y lo guardó en su bolso de piel de moke, donde nadie podría tener acceso a él y a sus detalles. Suspiró, en ese momento entendía las escapadas de Seba fuera del mundo mágico y se preguntó, con sinceridad, si tenía algún sentido que ella estuviera allí. Pero el legado de Seba no quería tirarlo a la basura, eso era algo seguro. Acomodó sus cabellos, el rojo profundo que traía en esos días resaltaban sus rizos a pesar de todo, el jean y la mediapolera eran ideales para aquella estación que apenas empezaba, se echó una capa sobre los hombros y ni hizo sonido alguno cuando desapareció de aquella oficina en la embajada sudamericana.
  6. —¿A qué te refieres? —la bruja observó con curiosidad al más joven de los elfos del local. —A que he sentido su presencia, su tristeza, ya no es la misma persona, pero su esencia está en el fondo, también la puedo sentir —las manos de Leto estrujaban con ansiedad el overol que le había regalado Anthony. —Humm… entiendo lo que dices pero tú sabes que las personas cambian, él ya es mayor y debe saber lo que hace… —los ojos del elfo brillaron por unos segundos obligándola a callar —ya, ya, no es para mal, tenlo por seguro, vamos, ve y junta todos esos recuerdos y guárdalos en unas ánforas de cristal, protegidas ¿sí? —el elfo asintió y se retiró, dejando a la bruja pensativa. Sí, todos cambiaban, quizás en los vampiros no se notase, pero también esos seres lo hacían. Los metamorfomagos, los demonios, los licántropos… sí, todos cambiaban. Caminó unos pasos y observó por la ventana del despacho, hacia los jardines en donde las puertas mágicas habían sido instaladas y solo quienes eran cercanos a la dueña del local podían tener acceso hacia el verdadero hogar que habían construido los dueños de House of Books. El atardecer pintaba de luces más que bellas el atardecer londinense, lo cual era algo extraño en realidad. Observó con más atención, intentando descubrir qué era exactamente lo que le parecía fuera de lugar pero no terminó de estar segura, lo cual le molestó en demasía, no solían escapársele aquellos detalles. La campanilla había sonado un par de veces antes, pero la bruja no le había prestado atención, allí estaban Tommy y Leto, atenderían a los que llegaran, esa no era su función y con delicadeza tomó entre sus manos la carta de su amiga, era la tercera o cuarta vez que la leería, había preocupación en su mirada cada vez con sus ojos pasaban por sobre aquellas palabras escritas casi como en código para ella sola.
  7. Se sentía molesta, había estado a punto de regresar de su exilio auto exigido y todo, absolutamente todo, se había borrado. No tenía otra forma de describirlo. Había sido como un sueño. Había hablado con Leto, de cómo extrañaba a Anthony, de cómo había sentido su presencia. Había hablado con Lualú de cómo había descubierto pequeños recuerdos de su Dash que había encontrado en un olvidado baúl. Sus charlas con Tommy y las indicaciones que Kimberly les había dado para que se cuidaran y no confiaran en nadie durante la ausencia de Darla. Se detuvo y lanzó un suspiro, su mano había estado a punto de abrir la puerta mágica que unía el verdadero y secreto hogar de Darla y Seba con el hogar que habían formado en House of Books. Y todo, todo, se había desvanecido delante de ella como si de un sueño se tratara. La pelirroja, con sus largos y enrulados cabellos observaba aquella imagen borrosa en su mente. ¿Qué había pasado exactamente? No estaba muy segura de ello, pero había optado por volver a aparecerse en su habitación del castillo Dumbledore. Esa familia, Anthony y Kimberly eran aquellos en quien la pelirroja más confiaba. No tenía nada ni a nadie más en ese momento en su vida. Excepto... sacó de su bolsillo aquella esquela que le habían dado y lo supo, quizás no fuera su sangre pero era la de Scarlet y si era de su alter ego, también era de ella...
  8. No importa el tiempo que pase, siempre estarán en el corazón de aquellos que te quieren de verdad.

  9. rihanna+valerian37.gif

    *repasando un poco el perfil*

    Nada cambia...

     

    Lo bueno de guardar los chats hasta del MSN para recordar... 

     

  10. Apio Verde Tuyo, Noe 💚 🌿 Happy Birthday Noe!! Feliz cumpleaños Noe!! Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David, como es tu cumpleaños hoy te las canto a ti 🎶 No me olvido de ti, aunque te abandoné siempre siempre que veo el libro sobre la silla pienso en ti 😬 🎂🥂💐🌹
  11. Un dragón debería de pesar más... por él regreso...

  12. No eres el único perdido, a mí me pasa algo así @ Anthony R. Dracony M. intento por todos los medios responder roles, aunque estoy participando en pocos en este momento, el más importante es contigo. Pero la vida muggle me ha atrapado, puede ser porque al ser catequista la Semana Santa es una semana más de actividades que de vacaciones y ahora vienen las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Trabajo, la celebramos el 01/05 pero la Novena previa inicia el 22/04 así que "nos relajamos" una semana y ya arrancamos de nuevo. A @ Noeline Malfoy McFarlan le debo terminar el libro y el comentario del segundo capítulo, al final del cual he quedado >.<
  13. Con tanta alegría y a la vez paz se preguntaba qué fuerza mágica o más bien muggle era la que la había mantenido en aquel estado de suspensión entre un mundo y otro, ansiando con todas sus fuerzas poder encontrarse con los seres amados de su mundo mágico pero debiendo cumplir con sus obligaciones en aquel mundo muggle que había heredado de su amado Seba. Porque aunque no muchos lo sabían él se adentraba en aquel mundo como un todo un conocedor, o más bien, como todo un muggle más, sabiéndose mimetizar con ellos como los mejores. Fue así que en aquel momento, ¿mañana?, ¿tarde?, ¿noche? de la vida mágica Darla apareció en sus habitaciones de House of Books, con un jean y una blusa escotada que dejaba translucir la remera básica de tiritas que llevaba debajo de la misma, sandalias acharoladas con suelas de goma, similar a las de las zapatillas. De hecho todo su look era muy muggle, incluyendo los anteojos que simulaba necesitar para leer y sus cabellos recogidos en un rodete alto con unas hebillas bordadas. La pelirroja descendió hacia el nivel del local, en la planta baja, dos pisos debajo del departamento, mientras observaba los dos niveles llenos de libros que conformaban la tienda de libros y cafetería que habían fundado con el Granger. Una sensación muy extraña parecía llenarla y no estaba segura de identificar a qué se debía la sensación, no era desagradable, al contrario, pero no estaba segura de a qué o quién se debía. Esperaba encontrar la respuesta pronto.
  14. Se quedó sentada aún sin poder procesar la información, odiaba que sus contactos del ministerio de magia inglés y de la embajada mágica argentina le enviaran información sobre temas que no eran en realidad de su incumbencia. Por un lado ella ya no era más miembro de la seguridad mágica inglesa y por el otro, su función de mediación con la embajada tampoco incluía eso, después de todo aquello parecía tener que ver con contrabando que se había salido de las manos y en eso la embajada no guardaba relación alguna. La radio dio unos minutos después un nuevo mensaje, los elfos se lo avisaron, ella estaba buscando información, sí, había sido tan est****a que se había puesto a investigar los viejos archivos de laboratorios. Le molestaba lo que ocurría, no solo en Hogsmeade sino también con ella. La nueva información hablaba de criaturas y eso le molestaba aún más, debía buscar alguien que quería replicar criaturas. Ya habían vivido eso, ya habían tenido muggles queriendo replicar la magia, suspiró. Cerró de golpe los archivos que había sobre la mesa y con un rápido movimiento de su varita los envió todos a la caja archivo de las que habían salido la mayoría de aquellos informes. La caja se cerró, dejando atrás toda aquella información… inútil… poco importaba si había alguna referencia real de los culpables, la realidad marcaba que lo que hubieran conseguido estaba ahora suelto, en medio de aquella extraña niebla en Hogsmeade y alrededores de Hogwarts. La cabeza comenzó a dolerle, era algo que no solía ocurrir a menudo, pero cuando pasaba la Dumbledore sabía que nada bueno presagiaba. ¿Qué es lo que debía hacer? Con sinceridad dudaba que ella pudiera hacer absolutamente nada, muchos menos que debiera hacer absolutamente nada. Se detuvo mirando a través de la ventana del escritorio hacia los jardines mágicos, se notaba que la primavera comenzaba a mostrar sus primeras luces, pero obviamente no era así en toda la isla, en Escocia, la magia de la niebla estaba haciendo estragos que recordaban una noche negra o un invierno que no acaba.
  15. La pelirroja descendió lentamente las escaleras de su local, hacía varios días habían reparado los daños causados por la policía ministerial y un ladrón muggle. Kim le había dicho que el ladrón no era muy listo y que el policía ministerial era muy oscuro, pero a ella no le había interesado saber nada más. La rubia había cerrado la boca, conocía cuando su compañera estaba de malas. A decir verdad, cuando Darla llegó a la planta baja de su local, aún estaba de malas, y eso que habían pasado días, pero la pelirroja no lograba decir en qué momento de su vida, cada día se había convertido en un amanecer en el mal humor. Se negaba sin embargo a estar así, cada mañana se repetía una y otra vez ‘no quiero estar de mal humor’ y obtenía un mediocre resultado. Se detuvo de pronto, mirando por la ventana que daba a los jardines traseros y con un crack desapareció del local para aparecer junto a una bella flor de fuego. Una sonrisa cálida se dibuja en sus labios, puede sentir a la dueña de la magia, puede sentir el amor que flota y el cariño que desprende la flor, el gesto, todo. —Shena Cindy —susurra mientras aparece su varita y pone una delicada protección mágica alrededor de la flor, a su mente viene el rostro de la castaña y a su lado al de su querido peliverde. Sin darse cuenta el malhumor en ella se va transformando y una sensación de paz la inunda lentamente. Minutos después la bruja que vuelve al local es una nueva mujer, más jovial, más tranquila y pacífica. Sus labios canturrean una canción que aprendió hace muchos años, que le enseñara Seba. Cuando ve el local, se siente diferente, en verdad cree que va a ser un buen día y confía en que podrá vivir una vida llena de paz y armonía, no sabe cómo, pero se siente feliz.
  16. Si la gente se dejará de decir dónde o con quién y actuará quizás se podría esperar algo pero vamos, ya no se trata de magia y aburre ..

  17. la verdad... no siento ganas de nada...

  18. cero valor si no es propio

     

  19. Buenas, llegando he llegado. He tenido situaciones/trámites personales que me han mantenido alejada del foro y de la lectura, por lo cual lo primero que he de confesar es que he llegado hasta el punto 8 del primer capítulo. Igualmente tengo en la lectura algún gran defecto, y es que cuando era adolescente o incluso de niña, no recuerdo bien, apenas tenía en mis manos un nuevo libro, iba a la última página y podía leer el último párrafo o más, por ende, jamás he tenido dramas con los spoilers. Me encanta saber que de A llegaron a Z, porque aún puedo descubrir cómo llegamos allí pero además, aunque me relaten el trayecto, leerlo por uno mismo está bien para mí ^^. ¿A qué viene este choclo de segundo párrafo? a que no teman hablar del libro aunque yo vaya algo atrasada, nada más =P Ahora bien, vamos al libro en sí, (y a la película ya que la mencionas Noe) Lo primero fue mi desorientación al buscar mi libro físico: Esta es su portada y como verán, no lleva por nombre El Pistolero, sino "La hierba del diablo", imagino que puede haber cambiado por la editorial o algún otro motivo que desconozco. Quizás por esos motivos comerciales es que no se parecen para nada la película al libro. La película la vi antes de leer el libro, y mezclaba dos de mis géneros favoritos: la ciencia ficción y los westerns (decir que amo a Giuliano Gemma y los westerns spaghettis es quedarse corta en la definición de mi niñez en películas). Claro que cuando uno empieza a leer el libro, luego de ver la peli se pregunta en qué estaban pensando cuando le pusieron el mismo nombre. Si bien la peli no está tan mal para mí, en casa me decían que no recordaban si era así el libro, sobre todo considerando que la cuarta edición es de 1992 y debe haber sido por aquellos años que regalé el libro y la peli la vimos casi 20 años después 😕 Hasta ahora voy enganchada, aún a pesar de mis situaciones personales, pero no tanto como con El cazador de sueños que lo leí en 3 días. Hasta ahora la narrativa me parece completa, complejamente descriptiva y espero llegar más rápido a algo de lo que estoy pudiendo llegar por mis tiempos. King y yo tenemos un problema existencial, nos queremos conocer pero yo le desconfío a sus palabras, quizás por lo mismo que tú has descripto, mete miedo en la piel al describir y Sandrita odia fervientemente las películas de terror y por ende los libros, si bien he leído un par de King, Koontz y Saul. Y nada, he escrito mucho y nada a la vez, porque así es mi relación con Stephen, aunque trato de que nos queramos, ya que me he enamorado de un par de sus escritos y he visto con apasionamiento algunas de las películas basadas en sus libros. "¿Dónde está Duddits?"
  20. "Abre los ojos." La voz sonó tan suave e imperiosa a la vez, pero ella no se dió por enterada, permanecía en la cama aún fingiéndose dormida. Ni movió los ojos ni pestañeó, el más mínimo movimiento hubiera sido indicio de que estaba despierta . "Vamos, abre los ojos." Debía recordar que esas fechas siempre eran de aniversarios e implicaban recuerdos. Claro que todos tenemos recuerdos. Suspiró. "Vamos, sabes que es tarde." Sonrió, naaa, no era tarde, sus responsabilidades en la librería no empezaban tan temprano, Leto y Tommy se ocupaban de tenerlo todo a punto y Lualú era ahora la encargada de la cocina. Una pequeña punzada le apretó el corazón pero la ignoró. Además ella ya no tenía obligaciones en el Ministerio y su labor en la Embajada Argentina era más freelance. "Vamos… no pongas más excusas…" Suspiró, la maldita conciencia, se levantó de un salto y tomando la varita apuntó a la radio mágica, puso música mientras se dirigía al baño, una ducha rápida le vendría bien. Quizás por eso, que la lluvia corría por su cuerpo, el agua la refrescaba y envolvía cálidamente a la vez, que el aroma perfumado del jabón y el champú se entremezclaban en su olfato mientras la espuma de ambos se deslizaba sobre su piel hasta sus pies y corría acariciando su cuerpo hasta desvanecerse en el suelo, quizás por todos eso o porque una pila de recuerdos se arremolinaban en su mente, no prestó atención a cuando la música se detuvo. Y ya iba a mitad de la información cuando su cerebro captó la idea de lo que decían. Ya iban por la frase de que se esperaban palabras del Ministerio y el Inquisidor cuando ella estaba terminando de secarse con un toallón los cabellos. Se apresuró a salir del baño aún con los cabellos húmedos y el aliento a menta, se detuvo de golpe a mitad de la siguiente canción. ¿Qué estaba haciendo? Ya no era responsabilidad de ella. Frunció el ceño. Caminó despacio aún con un toallón en la mano y se detuvo a mitad del cuarto. Tenía razón, ya no era responsabilidad de ella, Darla Granger Dumbledore no tenía nada que ver. Giró sobre sus talones y caminó de regreso al baño para terminar de arreglarse, sin sospechar que horas después se vería involucrada en todo aquello sin comerla ni beberla.
  21. Paso a confirmarle a Noe que ya tengo el libro en físico y pdf para leer, habíamos venido hablando del tema hace un tiempo y al final terminamos de darle forma en el Gran Salón de Hogwarts. Stephen King es el escritor favorito de mi marido, pero a mí siempre me dio cosita la lectura de libros de terror, tengo muy pocos en mi haber leídos, alcanzan los dedos de una mano. Pero resulta que he visto más películas que libros basados en libros de King, entre ellos La Torre Oscura, en teoría está basada en el primer libro, pero como que me pareció que se quedaron cortos con el tema, así que vengo con expectativas muy altas porque en casa me lo habían recomendado bien en su momento, más allá de que yo no di bola entonces y que ahora no recuerdan mucho por el paso del tiempo, yo vivía atenta a que aparecieran los libros para regalarlos (sí, soy muy consentidora y me gusta demostrar con esos detalles físicos mi afecto 🤷🏻‍♂️ ) Pero nada, basta de chácharas... vamos a leer wiiiii \o/ PD: me pasé una hora buscando vestuario para Darla para un rol y ahora dejo todo eso colgado y en lugar de rolear me voy a leer jajajajaja xDDDD
  22. ID: 34050 Nick : Darla G Dumbledore Link a la Boveda Trastero: #105746 Link a la Boveda de la cual se descontara: #78114 Fecha: 28/02/2023 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Cometa 260 Puntos: 10 P Precio: 500 G Producto: Catalejo Puntos: 10 P Precio: 500 G Producto: Wampus Puntos: 160 P Precio: 8000 G Producto: Serpiente Cornuda Puntos: 160 P Precio: 8000 G Total de puntos: 340 P Total de galeones: 17000 G

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