Sunar PBT

Hola por acá. Leí varias veces y aunque sé que es muy probable que se demore, quería venir a dejar la ficha porque me interesa mucho la temática que se plantea en este rol. Espero que en el futuro se logre realizar. Ficha de personaje: Nombre: Dilraba Kadeer Superviviente/Trabajador: Trabajador Ocupación: Cocinera Descripción Física: Mujer de 19 años, estatura de 1.71 metros, tono de piel clara como los de los asiáticos, pero no blanca. El cabello posee un color cobrizo corto a la altura del cuello con un mecho de cabello que le cubría el lado derecho del rostro. Ojos color ámbar pequeños con cejas delineadas y pestañas abundantes. La contextura muy delgada aparentando estar enferma. Su voz es suave y aguda en especial al gritar y tiene unos labios delgados con dientes grandes con una pequeña tonalidad amarillenta natural. Descripción Psicológica: Es una joven alegre que gusta de hablar con todo aquel que se lo permita. Le gusta sonreír mucho dejando ver los grandes dientes bien arreglados. Es decidida en lo que emprende, aunque muchas veces no le ayuda, porque se puede meter en problemas con personas en la que deposita su confianza. Se cohíbe al hablar con los hombres, pero vencida la timidez ellos son los que deben tener cuidado de sus acercamientos muy amistosos porque logra enamorarse fácilmente. Breve Historia: Dilraba vivió separada de sus padres que la abandonaron años previos a la contaminación que sufrió el planeta. Siendo niña vivió en varios orfanatos donde al ser de la etnia uigur fue estigmatizada y poco atendida cuando lo necesitaba. Todos sin distinción la ignoraban hasta el punto de ella misma buscaba su comida y se lo preparaba de forma simple para que no implicara gasto de ingredientes, ya que entonces la castigaban si se daban cuenta que hurto ingredientes para su comida. Las instituciones poseían terreno para cultivar, por eso fue que comenzó a cultivar sus propios alimentos, y de a poco extraía porciones pequeñas de condimentos para no ser descubierta. Cuando iba a cumplir la mayoría de edad es que sucede la catástrofe ambiental. Como una joven mayor ayudó a muchos de los pequeños a salir, pero las mujeres más viejas del lugar buscaron la forma de dejarla encerrada. Dilraba trató de buscar un lugar por donde salir para poder irse con los demás a El Refugio, pero no lo logró a tiempo. Es por eso que tuvo que racionalizar lo poco de comida que logró acaparar hasta que la rescataron para entonces viajar al sitio donde todos los demás seres humanos se encontraban. Allá había tantas personas que por el momento no se topaba con nadie del orfanato. No obstante, seguro que alguien la reconocería y volvería a pasar problemas por eso se postuló para trabajar en un área que le era muy conocido. Además, cortó su cabello dejándose una parte más larga que tapaba parte de su rostro, esperando que al menos les fuera difícil reconocerla. Otros: --

Buenas tardes. Ahora que leí un poco más, vengo a dejar los requisitos para la inscripción: Nick: Sunar PBT ID: 55810 Conocimiento: Conocimiento de Maldiciones Nivel de Magia: 11 Link a la Bóveda: https://www.harrylatino.org/forums/topic/83649-b%C3%B3veda-de-sunar-pbt/ Link a la Ficha: https://www.harrylatino.org/forums/topic/82635-ficha-de-sunar-potter-black-t/

Hola a todos por aquí. Vengo regresando de un largo tiempo fuera del foro y me doy cuenta qué hay muchos cambios agregados de los que vi un poco, justo antes de irme. Mi pregunta es sobre al ser graduada de la versión anterior de la Academia a la nueva, y querer adquirir otro conocimiento, ¿dónde deberé inscribirme? Porque así creo que necesitaría saber si hay que realizar algún examen o prueba adicional al conocimiento que me gustaría obtener. Quedo en espera de saber alguna información a mi principal interrogante. Gracias de antemano. Saludos.

–¿Me extrañaste? – volví a inquirir ahora sonriendo para visualizar a mi tía. Sabía que siempre la bruja matriarca de la familia tenía gustos estrafalarios, en ciertas festividades, y Halloween no iba hacer la excepción. Estuve a punto de reírme, pero el motivo de su sorpresa sabía que era mi regreso porque en realidad hasta yo me asombraría de mí misma. – Me tendrás que hacer un buen resumen de lo que me perdí todos estos años. – le dije aún con la incertidumbre de la llegada del elfo con mi niño. Tenía que evitar a toda costa que la pelivioleta hiciera la pregunta que tanto temía y que sabía que no tenía una excusa creíble. De pronto observé a mi tío, pero lo que más llamó mi atención, fue la bebé que llevaba en brazos. Mi rostro dibujó una sonrisa como si supiera de quién era hija y dirigí mi mirada de la niña hacia el rostro de Matt. – ¿Es tuya? – pregunté emocionada caminando hacia ellos. Tantos cambios que debía ir procesando porque seguramente acabaría loca de no pedir explicaciones por cada sorpresa que me iba a llevar en la familia. Toc…toc Sentí que mis preocupaciones y temores se desvanecían en ese sonido. Corrí hacia la puerta ganándole a un elfo que pretendía abrir la puerta. Allí estaban los dos y en verdad me sentí tan aliviada. Tomé de la mano a Argentus que abría su boca para decirme algo, pero volvió a cerrarla cuando observó que mis tíos nos miraban. Sethy saludó educadamente y se retiró para acomodar el equipaje en los cuartos. – Bien, en qué quedamos… – miré a mi tío y luego a mi tía aun sosteniendo la mano del peliazul que estaba un poco aprehensivo ante los familiares. Pero sabía que al pasar los días volvería a ser el de siempre.

Hanimi, elfa doméstica de Sunar Terminado la labor de limpieza, junto al cambio de las camas de madre e hijo, también arregló el mueble del tocador. Si bien la bruja colocaba sus productos como le gustara, la elfina estaba encargada de todas formas de mantener arreglado el tocador. Salió del cuarto para dirigirse hacia las cocinas, de camino se encontró con otro elfo que entraba en una habitación. Miró de reojo observando que no había casi muebles, pero no quería parecer entrometida y siguió en dirección a las cocinas. Allí revisó que la despensa en común estuviera llena y la sección de ciertos alimentos que le gustaba a la ama Sunar y su hijo mantuviera alimentos en buen estado. — Pan de centeno de masa madre, tarro grande de avena orgánica — fue repasando y colocando un gancho con la pluma sobre cada apartado escrito en el pergamino. Usando Hanimi un taburete siguió revisando los artículos que había en esa despensa en especial, ya que debía conseguir otros alimentos frescos y eso significaba que debía ir al Callejón Diagón por ellos. Aunque la diminuta elfa no recordaba que locales podrían vender esos artículos, tendría que preguntar al momento de arribar allí. Suspiró al ver que logró culminar la verificación de todo lo que había en existencia, así como lo que debía adquirir para cuando la ama Sunar llegara a la Hacienda.

Sethy, elfo doméstico de Sunar -- Apresúrese amito, su madre se va a preocupar. -- le dijo ansioso el elfo al niño que se detuvo a observar la puerta de entrada de los terrenos de la familia Potter Black. Para Argentus volver a esa casa le parecía como si fuera la primera vez, en realidad en sus memorias no tenía mucho y eso fue gracias a su madre junto a otras personas donde estuvieron viviendo. Al elfo no le gustó enterarse de lo sucedido porque no logró ayudarlos a evitar que decidieran realizar ese hechizo sobre el niño. Muy a pesar de todo, no le borraron completamente la memoria más si parte de lo que pasó antes de salir de la Mansión. -- Camine de prisa que aquí le enseñaran la desaparición -- comentó el elfo cruzando mientras cruzaban por un sendero adyacente al principal que conducía hacia la casa. El equipaje iría apareciendo de poco mientras ellos se instalaban nuevamente. Días antes había hablado con Raizor para que fuera arreglando el cuarto de la ama Sunar así como el del amito que tenía la misma disposición como en el Hacienda Tonks. No había cambiado de gustos el peliazul, por eso seguía siendo sencillo todo el mobiliario que usaba, al igual que su madre. -- Amito, por favor, recuerde no jugar con su habilidad. -- le recordó amablemente porque el temperamento del niño era cada vez más inestable. Se acercaron a la entrada que, por muy bullicioso en los alrededores, siempre lo lograba escuchar la voz de la Matriarca cuando algo pasaba dentro de casa. Respiró hondo el elfo y tocó la puerta.

Hanimi, elfa doméstica de Sunar — ¡No puede ser! — gritó llevándose las manos con sus dedos largos, a la cabeza. La bruja aviso a todos los elfos que volvería, no solo al país sino Ottery St.Catchpole donde se encontraba la mayor población que la Tonks conoció desde su llegada. Y había tanto que hacer que la elfina se echó a llorar en el piso del cuarto porque se sintió tan abrumada, pero no por las tareas a realizar, más bien porque extrañó tanto a la pelinegra que nunca pensó que regresaría casi sin avisar. Siempre hubo noticias de cómo se encontraban madre e hijo al oriente del planeta y la vida de la elfina se dividía entre labores en la hacienda, cuidado de los animales que no solo pertenecía a la señora Sunar sino de la casa en general, no obstante, la esperanza que volvieran eran casi nulas hasta ese momento. — Por fin viene — se dibujó una sonrisa en el rostro regordete de la elfa. Secó con un trapito los mocos, se levantó para seguir acomodando el cuarto porque era mucho trabajo, no necesariamente físico, pero si debía dejar todo en orden y muy limpio para la llegada de la bruja a la Hacienda Tonks. Pronto podría escucharse la voz de la mujer, la de Argentus. Tal vez, podría vivirse una atmósfera como si nunca se hubieran ido.

A lo lejos divisé la casa principal queriendo retrasar el encuentro, si es que la familia entera se encontraba dentro, por eso revisé una vez más el reloj para asegurarme del tiempo antes de apersonarme a la puerta de la mansión. Y es que por extraño que pareciera sentía temor, de mi familia porque los quería como ellos a mí, pero fue mucho tiempo el que pasé fuera sin hacerles llegar noticias de nuestro estado. -- Llegó la hora -- balbuceé acercándome a la casa. Seguramente se sorprenderían al ver un poco más alto, delgado y con un cabello azul muy corto. El mismo no aguantaba lo largo del cabello cuando tuve que cortarlo, porque el mismo lo intentó por su cuenta. También controlaba mucho mejor su habilidad la cual me costó ayudarle. Estaba segura de que Ithilion encontraría en Argentus un compañero de juegos formidable siempre y cuando esté ultimo aceptara ser más sociable de lo que era actualmente. Solamente mi temor era que estos dos destruyeran la mansión. Me detuve frente a la puerta y recordé que estamos en la época del año de festividades y tal vez disminuía la posibilidad de hallarlos en casa era algo incierta por Halloween o llegaba en el momento justo para alguna aventura que solo los Potter Black solían meterse. -- Que mejor época para regresar. -- sonreí. Volví mis ojos hacia los jardines de donde vine, observando que aún no llegaban. No estaba preocupada, pero sin ansiosa por lo que dirían al no ver al niño conmigo porque el viajar separados no era algo que cualquiera hiciera con sus hijos. Y fue cuando alcé mi mano para tocar la puerta en espera que un elfo la abriera, pero para mí sorpresa y de golpe tuve frente a un ser algo extraño que me dejó parpadeando por varios segundos antes de ver como se quitaba la máscara y dejaba ver el rostro de Sagitas, esa bruja que quería mucho pero también temía. -- Ehm, hola tía -- dije algo nerviosa aún con la mano en alto. No pude evitar volver a girar mi cabeza con la esperanza que viera venir por el camino a Sethy con Argentus. No, no fue así. -- ¿Me dejas entrar? -- dije abrazándola y con cuidado empujarla para evitar que su mirada buscara a más personas conmigo. -- Te extrañé mucho -- no la solté hasta hacer que la puerta detrás de nosotros se cerrara. Necesitaba esos minutos con desespero.

Tiempo después de la linda criatura(? Raizor, elfo doméstico de la Mansión Potter Black Suspiró el viejo elfo. Su amargura era tal que estaba pensando que debió delegar esa tarea a otro elfo de la ama Sunar. Sin embargo, ella fue muy cuidadosa en los detalles que quería y por el momento Raizor era el indicado para hacer la compra y llevarlo a casa sin más contratiempos que la demora que sería adquirirlos. El elfo se detuvo a pensar que debió aparecerse sin demora en la tienda, más tenía años de no salir de los terrenos de la Mansión, por eso decidió realizar la travesía para disfrutar de una falsa libertad a expensas de miradas indiscretas, curiosas y hasta malévolas hacia su persona por el simple hecho de ser un elfo doméstico. Continuó la caminata por el Callejón Diagon hacia la Tienda PB de que administraba el amo Matt y del cual fueron muy contadas las veces que cruzó palabras con el fuera de la Mansión. En realidad, no era elfo de conversar con los amos más que acatar las órdenes de la señora Sunar. Al llegar cerca a la puerta, tomo la perilla con sus dedos largos, huesudos y arrugados para girarla y abrir la puerta del local. – ¿Se encuentra alguien por aquí? – pregunto con su tono de voz gruesa y débil. Se quedó por un momento parado frente a la puerta ya cerrada mirando los rincones de la tienda. Para Raizor se veía todo tan nuevo, como si nunca hubiera estado allí en su vida, aunque no era del todo cierto según recordaba, porque en ciertas ocasiones le pareció acudir allí por algún mandato. Volvió a llamar por si algún dependiente estuviera detrás del mostrador o agachado acomodando cajas o durmiendo. Tenía entendido que muchos humanos eran vagos y preferían dormir en sus horas laborables. Pronto sacó del bolsillo de su chaleco, un pergamino con un pequeño listado escrito por su ama. Y quedó en espera que apareciera algún dependiente, antes de el mismo subir a la quinta planta por el encargo.

-2 horas antes- Me alisé la falda del vestido color lila que decidí vestir ese día. No recordaba haberme puesto colores tan lindos desde ese día, pero mi vida no sería la misma y esperaba que mis familiares no me reprocharan lo sucedido. Fue mucho tiempo separados de ellos que me hacía añorar los viejos tiempos que pasé al lado de ellos. Eran momentos que no volverían y extrañaría hasta mi último aliento de vida. – Estoy nerviosa – pensé sintiendo como los latidos de mi corazón se confundían con infinidad de pensamientos que pasaban por mi mente. Salí del cuarto de hotel arrastrando la única maleta que traje en el viaje. No pretendía usar magia mientras estuviera aún cerca de muggles para no llamar la atención. Le pedí a Sethy que mantuviera a salvo a Argentus hasta que viera la forma de regresar a casa. Solo esperando que pudiéramos llegar juntos o mi familia le gustaría saber que el niño estaba solo. – Tú irás directo con el niño y lo demás. Si no te logro avisar a tiempo no permitas que otro elfo de la mansión te vea al llevarlo a casa – le repetí – Y tampoco se te olvide que aunque controla mejor su poder, es mejor que no se asuste. ¿Entendido? – miré fijamente a Sethy y luego giré mi cabeza hacia ese pequeño que llenaba mi corazón de amor y devoción. Caminé hacia mi hijo. El tiempo no perdona a nadie y Argentus había crecido en estos últimos años tanto que me parecía increíble que lograramos decidir el retorno a la Mansión. No se opuso el peliazul al gran cambio que para el significaría porque si bien vivió mucho tiempo con los Potter Black, se aferró tanto a la vida tranquila del campo al sur de Asia. Allá no tenía que ver con casi nada de magos o animales fantásticos, aunque el mismo era el que provocaba los desastres con la magia. Pero ya no podía sostener esa vida a causa de personas que se dieron cuenta de quienes éramos en realidad. – A casa – le dije a mi niño luego de darle un beso en la frente y dejándolo al cuidado del elfo. -En los jardines de la Mansión- Luego de haberme aparecido observé los bellos jardines de la Ancentral Mansión Potter Black. Mis ojos color marrón fueron de un lado al otro rememorando tantas experiencias vividas entre las buenas, las aparentemente malas y las dolorosas, pero más que todo el cariño que siempre me brindaron en casa y apoyo en los momentos significativos de mi vida. Si cambié, pero fue necesario para seguir adelante y así darle más educación a mi niño que lo necesitó luego de salir de allí. No tenía la guía los tíos, de primos u otros familiares junto a los amigos que siempre fue enriquecedor cada conversación que me apunté a llevar con ellos. – Esta vez solo muerta me sacan de aquí – expresé en voz baja como si pretendiera que hubiera alguien a los alrededores escuchando y observándome. Seguí adelante con paso lento como si fuera una intrusa, aunque siempre alerta, porque es una odisea pertenecer a esta familia. En cualquier momento se podría desatar alguna redada. Qué tiempos aquellos donde la adrenalina recorría cada centímetro de mi cuerpo, pero preferí apaciguarme para darle mejor vida mi hijo. Y es esa la razón para volver a casa, con mi familia.

Me salvaste entonces tío, gracias por no dejarme caer xD Quería hacer una pregunta, como vi que aún nadie escribe en el topic del rol de La Isla, me daré mi tiempo para armar mi pequeña historia del pj que interpretaré. Pero si quería saber si en la Mansión Potter Black el último post es del 15 de Mayo 0.0 y yo que pensaba que era lenta para responder. Sin ánimos de ofender, claro. Por eso, si nadie más pasa, espero poder postear rol mañana. Trataré que sea significativo aunque no sea largo. Deben dejar que mi cerebro se prepare para lo que viene aquí porque seguro que habrá momentos que si deberé escribir largo y tendido. Esta vez los dejo por hoy, de acá porque allá por lo que dijo Sagis ya es madrugada xD Hasta mañana

Estoy de vuelta mi querida familia. Ahora si soy yo de nuevo y se siente tan bien estar nuevamente por acá. No te voy a mentir @ Sagitas E. Potter Blue que hice una trastada pero lo logré al final. En realidad ese correo no lo usaba y tenia más de 2k de mensajes pero bueno, aquí estoy para entre continuar y empezar ésta etapa en un servidor nuevo porque ya leí un poco sobre ese cambio. aún no tengo rol completo para la mansión pero ahí voy. También debo pasarme para apuntarme en el rol de La Isla que si mal no recuerdo es basado en una peli llamada así, no? @ Matt Blackner o me equivoco. *salto sobre mi tío* lo que no me acuerdo las estaturas de Sunar y Matt, así que no sé si te alcanzo jaja Por el momento iré tratando de entrar a rolear de noche pero si debo leer algo necesario, lo haré un los ratos que puedo de día. Iré familiarizándome con este nuevo foro para mi xD Saluditos y besitos de mandarina con coco

Hola por aquí. Creo que haber pasado tanto tiempo fuera del foro me ha dejado buscando acerca de todos los cambios que se han estado realizando. Así que comenzaré casi de cero. Veré como vuelvo a tener los demás. Gracias de antemano, y si en algo falto, me avisan. Enlace a Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/82635-ficha-de-sunar-potter-black-t/ Conocimientos: Herbología y Estudios Muggles.

Hanimi, elfina dómestica de Sunar Luego de estar con los demás, no pudo seguir acompañándolos. Se retiró disculpándose. Si bien no tenía tantos deberes, no logró continuar la atención a la visita de la elfina de la ama Cye y del amito Antoni. Por esa razón se alejó de ellos, mejor dedicarse a preparar todo aunque no estaba completamente segura de la fecha de llegada de la ama Sunar con el niño a la hacienda. Las semanas pasaron, el clima cambió y le elfina no tenía las noticias de la buho hembra de mansión Potter Black. Así que siguió su vida ajetreada en la hacienda: limpiando, ayudando y hasta cocinando cuando algún visitante llegaba. Claro que ella se quedaba dentro de las cocinas mientras los otros elfos servían o trasladaban las viandas. No obstante, quería escuchar las risitas de Argi, y las palabras de agradecimiento de la ama. Llegó pronto las fechas de fiesta. Y como de costumbre aunque no tanto para ella que era nueva en la logística de decoración. La Hacienda de la familia Tonks fue tornándose más navideña. Un bello árbol adornado con esferas brillantes que emitía una bella luz. Campanitas con agradable sonidos y demás adornos colocados por los demás elfos. Sin darse cuenta el mismo día de navidad recibió una nota de una lechuza. Por fin sus ruegos eran escuchados. Pero no para preparar nada, más bien para que fuera con ella. Desconcertada, hizo caso. Alistó sus pocos trapitos y desapareció a la mansión. off: Feliz Navidad a todos los Tonks. Por allí vuelvo con ustedes

Nombre: Argentus Potter Black Edad: 4 años Nacionalidad o procedencia: Inglesa Raza: Humano Personaje principal al que está asociado: Sunar Potter Black Tonks Relación con el personaje principal: hijo Aspecto Físico: Niño de estatura promedio por su edad. La tez de piel es blanca, ya que su padre era español, pero no presenta pecas por ninguna parte de su cuerpo. Posee un cabello color azul ultramar natural que es su característica más pintoresca pero sus cejas y pestañas son azabache. El color de sus ojos es parecido al ámbar aunque más claros, otro rasgo de su padre. Cualidades Psicológicas: Argentus es un niño despreocupado por el peligro. Ya no es un niño asustadizo y por esa razón controla mejor su habilidad. Al ser más valiente no mide el peligro cuando se enfrenta a ello. Ama a su madre y hermana que no ve mucho y adora jugar con la elfina Symini a congelar objetos y hasta ropa de la misma. No obstante, su dulce y amoroso carácter cambia cuando se encuentra enojado, lo que puede provocar un accidente sin premeditación. Historia: Argentus vino al mundo en la Clínica Santos Mangos, clínica de la familia que fue escogida por su madre. Un niño muy querido por todos que se quedó sin padre antes de nacer, ya que fue abatido por mortífagos cuando Sunar estuvo en Canadá donde lo conoció. Pasó su niñez rodeado de muchas aventuras junto a su madre y familia. Por esa razón siendo más de un año comenzó a presentar características extrañas. Argi logra producir escasamente copos de nieve que era depositado sobre su tío Matt, casi siempre sobre el. Esta reacción se presentaba al sentirse molesto, lo cual fue manifestándose cada vez que se molestaba o lloraba. Sin embargo, en una ocasión al incursionar fuerzas malignas en la mansión, donde los adultos trataban de rescatar a sus tíos, el niño quedó bajo vigilancia de Symini, elfina domestica. Justo antes de terminar ese horrible episodio, Argentus logró congelar parte de un espejo. Desde entonces, logra congelar muchos objetos, siempre y cuando él se sienta molesto. La vida transcurrió normal mientras su madre se hallaba siguiendo ideales y trabajando hasta que el padre del niño decidió verlos una última vez. Argentus logró conocerlo y entender porque no estaba ni estaría más con ellos. Desde ese momento Sunar decidió llevarlo con sus abuelos paternos. Regresaron a Ottery junto a la familia de su madre y siendo ya más grande, tiene la oportunidad de mejorar sus habilidades cultivadas gracias a sus abuelos. Solo su madre sabrá que hacer para evitar que un grave accidente se repita en esa comunidad mágica. Otros datos: ----- Condiciones de utilización: Solo puede ser utilizado por personaje Sunar PBT, salvo que se dé permiso. Y solo aplicaría a familiares de la Potter Black, sabiendo ellos que los sentimientos y carácter solo lo expresa el personaje principal.

Pikomi y Leo, elfos del Parque. La elfina sugirió a Leo que hiciera su trabajo en vez de fijarse en lo que hacían los demás, pero sabía que muy dentro de ella también quería conocer las andanzas de los amos. En especial si el amo se le veía muy "unido" a alguien. No obstante, ella se mantuvo firme en no indagar. - Bien Leo, vamos a ver a esa chica - quería saber qué tal trabajaba la joven que llegó meses atrás y que no había logrado vigilar por estar pendiente de lo demás del parque. Se alejaron los elfos por una puerta que comunicaba a la cocina con una antesala donde los meseros (elfos por supuesto) sacaban las ordenes de los comensales, allí se revisaba que todo estuviera en perfecto (aunque algunas veces no era así) para después llevar los platillos a sus comensales. Leo dejó pasa a Pikomi. Dentro de esa cocina todo era un caos con orden. Si. Varios elfos se encargaban de lavar vajillas, vasos, tazas, utensilios y mucha de la loza que se usaba para los diferentes platillos. A la izquierda se hallaba los elfos que recibían todo lo lavado y lo apilaba de tal forma que estuviera ordenado de acuerdo a tamaño, forma, en esa línea otros elfos apilaban vasos, tazas y demás fuese de vidrio, transparente, con diseño o blanco de porcelana. - Trabajan bien - señaló a los que estaban cocinando. La despensa de especias era enorme y la cubría una puerta que poseía una malla que solo podía penetrar los elfos encargados. Había neveras para carnes rojas, carnes blancas, mariscos de toda naturaleza, frutas y vegetales, todo separado para su frescura y que no se mezclara los olores. - ¡Lizzy! - llamó a la joven que cargaba con una canasta de pan, iba a depósitarlo en el carro para ser llevado por el elfo encargado de repartir.

Hanimi, elfina doméstica de Sunar Las ideas se quedaron en el aire por el estrepito que fueron a buscar. Recorrieron la casa hasta el sitio donde se produjo el sonido. Fue Feixac que entró al cuarto encontrándose las dos elfinas con otro elfo. Hanimi se le quedó mirando porque le parecía haberlo visto, aunque no estaba segura. El elfo les habló de quitar un cuadro que se hallaba sobre la cama, en la pared de la habitación de uno de los miembros de la familia. Miró por un momento a la elfina que la acompañaba viendo que ella respondía. – Claro que le he visto – murmuró luego de la charla que los Feixac y Jerard tuvieron. Sin embargo, la razón de su entrada a la Hacienda y en especial al cuarto del amito Antoni no le era del todo ajeno. Muchas veces los amos podían dejar objetos en las habitaciones, y como era de esperar, necesitarlos después o simplemente el elfo servidor querer llevarle ese objeto querido por el amo. No obstante, no recordaba que alguna vez la ama Sunar realizara algún conjuro para mantener algo solo allí, que nadie lo obtuviera sin su consentimiento. – Ciertamente la ama Sunar regresara pronto, pero hasta entonces no creo que deba seguir insistiendo en sacar algo de ésta habitación. – comentó antes de darse cuenta que ya los elfos se entendieron. Feixac era bastante rápida para atender a los demás, cosa que Hanimi aún carecía. – En tal caso, pasen a tomar el té a la terraza, yo les alcanzo allá. – comentó desapareciendo para preparar un par de infusiones y acompañamientos que pudieran disfrutar. Por lo menos debía ser buena anfitriona.

Pikomi y Leo, elfos del Parque. Después de estar pendiente de tantos humanos, elfos, vampiros, demonios y demás razas que entraban a ese lugar, necesitaba un descanso. Tampoco es que ella no fuera a hacer su trabajo, pero si requería de algunos momentos lejos del bullicio y por esa razón es que caminaba directo al Hotel del Parque. La última vez llevó a una joven chica para que trabajara y no supo más de ella. Los amos no eran personas que aparecieran todo el tiempo, pero si de vez en cuando, especialmente los familiares de la bruja Potter Black que casualmente no vio más por ese parque. Siempre se preguntó por el paradero pero eso no le incumbía y por lo contrario, debía asegurar que allí todo marchara bien. Al entrar enseguida, Leo se le acercó. - Estuvo el amo acompañado - le hizo señas de que no era algo normal. Pikomi lo miró a regañadientes. - Los amos pueden hacer lo que quieran y lo sabes. Ellos saben comportarse. - sentenció muy segura la elfina. Claramente no era que ella conociera a la perfección el carácter y actitud de los amos mas esperaba que no fuese a ser cierto y sus instintos le nublaran cualquier juicio. Mientras pidió que la llevara a las cocinas para ver que tal seguía la joven Lizzy. Si ella aún trabaja allí.

Hanimi, elfina dómestica de Sunar Casi ríe al apreciar los cambios de expresión que el rostro de Feixac exhibió. Pero al ser respetuosa, se contuvo hasta que vio la cesta en el piso. – Ay, ay, ¿qué haces? – varios grititos salieron por el efusivo abrazo. Se sacudía frenéticamente para quitarse de encima a la elfina alegre(? por la noticia expresa momentos antes por Hanimi. Después de un breve momento que le pareció horrible a la elfina. – Si, si, me puede decir – acomodándose su delantal y preparada por le volvía a echar los brazos encima. Atentamente escuchó la idea maravillosa que Feixac le explicaba. No expresó nada mientras daba a conocer los pormenores de un buen recibimiento, lo que trajo a su mente y corazón una pequeña incomodidad por no ser ella la que ideo algo lindo para la ama. – Claro. Esta casa cobraría vida con más personas. La familia y amigos son importantes. – respondió más entusiasmada Hanimi. Y antes de preguntar algo más, Hanimi escuchó un estruendo. En alguna habitación sucedía algo, el sonido provenía de un área cercana al jardín. Era raro que nadie estuviera allí más que ellas y los elfos en las cocinas de la casa. – Crees que debamos ir a ver – le preguntó a Feixac, por si le acompañaba a ver qué pasaba abajo.

Hanimi, elfina doméstica de Sunar Potter Black ¿Una mujer? Dejó caer la canasta de ropa sábanas al piso luego de expresarse de la forma en que lo hizo. Cometió un error garrafal y no era para menos que se sintiera avergonzada por tal hecho. Confundir a una elfina, sin menospreciar a su raza, con la esposa del patriarca. Si la oyera otro amo y/o invitado en la casa seguramente sería reprendida. Bajo su cabeza y las puntas de las orejas llegaron al piso. Su rostro se puso de colores (si es que también se puede contar el hecho de que se sonrojan xD) y tartamudeando, se disculpó con la elfina que se encontraba frente, aunque no se percató hasta alzar la mirada que la misma luchaba por salir de una prisión de ropa. – Lo siento – volvió a decir cuando pudo ver a Feixac, la elfina de la ama Lockhart. Estuvo a punto de reír al ver como caía la ropa con cesta incluida. Pero se recompuso para responder a la interrogante. – Si, Saphira estuvo por aquí avisando. La señorita Sunar pronto estará por estos lares, es por eso que estoy terminando de tenerle todo listo para su llegada – fue penoso escuchar su ama estuviera triste – Que no se preocupe, si quiere, le envío lechuza en cuanto la ama Potter Black se instale, y así pueda venir a pasarse unos días por la Hacienda. Será bien recibida. – aseguró entusiasta la pequeña elfina. Le ayudó a recoger las últimas piezas para acomodarlas en su cesta antes de saber, qué pensaba de su propuesta. Sería una grata visita para la ama Sunar después de tanto tiempo.

Hanimi, elfina doméstica de Sunar Recogió todo la elfina porque el tiempo volaba, y más que Saphira. Decidió empezar llevando las sábanas del cuarto, junto con las de la camita del amo, que se encontraba en un cuarto adyacente al de Sunar. Dejó todo en la lavandería para regresar en segundos. Con otra muca rellenó la canasta, las cortinas. Los preparativos ahora debía ser minucioso porque la madre e hijo podría aparecerse de repente y ella no tenía todo en su lugar. Mientras el tiempo pasaba la elfina estuvo muy relajada, no descuidó sus labores mas no le puso el empeño necesario. Con eso debía recordar que también las plantas de la señorita, requería de su atención. El sonido de la puerta le impidió desaparecer a su destino. Fue hacia la puerta de la habitación y se vio frente a una mujer que reconoció. – ¿Cómo se encuentra ama Lockhart? – con reverencia saludó a la matriarca de la familia Lockhart y esposa del patriarca de familia Tonks. – ¿Necesita algo ama? – preguntó expectante. Le pareció extraño ver a la bruja por esos lares, es decir, llamando a la puerta del cuarto de la ama. Si allí se conocía el hecho que la señorita Sunar no se encontraba en Inglaterra. ¿Sería que ella también recibió nota de la pelicastaña?

Lechucería de la Mansión Potter Black Raizor fue el indicado, ya que al ser el elfo que se encargaba de los animales y mascotas de la bruja Sunar, conocía a la perfección esa área de la casa. Fue enviado allí por Sethy al enterarse de la llegada de la ama, era necesario que en casa de su familia adoptiva se supiera de su regreso a Ottery. Una nota fue escrita por puño y letra del elfo, y entregado a Raizor, el cual se dirigió a la entrada de la lechucería para buscar a Saphira, la fiel búho hembra de Sunar. El viejo elfo amarró a la patita del ave el pergamino, le dio las indicaciones breves ya que sabía a donde ir y como hacer llegar esa nota. La figura de Saphira surcó los cielos en busca de la Hacienda de la Familia Tonks. Hacienda Tonks La hacienda fue un sitio lleno de movimiento y no necesariamente por parte de los elfos que laboraban fuertemente para mantener la limpieza, otros llegaron a revolucionar la quietud que reinaba, aunque para ella no era algo que le importase tanto. Su pensamiento mientras que pusiese un pie en casa, era mantener el cuarto de la ama, limpio y arreglado para su retorno. Hanimi lo hacía bien, no era muy diestra a pesar del tiempo. No se consideraba tan hacendosa como los demás, pero Sunar le tenía mucha estima y ella lo intentaba. Pronto toques en una ventana llamaron su atención. Saphira llegó al alfeizar del cuarto y trataba que la elfina le abriera pronto para sacarse ese molesto pergamino y regresar a casa. Hanimi corrió y la dejó entrar. Las alas batieron frente a su rostro dejando algunas plumas en su boca. Se posó en la mesita de noche y estiró la patita. -- Si -- dijo apresurada por sacarle la nota y evitando que le tirara a picar por haberle halado un pluma. La búho aleteó alegre y salió por donde entró. Leyó la nota y asombrada la dejó caer. Se asustó tanto Hanimi que olvidaba que el cuarto lo limpio en el día. Sin embargo, la ropa de cama cambiada debía lavarla junto a las cortinas que también quitó minutos antes. Era tiempo y no había que perderlo en inseguridades tontas de una elfina. La joven Potter Black pronto visitaría la hacienda.

Gracias por preferirnos Pues acepto a este lindo afiliado a nuestro negocio. Y usando la nota que se puede actualizar la lista de afiliados sin tocar lo demás del primer post, lo he hecho. Antoni estás registrado. Moderadores, he actualizado solo el campo de Afiliados. Espero que todo esté en orden. Si no, por favor no me regañen que tengo tiempo sin entrar y no estaba segura T_T