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Sunar PBT

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Todo lo publicado por Sunar PBT

  1. Peluches?, qué peluches. Movió las manos. Sunar no quería peluches, ya tenía los necesarios para el niño. Sin embargo, no pudo decir nada, porque la Adleriana llevaba varios. - Creo que hay un error - dijo sin ser escuchada por Amya. Ni Sherlyn dijo nada. La ojimarrón se quedó pasmada de los peluchitos que la bruja levitó hasta ellas. Muy bonitos pero le dio vergüenza rechazar los que les mostraba. - Yo quiero flores, ramos de flores, o en su defecto, jarrones para adornar... - no siguió cuando vio algo de San Valentín - una fiesta de niño. - terminó de decir. A quién se le ocurría preguntar por arreglos de San Valentín a esas alturas. No importaba, cada cual podía querer eso. Pero igual, aclaró su garganta para que le escuchara. - Hola - saludó porque esa parte se le olvidó cuando vio a la Adleriana - Quería saber si tienen jarrones de flores de zen - pidió - Son para poner en algunos rincones de la casa donde se realizara la fiesta de Argi - explicó.
  2. Hola a los encargados. No encontré otro sitio, y quería dejar mi pregunta/duda. He visto (soy vidajena, lo confieso), que aún me tienen en el negocio al cual nunca me afilié. Usé este post para darme cuenta: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/88895-oficina-para-el-concilio-de-mercaderes/?p=4655088 Pido que por favor, me saquen de allí, ya que aquí: Registro de Spa: Touch me again No figuro dentro del listado de afiliaciones. En el siguiente caso, tengo una pregunta. Si después de haberme afiliado al negocio. Bates Motel, y luego enterarme que fue cerrado. Existe la posibilidad de desafiliarme del mismo? Igual no me pagaron (xD, y no es por eso) Así tendré mi cantidad de afiliaciones limpia para cuando quiera afiliarme, valga la redundancia, a otros negocios. Es todo lo que deseaba exponer aquí. Si no es la forma, les pido amablemente que me indique cómo. Saludos
  3. Sunar Potter Black. Agencia Consultiva de Plagas. Campaña del DRyCCM Entraron las dos jóvenes, las cuales trabajan en el mismo departamento. Al pasar se pudo percatar que no había nadie cerca, tal vez la chica supiera más porque parecía ser miembro de la familia. – Disculpa mi descortesía. Soy Sunar Potter Black y trabajo en la Agencia Consultiva de Plagas – mencionó tras caminar un poco en compañía de la joven. (Nats) Parte de la División de Seres, eso significaba que ella iba de parte del Ravenclaw por su parte del trabajo. Eso era lo que pensó al reunirse con los tres jefes y la directora. Algunos se encontrarían en el mismo hogar por la campaña lanzada para el mundo mágico. – Oh, cierto. Pues vengo para ofrecer el servicio de inspección a la familia Crowley – explicó mientras también fijaba su mirada en los elfos. – No sé si te lo comunicaron, pero estamos en una campaña para darle movimiento al departamento, y así ayudar a los habitantes, si es que no pueden acudir a nuestras oficinas. – explicó un poco pero sabiendo que la chica debía estar enterada. Aunque a Sunar le pareció escuchar voces de otro lado de la casa. Igual, no era de su incumbencia y solo aguardaría el tiempo necesario para saber de parte de la familia, si deseaban el servicio de plagas.
  4. Campaña del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas Solo una vez entró, solo una vez pudo apreciar un poco del esplendor de esa mansión, y solo una vez no pudo realizar su trabajo. ¿Sería que en esa ocasión, todo se repetiría? La joven de cabellos castaños, aguardó con la paciencia que se caracterizaba, pero como era una simple humana, llegaría el momento de no poder aguantar más. No obstante, era una experimentada trabajadora del ministerio, del departamento de criaturas. Quería llevar ante todos, la opción de librarse de alguna plaga, por más pequeña que fuera. Muchos de los magos y brujas, se hallaban ocupados. Cada uno en sus labores, con sus familias, y entendía que no muchas veces tenían en tiempo para visitar o pedir alguno de los servicios del departamento donde ella laboraba y, es por eso que la campaña ofrecía la facilidad de obtenerlo sin siguiera salir de su hogar. – Se encuentra alguien en casa – pregunto a una verja quieta, la cual asumía que estaba en ese proceso de transmisión del mensaje. Sin embargo, las demás casas de Ottery St. Catchpole, necesitaban su inspección. – Solo un poco – se dijo la Potter Black. El día se alzaba triunfante aunque ella intentaba mantener la entereza y profesionalismo que le ayudó a obtener ese puesto. El sacrificio valió la pena. Le gustaba su trabajo, y lo haría hasta que defender y reforzar esa seguridad que cada habitante merecía de la institución más importante de ese mundo.
  5. Sunar Potter Black. Agencia Consultiva de Plagas. Campaña del DRyCCM. Como otras veces, la pelicastaña se giró hacia el lado opuesto de la puerta, buscando con la mirada a alguien fuera de la casa o elfo. Pero más que todo, para observar el camino que la llevó allá. Los árboles y arbustos; plantas con flores coloreadas, y el arreglo que tenía cada uno. A la Potter Black se le olvidó dejarle a Zamira una nota, pero eso no era muy importante. La bruja buscó en uno de los bolsillos de su pantalón, un pequeño paquetito de confite. Dejó ese cuando estuvo en casa y le dio uno a su hijo, por eso se quedó con ese último. Mientras se introducía la pastilla, y volvía a poner el papel en el bolsillo, vio que una chica se le cercaba. – Buen día – saludó también. Algo en ella era conocido, no podía sentir qué, pero si la había visto antes. Como siempre andaba del ministerio, al callejón o las casas o mansiones, alguno de esos lugares debió haberlo visto antes. Pero la sorprendió. La chica abrió la puerta de la casa principal de la famiia Crowley. ¿Los conocía? Debió ser un familiar. Y a pesar eso, fue hasta pasar que reparó en una pequeña insignia. Trabajaba para el mismo departamento. – Disculpa, ¿en qué división estás? – preguntó Sunar curiosa. Al momento de la jefa quedarse sin empleados para realizar las inspecciones, no notaba por falta de tiempo y un poco de interés, en los demás empleados en las otras divisiones. Debía empezar a conocerlos, ya que al final de todo, eran compañeros de trabajo.
  6. Seguimiento de la Campaña del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas Tras dejar la otra mansión o en su defecto, familia, la joven jefa de la agencia, salió de nuevo a las calles de Ottery. Su misión, y algo que sería tan agotador como enriquecedor, continuó el listado de las familias a visitar, la siguiente era la Crowley. – Si me quedo, no acabo – se dijo echándose aire con un abanico de tela que tenía desde que retornó de su país natal. En aquella ocasión, lo usó para no pensar en su triste estado. Sunar no usaría magia, porqué usarla si estaban relativamente cerca los lugares. Claro que entendía que no es que estuviera a centímetros, pero desde donde caminaba, cualquiera edificación que se alzara en alguna de las colinas de Ottery, sería vista con facilidad. Tenía tanto qué hacer y poco tiempo, porque sabía que en algún momento sería imperioso ir a Diagon por alguna inspección sorpresa, y antes de ir, debía acabar el listado. Le faltó muchos otros lugares, pero no quería echarse tanto trabajo encima, ya que sola representaba a la agencia. – Al fin – se dijo mirando a lo alto de una de las colinas. Ese castillo si que estaba algo alejado. No lo pensó mucho y pasó la reja. Miró varias veces, no quería sorpresas de quimeras u otro animalito, no quería usar su varita para protección porque seguramente, los patriarcas le recriminarían. La Potter Black avanzó por el sendero que la llevaría a la entrada, observando las maravillas de plantas, y deteniéndose por breves instantes, ante la estatua. Minutos, que le parecieron horas llegó a a entrada. Ese pequeño caminito de piedras, ya le mataban los pies porque la pelicastaña se le pasó ponerse la botas de trabajo y los zapatos que usaba no era para andar de un lado para el otro. Al salir, pasaría por su casa, la mansión Potter Black, se cambiaría y seguiría su recorrido. No obstante, la ojimarrón después de echar un vistazo, tocó la puerta a la espera de una respuesta de parte de alguien de la familia.
  7. Ella no era de estar visitando muchos de los negocios de su tía, sin embargo, algunos serían importantes para terminar de finiquitar los detalles de la celebración. - Hola Sherlyn - saludó tan efusivamente que terminó abrazaándola. Su humor estaba por los aires, su alegría era mucha y no era para menos. La excitación de tener a la vuelta de la esquina la fiesta era evidente. Además, ciertas especificaciones, ella misma por más tedioso que fuera, debía hacerlo. - ¿ Estas para comprar algo? - preguntó mientras aguardaba a que los demás, dejaran de verla como una aparecida en el negocio. Comprendía, pero igual, le apenaba no pasar con más tiempo a muchos de ellos. Cuando lo hacía, era como si fuera la primera vez. Le vio un lindo peluche de perro, y pensó si su tía vendía otras clases de animales de peluche. - Vengo por un pedido qué haré - dijo para hacer conversación antes de poder tener el placer de hacer su petición.
  8. Comienzo de la Campaña del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. El mes y medio que tenían por delante, comenzó. Más pronto para ella que nadie. Aún le faltaba arreglar ciertos asuntos, y el trabajo interfería, pero el compromiso sería cumplido a cabalidad hasta que llegara el momento de salir de viaje. La jefa de la Agencia Consultiva de Plagas, luego de terminar parte de sus asuntos en el Ministerio, fue a Ottery. Allí la bruja empezaría su recorrido. Extenuante sería una apalabra para describir, lo que viviría, o posiblemente, le haría falta más cuando llegara a su fin los casi cuarenta y cinco días que duraría la campaña. En su listado, había familias que antes no tuvo la oportunidad de visitar antes o simplemente, no tuvieron problemas como para requerir uno de los servicios de ese departamento, así que sería la primera vez para la Potter Black que estuviera en los terrenos de algunos y quería que cualquier duda fuera resuelta si podía hacerlo en su estancia. Luego de rectificar que tenía una gran cantidad de formulario, -no es que fuese a haber muchas casas que atender- la joven de cabellos castaños llegó a la entrada de la mansión de la familia Malfoy. Antes de poder saber, si había alguien por allí cerca, el sonido del metal la asustó un poco. Sunar pensó que algo saldría despedido, pero no fue así. Una serie de movimientos se produjeron de las verjas que impedían el paso hacia el interior de los terrenos. De pronto, un grotesco rostro surgió tras detenerse la actividad. —Vengo del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas — dijo en voz decidida — Tenemos una campaña y visitamos los hogares de Ottery St. Catchpole — dijo a modo de excusa, la verdad válida, porque así era. El anuncio salió en la pizarra del Ministerio, y cualquiera que fuese funcionario allí, podría saberlo. La jefa de plaga, aguardó la respuesta del rostro, o en su defecto, de algún miembro de la Familia Malfoy.
  9. La fecha se acercaba y comenzaba a sentir eso que se llama estrés. No sabía la madre si aguantaría, pero de algo estaba segura, ella quería que su hijo disfrutara todo lo que pudiera. Y ella, aprovecharía esos días para estar con su niño. Pero quería al menos, que a la vista de los invitados, todo estuviera lindo. Sunar pensó en usar algunas flores. No era tan amante de ellas, aunque tenía algunas de preferidas si de plantas se hablaba. Por esa razón quería pedir algunas combinaciones de arreglos para algunos de los lugares de la casa en donde se realizaría la fiesta. – Y si no lo tiene – se preguntó un poco preocupada. Pero Sunar respiró hondo, su tía era buena y algo se le ocurría cuando le pidiera lo que le pediría. El tiempo no estaba a su favor, debía ir a seguir con su trabajo que intentó empezar pero el repentino pensamiento de algunos pendientes, la desviaron de su viaje a Ottery. Cuando llegó, entró para asegurarse de tener la oportunidad de encontrar algo bueno. – Hola a todos – no siempre podía ir ella a buscar lo que necesitaba.
  10. Revisión antes de la fiesta. Esperando... Luego que la señorita les informara de que serían atendidos. El elfo observó que la madre del amito, se fue a sentar a una de las sillas cercana a la puerta de la entrada. La clínica se veía algo ajetreada, pero no tanto cuando algunas enfermeras corrieron con camillas. - Argi, mira - escuchó Sethy que la madre le dijo al niño al percibir que no sería bueno que viera. El niño atendió a su madre que dentro del bolso, llevaba a Vinoi, el micropuff de la casa. Lo puso en otra de las sillas, de donde saltó a su hombro, produciéndole cosquillas, y soltando una carcajada de esas bellas que solo el peliazul producían cuando eso sucedía. - Voy a esperar - le dijo mirando que la emergencia ere seria. Los tres aguardarían hasta que se tranquilizara el lugar, tal vez, algún sanador, se desocupaba para atenderlos. Y así, lograr saber su estado de salud antes de viajar a Irlanda.
  11. Nuba, elfa del Parque (Área de Piscinas) encontrándose con Sunar, Matt y compañía. No todo era malo, muchos clientes controlaban a sus hijos, pero otros los dejaban hacer desastres. La elfina se encargó de recoger unas toallas que yacían sobre el agua de una de las piscinas de los niños. Claro, si ellos estaban pagando por un servicio, esperaban que los elfos, esclavitos, hicieran su parte. Así era todo el día en ese sitio. En especial, los vestidores. Allá se veía cuenta cosas rara y fea. No solo ropa que dejaban, toallas del parque y no, comida y basura a por doquier. - Estos humanos - se quejó tronando los dedos para limpiar un casillero chorreado de helado. Salió de allí y observó que una de las dueñas caminaba cerca, pero fue interrumpida por el otro dueño. La señorita Sunar y el amo Matt hablaro mientras un niño y otra mujer se encontraban con ellos. Nuba se acercó a darle un informe de lo visto en esa área y escuchó. - Hola tío - lo saludó - Vaya, si Ith viene a remojarse un poco, no? - como cuando el pelirrojo saludaba a Argi, la Potter Black removió el cabello del hijo menor de sagitas - Bienvenida al Parque - le escuchó decir hacia la mujer (Heliké).
  12. Ohhh. no sabía que este llamado fuera para esto :/ Pero mi bella Kirara, tú siempre serás una Tonks. Gracias por estar con nosotros. Y acepto encantada ser tu "madrina", Así que tengo una ahijada (interesante parentesco) xD Cuando se pueda actualizar, se pondrá. Gracias por avisas ahijadita *-*
  13. Argentus con la tía Sagitas en el patio La tía Sagitas no lo llevo con el grupo, los tíos parecían algo ocupados y prefirió el cuento que le prometió. Por eso se acercó a ese árbol donde la pelivioleta se sentaba. Argi terminó de trotar hacia la figura de la Potter Blue para alcanzarla y sentarse, junto a ella y y sonriendo porque escucharía algo bueno. Se aproximó más porque le enseñaba un dragón. El mismo tenía un expresión mala, como que no le gustaba los niños o bañarse o que lo regañaran, tal vez bañarse. - y poke mira asi - preguntó Argi pero Sagitas fue más rápida con la respuesta. Le decía que no tenía amigos, el pobre dragoncito no tenía a nadie con quién jugar, se parecía a él en eso porque no tenía hermanitos y Maxi era muy chiquito. Movió la cabeza mientras miraba a la tía y volvía su mirada al libro. - ta ves no - dijo Argi algo dudoso con la fiereza que Teo lucía.
  14. Raizor, elfo doméstico de Sunar Nuevamente lo ignoraban. No dijo nada, para qué, no era quien delante de un humano para pedir que le prestara antención a él primero. Aunque ganas no le faltaron de tronar los dedos para que algún acto fuera de los normal sucediera. - Así todos miran - se dijo mentalmente con su vista en los estantes del piso de arriba. Mientras las brujas se percataran de su presencia, él observaba un poco el entorno. Pero luego, alguien se dignó a antenderlo. - Buen día señorita Vladimir - saludó a la rubia sobrina de la matriarca de la familia Potter Black. - Tendría a bien saber usted de un libro de cuentos para el amito Argentus - hizo una pausa - es que la elfina de la Hacienda Tonks le llevó dos para cuando estuviera allá y quería que hubiera un par más en la mansión, donde pasa la mayoría de tiempo. - explicó Raizor.
  15. Como que no era tan necesaria su ayuda. El chico con su equipaje solo agradeció la indicación de cómo llegar al hotel del parque y siguió la ruta marcada por la dirección que la pelicastaña le señaló. –Que tenga buen día – se apagó su voz mientras el jovencito seguía su camino. No todos en el callejón les agradaba que alguien los estuviera guiando, pero igual lo intentó la bruja de ojos color marrón. Suspiró de alivio, ya que no tendría que volver cerca al hotel por un rato. –Me daré una vuelta por las piscinas, regreso luego – dijo despidiéndose de Pikomi que tenía todo bajo control. La Potter Black giró sobre sus talones y se dirigió rumbo al área acuática del parque, al área de las piscinas. Allá todo era diferente. Las personas, chicos y grandes, poseían unos rostros más alegres. Jugar con el agua siempre era divertido.
  16. Leo, elfo del hotel dentro del Parque Acuático. Horas después de estar pendiente de todo lo necesario en los diferetes lugares del hotel, a Leo la preocupación de esa renovación parecía desvanecerse por completo. Luego que la señorita Potter Black se fuera, y así evitará más regaños disfrazados de la bruja, se quedó a limpiar el área del restaurante que usaron como despacho improvisado. Lastimosamente, no le habían asignado uno a los dueños, y por eso creía que parte de su forma estricta de tratarlos. Al terminar se dirigió hacía el vestíbulo del hotel, antes de revisar un poco el estado del mismo vio pasar a una señora conocida, pero iba tan absorta en sus pensamientos que prefirió no decirle nada. Y era mejor así o podría desaparecerlo como aquella ocasión que estaba de mal humor. - Estos amos - reprochó la actitud de los magos que porque su familia era dueña de un sitio, se creían con el derecho de actuar como a ellos le pareciera. La vio subir el elevador, seguramente iría a una habitación y le hizo señas a una elfina para estar al tanto de lo que necesitara. Muchas personas iban tras haber disfrutado un buen rato en las piscinas. Era más común verlos entrar luego de pasar por esa área que clientes que vieneran expresamente al hotel por un cuarto o la comida del restaurante. Mientras tanto, en la entrada del parque. Pikomi esperaba que la señorita Sunar dijera algo más, pero la bruja se quedó dando la bienvenida a los clientes que pasaban. Muchas veces las personas querían entrar por ese lado del parque. La entrada estaba más emparentada con el paso al área de los juegos mecánicos que del hotel. Muchos pagan una entrada, a menos que preguntaran hacia dónde se querían dirigir exactamente. - Buen día - saludó - Bienvenida al Parque Acuático Wicth - expresó hacia una chica que le hizo señas de espera a alguien. (Kutsy) La pelicastaña sonrió porque entendía perfectamente. Continuó hasta que vio a un chico y éste preguntó por un cuarto del hotel. Pikomi miró de forma impaciente porque no le gustaba dar direcciones, pero una de las dueñas se encontraba y si debía hacerlo, ni modo. - Si caballero, el Hotel se encuentra a unos metros a la derecha. Si desea puedo acompañarlo - explicó la Potter Black encantada de estar entre los clientes y brindarles un buen servicio. Aguardó la respuesta del chico. (Panterrosa) Mientras pudiera atender un poco el negocio, lo haría lo mejor posible.
  17. Revisión antes de la fiesta. Casi toda la familia reunida, faltan las mascotas xD –¡Ay tío, pero que bromas dices! – también riendo ante la ocurrencia de salir de vacaciones de ellos. Parecía que su tío no sabía que salir con ellos de vacaciones era mejor que ir sola. Se divertía más con la familia porque siempre se esperar mucho de ellos, y de lo que sucediera entorno a ellos. Eran esa parte alegre de su vida, sin olvidarse de sus hijos. Pero Matt no estaba bien, todos fueron a socorrerlo aunque Argi no supiera que hacer, la Potter Black lo agarró para que su madre, Sagitas le atendiera cuando pidió el historial a la recepcionista que dejó el registro de lo suyo para centrarse en la emergencia. Los miró con preocupación pero dejó que lo llevaran mientras la señorita volvía a dirigirse a la madre de Argi. –Disculpe – sabía que esa expresión no era por nada – Mi nombre es Sunar Potter Black, la madre del niño – al menos ya le dijo para quién eran esas vacunas y que parentesco tenía con el infante. Luego de eso le señaló que esperara un poco más hasta que alguien viniese a atenderlos. La recepcionista pasaría la cuadricula para que un sanador los viera, la brevedad posible.
  18. Argentus saliendo con Sagitas al patio. La tía del cabello de color violeta cambió el rostro. Parecía ahora que si era mejor que cuando se ponía brava, cuando estaba si, daba miedo. No le gustaba mirarla porque presentía que algo le iba a hacer, o que lo regañaría como a los tíos. Tomó la mano que le ofreció la tía, le dijo que saldrían. Eso lo alegró porque no tendría que ver al elfo que le quería obligar a hacer tarea como los demás. No le agradaba las imposiciones, casi siempre hacia lo que le gustaba en casa bajo la mirada de los elfos que se encargaban de cuidarlo, aunque tendía a ser más cooperativo con Sethy cuando le ponía a dibuja o pintar, hasta cuando veían algunos números. Aun su madre no le llevaba a que aprendiera otro idioma, aunque ella lo había pensado. Mientras no tuviera un tiempo para hacerse cargo, solo estaría sujeto a lo que Sethye le pusiera por orden de Sunar. –si – dijo cuando le propuso Sagitas comer galletas. Esa tía era buena onda después de todo. Un elfo atendió a una petición de la mujer, mientras el peliazul miraba el rostro de un niño que se encontraba alegre por culminar su dibujo. Torció la boca y se giró de nuevo en dirección a donde iba. Cuando salieron observó Argi que estaba la tía Xell, el tío Matt y Sethy, pero también la mujer que le grito que fuera a la clase (Reena). Levantó su mirada, con esos ojos color avellana hacia la Potter Blue. –cuento – dijo para que no se le olvidara y no tuviera que acercase a Reena.
  19. Tantos menús que revisar, le estaba dando un dolor de cabeza y su vista se nublaba con tantos números. Decidió dejar eso, por el momento. La Potter Black se estiró como si estuviera en casa y al percatarse que no era así, bajó rápidamente los brazos. Sonrió apenada y salió del restaurante hacia el vestíbulo del hotel. —¿Dónde estará? — se preguntó de una manera tonta ya que era obvio que no sabría el paradero de su tío en ese parque. De todas formas, se fue a revisar otros lugares del mismo para dejar de pensar en las cartas de comida, y los ingredientes que faltaban para ciertas recetas. Mientras tanto, Pikomi en la taquilla de los aparatos mecánicos, llevaba bien el registro de los adultos y niños que entraban al mismo. Cuando pasó una chica rubia (Xell), vio que le entrega unos galeones, la miró de nuevo. –Disculpe señorita, tenga – le regresó uno porque le dio de más. No era tan cara la entrada. Le pasó su tiquete para que lo usara cuando fuera a subirse a uno de los aparatos. La vio irse y siguió recibiendo y contando los que iban entrando. Tras pasar unos minutos, la Potter Black llegó a ese lugar. –Señorita Sunar – la saludó con una reverencia mientras recogía otro pago y dejaba el papelito en manos del cliente que pasó —¿Cómo va todo por aquí, Pikomi? —preguntó observado y recibiendo con una sonrisa a los clientes que seguían en la cola para entrar. La elfina le respondió que todo marchaba a la perfección, aunque no comentó nada de la parte de piscinas porque eso le interesaba a Nuba, y cualquier reclamo o situación allá, debía darlo a conocer la elfa.
  20. Revisión antes de la fiesta. Sunar, Matt, Argi, Sagitas y Heliké ¡Argentus! No pudo dejar pasar eso, no era bueno que el niño hiciera esos berrinches con algo que le daba un familiar, y no quería imaginar que lo hiciera con un desconocido. Pero de eso, se encargó su tío. –Hola – cambió el humor al ver a Heliké que llegaba también. Argi tendría que vérselas con ella en casa. –Tía, pero si vamos a Irlanda… Harpo no te dijo – muy raro que el elfo de la matriarca no le informara para que ella estuviera haciendo sus planes en el trabajo y así poder asistir a la fiesta. – No te preocupes, es que no tenemos nuestras vacunas al día. – agregó la pelicastaña. Sagitas parecía muy ansiosa de que el fueran a irse por un largo tiempo, y que el niño no estuviera bien con eso. Parecía olvidar que ellos fueron a su boda y también cruzaron las fronteras de ese país para acabar en otro. –¡Tío! Te pasa algo – preguntó preocupada Sunar al verlo doblado. Se acercó para tratar de ayudarlo, aunque no quería tocarlo para evitar que sintiera más dolor. Por la posición que tenía, consideraba que si tenía algo de dolor. Mientras tanto, Argi se aproximó igual, así como el elfo que se encontraba en una de las sillas, pero acudió al igual que lo demás al ver al amo Blackner en aprietos.
  21. Sethy, elfo doméstico de Sunar –Disculpe señorita – expresó apenado el elfo cuando regresó con la mujer que le pidió los mandiles para los pequeños. Luego de eso no supo que más hacer porque la bruja familiar de la señora Sagitas, se encontraba acomodando todo para cuando tuviera que salir con los niños, además de eso, el amo Matt también colaboraba. Quiso escabullirse para buscar al amito, se encontró siendo observando por los dos humanos antes desaparecer de su rango de visión. –Si necesitan algo más, amos, estaré encantando de ayudarles – no tuvo más remedio que ponerse a disposición. Mientras tanto, en el salón. ¿Cómo era tan complicado poder escaparse? –ola tia – dijo el niño viendo que no sería fácil salirse sin que lo vieran, ya lo había visto. Salir con los demás, pero… si allí algunos terminaban unos dibujos y ese elfo no le permitía irse sin terminar. No quería estar allí, no quería y su madre no llegaba. Tal vez, la tía de pelo bonito le ayudase a no quedarse más tiempo con elfo feo, quería ver a Sethy. –si – dijo bajito mientras asentía a la idea de salir de ese salón. Le preguntó si quería que leyera un cuento, dos opciones, las dos muy buena porque no recordaba que le hubiera contando eso. –las dos – dijo sin reparo. Sonrió porque la tía estaría un rato con él, no siempre podía admirar ese cabello, y mucho menos estar con la tía gruñona de la casa. Off: xD
  22. Raizor, elfo doméstico de Sunar Nadie le prestaba atención. Mientras las brujas se dieran cuenta de su olvido, el elfo se estuvo paseando por entre las filas de libros. Buscaba el mismo algo que le sirviera, o hasta que se dieran cuenta de su intromisión en la tienda. Raizor no era de lo de pedir ayuda, pero sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo porque ya empezaba a marearse con todos los libros que veía. Algunos con títulos misteriosos y otros con portadas coloridas pero muy terroríficas. –Estoy en otra sección – se dijo al darse que no era el de los niños pequeños. Salió de ese parte y siguió buscándola sección para niños. Cuando lo consiguió entonces se dio cuenta que no solo había para niños más chicos que al amito, también había para niños más grandes. Viendo, ya no podría estar solo. –Creo que necesito ayuda – dijo apenado hacia las mujeres que se encontraban por allí.
  23. Revisión antes de la fiesta. Sunar con Matt, Argi y Sagitas Ya la señorita regresaba de dónde estuviese. Así que empezó a preguntar por los datos del niño. La madre se acercó a darle todo lo que fuese necesario para registrarlo en la ficha que sería utilizada por el sanador en turno. - Quiero que se le realice los exámenes de sangre, y se le ponga vacunas porque va a salir del país - le informó a la recepcionista. Mientras eso, la tía Sagitas llegaba. - Hola tía - saludaba Sunar cuando la mujer se encargaba de terminar de poner la información que ella le pidió - Se llama Argentus Potter Black, tiene dos años con 10 meses - volvió a hablar con la señorita. Luego vio que el niño agarraba entusiasmado el muñeco que la matriarca de la familia le brindaba. La madre lo vio algo feito. - También quiero revisarme yo. No quiero enfermarme por allá - dijo la Potter Black antes de girarse de nuevo y ver como el niño tiraba el muñeco. A Sunar le pareció raro que actuara así con un juguete que no era suyo. Sonrió apenada y con ganas de llamarle la atención pero se contuvo porque estaban sus tíos y seguro que no les gustaría.
  24. Raizor, elfo doméstico de Sunar No pretendía la chica dejar pasar al hombre. Raizor también se encontraba alerta por si intentaba escapar, o herir a la ama Sunar. Pero el amo Matt llegaba. –¡Amo! – exclamó esperando que no fuera a cumplir la amenaza que le lanzó arriba. Lo miraba, igual que la ama que lo observaba, pero más al hombre que tenia debajo, tirado con un rostro de susto que nadie se lo podía quitar. No obstante, no sabía si era porque el joven pelirrojo se le tiró encima o por la salida del espejo. –Ese hombre puso a la ama Sagitas dentro de un espejo – soltó el elfo. Sunar no sabía y se sorprendió después de escucharlo. Ella estuvo abajo, cuidando, atendiendo a la clientela que llegó mientras tanto, el tío comenzaba a tirar del hombre, así que por un momento la joven de cabellos castaños bajó la varita. Eso lo sabía el elfo. La ama se le veía algo preocupada, pero de pronto habló. Sabía que no dejaría a merced de lo que entrara, con mucho pesar, le dijo a su tío que hiciera lo posible por recuperar a Sagitas sana y salva. –Ve con ellos, yo estaré bien – le ordenó la ojimarrón y Raizor cumplió.
  25. Simyni, elfina doméstica de Sunar Luego de hacer una pequeña parada en su recorrido, lo que usó para verificar unas sillas en el negocio de la ama, siguió al próximo establecimiento. No quería tardar mucho, pero no podía hacerlo todo. Pasó cerca de unos elfos que conversaban de varitas. Escuchó que uno de ellos le decía al otro que su amo, rompió la varita de un niño, que él se lo buscó por haberle lanzado un mal hechizo. El otro elfo movió sus orejas alarmado. - ¿Y la madre? - preguntó ese elfo. En seguida, oyó que le contestaba que, por ella ni se movió porque era el abuelo del niño. Y casi a susurro, que tenía tendencias oscuras. De una vez, miró por si alguien le escuchaba, pero ya la elfina se había adelantado para evitar que la fueran a reprender por eso. Sabía que toda clase de gente vivía en Londres, y que por Ottery se hallaban diseminadas las familias con ideales contrarios, tanto como miembros. Pero solo se centró en pensar en dejar esa invitación antes que se aburriera. Cuando llegó al local, leyó el nombre, revisó su lista, y entró al mismo. La decoración era muy bonita, como el nombre indicaba, algo del medio oriente debía ser, aunque Simyni nunca había ido. http://i.imgur.com/oeOF9eq.png Dejó la invitación sobre el aparador donde se registraban los visitantes, saludó al encargado, pero no se quedaría a charlar. Cuando volvió a la calle, suspiró profundamente. Esperaba que la ama terminara, podría haberse entretenido con algo y debían encontrarse en otro negocio para partir a la casa.

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