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Monica Malfoy Haughton

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Mensajes publicados por Monica Malfoy Haughton

  1. La pregunta sobre a que se refería cuando decía que era normal en ella ausentarse la había tomado por sorpresa, igual que muchas de las palabras que habían continuado después de aquella cuestión. Inicialmente se arrepintió de haberlo mencionado, ya que tener que dar explicaciones sobre sus ultimo viajes no resultaba fácil sin mencionar su anterior pertenencia a la Marca Tenebrosa y su posterior retirada de las filas mortifagas y las investigaciones que había realizado en el transcurso de esto último. Chasqueó la lengua tras un largo suspiro y miró a la nada, como si esta fuera a hablar por ella.

    - Puedes preguntar, pero no sé si puedo contestarte – fue su respuesta-, durante toda mi vida he viajado de un lado a otro, sobre todo para investigar especies de criaturas y otros seres… sus magias, y en busca de plantas que me permitieran su utilización para lo que en esos momentos necesitaba – hizo una pausa y tragó saliva, mirándolo con cierto recelo ¿Estaría allí Luke para sacarle algún tipo de información delicada? De un momento a otro, sin darse cuenta, fue presa de aquel carácter desconfiado que normalmente la acompañaba-. Últimamente mis ausencias no han sido tanto por esos placeres.

    Así terminó y, aunque una parte de ella la empujaba a contarle cualquier cosa que él preguntara sin razón aparente, otra la mantenía alerta. Podía ser que aquella división en su consciencia se debiera a todos los puntos en común que parecía tener con el mago, que le acababa de expresar un sentimiento muy parecido al que ella sentía por la naturaleza, y a la vez, al hecho de que hubiera aparecido allí inesperadamente, sin conocerse de nada y aun así pareciera que la había estado analizando detenidamente para parecer casi su alma gemela.

    - No creo que me ría – sonrió y a pesar de las dudas que aquello generaba en su cabeza, una sonrisa llena de picardía asomó de sus labios-, bah, te lo prometo – terminó aceptando, mirándolo tan fijamente como si quisiera saber lo que iba a decir antes de que lo hiciera.

     

    @ Luke Abbott

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  2. - Bueno… un bosque no es un mal lugar para vivir – se encogió de hombros. Por un momento su mente se alejó de allí para recordar el largo año que vivió en la selva brasileña y un escalofrío le recorrió la espalda tal y como le pasó la primera noche que pasó en la cabaña de la vieja Zeffa. En aquel entonces era joven e inexperta y vivió situaciones que le ocasionaron verdaderos traumas que la habían perseguido durante mucho tiempo-. Yo también me he ausentado de Londres, aunque eso es algo normal en mi – sonrió, aunque por un momento, resultó una sonrisa amarga.

    Tras rodear varias veces a los dos humanos, el zorro se sentó frente a ellos y los miraba de hito en hito como si así pudiera conseguir más premios. A Mónica le hizo gracia pues pensó que lo único que le faltaba a aquel animal para darse a entender era hablar; estaba claro que quería seguir comiendo pero aunque la bruja tenía más, también sabía que sobrealimentarlo podría ser perjudicial para él.

    - No hay más, amigo mio – susurró mientras le acercaba la mano, esta vez vacía, para acariciarle la cabeza una vez más.

    No había pasado ni un minuto cuando el zorrito salió corriendo y aunque no huía, era obvio que ya había perdido su interés en aquellos visitantes. Mónica lo vio alejarse dando pequeños trotes hasta que se perdió de nuevo entre los arbustos del otro lado del camino, lo que provocó que ella suspirara. A veces le hubiera gustado ser tan libre como uno de aquellos seres pues en el fondo posiblemente eran mucho más felices que ella.

    “...Es agradable ver lo diferente que eres”. Giró la cabeza hacia él y fue entonces que notó que se había sentado a su lado aunque a una distancia prudente, pero ni siquiera fue capaz de responder a ese comentario. De pronto se puso algo tensa, irguió su espalda y carraspeó, pues había estado tan distraída que no había notado que Luke se había acercado tanto. Titubeó por un momento y no entendía el motivo por el cual, sin haberlo visto nunca antes, parecía como si llevara hablando con él toda la vida. «Si viniera a matarte ya lo habría hecho, estùpìda», pensó.

    «¿Acaso lo conoces de algo? ¡Por Merlin, haz que se aleje!»

    Su propia voz le hablaba desde algún punto de su negativa consciencia pero algo en ella no quiso escucharla. Era como si algo en él la hubiera atrapado, como si de alguna manera hubiera algo que debía descubrir. Entonces asintió con la cabeza a la última pregunta que le había hecho, tomando las tijeras de nuevo y guardándolas en el bolso junto a los botecitos que había rellenado con las flores secas.

    - Me interesa todo lo que tenga que ver con la naturaleza – anunció-. Las especies del mundo en general esconden un sin fin de poder y eso ocurre tanto sin son mágicas como si no. Las criaturas pueden ofrecerte mucho más que su amable compañía si eres respetuoso con ellas y lo mismo ocurre con las plantas – Mónica había estudiado tanto sobre herbología, criaturas, pociones y primeros auxilios que había acabado por ser lo más parecido a un ermitaño que había conocido, aunque eso no lo dijo-. No hay mucha gente a la que le atraigan estos temas y por lo que veo a ti sí ¿O me equivoco?

    Mientras hablaba había fijado, una vez más, su mirada en la de él encontrando entonces que Luke también la miraba directamente. Se quedó callada y aunque lo había estado solamente unos segundos nada más, pareció que pasaba una eternidad. Aquellos ojos… ¿Los había visto antes?

    - Esto… ¿Seguro que no nos hemos visto antes? - preguntó de golpe.

     

    • Love 1
  3. No sabía exactamente cuando tiempo llevaba allí pero ha decir verdad tenía la certeza de que había sido demasiado. Permanecía sentada en uno de los bancos de la barra y, en esta, un cuadrado vaso de cristal aguardaba a que la mujer por fin se decidiera a beber. El líquido ámbar comenzaba a mezclarse con agua del único hielo que había comenzado a derretirse hacía ya un buen rato y con el cual Mónica se entretenía haciéndolo girar con el dedo de vez en cuando.

    Una voz cercana la sacó del ensimismamiento en el que se encontraba e hizo que girara el asiento del banco con la inercia de su propio cuerpo en busca de quien había hablado. Cuando lo reconoció no dijo nada si no que se limitó a observarlo mientras interactuaba con quien hacía de camarero, para luego acercarse a la barra que ella ocupaba. No estaba precisamente cerca, pues eran varios metros los que los separaban, pero a Mónica no le hizo falta la cercanía para reconocer a un viejo amigo.

    - Vaya, últimamente parece que la cosa va de reencuentros – dijo lo suficientemente alto para que Arcanus se enterara. Ya no lo miraba, había vuelto a quedar de frente a la barra y por fin había dado un trago a su bebida. El cobrizo cabello le caía como una cascada sobre su espalda, hasta casi la cintura, y algunos mechones le ocultaban parcialmente el rostro; tras beber, volvió a mirarlo.

    - Hacía mucho que no te veía – los ojos le brillaron con cierta curiosidad por saber a donde habían acabado los pasos del mago. Tintineó sus uñas contra el cristal del vaso y cruzó las piernas bajo el vestido veraniego que llevaba, de una gaseosa tela color marfil y cuyas tirantas eran un finísimo hilo dorado y caía desde su nuca hasta la mitad de su columna.

     

    @ Arcanus

     

  4. El intercambio de palabras entre ellos fue raro pero Mónica no tenía claro el motivo por el cual había tenido esa sensación. No lo conocía como para poder saber si era ese su comportamiento normal o no, pero creyó percibir que la mente de aquel apuesto mago no estaba del todo allí, o al menos no lo había estado todo el tiempo. Algo en él se le antojaba misterioso, como si detrás de aquellos ojos se escondiera mucho más de lo que a simple vista podría llegar a percibir... Los ojos, de pronto notó que cada uno de ellos se dibujaba de un color diferente y... Le pareció fascinante. 

    - Encantada Luke, el mío es Mónica - lo imitó, aunque en su caso no mencionó sus apellidos. Últimamente no lo solía hacer si no era estrictamente necesario, sobre todo para evitar que fuera fácil reconocerla por su pasado ministerial o, incluso, por su relación con las artes oscuras-, y creo que no te he visto nunca antes. 

    Casi sin darse cuenta había soltado las tijeras a un lado y mientras con una mano le acercaba las chucherías al zorrito con la otra lo acariciaba, extrañamente, con actitud relajada relajada. A cualquier otra persona que se hubiera acercado la hubiera recibido con una actitud más rígida, incluso con rechazo y tal vez por el ambiente en el que se encontraba o por la actitud de Luke con el animal, en esa ocasión no había sentido la necesidad de hacerlo. 

    Cuando el muchacho apartó la mirada la de ella lo siguió un instante. No había podido evitar observarlo con atención, quizás con demasiada y que él interrumpiera el análisis mental que estaba haciendo sobre la diferencia en sus ojos le molestó. De hecho, había notado como Luke también la miraba directamente pero eso no la incomodó. 

    - ¿Apreciarlos? Me fascinan. He dedicado y dedico mi vida profesional a su cuidado y protección - mientras hablaba el animal había bajado de su regazo y se había acercado más a Luke, en busca de más bichitos que deborar. Lo olisqueó y arañó levemente el zapato del mago, lo que hizo que Mónica volviera a sonreír ampliamente. 

    - ¿Sueles venir mucho por aquí? - le preguntó, sorprendiendose a sí misma de ser la que continuara la conversación-, me han dicho que hay muchísimas especies de animales en el parque. 

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  5. A diferencia de lo que había pensado inicialmente, la pequeña criatura no se había alejado demasiado y apenas unos segundos después asomaba de nuevo la cabeza a través del arbusto más cercano a Mónica. El color rojo de su pelaje contrastaba con el verde que lo rodeaba y el tono de los ojos amarillos del zorro brillaba con la astucia propia de su especie, aunque parecía que la curiosidad le podía más. Para su sorpresa apoyó la cabeza en su pierna y ella aprovechó para acariciarlo, aunque pronto una voz masculina apartó su atención del encuentro con el hermoso animal. 

    Tuvo que girarse en busca de quien había hablado y, al estar sentada en el suelo y tener que levantar la vista, el sol la deslumbró por un instante cegándola completamente. Se llevó la mano a la frente, haciendo con esta una improvisada visera para evitar la luz y ver que no conocía a la persona que le hablaba y que se había dirigido un momento antes al zorro también. 

    - Buenas tardes más bien - le respondió. Lo observó detenidamente, quizás buscando algún rasgo que le sonará de haberlo visto anteriormente, pero fue imposible. De forma inconsciente había apretado la mano diestra donde aún tenía las pequeñas tijeras empuñadas, como si tuviera que protegerse-. Nosotros aún nos estamos conociendo, ¿verdad? - con maña había utilizado su mano libre para rebuscar en el bolso y había sacado una pequeña bolsita transparente repleta de pequeños insectos secos que le ofreció al zorro y que de un momento a otro se le había subido en el regazo. 

    Mónica tenía buena maña con casi todas las criaturas con las que había tenido contacto, se le daban por descontado mucho mejor que las relaciones humanas. Ese detalle nunca le había preocupado pues, las personas, le habían demostrado que no eran tan dignas de confianza como el resto del mundo animal ya fuera mágico o no. 

    - ¿Quieres? - extendió el paquete de alimento hacia el aún desconocido y sonrío algo divertida, dejando que los ojos verdes se contagiaran de la misma sonrisa-, pero no te lo comas, es para nuestro compañero. 

     

    • Love 1
  6. El calor de aquel día había sido totalmente asfixiante, pero por suerte la tarde había traído consigo una agradable brisa que revolvía los mechones del cabello de Mónica que habían conseguido escapar de su coleta. Llevaba ya un rato frente a la entrada del parque de las lamentaciones y aunque había estado toda la tarde recorriendo las inmediaciones del lugar, aún no se había animado a entrar en el mismo. Junto a ella una vuelapluma de color verde brillante flotaba anotando todo lo que, muy de vez en cuando, Mónica murmuraba por lo bajo.

    Cruzó el dragón de hierro que le daba forma a las antiguas puertas del recinto y siguió con la mirada a un par de conejos comunes que huyeron para ocultarse en su madriguera amedrentados por su llegada. Sonrió levemente y sin abrir la boca tomó la pluma que le sobrevolaba la cabeza de forma insistente para guardarla en el pequeño bolso que le colgaba del cinturón. A la ex-mortifaga no le hizo falta fijarse demasiado para notar la presencia de pequeños animalillos que, gracias a sus correteos, hacían susurrar a la vegetación.

    - No es lo que me esperaba – dijo con notable entusiasmo. Ella nunca había estado allí, pero quizás algunas malas lenguas le habían hecho llegar el rumor de que en aquel sitio no se respetaba la vida de los animales y eso, en un primer momento, la había enfurecido. Al menos por lo que estaba viendo, no era así.

    Vestía unos pantalones largos de color granate, de una tela fuerte pero agradable al tacto que se perdía en el interior de unas botas de cuero negro algo raídas. Aquel día se había desprendido de la calurosa capa y llevaba una camisera blanca debajo de un chaleco con numerosos bolsillitos y del mismo color que las botas que se ajustaba por justo debajo de su busto. Del cinturón colgaba el pequeño bolso que solía llevar en aquellas ocasiones, cuyo interior repleto había sido ampliado gracias a un hechizo extensible.

    Se sentó en el suelo, en una zona en la que el césped se mezclaba con frondosas matas y arbustos que conocía bien y sacó del bolso varios utensilios y botecitos que dejó esparcidos a su alrededor tras cruzar las piernas. Pasó la yema de los dedos por algunas flores y se acercó para olerlas; poco después y tomando unas pequeñas tijeras cortó las flores ya secas y las comenzó a meter en uno de los frascos de cristal que había sacado. Justo cuando iba a cortar la ultima, un cría de zorro salió de un arbusto cercano y se quedó quieto para observarla; ella se quedó igual de quieta para no espantarlo.

    - Hola amigo – murmuró. El animal olisqueó y se quiso acercar tímidamente, pero un ruido hizo que se agazapara y al instante saliera corriendo velozmente para alejarse. Mónica levantó la vista pero no vio a nadie por lo que volvió a mirar hacia donde el zorro se había ido ¿estaría cerca aún?

    @ Luke Abbott

    • Love 1
  7. La voz del Black Lestrange sonaban al otro lado de la puerta, pero en su cabeza era como si estuviera verdaderamente lejos. Se apoyó con ambas manos en el lavabo de porcelana y se inclinó sobre este agachando la cabeza para resoplar en repetidas ocasiones hasta que conseguir empezar a relajarse. Cuando se miró en el espejo y su relejo le devolvió la mirada se sintió decepcionada a la vez que angustiada y, en un atisbo de su cuerpo, cierto sentimiento de curiosidad la envolvía.

    Abrió el grifo y dejó que el agua corriera unos segundos hasta que la acumuló en el hueco de sus manos y se mojó la cara hasta en tres ocasiones. Tras mojarse también la nuca la apagó y se giró sin volverse a mirar en el espejo, como si se evitara a sí misma o al sentimiento de culpa por lo que acaba de prometer ¿Qué haría ella siendo miembro de la Orden del Fénix? Tragó saliva y se secó la cara con una toalla. Pero… ¿Cómo podría seguir siendo miembro de la Marca Tenebrosa? No tenía las ideas claras, pero lo que sí tenía clara era que no iba a volver atrás mientras las cosas no cambiaran.

    Casi de forma automática, sin pensar, se había desecho del vestido mojado y había cogido del vestidor un pantalón y una blusa blanca que se puso rápidamente. El pantalón era celeste y se puso unos zapatos del mismo color que la prenda con la que había cubierto la parte superior de su cuerpo. Cuando salió de nuevo a la habitación se estaba recogiendo el pelo en una coleta alta y disimuló el haber entrado allí para cambiarse, aunque lo que necesitaba era realmente recomponerse ¿Lo necesitaba por la decisión que había tomado o por como la había dejado la cercanía del mago? Lo segundo había pasado a un segundo plano y, por su bien, más le valía olvidarlo.

    - Conoces mucho más de lo que me gustaría – dijo en respuesta a lo que Illidan comentaba justo cuando ella salía-. Vamos – lo instó, encaminándose a la puerta.

    La abrió y esperó apoyada en el marco a que este saliera. Un amplio pasillo fue lo primero que se abría ante ellos y las posteriores escalinatas para descender de la torre sur del castillo los recibieron con un silencio casi sepulcral. Cuando llegaron abajo el leve murmullo de los cuadros colgados a ambos lados de un nuevo pasillo rompieron el silencio, aunque las voces se iban apagando cuando Mónica pasaba. Los movimientos de los personajes allí retratados lo seguían con la mirada hasta que finalmente desaparecieron bajando el ultimo par de escaleras hasta la planta baja.

    - Recuperé este castillo prácticamente a la vez de tu marcha, supongo que por eso nunca has estado aquí – explicó, respondiendo a uno de los comentarios que el ex-mortifago había hecho arriba. Cuando cruzaron el vestíbulo el olor de la comida delataba que todo estaba listo; entraron en el comedor y los dos asientos más cercanos a la chimenea apagada tenían sus cubiertos listos para ellos-. Bueno, parece que al final no te morirás de hambre.

     

    @ Illidan Black Lestrange

  8. - No más insolente que quien llega a esta casi sin invitación y con pretensiones absurdas – en su caso no podía ser tan amable como su hermano, quizás porque no tenía tanto carisma como él y no es que fuera a esforzarse por tenerlo ahora a pesar de que la mujer que tenía en frente se presentaba como la administradora de un banco. El dinero no era un problema para ella, ni tampoco una necesidad pues tenía más del que podía gastar incluso a base de inversiones.

    Se quedó callada cuando Lucrezia mencionó a Thiago. Por un momento quiso saber que había sido de su viejo compañero pero no preguntó nada, pues aquella mujer no le gustaba en absoluto y no quería entrar en un tema que denotara cierta debilidad en ella. Se limitó entonces a callar y escuchar la conversación entre la Médici y su hermano que, justo en ese momento, se le antojaba un aburrimiento. Tal vez por eso sus labios se curvaron una sonrisa al escuchar las palabras de Cillian ¡Aquel muchacho cada vez le caía mejor!

    - Estábamos en una reunión familiar, señorita Médici. No son ese tipo de negocios los que nos interesan esta noche, pero tal y como dice… mi cuñado – sonrió de forma picara mirando de reojo a su hermano, pues para ella no había pasado desapercibido ni las intenciones de Lucrezia ni el beso en la mejilla de uno otro mago-, puede acompañarnos si quiere, o bien marcharse a buscar conversación de negocios con otras personas.

    Se sirvió otra bebida idéntica a la de antes y bebió sin dejar de clavar los ojos en la italiana. Levantó luego su copa, dedicándole la misma justo antes de dejarla en la mesa y mirar a Cillian, que volvía a hablarle.

    - Podemos ir cuando queráis ¡Podría ir ahora mismo a organizarlo todo! - ya estaba allí de nuevo su entusiasmo-. Y el negocio… ¿Cuándo vamos a ver los locales? Tenemos que elegir uno amplio ¿Qué opináis sobre la idea de un restaurante de buen tenedor que disponga de un hotel en su piso superior? Conocéis el viejo caldero chorreante ¿No? Sería algo un poco más refinado… - no mencionó la idea de que quería que el sótano fuera un local nocturno, quizás más tarde lo dijera si consideraba que los tres presentes no saldrían corriendo.

     

    @ Cillian Ryddleturn @ Ludwig Malfoy Triviani @ Ashley Emily Black Lestrange M.

  9. El cabello de la bruja, normalmente suelto, permanecía bien sujeto en un ajustado rodete justo a la altura de sus orejas que le permitía tener el rostro despejado. Llevaba un rato caminando a través de los terrenos de Uagadou cuando vislumbró la delgada figura de quien sería su maestro, un guerrero del que ya había recibido tiempo atrás sus enseñanzas y del que el color de su barba y cabellera delataba la avanzada edad que tenía.

    Los rodeaba una amplia llanura llena de vegetación y rocas de diferentes tamaños. Mónica había analizado cada rincón que la rodeaba, había visto las columnas y las distancias que la separaban de estas y de los arboles más cercanos. De pronto se descubrió a sí misma apretando la mano derecha, donde tenía empuñada la varita de ébano que la protegía e intentó relajarse por el momento. No es que estuviera tensa por miedo; simplemente estaba ansiosa por comenzar.

    - Buenas tardes – se detuvo a un par de metros de Khufu y recorrió con la mirada el santuario que este tenía detrás. El antiguo edificio era de piedra y no tenía más ventanas que pequeños tragaluces a una distancia demasiado elevada como para que la bruja supiera lo que había dentro-. Mi nombre es Mónica y estoy aquí para conocer los poderes del libro de la sangre – anunció.

    Vestía de forma cómoda y sencilla: unos pantalones largos de color verde resguardados por unas botas de cuero marrón que le llegaban a la mitad de la pantorrilla y una camiseta del mismo color que el calzado que había asegurado bajo la cinturilla del pantalón. Solo la acompañaba su varita y su propia mente, donde había memorizado cada página del libro que desde hacía tiempo obraba en su poder pero que aún no había logrado entender.

  10. Qué? Cómo? Mónica ebria donde? No se de donde os habéis sacado eso pero es una información completamente falsa y pienso tomar medidas legales! Mi abogado se pondrá en contacto con vosotros a la mayor brevedad posible. 

    XD

    Me ha encantado, definitivamente. Yo exijo estar con Aly de invitadas en el próximo o plantearemos un boicot. Estáis avisados. Además si hubiera sabido que se podía preguntar absolutamente todo hubiera puesto a más de uno en un apuro 😏

    Espero que pronto haya más de esto! 

     

    pd: dejaré que otros participen en el sorteo(?

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  11. Ficha y perfil actualizados a petición del concilio de Mercaderes para los puntos añadir compras realizadas el 29.07.2021 certificadas certificadas en bóveda trastero. 

    Objetos: Tienda de Campaña de Lujo + Flauta de Shena Ktam
    Pociones: Doxycida + Solución Hipu-Kun 

     

    Mónica Malfoy Haughton
    Moderadora de Harrylatino.org

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  12. El murmullo, la música, la gente que iba y venía de unas a otras otras reuniones, las luces… todo parecía empujar a Mónica a hacerla una más de aquella fiesta pero por algún motivo que desconocía tenía la cabeza en otro sitio. Ni siquiera le seguía el hilo a las conversaciones cercanas y por un momento había perdido la noción de cuanto tiempo había pasado desde que hubiera llegado junto a su hermano y Cillian. Tanto había sido así que cuando este último le propuso investigar el castillo y sus habitantes tardó un rato en responder. 

    Oh ¿Qué? – miró de un lado a otro intentando ubicarse-, perdona, claro, me parece bien – titubeó. 

    No había terminado de responderle a Cillian cuando alguien la sacó de golpe de aquel estado casi de sopor en el que había caído. El contacto, aunque de talante seguro, había sido lo suficientemente delicado para que Mónica se girara con simple curiosidad y sin ninguna molestia en su mirada y cuando se encontró con Thanatos no pudo más que sorprenderse. No es que fuera una sorpresa encontrarlo allí, que estaba más que clara su presencia, si no el hecho de que se acercara a ella cuando había docenas de personas que posiblemente esperaran lo mismo.

    Por su asombro y muy en gran medida por la rápida actuación del mago casi no tuvo tiempo de despedirse del que hasta ese momento la había acompañado. Encogió los hombros y lanzó una mirada en señal de disculpa a Cillian, aunque tampoco hizo ningún esfuerzo en evitar la retirada a la que la estaba obligando en ese momento el ex mortifago, dejando que este la guiara. En cierto modo agradecía que la distrajeran un poco y no podía negar que aquel encuentro le había generado curiosidad.

    No hay ninguna foto ni nadie que te la haya pedido, ¿verdad? – sonrío con cierta malicia. De pronto el brazo de Thanatos la envolvió provocando el contacto de su mano contra la piel desnuda de la cintura de la Malfoy, que por un momento se estremeció involuntariamente. La apretó contra él y extrañamente ella lo permitió mientras escuchaba lo que decía.

    Verme siempre es una celebración – bromeó, pasando su delgado brazo alrededor de la cintura del Snape y dándole un pellizco en el lado opuesto de la mima. Mónica, aunque era alta para ser una mujer no llegaba ni al hombro de él por lo que la imagen se le antojaba graciosa en su cabeza-. Bastante ocupada, pero no puedo quejarme – le respondió a su pregunta sobre cómo había estado.

    - Te das cuenta de que nos hemos visto más en los últimos días que en los últimos… ¿Díez años? – hizo una pausa y aprovechó para liberarse del abrazo sin parecer brusca, la verdad era que no la había incomodado-. Deberíamos celebrarlo… ¿Piensas invitarme a beber o a bailar? 

     


     

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  13. Asintió con la cabeza ante el agradecimiento de Illidan queriendo zanjar aquel tema por el momento. Necesitaba procesarlo. Había tomado una decisión y cumpliría con ella y, aunque una parte de su corazón le decía que se arrepentiría de tomar aquel camino, el resto de su cuerpo la apoyaba. En su mente ya existía una duda razonable sobre los ideales que en el pasado la definían, pero posiblemente el hecho de que fuera el Black Lestrange quien se lo hubiera pedido había sido lo que la había terminado de empujar al abismo. 

    Cuando pensaba que aquel encuentro tocaría su fin la petición del rubio a que lo invitara a cenar la hizo retroceder un momento. Levantó las cejas y lo miró de reojo mientras recogía los zapatos que un rato antes había dejado en la orilla del lago sin intención de ponérselos.

    -    Veo que esta noche vas a salir de aquí teniendo muchas deudas conmigo, Black Lestrange – sonrió levemente divertida, pues no podía negar que muy en el fondo aquella idea se le antojaba perfecta-, y pienso cobrármelas todas en algún momento. 

    Le dio un momento la espalda y volvió a agacharse unos metros más allá en busca de las prendas de las que se había desprendido el mago y volvió al lugar inicial, donde el continuaba. Tras entregarle el saco de agarró de su brazo, dejando que su mente se transportara a un tiempo anterior en el que hacerlo era algo normal y agradable para ella; en ese momento incluso le resultó doloroso. 

    -    Volvamos al castillo – susurró para, de alguna forma, avisarlo de lo que estaba apunto de hacer e inmediatamente desaparecieron. 

    Los ventanales del balcón de la torre los recibieron de par en par cuando ambos volvieron a aparecer en la habitación de Mónica. Estaba escasamente iluminada aunque se veía lo suficiente para ver a Piero detenido justo frente a ellos, casi como si acabara de llegar a la vez que la bruja y su acompañante; la criatura de ojos brillantes y saltones les hizo un gesto servicial a ambos aunque miró directamente a su dueña, que súbitamente se separó del cuerpo del mago. 

    -    Por favor, organiza cena para dos – le indicó-, y que la sirvan abajo en el salón ¿te parece bien? – aunque se lo había ordenado al elfo la segunda pregunta iba dirigida directamente hacia Illidan, del que notó el calzado totalmente empapado-. Y pide lo que necesites, no puedes quedarte mojado durante toda la cena – mientras le decía aquello había se perdió a través de la puerta del vestidor, que entrecerró levemente para cambiarse dentro. 


     

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