Wild Pizza (MM B: 107336)

[Hannity Ollivander Evans]

-¿Una pregunta? ¿Qué podría preguntar a un hombre que ha vivido tanto tiempo como tú?

 

Lo miró como valorando la situación y acto seguido miró al vaso de vodka como si esperara que alguna pregunta que pudiera hacerle a él apareciera, le tomó unos segundos más pensar en lo que diría, o más bien, preguntaría, era difícil, pero empezaría por lo más básico.

 

-¿Qué ha sido lo más difícil que has vivido de tu inmortalidad?

 

Lo miró curiosa, si bien a ella no le llamaba la atención experimentarlo, le era interesante saber que había detrás de aquella larga vida, además de una oportunidad de un sin fin de experiencia y aprendizaje, como era lógico, tras la pregunta tomó su vaso y bebió la mitad del contenido de este, ella tenía una buena tolerancia hacía el alcohol, pero ¿Él?

 

Hannity lo miraba con una curiosidad infinita, de hecho parecía que sus ojos azules se habían abierto un poco más mientras esperaba la respuesta de él caballero a su lado, ¿Que tantos secretos podía tener él guardados y que tanto podría conocer ella de aquel hombre que había dicho que no le molestaría andar por ahí con un llavero a su lado...?

 

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[Valky]

Kaori M.

Unos lengüetazos ásperos en su mejilla hicieron que la pequeña niña de cabello negro azabache, al fin abriera los ojos. Aun adormilada intentó abrazar al kneazle que juguetonamente la hizo despertar, el animal la evitó y empezó a alejarse. Se restregó los ojos con sus manos, no recordaba haberse dormido, recorrió el lugar con la mirada y no tenía la menor idea de donde se encontraba.

—Mamá… papá…—llamó intentando no entrar en pánico al no verlos cerca. Se puso en pie acomodándose el vestido azul que llevaba puesta y al hacerlo sin querer se golpeó la cabeza con una mesa, se quejó y llevó una mano a la cabeza sobándose —Auch… mesa tonta — susurró, aunque en realidad la torpe había sido ella.

Aun sobándose la cabeza, fijo su mirada en una hermosa pecera, los ojos azules de la pequeña brillaron con emoción al darse cuenta de que no tenía vidrio y más aun a los peces de colores que nadaban en ella. Estiró su mano y haciéndose de puntitas toco el agua riendo. Los muebles eran muy grandes como para acercarlos a la pecera, pero quizá pudiera encontrar una silla.

Miro a su alrededor y para su suerte, nadie le estaba prestando atención. Fue entonces que escuchó una risa, detuvo su andar y se quedó quieta, muy cerca a la barra. No escuchó nada así que se relajó pero el kneazle salió corriendo maullando asustado y asustando a la niña, que olvidando por completo a la pecera, salió corriendo detrás del felino.

[Albus Renaldi Macnair]

Recargué mi cuerpo sobre la barra poniendo todo mi peso sobre el codo y decidí acercarme un poco más a la pequeña bruja que se encontraba frente a mi. Casi podía sentir su aliento quemando mi pecho, que era a dónde llegaba su cara. -Lo más complicado de la inmortalidad cuándo uno no tiene compañero es la soledad. Si en algún momento te enamoras de un mortal o de alguna otra raza estás condenado a que mueran y te dejen atrás, siempre...- ¿Nostalgia? No recordaba a nadie que hubiera amado tanto para no superar su muerte, aunque siempre era difícil.

 

-También el olvido es difícil... Nunca he dejado una tumba, una lápida dónde la gente pueda llorar por mi cuándo me voy de sus vidas y eso inevitablemente me condena a ser olvidado.- Mi cara reflejaba visiblemente la pesadumbre de las palabras que estaba diciendo, y por un momento perdí la noción de que me encontraba en compañía de aquél pequeño llavero.

 

Decidí tratar de olvidar y antes de hacerle la pregunta correspondiente y que ella tomara su medio trago decidí tomar el vodka de un jalón y permitirme por un segundo disfrutar de mis nostalgia. Inmediatamente le indiqué al elfo con una gran sonrisa que me sirviera otro igual y me giré para ver a la brujita de nuevo de frente y sumamente cerca. -Creo que es mi turno, señorita Ollivander. ¿Hay algún señor Ollivander? Me refiero a alguien que la espere en casa, que espere que usted llegue de su trabajo y que le llene la vida de ilusiones. - Solté una carcajada callada pero que sin duda más de 3 escucharon y mientras mi cabello bañaba mi cara al ver para abajo a la dama que me acompañaba decidí que debería escuchar su respuesta atentamente.

 

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[Hannity Ollivander Evans]

A menos que cuente a mi padre... sonrió al momento de decirlo mentalmente, puesto que el único señor Ollivander que había en su vida era Garry , posteriormente lo escucho y pensó que realmente no, no había nadie en su vida, probablemente aquello era una de las cuestiones del por qué Hannity no estaba de manera fija en el pueblo, siempre salía de viaje en busca de algo, o tal vez ¿buscaba a alguien? No lo sabía, pero probablemente si se detenía a preguntárselo seriamente la respuesta era afirmativa.

 

-No, en realidad no hay nadie que ocupe ese lugar- su tono de voz cambio, ¿era de pena? -Supongo que en algún momento eso cambiará - se encogió de hombros.

 

Tomó de un sorbo la mitad de aquel vasito de vodka que quedaba y pensó en una nueva pregunta para su acompañante mientras lo contemplaba, así tardó un par de minutos hasta que se le ocurrió una pregunta para hacerle...

 

Le hizo señas al elfo que servía las bebidas en la barra para que sirviera un par de tragos más .

 

-¿Qué hay de tí? ¿Alguien especial en tu vida?- había salido algo que no era lo que ella había pensado, pero probablemente aquella pregunta saldría un poco después.

 

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[Riuu]

A su olfato dió gracias por conducir le hasta aquel local, el delicioso aroma le aseguraba que ahí hay algo muy sabroso que puede comer y saciar el hambre que tiene, a pasado un día curioseando por Diagón, y la verdad ya siente necesidad de alimentarse.

 

El apetito le hace agua la boca y sin mucho pensarlo entró con paso firme atravesando la puerta de cristal, ve unas mesas de madera, algunas con cuatro sillas y otras con dos sillas pero al ver que hay una barra, se encamina a ella para pedir de inmediato una de aquellas tortillas calientes y con muchos ingredientes que supone saben deliciosos.

 

Sus ojos azules oscuros miran con curiosidad a una criatura de agua en una seudo pecera en el muro, el agua no está contenida por vidrio alguno pero igual las criaturas mágicas juguetean y nadan por esos conductos que van a lo largo de los muros, se entretiene unos minutos contemplando a la criatura que nada despreocupada, hasta que el hambre le vuelve aguijonear el estómago y llega a la barra, se detiene un momento pensando en cómo pedir aquello que huele también.

 

La persona que atendía le miro, él trato se mantenerme seguro, aunque no sabía cómo ordenar se le ocurrió preguntar:

 

--Hola, tal vez tenga mucha comida por ofrecer pero, que es lo que huele tan rico? Tengo ganas de probarlo, puede ser eso?--Dijo esperanzado por una respuesta afirmativa.

[Rory Despard]

Entre las ventajas que una ciudad cosmopolita tenía, la oferta de comida variada que podía encontrarse era una que había ganado el corazón de Rory, quien aunque todavía seguía teniendo muchas reticencias con las personas, no podía decir lo mismo de su estómago que había cedido ante esas comodidades.

 

De entre todas, la pizza se había convertido en su gran debilidad. Al muchacho siempre le intrigaba como sobre la base de ingredientes básicos, podían hacerse diversas combinaciones, lo que terminaba haciendo el probar una pizza un descubrimiento cada vez.

 

Cuando entró a Wild Pizza, casi naturalmente caminó derecho a la barra, sin distraerse en la pecera que era la gran atracción para chicos y grandes, admirados de como el agua se mantenía sin cristales que los retuvieran. Un joven de ojos azules era uno de esos tantos admirados con del espectáculo de peces y gryndillows a lo largo de las paredes, y en esos momentos preguntaba a la dependienta del local por la que era una de sus pizzas favoritas.

 

- Oh, ese olor es de la pizza margarita, creo que la combinación del queso y la albahaca es lo que hace que huela tan bien- acomodándose en la barra, se quitó el gorro de lana rebelando su pelirrojo cabello- ¿eres nuevo por la ciudad o solo en este local? No recuerdo haberte visto antes

 

En días normales, no era el tipo más hablador, pero traía unas onzas de vino encima, que amablemente había compartido con el párroco de Devon.

 

- Mi nombre es Rory Despard ¿cuál es el tuyo?

 

@Riuu

[Riuu]

Riuu continua bajo los efectos de aquella poción mágica que el mago Carrow le prestó para modificar su estatura, por lo que ahora pasa por un adolescente cuando su verdadera edad son solo diez años, Riuu relame sus labios antojado de aquel aroma tan delicioso que se extiende por el lugar, su hambre le hace hablar con astucia, tanto así que otro cliente que llega, responde para alegría de Riuu.

 

--Asi que es la pizza Margarita, mmm pues seguro que debe estar deliciosa.--Afirma el chico de cabello bordoña, se palpa las ropas prestadas por el mago de cabello oscuro, recuerda que esté le prestó dinero, va a necesitar con que pagar.

 

--Pues...--Riuu mira al muchacho pelirrojo, se sienta a un lado y trata de dar su mejor respuesta --Creo que estoy comprobando si lo soy o no, supongo que debe haber quien me conozca solo que no sé si lo encuentre pronto, por ahora solo he visto al mago Carrow y a Frederick, aunque Frederick me pertenece, sabes que no quiso venir conmigo para comprar? Me puedes llamar Riuu, hola Rory, me gusta mucho tu nombre.

[Rory Despard]

- Oh ¿entonces estás esperando a alguien? Como te vi en la barra, creía que habías venido solo.

Rory no terminaba de entender la respuesta del joven, pero quiso pensar que todo eso que decía era producto de los nervios de estar por primera vez en ese sitio, y peor aun, que un extraño le estuviese dirigiendo la palabra de la nada. Él también había pasado por una situación similar al llegar a Ottery tiempo atrás, mucho más por causa de su cabello pelirrojo que detestaba por ser tan resaltante. Por eso mismo, es que se sentía agradecido con las personas que desinteresadamente en ese tiempo,lo habían ayudado a sentirse menos extraño en Londres, y de a pocos, aunque no tuviese una familia, al menos hubiera un puñado de personas a quienes recurrir en momentos de crisis.

¿Y si a lo mejor Dios lo estaba poniendo allí justo para ser eso también para el muchachito? Como buen cristiano, el predicador casi se convenció de que tenía que ser esa la razón, más que el simple destino, el que hubiesen coincidido allí.

- No conozco a los magos que has mencionado, pero es normal, la comunidad mágica de Londres es enorme, y los apellidos son muy diversos, a menos claro que te manejes en los círculos de familias exclusivas donde si no encuentras más que un puñado de apellidos todos mezclados y repetidos- que aquel joven no le hubiese dicho como se apellidaba, bien podía tener que ver con desconfianza hacia él, pero Rory quiso ver en el acto un intento quizá de admitir que él podía no ser parte de ese círculo prestigioso de familias, sino tan solo un mago más, de los muchos de paso por ahí— ¿Frederick es el nombre de una mascota tuya? Perdona que lo mencione pero si se tratara de una persona, es extraño que digas que te pertenece.

El pedido de ambos llegó a la mesa. Rory se había decidido por una pizza de pepperoni, y con un gesto invitó al muchacho a probar un poco de ella si lo deseaba.

@Riuu

[Riuu]

Lo primero que hizo Riuu, fue sacar un par de galeones y luego alzó la voz pidiendo una pizza con mucho queso, no menciono la albahaca porque le sonaba a algo no grato, solo que su hambre era bastante porque Frederick no lo había dejado comer las bayas silvestres alegando que podrían ser venenosas o enfermarlo porque no era una criatura del bosque que tuviese dieta de bayas extrañas... así es su "amigo"... demasiado temeroso de intentar cosas, fuesen lo que fuesen, si no fuera porque Riuu aseguro que moriría de hambre al no comer nada durante esos dos días, Frederick no hubiese aceptado a marchar a la ciudad, con tantos peligros acechando por doquier!

 

Claro que Riuu también sentía como si fuese montando sobre un caballo desenfrenado, pero el encuentro con aquel mago Carrow, no fue del todo mal, le dió dinero, ropa(algo desagradable...no como su propia ropa que tenía tan bonito aroma, además de ser muy suave, cálida, alegres colores...si no fuera porque desgarro su casaca al aumentar de estatura...era una lastima haber tenido que entregar al mago de cabello oscuro sus hermosos guantes, su capa tan útil y aquella bufanda junto con aquel broche tan lindo con su piedra brillante...si, pero tenía la poción, la que le hace más alto y la gente le presta más atención siendo alto que cuando está chico...

 

--Ey!!Una pizza grande con mucho queso!! Esperar a alguien??...no, para nada, Frederick no vendrá y dudo que alguien venga porque no me quedé en ese lugar donde desperté, mmm no se cómo haré para encontrar a los que me conozcan.

 

Riuu empujó con la punta de su lengua la mejilla derecha por dentro, era una manía suya cuando se sentía preocupado. --No vine solo...vine con Frederick.

 

Llegó la pizza del joven pelirrojo y enseguida le dieron la suya, Riuu no pudo contenerse, a pesar de sentir que está caliente, toma un pedazo y la engulle con desesperación...--Mmmm deliciosa!!! No pensé que fuera tan rica la pizza!!--Dice masticando una segunda rebanada, solo entonces hace una pausa, limpia sus dedos con la lengua, mientras cuenta al pelirrojo:

 

--Qué es una mascota? El duende no me dijo que Frederick fuese una mascota. Habló de muchas cosas sin sentido pero lo que si fue claro, es que la vida misma me cedió a Frederick, me pertenece porque le di nombre y ahora también es mi responsabilidad, no debo dejarlo solo por mucho tiempo, sabes Rory? El duende dijo que Frederick me ayudará a sobrevivir, aún después de que halle a quien me conozca.

 

@@Rory Despard

[Rory Despard]

Una alarma se encendió al interior del Rory al escuchar decir al menor que no tenía idea sobre la manera para encontrar a los que lo conocían.

 

- ¿Estás perdido acaso? Si no conoces este lugar, es peligroso que vayas solo por las calles. Son tiempos de guerra y ningún cuidado debe escatimarse.

 

Casi desde el principio, le había parecido que se trataba de un forastero, pero ¿desde dónde es que venía? Con cada palabra que iba escuchándole, no hacía más que incrementar el misterio. Al llegar a la parte del duende, el predicador sentía que el efecto del alcohol que lo había puesto tan dicharachero empezaba a diluirse, y las palabras se le quedaban atoradas en la garganta, con la misma facilidad con que los pensamientos se arremolinaban en su mente.

 

Había algo en aquel mago que le despertaba una enorme curiosidad, pero también le inspiraba desconfianza y sospecha. Era triste que un prójimo pudiera despertar todo eso, pero era la moneda corriente de los tiempos en que les había tocado vivir. Empero, la inocencia espontánea e ingenuidad que iba descubriendo en Riuu lo impelían a no salir de allí sino prolongar esa charla, deseoso por descubrir hasta donde se extendería y que nuevas sorpresas traería.

 

- Una mascota es un animal de compañía. Los duendes no son de las criaturas más confiables, pero me tiene muy intrigado joven Riuu. Si dices que no es una mascota y qué ese tal Frederick vino con usted ¿dónde es que se encuentra? ¿Quién es Frederick exactamente?