๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Eobard Thawne]

Cualquiera que hubiese entrado a su espacio personal, habría pensado que estaba realizando algún ritual extraño; las cortinas corridas, y una sola vela encendida, de las cuatro pertenecientes a la lámpara de araña. Nada de eso. Había tomado un caldero, prestado, de la cocina, y se encontraba empeñado a probar los efectos del Aliento de Pimienta, adicionándole otros ingredientes.

 

Utilizando los anteojos alfa a manera de protección, y sosteniendo las pinzas con la diestra, intentaba depositar el contenido de los frascos con sustancias picantes, en un afán por aumentar la capacidad del brebaje.

 

Y lo habría logrado, si el estruendo, seguido de un inesperado crujido del suelo bajo sus pies, jamás hubiera tenido lugar. Normalmente, ignoraba los sonidos externos a la mansión, y su propia habitación tenía un hechizo que impedía a alguien, que no fuera él, ingresar a dicha sección de la casa.

 

-¿Pero qué demonios está pasando aquí? -por fin abrió la puerta, y asomó la cabeza a ver si divisaba algo a lo largo del pasillo. La poción le había salpicado en la cara, por lo que adoptó una tonalidad rojiza. -Tiene que ser una broma...

 

Un boquete, de unos dos metros de ancho, se extendía por el piso. Se alcanzaba a observar un fragmento de la Sala de Duelo en el segundo piso, e incluso podía jurar que veía parte de la chimenea en la planta baja. Un segundo temblor sacudió la casona, obligando al castaño a tomar la iniciativa.

 

Era una caída larga. Pero logró amortiguarla gracias al amuleto volador.

 

Los muebles y prácticamente cualquier aditamento decorativo brillaba por su ausencia. Con varita en mano, listo para desviar cualquier escombro, se abrió paso al vestíbulo. La puerta estaba entreabierta, y ahí, podía observar una figura conocida. Cosa curiosa, se encontraba al pie de uno de los pilares que mantenían el lugar de pie.

 

-¿Jessie? -inquirió, dirigiéndose hacia una de sus hermanas. Algo le decía que ella estaba detrás de todo esto. -¿Puedo saber por qué pareces inexplicablemente tranquila mientras la casa se viene abajo?

 

Y antes de que cualquiera pudiera emitir palabra, una nube de polvo le atacó, acentuando el aspecto de científico loco, con todo y anteojos.

 

 

@@Jessie Black Lestrange

[Matthew Black Triviani]

Algunos ruidos extraños provenientes de las mazmorras, para ser exactos parecía que alguien estuviera tirando cosas al jardín. ¿Ataques de furia, nuevamente? quien sabe, Matthew encogió sus hombros y siguió camino con el cadáver tras de el, levitando por supuesto, no ensuciaría su ropa por un poco de sangre y fluidos de un muerto. Con cada paso que daba, los ruidos eran mas intensos, desde cristales rotos hasta sonidos huecos como si de armarios y muebles en variedad se tratara. Dio un soplido y con un sonoro plaf, dejo caer el cadáver al suelo, dejando unas cuantas manchas de fluidos viscosos para subir las escaleras con rapidez y ver que sucedía allí.

 

Una gran ventisca y pedazos de roca salieron disparados, su madre jugando con la varita. ¿Que estas haciendo? Inquirió posado en el marco de su puerta.

 

Quizás la bruja tomo alguno de esos té de floripondio o alguna poción extraña que la hacia desvariar. Pero como siempre, con ella podría esperar cualquier cosa, menos algo con sentido alguno... << Pensadlo bien, le hace falta mas espacio >> Se dijo por dentro observando el alrededor. Era esas típicas personas compulsivas con sus compras, ¿Dejara en quiebra a la Familia? ¿Que diría nuestra abuela Mia? sus ojos se abrieron como platos al pensar en eso.

 

Vine a usar tu armario, necesito llegar deprisa al Castillo Black y esta es la manera mas rápida... Creo. Revoleo sus ojos y silbo.

 

Busco con la mirada el Armario Evanescente y se adentro en el, para aparecer en la habitación de su madre dentro del Castillo Black.

[Jessie Black Lestrange]

Sonreia.

 

Derribar la mansión familiar parecía que la tranquilizaba de sobre manera. No le importaba quien estuviera dentro, solo importaba ella y su salud mental así que siguió derrumbando pilar por pilar hasta que llegó al principal donde su hermano la interceptó.

 

-¿Te conozco? Parece que tú a mí sí... Pero yo... No sé... Me recuerdas a un hombre que conocí en viaje hace como treinta años pero... No sé y... ¿Porque estoy tranquila

 

Tomó aire y comenzó a caminar al derredor del pilar evaluando el mejor punto para derribarlo. Encontró el ideal y tras un simple pero efectivo defodio lo tiró de un solo golpe.

 

-Bueno... La mansión de mi madre lleva muchos años en pie, una remodelación, ahora que ella no está... En serio, tu cara me es familiar

 

Su hijo apareció en ese momento y tras colocarse a un lado del científico loco provocó que Jessie solo atinara a mover su mano en dirección al jardín, donde vio al chico desaparecer para enfocar su vista de nueva cuenta al científico.

 

-¿Porque te pareces tanto a mi hijo?

 

Preguntó acercándose a él con la varita en mano y cambiando su actitud tranquila a una totalmente diferente. Su ceño se frunció, su mandíbula se tenso creando una mueca de molestia que ni ella sabía cómo había llegado tan rápido.

 

-Contesta extraño, por qué te pareces tanto a mi hijo

 

La varita de Jessie ahora estaba colocada en el cuello del científico, clavándose como si estuviera afilada mientras los hombres de la pelirroja subían y bajaban con velocidad alarmante.

 

@

[Eobard Thawne]

¡Mira lo que hiciste, Barry!

 

Contuvo un estornudo, debido al polvo, y en lugar de molestarse a cubrirse con el antebrazo, sacudió la cabeza para quitarse un poco de esa suciedad encima. Para colmo, llevaba puesta su playera polo de manga larga favorita; de una tonalidad azulada, con el emblema de un rayo cruzando su pecho de extremo a extremo. Aquello se estaba saliendo de control.

 

Me intentaste matar, porque creíste que cortejaba a tu hija. encogió los hombros, intentando examinar el rostro de su hermana a través de los anteojos mágicos. No me eras familiar, hasta el año pasado. Sobre el tiempo, treinta años me parece demasiado...En ese entonces, no había nacido siquiera, o bien, apenas era un niño pequeño.

 

Una borrosa imagen de un joven Eobard Thawne se formuló durante unos momentos en su mente, sólo para ser interrumpida por otro crujido.

 

¿Es que acaso su hermana se había vuelto loca? Algo le decía que debía detenerla, porque de lo contrario, la matriarca iría, no sólo por el responsable, sino por aquellos que, teniendo el poder de evitarlo, se lo habían permitido.

 

Pero, no contó con la llegada de Matthew, el joven que Candela y él acostumbraban usar como conejillo de Indias.

 

Matthew, ¿tú, aquí? Okay, esto se pone más raro a cada segundo.

 

Desde la puerta que daba al sótano, el Triviani y el Black Lestrange tenían una separación de unos quince grados, vistos desde el punto donde se situaba Jessie. La primera pregunta le cayó como balde de agua fría, haciendo que mira alternadamente a ambas personas. ¿Matthew era un Black Lestrange?

 

Lo otro, no hizo más que torcer aún más el asunto. Más bien, el hijo de su hermana se parecía a él. (?)

 

Cabello castaño, piel clara, son los genes más comunes. terció, aferrándose a su varita, mientras la mujer se acercaba a él con una furia que se sentía en el aire. Las posibilidades de que sea un hijo nuestro, son tan remotas, como la de que pueda ser un candidato a Ministro de Magia.

 

Y, sin previo aviso, le colocó la varita sobre el cuello, picándole como si se tratara de una navaja. Aquello no le gustó para nada, por lo que bastó con lanzar una descarga de magia oscura a su alrededor, para quitarse a su hermana de encima; no la había detenido, pues era más una variante del encantamiento Expulso.

 

La gota que colmó el frágil vaso de la estructura.

 

Tuvo unos, treinta o cuarenta segundos, para movilizarse. Como su calzado en ese momento, eran las botas de siete leguas, regresó por el joven Triviani, para llevarlo del cuello, y después sujetó a la pelirroja de uno de sus brazos. Alcanzaron a cruzar el umbral antes de que la estancia se viniera abajo.

 

Derraparon en los jardines, apenas medio metro de distancia con el cementerio de la familia.

 

Black Lestrange se levantó, escupiendo un poco de césped, y aún manteniendo las gafas mágicas. Estaba ligeramente molesto por las agresiones a su atuendo, pero ahora tenían un problema mayor en sus manos.

 

Podríamos comenzar a aclarar los lazos familiares, encontrando la forma de reparar eso antes de que alguien lo note. dicho esto, el área que correspondía al comedor en la planta baja, comenzó a ser sepultada bajo el primer piso. Uh-uh, Mía nos va a matar.

 

@@Jessie Black Lestrange @@Matthew B. Triviani

[Matthew Black Triviani]

Asomo una mano sujetando la puerta del Armario, esperando para aparecer en la habitación de su madre en el Castillo Black, para su infortunio se escucha la voz de Jessie conjurando un "winguardiunleviosa" (?) Y tirando aquel Armario por el gran agujero que dejo la explosión. Haciendo que este se rompiera, con Matthew dentro.

 

¡Nooooo! Grito sin ser oído.

 

Salio de aquel lugar de madera, con una gran astilla clavada en su pierna izquierda, sobo su cabeza y unos cuantos quejidos por el golpe tan inesperado. Retiro la astilla de su pierna y camino unos cuantos metros con dificultad hasta que se regenero solo y la herida sano con normalidad. Era uno de los buenos gajes de su condición como Licántropo. Miro para arriba, esperando verla y no, solamente gritos de una persona desquiciada y objetos volando por los aires.

 

Subio por las escaleras nuevamente y se dirigió a la habitación, quería participar con alguna que otra explosión, era divertido, podrían usar a elfos con dinamita mágica y esparcir sus partes por las paredes, una buena decoración con sangre real. Su padre se encontraba allí, ¿Cuanto tiempo tarde en subir? No le preguntaría, si no con su realidad alterna me freiría el cerebro... Ya sabia, magia gitana. (¿)

 

Oh, valla sorpresa, padre, que bueno verte aquí. Ahora temía que Candela apareciera por arte de su magia y lo tirasen nuevamente por algún espacio.

 

El comentario que su padre había dicho al aire, fue casi inaudible, pero Triviani llego a escucharlo. Aun quedaban dudas de como ellos dos habían concebido a su "bendición". Haciendo la seña para enfatizar lo tonto que eso sonaba. Desprevenidamente, el aura mágica que utilizo alboroto el cabello de Matthew, su madre se había puesto en una situación algo extremista y Eobard la alejo de él.

 

La habitación se veía desmoronarse, gracias a las Botas del Black Lestrange los tres salieron casi ilesos de allí, casi, porque de nueva cuenta fueron lanzados desde el segundo piso, derrapando sobre el césped, y con uno de los brazos descolocados... ¿OTRA VES? ¿ENSERIO? Se encontraba molesto.

 

@ @@Jessie Black Lestrange

[Jessie Black Lestrange]

Ladeó la cabeza confundida, si aquel hombre había cortejado a alguna de sus hijas le sorprendía que siguiera vivo, solía ser muy protectora con sus hijos, sobretodo teniendo en cuenta que un loco psicópata estaba detrás de ellos.

 

-Lady... ¿O Susan? Bueno... No importa, si te deje vivo debe ser por algo y sobre lo otro

... Es en serio, te pareces mucho a un hombre que conocí en Viena, el tiempo es relativo al ser de mi especie así que... No sé exactamente hace cuánto pero si varios años...

 

Regresó su atención al pilar que pensaba derribar en la primera planta, con eso el resto de la mansión se vendría abajo. Tras derribar el pilar Matthew apareció de entre los escombros, por la parte que daba al sótano. Se había olvidado de avisar que demoleria la mansión y así sacar a todo ser viviente de la misma pero...

 

-Pelirroja, ojos grises... ¿Te suena que se parezca a mi? Al menos se que mis otros hijos salieron a su padre... malditos genes Black

 

Rodó los ojos al recordar el aspecto de cada uno de ellos y comoi hasta su nieto se llamaba como su esposo, pero seguía molesta y a cada segundo que pasaba se molestaba más.

 

Aquello no era bueno, la última vez que se había enojado había reducido a cenizas toda la quinta planta de San Mungo en un ataque de furia y coraje desmedido.

 

 

-Nomás porque jamás te he visto en el ministerio, seguro sobrevives gracias a Mia, porque no creo que tengas un trabajo como tal para solventarse solo

 

La alejó de él con un hechizo, de momento lo dejaría hacer pero ella sabía que si quería podría hacer que su hermano hiciera lo que ella quisiera sin oponer resistencia alguna.

 

Un brillo cruel se apoderó de sus grises ojos cuando Eobard la tomó del brazo para llevarla cerca del cementerio de la familia; de un brusco movimiento se separó de él cuando escuchó sus palabras y luego las de Matthew llamándolo padre.

 

El pecho de Jessie subía y bajaba mientras llamaba a Aldrich con un silbido. El bello hipogrifo de alas negras de un negro brillante aterrizó con elegancia junto a Jessie y tras una leve seña de esta con los ojos se sentó en el pecho de su hijo de forma obediente.

 

-No te muevas, Matthew Black Lestrange o Aldrich te sacará los ojos

 

Encaró a Eboard sin alzar la varita, estaba molesta, confundida. Se sentía est****a e incluso algo dolida. Todo pasaba tan rápido...

 

-Mía no va a llegar hasta entrada la noche, siempre llega a la misma hora cada día desde que llegué, su trabajo la absorbe ndemasiado así que no sabrá que pasó y en cuanto a lo otro... No sé, que tú maravilloso hijo lo explique

 

Se cruzó de brazos intentando tranquilizarse antes de matar a los magos que estaban con ella. No era posible que finalmente conociera al padre de su hijo y resultase ser su hermano y el menor para acabarla.

 

-Ya estoy escuchando las burlas de mí mellizo por esto

 

Bufo por lo bajo rodando los ojos rogando a Voldemort que no se le ocurriera al navegante de aguas desconocidas regresar a la mansión en ese momento.

 

@Joshep R. Black Lestrange @@Matthew B. Triviani

[Ky.]

Apareció en los jardines de la Black Lestrange, justo en el momento que un sector de la mansión había explotado, por un momento creyó que aquello se trataba de un ataque a su familia. Comenzó a correr al sector de donde había venido aquella explosión, cuando llego a aquel lugar para su sorpresa eso no se trataba de ningún ataque, sino algo causado por sus propios familiares. La tercera y segunda planta de la mansión de la parte noreste se había perdido, miro a las tres personas que estaban en aquel lugar mientras sacaba su varita.

—¿Qué diablos les pasa? —preguntó.

Aries esperaba respuestas, quería estar seguro que aquello no era otra cosa que una discusión explosiva entre sus familiares, ahora recordaba el hecho de que nunca pasará tiempo en familia, de hecho, sólo tenía una relación cercana con Susan y Rose, sus otros primos no los conocía y sus tíos, hijos de Mia, eran un gran misterio para él.

—Sigo esperando respuestas.

No estaba hablando el joven de 18 años que era miembro de esa familia, por el contrario, hablaba el Ángel Caído al cual los tres individuos debían tenerle un poco de respeto. Los encaró uno por uno, primero a Jessie, quería saber la versión de la única mujer en el lugar, algo le decía que en parte ella era la responsable, pero esperaba escucharlo de su propia voz.

—¿Qué pasó en este lugar, Jessie? —preguntó mientras intuitivamente su varita apuntaba el mentón de su tía. —Será mejor que hablen ahora.

Al segundo que encaró fue al menor de los hijos de la matriarca y por ende el favorito, Eobard. Aries hacía lo mismo con cada uno de sus tíos y compañeros de bando, les apuntaba con su varita en la cara, pero parecían ignorarlo porque entre ellos había una pelea que parecía más importante que los reclamos del menor de los Black Lestrange, así que no le quedo de otra que preguntarle a la última persona que ahí se encontraba.

Matthew Black Lestrange.

Para el Ángel Caído ver a aquella persona en ese lugar fue una sorpresa, ¿qué hacía aquel hombre en los jardines de la mansión familiar? ¿Por qué parecía ser la razón de que sus tíos pelearan sin que lo vieran? Así que no tuvo de otra que dejar de lado aquel sentimiento que crecía en su interior desde su último encuentro. ¿Acaso era un Black Lestrange? ¿Por qué no se lo había dicho?

—¿Qué haces aquí? ¿Qué tan responsable eres de lo que ocurrió?

Estaba nervioso de solo hablar con él, por lo que guardo su varita, no quería lastimar a nadie y sentir como miles de alas revoloteando en su sistema no era bueno para él.

 

 

@@Jessie Black Lestrange @@Matthew B. Triviani @

Editado 31 de Julio del 2018 por Aries.

[Matthew Black Triviani]

Se levantó del suelo, sacudiendo pequeñas partículas de tierra que traía su ropa, levanto la mirada y vio la mansión completamente hecha pedazos... Un choque de su mano en su frente fue suficiente para demostrar que estaban en problemas si la matriarca aparecía en aquel momento tan inoportuno. Por lo que no dudaría ni por un momento en desaparecer antes de que lo quieran matar, de nuevo.

 

Un sonido de aleteo se escuchaba cerca de él, para cuando se dio vuelta fue demasiado tarde... Un hipogrifo de destellantes alas negras bajo al lado de su madre y se tiró a sentar sobre el pecho de Matthew, dejándolo a éste sin posibilidad de terminar con su ropa limpia. Parecía que la había tomado por sorpresa a Jessie el momento en cual el gitano había llamado padre al joven de anteojos... << oh oh >> repitió en su cabeza, estaban en problemas.

 

¿Que debería explicarles? ustedes sabran que paso... Su padre alcohólico y su madre loca. (?)

Soy consecuencia de una realidad alterna en una línea temporal que ya no existe... O algo así dijo él. Señalo a Eobard y encogió sus hombros.

 

No tenia intencion de hacer muchos movimientos bruscos, a menos que buscará que Aldrich le sacará sus hermosos ojos de color avellana... Un estruendo se escucha sobre Triviani, dio su cabeza vuelta y pudo observar aparecer a Aries... Muchacho que conoció en uno de los negocios de Diagon, cuan fascinado había quedado con su última visita. Pero he aquí su incógnita, ¿Que hacía él en la residencia Black Lestrange? ¿Que relacion tenian? no tenía idea, pero eso lo estaba sugestionando de más.

 

Bueno, quizás un poco... Ya sabes, mi madre Jessie es un poco... loca. Intento murmurar mientras no quitaba su mirada de él.

 

@Aries. @Jessie Black Lestrange @

[Jessie Black Lestrange]

Estaba molesta. Demasiado molesta y ahora la demolición de la mansión no era nada comparado con lo que sentía en su interior.

 

Debía de tranquilizarse, para ella no era bueno el enfadarse porque si había destruido la mansión sin tener un motivo ahora en su estado...

 

Había escuchado llegar a Aries, lo había visto encararla pero no podía prestar atención a lo que decía, tenía cosas más importantes en la cabeza.

 

-Aries... ¿Qué demonios haces aquí? Esto es algo privado... Déjanos

 

Fulminó al chico con la mirada para regresas sus grises ojos a su hermano tras escuchar las palabras de su hijo que estaba siendo aplastado por Aldrich.

 

- Sí esa línea temporal ya no existe tú tampoco deberías existir... ¡Genio!

 

Camino hasta estar frente a su hermano observándolo con detenimiento mientras lo rodeaba jugueteando con su varita.

 

-Allá en la torre tendrás autoridad... Esto es algo de... Familia, así que no te metas Aries, porque te juro que desmembrare a este intento de mago hueso por hueso

 

Un leve escalofrío la recorrió por completo al pensar en lo que había pasado con su hermano para que Matthew pudiera nacer.

 

-Por Voldemort, !Que asco!

 

Se alejó con los ojos cerrados negando asqueada por lo que su cerebro había imaginado.

[Kahlan Blackthorn]

—No me deja ni respirar—chillaba con desgano Malfoy, rebuscando entre sus ropas aquel corsé que tanto le gustaba. Tendría un encuentro con su nieta Rose, pero que afán de gritar a boca de jarro el parentesco que la rubia ponía en duda a toda costa. Le gustaba hacer repelar a la joven, porque siempre terminaba con la misma cantaleta—Eres mi abuela adorada—siseaba en son de broma la Nigromante. Era demasiadoj oven para tener nietos y sus hijos, apenas estaban entablando relaciones con sus posibles parejas a futuro. Pero ella era otro cantar sin lugar a dudas, porque ahora sería madre de nueva cuenta y eso le daba un vuelco irremediable a toda su existencia.

No convivía con el padre del niño de momento, no porque resistiera a esa idea. Sino porque le profesaba un profundo odio, el se lo había ganado a pulso sin duda alguna, por optar por la salida más fácil y cobarde. Empero les unía una personita que sería un lazo por el resto de sus vidas, no existía forma de romperlo a menos que la muerte metiera la mano en todo aquello. No jamás permitiría que le pasará nada a Karn, aquel pequeño que era la razón de su vida sin duda alguna. Dejando una leve caricia en su vientre comenzaba a mudarse de ropa, no deseaba hacer esperar demasiado a la Black Lestrange.

—Termimemos con esto—esbozando una media sonrisa en sus labios, relamió estos con parsimonia. La sensación que eso provocaba en ella era realmente excitante sin lugar a dudas, infinidad de cosas le pasaban por la cabeza, cada una de ellas tenían un rostro definido y un nombre que todas las noches rondaba incesante sus sueños. Era raro que tuviera el privilegio, pero cuando lograba hacerlo, siempre terminaba con un amargo sabor en la boca. El destino a veces era demasiado caprichoso e injusto, empecinado en juntar a dos personas que se odiaban de una forma desmesurada y peligrosa, sino fuera por su estado, ya habría matado aquel hombre sin pensárselo siquiera. Su atuendo estaba casi listo y su varita, ya descansaba en el cintillo de sus jeans, esperando quizás lanzar una que otra maldición.

Mala idea no era, pero como explicar que Rose estaba herida y no había nadie más que ellas dos dentro de la sala de la mansión. Aquella idea fue desechada en el acto por la vampiro, no quería que Mía le echará de su hogar quitándole el derecho de volver más adelante—Vayamos pues—ya le había dando indicaciones a su elfo de enviar una misiva a la Black Lestrange, sólo restaba esperar que la respondiera e hiciera acto de presencia delante de Malfoy. Ya se imaginaba el dramón que se montarían ambas, debatiendo sobre si era o no nieta de la rubia de orbes lapislázulis.

 

 

@@Rose Black Lestrange