La Taberna de la Tia (MM B: 78619)

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Tu y el whisky de fuego, un día te morirás de cirrosis -- amenacé con el dedo a mi sobrina, algo inútil porque no me temía, lo primero, y porque los vampiros no cogen cirrosis lo segundo, y tampoco se mueren, lo tercero, no al menos por beber demasiado. -- Tú misma, deberías beber más agua y hacer limpieza en el organismo.

 

Yo y mi manía de las limpiezas orgánicas y espirituales, las sacerdotisas a veces nos pasamos.

 

-- Pues necesitaría reponer algunas botellas. No entiendo mucho, pero vamos, que me extraña que nuestra bodega haya ido bajando de volumen, porque yo no pruebo el vino, no me gusta. Ya sabéis que no bebo, sólo en contadas ocasiones, aunque sean muy contadas cuando lo hago porque me salgo de tuerca, jajajaaj...

 

Solté una risita divertida, recordando la última vez que me pasé, en la discoteca Nefertiti, con las arpías aquellas que contraté como bailarinas exóticas, cuando el local aún era mío.

 

-- Pero yo te lo pago, sobrina, no quiero aprovecharme de ti para nada. Aunque no me lo pongas a precio de venta al público, que soy algo pesetera -- volví a sonreír. -- No, Matt, el vino es porque quiero celebrar una fiesta y en algún futuro supongo que tendremos que celebrar vuestra... ejem.... pedida de mano, despedida de soltero, boda....

 

Lo último lo dije tan flojo que seguro que nadie me oyó o yo lo disimulé, mirando hacia otro lado.

 

-- Debemos tener un buen estock de botellas por si hay celebraciones importantes que hacer y porque no me gusta ver los estantes vacíos.

 

Mi sonrisa se congeló de golpe ante las palabras de mi sobrina. Fruncí el ceño en un gesto de disgusto.

 

-- Pues claro que existe mi marido. Cuidadito, niña, o no llegarás a ser nuestra nuera, huuuum; yo no me pillo cogorzas, casi nunca. Y creo que a ti no te importa para nada donde está o no mi marido, ¿vale? Estás siendo impertinente.

 

Para una vez que yo no me metía con ella, sacaba su mal genio. No tenía porqué aguantarla, que la aguantara una estatua de su jardín, yo no tenía porqué oír desvaríos sobre mi marido. Soy muy sensible con ese tema y suelo explotar enseguida cuando se meten con mi Jack.

 

-- ¿Cómo qué anda con otra? ¡Oye tú! -- le grité, enfadada, acercárdome a ella. Estaba en un tris de darle una bofetada. -- Jack me quiere mucho como para largarse con cualquier ectoplasma de mujerzuelas que haya por el mundo etéreo. Como te atrevas a insinuar algo así, te mato.

 

Y tal vez le hubiera dado un guantazo si de repente no me hubiera acusado de envenenarla.

 

-- ¿Qué?-- exclamé, entre furiosa y confundida por el giro de la conversación. -- ¿Cómo?

 

Me pilló de sorpresa cuando se cayó al suelo y pareció muerta. Miré a Heliké con asombro, después a Matt y finalmente a Jack, quien había aparecido de repente y parecía dispuesto a reñirle como yo.

 

Parpadeé ante las palabras de Jack, que decía que era un veneno y que buscara un bezoar.

 

-- Yo... Yo.... Lo dije en broma... ¡Yo no fui! -- no reaccionaba ante lo sucedido, me parecía increíble.

[Helike R V PB]

Sentía que la cabeza se me iba, muchísimo. Sentía además que el cuerpo era como etéro como un fantasma. ¿Fanstama?

 

¡Imposible!

 

Además notaba cómo el "alma" se me desligaba del cuerpo, por decirlo de alguna forma. Pero notaba que estaba ligera, demasiado ligera. Me recordaba en los tiempos que batallaba en un pasado lejano en la Orden y en otro tanto en la Marca. Era la misma sensación extraña.

 

Sin comerlas ni beberlas, abrí los ojos. Me sentía cómo si la brisa pudiese llevarme con el viento.

 

¡¡Era un maldito fantasma!!

 

- Pero, ¿cómo? - balbuceaba, no lo entendía. Y yo que me metía con Jack por no aparecer y hablando del rey de Roma, ahí estaba él. Pero en ésta ocasión en forma corpórea.

 

- ¡¡Exigo volver a mi cuerpo!! ¡¡Gargonas galopantes!! - intenté agarrar el vaso pero no sentí nada. Mi mano lo traspasó como si nada... Lo miraba estupefacta...

 

Por lo menos mi cuerpo había sido agarrado justo a tiempo por Matt.

 

- Yo, yo, ésto no lo entiendo... - estaba a punto de echarme a llorar, pero debía de contenerme. Pero me acordé de las palabras duras que le había dirigido a mi suegra.

 

- Lamento lo que te dije antes Sagitas, ahora que lo recuerdo... no estaba en mis cavales. El alcohol no suele afectarme de ésta manera - comenté, apenada. Y la verdad es que lo decía de corazón.

 

- Aunque me veas ahora como fantama, no puedo ni ir ni arriba ni abajo - informé aclarando que no íbamos ni al "cielo ni al infierno".

 

<< Eso debe ser que la bebida tenía veneno o que se había pasado de la fecha - la botella estaba girada así que, tampoco podía confirmarlo.

 

- Y ahora que lo pienso... Tenía un sabor raro -me encogí de hombros y esperé a que los demás diesen su opinión y que por supuesto, me reviviesen. Hacía muchísimo tiempo que no tenía esa sensación de flotabilidad propia de un fantasma cuando era "asesinada" por uno de los del otro lado.

Editado 8 de Agosto del 2015 por Helike Rambaldi Vladimir

[Matt Blackner]

Nos habíamos quedado a solas en la taberna. Había traido desde la clínica el bezoar, por lo que Jack pudo dárselo. Acabó tranquilizándose, y el veneno fue erradicado del cuerpo de la vampiro, qeu no tardó en volver en si, aunqeu bastante débil.

 

Jack y Sagitas se marcharon, seguramente intranquilos...Sagitas murmuraba algo de elfos y limpieza de las botellas del local.

 

Yo me quedé alli con Heliké. La llevé en brazos hasta la parte de atras, pues en la trastienda, al fondo, sabía qeu había un camastro y un sofá, lo suficiente como para poder descansar un poco. Asi qeu eché la llave al local para que no molestaran y dejé a Heliké sobre la cama, dejándola un momento a solas.

 

Me dirigí hacia la cocina para preparar algo que le ayudara a reponerse un poco. para cuando regresé, llevaba un cuenco humeante en las manos. Lo dejé sobre una pequeña mesita y la miré, aun preocupado, sentándome frente a ella en el sofá.

 

- Mejor?

[Helike R V PB]

Lo que pareció una eternidad... Por fin pude recuperar mi propio cuerpo. Volví a sentir cómo del fantasma había pasado directamente a notar que estaba dentro de mi cuerpo. Aunque hacía tiempo que no estaba en ese momento de flotabilidad, estaba más acostumbrada a que hiciesen hechizos y me diesen de beber alguna poción asquerosa.

 

Pero al menos habían sido bastante rápidos, no recordaba quién me había metido el bezoar por el gaznate...

 

Sentí que volvía de nuevo a notar mi cuerpo, y que tenía potestad para controlarlo... Me froté los ojos, porque me molestaba la luz que había en el lugar. Aún así, notaba que me temblaban las piernas y los brazos, notaba la cabeza como dolorida. Matt me llevó a la parte trasera y me dejó encima del camastro. Al cabo de un momento, trajo algo calentito...

 

- Uff, sí - asentí con la cabeza- ni te imaginas lo desagradable que es, volverse fantasma - sentí como un escalofrío recorría mi espina dorsal.

 

- Espero que no te pase a ti... Hubo un tiempo en el que estaba acostumbrada. Pero no es nada bueno estar así. Si ni siquiera en ese estado puedo agarrar la varita - bufé. Tomé el cuenco di un sorbo, y no té cómo el calor de la bebida traspasaba todo mi cuerpo.

 

- Rico - asentí con la cabeza.

 

- Espero que no lleve veneno - y sin poder evitarlo, me reí a carcajadas- habrá que averiguar quién echó el veneno en la bebida - dije, gruñendo por lo bajo.

Editado 15 de Septiembre del 2015 por Helike Rambaldi Vladimir

[Matt Blackner]

Ver qeu Heliké tomaba el cuenco y comenzaba a hablar me tranquilizó un poco. Me senté en el borde del camastro mirándola, sonriendo levemente me encogí de hombros.

 

- No digas eso delante de Jack, a él lo de ser un fantasma se le da bastante bien. - bromeé. - No te preocupes por mi, te aseguro qeu no voy a convertirme en un fantasma si muero.

 

le gustó lo qeu había traido, una mezcla que no solo la haría entrar en calor, sino que ayudaría a que se repusiera y eliminaría los restos de veneno de su organismo en caso de que aun tuviera. No tardó en reir a carcajadas, contagiándome.

 

- Jack y Sagitas lograron traerte de vuelta, y menos mal....auqneu tranquila, eso no tiene nada de veneno. lo he probado antes. - le dije.

 

Dejé una mano sobre su pierna pensativo. No teníamos ni idea del motivo del veneno o quien lo había metido alli.

- No lo se. El problema es qeu fuiste la primera que se ha servido de esa botella...estaba cerrada. Y hay otras mcuhas botellas en el almacén asi que...no se si han intentado atentar contra Sagitas, si ha sido al azar o...si los traidores tienen algo qeu ver, auqneu...puede que sean cosas distintas...me preocupa. - terminé.

[Helike R V PB]

A pesar de que Matt se reía por lo de su padre, no pude evitar comentar:

 

- Pues tiene que querer mucho a tu madre, para querer volver como un fantasma. Es cierto que antes me he pasado mucho con ella, debería pedirle disculpas. Debería de aprender a cerrar la boca en vez de decir lo primero que se me ocurra - y no pude evitar que en mi cara se mostrara un deje de fastidio.

 

- Desde luego, no era un veneno tan fuerte. Bueno - me encogí de hombros- digamos que en mi estado de inmortalidad, no puedo ir ni hacia arriba ni hacia abajo. Si realmente era un atentado contra mi persona, deberían de matarme de otra forma - dije el comentario para restarle importancia, pero aún así mi cabeza no dejaba de pensar en lo ocurrido.

 

- Bueno inyectar el veneno es fácil - añadí- sólo hace falta tener una jeringa y luego si el corcho es de plástico, derretirla con el fuego para cerrar el sellado de la botella...

 

<< O me conocen demasiado bien o no tienen ni idea. Pero la verdad es que meter esa cosa en el whisky de fuego que sabían que iba a beberme fue buena idea... Puede que fuese por accidente, no lo sabemos seguro. No muchas personas suelen beberlo porque es muy fuerte - opiné.

 

- Pues si pensaban atacar a la familia se están metiendo en un terreno peligroso. Aunque Sagitas y yo nos peleémos yo la quiero mucho - gruñí por lo bajo- si ese maldito traidor vuelve a atacar, hay que buscar la forma de encontrarlo. Seguro que ataca bajo la sombra. Habrá que indagar quién ha servido ese material y después de ahí tirar del hilo para ver quién se encarga del comercio de éstas bebidas. Seguramente no encontremos nada pero por algo hay que empezar - terminé de decir con un susurro.

 

- La verdad es que si éste es el primer ataque, vendrán más. Hay que tener los ojos muy abiertos, mirar de alguna pista. Me parece hasta raro que el Consejo no se haya puesto en contacto conmigo. Puede que incluso intercepte las lechuzas. Habrá que usar las del Emporio o usar otro tipo de método de comunicación - sugerí. Esperaba que Matt me ayudase en eso. Sabía que, para detener a la persona que estaba haciendo todo eso, no pararía hasta conseguir lo que quería. Me había costado aceptar ser la 'heredera' de algo que no me gustaba cuando me lo había ofrecido Deiwan (mi padre) para que un maldito animal lo consiguiese tan fácilmente. Si quería guerra, iba a tenerla, de eso estaba más que segura.

[Matt Blackner]

Me froté las manos, preocupado. Tenía que dar vueltas a todo lo qeu estaba pasando. Heliké había tomado el whisy de fuego, pero recordaba que habían abierto la botella delante nuestra, con lo cual, no era algo que hubiesen echado tras verter el líquido, sino que ya lo llevaba. Asi que, o era contra ella directamente (cosa un poco difícil, pues en un bar cualquiera podría haberlo pedido antes) o era algo en contra del negocio, tal vez por contrabandistas, o a saber...

 

Pero no estaba tranquilo.

- Tranquila, sacaré al que ha hecho esto, te lo aseguro.

 

Recordaba lo qeu había dicho sobre Jack, acerca de permanecer como fantasma junto a Sagitas. Sonreí pensativo, antes de mirarla.

- Si no se quisieran de verdad, ten la certeza de que Jack no estaría aqui. Nunca te has fijado? es....es diferente. Especial. Jack se vuelve corpóreo cuando toca a Sagitas, pero solo con ella. Depende mucho de ella. Están unidos por magia insondable, por algo....totalmente distinto a todo. Magia ancestral...En su primera boda él le entregó su alma, y a pesar de que una demonio los separase y él acabara en el infierno, ella hizo que regresara...y más de una vez.

 

Me encongí de hombros.

- Si no se quisieran, no podría estar aqui. Salió del infierno gracias a ella. El día que deje de amar a Jack...el fantasma dejará de estar aqui.

[Sagitas E. Potter Blue]

Estaba tan sorprendida por todo lo sucedido que me quedé de piedra (figurativamente, nadie me había lanzado un Petrificus Totalus). No sé qué me causó más impresión, si ver a mi sobrina pidiéndome perdón por sus palabras tan duras o verla convertida en fantasma.

 

-- ¡Demonios, quieres hacerle la competencia a Jack! -- murmuré, aún en estado de shock al ver a Matt con el cuerpo de Heliké en los brazos y el fantasma de mi sobrina intentando beberse una copa de whisky de fuego. -- Siempre dije que el alcohol te mataría, sobrina...

 

Me acerqué a ella. A su cuerpo, quiero decir.

 

-- Fíjate, Heliké, si le pego un pellizco a tu cuerpo, ni te enterarías -- y le sonreí, divertida. Que conste que yo me río siempre que estoy nerviosa.

 

En cuanto todo se arregló (de forma más que conveniente, volviendo Heliké a su cuerpo) puse una excusa para salir del lugar e irme con Jack. Tenía algo que decirle y no quería que nadie más lo supiera. Era algo que nos concernía y que me alejaría del pueblo durante un tiempo, pero... No iba a poner en riesgo la vida de la familia por aquello.

 

(y ya rolearé que vuelvo, sólo es media entrada)

[Helike R V PB]

Sabía que no estaba para nada calmado. Podía percibirlo pero no comenté nada sobre eso. Aún así, con el tema de Jack, me conmovió...

 

Susurré:

 

- Espero que lo que sentimos sea tan poderoso que, si a uno de nosotros nos pasara algo, poder regresar de dónde sea - sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas. Intenté calmarme.

 

Suspiré..

 

- Pues habrá que investigar - me encogí de hombros. Con un chasquido de mis dedos, pedí a uno de los elfos que me sirviera un zumo, de momento no era buena idea el tomar las bebidas alcohólicas.

 

No pude evitar mirar con envidia cómo Sagitas se marchaba con Jack poniendo una excusa barata. Sonreí, al menos ellos podían estar tranquilo sin el temor de tener que mirar por encima del hombro, algo que era bastante desagradable.

 

Días más tarde...

 

Luego de lo ocurrido en la Taberna, decidí aparecerme por allá. Había salido del Castillo Rambaldi (reformado unos meses atrás) con unas botas de piel de dragón, unos tejanos y una camiseta con el escudo de la casa de Gryffindor, además de una cazadora de cuero. Llevaba en mi mano derecha la varita cuando hacía la aparición y en los bolsillos mis objetos más preciados.

 

Hacía algo de viento y la nieve por fin, se había instalado en Londres, algo raro, puesto que no solía aparecer hasta principios de diciembre. Aunque no me había dado cuenta, habíamos llegado a ese mes.

 

Al menos, habíamos iniciado la investigación de las botellas envenenadas en el Ministerio y de momento no había avances... Sentí el aroma del limón al acercarme a la Taberna y eso pareció tranquilizarme un poco.

 

El lugar parecía vacío aunque era lógico, era demasiado temprano para que la gente se pasara a tomarse un café o algo cómo un chocolante caliente. El pelo ondeaba con la suave brisa y sentía cómo las mejillas coloradas. Sip, empezaba a hacer más frío de lo habitual, algo también raro.

 

Entré al lugar y todo parecía estar en calma los elfos rondaban detrás de la barra y en las cocinas. Me senté en uno de los taburetes y pedí un café bien cargado y con unas gotas de licor de caña. Eso me recordaba a los viejos tiempos. Aproveché la soledad para leerme El Profeta de esa mañana y saqué de mis bolsillos la pitillera de plata. Extraje un cigarrillo y lo encendí con la varita que la puse a mi mano derecha. Le di unas primeras caladas y sentí que me calmaba. No sabía porqué pero tenía una extraña sensación en el cuerpo, que esperaba que se pasara a lo largo del día.

[Matt Blackner]

Habíamos dejado la taberna cuando heliké comenzó a encontrarse mejor, y ahora volvía alli después de investigar en Knockturn, de intentar sacar el motivo del envenenamiento. Aquel caso comenzaba a quedar atrás, y volvíamos a la normalidad.

 

Asi qeu entré en la taberna haciendo un gesto al elfo de la barra para que me preparase un café cargado. El invierno había llegado y la temperatura era más baja de lo habitual. Incluso había nieve en la calle, aunqeu aun no habían caido las grandes nevadas, era un comienzo.

 

En uno de los taburetes estaba sentada Heliké. Sonreí instantáneamente, recordando lo qeu me había dicho la última vez acerca de Sagitas y Jack.

- Si no te importa, me sentaré a tomar café contigo - saludé antes de besarla. Verla alli y verla con vida era lo mejor qeu podía pasarme.