Ravenclaw ╬ » Castillo de la Familia Ravenclaw « ╬ (MM B: 101487)

[Alecsa Atkins]

Una carta cayó en manos de Andrew antes que se fuera de aquel lugar. Aquella letra era totalmente reconocible, como tambien el papel arrugado, casi destruido entre arrugadas y lagrimas. Las letras se distinguian, por lo menos el mensaje central, era dificil diferenciar parte del mensaje con manchas y cosas asi. Su letra pulcra estaba grabada en aquella hoja, una letra escrita con furia, el lapiz incluso había sido roto al escribirla.

 

 

-Creo que tus promesas no valen. Prometiste no hacerme daño y nadie me había hecho tanto daño en toda mi vida como tu en una sola noche, ni siquiera el hombre que me hizo tanto daño, aquel que casi me asesina, pero que logro asesinar al bebe que llevaba en mi vientre. No se como es posible pasar de decir "te amo" a decir "te odio" en unas horas, pero asi es. ME destruiste Andrew y esto no te lo perdonare. Ni a ti, ni a Isabella y menos a quien supuestamente es mi hermana, aquella con la que casi te acuestas, Cirse. Hasta nunca Potter.

 

 

A.A.R.

 

 

En cuanto termina de leer la carta, esta se quema, desapareciendo.

[Akiza Ravenclaw H.]

Una chica rubia, con ojos azul eléctricos apareció en la puerta principal de la mansión Ravenclaw. Estaba con un vestido blanco con flores negras que ondeaba tranquilamente por el viento primaveral, combinado con unas sandalias bajas. Estaba viendo los diferentes movimientos del lugar, parecía tranquilo así que la Ravenclaw entró sin ningún problema. Siempre tenía que irse por alguna circunstancia, no podía evitarlo, ésa era su vida. Esperaba que al menos le reconocieran por lo que una vez fue, ya que hace mucho que no iba al lugar.

 

De pronto, recordó que tenía dos criaturas que necesitaban de ella, con un leve suspiro se dirigió a la parte trasera donde estaba segura que tenía a su aeothonan. De pronto siente un ladrido y un perrito chiquito de color negro apareció ante Akiza. Con suma ternura, lo cogió en brazos mientras recibía lamidas del animal. -Ya calma...ya regresé- le dijo sonriendo mientras lloriqueaba el animal.- Vamos a ver a tu otro compañero.- dijo tranquilamente la Ravenclaw. Así que con su perro en brazos, fueron al ver al cabello que estaba descansando tranquilamente en la parte de atrás.

 

Al sentir la presencia de Akiza, alzó la mirada y la cola de la criatura comenzó a moverse de un lado a otro, por lo cual la Ravenclaw sonrió de alegría, al menos esos dos seres no se olvidaron de su presencia. Con rápidos movimientos fue acariciarlo, Benji su perrito se acurrucó en las piernas de Akiza, mientras ella puso su cabeza en el lomo del animal. Y de esa forma se durmieron tranquilamente cómo no lo habían hecho en años.

[Anthony R. Dracony M.]

Detuvo sus pasos frente a aquella entrada al castillo. Aunque de forma muy lenta, sus pies habían avanzado hasta ahí, la inercia o la costumbre le llevó ante aquel hogar.

 

Se quedo extrañado ante la reja, fue consciente de aquellos inquietantes latidos en su pecho, lo desconocido le tenia en aquella sensación de estar fuera de lugar.

 

El miedo era algo que ya no le detenía, por lo menos ahora no sucedió así. Se dejo llevar y terminó frente a este castillo.

 

---No me viene nada a la mente...¿seguro que recordaré algo aquí?

 

---Cuatro personas aquí son las que te conocen algo pero has sido bastante reservado así que será igual que antes, actúa como te nasca, cuando menos lo esperes tus recuerdos afloraran y si no, toma todo como una nueva aventura.--- Exhaló y retiro la mirada de su yo interno, versé acompañado de él, le mantenía algo más tranquilo. Con paso firme avanzó para llegar al castillo ¿que ocurriría?

Editado 25 de Abril del 2015 por Antoni Tonks

[july riddle]

Se quedo estática frente a el castillo. Daba por hecho de que la tomaran por muerta. No podía entrar simplemente así, como si nada, largo era el tiempo que llevaba desaparecida.

 

Con toda su valentía, dio un paso hacia adelante y cruzo todo el jardi. La puerta estaba frente a ella, tomo la perilla y la giro. No sabia como seria recibida.

 

Cruzo la puerta, estaba en casa, de nuevo en casa. Meses desaparecida y en lo unico que pensaba era en su familia. Claro estaría graduada de la academia, si no hubiera sido por su desaparición.

 

-- Ya llegue -. Solo se le ocurrió decir eso ¿Como iba ella a justificar su larga ausencia?

[Juliene Black Lestrange]

Capítulo I: ¿Dónde está el patriarca?

Los terrenos de la Ravenclaw se encontraban desiertos, completamente, era normal en aquel castillo, de hecho, la historia familiar estaba plagada de abandonos u olvidos, ya fuese por sus integrantes, patriarcas, otros. Una calma enfermiza se instalaba en cada rincón de la estructura, apoderándose de cualquier halo de vida, incluso de las temibles plantas, en especial de la carnívora que alguna vez perteneció a Galedra, fundadora de la familia y matriarca durante muchísimo tiempo. Aun así aquel día una figura, conocida por demás, se paseaba con amplio conocimiento del lugar, era Juliene.

La mujer en cuestión sostenía una expresión indescifrable en su rostro, bastante raro suponiendo el obvio desequilibrio mental que mostraba en los últimos días, esa vez no quería actuar, allí nunca se proponía hacerlo, la Ravenclaw siempre sería su debilidad. Y era allí, además de otros lugares secretos, donde los afortunados podían admirar lo que la Black Lestrange ocultaba al mundo, su verdadera personalidad, una chica perdida en el mundo y algo dependiente de su familia, sí, lo era.

Y de Leah.

De Cillian.

Podría decirse que de todos, irónico, sólo conseguía que las personas la odiaran y aun así ella sólo guardaba cariño hacia las mismas, envuelto en algo demasiado tenebroso, en esa oscuridad que hacía años atrás había dejado entrar y que no tenía caso liberar, estaba bien con su muralla de acero, nadie debía notarlo, no podían darse cuenta que cada cosa que hacía, de alguna manera extraña y enferma, era por su bien.

Se deslizó con un movimiento de sus manos en su habitación, no podía negar que su padre había hecho un buen trabajo con los últimos hechizos, en lo único que no resultaba bueno era cuidando del bienestar familiar, siempre había fallado en eso, no por nada la había abandonado a su suerte muchas veces y en cierta forma se lo agradecía, aprendió a valerse por sí misma, buscar alcanzar sus metas, suspiró. Descendió lentamente los escalones, su cuarto estaba en el último piso, admirando la soledad del sitio con una ladeada sonrisa, los extrañaba, lo extrañaba.

— Poeta… ¿Dónde está él?

Silencio rotundo, negó, era increíble como aun obligado a seguir sus órdenes, se mantenía fiel al Ravenclaw.

— Bien, entonces llámalos a todos, lo encontraremos con tu ayuda o sin ella.

Y el pequeño ser desapareció, sin más.

 

[Keaton Ravenclaw]

Fantasma de Rowena Ravenclaw.

 

¿A dónde había ido a parar mi familia? Después de la magnificencia de años atrás, la familia que con tanto esmero me había dedicado a levantar había caído en desgracia a manos de mi nieto y, desde luego, de sus contantes arrebatos. Los Ravenclaw habían optado por abandonar ya sus raíces y dirigirse a otros rumbos, unos en los que, sin duda alguna, lograrían tener ese cariño que la familia azul les había negado. Negué con la cabeza ¿qué había hecho mal? Tal vez no había reprendido lo suficiente a Keaton, el que, de nueva cuenta, se hallaba desaparecido, abandonando a todos a su suerte. Si, sin duda alguna había sido demasiado blanda con él.

 

Sin embargo, pese a todo aquello, sonreí, pues sabía que en el corazón de aquel chico, en el de su hija May y en el de muchos otros integrantes, el orgullo Ravenclaw siempre estaría impreso, como tatuado, en sus corazones, y por más que se alejaran, siempre habría algo que los haría regresar, tarde o temprano, pues el cariño no desaparecía de la nada, y por mucho que se jurasen odiar, el amor sería siempre el sentimiento más fuerte de todos los que los seres humanos gozáramos, aún y cuando, por azares del destino, nos volviéramos de razas distintas como vampiros, licántropos, o como en mi caso, fantasmas. El tiempo del comienzo venía, pero ya no como antes, jamás como antes, lo presentía, pero el cuando, exactamente no.

 

Sin duda alguna, había lazos que ya jamás se podrían restablecer, pero eso era lo interesante, ver qué nuevos lazos se podía crear y cuales, tal vez, se podían enmendar. De antemano sabía que ni Galedra ni Keaton se volverían a dirigir la palabra, que el Castillo jamás volvería a su antiguo esplendor, pero, así fuera con uno solo, ese lugar recobraría su brillo y de eso me encargaría yo. Miré al cielo, el día estaba nublado, taciturno, como en espera de un milagro, algo que lo hiciese alegrarse, y en mi corazón, muy en lo profundo, sabía que eso venía ya, con aires renovados.

 

Bajé de lo alto de la torre más alta del Castillo, floté por encima de las aldabas, de los balcones de todas las habitaciones del lugar, sola, pensando en que de peores habíamos salidos...

[Anthony R. Dracony M.]

No hubo mucho que recordará, para el chico era descubrir "lo nuevo" de aquel sitio. También avanzaba por el jardín sin que los rosales o la vista le trajera aquellos recuerdos...porque desde aquel accidente en la pista de patinaje, su memoria no era la misma.

 

Aquello le parecía como si lo hubiera visto, si, pero no tenia ni la más remota idea de porque...porque era que lo conocía, que gente vivía en el castillo, no venían rostros a su mente, solo era como...una corazonada, algo muy en el fondo de él, que le decía que en este castillo se reconocería él mismo y tal vez encontrará su pasado, ese pasado que desapareció a consecuencia del golpe que se propinó contra el muro.

 

No solo había perdido su historia, también se perdió el mismo, pero esta ahí y con suerte, fuera como decía su yo interno, el moverse entre aquellos magos y brujas, le ayudara a recuperarse y de a poco todo le pareciera lo más normal y recordará todo aquello que hoy desconocía.

 

Se quedo metros atrás de aquellos sauces ¿por quien preguntaría? ¿que motivo diría que tenia para osar acercarse a esta morada?

¿habria alguien en las ventanas? Miro hacia ellas pero no logro ver a nadie. ¿ y ahora?Se quedo cabizbajo, su yo le había aconsejado actuar como le naciera y ahora mismo quería llegar a la puerta....

[Keaton Ravenclaw]

Fantasma de Rowena Ravenclaw.

 

Justo cuando pensaba que no había nadie en el Castillo, al virar y dar a la parte delantera del Castillo, pude ver a un chico menudo (menudo para mi, claro) acercándose hasta la puerta. Lo reconocía, era un chico que bastantes veces iba al recito de los Ravenclaw a platicar con Isy o con cualquiera de los que allí estuvieran, su nombre ¿cuál diantrees era su nombre? Me quedé pensando un poco pero no me vino nada a la cabeza, y había que entenderlo, era un fantasma de casi mil años, no se podía esperar menos, con dificultades me acordaba de los nombres de mis hijos y de mis nietos. Aunque pobre de aquel que me dijera vieja, se las vería con mi ira desenfrenada.

 

En fin, que me acerqué al chico en cuestión, pero al estar a tan solo unos palmos de él, me le quedé viendo extrañada. Se notaba desubicado, como si no supiera exactamente qué hacía allí, la duda se reflejaba en su rostro y yo sencillamente, como toda buena Ravenclaw, encendí mi swich de curiosidad. Sin más me acerqué con cautela al chico, pues no quería alterarlo más de lo que ya estaba, aunque claro, seguramente ver un fantasma aparecerse de la nada ante ti no era exactamente algo cotidiano. Pero bueno, respiré y le hable cuando estuve lo suficientemente cerca.

 

—Buenas tardes, gentil jovencito ¿en qué puede ayudarle esta vieja fantasma? —En efecto, solo yo podía decirme vieja —¿Viene a ver a mi bisnieta Isy o a mi bisnieta Juliene? No sé si guste que de aviso, seguro ambas se ponen contentas de verlo —Dije dando por sentado que el joven sabía de qué le hablaba, de momento no sabía su historia completa. Esperé su respuesta mientras movía mi vestido arreglando los pliegues arrugados.

[Cornelius Wind Haugthon]

Un haz oscuro impacta los límites de la familia Ravenclaw, en ella se ve aparecer al Malfoy Tonks, quien caminaba con prisa y con varita en mano. En el trayecto la brisa ondeaba su capa, y sus pies descalzos sentían cada sensación agradable y desagradable que se encontraba en el piso. Al momento que llega a la puerta principal, apunta su varita a la cerradura, y con un leve conjuro la abre.

 

Pasa sin pedir permiso y pasando el umbral, comienza a observar todo lo que en ella se encontraba, para cuando llega a dar algunos pasos, los elfos domésticos quizás se pudieran sorprender por verle de nuevo. Con la mano donde no sostenía la varita, hace que su capucha rebele el rostro del Malfoy Tonks. La misma había quedado atrás, rosando con su espalda, aunque el cabello del mago, se encontraba algo despeinado.

 

En ello recordó algo y se marchó a los jardines. Alguna voz que conocía le hizo ir hasta sauces, no era su lugar favorito, pero era posible que encontrara respuesta de donde se encontrara el patriarca. Al momento que llego, diviso a un joven y a la dama gris. Esa mujer le hizo recordar la estadía en aquella escuela de magia. No pronuncio palabra alguna, pero si se quedó observando a lo lejos. Con un movimiento de su varita, hizo que apareciera donde sentarse, mientras que con otro movimiento hacia aparecer algo que tomar.

 

Cuando pasaba las horas, y los segundos su impaciencia se colmó, peo en su rostro había rastro de serenidad y calma, todo emoción que parecía explotar por dentro, este no la manifestaba. En ese va interrumpir la conversación del joven Tonks con la Ravenclaw. –Joven, no le crea lo que le puede decir. Ella no puede recordar ni quien soy…- Bromeo contra la Dama Gris.

[Keaton Ravenclaw]

Fantasma de Rowena Ravenclaw.

 

Y así de la nada, un chico al que sin duda alguna si reconocí, se acercó desacreditando mis palabras. Miré a Cornelius con cara de pocos amigos. Ese chico jamás me había caído bien, era una mala influencia para mi nieto Keaton, siempre lo hacía irse y durante largos periodos, es más, en aquella ocasión estaba más que segura de que él había sido el causante de esta última partida del Ravenclaw. Viré un poco hacia el recién llegado y me coloqué una mano en la cintura poniendo una cara de regañona que Keaton temía tanto. Alcé una ceja y no pude evitar alterarme un poco.

 

—Mira, Cornelius, si no vas a dar ninguna aportación útil a este chico, te recomiendo que te ahorres tus palabras —Dije con sequedad —Y claro que recuerdo a la perfección quién eres, eres ese molesto niñaco que cambia de familias como cambia de calzones, ese chico que tanto sonsaca de mala manera a mi nieto y que es un desastre a donde llega —Afirmé. En ese momento, recordé el nombre del otro chico, era un Tonks, desde luego —Y no le hagas caso, joven Antoni, se perfectamente quien es usted.

 

Enfurruñada y todo, hice que con mis cabellos plateados fuese golpeada la mejilla derecha de Cornelius al girarme rápidamente. No le dolería, pero de seguro le haría sentir un frío de muerte en la cabeza. Esa era una de las ventajas de ser fantasmas, al atravesar a cualquier ser vivo, le causábamos un frío tan potente como el que generaban los dementores al acercarse. Me quedé allí flotanto, pero ya solo para ver qué era aquello que Antoni deseaba.

 

OFF: Cornelius xD Rowena no es la Dama Gris, esa es Helena jaja. Que no se entere Rowena que la llamaste así en tus pensamientos o te saca a patadas del Castillo

Editado 11 de Julio del 2015 por Keaton Ravenclaw