¤ Ladurée ¤ (MM B: 102947)

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja rió entre dientes mientras que tomaba un poco de la bebida que le habían conseguido y movía la cabeza

-Creo que las dos nos estaremos invitando por la casa siempre que podamos, verdad? -dijo recordándo que a ella le encantaba hacer lo mismo cada que iban a la Taberna de la Tia y vamos, es que siendo la dueña, porque no hacer eso por la familia?. Le dió un sorbo a su bebida y suspiró, hacía tanto tiempo que no la disfrutaba de esa manera -lo siento, es que de donde la conozco sé que se llama Absenthine, así que me quedé con ese nombre por encima de la traducción normal

Le explicó y cerró los ojos haciendo la cabeza hacia atrás mientras que escuchaba a la bruja hablar sobre el nuevo Ministro

Espero unos cuantos minutos en lo que Heliké terminaba... antes de dar su opinión

-Prefiero preguntar a quienes lo conocen mejor, como te digo, yo soy de la vieja guardia así que al menos conozco a los viejos ministros y solo un par de los últimos nuevos -dijo despacio entreabriendo los ojos -pero del reciente no se más que su gusto por... las cosas particulares de las que tú y yo sabemos y el hecho de que quiere abrir de nuevo las cárceles, cosa que me parece solo una pantalla para mantener a las personas en el chisme de lo extraño de ello... quiero saber, qué demonios esta planeando en realidad

Frunció el ceño y volvió a tomar de su bebida, ocultando una parte de su rostro con aquel vaso

-Yo prefiero leer los diarios del bajo mundo, son los que suelen soltarse más de la lengua -dijo despacio -y sobre los grupos que ahora proclaman sus lealtades al aire, estoy de acuerdo: debieron seguir las prohibiciones hasta que el gobierno tuviese el control total de los grupos disidentes porque al parecer, no es suficiente con una guerra entre países

Sonrió de lado con fastidio

-Quieren meter al país en crisis con una guerra dentro de muchas otras guerras -se rió con algo de fastidio y crueldad -tu Rumania a quién apoyará en esta guerra?

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[Helike R V PB]

- oh - sin poder evitarlo, me puse un poco colorada - em, para ser "tabernera" no conocía a la absenta con ese nombre, lo lamento jeje.

 

<< De hecho París prohibió su consumo a eso de inicios de siglo, al parecer había más muggles borrachos que productivos - reí por lo bajo achinando los ojos - pero bueno, eso es menos importante todavía... por supuesto, es más, una botella más o menos no me va a volver pobre... tengo otros negocios más productivos que éstos y qué quieres que te diga, siempre me vendrá bien poseer dos locales legales para poder invertir el oro que voy ganando -le guiñé nuevamente el ojo- y me estoy pensando en abrir otro, o más bien comprarlo. Ya reuní la cantidad suficiente y ahora sólo quedaría firmar los papeles -elevé mis hombros.

 

- Pues, no sé que se creían éstos Malfoys acaparando todo el poder. Si se pensaban que iban a estar así por mucho más tiempo -negué con la cabeza- además el pueblo ya empezaba a estar descontento con ellos... Desde Lucius Malfoy que empezó a arruinar a la familia con sus ansias de poder -protesté - esa familia parece que va en declive cada día más... y para más inri, parece que los Médici han llegado a Ottery -di un puñetazo encima de la mesa- ¿no tienen bastante con estar en su afamada Italia? ¿A qué vienen? Me enteré cuando fui al ministerio - le dije, alzando una ceja...

 

- estoy de acuerdo, hay otros periódicos que informan mejor, cierto, pero no quita de que las noticias vayan cayendo a cuentagotas - bufé - apenas sabemos poca cosa... me preocupa que haya movimientos raros aquí en éste país - me sorprendió al ver como mencionaba Rumanía - ¿perdón? te recuerdo que yo soy de orígenes italianos por parte de padre, soy jefa del Consejo Erebus y aunque los vampiros seamos originarios de allá, hace siglos que no sé nada de los rumanos, así que, no tengo ni idea de qué pretenden ellos en ésta guerra... Yo por mi parte, apoyaré a Inglaterra en ésta guerra, ya he avisado al Consejo y aunque no estén muy por la labor... hay que tener a los nuestros controlados, no vaya a ser que se desmadren - reí por lo bajo.

 

@@Hayame Snape Potter Black

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja sonrió con cariño y bastante diversión hasta que finalmente no pudo contenerse y dejó escapar una risa divertida

-De hecho me creerás que esta mañana he ido corriendo a amenazar a los encargados de archivo para que actualicen mis propios papeles en el país? -le dijo a la Rambaldi después de secarse los ojos con una mano, lágrimas causadas por la gracia del asunto -Orión iba a arreglar mis papeles pero está más desaparecido que el Ministro en estos momentos y con Ministro me refiero a Crazy Malfoy, por supuesto

Dijo y frunció levemente los ojos sin dejar de sonreír

-Cosa que se me hace hilarante y extraña al mismo tiempo, el ex abuelo nunca fué del tipo de persona que gustase de irse de esas maneras por cosas tontas como la que están circulando por ahí de unas cuántas profecías

Dijo y le dijó un nuevo sorbo a su bebida, suspirando profundo y asintiendo ante lo que decía Heliké sobre su bebida

-Ah si, y decían que el Hada Verde en realidad era la culpable de que Van Gogh se cortase la oreja... pero eso es lo que los muggles creen, nadie se traga si les dices que fue un imperio ejecutado por un mago rival por el amor de una chica a la que solía pintar bastante seguido y que al final, les dejó a ambos botados

Se encogió de hombros antes de seguir

-Sobre esto de la guerra y los Medici, si, también vi que han vuelto al pueblo

Frunció el ceño

-Primero el pueblo se vacía y ahora ellos regresan?... ese asunto es demasiado sospechoso y hemos tenido al elfo de la Medici en la mansión Black así que te has de imaginar lo emocionante que se puso el asunto, cuando comenzó a faltarle el respeto a Tamarindo, a ella seguro que la recuerdas por Sagitas, cierto? -le preguntó y le dió un nuevo sorbo a la bebida

Editado 5 de Septiembre del 2019 por Hayame Snape Potter Black

[Helike R V PB]

- ¿Acaso eras ilegal? -reí entre dientes al escucharla sobre su nacionalidad - va... dudo mucho que ahora se fijen en eso, pero hay que tener cuidado en éstos tiempos si no tienes los papeles en regla. A mí no me pueden decir nada porque, tengo mi pasaporte bien certificado - dije con solemnidad mientras me bebía mi enésima taza de té que, con un chasquido de mis dedos hice que se rellenara sola. Nuevamente la taza estaba caliente tal y cómo la había pedido yo anteriormente...

 

- Tengo hambre -protesté- ¿te apetece unos pastelitos? Tengo chocolate... pero está en la nevera y si no se come es una pena que se pierda, tendré que ir a coger los cubiertos y eso... y es más para lo que estás bebiendo es mejor que tengas algo en el estómago - levanté una ceja, como preocupación por si se pasaba con la bebida- aunque nuestro organismo sea diferente de el de los humanos, no deja de afectarnos el alcohol - negué con la cabeza- yo, hasta que no beba dos botellas y media, no estoy como una cuba - dije entre carcajadas.

 

- ¿En serio? -miré ahora a la botella levantando ambas cejas- ¿el pintor atacado con un imperius? Creí que era más una leyenda que otra cosa - suspiré- no sé, a veces los mitos se envuelven con la realidad y no sabes realmente cuál es cuál -bufé.

 

Tosí al escuchar lo del elfo italiano. La miré sorprendida...

 

- ¿Se puede saber qué c*** pinta un elfo médici en vuestra mansión? -pregunté, estupefacta- ¿no podéis pensar que, quizá os esté espiando? Mira lo que pasó con la Potter Black. Yo pensaba que esa elfina era de la mansión a servicio de Harpo, y el resto pensaba que era de mis propios sirvientes y en teoría debía conocerlos a todos - bufé- así que, ten cuidado...

 

- ¿Tamarindo? ¡Cómo no voy a saberlo! - dije ahora entre carcajadas- ¿te puedes creer que en medio del ataque de nuestra boda, ¿ella se deboró una tarta entera que teníamos para después de comer? -negué debilmente- no sé cómo no le dio un pasmo con tanto dulce - comenté entre risas- pues, habrá que investigar ese asunto, los Médici... algo raro estará pasando en Italia para que ellos se instante aquí. No es lo habitual porque ahí está su centro de poder. Definitivamente las cosas se están volviendo locas -moví la cabeza de un lado para otro criticando la situación en la que estábamos y lógico... había demasiada desconfianza entre forasteros y sólo podíamos confiarnos en los de nuestra progenie.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja sonrió un poco

-Lo que tengas para comer y si puedo aportar en algo por favor déjamelo saber, siempre me viene excelente alimentarme con cualquier dulce que tenga a la mano, mira que soy una de las personas más hambrientas del mundo

Le dijo sonriendo porque era la verdad, si había algo aparte de la bebida que la bruja tenía en la mano y que la hiciese ir corriendo como si fuera virutas de metal atraídas por un imán, eso eran los dulces; nunca tuvo ni idea de donde había sacado esa vena azucarada que parecía que la gente podía ganársela solo con ofrecerle cantidades enfermizas de chocolate y cosas que pudiesen empalagarle el paladar, aunque el chocolate 100% amargo también era uno de sus amores...

Cosa que compartía con su antigua tía Neter, que amaba el chocolate aunque en su caso, tenía que ser del dulce pero las dos tenían ese pequeño paladar para aquella delicisa marrón...

-Ah, nah, para esta bebida tendría que tomar más de lo normal, mi sistema se terminó acostumbrando de tanto que se la metía a cada rato -explicó y luego, cerró los ojos resoplando con fuerza -Dragomir intentó quitarme el vicio y digo lo intentó porque ya ves

Levantó la bebida y sonrió de lado, antes de ponerse seria de nuevo

-No tengo ni idea qué pasa con ese elfo de los Medici, simplemente llegó a hablar con Sagitas y comenzó a berrearle insultos a Tamarindo porque esta bromeó diciendo que alguien había llegado a robar -dijo despacio y luego, la vió a los ojos todavía con gesto serio -Sagitas tiene poco que acaba de decirme acerca del problemas de los patriarcas, tú sabes algo de eso?

Editado 5 de Septiembre del 2019 por Hayame Snape Potter Black

[Helike R V PB]

Para cuando Hayame terminó de hablar, yo asentí con la cabeza y le dije:

 

- Dame 5 minutos, mientras rebusco en la nevera y espero que el pastel de chocolate esté en buenas condiciones -sabía que el cocinero del Ladureé se esmeraba en sus creaciones y además, tenía especial cuidado en que no se estropearan. Algo que agradecía y que, por supuesto, mantenía en su lugar, además de que, le había recompensado con un buen sueldo y una buena bolsa de galeones extra por su trabajo.

 

Llegué hasta la cocina y extraje la tarta. Comprobé mediante el olor que ésta estaba bien y por suerte aún intacta. Cogí dos platos y los cubiertos necesarios y con un toque de mi varita, hice que se desplazaran lentamente hasta que se posaron ordenadamente en los lugares en dónde estábamos sentadas. Tomé un cuchillo y partí dos trozos grandes, otro movimiento de mi vara e hice que se aparecieran en los platos.

 

- Si prefieres otro tipo de bebida, avísame y hago que traigan otra cosa - le dije, como sugerencia- y creo que, además, éste pastel está relleno de fresa y hum - olí el trozo de pastel - y menta... espero que te guste - y con un movimiento de mi mano le indiqué que empezara a degustar el postre.

 

- Desde luego, hay elfos que tienen bien poco sentido del humor - dije, lanzando una risilla por lo bajo - conocí a ese sirviente en el local de la señora Médici, y le dejé un mal recuerdo en su piel - sonreí de lado achinando los ojos - creo que, para la próxima vez que me vea, espero que me tenga más en consideración. Si la señora Lucrezia se digna a visitarme espero que no acabemos con el local destrozado - y sin poder evitarlo lancé una carcajada - al dichoso elfo ya le comenté quién era, quizá no debía, pero fue un impulso - bufé, negando con la cabeza. Cogí la cucharilla y probé un trocito de esa tarta - hummm -gemí del gusto - éste cocinero cada día hace cosas maravillosas, no me arrepiento para nada de darle un extra en galeones, la verdad, es que se lo merece y, los clientes que vienen siempre salen contentos de aquí...

 

- Yo espero no tener problemas con esa familia - le dije a Hayame con una sonrisa- pero al herir a su elfo, no sé -negué con la cabeza mientras bebía un poco de té- seguro que a Sagitas no le gustará si lo sabe, siempre es condescendiente con nuestros sirvientes -renegué otra vez- y, con los Médici hay que tener mucho cuidado, hemos podido librarnos de Lázarus por éstas - chasqueé dos dedos, como hacían los elfos - y no me extrañaría nada que, por una bolsa de galeones, fuese mercenario de esa mujer, para tocarnos las pelotas - comenté algo temerosa. De ese vampiro, podía esperarme cualquier cosa.

[Ela Karoline]

Era uno de esos días para mimarse un poco, a parte claro, de conseguir las cosas que tenia que comprar de una larguisima lista, todo con el propósito de dejar en orden tanto propiedades, como afectos, antes de su partida, un viaje del que no sabia si iba a retornar, pero que era secreto y voluntario.

 

Un poco más allá de la vidriera en la que estaba parada había un establecimiento de lo mejor, con aquel aire parisino que tanto le gustaba, hacia mucho tiempo atrás lo visito y podía dar fe de las delicias que allí vendían.

 

Con paso sereno consulto el reloj de pulsera que llevaba en la izquierda, aun podía desayunar algo rico en Ladurée, con más entusiasmo del que tenia minutos atrás, atravesó las puertas y busco un lugar donde sentarse. Con parsimonia se safo, dedo a dedo, un guante y luego el otro, quedando libre para elegir lo que iba a comer, a la espera de algún mesero que le tomara el pedido.

 

Mientras tanto saco la libretilla de pergamino donde había elaborado l lista y revisaba con cuidado que podía llevar de allí, sabia que vendían velas, perfumes y ediciones de lujo de algunas delicias, si eso le serviría.

 

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@@Helike R V PB •

[Leslie Ashryver PB]

La Delacour se apareció en el callejón Diagon como cada vez que iba a sus locales para ver como iba la cosa, hace días había recibido una misiva de su esposa sobre su origen como realeza escocesa, sin poder evitar se había estremecido ante aquellas palabras, pero aunque cuando le informo de su hermano y que este era el heredero al trono se había sentido muy relajada hasta que le llego un nuevo aviso sobre la dimisión del Ashryver. No había tenido oportunidad de hablar con el hermano de Kamra pero tanto su esposa como ella tenían en cuenta que no seria un reencuentro muy emotivo.

 

-Deja de pensar en eso- se dijo regañándose.

 

Sin darse cuenta termino caminando por unas calles que no conocía o al menos no recordaba haber visto ya con anterioridad, pasándose una mano por sus rubios cabellos llego a un local que no conocía, no conocía muchos locales pero aquel le llamo ligeramente la atención porque también era una casa de te y solía siempre buscar lugares nuevos a los que visitar. Alessandra sabiendo que iban personas bien vestidas con su varita cambio sus jeans oscuros por una falda larga hasta el suelo negra y sus zapatillas deportivas las cambio por unos zapatos de tacón negros, solo conservaba su camisa azul marino ligera que era su favorita y era bastante formal para tener con una falda.

 

Entro al local para observar a su alrededor, no había mucha gente pero al ver a la recepcionista se pregunto sino había que sacar antes reservacion, aspirando un poco de aire decidió arriesgarse, no podía solo entrar y huir como si nada.

 

-Buenas, tendrá una silla en la barra para un te- pregunto observando de reojo todo el lugar.

 

 

@@Helike R V PB

[Lisette Ryddleturn]

-Dulces

Dijo sintiéndose estimulada ante la promesa de algo de azúcar que pudiera hacerla sentir mejor o al menos, regresarle algo de color a sus mejillas después de tanto tiempo alejada de la luz solar.

Inspiró aire profundo y se frotó las manos antes de buscarse en las faldas la pequeña bolsa con dinero que recordaba que había llevado consigo, primeramente para la reparación de su varita.

Y ahora que creía haber terminado con ello esperaba gastar un poco de lo que le sobraba en algo dulce que hiciera la finalización de aquella noche algo bueno antes de volver a su propio hogar.

Ya estaba cansada de estudiar y empezaba a dolerle la cabeza pensando en que quizá se viera obligada a volver a abrir los libros, al menos por esa temporada sentía que ya había tenido suficiente de aprendizaje.

-Aquí tiene su monedero, señorita

Informó su elfina Pumpkin regalándole una sonrisa amable lo que le regresó la rubita cerrando sus ojos, algo apenada por haberse visto en aquellos apuros al grado de que una de sus elfinas la siguiese para prestarle ayuda.

-Muchas gracias, siempre has sido muy gentil

Le respondió para ingresar después en aquel establecimiento, cruzando los dedos y siendo recibida por una variedad de aromas que solo le hacían pensar en suaves y esponjosos panes con un sabor a miel de maple delicioso.

[Darla G Dumbledore]

 

La joven italiana había decidido tomarse el metro muggle o más bien fue un tren que atravesó las aguas del Canal de la Mancha, por debajo. Nunca dejaba de sorprenderla el ingenio muggle. La cazadora de los Firenze Falcons había decidido aprovechar un día libre para ir a visitar Londres. Cansada de París y los reporteros,  había ocultado sus clásicos mechones blancos y había calzado unas botas cortas, unos anteojos oscuros para esconder su rostro y un bonito vestido blanco con ribetes azules que había adquirido en una de las tiendas cuyo nombre le habían dicho era Chanel.

Había llegado esa mañana eligiendo pasar desapercibida entre los muggles hasta encontrar el ingreso al Callejón Diagon, la Londres muggle era interesante, pero sentía curiosidad por la Londres mágica, por eso había entrado al Caldero Chorreante, tomado un café express, no tan malo y luego en el patio había tocado con su varita la ubicación del ladrillo que le permitía ingresar. El secreto de la magia podría tener sus altibajos desde hacía algún tiempo, pero ella seguía prefiriendo ser un poco más clásica y discreta.

La castaña recorrió Diagon observando los distintos locales, unos más interesantes que otros hasta llegar a uno que por un momento le hizo dudar de si había cruzado o no el canal de la Mancha.

—Ladurée —leyó en voz alta el nombre del local sobre una puerta tan delicada y bonita, la pastelería lucía en las vitrinas y por lo que podía ver se trataba de una casa de té y pastelería cuyas vitrinas realmente invitaban a entrar, cosa que la bruja hizo empujando la verde y vidriada puerta del local.

—Vamos a ver… uhhh… —la elegancia del lugar y el delicioso aroma que llenaron su nariz y sus ojos fueron algo que la dejó asombrada, el aroma de madera de las mesas, los brillos de los cristales y las arañas de la luminaria, el suelo de marquetería. Todo llenaba los sentidos.

Lentamente caminó, como con miedo, parecía un lugar tan elegante y ella estaba tan uff, se sentía como una niña en una dulcería, era más emocionante que cuando de niña visitó Honeydukes.  Valía la pena tomar un nuevo desayuno, sin lugar a dudas.