♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Hayame Snape Potter Black]

La Vladimir se puso de pie en el borde de la ventana antes de ver hacia una rama que colgaba cerca de donde se encontraba, gruesa y larga como si supiera los deseos internos de la vampiro que parecía algo ansiosa ante la perfecta forma y el alcance que tenía para sus manos y piernas

 

Se meció lentamente en el borde de la ventana antes de agacharse como si de un felino se tratase para luego, terminar en la rama en una posición curiosa, aferrada con las largas uñas de esmalte rojo para lueo, de ahi pasar a otra de las ramas cercanas como si buscara llegar lo mas alto posible

 

Se asomo por entre el follaje para dejar que la brisa acariciase su rostro e inspiró el delicioso aroma a cafe que emanaba de todas partes

 

Definitivamente aquella era una tarde hermosa y magnifica para solo estar ahi y disfrutarla a gusto

[Ela Karoline]

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Sin lugar a dudas el establecimiento cobraba vida con cada cliente que entraba al establecimiento, no habían hecho tanta publicidad para la cantidad de visitas que habían recibido en sus primeros días pero les placía atender a cada cliente como si fuera el único. Por eso tras el ingreso a la terraza natural por el único medio: sentándose en los columpios y haciendo que estos los subieran desde la calle hasta la planta superior, los clientes escogían sus mesas ya fuese cerca del lago central o más hacia los costados donde los frondosos árboles les cobijaban bajo su fresca sombra.

Heyda una de las elfinas de Cye que tenía a bien trabajar en el local, se acercó hasta donde se encontraba una joven que recién llegaba, la conocía porque en una ocasión la había visto en Dulce Rincón Mágico y la propia Lockhart le había comentado que posiblemente hornearía para el establecimiento, cosa que no se llego a finiquitar.

—¡Bienvenida a Cacao Café! Desea ordenar o espera a alguien— pregunto la elfina después de una breve reverencia, mientras esperaba su respuesta, extrajo la libretilla y una pluma para tomar nota del pedido que a bien tuviera hacer la Loveless.


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Mientras tanto uno de los elfos del local, aquel que tenía manos habilidosas para las plantas y todo lo ornamental se paseaba cuidando que toda el área verde recibiera el vital liquido de forma adecuada, que los arboles no estuvieran demasiado crecidos y que las flores recibieran la cantidad de sol adecuada que le permitiera liberar su belleza.

Sus cortas piernas llevaron a Jops cerca de la singular casa del árbol, una estructura que había objetado pensando que los peques podían treparse por las ramas y caerse o quien sabe que diabluras, ladeo la cabezas y se froto los ojos, bueno su concepto ahora había cambiado era una estructura no apta para adultos incluso, sino ¿qué demonios hacia la cuñada de la Lockhart agarrada como chango a aquella rama?

—Señorita, señorita Hayame necesita ayuda, espere y traigo una escalera, no se suelte, no se suelte que se pega en la maceta durísimo— converso el elfo desde el piso y su corta estatura con la vampiro en la rama. Como se rompiera la crisma cerraban el local y el no había cobrado su primer sueldo, no, no, no.

Editado 27 de Octubre del 2021 por Ela Karoline

[Hayame Snape Potter Black]

La Vladimir se dió un par de vueltas mas en la rama

 

Había disfrutado por mucho la vista sintiendose una especie de Pocahontas asomada en la cima del arbol y casi diciendo "Veo... unas nubes extrañas" aunque dudaba que ella fuese a ver a su John Smith apareciendo por entre las nubes además de que seguro su amada Reena haría acto de presencia y le rompería las piernas al susodicho si lo intentase

 

Pero no esperaba escuchar la singular voz de un elfo varón que le hizo inclinarse nuevamente entre las hojas para sacar la cabeza al reves con el largo cabello colgando y parpadeando grandemente ante el hecho de que el pequeño elfo parecía creer que la vampiro se iba a dar con todo el trastaso contra el suelo

 

-Ehm... en verdad no es necesario, tengo un sentido de la gravedad muy diferente al de los humanos normales

 

Explicó mostrandole como colocaba sus pies en la parte ventral de la rama como si sus botas estuviesen pegadas con cola a esta

 

-No me caere... es parte de mi naturaleza

 

Añadió riendo un poco

[Vrael Myrddin]

¿No han tenido la sensación de sentir que necesitan algo pero no saben que es? Bueno yo tengo esa sensación multiplicada por dos, la primera a pesar de sentir una carencia se como satisfacerla, por lo cual ir a tomar café era lo que acontecía. Lo segundo es mas difícil, pero estoy seguro que el café iba a ayudarme.

No soy de esos que suelen quejarse de la vida, tampoco suelo ser muy apegado a la gente y prefiero no hacerme expectativas de nada ni nadie, justo en eso estaba pensando, en las personas que me rodeaban, las que había conocido las que se habían mantenido ahí conmigo y las que se habían ido sin dejar rastro alguno.Pasé frente a un local que me habían recomendado pero que nunca había tenido el placer de visitarlo, me acerqué al local, y casi al instante reparé que no había puerta alguna de ingreso pero me fijé que había un columpio << Bueno, ya que no tendré mi café, por último me meceré aquí para poder pensar al menos>> Mientras trataba de guiar mis pensamientos, me sentaba a su vez en el columpio y ZAZ! la sorpresa que el columpio se elevó hasta llevarme a la terraza. Al parecer ya había conseguido entrar.... WOW!

Contemplé el sitio un momento, para luego pedir al paso a una camarera que pasaba por el lugar que si podía llevarme un café capuccino italiano a la mesa que daba hacia el frontis donde se dominaba todo el callejón. Tomé mi libreta de apuntes, esa vieja que me acompañaba donde anotaba mis ideas en cualquier momento que se me ocurriera alguna. la registré mientras llegaba mi café el cual no se demoró mucho -- Muchas gracias -- le dije a la camarera y continué con mi lectura hasta que a la mitad de la libreta tenía anotado una cosa destacada

Muchacha mano de hierro

Muchacha de blusa albina
Que como sauce boxeador
a mi corazón lastimas

Con tu sonrisa amplia
y tu mirada inquieta,
no me olvido de tus ojos
que son color de almendra

... Si que me dolió el golpe....

 

 

Sonreí mientras daba un sorbo al delicioso café, y la segunda cosa que me hacía falta la había encontrado. Ya habían pasado un buen tiempo desde aquel encuentro en el caldero chorreante y a pesar de que había ido en su búsqueda, Tom me había dicho que había dejado el lugar, lo que me desconcertó. No sé como pero esta mujer se iba pero no se llevaba su esencia que seguía habitando las cosas y yo que no sabía por donde más buscar... mis pensamientos se arremolinaban igual que el café con la espuma al momento en que lo revolvía.

 

-- Donde...-- dije en un susurro a penas audible y con la mirada perdida en el torbellino de espuma que había en mi taza.

Editado 7 de Junio del 2014 por Vrael Myrddin

[Mei Black Delacour]

Luna Delacour – Flashback

 

 

Observó todo a su alrededor casi con ojo clínico. Intentaba encontrar algún detalle que la hiciera desistir, pero por más que se esforzara en hacerlo, era inútil, Henry había hecho un excelente trabajo en encontrar aquel local donde pudiese trabajar. Rendida al fin, soltó un largo suspiro. A su lado, su hermano sonrió a sus anchas.

 

–No seas floja, – le dijo el muchacho, dándole fuertes palmadas en la espada – mira que no podrás vivir eternamente de las sobras de lo que coman en la Delacour – bromeó, riendo estrepitosamente y de forma muy fingida.

 

–Ja, muy gracioso – respondió sin un ápice de ánimo de molestarlo –. Suerte que los gastos de alquiler ahora son más bajos, pero daría lo que fuera por no tener que quedarme en ese hotelucho de mala muerte.

 

Un escalofrío recorrió su cuerpo en cuanto recordaba su habitación. La noche anterior no había podido pegar ojo gracias a la inesperada fiesta que los roedores habían decidido hacer justo en el techo de su cuarto. Además de que sus vecinos de la izquierda habían estado demasiado “activos” y por ende, ruidosos.

 

–No podíamos arriesgarnos a que aún permanecieras en el Caldero Chorreante, – le dijo su gemelo – ese chico que decías que te cruzaste en el D&G podría fácilmente ir nuevamente, y si nos encontraba juntos, sería motivo de sospecha. No, mejor ni arriesgarse.

 

–Lo sé – soltó un largo suspiro, y sin más, se dirigió hasta la barra para pedir hablar con la dueña.

 

Presente

 

Se limpió el uniforme. Acababa de llegar, su turno comenzaba en breve y estaba lista para dar lo mejor de sí. Ya llevaba varios días en aquel trabajo, y debía admitir que le estaba resultado un esfuerzo sobrehumano el hacerlo bien. No porque no fuese educada con los clientes, o porque los atendiera mal, porque fuera atenta y linda o cualquiera de esas cosas; más bien era de las que más destacaba en esos aspectos. Su problema radicaba en que, diariamente, debía luchar contra la tentación de comerse varios de los chocolates que allí vendían.

 

–Vamos, hoy me mantendré lejos de ellos para evitar tentarme – se dijo a ella misma mientras se acomodaba la camisa blanca que hacía juego con su falda y el delantal con los colores y bordados característico del local. Acto seguido, se recogió el cabello en una alta cola y sin más, estuvo lista.

 

Salió para dar a la terraza que ya estaba poblada de gente. Era un día normal, si bien el lugar había inaugurado hacía poco, ya tenía una clientela bastante frecuente.

 

–Ve a aquella mesa a ofrecerle más café al chico aquel – le dijo la que se encargaba de la caja registradora.

 

Luna tomó la jarra de café que le había señalado la muchacha y sin más, se giró y se dirigió hasta donde le había indicado. Ni siquiera había mirado adónde apuntaba, la castaña ya sabía exactamente en qué lugar le decía, por lo que, recién miró unos pasos antes de llegar allí.

 

–Oh, por Merlín – susurró, vacilando un instante en su andar.

 

Aquel cabello azul y el peinado le eran inconfundibles. Sintió que algo se removía en su estómago, que creyó detectar como molestia. Aspiró fuertemente y para cuando soltó el aire, ya estaba lista para dirigirse hacia él. Evita pensar que te dejó plantada, evita pensar que te dejó plantada se repetía una y otra vez en su mente mientras fingía una convincente sonrisa.

 

–¿Desea más café? – ofreció, llamando la atención de Vrael, quien parecía estar sumido en sus pensamientos y miraba su taza como si fuese lo más interesante del mundo. De reojo, Luna alcanzó a ver unas notas que el muchacho había estado haciendo y de forma curiosa, intentó leer algo.

[Vrael Myrddin]

-- La verdad preferiría un chocolate caliente... es lo único que podría levantarme el animo... Bueno eso y quizas hablar con... -- no terminé la frase la dejé suspendida mientras absorto miraba mis notas, giré la cabeza para ver a la chica que me hablaba, que sin duda era distinta a la que me había atendido originalmente, y no pude evitar encontrarle un aspecto familiar. la mire un momento, luego le miré los ojos, y no sé, algo hizo que se me ruborizaran las mejillas. Miré hacia mi libreta para ocultar mi rubor, y cuando leí nuevamente lo que ahí estaba escrito caí en cuenta de quien era la mesera, cerré la libreta y me volteé algo precipitado.

 

-- ... -- no lograba decir nada, estaba con la boca a medio abrir y al parecer tenía toda la cara encendida al igual que los ojos, eso si que estaba raro, el destino jugando pasadas incomodas, pero bastante agradables a la vez. ¿Y ahora qué? que hacía como le hablaba, que le hablaba. -- Al día siguiente fui al caldero a buscarte ... y ya no estabas... también fui a otros sitios... pero no te encuentro hasta ahora --¿Han sentido como que la cara se les incendia? bueno así tenía yo el rostro, no sé porqué no la saludé, creo que inconscientemente debe ser porque no nos despedimos la ultima vez.

-- Lamento haberme ido así la otra vez... sin despedirme, pero pensé que sería mejor... en fin no me hagas caso, lo siento. -- me disculpé. pero la cara de la chica era inescrutable. cuando caí en que cualquier podía leer mi cara y entender lo complejo que estaba sintindo no me quedó otra que adoptar postura y concentrarme. En segundos ya el rubor y todo había desaparecido. Aunque mis ojos seguían siendo el espejo o la ventana de mis profundos pensamientos y complejos sentimientos.


La seguí mirando como no creyendo lo que veía, no le aparté la vista.

[Ela Karoline]

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El elfo continuaba mirando hacia lo alto, casi a punto de salir corriendo a por la escalera, según él, había que bajar aquella dama de la rama sin el menor daño posible tanto por ella como por el árbol y por supuesto porque una caidota así los primeros días no darían buena publicidad. Pero para asombro de la criatura la pelirroja parecía tener cemento de contacto en sus piernas.

—¡¡Eh!! ¿no se caerá?— pregunto indeciso y sorprendido, ¿qué naturaleza era esa que la hacía como chicle a la rama del árbol, tanto que podía dejar las manos libres. Trato de pensar rápido pero obviamente su sagacidad iba más a la jardinería que a otra cosa, se rasco la barbilla bajando la vista al piso y luego de nuevo a la cabellera brillante que parecía colgar no de la cabeza de Hayame sino como nacida del propio árbol. Fue entonces que comparando con las especies que conocía encontró parecido con los murciélagos y entendió que era vampiro.

—Entonces … ¿quiere que le trepe algún mazapán y una bebida?— pregunto por si acostumbraba a tomar comidas en esa posición poco sabía de los vampiros a pesar de que vivía con dos seres que eran mitad eso.

 

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A unos cuantos metros de allí, a orillas del barandal natural que significaba la larga y tupida enredadera sobre una cerca cuyo material no se podía distinguir se encontraban las mesas que daban vista al callejón, una de ellas ocupada por un mago que visitaba Cacao Café por primera vez, de eso estaba segura la cajera, pero como todos en el local se aseguro que tuviera la mejor experiencia para que volviera y por supuesto lo mejor era aquella chica nueva que Cye había tomado como mesera.

—A ver cómo nos va con ese café, con suerte y pide algo mas— murmuro mientras veía que Luna entablaba conversación con el cliente, desde su ingreso, ni uno solo de los magos o brujas que atendía se quejaban del servicio, es más era la que más cafés, galletas y pastel había vendido, pero se negaba a hacerse cargo de la parte de chocolatería en la primera planta, sus razones tendría y la cajera estaba dispuesta a averiguarlo, pero eso sería más tarde, por el momento debía cobrar las ordenes que los elfos ya habían despachado para que los clientes pudieran marcharse satisfechos.

[Mei Black Delacour]

Luna Delacour

 

Lanzó una mirada de reojo a la cajera. Le pareció ver que la miraba de forma rara, como si intentase enterarse de algo que la Delacour estuviese ocultando. Decidió mentalmente que más tarde se preocuparía por ello, ahora tenía algo un tanto más delicado por resolver.

 

El muchacho no le estaba prestando atención, estaba demasiado sumergido en sus pensamientos como para verla. En parte lo agradeció, pero por otro lado sintió una punzada de molestia que casi hace que le pegara una patada “sin querer”. Para cuando por fin levantó la vista y la observó, Luna sintió que sus mejillas se encendían levemente, aunque no sabía si de vergüenza o enojo, pero no se detuvo a pensarlo realmente pues la reacción del otro la tomó realmente por sorpresa.

 

Abrió y cerró los ojos reiteradas veces. No sabía si volver a ofrecerle el café o preguntarle si le sucedía algo y estaba bien, o a saber qué rayos podía decirle. Para cuando por fin habló, las palabras que dijo hicieron contener el aire a la castaña. Maldito Henry, tenías razón pensó de mala gana al percatarse de que su hermano había sido realmente listo al obligarla a cambiarse de lugar de hospedaje.

 

–Sí… Sucede que tuve que cambiar de hospedaje, – respondió, mirando hacia un lado mientras sentía sus mejillas arder – los vecinos eran demasiado ruidosos y no había otra habitación disponible en el Caldero Chorreante.

 

¿Por qué le decía eso? No tenía la más pálida idea, pero estaba logrando enojarse con ella misma, esta vez el chico no podía enterarse de dónde estaba, sería demasiado riesgoso si la veía con su hermano, levantarían sospechas que definitivamente no deseaban.

 

–Oh… Está bien, no hay problema, – respondió ante lo último que había dicho, quitándole importancia, aunque para ella lo tenía y mucho, había quedado realmente disgustada de aquella vez – tenías mejores cosas que hacer, es entendible.

 

Se encogió de hombros y luego no supo qué decir, por lo que miró al piso por un momento.

 

–Entonces, ¿quieres café o chocolate? – dijo, recordando a lo que había ido. Estaba trabajando y no podía desconcentrarse, no quería un inesperado descuento en su salario por una mala atención a algún cliente que tuviera la osadía de quejarse – Tal vez un poco de agua también, pareces estar algo acalorado – agregó, viendo que si bien el rubor de todo su rostro había disminuido notablemente, aún permanecía un poco.

 

Echó otra ojeada curiosa hacia la libreta que tenía sobre la mesa. No sabía por qué, pero luego de verla, había mirado aquello, ¿habría algo allí que no pudiese ver? Le había entrado curiosidad, y cuando eso sucedía, no había algo que pudiese contenerla o detenerla.

[Hayame Snape Potter Black]

La mujer vampiro comenzó a reir verdaderamente divertida ante la actitud que tomaba el elfo y que no le desagradaba en lo absoluto sino que por lo contrario, en cierta manera la hacía sentirse aún mas como si fuera alguna especie de niña pequeña haciendo travesuras y riendo jovialmente; eran ese tipo de detalles lo que la terminaban hacer disfrutar de todas sus salidas y de aprovecharlas al maximo

 

Se colocó de cuclillas aún en la parte ventral de la rama del arbol apoyando los nudillos en esta como si fuese un simio (de cabeza) y ladeo esta un poco con curiosidad, aparte de unos cuantos parpadeos de verdadero gusto

 

-Claro!! Estaría magnifico!!

 

Dijo la mujer cerrando los ojos antes de juntar ambas manos para enfatizar lo feliz que le hacía pensar en probar uno de los deliciosos cafes de su hermana

 

-Desde que llegue aqui me dio un enorme antojo de una bebida... y se que será totalmente magnifica!!

 

Añadió completamente segura de cada una de sus palabras

[Ela Karoline]

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La afirmación de Hayame sobre aceptar el ofrecimiento que el elfo le había hecho lo sorprendió, expresaba emoción y esa emoción le hizo juntar las manos y ay por Merlín, ahora si se daba un porrazo, se tapo la cara con una mano y la otra la puso sobre su cabeza como si al caerse la bruja fuese a dar sobre su persona, un par de segundos después no sentía el golpe y la escuchaba hablar sobre su cabeza, abrió los ojos, se toco y la busco en el piso entonces elevo la mirada, estaba donde mismo

—Usted le hizo trampa a Corrolo— la acuso cruzándose de brazos. —Si, si Corrolo cree que debió caerse, sea Buena niña y diga la verdad a Corrolo— sentencio el elfo, pero de inmediato se dio cuenta que no hablaba con una pequeña sino con la una bruja de verdad con varita y todo y de paso familiar de su amita, así que ese argumento le basto para tronar los dedos y desaparecer.

Un par de minutos después, Hayame pudo escuchar un plop en una rama contigua a la suya, si ella podía treparse al árbol, el también lo haría, con un poco de trampa elfica, claro está. Portaba una bandeja pequeña en la que venía una humeante taza de porcelana marrón, llena del líquido marrón y cuya superficie estaba cubierta con espumosa y rica crema en la que habían dibujado una en tonos oscuros una flor. Junto a la taza un trozo de pastel de chocolate con relleno cremoso de queso y frutas cítricas, todos los sabores balanceados, una verdadera explosión al combinarlo con el café. Al lado una azucarera que contenía terroncitos de azúcar para endulzar la bebida.

—Aquí tiene, espero le agrade— hizo flotar la bandeja hacia la mujer y que se mantuviera en el aire, quería ver cómo se las ingeniaba para tomar aquello sin terminar de coco en el piso, no era maldad es que se sentía trampeado y no cesaría hasta que confesara.