Castillo de la familia Haughton (MM B: 84511)

[Cissy Macnair]

Felicity tenía razón, Sira estaba tardando demasiado y la forma en la que se había dirigido hacia la casa, como si la conociese, como si esperase encontrar a alguien. Había dicho algo de movimientos en las ventanas y gente poco caballerosa pero yo no había notado la gran cosa y al ver que la bruja no regresaba, decidimos ir a buscarla. No me sentía cómoda con ello, yo no era de la clase de persona que irrumpía en propiedad privada a menos que tuviera mi máscara y mis compañeros a mi lado, sabiendo que cuidarían de mi.

 

Suspiré y seguí los pasos de Fee, sabiendo que Isabella, Lucía, Ian y Criss iban detrás de nosotros. Me hubiera gustado buscar la mano de mi viejo compañero de la Academia en aquel momento, sólo para sentir algo familiar cerca porque de verdad la situación me preocupaba. Ese libro, ahora que lo ponía en perspectiva nuevamente, no era ningún traslador. Otra magia diferente se adueñaba de él.

 

-Deberíamos pararnos a pensar un momento- murmuré, pero Fee ya tenía su mano en el pomo de la puerta y penetró en la casa. Miré a mi alrededor, aún preocupada, pero le seguí los pasos. No podíamos separarnos, teníamos que volver al Castillo tan pronto como nos fuera posibles.

 

El olor a viejo y rancio invadió mi nariz de inmediato al cruzar el pórtico. Sábanas viejas y amarillentas cubrían los muebles, la madera gruía bajo nuestros pies, quejándose por el peso extra que debía soportar. Un piano de cola en medio de la sala soltaba una melodía estremecedora que me puso los vellos de la nuca en punta y mi visión de Sira con la mirada maliciosa perdida entre las notas me hizo preguntarme qué demonios hacíamos allí aún. Yo tenía más ganas de salir corriendo que de quedarme. Quizá la incertidumbre de que no sabía qué hacer.

 

Vi a mi compañera tomar su varita e hice lo propio con Shember. Me sorprendió notar que Felicity era zurda, como yo pero ese pensamiento abandonó mi mente tan pronto como noté la magia oscura que rodeaba el lugar. No era el tipo de magia que los mortífagos acostumbrábamos, aquello era más oscuro, más siniestro y más antiguo.

 

-Por Merlín- murmuré, al tiempo que Sira tomaba el libro y comenzaba a leer. Su voz no era la suya sino que parecía provenir de lo más profundo del Infierno. Y a medida que ella leía, a nuestro alrededor se iba haciendo realidad-. ¡Quítenle el libro!- grité, agitando la varita para enviar un Sectusempra al primer bicho que se apareció frente a mi y que cayó muerto al suelo... si es que había estado vivo.

 

Más de esas cosas iban por nosotros.

[Emmet Haughton Gaunt]

Rol con Krit ^^

 

- En todos lados del mundo hay diferencias y rivalidades entre los vampiros y licántropos - comenzó a responder a su hermano aquella pregunta que le había hecho - ... en Irlanda, al Clan al que yo pertenezco y estoy a cargo, siempre tenemos encuentros con los hombres lobo ya que vienen a usurpar lo que no es de ellos y lo que no les pertenece por derecho - sentenció recordando las batallas libradas por su padre cuando él apenas tenía 14 años de edad - Siempre la ha habido y siempre la habrá - terminó ya que no quería explayarse en la historia de las batallas - sólo te puedo decir que han violado varios tratados que los vampiros veníamos respetando desde épocas lejanas ... y ya nos cansaron de que hagan cualquier cosa - colmó la paciencia el pensar dichas violaciones a los tratados.

 

Aquella pregunta de si Emmet había elegido ser así le quedó resonando en la cabeza pero ahora no era problema para que le prestara atención, su hermano necesitaba ayuda para poder controlar la ira que sentía en todo momento - Quiero ayudarte a que controles esa ira, enojo o lo que sea lo que sientas ... no quiero que termines dañándote, sos mi hermano y si no lo hago no me perdonaré si eso te hace algún daño - sentenció mirando a Krit otorgándole toda la ayuda que estaba a su alcance para que él pudiera controlar el ser interior que ahora guardaba y que en cualquier momento podría salir.

 

- Y a mí no me amenaces porque no me harás ningún daño - bromeó dejando un leve golpe en el hombro del Haughton.

Editado 3 de Octubre del 2014 por CentauroLechuza2013

[Jank Dayne]

Una fuerte ventisca azotó el rostro cortado de Hank, y cuando sintió frío en la parte calva de su cabeza, supo de inmediato que estaban en plenos comienzos de Otoño en Londres. De por sí hacía frío todas las mañanas, incluso en verano; no se podía imaginar cómo resistiría otro invierno tan pesado, sobretodo si se trataba de alguno parecido al anterior. ¡Y con aquel cuerpecito que no podía almanecer el mínimo de calor!

Pero la mente del pequeño se despejó cuando llegó a la entrada del hermoso castillo Haughton.

- ¡Expecto Patronum!

Y una luz blanquecina surcó el aire, casi tan rápido como el vuelo de un murciélago. El mensaje era claro: "A por Emmet (CentauroLechuza2013), Haugthon. Traigan abrigo y varita lista". Y así fue como pasó a los jardínes, con el semblante más fuerte que podía adaptar por la edad. Y apuntó a Emmet con la varita mágica; ni siquiera le prestó atención a su acompañente, Kritzai. Él también estaba en la lista de sospechosos, así que para descartar era tarde..

- Veamos qué tienes ahora que nos volvemos a ver... - dijo, tratando se sonreír. Solo consiguó carraspear.

[Adryanie]

—Luna llena— Si bien era cierto en luna llena la transformación es innegable ella se había hecho lo suficientemente poderosa para poder resistirse un poco más aparte de que ya la noche estaba pasando y ya había hecho varios recorridos por el bosque.

 

De hecho en ese momento se encontraba en un bosque cercano a Ottery, había ido con su mascota y compañero de caza Buck el lobo negro y la loba se fundía en la oscuridad como el Ying yang, la cola de ella no paraba de moverse de la emoción de la caza. Si bien era cierto la transformación en luna llena nunca era una sensación agradable luego de eso correr en el bosque y cazar era lo mejor que le podía pasar a un hombre lobo, por eso se trataban de reunir en manadas, pero ella la única persona que conocía era el que lo había convertido.

 

Divisó a lo lejos en el bosque la luz de la esfinge ¿un mortífago ahora? Nunca había intentado cambiar en luna llena, pero el alba se acercaba y la maldición de la licantroóua comenzaba a desaparecer. Aulló oyéndose por todo el bosque y gruño a su compañero para que se alejara. Ella corrió atravesando todo el bosque, en su forma animal era más rápida y ágil. Si alguien la viera pasar solo vería una mancha blanca volar hacía Ottery. Al llegar miró su objetivo que era una mansión y a muy conocida por ella, era constantemente atacada por ellos, estaba repleta de mortífagos.

 

Al llegar estaba su Demon Hunter listo pero a ella algo le olía singular. Habían dos hombres en el jardín y ambos olían diferente, eran de razas diferentes. Se acercó a uno de ellos (Krtizai) Era lobo, olía exactamente como huele ella y el otro.... su mortal enemigo ¿qué hacían ambos juntos? Le gruñó a Emmet y se alejó de él y se puso junto a Hank. Volvió a su forma humana mostrado a una castaña delgada no muy alta.

 

—Un vampiro...peor olor no pude percibir esta noche— Le dijo a Emmet.

[Emmet Haughton Gaunt]

- Again - susurró el vampiro al ver a dos miembros de la orden aparecer. Parece que sólo lo iban a buscar cuando estaba sólo, cómo siempre, pero bueno ellos son así.

 

- Hay que bañarse más seguido querida - le dijo a la bruja que se había dirigido a él con ese improperio soltando una risita burlona - Veo que tienen ganas de molestar esta noche ... y - hizo una pausa mirando a ambos magos - ¿Puedo saber que es lo que desean? - dijo sutilmente mientras los miraba y su varita oscura se materializaba en su mano derecha - Espero que no vuelvan con sus acusaciones que no tienen cómo respaldar porque no tengo ganas de escuchar ... esas cosas - antes de decir alguna palabra mal ubicada dejó pasar su voz.

 

El mortífago ya estaba cansado de que la misma situación se repitiera. Algo querían con él pero a Emmet no le importaba ya que no significaba nada para el Tempestad que ahora sería asesinado por ambos miembros de la Orden - Me llena de placer que sea tan importante para ustedes ya que siempre me vienen a buscar cuando estoy solo ... los adoro - utilizó el recurso de la ironía para dirigirse a ambos magos.

[Adryanie]

—Ten cuidado Emmet no amenaces a otro licántropo, porque toda la manada se te echa encima — Dijo ella sintiendo elfuego en sus ojos.

 

Los vampiros y licántropos eran enemigos naturales, y no solo era el echo de que uno de esos chupasangres estuviera amenazando a un licántrpo si no que ya era el segundo que amenazaba ¿qué pasaba con los vampiros de ahora?. Los hombres lobos no eran mucho pero si eran más fuertes y más poderosos que ellos.

 

—Ya verás maldito vampiro— Su idea por supuesto era desarmarlo pero al parecer Hank tenía el presentimiento de lo que ella iba a hacer y la detuvo, ella fjó su mirada en él y negó — No Hank no es justo yo ...— Pero no tuvo más opción, bajó la mirada y apuntó a Emmet con la varita —Ardius Sectusempra— El rayo escarlata voló hasta el cuerpo de Emmet reproducirle heridas severas sangrantes que lo dejarían muerto en pocos segundos —Expelliarmus — Conjuró ambos hechizos uno le produciría mas velocidad pudiendo hacer un hechizo extra y el otro le tocaría la tarea de desarmar a Emmet dejarlo sin varita y por supuesto sin la posibilidad de lanzar hechizos. —Incancerus— Tres gruesas cuerdas volaría al cuerpo de Emmet una a su boca otra a sus brazos inmovilizándolo y la otra a las piernas, lo haría caer al suelo.

[Jank Dayne]

- ¡ Ardius Corpus Patronus!

Exclamó Hank, haciendo aparecer un enorme fénix adulto que se posicionó en su hombro al instante de ser invocado. Hank le acarició la cabecilla con dos dedos, como si el simple hecho de existir le llenara por completo de recocijo. La hermosa criatura estaría a la completa expectativa de cada detalle presentado en la situación, y esos con los ojos azules fusilaría a cualquiera que se acercara a su amo y compañera lobo.

Hank arrugó las cejas cuando el mago habló.

- ¿Y ese no cuenta como persona? - señaló a Kritzai que, para ese entonces, ya estaba perplejo. Le hizo una seña a Adrayaine; ella tenía clara las condiciones desde la llegada - vamos, esta no es la primera vez. Pero sí la primera en que te veo con otro sospechoso - chasqueó y conjuró un "Aqueora" hacia Adryaine. Inmediatamente, una esfera de agua protectora envolvió su cuerpo.

- Morphos!

Exclamó al final, haciendo que una roca del jardín (de esas típicas) de tres por tres metros se convirtiera en un simpático diricawl, que se quedó en ese mismo lugar (a unos cuatro metros y medio de Hank), hasta nuevo aviso de su invocador.

[Adryanie]

Ya estaba viendo como decaía el mortífago ante sus pies, pero no dudaba de que otros pudieran venir a su rescate ¿cómo? pues ella no lo sabía y más si hacía como que era un triste ciudadano atacado por unos vándalos. Típico de ellos, es más fácil decir que hacer. La noche estaba fría y ella con su escasez de ropa, por supuesto estaba desnuda sentía el frío como golpe en su cuerpo.

 

— Yo, estoy aquí porque soy tú enemiga natural ¿a poco también me van a acusar por eso? — Decía viendo al mortífago ensangrentado y amarrado — ¿sabes? podría llevarte a donde esta la manada y hoy en luna llena creo que en su forma de lobo comerían a un vampiro con mucho gusto.

 

Sonrió al imaginar como la recibirían si les dijera que había cazado un vampiro.

 

—Corpus Patronus — Dijo agitando su varita con unos movimientos circulares haciendo aparecer ante ella una luz que se fue transformando en un hipogrifo mágicamente — Hola señorito bienvenido a este hogar....Morphos— Prosiguió con su arsenal de hechizos convirtiendo así un árbol cercano en una pantera, realmente no era que la pantera fuera del tamaño del árbol pero tampoco ocupaba un animal muy grande para clavar dientes y uñas en cualquier persona a la que ella lo ordenara.

 

Vio de repente como una cascada de agua se dirigía hacía ella cubriéndola por completo, por supuesto aquellos era obra de Hank, lo miró y susurró un simple - Gracias- Divisó las dos estatuas que estaban al frente de la entrada de la casa eran unos guerreros —Pierportum locomotor— Dijo a una de las estatuas y de repente cobró vida poniéndose totalmente a las ordenes de ella, la cual la colo en frente de ella.

[Patrick Colt]

El ardor en su antebrazo izquierdo era insoportable para un ser humano cualquiera, para él era un placer único, una experiencia irrepetible y solo degustable cuando se trataba de un aviso de batalla. Y ese era el tema, en aquel momento salió al pasillo conexo a la habitación donde se encontraba, lo que lo llevó hacia las escaleras que descendió hasta la planta más baja de la Fortaleza Oscura. Miró a un lado, al otro, con su varita de Cedro negro en la mano, y desapareció luego de comprobar el estado de alarma que había en el bastión mortífago.

 

Ottery St. Catchpole se abría paso en un cálido otoñal donde una brisa fresca deambulaba hasta perderse entre las comisuras del cuerpo del Nigromante. Aunque la mirada de los espectadores dictaminase una prenda verde esmeralda que caía hasta sus tobillos, el cuerpo de Patrick Colt no dejaba de percibir la frialdad de aquella época del año que la ilusión que lo vestía era incapaz de repeler.

 

Giró la esquina y desembocó una calle al oeste, donde vio destellos emerger del borde superior de las verjas de la Haughton, y varita en mano caminó rápidamente hacia el lugar. Entró sin medirse, sobre las verjas caídas y varita en ristre apuntó a Hank.

 

- Hemos estado buscándote por todo Londres -, le dijo sin pensarlo dos veces - pero, resulta ser, que decides dar la cara mucho más lejos, Clearwater. Entrégate.

[Jank Dayne]

¡Confundus!

El conjuro, claramente, iba dirigido a la mente del mortífago Patrick que, al instante, sufrió de una grave desorientación que pocos en este mundo pueden explicar. Eso le dio a Hank el tiempo suficiente para reunir fuerzas y estrategias en su mente, las cuales terminaron por concluir que la mejor forma de hacerlo era hechizando un..

- ¡Cyclone Maximus!

Y de repente, un enorme ciclón se formó en sus narices, hasta formar la altura y el grosor suficiente (siete por siete metros) para arrancar árboles desde el tallo. Tenía el poder de direccionarlo, por supuesto, así que lo envió hacia Patrick y Emmet (arrasaría con el primero y luego con el segundo), hasta elevarlos a ambos cuatro metros del suelo y arrojarlos hacia los muros del castillo, haciendo que se rompieran huesos y varios conjuntos sanguíneos. Sin contar con la caída, que deberían evitar si no querían morir en seco.

- Limitate!

Enseguida, la varita de Patrick vibró. Y entonces, su arma mágica quedaría limitada de tal forma, que ni rayos ni invocaciones podrían salir de ésta.

- ¿Cómo puedes tener sospechas contra mi, un simple niño de once años? - dijo Hank, poniendo los labios hacia abajo y alzando las cejas.